IV Encuentro Hislibris. Carmona. Crónica.

946864_530195017026315_643472451_nTotal; que llegó el día. Con mariposas en el estómago y caracoles en el esófago empecé el día desayunando exactamente lo mismo que Juan Eslava Galán. No, no es que nos hubiésemos acostado juntos, solo que resulta que somos almas gemelas, fíjese usted. Pero dejemos eso, a su debido tiempo, que trataré de aplacar mi característico proceder caótico que tanto mola. Ya a las nueve tenía mensajes sin leer, a un niño malo con la barriga y un estercolero con ruedas que limpiar. La cosa empezaba bien. Primera faena; ir al aeropuerto a recoger a la maravillosa compañía de José Vicente Pascual, y a él mismo. Una vez montados Sonia y él en mi utilitario, y percatándome yo de que no arrugan la nariz ni tuercen el gesto, me convenzo de haber limpiado bien el auto y empieza todo a enderezarse. Ea, listos, a Carmona que vamos.

Aun habiendo vivido durante tres años allí, José Vicente no cae en la cuenta del mejor itinerario y cruzamos Carmona por la parte en la que ni los carmonienses van, aunque el trayecto se ve recompensado por los sabios apuntes del autor, al que sonrióle la fortuna y pudo saludar a su antigua casera, una venerable y kamikaze anciana, justo después de no atropellarla. Una vez ubicados ellos decido dar y recibir novedades y es entonces cuando veo a Akawi en el hall del hotel (precioso por cierto) y no puedo evitar empezar a sobar tías buenas, que es para lo que viene uno, coño. Una vez saludados y besados, me comenta con quién había quedado allí y decido acompañarla pues esperaba a River y a Nino (Juanrio y Germanico). Pero nos fumamos un paquete de tabaco esperándolos, así que una vez pasados esos cinco minutos (en serio, a ese ritmo jumemos ompare) pongo pies en polvorosa y búscome la mejor ruta de ida y vuelta (ya saludaría a estos luego). Ya finiquitado el tramite del itinerario, me dispongo a planear la manera de envenenar a Urogallo y quitármelo de en medio, así que una vez recogido del aeropuerto me lo llevo a comer montaditos de ali-oli con gambas a ¡¡¡un bar de centro comercial!!! (no hagáis eso nunca, niños), optando yo por los ibéricos, más aún sabiendo que pagaría él.

El caso es que me regala el muy truhán un Bran Stoker, y antes de que empezara a hacerle efecto la bomba estomacal me lo llevo a casa a que mis nenes le canten los aguinaldos ¡¡¡en mayo!!! Y el tío se comportó como un autentico príncipe, llegando incluso mi hijo mayor a decirme que son los mejores de su vida. Nos vamos los dos a la estación de Santa Justa, pues la siguiente misión era la gorda: recoger a Eslava Galán del andén tres, servirle sedante en el agua con gas y secuestrarlo en plan Misery para que convierta en trilogía El mercenario de Granada. Pero todo se nos tuerce porque recibimos noticias del alto mando informando de nuevas misiones; la más importante de ellas era recoger a Mª Ángeles (41, soltera, Cádiz, bellísima persona a la que le molesta en una novela de vampiros la falta de rigor histórico, agárrate que viene curvas, porque el tema no quedará ahí) también en la estación, aunque un poco más tarde. Así que suprimimos lo de la droga y nos refrigeramos los tres en la cafetería más cara de la estación (ya saben, pagaba el Uro). El caso es que desde el primer minuto no nos comportamos como los grandes amigos que somos hoy, ¡¡¡los tres amigos, híjole!!! Al principio nos mostramos como lo que éramos, un señor que aún con ilusión se mantiene en lógica distancia, un apasionado friki de su obra y un apasionado friki de su obra con estudios. Así que para dejar claro las cosas le solté «mire, don Juan, no se preocupe porque le haremos lo mismo que Farsalia el año pasado, solo que nosotros nos hemos leído con gusto sus libros». Así que borró a Farsalia de amigo en el wassap y comenzamos una escalada pelotillera solo empañada por el orgullo romano del Uro que desde que pudo le dejó claro a Juan que se la tenía jurada desde la última vez que se batieron. Reveladora merienda, pero eran ya las seis, estábamos a treinta kilómetros de donde comenzarían los actos, Mª Angeles no aparecía por ningún lado y yo ya necesitaba una ducha aun pareciendo que ya lo había hecho con la ropa puesta.

Localizada María, nos ponemos en marcha los cuatro. Llego al pueblo (por cierto, hay que ver lo que le molesta a la gente de las pequeñas ciudades reconocerse como pueblo, qué tontería, ¿habrá algo más bonito que un pueblo?, ¿acaso no es una preciosa palabra, tan contundente que parece contenerse a sí misma como la rosa de Borges?). Suelto los bultos, saco también sus maletas, y la de Eslava de mi maletero, y tiro millas otra vez pa Sevilla a por Violeta, mi vida. 18:12 a tan solo cuarenta y ocho minutos para que den comienzo oficialmente los fastos hislibrenses. ¿Por qué no me esperé allí y fui a por Violeta luego, cabiendo la seria posibilidad de que no llegase a tiempo? Una buena pregunta, pero la respuesta no es que lo hiciera queriendo porque tuviese que hablar yo en el citado acto y ello me diera pavor. Eso no, lo mejor es pensar algo nocivo contra las mujeres y lo que tardan en arreglarse y pa’lante.

19.26 y yo subiendo Virgen de Gracia en coche, asombrado aún de lo guapa que está mi mujer. Al acto le quedan seis minutos por concluir. Objetivo cumplido. Llegaremos los últimos y seremos el centro de atención.

AQUÍ EL VÍDEO DE LA ENTREGA DE PREMIOS

Jo que nervios, iba a ver a un montón de gente que ansiaba tocar desde hacía años y  voy despeinado, sin duchar y el último, tócate los cojones. Menos mal, y repito, que mi señora iba guapísima y eso lo disculpa todo, coño. Es como si llegase con el Rapto de Proserpina o un Velázquez a cuestas. Así que voy a empezar a citar famosos que allí había por orden de sacudida, a ver si vosotros no os pondríais nerviosos: Ariodante, Javi_LR, Juanrio, Urogallo, Rosalía de Bringas (muy enfadada conmigo, o eso o no entiendo por qué no se dejó abrazar ya que en esos instantes mis ropas estaban ya casi secas), Akawi, Ascanio y Arauxo (wow), Barto, Arturo (jo qué elegancia, Arturo), Germánico (jo que chubasquero rojo Germánico), Duqur, Semíramis, Mr. Gado (al que discretamente le ofrecí la posibilidad de conseguirle un ejemplar del libro de estraperlo, y que él rechazó de facto, chapeau), y los más famosos de todos: los que se me olvidan o los que lo son por otra cosa que no es ser hislibraico (si Lopekan se inventa lo de hislibrense por qué no me voy a poder inventar yo esta). El caso es que después de tirarle por sexta vez el bombín a Ariodante, Javi nos animó a todos a contemplar la belleza del lugar. Seguro que en otras crónicas la describirán mejor, pero así a bote pronto alli al agonías de Stendhal le da la apoplejía  en cerocomados (para que me entiendan los twuiteros, sí, Áglade, sabemos que estás ahí). El caso es que como, acto seguido, empezaron a sacarnos de beber y de comer cosas buenas a punta pala mi memoria se difumina entre el padre de Juan Eslava Galán sobornado al técnico que daba el carnet de conducir, para luego atropellarlo «sin querer», el parecido tan asombroso del vástago Baonza y el mío, el secuestro al que se había visto sometida mi santa esposa por parte de los aborígenes y el testigo que me entrega Arauxo en persona como tocapelotas oficial de este antro, sacro antro.

Se me olvida mencionar a los ganadores del IV Premio de literatura histórica Hislibris. Imperdonable:

  • Mejor ensayo: El terror rojo de Julius Ruiz, editorial Espasa.
  • Mejor novela histórica: La hermandad de la nieve de José Vicente Pascual, editorial Evohé.
  • Mejor labor editorial: editorial Esfera de los libros.
  • Mejor portada: Emilio Calderón por Cañones de guerra de Richard Woodman, editorial Pámies.
  • Mejor autor novel: Ildefonso Arenas por Álava en Waterloo, editorial Edhasa.
  • Mejor autor: José Vicente Pascual por La hermandad de la nieve, editorial Evohé.
  • Premio honorífico: Juan Eslava Galán.

 

Y después la cena, claro, la mejor sin duda porque justo en medio de ella Javi me dio otra misión; ir a recoger a alguien que no conozco, a un sitio en el que aún no he estado, a ser posible en coche tras mil quinientas cervezas. Ya, antes del segundo y después del primero (platos): Violeta cara de tacón. Así que decidimos ir los dos juntos a pie… Muahahahajajaja, dos fumadores, librepensadores empedernidos que no conocen el pueblo, cuesta arriba, cuesta abajo, de noche, casi afectados por los vapores y siendo uno de ellos un retorcido filólogo.

―Aaaarf, aaarf, desde luego la situación política en que la izquierda española nos encontramos ahora mismo es complicada…

―Aaaarf, aaarf. ¿Y quién te ha dicho a ti que yo sea de izquierdas?…

Ginc-tonis.

Germánico, Juanrio, Javi y Arturo, sin duda, volverán a tomar gin-tonis conmigo. Y sí, lo digo a boca llena, ¡yo soy uno de esos imbéciles que descubrió los gin-tonis hace cuatro días, y ahora se cree un entendido! Al lado de estos soy un manta.

Sábado. Arauxo. Arauxo. Arauxo. La plata fluía de su boca como un manantial de argenta liquida bendecida con el don de alzarse contra el terrible corsé, no académico sino científico, del ambiente creado en aquella sala, perpetrado por mujeres.«Déjense de perfectos escenarios de cartón piedra, con perfectos personajes de cartón piedra, porque a mi me da igual que Flaubert  colocara una chumbera en Salambó», creo que dijo textualmente nuestro azul maestro. ¡Ay! las chumberas, y las historiadoras, y Arturo, su perfecto contrapunto. Y las historiadoras… (aquí es cuando viene lo de la exactitud histórica en las novelas de vampiros y mi caótica exposición, porque oficialmente las mesas iban del arte en las novelas y de Carmona en la historia, creo, pero ya sabéis ¡SOMOS HISLIBIBRIS!, y aquí se habla de lo que digamos nosotros, no Javi_LR, auténtico cerebro de este nido liberal de falsificación anti-stalinista, como todos ustedes bien sabréis ya, pues es el que nos despierta a las seis de la mañana a todos con la circular del día).

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El caso es que Sebastián Roa lo dejó muy clarito, Y Javier Negrete más. Y miren ustedes, si yo tengo que ponerme del lado de alguien en un asunto como el que nos ocupa, aunque todavía no se lo haya dicho yo, queridos leyentes; es al lado de estos dos tipos. Aunque del otro lado sean las historiadoras, porque aquí nadie ha dicho que nos fuésemos a quedar perdidos en una isla, solo que había dos bandos. Además una vez Juan Eslava Galán asintió cuando dije yo algo, de manera que el éxtasis me borró de la memoria todo lo que vino después.

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De la antológica y no vista en su máxima expresión ponencia de Rosalía acerca del relato corto a principios del siglo XX, escoltada por dos figuras como los nombrados ya Galán y Negrete, creo que serán ustedes mas sabios en ver la magnifica grabación que TeleCarmona hizo de ella abarcando cada una de las intervenciones por nimias o cursis que fueran.

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AQUÍ LOS VÍDEOS DE LA PRESENTACIÓN:

Así que para la cena Lucía y yo nos remangamos como dos madres en las rebajas de los noventa y, a codazos, nos colocamos en la mesa de Eslava y Negrete, y nos dijimos «qué cojones, estos se van de aquí mañana y llevamos sin hablar de ovnis y templarios media hora, vamos a acribillarlos». Lucía se bebió botella y media de Chateu Lecroix Cabestany, y yo me encargué de llenar constantemente las copas de cervezas de estos, y la mía. Así que allí salió, La Rochelle, Bafomet, círculos concéntricos de agua y tierra, el oro del templo según Humberto Eco, los templarios caníbales, la Atlántida en Jaén, que no, que son los Tartessos, que si Hitler escapó vivo, anda lantáquet calla un rato, ¿esa era Así en el cielo como en la tierra, o esa era la otra?, las corrientes telúricas, El Aleph, J.J. Benitez y su Yo Julio Verne (en serio), Humberto Eco es otro manta, pues a mí no me gustó Rayuela, Eric Von Danniken no esta tan loco, dirán lo que quieran de Mel Gibson; pero el hijoputa sabe hacer películas, no os podéis perder La parada de los Monstruos, la banca templaria, Homo Erectus …Y todo esto con el Uro fuera de combate ya. Porque, si no, no me hubiera dejado. Segundo objetivo cumplido.

Gin-tonics… Y cero posibilidades de hacer el amor.

Besos besos besos de despedida. Y no hubo partido de Fútbol.

 

     

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