LA PESTE NEGRA – Luis Miguel Guerra

La peste negraLa enfermedad se había convertido en compañera habitual. Pero a la angustia y a la histeria colectivas se habían unido otras desgracias, como el pillaje en las ciudades, espontáneo o dirigido por gremios criminales nacidos al calor del enriquecimiento fácil, que encontraban mano de obra en las bandas de mercenarios que habían quedado desocupados al interrumpirse la guerra entre Francia e Inglaterra. En el campo, la situación no era mejor, ya que estos grupos asaltaban a los caminantes, que no eran pocos desde que se había puesto de manifiesto que la única salida para evitar la peste eran las tres palabras: “pronto, lejos y tarde”. Huid lo más pronto posible, lo más lejos que podáis y retornad cuanto más tarde mejor.

Con este título se estrena Luis Miguel Guerra (Barcelona, 1963, licenciado en Geografía e Historia) como novelista dentro de nuestro panorama literario.

La novela narra, en primera persona, las andanzas del médico florentino Doménico Tornaquinci a partir de 1348 y su tormentoso padecimiento a causa de la temible enfermedad que asoló Europa en esa época. Durante la narración, el autor esboza a grandes rasgos los decisivos momentos provocados, a lo largo de aquellos años, por tan siniestro protagonista, denominado como peste negra o bubónica. El cuarto jinete que, junto con la guerra, el hambre y la muerte, cambiaron el curso de la historia.

La peste influyó en los ámbitos demográfico y económico. Primero, llevándose por delante más de una cuarta parte de la población europea que, en aquélla época, giraba en torno a los setenta y cinco millones. Segundo, mediante la creciente influencia de lo urbano –producto del éxodo rural de la plaga-, que empujó a que el sistema de explotación feudal se deteriorase y se colapsase. Esta situación de debilidad fue aprovechada, en primer lugar, por la realeza: imponiéndose de manera gradual al poder que, secularmente, ejercían los nobles. Así, se reforzaron mediante la creación de estados totalitarios. En segundo lugar, por la Iglesia que, bajo el manto permanente de la fe, supo sacar partido de la situación, encumbrándose y estableciéndose como el único remedio posible ante el castigo divino. Estas situaciones provocan sistemáticamente que las relaciones de producción cambien y que la burguesía comience a ocupar un nuevo lugar en las relaciones de poder con el nacimiento embrionario del capitalismo. De todo ello, fue espectadora de excepción la peste negra, que aceleró el cambio en Europa y se unió –con todos los honores- al conjunto de motivos que hoy se conoce como paso de la Edad Media a la Edad Moderna.

La novela, como ya comenté antes, repasa las vivencias de un médico de Florencia que, junto a dos colegas -uno musulmán y otro judío- y la compañía de un monje benedictino de Avignón, reciben el encargo papal de encontrar el remedio para acabar con la plaga. A lo largo del texto –y sin perder un ápice de amenidad- se hace un pequeño repasode la Historia de aquellos años.

Así, el autor planea suavemente sobre los motivos que hicieron posible que el Papado se trasladara de Roma a Avignón (cuestión que tanto dividió al pueblo cristiano) y de cómo éste tejió telas de araña para implicar a favor de sus intereses a la realeza, a la burguesía y al pueblo llano. Se cuenta también por qué eliminó a la Iglesia Cátara, considerándola hereje y cómo se valió de la enfermedad para imponerse como la única fe verdadera ante el crisol de culturas, religiones y razas que deambulaban sin norte ante tanta desgracia.

Es una novela que se lee rápido, es amena y entretiene, ya que ofrece una buena dosis de intriga. Al tiempo, enseñaal lector poco avezado de todo lo que aconteció en aquellos años. Y lo hace con alegría –si se me permite la expresión- lo que supone un mérito indudable. Se adentra ligera y suavemente sobre esa durísima etapa de la humanidad pues, en la narración, le queda al lector esa sensación de que el autor es potencialmente capaz de explotarcada una de las situaciones que someramente contempla aquí, de manera más contundente y profunda. Deja un agradable regusto que invita a saber y conocer más. Eso si, no faltan los “típicos” misterios de orden religioso -¡como no!- para darle ese puntito picante que tanto cautiva, pero sin implicarse en modo alguno, cosa que agradece el entrecejo de quién lo lee. El texto está formado por 32 capítulos titulados al modo Quijotesco y la letra es bastante grande, por lo que se lee de un tirón, ya que son sólo 316 páginas.

Recomendable.

Características técnicas: Editorial Edhasa. Narrativas Históricas. 1ª edición, julio de 2006. Tapa dura con sobrecubierta. 15×23 cms. 316 pp, 19,50 €.

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184 comentarios en “LA PESTE NEGRA – Luis Miguel Guerra

  1. Ignacio el argentino dice:

    Jerufa, me agendo el libro, es un tema interesante, del cual he leído casi nada.
    Felicitaciones y gracias.

  2. Julio dice:

    Hace un tiempo que la vengo pensando sobre ésta, tal vez le de una oportunidad después de tu reseña Jerufa. Te agradecería un poco más de información sobre la trama sin que llegues a dar demasiado.

    Otras dos novelas de la misma época que tocan el tema de refilón y muy recomendables son: la trilogía de Arqueros del Rey de B. Cornwell y la serie de Reyes Malditos M. Druon.

    Saludos,

    Julio

  3. cavilius dice:

    Interesante libro, jerufa, y atractiva reseña (o al revés, que tanto monta). Pregunta colateral: ¿qué se sabe de la epidemia en cuestión, históricamente hablando? ¿De dónde vino, por qué países se extendió, cómo desapareció, afectaba también a los griegos? Es que vivo en la ignorancia.

    Saludos

  4. Arauxo dice:

    Eso, eso, cuenta, Jerufa, cuenta…

  5. pepe dice:

    Recuerdo varias novelas que tienen que ver con el tema. Una que no estaba mal, con médico incluido, era La Plaga, de Ann Benson, que tiene una continuación que no he leido. También me gustó El embustero de Umbría, donde no hay médico pero sí una especie de curandero ambulante. La última, que considero sencillamente soberbia, se llama La Máscara, de Diana Norman, ambientado en la Inglaterra de la Restauración. Se impone terminar el comentario felicitando a Jerufa por esta reseña y por la anterior (la de Gengi). Además de ser estupendas tienen la virtud de que los temas escogidos son interesantes y poco comunes. Enhorabuena.

    Saludos.

  6. jerufa dice:

    Bueno, por fin aqui después de una prolongada ausencia. Para colmo, me dan el ordenador con dos reseñas publicadas y dejadas de la mano de Dios.
    Como esta es recientita y en la de Genji tengo mucha más demanda, si no te importa, querido Cavi, dejaré que sea mi buen y estimado Arauxo quién – de momento- te ilustre y te informe. No me cabe duda de que lo hará -como experto- mil veces mejor que yo. Un saludo a todos y…lo siento, pero he vuelto.

  7. jerufa dice:

    Muchas gracias, pepe, por esas palabras. La verdad, me haceis sonrojar.

  8. Aquiles dice:

    Leí la novela hace casi un año, cuando salió a la venta, atraido por su argumento, un hecho histórico del que he encontrado poca bibliografía escrita en español. Tal y como cuenta Jerufa, se lee con facilidad por la estructuración de los capítulos, porque está narrada con un ritmo ágil y porque el tratamiento que el autor hace tanto de las situaciones como de los personajes consigue que el lector no se desenganche de la lectura del texto. Creo sintonizar con el pensamiento de Jerufa cuando dice que se tiene la sensación de que el autor podría haber abundado más en la obra; a mí, de hecho, se me hizo muy corta, tanto por el hecho de que me gustó como por el hecho de que algunos aspectos están simplemente punteados. En mi opinión, se trata de algo buscado deliberadamente por Luis Miguel Guerra, como si no quisiera extralimitarse y extender el argumento excesivamente. Es notablemente sugerente en cuanto a la presentación de algunos aspectos que tienen su origen en la época medieval como, por ejemplo, el surgimiento de una proto-burguesía nacida en las ciudades y que tiene su origen en el florecimiento del comercio y las manufacturas… una nueva clase social que entra en claro conflicto con la nobleza e incluso con algunos privilegios de la Iglesia. En cuanto a lo que pregunta Cavilius, parece ser que el origen de este mal podría estar ubicado en algún lugar indeterminado de Oriente – aunque la escena que presenta la novela como origen es claramente una licencia narrativa – y se habría propagado a partir del comercio fundamentalmente marítimo, llegando a Europa a través de los puertos más importantes como Génova o Venecia y desde allí, paulatinamente y en distintas fases, a prácticamente toda Europa, desde los paises nórdicos hasta el sur de España. Parece ser que la incidencia de la peste no fue la misma en todos los países, pero queda claro que – en un irónico ejemplo de globalización del sufrimiento – nadie se pudo sustraer a sus efectos (esto incluye a Grecia). Y, al igual que afectó a todos los países, también alcanzó a todos los estamentos sociales, llegando incluso a la realeza; por supuesto, los más poderosos huían de las ciudades – donde la virulencia fue mayor – y se refugiaban en sus posesiones en el campo, pero ni aún así se libraron del mal (si en algo estoy equivocado, espero que gentes de bien como Arauxo o Anthos acudan en mi ayuda y corrijan mis errores). Decía al principio que no conozco tan apenas bibliografía en español sobre el tema y, de hecho, no recuerdo ningún texto relevante que haya sido traducido (aunque imagino que lo habrá y soy yo quien no ha sabido encontrarlo); el caso es que, después de ver un documental en el Canal de Historia sobre el tema, me compré un libro escrito por uno de los profesores que intervenían en dicho documental: se trata de «The Great Mortality. An intimate history of the Black Death». Me parece un acercamiento expuesto de forma clara a este momento tan devastador en la historia de Europa, máxime teniendo en cuenta que su lectura resulta accesible a un lector con conocimientos limitados de inglés como el que suscribe.

    Saludos.

  9. Ascanio dice:

    Jerufa, muy interesante la reseña y el libro, sobre todo porque trata un tema que me atrae mucho. Supongo que será por el «morbo» que siempre ha rodeado a la famosa y terrible Peste negra.
    Por cierto, dicen los estudiosos que unas de las causas de la terrible difusión y extensión de la enfermedad -aparte de la archiconocida falta de higiene-, fue la desaparición de los gatos del entorno del hombre, debido a la fama de animal diabólico que se le otorgaba y, por ello, torturado y matado hasta la casi desaparición de la especie. Y claro, no hay gatos, proliferan las ratas, éstas llevan pulgas, y éstas a su vez, transmiten la bacteria responsable de la peste, la Yersinia pestis.
    Pepe, yo también he leído La Plaga, de Ann Benson. La continuación, que también he leído, no es, ni de lejos, tan buena como la primera parte.
    Pues nada, Jerufa. Otro que tendrás que prestarme. O bien aprovecharé cuando bajes a pasear a tu perra y…¡Oh! ¡Misterio! El libro habrá desaparecido de tu guarida.
    Por cierto, estoy esperando ansiosamente la réplica de Arauxo (también al interesante comentario de Aquiles), porque no me ha quedado muy claro en qué es «experto», como dice mi mmmmano…¿En la Edad Media? No, no lo creo, nunca participa en estos temas…¿En pestes de diferentes calibres y orígenes? Puede ser, puede ser…

  10. Arauxo dice:

    (El experto este de pacotilla ha descubierto que no es, en absoluto, tan experto como creía en sacar tiempo de debajo de las piedras o en estirarlo como a un chicle. E Hislibris es últimamente un agujero negro que consume el poco tiempo libre del que dispone el susodicho experto de las experturas. Asi que, en cuanto encuentre tiempo -¿estará escondido por ahí?-, el experto en perder el tiempo, aparecerá de nuevo para contemporizar con los demás expertos de esta página).

    Un saludo experto.

  11. pepe dice:

    Ascanio, como la respuesta de Arauxo a tu pregunta no es un modelo de claridad, y por si todavía te queda alguna duda, yo interpreto que es experto en contemporizar, que viene a ser adaptarse o acomodarse a las opiniones o a los gustos ajenos…

    Saludos.

  12. Arauxo dice:

    (Sí, pero era un palabro que venía como anillo al dedo para redundar las redundancias…)

  13. pepe dice:

    Bueno, lo que hacemos aquí casi todos es temporizar, en su tercera acepción, que viene a ser ocuparse en algo por mero pasatiempo…

    Saludos.

  14. Ascanio dice:

    Pues el experto de pacotilla ya está perdiendo un tiempo precioso contemporizando con Pepe en vez de responder a los requerimientos.

  15. Tarquinia dice:

    Este libro duerme el sueño de los justos en mi pila de lecturas pendientes hasta que pueda dedicarme a su lectura entusiasta.

    Un gran libro sobre la peste negra en Inglaterra y desde una óptica diferente: me permito recomendaros «El libro del dia del Juicio Final» de Connie Willis, en una magnífica traducción de Rafael Marín para Ediciones B. Esta obra ganó los premios Hugo y Nébula de 1992, porque no se considera una novela histórica, sino de ciencia ficción.

    Que nadie se asuste! Narra un viaje en el tiempo al siglo XIV por parte de unos investigadores de Oxford, para hacer un estudio de campo sobre la vida cotidiana en la baja Edad Media. Dejando aparte la carga científico-fantàstica (que es muy digerible y entretenida, sin fantasmadas hollywodienses), la recreación del trabajo de investigación previo al viaje y la del viaje en si son realmente estupendos. Y la lectura es absorbente.

  16. pepe dice:

    Estimada Ascanio: ignoro la naturaleza de los requerimientos a los que aludes en tu comentario anterior. ¿No te referirás, por ventura, al documento que se leía a los indios y en el que se les daba la oportunidad de someterse pacíficamente a la autoridad de los Reyes de Castilla? El asunto es bien notable: ya en una época temprana de la conquista de América se planteó una viva polémica sobre la licitud de la misma y sobre las condiciones jurídicas en que ésta debía fundarse. Para resolver esta cuestión se redactó el Requerimiento, que se leía a los indios (antes de atacarles) desde barcos o desde la cima de una colina, casi siempre a grandes distancias, unas veces en castellano y otras en latin. En él se justifica la conquista mediante una donación papal.

    A este san Pedro obedecieron y tomaron por señor, rey y superior del universo los que en aquel tiempo vivían, y así mismo han tenido a todos los otros que después de él fueron elegidos al pontificado, y así se ha continuado hasta ahora, y continuará hasta que el mundo se acabe.

    Uno de los Pontífices pasados que en lugar de éste sucedió en aquella dignidad y silla que he dicho, como señor del mundo hizo donación de estas islas y tierra firme del mar Océano a los dichos Rey y Reina y sus sucesores en estos reinos, con todo lo que en ella hay, según se contiene en ciertas escrituras que sobre ello pasaron, según se ha dicho, que podréis ver si quisieseis.

    Bartolomé de las Casas dijo de él que era «una burla de la verdad y de la justicia y un gran insulto a nuestra fe cristiana y a la piedad y caridad de Jesucristo» y que no tenía ninguna legalidad.
    No se puede decir ni mejor ni más claro …

    Si así lo hicieseis, haréis bien, y aquello que sois tenidos y obligados, y Sus Altezas y nos en su nombre, os recibiremos con todo amor y caridad, y os dejaremos vuestras mujeres e hijos y haciendas libres y sin servidumbre, para que de ellas y de vosotros hagáis libremente lo que quisieseis y por bien tuvieseis, y no os compelerán a que os tornéis cristianos, salvo si vosotros informados de la verdad os quisieseis convertir a nuestra santa Fe Católica, como lo han hecho casi todos los vecinos de las otras islas, y allende de esto sus Majestades os concederán privilegios y exenciones, y os harán muchas mercedes.

    Y si así no lo hicieseis o en ello maliciosamente pusieseis dilación, os certifico que con la ayuda de Dios nosotros entraremos poderosamente contra vosotros, y os haremos guerra por todas las partes y maneras que pudiéramos, y os sujetaremos al yugo y obediencia de la Iglesia y de Sus Majestades, y tomaremos vuestras personas y de vuestras mujeres e hijos y los haremos esclavos, y como tales los venderemos y dispondremos de ellos como Sus Majestades mandaren, y os tomaremos vuestros bienes, y os haremos todos los males y daños que pudiéramos, como a vasallos que no obedecen ni quieren recibir a su señor y le resisten y contradicen; y protestamos que las muertes y daños que de ello se siguiesen sea a vuestra culpa y no de Sus Majestades, ni nuestra, ni de estos caballeros que con nosotros vienen.

    Saludos.

  17. Ascanio dice:

    Uy, miedo me da. Yo de Arauxo respondería a esos requerimientos, sí.

  18. jerufa dice:

    ¡Joder! Me imagino a los pobres indios con cara de alucine mientras entre vociferio y vociferio recibían machetazos y lanzazos…por si las moscas, ¿no?. Así cualquiera decía que no. Eso era democracia.

  19. jerufa dice:

    En breve atenderé la reseña como es debido.
    Adió, adió.

  20. Luismi dice:

    Hola a todos. Soy el autor de «La peste negra». Gracias por vuestros comentarios y a vuestra disposición.
    Un saludo afectuoso

  21. hec dice:

    Bienvenido Luis

  22. cavilius dice:

    Bienvenido, Luismi, y gracias por tendernos la mano. Por mi parte, voy a tomarme el brazo: el título de tu libro me da la impresión de que busca más llamar la atención hacia un trozo de Historia que hacia la historia que se narra, ¿no? Quiero decir que, al contrario de otra mucha literatura histórica que corre por las librerías, parece (ya digo, sólo por el título, pues no he leído tu libro) que se le da la importancia que merece a los hechos históricos, a explicar la Historia, sin que ello tenga que ir necesariamente en detrimento de montar una trama sugerente. Chapeau si es así, pero si no lo es, ¿por qué ese título y no otro donde aparecieran palabras «gancho» como código, secreto, clave, hermandad, crimen… ? Claro que peste negra también tiene su gancho, pensándolo bien…

    En fin, lo dejo antes de que me conteste yo a mí mismo. Gracias, Luismi, por asomarte por aquí, y un saludo.

  23. Paco T dice:

    Saludos a todos, especialmente a Jerufa, agradeciéndole esta nueva e interesante reseña, y a Luismi, que además se ha puesto a nuestra disposición… Una pregunta, Luismi: ¿cuáles han sido las principales fuentes que has manejado para escribir la novela?, ¿qué libros modernos sobre el tema has utilizado?, ¿alguna fuente española especialmente destacable acerca de este acontecimiento? Mil gracias y de nuevo un saludo

  24. Luismi dice:

    Hola Paco T

    Las fuentes para la novela han sido muchas y variadas.Cada vez que planteaba un tema buscaba la información necesaria tanto en manuales de Historia general como algunas monografías sobre la religiosidad medieval, la vida cotidiana en Al-Andalus, el judaismo, los mongoles y, por supuesto manuales de Historia de Arte. En cuanto a la bibliografía española sobre la peste en concreto es ciertamente escasa. Hay una obrita de divulgación muy interesante que trata todos los aspectos y que se llama «La peste negra» y es de Angel Blanco Rebollo publicada en Anaya. Ahora, yo recomendaría leer el prólogo del Decameron de Bocaccio, auténtica crónica periodística de lo que estaba sucediendo en Florencia en aquel momento y ver «El séptimo sello» De Bergman.

    Un saludo
    Luismi

  25. jerufa dice:

    Hola Luismi. Es para mí un auténtico honor cruzar unas palabras contigo. Pocas veces, al menos en mi ámbito, se tiene la suerte de que un escritor -profesión que admiro profundamente- se diriga a tí para ofrecerte toda su atención en relación con una pequeña aportación que has hecho. Agradecido de nuevo.
    En primer lugar, decirte que tu libro me gustó mucho. Lo ví sumamente ameno en la lectura y satisfactoriamente didáctico en lo referente a la época histórica que trata. Momento que no conozco más que superficialmente pero que me resulta apasionante de verdad. Es por eso que en la reseña me hago esa pequeña cuestión. Has untado con una vistosa salsa el pastel, pero creo -por los aromas que desprende- que de sabor tiene que estar mucho mejor. Es decir, leyendo la novela te quedas con la sensación de que ésta podría llegar un poquito más lejos, estrujar más los pasajes y los acontecimientos sin que pierda amenidad. ¿Te lo has planteado así o ha sido una primera toma de contacto de a ver que pasa. Por ponerte un ejemplo, nos pones por delante un cristiano, un árabe y un judío en busca del remedio. Tratas de los diferentes puntos de vista entre ellos, pero… tantos dias de viaje no hubieran dado para más cruce de cultura entre ellos?. Aquí, por ejemplo, me quedé con las ganas.
    Otra cosita, ¿serán de este tipo tus siguientes publicaciones o piensas darte un cambio de rumbo?.
    De momento, nada más, reiterarte el honor y desearte suerte. Un abrazo.

  26. Luismi dice:

    Hola jerufa

    No es la primera vez que me dicen que la novela sabe a poco, vamos a decirlo así y que se queda, como tú dices, en el aroma. En otros comentarios (muy interesante el de Aquiles) en esta misma página aparece la misma sensación. Es evidente que la obra abre muchos temas en torno al fundamental y que realmente da la sensación de que podía haber ido más allá pero no quise dar más peso a una situación que a otra, la parte científica, los puntos de vista culturales, la cuestión política, la cuestión social… incluso la parte más, digámoslo así, mágica. Y también hay un elemento que creo importante, profesionalmente me dedico a la enseñanza de la Historia en un instituto de Bachillerato. La capacidad de síntesis para explicar situaciones que tienen mil matices es parte del trabajo diario, sobre todo en una materia como la mía, y supongo que eso tiene algo que ver. Aquí añadiré que puede también haber influido el trato diario con la gente joven que pide un tipo de lectura agil, trepidante, casi cinematográfica. Te contaré algo que me ocurre últimamente. La novela se ha leido en algunos institutos y ha entrado en un programa de recomendaciones para escuelas y he ido a hablar de ella a algunas. El recibimiento es bueno, les gusta, el asunto «morboso» les llama la atención… Pero siempre hay tres cosas que dicen. La primera, que engancha, segundo una queja femenina, hay pocas mujeres y la segunda, el capítulo del cisma de Aviñón no les gusta por farragoso y porque, según algunos, no tiene que ver con la obra. Por eso te digo que quizás, sin ser literatura juvenil, puede que haya algo de ella. Y también puede haber algo com tú bien dices de «haber que pasa»
    Sobre el futuro te diré que estoy trabajando en otra novela ambientada en los años inmediatamente anteriores al descubrimiento de América. Ya que he conseguido entrar en este mundo no pienso soltarlo. Pienso que es más novela, que profundiza más en los temas que van surgiendo y que espero la leais, si pasa la criba del editor, y podamos comentarla.

    Estoy encantado de poder intercambiar con lectores de mi novela. A la lietratura le pasa un poco como a la educación, sabes hasta donde has hecho un trabajo pero pocas veces conoces el resultado final y lo que se piensa de él.
    La página me la recomendó Antonio Penadés, un compañero que también ha publicado en Edhasa, «El hombre de Esparta», gran novela, os la recomiendo.

    Un abrazo

  27. Aquiles dice:

    Coincido con Luis Miguel en su recomendación de la obra de Ángel Blanco (aunque no pasa de ser una mínima obra de divulgación) y, por supuesto, en su recomendación de «El séptimo sello» con escenas sublimes como esa última en la que los protagonistas representan una auténtica «danza de la muerte», una representación que, si no me equivoco, nace durante la Edad Media merced a una visión pesimista de la vida consecuencia de la conjunción de hambre, guerras y enfermedades.
    Para finalizar, espero que «La peste negra» sea la novela ganadora de la III Semana de Novela Histórica de Zaragoza que se va a celebrar inmediatamente. Desconozco la calidad de las demás obras presentadas, pero dudo que superen a ésta. Suerte.

  28. Aretes dice:

    Luismi, enhorabuena no por tu novela, que aún no he leido, sino por tener en cuenta tan claramente las críticas que te hacen incluso lectores más jóvenes. Me parece muy, repito muy necesario que existan personas interesadas de esa forma en lo que leen nuestros hijos y cómo hacérselo fácil a la hora de introducirse en este mundo de la historia. Gracias por la parte que me toca como madre.
    Un saludo

  29. Luismi dice:

    Hola Cavilius
    Primero disculpa la tardanza en contestar pero es que tu comentario se me pasó por alto. Ahora los he repasado y me he dado cuenta del olvido. Discuylpas otra vez.
    Me preguntas por el título. Te contaré la historia. En origen la novela se titulaba tal y como reza el subtítulo «Pronto, lejos y tarde», el dicho utilizado en la edad media como remedio contra la peste: Huye pronto, muy lejos y tarda en regresar. Después decidimos con el editor que era mejor el que lleva. Lo que no te voy a discutir es que la intención de tanto el uno como el otro es dar importancia a lo que es: una novela basada en hechos históricos donde lo que importa es explicar la historia. Te doy la razón en lo de huir de determinadas fórmulas para atraer. Yo soy historiador y la historia ya es lo suficientemente interesante por sí sola para aderezarla con misterios y teorías descabelladas. Me podrás decir que yo introduzco un elemento mágico o semimágico como la hierba que cura pero lo he hecho por tener un elemento que ilustre lo que para ellos era sobrenatural y a que se achacaba y que nosotros hoy llamamos medicina.
    Ahora una idea personal (el presentido) La novela histórica tiene que respetar lo sucedido. La guerra de los cien años acabó como acabó y no puedes variar el final. Y también es novela, es necasiara una historia y unos personajes con quien identificarse. Yo lo diré abiertamente mis paradigmas de novela histórica es «Yo, Claudio» de Graves, un ejemplo de como la historia por sí sola es una aventura apasionante y «El nombre de la rosa» de Eco, un compendio de filosofía, arte, costumbres, religión, etc, medievales con un hilo conductor que atrae a lectores ajenos a la Historia y que parte de la idea de la existencia de un libro que existió realmente y hoy a desaparecido.
    Y, por último, un saludo afectuoso a Aretes. «Che» Guevara decía que la principal arcilla del futuro es la juventud. Yo añadiría, y antes la infancia

    Un saludo afectuoso para todos.

  30. richar dice:

    Saludos a todos y perdonad que haya tardado en asomarme por aquí, pero el trabajo me tiene absorbío perdío.

    Lo primero, dar la enhorabuena a jerufa por una nueva reseña realmente interesante. Si tuviéramos un premio al mejor «rookie», sin duda te lo llevarías por la calidad y originalidad de tus primeras reseñas.

    Lo segundo, dar la bienvenida a Luismi por aparecer por aquí y «enfrentarte» a esta panda de aficionados (en el buen sentido de la palabra) a la historia, ya sea novelada o no. Ya lo he repetido varias veces, pero el hecho de que los autores de los libros se dejen ver por aquí y compartan con nosotros un espacio donde charlar sobre sus obras, enriquece Hislibris que da gusto.

    Por cierto, que mencionas «Yo, Claudio» y «El nombre de la rosa», dos de las novelas recurrentes de este lugar. De la primera puedes encontrar la reseña aquí: https://www.hislibris.com/?p=205 . De la segunda aún no existe, pero alguno de sus adoradores (Arauxo, me refiero a ti) debería ir poniéndose manos a la obra.

    A Antonio Penadés vamos a tener que invitarle a unas cervezas, porque va por ahí recomendando Hislibris al libre albedrío, sin darle importancia al fregao en el que os mete a los escritores… él sabrá…

    Por último, decir que me extraña sobremanera que aún no hayan aparecido Arauxo, para colgarnos una de sus sábanas sobre la Edad Media (vamos compañero, que este hilo está en su punto), o Anthos, para soltarnos… vaya, otra de sus sábanas también. En cualquier caso, ¡¡apareceos!!

    Un saludo a todos,
    Richar.

  31. cavilius dice:

    No hay por qué disculparse, Luismi, porque no es que mi comentario se te pasara por alto; es que… antes no estaba.

    Gracias por tu respuesta, estoy muy de acuerdo contigo en todo lo que dices sobre lo que ha de ser una novela histórica. Un saludo.

  32. clio dice:

    Cómo me gusta esto, que los autores se impliquen y nos comenten sus obras, nadie mejor que ellos para decirnos lo que supone su trabajo, como han organizado la historia, cuales son sus referencias más cercanas etc.., enhorabuena Luismi, gracias por tus comentarios y decirte, que ya estas en la lista de lecturas de «pero ya».Saludos

  33. pepe dice:

    Los médicos que tenían que enfrentarse a la peste solían llevar una máscara en forma de pico de ave que contenía ciertas sustancias aromáticas para protegerse del contagio. Aquí se pueden ver dos ejemplos, uno más antiguo que el otro:

    http://www.aruspice.org/wp-content/uploads/2006/06/Medico_peste.jpg
    http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/e/e2/Pestarzt.jpg

    Como curiosidad, el seudónimo que Juan Manuel de Prada utilizó cuando se presentó al premio Planeta fue, precisamente, El médico de la Peste. La novela con la que ganó, La Tempestad, tiene que ver con el cuadro de Giorgione, pero no la he leído y no puedo decir nada de ella.

    Saludos.

  34. Arauxo dice:

    Dado que mi espíritu cibernético ha sido invocado ya en varias ocasiones, aparezco de nuevo sólo para dar mi enhorabuena a Jerufa por la elección de la obra y por la estupenda reseña que nos regala; a Aquiles, por la excelente síntesis que sobre la materia ha esbozado; y a Luis Miguel Guerra por la excelente deportividad, la humildad y el buen humor de los que ha hecho gala al aparecer por estas páginas sin otra pretensión que conversar informalmente con algunos de sus lectores reales y potenciales.

    Y a Richar debo pedirle ahora lo que a él también parece haberle faltado en los últimos días: un poquito de tiempo, por favor. Que los hombres no somos escopetas, como dice un antecesor mío…

    Un saludo to agobiao (y que conste, por supuesto, que a Arauxo le encantaría hablar de Peste Negra, faltaría más…)

  35. Antonio Penadés dice:

    Richar, no sólo acepto esas cervezas (así, en plural, lo que significa varias e incluso muchas) sino que te tomo la palabra.

    Coincido con la opinión de Jerufa y de Aquiles. La novela del amigo Luis Miguel reúne todos los ingredientes de la novela histórica de alto nivel: argumento muy bien estructurado, personajes atractivos, aspecto formal impecable -redacta de maravilla- y contextualización soberbia. Uno pasa un rato magnífico leyendo esta novela y, de paso, aprende con garantías sobre un tema interesantísimo. Enhorabuena y a por la próxima.

  36. Luismi dice:

    Antonio, yo también me apunto y a pagarte unas cuantas, esto son amigos y lo demás son tonterías, leyendo el comentario casi me sonrojo cual princesa cátara, que se ve eran muy dadas al tema. No es que uno peque de modestia pero con opiniones así no tengo más remedio que terminar la siguiente a la carrera.

  37. Ascanio dice:

    Pepe, lo que comentas de las máscaras, aparece en una muy buena película, Restauración, basada en la excelente novela homónima de Rose Tremain.

  38. Valeria dice:

    Resulta curioso pensar en la cantidad de médicos (por emplear el lenguaje actual) que aparecen como protagonistas o, al menos, como personajes de primer orden, en la novela histórca de cualquier época . Desde María de Magdala de Slaughter, hasta la Peste Negra que estamos comentando, se me están ocurriendo bastantes. Suelen ser personajes con mucho potencial para los narradores. A mi siempre me ha atraído, por ejemplo, la figura de Claudio Galeno, no sólo por su importancia en el desarrollo de la medicina sino también por su fascinante trayectoria personal. Lástima que la única novela histórica que he leído sobre este personaje me haya parecido realmente decepcionante.

    Y aprovecho el comentario para agradecer a Antonio y a Luismi que se personen por estos lares. Un saludo.

  39. pepe dice:

    Efectivamente, es una injusticia que haya tantos médicos protagonistas y tan pocos veterinarios. De hecho ahora mismo no me viene a la cabeza ninguno …

    Saludos.

  40. Ascanio dice:

    Grrrrr….

  41. Ascanio dice:

    Perdonad lo de antes, pero se me ha escapado un perro de una jaula y se ha puesto a escribir desde mi ordenador.
    Y ahora volviendo al tema de los veterinarios en la literatura, existen una serie de libros sobre las peripecias -reales-, de un veterinario inglés en la época de la Segunda Guerra Mundial. El veterinario – y autor de los libros- se llama James Herriot.
    Algunos de los títulos son Un veterinario en la RAF, Un veterinario en apuros, y algunos más que ahora no recuerdo. Desgraciadamente, y a pesar de que estos libros constituyen un clásico de la literatura anglosajona, en España ya son muy difíciles de encontrar.
    Los recomiendo no sólo a veterinarios, sino a cualquiera que quiera reírse un rato con anécdotas muy divertidas y con la vida diaria en la Inglaterra de los años 30-40-50.

  42. pepe dice:

    Pues sí que parece verdaderamente una desgracia, sí, que no se puedan encontrar esos clásicos de la literatura anglosajona con títulos tan sugerentes, no tengo palabras…

  43. Ascanio dice:

    Que conste que me callo porque la reseña es de mi mmmano, y cuando me vea me va a arrear…
    Aunque he descubierto que estos libros existen en vasco, así que igual te mando uno, Pepe, para que te vayas familiarizando con el idioma y los veterinarios.

  44. jerufa dice:

    Pepe, yo tengo en casa La Tempestad libro del que recomiendo su lectura. Hace tiempo que lo leí y, efectivamente, esa especie de pico de ave tan desagradable es la máscara que porta el asesino de un conocido coleccionista de arte de la época en que se desarrolla la acción para ocultar su identidad. Pero son cuadros distintos, el de Giorgione se analiza en el interior y no es el que figura en la portada. Un buen libro, si señor.

  45. Casio dice:

    ¿Y los de Durrell (Gerald, no Lawrence), Ascanio?
    No es veterinario, pero casi.

  46. Ascanio dice:

    Ah, sí, es verdad, el naturalista. Recuerdo vagamente Mi familia y otros animales. Creo, porque lo leí hace mil millones de años, cuando todavía era una anfibia y no había colonizado la superficie terrestre.

    (…)

    (Cielos, creo que tengo que dejar de esnifar pegamento…)

  47. pepe dice:

    Jerufa: gracias por la recomendación. Yo también tengo en casa La tempestad aunque no pensaba leerla inmediatamente. En realidad, quería endosársela a mi mujer que está terminando Las Memorias de Giorgione, pintor veneciano de Claude Chevreuil, y ya está metida en el tema. Por cierto, creo que este último le está gustando, gracias Clio por la recomendación.

    Saludos.

  48. clio dice:

    De nada Pepe, me alegro que le esté gustando, Giorgione es un pintor un tanto misterioso y su cuadro «La tempestad» es dificil de analizar y da para tema esotérico, aunque no conozco el libro que mencionais.

  49. arwen dice:

    queridisima ascanio, ese libro de James Herriot te lo regale yo ¿ a que si?

  50. Arauxo dice:

    Propongo cambiar el nombre de Hislibris por el de «La gran familia»…

  51. Valeria dice:

    …y uno más (el de azul)

  52. Arauxo dice:

    Esto debe ser el humor celta y la retranca gallega…

  53. Aquiles dice:

    Volviendo al libro, una pregunta para Luismi: ¿no te has planteado elaborar un ensayo en profundidad sobre el tema, dada la escasez de bibliografía existente en español?

  54. Ascanio dice:

    Requetequeridísima Arwen, pues no me acuerdo, pero no me extrañaría. Sí me acuerdo de «Calor de hogar», de Vitus B. Droscher, también naturalista.
    Jerufa y Pepe, ¿habláis de La tempestad de Juan Manuel de Prada?
    Ese no lo he leído, pero comencé Las máscaras del héroe, y se me atragantó (supongo que sin motivo).

  55. pepe dice:

    Sí, Ascanio, hablamos del devoto Prada, como le llama su amigo Javier Marias; ambos estaban ayer firmando en la Feria.

    Saludos.

  56. jerufa dice:

    Yo lo tengo en casa, Ascanio…y Genji…y la peste negra…..

  57. Luismi dice:

    Hola Aquiles
    Pues la verdad es que no, aunque reuní bastante documentación. En la rueda de prensa de presentación del libro me preguntaron la mismo, La respuesta fue que no me veo como un Hobsbawm, un Fontana o un Thompshon (mis héroes en el campo de la historia) Además pienso que una novela que se mantenga fiel a la historia, utilice correctamente los datos y no trate de cambiarla puede ser utilizada como manual. Los personajes y las conversaciones entre ellos ¿fueron o no? ¿Quién lo sabe? además, una buena conversación puede dar muchas claves de porqué sucedieron las cosas. A mis alumnos les pongo un ejemplo de «Lo que el veinto se llevó» (que na die se espante) Si toca la guerra civil americana y explico las causas de la derrota del sur, el asunto quedará como un dato más dentro de una lista abstracta e interminable de causas y efectos. Otra opción es partir de un primer contacto con el asunto viendo la escena en «Los doce robles» en la que los hombres discuten sobre la guerra. Los caballeros del sur están deseosos de combatir. Red (C. Gable) les baja los humos diciendo que en el sur no hay una sola fábrica de cañones y que el norte tiene una flota que los bloqueará. A veces dos frases abren más expectativas que lecciones enteras. Lo mismo sucede con la 1ª Guerra Mundial y los dos primeros minutos de «Senderos de Gloria» de Kubrick.
    Que nadie me malinterprete, soy un lector ávido de ensayos pero pienso que la novela histórica puede ser un instrumento para conocer y después profundizar en los temas más allá de la ficción, lo mismo que determinadas películas. Es más, creo que una buena novela histórica puede borrar el sambenito que tiene la asignatura de que con empollar basta para pasarla, no hay que entender nada. Os vuelvo a recordar que mi público habitual tiene 17/18 años y quizás me mediatiza el hecho de como engancharlos. En fin a ver que os parece, no es la primera vez que me dicen que soy una especie de criminal pedagógico.

    Un saludo

    Luismi

  58. Arauxo dice:

    Pues no, Luismi, no creo que lo seas. Utilizas los recursos pedagógicos que tienes a tu alcance para hacer más atractiva la Historia a personas que se aproximan a ella tal vez por primera vez. Y la novela histórica cumple también esa función: trasladar al lector a un tiempo pasado, recreando acontecimientos y resucitando a sus protagonistas. Insufla algo de vida a personajes y realidades que sólo son nombres y descripciones en los libros de Historia. Cumple, además de otras, una función divulgativa. Pero debe advertir al lector, eso sí, de las licencias que el autor se permita con los hechos, permitiéndole así discriminar entre realidad y ficción. En tu caso, tú eres el tutor que debe ayudar al alumno a descubrir la verdad histórica que pueda haber en una novela o en una película. Nada malo hay en ello.

    Donde empieza el problema es en las historias disparatadas de cuentistas que tratan de engañar al lector, haciéndole creer que la montaña de estupideces que contienen sus libros pudieron haber sucedido realmente… Y ya la hemos liado. La vacuna contra semejante epidemia, tal vez consista en inculcar en el aficionado al género -en el alumno, por ejemplo-, la necesidad que siempre existe de contrastar los hechos que se dan por ciertos.

    Un saludo.

  59. Luismi dice:

    Sólo el que es profe de historia o arte sabe el mal que han hecho cosas como «El código Da Vinci». Aunque también en el error hay conocimiento. Te animo a buscar gazapos históricos en dos buenas películas de acción «Gladiador» y «El reino de los cielos». Lo hicimos en clase y resultó muy entretenido (se recomienda tener a mano internet)

    Luismi

  60. Epaminondas dice:

    ¡Que manía de colarnos senadores Graco cuando se quiere mostrar un lider popular opuesto a la tiranía!, vale para cualquier época de la historia de Roma.

    Menos mal que no lo sacan en la serie Roma.

    Y conste que los dos actores que los interpretan son dos actorazos: Derek jacobi, y Charles Laughton.

  61. Valeria dice:

    Hola, Luismi. Yo no soy profesora, ni he estudiado Historia, pero cuando una novela es buena recorro siempre el mismo camino: de la novela a los libros de historia. Siempre acabo investigando, queriendo saber más de la época, de los personajes, de las causas, de si efectivamente hubiera podido suceder en el contexto histórico lo que en el guión está escrito. Y acaba conviertiéndose en una aventura apasionante. Aún no he leído tu novela, pero lo haré, palabra. Y partiendo de ese punto negro en mi expediente -que hablo sin haberla leído- y como madre de un gran lector de doce años, me permito la osadía de decirte: la buena literatura histórica no tiene destinatarios de una determinada edad. Quiero decir que yo no creo que debas limitar tu talento o tu labor creativa por el noble objetivo de enganchar a jóvenes de diecisiete años. A lo mejor te sorprenden y se enganchan igual.

    Y siendo Gladiador (opino) una buena película, que disfruté muchísimo, tengo que reconocer que casi me da un soponcio cuando dijeron que «al fin y al cabo, Roma se fundó como una república».

    Como siempre, es un placer comentar estas cosas. Un saludo a todos.

  62. Luismi dice:

    Hola Valeria

    Totalmente de acuerdo contigo: la novela histórica no tiene edad. Te recomiendo una lectura que en su día me hizo reflexionar bastante sobre esto que comentas: «Como una novela» de Daniel Pennac.

    Un saludo

  63. Arauxo dice:

    Y de El reino de los cielos y la interpretación maniquea políticamente correcta que ofrece Ridley Scott a lo que él mismo entiende como un público con encefalograma plano, mejor no hablar… La batallita, estupenda, eso sí.

  64. pepe dice:

    Luismi: no acabo de ver por qué novelas como El código Da Vinci han hecho tanto mal a la Historia, del mismo modo que no creo que películas como Jurassic Park hayan hecho daño a la biología molecular o a la palentología, ni creo que las novelas de ciencia ficción -aún las más disparatadas- hagan daño a la física o a la ciencia aeroespacial. Que se lo hagan al buen gusto o a la buena literatura, es otra cosa.

    Saludos.

  65. clio dice:

    Pues es curioso, Pepe, pero cuando la ciencia ficción es hacia el futuro, siempre decimos: Bueno puede que un dia se llegue a esto, o descubriremos esto otro, o puede que sea fácil viajar a la velocidad de la luz…, pero en cambio cuando la ciencia ficción es hacia el pasado, no se porque extraña razón hay gente que lo cree a pie juntillas, todas estas teorias a lo «Código Da Vinci», en cerebros virgenes de historia se anclan y deciden qué eso es lo que verdaderamente ocurrió, no se si me he explicado bien pero eso es lo que percibo, de ahí las capitanas cattelas y algunos más ( de más edad), quizás lo que haces Luismi, de comentar los gazapos en pelis tambien habría que hacerlo en los libros que a veces leemos. Con respecto a las obras de arte (ejemplo Virgen de las Rocas en el famoso Código) pues nadie sabe a veces lo que quiere expresar un artista con su obra puede haber interpretaciones varias, y desde luego las esotéricas son mucho más emocionantes, pero si nos ceñimos a Leonardo , al fin y al cabo era un hombre de su época, humanista profundo, y gran investigador y con una manera de pintar muy pero que muy personal a partir de ahí….

  66. Koenig dice:

    Buenos días.

    Totalmente de acuerdo con el libro que recomienda Luismi. Una lectura interesantísima.
    La metodología que propone para animar a la lectura es muy interesante. También su negación del «Dogma». Y el decálogo del lector… :)

    P.D. Aprovecho para recomendar sus novelas en torno a Benjamin Malussene. Entre otras.

    Un saludo.

    Koenig.

  67. clio dice:

    http://www.diplomatie.gouv.fr/label_France/ESPANOL/DOSSIER/2000bis/11pouvoir.html, en esta dirección viene una entrevista muy interesante a Daniel Pennac, y efectivamente Koenig, las novelas de la familia Malussene, deben ser interesantes

  68. Luismi dice:

    El problema de «El Código» como de otras es inventar cosas que no son y que alguien las tome como verdaderas, el desarrollo de l acción es otra cos, te puede gustar más o menos (a mí personalmente, nada). En su última obra el autor nos obsequia con una Sevilla que nunca existió y donde, por ejemplo, para subir a la Giralda hay un montón de escalones. Al menos podría haberse tomado la molestia de enterarse que no hay ni uno sólo,que el acceso es por rampas.
    Sobre la obra de arte es obvio que la interpretación es libre pero ver cosas dónde no las hay me parece excesivo. A Picasso una vez dos críticos le explicaron lo que el toro de «Guernica» representaba para ellos. Uno dio una visión positiva y otro negativa y a los dos dió la razón. La obra, una vez expuesta (cualquiera) deja de ser del autor. En el caso de Leonardo la cosa se complica, en el «Tratado de pintura» se lee, «La pintura es cosa mental» y en la mente de un genio así debía haber de todo, lo que pretendía decir y lo que decía sin pretender. ¿Mensajes en la Santa Cena? Personajes ambiguos hay en todas su obra. Os daré más datos: «Gioconda» no tiene cejas ni uñas, María en «La Anunciación» levita sobre la silla, la composición de «Santa Ana, la Virgen y el Niño» es cuando menos delirante, por no hablar del buitre que Freud ve en cuadro… en fin, un genio. ¿Un miembro de una secta secreta con un complot a desarrollarse en el fin de los tiempos? La verdad, no me tienta. Os recomiendo una página web si quereis ver toda su obra http://pintura.aut.org/ y una gran novela sobre él «El romance de Leonardo» de Merezhkovski.

  69. cavilius dice:

    No conocía esa página, Luismi, es estupenda.La acabo de incluir en Favoritos.

    Saludos.

  70. pepe dice:

    Luismi y Clio, siento seguir en desacuerdo con vosotros. Dice el primero que el problema de El Código es inventar cosas que no son. Pero hombre, ¿qué otra cosa si no hace la literatura?
    ¿Vamos a censurar una novela por contener cosas que no son verdaderas por el miedo de que alquien las tome como tales?
    No hablamos de un ensayo ni de un manual de Historia, que incluso éstos admiten también visiones subjetivas…

    No he leido El Código, ni entra en mis planes hacerlo. No tengo tampoco por qué defenderla, pero le reconozco el mérito de haber animado a mucha gente a leer (y quizá ha llevado a alguno a interesarse por la Historia o por el arte, en última instancia). Gente que tal vez se anime después a leer cosas mejores.

    Coño, ahora que lo pienso, a lo mejor, sí que me animo a leerlo, dado que lleva camino de convertirse en un icono del mal gusto histórico-literario. Y después sigo con la Julia Navarro y el Iker Jiménez (Jesús bendito …)

    Saludos.

  71. pepe dice:

    Por cierto, Luismi, algunas personas habituales de ésta página hablan a veces de El Foro. Sin saber bien a qué se refieren, creo que allí hay un hilo de novelas históricas «con arte» en el que Clio, que es nuestra experta en el tema, recomienda, entre otros, el libro sobre Leonardo que mencionabas antes.

    Saludos.

  72. clio dice:

    Pepe, el problema no es el inventar cosas que no son, propias como dices de la literatura, pero la segunda parte de la frase de Luismi es «sino que alguien las tome como verdaderas» ahí es donde radica el problema, por supuesto que cuando hablamos de «novela» histórica o no han de inventarse situaciones, dialogos etc.. que igual no se dieron, e incluso se puede ir más lejos e inventarse teorías sobre hechos concretos, pero lo cierto es que no puedes creerte de cabo a rabo una cosa que sale de la imaginación de un autor sobre todo cuando nos referimos a hechos históricos, y claro que es bueno que la gente lea, aunque sea el Código da Vinci (aunque hay libros con acción, suspense y teorias descabelladas que están mejor escritos que éste) pero de ahí a que te creas lo que lees va un abismo, no se si me explico. Gracias por lo de «experta en el tema» pero no lo creo, solo que como hice Historia del Arte y me gusta tanto la novela histórica pues todo lo que cae en mis manos relacionando los dos temas, pues lo leo y de ahí surgio el hilo que colgué en el foro, efectivamente el libro sobre Leonardo que menciona Luismi, es de los mejores y bastante antiguo se publicó en 1902, este autor ruso fué propuesto para el Nobel de literatura en 1933, parece ser que la versión alemana del libro sirvió a Freud, para su interpretación de Leonardo.

  73. Luismi dice:

    Hola Clio
    Que sepas que yo también soy de Historia del Arte cuando colgaba de la licenciatura de Geografía e Historia

  74. cavilius dice:

    Creo que cuando Luismi ha dicho que el mal de esta literatura «codigodavinciana» es inventar cosas que no son y alguien las tome como verdaderas ha errado el adjetivo y no sé si también la intención. Yo pienso que, más que verdaderas, sería más adecuado decir verosímiles, entendiendo por tal (en la segunda acepción que le concede el Diccionario de la RAE) lo que es creíble por no ofrecer carácter alguno de falsedad. De este modo, una historia verosímil, aun no siendo verdadera, se presentaría al lector como posible.Pero incluso este otro adjetivo habría que cogerlo también con pinzas, porque si en su definición aparecen términos como «creíble» o «falsedad», entramos en el terreno de la subjetividad de cada uno de nosotros: lo que para mí es creíble porque no veo en ello nada falso, para otro puede no serlo porque sí ve falsedad. La literatura histórica, opino, ha de saber combinar lo verdadero con lo verosímil, y evidentemente no es problema del autor si el lector confunde lo uno con lo otro. Quizá por ello, para evitar esta posible confusión, muchas novelas históricas van acompañadas de un prólogo o un epílogo que aclara cuánto hay de auténtico y de inventado en el texto.

    Pero es que, para rizar el rizo, tampoco pasa nada porque una novela histórica sea o no sea «verdadera», «verosímil», «creíble» o «posible». Si así sucediera, sólo sería indicativo de que se refugia más en lo de «novela» que en lo de «histórica». ¿Y qué? El autor es soberano a la hora de crear, como lo es el lector a la hora de decidir si le gusta o no. Alguien que conozca la obra de Leonardo da Vinci, o la historia de los templarios, o si en la Giralda hay o no hay escalones, quizá le guste descubrir que en las novelas históricas se es fiel a la verdad; quien lo desconozca lo pasará por alto cegado por su ignorancia y la novela podrá igualmente gustarle, y su sentido común le ayudará a decidir si aquel dato es verdadero, falso, o si vale la pena investigarlo en un libro de historia. Pero, como digo, independientemente de que sea verdadero o falso, la novela podrá gustarle o no, que es de lo que se trata. Porque lo que tiene entre manos no es un manual de historia sino LITERATURA.

    Yo me pulí El Código Da Vinci en un fin de semana y no me gustó ni para abanicarme con él. Porque, al margen de que me parecieran verosímiles los datos históricos que aparecían (que no me lo parecieron), al margen de que yo creyera posible todo el tinglado esotérico que al parecer existía en torno a Leonardo Da Vinci (que no lo creí), al margen de que encontrara gazapos históricos de bulto (que los encontré), la novela me pareció REMATADAMENTE MAL ESCRITA. Desde mi humilde punto de vista, la trama no es ni original ni emocionante; los personajes son más planos que la pantalla LCD que tengo ahora mismo delante; es una novela lineal, previsible, casi absurda, tan emocionante como una carrera de caracoles, y eso ya es decir mucho. De modo que esta novela histórica no se salva ni por novela ni por histórica. Un desastre de dimensiones bestsellerianas, vamos.

    ¿Que puede servir para que a quien la lea le pique el gusanillo de la Historia o de la Literatura? Hmm, puede ser. Después de todo, yo empecé con Mortadelo y Filemón y Los Cuatro Fantásticos.

    Saludos.

  75. clio dice:

    Ya sabia yo que alguien se explicaría mejor, Cavilius eres único.
    Luismi, yo tambien soy de tu quinta por lo visto, entonces eran los 3 años de Geografía e Hª y dos de especialidad, ¿ la estudiastes en Barcelona?

  76. Arauxo dice:

    Ya quisiera la obra de marras (que no citaré para no proporcionar más publicidad gratuita a ese bodrio) poder compararse a Mortadelo o a al Hombre Antorcha…

  77. hec dice:

    cavi
    fabuloso sobre el Codigo..
    podriamos hacer un copy and paste y ponerlo de reseña del libro y no permitir mas opiniones porque nadie podria ser capaz de mejorar tu comentario

  78. Aretes dice:

    Lo peor del Código, a pesar de estar mal escrita (coincido contigo Cavilius), es la primera página. Como no lo compré, me lo prestaron, y no me gustó, luego no está en mi biblioteca, no la puedo copiar textualmente pero viene a decir que todos los datos están comprobados y autentificados con un escrupuloso rigor histórico. Ese es el fallo, presentar como ciertos los hechos que no lo son.

  79. clio dice:

    Pues se ha perdido un último comentario que hice ayer, en el cual comentaba, que ya sabia que alguien se explicaría mejor que yo, gracias Cavilius. Y Luismi efectivamente debemos ser de la misma quinta, pues yo hice la carrera con los 3 años de Geografía e Hª y los dos de especialidad ¿Tú la estudiastes en Barcelona?. Saludos

  80. Arauxo dice:

    Una cosa sí es cierta, Aretes: la culpa de que una gran parte de los lectores crea a pie juntillas la «verdad» histórica del susodicho bodrio, no es del autor. A fin de cuentas, éste no es más que un engañabobos que ha conseguido su propósito: hacerse millonario escribiendo un soberano petardo -literario e histórico- gracias a la estupidez del mass-media, que diría Ortega. La culpa, en realidad, es de la supina ignorancia y la majadería congénita de un buen número de lectores que prefiere comulgar con las ruedas de molino de una conspiración esotérica montada sobre un conjunto de supercherías y pamplinas, que abordar con un cierto espíritu crítico los disparates y las chorradas que se vomitan en tropel en unas pocas páginas pésimamente escritas y peor traducidas, pero… muy publicitadas y, sobre todo, muy rentables. El famoso libro es uno de los mejores negocios que alguien haya podido fundamentar en la ignorancia militante de sus potenciales lectores. Para el autor, para el libro y para la editorial, chapeau. Para los que prefieren creer esa otra «historia» que aproximarse mínima y críticamente a la verdad… no tengo palabras. Porque no hay más ciego que el que no quiere ver, ni más necio que el que se enorgullece de serlo.

    (Ojú cómo estoy hoy. Necesito que llegue el fin de semana…)

    Un saludo nada cómplice de la estulticia profesa y de la ignorancia voluntaria.

  81. Koenig dice:

    Buenos días.

    Como diría Pennac, al que hemos mencionado antes: «No hay malos libros, sino malos lectores».

    Un saludo.

    Koenig.

  82. Arauxo dice:

    Exactamente, Koenig. Solo que yo soy incapaz de condensar tanto… Esa capacidad solo esta al alcance de algunas mentes brillantes…

  83. Aretes dice:

    Pues no, no estoy de acuerdo. Hay malos lectores y malos libros, libros infumables por muy buen lector que seas, libros mal escritos, libros mal intencionados y libros que se presentan en una bandeja que no merecen.

  84. Arauxo dice:

    Sí la merecen, Aretes: la bandeja de la mediocridad, que es en la que se presentan, y la de la estupidez de muchos lectores dispuestos a creerse cualquier fantasía estrambótica antes que la sencilla realidad de los hechos. Y es que es mucho más divertido creer en el origen extraterrestre de la pirámide de Keops que aceptar, con renovada admiración, la grandeza de un pueblo que alcanzó un nivel de progreso tecnológico y cultural tan destacado como sorprendente.

  85. Aretes dice:

    Lo tomo como un «estoy de acuerdo»

  86. Arauxo dice:

    Yo jamás pronunciaré palabras semejantes…

  87. Aretes dice:

    Nunca digas jamás…

  88. Luismi dice:

    Haya paz. La que se ha desatado por mencionar a la «bicha». Contestando a Clio. Efectivamente, Universidad de Barcelona 1982-1987 (Bueno 88, que entoces había mili)

  89. cavilius dice:

    Huy, pues igual nos habremos cruzado por allí alguna vez. Universidad de Barcelona, 1986-1991. Yo estaba en Filosofía («y Ciencias de la Educación», dice el título, aunque a mí, educarme no me educaron mucho); creo que compartíamos biblioteca, ¿no? (el famoso OVNI).

  90. Luismi dice:

    Pues no me he tirado horas en el OVNI… y en el bar que aquello no era una facultad con bar, era un bar con facultad

  91. cavilius dice:

    Ah, el bar, y la Cooperativa Sant Jordi, y las dos «tortugas» (que creo que ya no están), y los gatos por todas partes… Qué tiempos, snif…

  92. Epaminondas dice:

    ¿Y que me decís del mus?, aquello si era ciencia y no Poisson o La Place.

  93. pepe dice:

    Queridos amigos: he dedicado algunas horas de profunda reflexión al asunto que aquí se viene debatiendo desde hace un par de días para terminar concluyendo que, sin lugar a dudas, los hislibreños (y aún el género humano todo) se pueden dividir en dos clases: una engloba a todos aquellos que han leido el libro de marras y, la otra, a los que no lo han hecho. No estaba seguro de si debía hacer pública esta sorprendente y quizá incómoda conclusión, pero al final me he decidido.

    Huelga decir que se incluye en la segunda clase tanto a los que empezaron pero, por diversas razones, no acabaron, como a los que nunca lo abrieron. Y, obviamente, se incluye en la primera a todos aquellos que, habiéndolo leido, reniegan y hacen protestas y aspavientos, ya en público o en privado, de dicha lectura, que más parece marca tenebrosa al estilo de la que llevan los seguidores del Señor Oscuro (ay, que emoción, el último Harry Potter ya está al caer).

    Saludos.

  94. Epaminondas dice:

    muy justa división, sin duda.

  95. cavilius dice:

    Pues yo nunca he sido capaz de entender el mus ése. Cada vez que oigo lo de «¡Envido» creo que es que alguien va a pagar la ronda de cervezas.

    Pepe, me temo que hay un tercer grupo de seres, dotados (a priori, no olvidemos a Kant) de inteligencia, que afirman que les gustó el tal libro. Yo conozco algunos especímenes.

  96. Epaminondas dice:

    Será por «convido» claro.

    Es un juego apasionante y donde las horas acaban asemejandose a los minutos y los aprobados a los suspensos.

    saludos

  97. Arauxo dice:

    Es que hay gente pa tó…
    Y entre pares y pitos,
    a unos nos gusta el mus
    y a otros… el codiguito.

  98. clio dice:

    Bueno Luismi, yo soy un poco más antigua: 1979-83 y en Madrid, y tambien aquí jugaban al mus en el bar, Pepe, efectivamente yo he leido el libro de marras, tanto bombo y platillo que lo leí y muchas de sus teorias ya eran para mí conocidas, por ello no me supuso ninguna sorpresa, y además ya había leido el Ultimo Catón de M. Asensi, que se puede encuadrar en el mismo género y esta mucho mejor escrito, y ya está tampoco me preocupó más, a veces lees libros que son un bluf y a otra cosa mariposa, pero así puedes opinar con conocimiento de causa ¿no?

  99. pepe dice:

    Aprovechando que es viernes por la tarde y no hay nadie por aquí me atrevo a hacer pública una segunda conclusión del estudio que he realizado sobre la codiciosa cuestión que nos entretiene: el 100% de las personas que han leido el libro de marras, lo ha leido. Ciertamente es una conclusión preliminar y todavía hay que verificar cientos de casos particulares antes de elevarla a verdad científica (que si era prestado, que si estaba mirando para otro lado o pensando en peces de colores mientras lo hacía, que si lo leí tan rápido que ni me enteré, que si estaba dormido y las páginas pasaban solas, que qué sé yo, …).

    Saludos y buen fin de semana a todos.

  100. jerufa dice:

    Eeeinnn……permiso…….soy yo, el pobre que reseñó el libro del luismi.
    Que digo que porque alguien de aqui no reseña el libro ese del danbrammm y le damos caña en-su-si-tio-y-no-en-mi-po-bre-re-se-ñaaa!

    …paso…a mi no me dice…..

  101. cavilius dice:

    ¿Y quién es este jerufa? ¿Alguien le ha dado vela?

  102. pepe dice:

    Pues no sé, a mi me recuerda a esos enfadicas que llegan cuando mejor está el partido y dicen: s’acabó el furgol, osche, quel balón es mio, … . Igual es verdad y resulta que el balón es suyo pero, amigo Jerufa, repara en que el Luismi es unos de los que juegan con más entusiasmo. Por cierto, cuando yo era pequeño -si el amigo Jerufa me permite esta pequeña digresión- había en mi pueblo un tal Luismi que jugaba cojonudamente al futbol aunque a mí, lo que más me gusta ahora es el baloncesto. Sin desviarnos del tema de la reseña, sin faltar a la verdad (y sin pecar de inmodestia) debo decir que el martes pasado hice un partidazo (cinco triples, no digo más). Y abundando más todavia en la problemática que plantea el libro, hay que ver qué último cuarto hizo ayer La Peña, la pena fue el Rudi, espero que no se haya lesionado. No Rudi sino Rudiger es el nombre del pequeño vampiro que hace las delicias de mi hija, aunque no recuerdo si hemos hablado antes ya de licantropía y de la peste insoportable que rodea la cripta de algunos vampiros. Coño, peste, ¿no iba de eso la reseña?

    Saludos.

  103. jerufa dice:

    Oye, es broma ¿eh?…que el hilo está interesante y divertido.
    Pero lo de la reseña no iba en broma. Yo creo que a hislibris le falta una reseña estrella: «El código ese de los coj……»
    Adió, adió.

  104. jerufa dice:

    Por cierto, mi próximo reseña será otro «pelotaso». Lo que no sé es si para bien o para mal…je, je, je…

  105. Luismi dice:

    Centremoa el asunto. ¿No habíamos venido aquí a hablar de mi libro?

  106. jerufa dice:

    Tienes razón, Luismi…perdona a estos/as que no saben lo que hacen ni lo que dicen.
    Una preguntita al hilo: parece ser que hubo brotes separados por bastantes años entre las pandemias de peste. ¿Si se consigue hacer desaparecer la peste, o lo que la origina que motivos o causas hay para que vuelva a reproducirse?. A lo mejor, ascanio, como profesional del bicho pueda dar mejor respuesta, no sé. Es que creo que hubo 4 o 5 brotes en lugares diferentes. Y otra pregunta, en el brote principal, ese que mató a tantos millones de personas, encontraron la solución para combatirla o desapareció como surgió?.
    Adió, adió.

  107. cavilius dice:

    ¡Ja ja, Luismi! ¡A eso se le llama pasar el Umbral de la fama!

  108. Epaminondas dice:

    Envido, envido, y a pares catorce!

    ;)

  109. Luismi dice:

    Me permito responder a la cuestión planteada por Jerufa. La epidemia aparece periódicamente desde el siglo XIV. Al principio con cierta asiduidad y después más espaciadamente, entre finales del XIV y 1630, no hay grandes epidemias. Eso no quiere decir que fuera apareciendo en diferentes lugares pero de manera aislada. La gran epidemia de 1347 se fue como vino en 1352. No quedaclaro porqué. Si que es cierto que la llegada coincide con periodos muy claros de hambre y penuria, coincidiendo con circunstancias climáticas muy determinadas (altas temperaturas y mucha humedad) y con más virulencia en lugares a nivel del mar. En cuanto al remedio, no lo hubo. Se da con medidads terapéuticas como las que propuso Jaume de Agramunt en Lérida y que aparecen en la novela pero que de nada le sirvieron a él pues murió en la epidemia. En las zonas musulmanes, mucho más acostumbrados al uso del agua es menos agresiva.
    Por otro lado, cuando presenté el libro me acompañaba el editor de Edhasa y un médico que habló sobre el tema y expuso que a muchas enfermedades se le llamaba peste en aquella época. Me llamó la atención que afirmara que en algunas comunidades con gran mortandad durante las épocas de peste se habían hecho análisis a los cuerpos y que el resultado era que no se trataba del Yersinia Pestis sino de algo muy parecido al Ébola. Hay quien mantiene que la llamada peste negra, la más virulenta y mortal era esto en realidad (ahora que lo pienso buen tema para otra novela). El caso es que con higiene y buena alimentación la cosa no es preocupante.
    Un saludo

  110. jerufa dice:

    Es cierto, Luismi.
    Esa teoría, según tengo leido, la mantienen los profesores Christhoper Duncar y Susan Scott.
    Es más, el primero de ellos afirma que aunque el último brote conocido de la plaga ocurrió tres siglos atrás, piensa que el virus está simplemente en estado latente, listo para atacar de nuevo, lo cuál da yuyu.
    Sin embargo, la enfermedad producida por la bacteria afecta, por lo visto, entre 1.000 y 3.000 personas al año. Lo que pasa, es que su detección precoz permite curarla con antibióticos. ¡Lo que hacen los tiempos!.

  111. jerufa dice:

    Y más cosas todavía, hay teorías por ahí que dicen que una pequeña parte de la población europea resiste mejor al virus del sida por portar una mutación generada tras los padecimientos de las plagas que asolaron a europa hace 400 años. Y que la existencia de esas plagas propiciaron la supervivencia de esa variación genética. Si es así, es alucinante. ¿Sabes algo de ello?…¿algún entendido en al materia sabe algo de esto?.
    Adió, adió.

  112. Germánico dice:

    Si no fuera Diógenes, quisiera ser Pepe… Muy bueno el «speach», compañero.

    Saludos.

  113. jerufa dice:

    No me respondais todos de golpe…

  114. richar dice:

    Jerufa, no tengo ni idea sobre la teoría que mencionas, pero como a Mr. Brown se le ocurra pasar por este hilo, coge tu último comentario y se marca otra novela…

    «Un virus de hace 400 años…
    una mutación genética que se creía dormida…
    un desenlace fatal…
    EL CÓDIGO GENÉTICO.»

    Ya tengo la contraportada, ¿véis?

    Saludos,
    Richar.

  115. jerufa dice:

    ¡Jó, que imaginación!

  116. Koenig dice:

    Buenas tardes.

    Con cierto retraso, y con respecto a lo que comentaba Jerufa, si hay un par de libros muy interesantes: «Armas, Gérmenes y Acero» y «Colapso», de Jared Diamond, donde se nos plantea su teoría sobre porqué fueron los europeos occidentales los que se extendieron por todo el mundo.

    Uno de los motivos es que las civilizaciones urbanas y las grandes cabañas ganaderas propiciaron que las enfermedades de los animales pasaran al hombre, y con la masificación de la población, las grandes epidemias. Al final, el europeo occidental resultaba, o resulta, que no es mas inteligente que un aborigen papú (de Papúa), pero si mas resistente a las enfermedades.

    Un saludo.

    Koenig.

  117. Valeria dice:

    Bueno, yo si os ponéis así le pregunto a mi cuñado el médico, que es especialista en enfermedades infecciosas. Pero igual tarda en contestar, a sabér por qué país del mundo se encuentra de congreso. Por cierto, empecé ayer a leer La Peste Negra.
    El título del libro «Armas, Gérmenes y Acero » es …. sugerente. Almodóvar seguro que hace un guión para una película si lo oye.

  118. Arauxo dice:

    Confieso, Jerufa, que lo de la relación entre la peste y el sida me ha dejado patitieso…

  119. jerufa dice:

    ¿Y mis páginas de internet, adonde han ido?

  120. Germánico dice:

    Ubi sunt?

  121. Arauxo dice:

    Quo vaderunt?

  122. Ascanio dice:

    No me enterum de nadum.

  123. Ascanio dice:

    Bordum pedantum.

  124. Germánico dice:

    Pax vobiscum

  125. cavilius dice:

    In dubio te arreo.

  126. Ascanio dice:

    Nos arreum en seguidum Jerufum y Richorum.
    Mejorum nos callaemus.

  127. richar dice:

    Siempre igual… como crios… si es que no me extraña que el spam nos invada, si es que vuestros propios comentarios se parecen un montón, y ya se sabe, «Dios los cría y ellos se juntan» :-)

    Saludos,
    Richar.

  128. Aretes dice:

    Richar, ya decía yo que estabas tardando…

  129. Jerufa dice:

    Valeria, ¿leiste el libro?

  130. jerufa dice:

    Valeria, ¿yujúú?

  131. Valeria dice:

    Dios mío, Jerufa, ya ni me acordaba de este hilo. Sí , lo leí hace unos meses. Me pareció muy entretenida, de hecho no me duró nada, pero creo recordar, creo recordar… espera que recuerdo: ¡ah, sí! Creo que me había ilusionado con que trataría algo más a fondo el tema del papado de Avignon , y en ese sentido se me quedó «corta». Pero bueno, con leer alguna de las intervenciones de Anthos se me pasa el ansia.

  132. Ascanio dice:

    ¿Pero la envidia se te pasó ya, o no?

  133. Vorimir dice:

    Vaya, otro libro apuntado en la lista de futuros.

    Por otro lado…
    Richar:

    ¿Para cuando la batería de preguntas para Luismi?

  134. richar dice:

    Buen punto Vorimir… buen punto.

    Saludos,
    Richar.

  135. Luismi dice:

    Aún hay quien habla de mi libro, eso anima.
    Valeria, el asunto Aviñón da para mucho y está en cartera.
    Y por último, venga esa batería de preguntas.

    Saludos para todos

  136. Coral dice:

    Me gustaría saber algo más sobre este libro…por ejemplo,¿el libro habla sobre una persona que narra las experiencias del personaje en primera persona del libro?.
    Es que,yo ando buscando un libro de este tema,un diario de alguien que vivió durante esa época de la vida,que diga cómo era todo en esos tiempos y cómo le afectaba a esa persona…no sé,por eso me gustarñia saber si es algo parecido a lo que busco.
    Espero una respuesta en mi e-mail.
    Saludos^^

  137. Jerufa dice:

    Pues, Coral, como no sé tu e-mail, te responderé por aqui, que además, es el conducto habitual para este cambio de impresiones.
    Si repasas la reseña, verás que, en efecto, se narra en primera persona.
    Sin embargo, lamento comunicarte que si tratas de profundizar en serio en el fenómeno de la peste negra, esta novela te va servir de poca ayuda puesto que es novela. ¡Hombre!, que duda cabe que su lectura ayuda y mucho a comprender el fenómeno y su comportamiento a lo largo de toda una época, pero si buscas mayor información acerca de la bubónica, lo suyo es que te hagas de lecturas de mucho más rigor.
    Eso si, te aconsejo la lectura de esta novela, ¡no te defraudará! y, además, te ayudará -aprendiendo- a comprender ese momento de la Historia.
    Un saludo.

  138. Aretes dice:

    El otro día alguien en el trabajo me comentó que el fin de la peste, al menos una de las circunstancias que lo produjo, fueron las Cruzadas. La razón era porque con los barcos venían otro tipo de ratas que no eran huéspedes de las famosas pulgas y que competían con las europeas desplazándolas.
    Me pareció curioso.

  139. jerufa dice:

    ¿Y se lo rebatiste?
    Uys, uys,…

  140. Aretes dice:

    Pues no, yo es que soy así de crédula.

  141. Arauxo dice:

    Querida Aretes:

    Yo no tengo ni la menor idea idea sobre si es o no posible que unas ratas desplacen a otras. Pero sí tengo alguna sobre la cronología de esos hechos, por si te sirve de ayuda. Y la realidad es que los cruzados abandonaron definitivamente Tierra Santa en 1291, tras la caída de San Juan de Acre, mientras que el mayor -y más brutal- brote de peste en Europa tuvo lugar en el fatídico año de 1348. Por lo que… difícilmente pueden conectarse ambos acontecmientos.

  142. pepe dice:

    Es perfectamente posible que una especie de ratas desplace a otra. Así ha sucedido con la Rattus Norvegicus o rata gris (que no suele ser trasmisora de la peste) y la Rattus Rattus o rata negra. Se piensa que la segunda pandemia de la peste bubónica fue causada por la llegada al puerto de Messina de unos refugiados genoveses en 1347 procedentes de la ciudad de Caffa, en Crimea, sitiada por los mongoles, que habrían lanzado cadáveres infectados por encima de las murallas para aterrorizar y rendir a la población.

  143. Jerufa dice:

    Así empieza esta novela, pepe, pero situando los hechos en la misma Mongolia, creo recordar.

  144. Aretes dice:

    Pues igual era al revés y en vez de acabar con la peste la trajeron y no lo entendí.

  145. Ascanio dice:

    Y ahora la rata doméstica ha sido desplazada por la rata-touille.

  146. Aretes dice:

    ¿La rata es un animal doméstico? Será en tu casa, bonita

  147. Ascanio dice:

    Busto parlante ignorante…

  148. Arauxo dice:

    No, no, pero si yo no he negado que las ratas y la peste estén relacionadas. Lo que niego, Pepe, Jerufa y Aretes, es que la peste de 1348 tenga algo que ver ni remotamente con las Cruzadas. Por simple inconsistencia cronológica (aunque siempre hay quien encuentra relación entre el Arca de la Alianza y la isla de Pascua…)

    No me pronuncio, desde luego, sobre las ratas domésticas de Aretes y Ascanio. Esas son suyas y de nadie más.

  149. Ascanio dice:

    Y os olvidáis de los siempre vilipendiados e incomprendidos gatos:
    Gatos perseguidos y esquilmados-ratas pululan-pulgas de las ratas se multiplican-Yersinia pestis ataca.

    PS: Mi rata doméstica se llama Arauxo.

  150. Aretes dice:

    Bueno, la de Ascanio será algo tuya, digo yo. ¿No compartis los IPnoséqué?

  151. Valeria dice:

    Yo pensaba que Arauxo era ratón… de biblioteca.

  152. Aretes dice:

    Si, yo también. Aunque muy doméstico no parece, no, más bien asilvestrado

  153. Ascanio dice:

    Se parece más a una zarigüeya.

  154. Clío dice:

    Pues no la veo, y Silvestre no era gato?

  155. Arauxo dice:

    (Hombres de Hislibris que en el mundo han sido: ¡echadme una mano, por favor!. De verdad que yo no puedo con las tres a la vez. Hoy por ti y mañana por mi. ¡¡¡Socorroooooooooo!!!).

  156. Ascanio dice:

    A ver ahora (la auténtica imagen de Arauxo, que todos queríais conocer):
    http://www.paleodirect.com/images/textimages/opossum2.jpg

  157. Clío dice:

    Tiene 6 dedos! ya se porqué escribe esas sábanas, claro! con 6 dedos en cada mano!

  158. Aretes dice:

    Sí que tiene aversión a salir en las fotos, sí.

  159. Arauxo dice:

    (¡Otra más! ¡Dios me salve! ¡El gineceo de Hislibris persiguiéndome por los pasillos pa arrearme inmisericordemente! Sólo falta que aparezca Akawi o Laya…)

  160. cavilius dice:

    ¿Eso de la foto es Arauxo? ¿Y tiene la cabeza en el culo? Ahora lo comprendo todo.

    Que sepáis, envidiosillos, que en mi casa tengo garrapatas. Si queréis os mando una cajita con unos cuantos cadáveres.

    Saludos.

  161. Arauxo dice:

    (¿Cavilius también forma parte del gineceo? Qué cosas…)

  162. Aretes dice:

    Tú sigue haciendo amigos.
    Si arrearte debería ser deporte olímpico, hombre.

  163. Koenig dice:

    Pero… ¿Que está pasando aquí?

  164. Ascanio dice:

    Yo todavía estoy intentando comprender lo de «la cabeza en el culo» que dice Cavi. Y no caigo en qué puede ser, mira tú.

  165. cavilius dice:

    Pues vaya veterinaria estás tú hecha…

    A ver, ese bicho ¿dónde tiene la cabeza, arriba o abajo?

  166. Arauxo dice:

    ¡Koenig! ¡Mi salvador! ¡¡Si vienes a defenderme te prometo que ya no me meteré nunca más contigo y con el uso que haces de los infinitivos!! ¡¡Por éstas, muaaaaaaaaac!! ¡¡Gracias, amigo!!

    (El beso no te lo he dado a ti ¿eh? Me lo he dado a mí mismo, en mi pulgar derecho, que lo quiero muchísimo. Porque me acuerdo de cuando colgaban a la gente por los pulgares y me da un estrombocólico quenomeveas yquepaquetiloviacontá…)

  167. Valeria dice:

    Oye, oye, que no es para tanto. Yo prefiero mil veces un ratón de biblioteca a una rata pulgosa. No veo yo qué falta te hace la legión extranjera.

  168. Arauxo dice:

    Huy, Koenig, ¡lo que te ha llamado Valeria! «¡Rata pulgosa!»….

  169. Ascanio dice:

    Lo que no comprendo es lo mucho que tarda en aparecer Jerufa para liarse a sopapos…Y con lo que estamos guarreando su reseña…
    ¿Será que quiere entrar en el Top Five al precio que sea? ¿Incluso a base de ratas pulgosas y cabezas en el culo?

  170. Koenig dice:

    Ya veo.

    ¿Cómo se os ha ocurrido ocurre meteros con Arauxo? ¡Genio de los comentaristas! (¿O era comentarista de genio?) ¡Sal del blog!

    Mas que nada porque parece una buena idea. Así que nada, seguid con lo que estábais, que no quiero interrumpir.

    Saludos.

  171. Arauxo dice:

    Hombre, este reseña estaba guarreada desde su origen. La peste impregna todos los comentarios.

  172. jerufa dice:

    ¿Que pasa, hay cachondeito en mis reseñas hoy, no?
    Buena foto haríais metiditos todos en un corral.

  173. Ascanio dice:

    Oye, te recuerdo que el pollo eres tú.

  174. Koenig dice:

    Los galos solo entramos en los corrales para sacar comida, y la verdad, ninguno de ustedes parece comestible.

  175. Arauxo dice:

    ¿Corral ha escrito algo sobre la peste?

  176. cavilius dice:

    Noooo; están diciendo que en los corrales hay mucha peste.

    O que jerufa ha escrito pestes sobre Corral.

    O algo así, vamos.

  177. Arauxo dice:

    ¡Qué peste de comentarios, por Dios!

  178. Tomás dice:

    Buena novela. En la nota final del autor, tan solo sugerir a éste una corrección. El microorgaanismo causante de la peste no era un virus sino una bacteria, la «Yersinia Pestis»).
    Saludos.

  179. Lucía dice:

    Tras leer la reseña me animé a buscar este libro y tengo que decir que su lectura no me defraudó, entretenido y logra que, al terminarlo quieras, al menos en mi caso, saber más sobre el tema.

  180. Aretes dice:

    Nunca quitéis lo de los «Comentarios sin leer».

    Volver a estas reseñas sí que no tiene precio.

  181. jerufa dice:

    ¡Vaya Aretes, gracias!

  182. tania dice:

    que interesante

  183. Carmen dice:

    Bueno que yo sepa la enfermedad de la peste bubónica es una epidemia que las trasmiten las Ratas ya que si una Rata te muerde te puede trasmitir la enfermedad de la peste bubónica ya que si te trasmite esa enfermedad te mueres por eso la mordedura de una rata puede ser mortal ya que las Ratas son una plaga que se alimentan de desechos y desperdicios además las pulgas de las ratas también trasmiten enfermedades por eso hay que tener cuidado con esa plaga…

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