CATÁBASIS: EL VIAJE INFERNAL EN LA ANTIGÜEDAD – Miguel Herrero de Jáuregui
28 dEurope/Madrid julio dEurope/Madrid 2023Esto es obra de Memoria. Cuando esté en trance de morirse hacia la bien construida morada de Hades, hay a la derecha una fuente
y cerca de ella está erguido un blanco ciprés.
Allí al bajar las ánimas de los muertos se refrescan.
¡A esa fuente no te allegues de cerca ni un poco!
Pero más adelante hallarás, de la laguna la Memoria
agua que fluye fresca. Y a su orilla hay unos guardianes.
Ellos te preguntarán con sagaz discernimiento
por qué investigas las tinieblas del Hades sombrío.
Di: “Hijo de la Tierra soy y del Cielo estrellado.
De sed estoy seco y me muero. Dadme, pues, enseguida,
a beber agua fresca de la laguna de la Memoria.
Así que tras beber, también tú te irás por la sagrada vía
por la que los demás iniciados y bacos avanzan gloriosos.Láminilla órfica hallada en una tumba de Hiponion (Calabria). Siglo IV a.C.
Cuenta el mito que, al morir Eurídice mordida por una serpiente, su esposo Orfeo cayó en la desesperación más absoluta. Tan grande fue su dolor que resolvió descender al Hades, el lugar donde habitan los muertos, y recuperarla. Orfeo era el cantor más excelso que ha existido jamás, y gracias a su voz y sus súplicas logró convencer a los dioses subterráneos, Hades y Perséfone, de que permitieran el ascenso de Eurídice al mundo de los vivos. Pero a punto de culminar el ascenso del Hades, Orfeo se giró para mirar a su esposa que caminaba detrás, lo cual era la única prohibición que le había impuesto Hades. Eurídice volvió al Hades para permanecer en él toda la eternidad, y Orfeo dejó de cantar hasta el fin de sus días. » seguir leyendo