PRIMER VIAJE EN TORNO DEL GLOBO – Antonio Pigafetta

Primer viaje en torno del globoPuerto de Sanlúcar, 20 de septiembre de 1519, una flota de cinco barcos está por zarpar. Al mando del Capitán General don Fernando de Magallanes, más de 250 hombres salen a la mar océano en una expedición con rumbo desconocido. Los comandantes de cuatro de los barcos eran españoles, Magallanes, jefe de la flota era portugués.

Tres años después, Sanlúcar vería desembarcar a 18 hombres débiles y enfermos, habían recorrido más de catorce mil cuatrocientas setenta leguas, dando por primera vez la vuelta al globo terráqueo, de este a oeste, descubriendo de paso, un estrecho pasaje que unía por el sur a dos océanos, el Atlántico, viejo conocido y uno nuevo que dio en llamarse Pacífico.

El Capitán General no regresó, fue uno de los que quedaron en el camino. Quién relata la historia es un Antonio Pigafetta, gentilhombre italiano que logró integrarse a la expedición moviendo influencias y pagando su pasaje porque “sabía que navegando en el Océano se observaban cosas admirables”.

Para fortuna nuestra llevó un diario en que narró las peripecias del viaje, y tuvo la suerte de conservar la salud para escribir sin interrupciones.

Cuenta, sencillamente, todo lo que vio, las traiciones y la justicia administrada en el lugar, las deserciones y los abandonos, pero por sobre todo, las penurias vividas en un viaje increíble.

Observa y describe minuciosamente lo que ve, la tierra, ,la fauna, la flora los nativos, sus vestimentas y costumbres, nada escapa a su pluma. Algunas veces se deja llevar por el entusiasmo y describe como vistas por él, cosas que seguramente le contaron. Exagera también y es responsable de la creencia generalizada que los patagones son gigantes, pero se lo excusamos, lo hace en su afán de contarlo todo.

Es importante notar que donde iba recopilaba vocabularios de las lengua habladas por los nativos de la patagonia, de las filipinas, de las Molucas.

Se logra el objetivo original del viaje, llegar a las Malucas navegando hacia el oeste, encuentran las islas donde se encuentran en abundancia las especias tan preciadas, canela, clavo, pimienta. Obtiene Pigafetta noticias de los imperios míticos, China, la India.
Zarpa de nuevo el último barco, La Victoria, doblan el cabo de la Buena Esperanza casi sin recursos. Arriban por fin a las Islas de Cabo Verde, algo extraño sucede, llegan un jueves, pero según el diario tan cuidadosamente llevado debiera ser miércoles. No hay error, navegando siempre hacia el oeste ganaron veinticuatro horas. Al fin y al cabo era verdad, “navegando en el Océano se observaban cosas admirables”.

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44 comentarios en “PRIMER VIAJE EN TORNO DEL GLOBO – Antonio Pigafetta

  1. jerufa dice:

    Saludos Jenofonte y felicidades por tu primera reseña.
    ¿Qué impresiones sacas del libro?. Lo describes muy bien, pero me gustaría conocer tu opinión.

  2. jerufa dice:

    ¿Que pasa, estais todos dormidos a esta hora?…es que resulta que soy yo últimamente siempre el primero, joder…

  3. Jenofonte dice:

    Hola Jerufa, el libro tiene varias cualidades. Importantísimo es que sea un relato de primera mano, es la historia escrita «en vivo y en directo», nada del tipo de «me contaron», el autor estuvo allí, y se dió el trabajo de escribir un diario del viaje, día a día, minucioso.
    Es un relato franco y honesto, en lo relacionado con los sucios manejos políticos y las traiciones que sufrió Magallanes se mueve con cautela, pero ¿quién se lo puede criticar?. En lo referente al viaje, y lo que vió, en cambio, se preocupa de entregar la mayor cantidad de detalles. El lenguaje, los rasgos antropológicos, la política local y el comercio son cuidadosamente descritos. Hay detalles de índole sexual que son descritos con frescura y naturalidad. En un tema del que se ha escrito con tanta fantasía, entrega realidades.
    El libro es ameno e interesante, me gustó mucho.
    Saludos.

  4. hector dice:

    jenofonte
    felicidades por la reseña

    que dice Pigafetta de los patagones, porque en promedio median 1.80 y por lo menos aqui en sudamerica es una altura promedio bastante alta todavia en estos tiempos

  5. Jenofonte dice:

    El libro de Pigafetta contiene algunas cosas extrañas, exageraciones evidentes y fantasías extraordinarias, talvez se debe al pecado de ingenuidad del autor, o al deseo de hacer atractivo el relato al público ávido (como ahora también) de algún sensacionalismo, o una afirmación que, una vez hecha es difícil de retirar. El caso es que respecto de los patagones Pigafetta afirma que con la cabeza los españoles llegaban a la cintura del primer patagón que encontraron, ¿sería éste un caso aislado de gigantismo, dejándose llevar el cronista después, por su entusiasmo?. El caso es que no hay evidencia de estaturas desmesuradas entre los patagones, lo que si se puede decir es que la diferencia de estatura entre descubridores y nativos puede haber sido de unos 30 cm, en promedio.
    Saludos.

  6. cavilius dice:

    Buen estreno, Jenofonte. Creo que lo que más podría atraerme del libro es que esté escrito por alguien que vivió los acontecimientos, o sea: el hecho de que haya sido escrito hace medio milenio, y además, por uno de los protagonistas de los hechos. Seguro que su lectura provoca el consabido vértigo que tenemos cuando sabemos que estamos leyendo no un libro sobre historia, sino la historia en sí misma.

    Saludos

  7. Curistoria dice:

    Hola:

    la verdad es que tener el relato de un señor que pasó por esta aventura, de primera mano, es un lujo. Independientemente de las exageraciones y demás. Y mejor todavía es que el tipo tuviera la suerte de ser uno de los poco supervivientes.

    Saludos.

  8. Valeria dice:

    La maravillosa mar océna, qué bien suena. Enhorabuena por la primera, Jenofonte, y por favor resuélveme una duda. Cuando hablas de traiciones, ¿te refieres a los problemas que hubo para patrocinar la expedición, que Portugal rechazó en primer lugar, o simplemente a cuestiones internas sobre el mando de la misma?

  9. Jenofonte dice:

    Nota del comentarista: No dejé pasar lo de las exageraciones y las fantasías porque es lo primero en que la gente se fija (para criticar), pero estas no ocupan más de cuatro páginas del total. El libro es para todo lo demás, muy veraz, considerando que el hombre no era un científico, era solo un muy buen observador.
    Algo que es interesante, para formar parte de la expedición, Pigafetta tuvo que pagar su pasaje.
    Saludos.

  10. Sergio dice:

    Enhorabuena por la reseña Jenofonte.

    Yo leí este libro hace muchos años en una edición de la entrañable colección Austral de Espasa-Calpe. Tu reseña me ha recordado el buen regusto que me dejó su lectura. Como alguien ha dicho por aquí, es la historia en primera persona.

    Creo recordar que en algunos pasajes abusaba en exceso a la hora de describir los lugares, plantas, animales, etc, lo que hacía la lectura un poco cansina. Pero en términos generales me gustó mucho «trasladarme» con Pigafetta en ese viaje por la mar océano.

    Respecto a lo que pregunta Valeria, recuerdo a duras penas que hubo desavenencias desde el principio de la navegación entre los capitanes de los barcos y Magallanes, hasta el punto de rebelarse en una escala que hicieron en las costas del Brasil (creo que fue por ahí) y que en dicho motín se perdió una o dos naves, o se volvieron a España o algo así.

    ¿Puedes recordárnoslo Jenofonte?

    Felicidades y un saludo.

  11. ignacio el argentino dice:

    felicitaciones Jenofonte por la reseña, ya antes había sentido algo sobre Pigafetta.
    saludos

  12. jerufa dice:

    ¿Alguien ha visto al pobre jenofonte en el quiénes somos?
    Adió, adió.

  13. Jenofonte dice:

    Bueno, Valeria, se estaba viviendo en España una verdadera «fiebre de las expediciones». eran muchos los postulantes a lograr una fortuna rápida. Los recursos, por supuesto que nunca fueron los suficientes. Las intrigas palaciegas determinaban al final la obtención de los cargos. Los capitanes y autoridades subordinados a Magallanes nunca le perdonaron el ser portugués, y algunos le tenían resentimiento porque de hecho les había «ganado la mano», como es el caso de Juan de Cartagena. Por otra parte, el plan de Magallanes era llegar a las Molucas por un hipotético paso hacia el Oeste, no lo encontró a la altura de Rio de Janeiro, tampoco en el Rio de la Plata, por lo que los capitanes comenzaron a presentir un viaje más largo y dificultoso de lo programado. Todo esto llevó a que se formara un complot frente a las costas de la Patagonia, Magallanes lo reprimió con fuerza, Juan de Cartagena, su principal rival fue lisa y llanamente descuartizado. Gaspar de Quesada, nombrado por el Rey en persona, salvó la vida, debido a eso. solo para ser abandonado a su suerte en tierra. Estéban Gómez, capitán del «San Antonio» aprovechó la primera oportunidad para desertar y regresar a España. Todo esto antes de llegar al Estrecho. Para traiciones, hubo de todo.
    Saludos.

  14. richar dice:

    Saludos Jenofonte y bienvenido al club de reseñadores -jerufa, ya le he incorporado al «Quiénes somos», que no pasáis una…-.

    Anoto el libro entre los muy apetecibles, que como comenta más de uno, es una auténtica gozada leer la historia a través de las anotaciones de quienes la vivieron en primera persona. Además la época me atrae mucho, así que, a la lista de futuribles.

    Gracias y hasta la siguiente.

    Saludos,
    Richar.

  15. Jenofonte dice:

    Gracias Richar, es un honor.
    A mi, me gustó el libro, a más de uno puede que no le guste, Pigafetta no era un literato, su narración es escueta, no más de 180 páginas, con muchos espacios y grandes márgenes, pero dice lo que tiene que decir. Los literatos se han encargado después de convertir cada frase en una página.
    Es verdad que Pigafetta describe mucho animales, plantas y personas, pero ¿no era un viaje de descubrimiento?, no se trata solo de encontrar nuevas tierras sino también lo que contienen.
    El libro es una fuente, y aunque la Wikipedia diga otra cosa, condenando a muerte a Quezada y abandonando a Cartagena, yo le creo a Pigafetta.
    Saludos.

  16. Arauxo dice:

    Disculpa la tardanza, Jenofonte. Felicidades, amigo por estrenarte; y también por hacerlo con una fuente primaria, escrita por un testigo de excepción, lo que añade a la tarea de leer y reseñar un plus de dificultad y, por supuesto, de interés.

    Por lo que nos cuentas, llama la atención el cuidado esmero que Pigafetta puso en su empeño de describir el fascinante mundo que lo rodeaba y las “cosas admirables” que fue descubriendo en su viaje, asumiendo las tareas de lo que serían un reportero o divulgador científico, un antropólogo cultural y un geógrafo experimental… de principios del siglo XVI, lo que confiere a la obra un especial atractivo tanto desde la perspectiva histórica como desde la óptica científica, amén del interés literario, cuyo valor doy por descontado.

    Dices, Jenofonte, que “algunas veces se deja llevar por el entusiasmo y describe como vistas por él, cosas que seguramente le contaron. Exagera también y es responsable de la creencia generalizada que los patagones son gigantes…”. En realidad, aunque parezca contradictorio, eso es lo normal. Y lo que hubiese sido completamente asombroso es lo contrario, es decir, un relato objetivo, meramente descriptivo y casi científico… en 1519. Y creo que podría resultar interesante abundar en la cuestión, por lo que, con tu permiso, Jenofonte, voy a contaminar tu reseña con una de mis insufribles sábanas… que dejo para el comentario siguiente.

    Cambio

  17. Arauxo dice:

    Pese a lo que pudiere parecer por la cronología de la obra, la mentalidad que la inspira es absolutamente medieval. Y quiero que conste que no la he leído. Pero las características que nos describes, querido Jenofonte, así lo evidencian. De hecho, tendemos a creer que el medievo –y todo su espíritu, que diría el gran Leopold Genicot- concluye, casi por arte de magia, en la simbólica fecha de 1492. Craso error. Las edades históricas nunca terminan de repente… porque en realidad nunca existieron. Sólo son un invento del hombre para poder abarcar el estudio de la Historia de un modo didáctico y sistemático. Y, de hecho, las categorías mentales –que, no debemos olvidarlo, son, en todas las épocas, las más persistentes- del medievo se prolongaron mucho más allá de la mítica efeméride del Descubrimiento. Y la obra de Pigafetta –por lo que comentas, Jenofonte- sería un buen ejemplo que además recuerda, aunque sólo fuera un poco, al Libro de las maravillas del mundo de Juan de Mandevilla, publicado apenas cinco años después del de Pigafetta.

    Porque en la mente del hombre medieval –incluso en la del científico medieval-, experiencia y autoridad (religiosa o pagana) se confunden. Es decir, el conocimiento empírico y el libresco tienen en el mejor de los casos, e incluso en el ámbito de las ciencias, idéntico valor, cuando no prima el segundo sobre el primero. Por ello, uno y otro deben coincidir; y cuando no lo hacen, la experiencia se desecha por engañosa… porque la autoridad no puede estar equivocada. Esa mentalidad sostenida sobre el principio de autoridad –que desembocaba en la confusión entre realidad constatable y fábula especulativa- impregnó el mundo científico del medievo. Y los libros de viajes no son sino una de sus más nítidas manifestaciones, que vienen a demostrar la confusión absoluta entre lo la Geografía empírica y la Geografía libresca o ideológica.

    Ningún viajante del medievo se hubiese atrevido a desmentir, de un modo drástico e inapelable, a San Isidoro de Sevilla, cuyas Etimologías constituyeron la referencia cultural básica del entorno erudito y del mundo científico medieval. San Isidoro, San Agustín, Aristóteles, Plinio… eran los excelsos representantes de la scripta autoritate, tan exacta como incuestionable para el hombre medieval. Y por ello, los libros de viajes –incluso los inspirados por la vocación científica- alternaban los conocimientos adquiridos por la vía experimental con la descripción de cíclopes, gigantes y otros monstruos fabulosos, de paraísos terrenales, de islas de la abundancia o del mítico y legendario reino del Preste Juan. ¿Creyeron ver los autores fantasías que, en realidad, sólo imaginaban o daban por hecha su existencia real aunque no las hubiesen constatado empíricamente? Sea como fuere, lo cierto es que cuando Marco Polo regresó de su famosísimo viaje por tierras asiáticas y escribió “Il Milione”, sus contemporáneos sólo creyeron aquellas descripciones que más se ajustaban a las fantasías recogidas en las Etimologías (es decir, las más fabulosas), rechazando por inverosímiles las descripciones de las muchísimas maravillas que el genovés contempló (que no eran sino moderadas narraciones de la grandeza de Asia), llegando incluso a rebautizar al viajante con el cáustico apodo de “Marco il milione. Esa era la mentalidad medieval, que sobrevivió, con mucho, al siglo XV y que, al menos en cierta medida inspiró, con toda probabilidad, a Pigafetta.

    Mil perdones, Jenofonte, por este rollo del tamaño de los patagones de Pigafetta. Pero, en mi descargo puedo alegar que padezco la enfermedad infecto-contagiosa que sufren ya bastantes hislibreños: la incontinencia verbal desmedida.

    Y una última cosa. Si te interesan –a ti o a otros hislibreños- los viajes de Magallanes y Elcano, hay una reseña de Curistoria sobre un libro que los estudia (Magallanes y Elcano: Travesía al fin del mundo de Gabriel Sánchez Sorondo) en

    https://www.hislibris.com/?p=312

    Y si interesan los libros de viajes y aventuras del siglo XVI escritos por sus protagonistas, hay otra reseña de Javier sobre un interesantísimo libro (Naufragios de Alvar Núñez Cabeza de Vaca) en

    https://www.hislibris.com/?p=152

    Un saludo.

    Cambio y corto.

  18. Arauxo dice:

    Lástima. El comentario ha quedado pendiente de moderación.

  19. Ascanio dice:

    A veces Dios es misericordioso…

  20. Arauxo dice:

    Y el ser humano (sobre todo en su género femenino), malvado, pérfido y carente de escrúpulos…

  21. Ascanio dice:

    (Creo que me he quedado sin vacaciones de Semana Santa)

  22. cavilius dice:

    Arauxo, lo que has dicho en tu primer párrafo sobre las edades históricas me ha hecho recordar una anécdota que contó el gran José María Valverde, escritor, profesor, filósofo, poeta y no sé cuántas cosas más, fallecido ya hará unos 10 años y de quien tuve el honor de ser alumno (hasta me puso algún sobresaliente, mira si era buena persona). Contó que en cierta ocasión fue a ver una obra de teatro (no recuerdo cuál) situada en el Medievo, y que en un momento dado salieron unos caballeros al escenario y empezaron a gritar: «¡Somos los caballeros de la Edad Media!», lo cual provocó la hilaridad del público por razones evidentes.

    Saludos

  23. Arauxo dice:

    Querido Cavilius:

    O eres un mago o un hechicero tribal o un oráculo délfico. Porque tu último comentario se refiere al segundo de los míos que, a día de hoy, «está esperando moderación». Yo sabía que habías descubierto la piedra filosofal, pero a ver si nos dices a las mentes lentas, torpes y teconológicamente nulas como la mía, cómo lo haces, Merlín…

  24. cavilius dice:

    ¿Ya no os habláis Ascanio y tú?

  25. Ascanio dice:

    Desde que se entiende contigo, no.

  26. Jenofonte dice:

    Gracias, Arauxo, por tu aporte (aunque aún no he visto la sábana). En efecto, Pigafetta es fruto de su tiempo, tiene la ingenuidad de su época, cuando el viejo piloto le cuenta lo de los enanos orejones, el quiere ir a ver la isla, pero le dicen que es imposible pasar (siempre el viejo truco) y se queda con las ganas. Pero es un tipo simpático, como cuando nos hace esa confidencia en tono ingenuamente jactancioso: «sus mujeres nos preferían a nosotros». Me gusta Pigafetta, ¡que entretenido debió ser el conversar con él!
    Saludos.

  27. richar dice:

    Saludos Arauxo,

    siento el retraso en publicar tu comentario, pero ya está listo. Y he de decir que me ha gustado mucho, fíjate tú. Una sábana, pero de fino algodón, oye…

    Un saludo y gracias por la aportación.

    Richar.

  28. Jenofonte dice:

    El problema contigo, Arauxo, es que después de reseñar el libro, queda la tarea de reseñar tu comentario. Quise hacer la reseña del libro de Pigafetta porque leí la de «Magallanes y Elcano». Leí también la página promocional de la Editora y no me gustó para nada la estrategia que usa para vender, como lo expresé en el comentario correspondiente al libro. También leí «Naufragios», pero es distinto, Cabeza de Vaca solo quería sobrevivir, Pigafetta quería ver «cosas admirables». Con respecto a lo que planteas acerca de la geografía, Pigafetta dice que Magallanes había visto un mapa trazado por Martín de Bohemia, considerado «excelente cosmógrafo», ahora sabemos cuan espantosamente equivocado estaba, sin embargo en ese momento era una autoridad.

    Ahora, un comentario al margen (típico de Hislibris). Interesante eso que pones de:

    Esa mentalidad sostenida sobre el principio de autoridad –que desembocaba en la confusión entre realidad constatable y fábula especulativa-

    ¿Hemos cambiado mucho desde entonces?, ¿Quien detenta ahora el «principio de autoridad»?. Es increíble lo que la gente cree de lo que dice la televisión, me encontrado con gente que, siendo testigo presencial de un hecho, ha visto después las noticias en televisión para enterarse de lo que sucedió, dándole más autoridad a los editores del programa que a sus propios ojos.

    Otro aparte, sí, me gustan loslibros de exploracion y de viajes, comencé el año leyendo: «En la noche y entre los hielos» (Nansen), «Expedición Transantártica» (Etienne), «Grandes aventuras del Himalaya» (Herzog) y «Aventura en Siberis» (Lied)

  29. Jenofonte dice:

    …. el teclado es más rápido que yo, continuo….

    repito, y «Aventura en Siberia» (Lied), en realidad han sido lecturas muy refrescantes para un verano caluroso.

    Aclaro que soy un Técnico Industrial, con nula formación académica en Historia, solo soy un aficionado a su lectura. Por eso agradezco doblemente su consideración.

    Saludos.

  30. Arauxo dice:

    Muy interesante, Jenofonte, tu reflexión sobre el principio de autoridad en la sociedad actual de los mas-media y la desmedida importancia de la televisión. En efecto, el «eso está escrito» que antes se utilizaba para zanjar cualquier polémica invocando el referido principio, ha sido sustituido por «lo han dicho en la tele», que es sinónimo de verdad irrefutable.

    Y muy interesante también tu aportación bibliográfica respecto a la cuestión que nos ocupa.

    Un saludo. Y reitero mis felicitaciones.

  31. Arauxo dice:

    Y olvidaba decirte, Jenofonte, que aquí, en Hislibris, puedes ser técnico industrial, capitán de bomberos, alpinista, piloto de aviación o camionero, porque lo que nos importa no es la formación académica de cada cual, sino el interés que todos -empezando por ti- compartimos por la Historia y la Literatura.

  32. Ascanio dice:

    Enhorabuena por la reseña, Jenofonte, y bienvenido al club del Quiénes somos. No son muy frecuentes los libros de viajes en Hislibris, y siempre son de agradecer, sobre todo cuando están escritos en primera persona.
    Y muchas gracias a Arauxo por sus sábanas. Como dice richar, de fino algodón…egipcio (que ya sabemos lo que le gusta el país del Nilo).

    Lo que comentaba Cavilius sobre los Caballeros de la Edad Media, me hizo recordar un «acertijo» muy antiguo y bastante infantil: hablaba del hallazgo de un documento inédito fechado en 1918, que hablaba sobre «La Primera Guerra Mundial». ¿Por qué era falso? Es bastante evidente…

  33. Arauxo dice:

    Ése, ese (el estudio de los anacronismos en los caracteres externos e internos del documento) fue el camino que empezó a recorrer Jean Mabillon en la segunda mitad del siglo XVII para determinar la autenticidad o falsedad documental, estableciendo así los principios de la moderna diplomática.

  34. carminia dice:

    primero que nada hola!!
    la verdad que tener el relato de un señor que pasó por esta aventura, de primera mano, es un verdadero lujo. pero Independientemente de las exageraciones y demás no da jaja. Y mejor todavía es que el tipo tuviera la suerte de ser uno de los poco supervivientes. es increibleee bueno te dejo saludos lindoooo.

  35. Julieta dice:

    Hola le hago una consulta por que en la escuela me dieron un trabajo que me pregunta que papel desempeñado por el autor del texto en este viaje?
    Bueno muchas Gracias y espero Su respuesta

  36. Ascanio dice:

    Bueno, por lo menos Julieta es honesta y va con la verdad por delante…

  37. richar dice:

    Saludos Julieta,

    efectivamente, lo mejor en estos casos, es que leas tú misma el libro y saques tus conclusiones. Así, además de sacar bien tu trabajo, seguro que pasas un buen rato de lectura.

    Un saludo,
    Richar.

  38. Ulises dice:

    Bueno, la pregunta tiene sus complicaciones, ya que Pigafetta se unió a la expedición como pasajero, no como tripulante. Su inscripción en los registros lo presenta como «criado» del capitán y «sobresaliente», la acepción de criado es, dada la condición social de Pigafetta la del cargo que tenía con su anterior patrón, el de «gentilhombre de servicio» o sea, una especie de secretario para todo. Sobresaliente, significa supernumerario, o sea alguien que puede reemplazar cualquier cargo que presente vacante.
    Por eso, el poder determinar cual fue la importancia de Pigafetta en el viaje es algo dificil, puesto que él mismo no cuenta que labores específicas realizó además de algunos servicios de intérprete, dada su facilidad para las lenguas. Al final del viaje seguramente tuvo que trabajar como marinero, ya que manejar un barco con 18 hombres (incluido el capitán) debe haber sido dificultoso, más si hombres y barco estaban en mal estado.
    Entonces, Pigafetta no tendría mayor importancia para el viaje en sí mismo, su importancia está en lo que significó para el resultado del viaje, para lo que es la historia de la expedición, porque su crónica reune no solo el relato de las viscicitudes, sino que comprende también observaciones de los temas más diversos como son la astronomía, la zoología, la botánica, la antropología y la lingüística, por nombrar algunas.

  39. Julieta dice:

    Gracias Por contestarme mi comentario yo creo qque me va a ir bien, lo que yo no entendia era El papel bueno muchas Gracias por al informacion y ademas se me Hiso muy Util

  40. Ana dice:

    Sabeis cuantas ediciones tiene el libro? Lo siento pero trengo problemas para encontrarlas… esque me dice que la primera edición es la de 2004! y es imposible! porque luego me dice que la quinta edición es en 1963.. Muchas gracias!

  41. Lucia dice:

    ¿Cuantas ediciones hay de este libro?

  42. tatiana dice:

    es mucha pero buena informacion

  43. javi dice:

    Bueno una pregunta como se llamaba la enfermedad que hace mención pigaffeta

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