LAS VOCES DE LA LIBERTAD – Michel Winock
16 dEurope/Madrid julio dEurope/Madrid 2010Tratándose de la relación entre intelectuales y polÃtica, pocos contextos tan paradigmáticos como la Francia del siglo  XIX. En efecto, fue aquel un tiempo que, con singular vehemencia en el mencionado paÃs, realzó la función social del hombre de letras y lo incitó a tomar partido, no sólo como forjador de ideas socialmente activas sino también como eventual agente polÃtico de primera lÃnea. (El poeta –entre otros- exhortado a descender de su torre de marfil: no pasarÃa mucho tiempo antes de que esta corriente engendrase su opuesto en la forma del discurso del «arte por el arte», o la protesta del esteticismo.) De buen grado y por convicción o casi accidentalmente –el caso de Eugène Sue, por ejemplo-, el intelectual asumió el papel de vocero de causas sociales o facciones polÃticas en liza, o bien, detalle significativo en la incipiente era de masas, de incitador de unas muchedumbres que las convulsiones de 1789 en adelante habÃan puesto en la nómina de actores polÃticos decisivos. Transitando del pensamiento o la creación artÃstica a la acción, o viceversa; panegiristas del ideal revolucionario, apóstoles de la Restauración o continuadores del legado de la Ilustración; entre la reacción tradicionalista y el radicalismo utópico –los polos de una multiplicidad de posturas doctrinarias-: literatos, historiadores, periodistas, libelistas, pensadores sociales y otros esgrimistas de la pluma protagonizan Las voces de la libertad, frondoso ensayo del historiador Michel Winock (Francia, 1937).