MODERNISMO Y FASCISMO – ROGER GRIFFIN
17 dEurope/Madrid febrero dEurope/Madrid 2011
Estamos en presencia de una obra a la vez fascinante y compleja. Según todos los indicios, un trabajo destinado a dejar huella en el ámbito de los estudios sobre el modernismo y sobre el fascismo. Su autor, el historiador inglés Roger Griffin, no es un novato en estas lides. Ya antes había dedicado al tema del fascismo una obra de carácter genérico: The Nature of Fascism (1991). Luego dio en publicar exhaustivas antologías de textos fascistas y de interpretaciones del fascismo, hasta ofrecer al público lector una nueva obra genérica, Modernismo y fascismo (Modernism and Fascism, 2007). En ella, Griffin plasma una interpretación sinóptica del fascismo como forma de modernismo, y lo hace por medio de un análisis comparativo que moviliza términos genéricos como «religión política», «totalitarismo», «modernismo político» y, por cierto, «fascismo»: una categoría que engloba a fenómenos específicos como el fascismo italiano, el nacionalsocialismo alemán, la Guardia de Hierro rumana y el movimiento de los integralistas brasileños, entre otros. Profundamente crítico del fascismo, Griffin emprende una recusación del paradigma tradicional del fascismo concebido como movimiento reaccionario y antimoderno, opuesto en esencia a las expresiones culturales del modernismo; un paradigma que ha tendido a equiparar las ideas políticas modernistas con el liberalismo o, más aun, con el radicalismo de izquierdas. Así pues, en la base del enfoque griffiniano está el rechazo del sesgo ilustrado del concepto de modernización, el que, con sus habituales connotaciones liberales y humanistas de progreso, resulta teóricamente insatisfactorio. Para comprender la lógica de este enfoque, urge desbancar la idea preconcebida de que lo modernista equivale a lo bueno, lo justo o lo racional.