MAR AL FONDO – José Luis Sampedro
15 dEurope/Madrid septiembre dEurope/Madrid 2023
El extremeño Diego García de Paredes fue uno de los soldados más famosos de su época y de él se conservan testimonios históricos pero también crómicas e historias con más carácter legendario que veraz, entre las que destacan una supuesta auto-biografía de la que se duda por partida doble: que fuese realmente escrita por Diego y también de lo que en la obra se cuenta. Y es que sus hazañas están llenas de exageraciones, fanfarronadas y gestas tales que es difícil poder separar mito e historia. Así que con esas hay aquí un excelente material para la ficción histórica y más aun para el cómic. Con estos mimbres se puso manos a la obra Ángel Miranda, autor del guion de sendos cómics como son Espadas del fin del mundo y Lezo, los cuales trataban sobre personajes y sucesos (más o menos) olvidados de la historia patria. De nuevo la publicación pasó por un proceso de mecenazgo increíblemente exitoso y al fin llega a nuestras manos Paredes: la leyenda. » seguir leyendo
“Mi época ha muerto, ahora viene la suya. Yo estuve presente cuando llegó la nueva era. Vino por orden militar y desfilando por el parque y llevaba uniforme, y lo primero que hizo fue cortar el paso entre el pueblo y su emperador. Veo venir tiempos difíciles, señor Effinger. La vida humana es corta, pero dentro de treinta años, cuando pase una generación, quizá se acuerde de mí”.
“Una saga berlinesa” es el subtítulo que la edición española ha incorporado a Effingers, la mastodóntica novela que la periodista y escritora Gabriele Tergit publicó en 1951 con escaso éxito, y que recientemente ha sido rescatada del olvido en el país de origen de la autora. Y se agradece la recuperación, ya que la novela ofrece, a través de la historia de una familia, el retrato impagable de una ciudad, de un país y de una época. » seguir leyendo
Para mí surgió de las brumas de la historia. Sí, lo había visto vestido de Sean Connery en una película, pero hasta no hace demasiado habría sido incapaz de distinguirlo del emir Faisal, o del jeque Riyadh, solo era un capitoste moruno más, fabricado en serie por Hollywood con todas las virtudes y ninguno de los defectos del cliché. Pero, de repente, bajó de las montañas como quien no quiere la cosa. Se llamaba Muley Ahmed ben Mohamed ben Abdalah el Raisuni y luchó para que un mundo que estaba dejando de ser el suyo siguiera siendo lo más parecido posible a como él quería que fuera, un objetivo que cada vez podría parecerse más al de cualquiera de los presentes, o tal vez no. El impacto que me causó desde los primeros datos que obtuve sobre él y la necesidad de aprender más cosas, me llevaron a buscar alguna biografía, y el resultado fue El Raisuni. Aliado y enemigo de España, de Carlos Tessainer y Tomasich, un libro que bien merece un caballo. ¿O era ver Nápoles…? En fin. » seguir leyendo
A mediados del siglo XIX se produjo un conflicto militar en Europa que podríamos considerar como el prólogo de lo que posteriormente se conocería como la Primera Guerra Mundial. Se trataba de la Guerra Franco-prusiana (1870-1871) en la que se enfrentaron, por un lado, el Segundo Imperio francés comandado por un fatuo Napoleón III y después continuado por la Tercera República francesa, y el reino de Prusia y una serie de reinos y confederaciones alemanas dirigidos por el rey Guillermo I y un envalentonado Otto von Bismark que en esos momentos buscaba la unificación del país teutón. En verdad fue una victoria aplastante por parte de Prusia y sus aliados que tuvo como resultado no solo la humillación de los vencidos, es decir de los franceses, sino también la adquisición de las regiones de Alsacia y Lorena además de la creación del gran Imperio Alemán. Como se puede ver esta guerra olvidada fue sin duda el germen de lo que sería la primera gran carnicería años ocurrida posteriormente en donde los franceses se tomarían la revancha en el famoso Tratado de Versalles de 1919. Obsérvese como en la Historia las cosas se no se producen por cierto azar sino que encajan como piezas de puzle sobre el gran tapete de la humanidad. » seguir leyendo
“¿Ese hombre, canciller? Antes lo nombro cartero y que se ponga a lamer los sellos que llevan mi efigie”.
Paul von Hindenburg, citado en Wheeler-Bennett, John: Hindenburg (Londres, Macmillan, 1967, pág. 40).
La frase la pronunció el ya octogenario y enfermo presidente alemán, unos meses antes de verse obligado a comerse sus palabras y ofrecerle su puesto a una pujante estrella política llamada Adolf Hitler. Al año siguiente, Hindenburg murió y el nacionalsocialismo se convirtió en dueño y señor de la nación. Ya hacía años que Hitler era un personaje de sobras conocido en el ámbito de la política alemana. Sin embargo, en el momento de su ascenso a la presidencia del Reich alemán, en enero de 1933, pocos, dentro y fuera de las fronteras germanas, podían prever la magnitud de lo que se les venía encima. ¿O sí?