LITERATURA FASCISTA ESPAÑOLA – Julio Rodríguez Puértolas

litfascista2Esta extensa obra dedica su atención a una literatura hoy absolutamente olvidada y que gobernó el mundo de las letras españolas entre los primeros años treinta (en 1933 se funda la Falange Española de José Antonio Primo de Rivera)  y la muerte del dictador Francisco Franco en 1975. Alcanza hasta el año 1985, su año de publicación por AKAL es el 1986, y traza el panorama literario de estos años en todos sus géneros: narrativa, teatro, ensayo y poesía. 

La obra está dividida en dos tomos, el primero de ellos con el nombre de la Historia, el segundo conformado por una selección de textos de muy diversos autores es el llamado Antología. A lo largo de las páginas vamos haciendo un recorrido paralelo por lo que nos deparó una formas de entender la política, la religión, los usos sociales y, por supuesto, la literatura.

Despierta especialmente el interés, tras ir intercalando la lectura del análisis que hace el autor con los textos de los protagonistas, la enorme cantidad de obra publicada por varios de los autores y la vacuidad de la misma. Una obra basada, en muchos casos, en el ensalzamiento enfermizo de las dos figuras políticas en las que se basó el fascismo español y la dictadura, Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera. Ya desde el principio, con la guerra civil aún en curso, asistimos al ejercicio de elevación a los altares de ambos personajes, el uno ya muerto en el año 1936, el segundo como Caudillo de los ejercitos golpistas y futuro dictador hasta su muerte.

El autor, profesor de Literatura Española durante varios años en la universidad de UCLA (EE.UU.) y profesor de lo mismo en la Universidad Autónoma de Madrid, es autor de varios libros mas sobre literatura de todas las épocas y estudios sobre diversos libros y autores concretos. Divide el autor esta obra en cinco partes, o periodos, a su vez divididos en los diversos géneros literarios anteriormente citados, precedidos de una introducción general.

Comienza su análisis por la literatura hasta el comienzo de la guerra civil en 1936 y destaca en ese periodo las figuras existentes antes de hablar propiamente de fascismo ( Ramón Basterra, Concha Espina, Manuel Bueno, Francisco Camba, Wenceslao Fernández Flórez, José María Pemán, etc) el fascismo pre-falangista (José María Albiñana, Ramiro Ledesma, Juan Aparcio, Ernesto Giménez Caballero) y lo que constituye la fuente primordial que llenará estas páginas, lo que Rodríguez-Puertolas llama la corte literaria de José Antonio, los escritores que toman protagonismo literario desde el falangismo. Se trataría del mismo fundador, fundamentalmente en poesía, Agustín de Foxa,  Dionisio Ridruejo, Rafael Sánchez Mazas (involuntario protagonista años después de Soldados de Salamina de Javier Cercas), Víctor de la Serna (hijo de Concha Espina), Luys Santa Marina (legionario que entró al frente de los falangistas en la toma de Barcelona)

La segunda parte se encarga de la literatura durante la guerra remarcando la enorme proliferación de revistas y periódicos en los que escribirá los mas eximio del fascismo y el conservadurismo nacionalista español. Aparecen en este periodo nombres literarios de mayor prestigio como Pedro Laín Entralgo, Gonzalo Torrente Ballester y Luis Rosales, que se suman a los nombrados anteriormente.  Aparecen en el comienzo de la guerra los diarios ABC, en su edición de Sevilla, El Heraldo de Aragón y la Gaceta Regional de Salamanca, así como el claramente falangista Arriba España dirigido por el sacerdote falangista Fermín Yzurdiaga., posteriormente Jefe de la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda, así como las revistas Jerarquía, Vértice o La Ametralladora.

No quiero dejar de señalar la importancia de tres obras que reunen a una gran mayoría de los autores que citaremos en la reseña a pesar de la intrascendencia actual de las mismas y su nula calidad literaria. Se trata de Antología poética del Alzamiento, Corona de sonetos en honor de José Antonio Primo de Rivera y los dos volúmenes de Laureados del 18 de Julio de 1936 en el que escriben, aunque no figuran en el índice, lo mas granado de los escritores del momento. El autor nos advierte acertadamente de la dificultad que tiene el estudio de estos autores, y otros no nombrados aquí, y sus obras de este periodo, dada la diversidad de los medios y lugares donde se publicaron y lo reducido de sus tiradas, además de la propia voluntad de los mismos de olvidar posteriormente lo que escribieron en esos años.

Hay que sumar en estos años a los autores noventayochistas que en mayor o menor medida se encuadraron en el fascismo político-literario español: Miguel de Unamuno, que posteriormente se enfrentó al régimen, Pío Baroja, conocido especialmente por su racismo y anti comunismo, Ramiro de Maeztu y, fundamentalmente, Azorín. Dejarán publicada su filiación a través de distintos escritos de, generalmente, poco o nulo interés en el conjunto de su obra. Se incluyen en este periodo modernistas como Manuel Machado, intelectuales liberales como Ramón Pérez de Ayala, José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón y Eugenio D’Ors o Gerardo Diego, perteneciente a la generación del 27.

En su tercera parte se ocupa de El Nuevo Estado y su contrucción totalitaria. En esta parte podemos observar el apoderamiento por parte de la dictadura de la educación y la cultura, propugnado el estudio de un rancio nacionalismo centralista, una literatura claramente ideologizada o casticista y una pésima enseñanza en general que mantiene en la ignorancia y la apatía al general de la población, mas preocupada en solventar la pobreza de la vida en esos años negros.

La cuarta parte se centra en la literatura fascista entre el final de la guerra civil y la muerte de Franco. Debemos reseñar en esta parte el paso al desencanto de muchos de los escritores anteriormente citados, lo que se nota plénamente en su obra, y la aparición de un buen puñado de autores que evolucionarán, aunque no en todos los casos, a lo largo de esos años. Es especialmwente notable la decepción que genera el régimen dictatorial especialmente en los falangistas mas combativos y de primera hora. En su obra reflejan su primaria idea de cambiar España desde una revolución, con un ideario muy separado del que se instaló después de la unificación en partido único de los mismos con los carlistas y los monárquicos. Ese desencanto hace que fundadores como Dionisio Ridruejo, que formó parte de la primera División Azul, acabe apartado del régimen y se convierta en alguién fundamentalmente crítico con el mismo.

Durante este periodo podemos resaltar la aparición de nuevos periódicos y revistas (Escorial, La Codorniz) y encuadrar dentro de esta literatura los nombres de Ramón Gómez de la Serna, Ricardo León, Ramón Menéndez Pidal, Emilio Carrere, Darío Fernández Flores (censor que obtuvo un enorme éxito con su novela Lola, espejo oscuro), Juan Antonio de Zunzunegui, Tomás Borrás, Alfredo Marqueríe, Cesar González Ruano, Leopoldo Panero (padre de los poetas Juan Luis y Leopoldo María Panero) Emilio Romero, Enrique Jardiel Poncela, Álvaro de Laiglesia, Ignacio Agustí, Álvaro Cunqueiro, Tomás Salvador, Alfonso Paso, Camilo José Cela (años después Premio Nobel), José María Gironella, que obtuvo un enorme éxito con su serie de novelas Los cipreses creen en Dios, Un millón de muertos (muy criticada desde posturas fascistas por su equiparación entre muertos de ambos bandos), Ha estallado la paz y Condenados a vivir.

No podemos olvidarnos de la obra literaria de Francisco Franco, sus novelas Diario de una bandera o Raza (bajo seudónimo) y sus diversos escritos en prensa, solo o en colaboración con Luis Carrero Blanco.

Para terminar y bajo el título de Fascismo y Democracia, aborda el autor el periodo 1975-1985, desde la muerte del dictador hasta la fecha de publicación de este libro y nos muestra lo que, en literatura, quedó del fascismo. Desde los escritos de los políticos en activo como Blas Piñar en Fuerza Nueva o Manuel Fraga Iribarne y Ricardo de la Cierva en Alianza Popular, alguna singularidad poética, de nulo valor, del golpista Francisco Acera o de los periodistas Jaime Capmany o Alfonso Ussia, las novelas de Fernando Vizcaino Casas, Ángel Palomino o el cierre de su obra sobre la División Azul en el caso de Fernando Vadillo (Balada final de la División Azul, los legionarios), Juan José Alonso Millán en teatro y encuadrados en la última prensa del movimiento, el diario Alcazar, los restos del pensamiento fascista mas notorio. En un aparte se habla del neo-fascismo ideológico de Federico Jiménez Losantos y Fernando Sánchez Dragó que siguen en activo y en similares posiciones ideológicas.

En definitiva, una ambiciosa obra que engloba en sí todo cuanto se escribió en esos años y el autor sitúa como literatura fascista española. Tras leer con detenimiento gran parte de los textos que configuran el segundo volúmen, la Antología, cabe señalar el bajo nivel de la mayoría de los escritos, el estilo hagiográfico en torno a las figuras de José Antonio y Franco,  la ferocidad con la que estos autores trataron tanto a la República como a cualquier idea que se apartara de la propia y la falta de trascendencia de la mayor parte de las obras citadas. Salvando aquellos escritores que han tenido una carrera posterior o anterior, como podrían ser los casos de Gonzalo Torrente Ballester, Miguel de Unamuno, Camilo José Cela, Azorín o Gerardo Diego, es prácticamente imposible encontrar publicaciones de los autores que he citado en esta reseña, los mas conocidos, y no digamos los que no he citado y que han quedado absolutamente en el olvido y fuera de un estudio serio de la literatura española, más allá de uno específico como del que trata esta obra.

[tags]Julio Rodríguez Puértolas, literatura, fascista, española, ensayo, estudio[/tags]

Compra el libro

Ayuda a mantener Hislibris comprando LITERATURA FASCISTA ESPAÑOLA de Julio Rodríguez Puértolas en La Casa del Libro.

     

21 comentarios en “LITERATURA FASCISTA ESPAÑOLA – Julio Rodríguez Puértolas

  1. Farsalia dice:

    Interesante, apuntado queda. Es un tema que, etiquetas al margen, nos acerca a la literatura (y lo que subyace tras ella) de muchos escritores que veían en el fascismo una «modernidad». Al que le tengo ganas es a la reedición de Falange y literatura de José Carlos Mainer, publicado hace poco por RBA. Sobre la corte literaria de José Antonio Primo de Rivera, Mónica y Pablo Carbajosa publicaron un libro con idéntico título en Crítica hace unos años. Resulta también muy interesante La vida rescatada de Dionisio Ridruejo de Jordi Gracia (Anagrama).

  2. Iñigo dice:

    Bravo. Estupenda reseña. Independientemente de la ideología me imagino que entre todos los escritores mencionados abra buenos, menos benos y malos, dependiendo de la literatura que hayan desarrollado. Que difícil es desligar a veces la política de todo lo demás, incluyendo la cultura, instrumental izada injustamente por los distintos colores y bandos políticos.

  3. juanrio dice:

    Tienes toda la razón, Farsalia, nos acerca a la literatura, a pesar de la baja calidad de mucha de la nombrada aquí. El de Mainer y el de los hermanos Carbajosa los tengo sobre la mesa esperando lectura, el de Jordi Gracia yo lo he leído y no me gustó especialmente, creo que buscaré otra biografía de Ridruejo, del que también tengo pendientes su Cartas desde Rusia; me parece el mas interesante, en todos los sentidos, de los escritores-políticos que figuran en la obra de Rodríguez Puértolas.

    Igualmente, Íñigo, no andas desencaminado. A pesar de lo que pueda pensar uno de la ideología de muchos de ellos, hay obras excelentes de varios de ellos. Cela, que en lo personal me resultaba intragable, escribió dos obras fundamentales de la literatura española como La colmena o La familia de Pascual Duarte; Torrente tiene una obra novelística variada e interesante, por señalar una novela, Los gozos y las sombras. Que decir de El bosque encantado de Wenceslao Fernández Flores, de la poesía de Diego o de novelas tan singulares como las de Borrás, Salvador o Darío Fernández Flores.

    Como dijo Andrés Trapiello en su excelente Las armas y las letras, «ganaron la guerra y perdieron el respeto literario», salvo excepciones.

  4. urogallo dice:

    Juraria que lei este libro, pero en otra edición.

  5. José Sebastián dice:

    Muy interesante aportación Juanrio. De hecho toda ideología totalitaria se ha servido de la pluma de autores afectos a la misma por devoción o por obligación para glosar sus méritos. Con tu reseña me has recordado «Lo seco y lo húmedo» de Jonathan Littell (el autor de «Las Benévolas») donde el autor utliza la vida del general de las SS Leon Degrelle (ex-lider del movimiento fascista valón REX y que terminó sus días en la Costa Azul protegido por Franco) para analizar el lenguaje fascista. De hecho el libro lleva por subtítulo «anatomía del lenguaje fascista».

  6. ianaya dice:

    Excepcional reseña.

  7. Rosalía de bringas dice:

    Me ha gustado mucho esta reseña y la obra me parece interesantísima.
    Creo que es una buena ocasión para repasar (o descubrir) muchos autores de gran calidad literaria que por motivos políticos han sido olvidados, cuando no denostados.
    Como bien dices, nos acerca a una literatura que, además, adquiere con el tiempo un fuerte componente testimonial y de documento.
    Al hilo de esta obra cabría reflexionar hasta qué punto es adecuado (o no) que en el juicio de una obra pesen las ideas de su autor. ¿Es posible diferenciar ambas dimensiones? ¿Es justo?
    Salvo algunos de los autores y textos que citas expresamente, ¿acaso en la configuración de muchas de las obras vigentes durante el franquismo no habita la crítica más acerada hacia el propio régimen? (estoy pensando en Dario Fernández Florez, por ejemplo).
    Gracias de nuevo, Juanrio, por tan buen comentario :)

  8. Iñigo dice:

    Y si en la obra de estos autores no hubiese critica al régimen que más daría si fuese una obra literaria de calidad? Insisto que lo ideal sería objetivizar la obra dentro de lo posible
    ahondando en su estilo y valía literaria. Otra cosa serían las obras escritas para ensalzar al caudillo. En este casó objetivarla sería más difícil.

  9. Hahael dice:

    Muy, muy interesante. ¡Gracias, Juanrío por la reseña! Un libro muy completo, a lo que parece.

  10. Farsalia dice:

    Hombre, Íñigo, si se dejan influenciar por la retórica, el ideario y la imagen fascista, es complicado, por no decir imposible, que miremos objetivamente la obra de uno de eso autores. La objetividad no existe, por mucho que se diga lo contrario. Somos subjetivos por naturaleza. «Objetivo» no es una palabra que se pueda utilizar tan ligeramente… y de hecho, cuando hay ideas o creatividad por medio, resulta estéril siquiera intentarlo. En ocasiones olvidamos que la objetividad no es algo que se pueda aplicar a todo. De hecho, cuando leemos un libro no somos objetivos, nunca: el hecho de que nos provoque algo, a favor o en contra, ya es señal de que no somos objetivos. Ni cuando se escribe… sea del tema que sea. Lo que hay es otra cosa lo que debemos tener en cuante: parcialidad o imparcialidad, sumisión o independencia,… Inevitablemente, y en el caso de los autores que abrazaron el ideario fascista, con mayor o menor intensidad, está clara la toma de una posición… y nosotros como lectores, lo mismo.

    Otra cosa es qué grado de fascistización hay en esos autores… y en el régimen que los utilizó, afilió, encumbró, alimentó, postergó, desechó o incluso proscribió cuando ya no interesaba.

  11. Iñigo dice:

    Crítica con objetividad me parece algo deseable y necesario, aunque a veces difícil. Por lo demás estoy de acuerdo contigo.

  12. Clodoveo11 dice:

    Una pregunta tonta de las mías… ¿a qué se llama «literatura fascista»? :-)

    Porque, si nos ponemos estrictos, «literatura fascista» supongo que se referirá a la generada en la Italia mussoliniana, solar único del fenómeno llamado fascismo. Si hablamos de literatura española del periodo 1936-75 hablar de fascismo es anacrónico, así como de totalitarismo (circunscrito a las dictaduras con preeminencia estatal como URSS, Alemania nazi, etc, pero no la personalista de Franco), tradicionalismo (afín al carlismo), etc. Quizá sea necesaria una denominación precisa de la ideología del momento con la cual se podría calificar parte (no toda, puesto que también hubo literatura no afín al régimen o simplemente neutra) de la producción literaria del momento que no deja de ser literatura española, y no fascista, lo mismo que la literatura de 1931-36 no creo que pueda denominarse «roja» o izquierdista, sino igualmente literatura española.

    Que hubiera autores que se dejaran influir por la ideología (hipotética) franquista para componer obras áulicas, hagiográficas o ensalzadoras del régimen no lo veo excusa para meter a todos los autores, buenos y malos, externos y mediopensionistas del periodo bajo la etiqueta de «literatura fascista».

    Y en cuanto a la calidad de las obras del momento es audaz y, como dice Farsalia, subjetivo valorarlas de acuerdo con el sesgo, color o tema tratado por el autor. Es como si la poesía de Tirteo nos pareciese una porquería por defender el militarismo espartano más allá de su intrinseca valía literaria. O si la oda a Platko la tiramos a la basura por tratar sobre una cosa tan peregrina y vulgar como el balompié.

  13. juanrio dice:

    Intentaré contestar por orden:
    Uro, mi edición es mas antigua que la que aparece en la foto, que es la actual, tu seguramente leerías la del 86 que tiene otra portada.
    José Sebastián, totalmente de acuerdo en tu apreciación sobre el de Littel, aunque es una obra menor y se queda algo escasa. También tenemos la excepcional LTI, el lenguaje del Tercer Reich de Víctor Klemperer, bastante mas completo e interesante, aunque no tienen tanto que ver con esta obra que se centra en la literatura.
    Rosalía, hay que diferenciar entre autores que partían de una base fascista y hagiográfica y que luego construyeron una obra literaria, creo que lo he intentado hacer en la reseña.
    Íñigo, efectivamente, la calidad de la obra no tiene que ver con la crítica al régimen, creo que se debe separar calidad y política cuando la primera existe.
    Clodoveo, el término fascista, o facista, se usaba habitualmente en España para señalar al bando golpista, nacional o franquista, recuerda aquella pancarta en la calle Toledo, junto a la Plaza Mayor que rezaba “No pasarán, Madrid será la tumba del fascismo”. Se utiliza este término porque es desde donde se comienza a estudiar el periodo y, entonces, era fascismo, luego evoluciono la terminología, pero eso es lo menos importante.
    El autor mete a todos los autores en el mismo saco porque todos salen del mismo sitio, esos libros que cito en la reseña y en los que participan prácticamente todos, Antología poética del Alzamiento, Corona de sonetos en honor de José Antonio Primo de Rivera y los dos volúmenes de Laureados del 18 de Julio de 1936. Como puedes ver, se trata de banales intentos de exaltación del régimen fascista, de Franco y de José Antonio. La valoración que merecen las obras, esas y las del primer periodo de prácticamente todos los autores citados, es mediocre, por no decir pésima, carece del mas mínimo interés literario y por tanto solo cabe juzgarla desde el punto de vista ideológico. Otra cosa es la evolución posterior de varios de ellos, hay ya se separa el grano de la paja y se ve quienes tenían talento y quienes no eran mas que propagandistas de medio pelo de un fascismo castizo.
    Gracias ianaya y Hahael, y a todos por comentar.

  14. Milius dice:

    Buena reseña, te felicito.

    En cuanto al libro y su temática, pues es como cualquier otra época o lugar, unos buenos, otros no tanto, unos viven de su talento, otros de la sopa boba. Nada nuevo, podríamos hacer una recopilación similar hoy día aquí mismo o en cualquier lugar en cualquier momento.

  15. David L dice:

    Muy interesante reseña juanrio, libro que habrá que apuntar y tener en cuenta para próximas lecturas. ¡Qué tema más complicado cuando la cultura se etiqueta con adjetivos que determinan su orientación! ¿Hay una cultura fascista o franquista y otra republicana? O, por el contrario, ¿existe una sola cultura determinada por el contexto temporal y socio-político? En mi opinión, algunos de los escritores denominados fascistas pasan de ser unos parias durante los años 30 a ser casi los pensadores oficiales del régimen, con todas las prebendas y prejuicios asimilados por la ideología imperante del momento. Para algunos fue la oportunidad que nunca hubieran pensado adquirir dentro del mundo literario y, para otros, supuso una plataforma desde la que promover y desarrollar con éxito su carrera literaria. Los contextos temporales marcan cualquier agenda, ya sea cultural, política o social y, desde 1936 hasta 1975 ya sabemos cómo y de qué manera se plasmaba la literatura española.

    Un saludo.

  16. yomismo dice:

    La Literatura es entre otras cosas historia y un libro como este es necesario al margen del valor literario que les otorguemos a los autores y sus obras. Desdeñarlo es desdeñar el interes que tiene la historia en si misma, señores, esto es lo que hay y ya está. Por otro lado, yo creo como se apunta, que muchos de los escritores englobados son escritores mediocres que aprovecharon la oprtunidad del nuevo regimen como platanforma para el lanzamiento de su carrera literaria (de escaso interes la mayria de las veces) que en cualquier otra ocasion jamás se hubiera realizado. Para mi, el ejemplo paradigmatico es Torrente Ballester, un escritor, incomprensiblemente para mi, hoy bien valorado.

  17. juanrio dice:

    Muchas gracias David.
    Debo decirte que si creo importante establecer, en este caso, la etiqueta ideológica, ya que se trató, esencialmente, de una literatura con esa clara intención y que muy probablemente no hubiera tenido recorrido sin el paraguas del régimen de Franco. De hecho, como dice Trapiello, ganaron la guerra pero perdieron su sitio en los manuales de literatura. El hecho claro es que la literatura del exilio tiene, en general, mayor valor que la inmensa mayoría de lo que se publicó en esos años en España. Créeme que acercarse a muchos de los textos que figuran en la segunda parte del libro es en ocasiones un esfuerzo que no merece mucho la pena y no creo que el antólogo los haya escogido con ánimo de denigrar, seguramente sean muestras de lo mas granado de esos años. Tengo pendiente de leer, espero no tenerlo mucho tiempo así, el libro de José Carlos Mainer “Falange y literatura”, así como el de Mónica Carbajosa “La corte literaria de José Antonio”, pero no creo que sus opiniones sobre el valor de los escritos sea muy distinta a la de Rodríguez Puértolas.

  18. juanrio dice:

    Gracias por tu comentario yomismo. Bueno, una parte importante de los autores que aparecen ya escribían antes de la guerra civil, incluso varios estuvieron incluidos en grupos poéticos de estéticas avanzadas, como el ultraismo. Es cierto también que algunos de sus libros son merecedores de mejor suerte, se me viene a la memoria ahora mismo El bosque animado de Wenceslao Fernández Flores, que tuve ocasión de disfrutar no hace muchos años. Torrente tiene algunas buenas novelas y el pésimo recuerdo de cuanto escribió en los primeros años del franquismo, tanto en ficción como en ensayo.

  19. Puigdendolas dice:

    Quisiera destacar una obra de Tomas Salvador, leída cuando era muy joven y que me produjo un especial impacto, se trata de La división 250, una historia novelada de la campaña en Rusia en la participó Salvador como teniente.
    Lo curioso de la obra es que Salvador, lejos de la épica y el heroísmo al uso, refleja la lucha de simples hombres, desde los «guripas» hasta oficiales, desde combatientes de trinchera hasta los de retaguardia. Por si fuera poco entre los protagonistas, en cada capítulo uno diferente, hay un desertor, un homosexual, el miedo omnipresente y la dura realidad de la guerra, también humor y bastante crítica, incluso a los alemanes.
    Una obra que refleja, mucho mejor que la de Vadillo, la realidad cotidiana y la diversidad de la División Azul.

    1. juanrio dice:

      No puedo comparar el libro de Salvador con los de Vadillo, no he leído los de éste. División 250 me pareció muy bueno y además tiene la virtud de estar escrito por un divisionario, con mucha evolución posterior.

  20. FERNANDO NOVALBOS dice:

    Especialmente interesante la reseña de la obra y la inmensa ambición que abarca el esclarecer esta denominada poesía o literatura fascista que adorna con simplezas burdas las vidas de quienes elevaron el signo de la vida en horror, hablo de los dictadores.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Hislibris te informa de que los datos de carácter personal que nos proporciones rellenando el presente formulario serán tratados por Ediciones Evohé, S.L. como responsable de esta web. La finalidad de la recogida y tratamiento de los datos personales que te solicitamos (nombre y correo electrónico) es únicamente gestionar los comentarios que realices en este blog y jamás serán compartidos con terceros (salvo requerimiento legal). Legitimación: Al marcar la casilla de aceptación estás dando tu legítimo consentimiento para que tus datos sean tratados conforme a las finalidades de este formulario descritas en la política de privacidad. Como usuario e interesado te informamos de que los datos que nos facilitas estarán ubicados en los servidores de Factoría Digital (proveedor de hosting de Hislibris) dentro de la UE. Ver política de privacidad de Factoría Digital. Podrás ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación y suprimir los datos en hislibris@hislibris.com e info@edicionesevohe.com, así como el derecho a presentar una reclamación ante una autoridad de control.