HISTORIA DE LAS CRUZADAS – Steven Runciman

HISTORIA DE LAS CRUZADAS - Steven RuncimanHistoria de las Cruzadas de Steven Runciman, de Alianza Editorial, 2.008. 972 págs. más bibliografía, índice alfabético y árboles genealógicos de las monarquías.

Edición original realizada en 1.954 en tres volúmenes distintos: La Primera Cruzada y la Fundación del Reino de Jerusalén, El Reino de Jerusalén y el Oriente Franco y El Reino de Acre y las Últimas Cruzadas.

He leído esta obra de Steven Runciman, me ha costado casi 5 meses. Tanto esperaba de esta obra que al final me supo a poco. Se trata de una trilogía que estuve buscando durante años, pero estaba agotada. En última instancia se publicaron los tres libros juntos y me hice con ellos.

Me ha parecido un trabajo enciclopédico, las cruzadas, todas, desde el siglo X al XV; impresionante. Se trata de una obra descriptiva, más que otra cosa: para los acostumbrados a la profusión de explicaciones, interpretaciones y valoraciones históricas de los datos ésta no es su obra sobre las cruzadas, que se abstengan. Se trata de un repaso casi año a año, protagonista a protagonista, suceso a suceso, dato a dato.

El trabajo que se tomó el autor debió ser mastodóntico, pues recoge fuentes relacionadas con cada pueblo o región de las que habla: sirios, armenios, francos, teutones… ¡En su propio idioma! No se contentó con las traducciones que de esas obras había, sino que estudió esos idiomas y ¡«palante» con las fuentes originales! Un trabajo exhaustivo hasta el extremo; hasta el punto de que casi todos los párrafos tienen una referencia o nota a pie de página con una aclaración o anotación sobre la fuente. Todo un auténtico valor: un ramillete interminable de fuentes originales, la mayoría de la época de las que escribe o levemente posteriores. Sigue un perfecto orden temporal descriptivo de las cruzadas: la popular (año1.096); la alemana, que quedó en cruzada antijudía; la Primera Cruzada, primero en torno a Antioquía y luego hasta Jerusalén; la lombarda (1.100-1.101); la situación de España (escuetamente); la Tercera Cruzada, con Federico Barbarroja, Ricardo Corazón de León y Felipe II de Francia; los cruzados contra Constantinopla (Cuarta Cruzada); la Quinta Cruzada de Federico II, que recuperó los Santos Lugares sin derramar gota de sangre; la cruzada de San Luis, (1.249-1.254); y los últimos estertores.

La parte menos cuidada es cómo después de haber leído los 2 primeros «libros», casi 150 años «de cruzadas», para el autor sólo merece concluir que:

a) El reino franco de Jerusalén fue posible gracias a la desunión y a las rencillas del mundo musulmán.

b) La situación económica era precaria por la presión del entorno y la pobreza de la tierra.

c) Se hacía necesaria la llegada de nuevos cruzados para mantener el dominio político en el reino.

Una valoración pobrísima a tenor de lo dicho más arriba; para los que leyeron los dos primeros libros sin conocer el tercero sería una sorpresa comprobar que el autor se había tomado tanto trabajo para concluir tan poco. Quizás la explicación haya que verla en el desarrollo de la historia académica de los años 40-50, cuando interesaba bastante más la referencia a la certeza y el dato antes que la interpretación del mismo.

Echo de menos algo sobre el origen de las órdenes militares, algo sobre el medievalismo (el vasallaje, la hospitalidad, el feudo), y también sobre la guerra, pues aunque se citan «todas», apenas se explica nada de ellas, ni de las armas, ni de las formas –quizás algo sobre ciudades sitiadas, pero poco más-. Algo más encuentro sobre la impedimenta y los bastimentos y cómo se procuraban, pero sin exagerar; no profundiza sobre el cisma religioso Occidente Vs. Oriente más allá de repetir una y otra vez que «se querían mal»; no profundiza el tema de las herejías; nada sobre el pensamiento medieval. Todo lo cual es disculpable a tenor de juzgar una obra de los años 50 con las expectativas de un lector del siglo XXI; eso sí, un lector medio y lento, con humildad. Es posible que el autor tuviera limitado un tratamiento más amplio de estas cuestiones, por el espacio (más de 1000 págs.), o, simplemente, que no despertaran tanto interés en los ámbitos académicos de la época.

El libro tercero es diferente. Suelen sacarse más conclusiones en el texto, incluso hay un pequeño capítulo dedicado a las mismas. El capítulo de aquel último «El Fin de Ultramar» merece una mención especial: es estupendo, toda una lección sobre la organización del comercio y sobre la arquitectura religiosa y militar de la época. Se aportan las motivaciones que condujeron a los cruzados a esta aventura, las dificultades de su relación, el problema económico y las motivaciones de reyes, nobles, comerciantes, y nativos en todo el entramado.

Cada libro tiene una valoración particular de cada una de las fuentes utilizadas, y apéndice aclaratorios.

Y acabo como empecé: ya se sabe que en las cosas humanas más se decepciona quién más espera.

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92 comentarios en “HISTORIA DE LAS CRUZADAS – Steven Runciman

  1. ARIODANTE dice:

    Pues has hecho una reseña exhaustiva, Antonio. Un buen trabajo. Enhorabuena. Muy, muy ilustrativa de lo que parece ser el libro. De Runciman no he leido nada, pero se tiene por un clásico.Tengo en casa un libro suyo sobre la caída de Constantinopla, pero aun está por leer.

    El tema de las cruzadas me interesó mucho en una época, ahora lo tengo algo olvidado. Pero esta parece ser una obra magna. Es cierto que, a su publicación en los años 50 se deba esa ausencia de valoraciones. Cada época tiene unas modas o unos intereses. Tampoco está mal dejar que el lector o el investigador -porque esta parece ser una obra erudita para investigadores- sea el que saque sus propias conclusiones, a la vista de los hechos. Porque estoy segura de que se podrían sacar muchas más conclusiones de las que dices que saca el autor.
    Y si se deja tantos temas como sugieres, ¿como llena tres tomos? ¿Cuántas páginas tiene cada tomo? Porque por lo que veo, nos cuenta hasta los detalles más nimios. Una pregunta ¿hay mapas?

  2. farsalia dice:

    El gran libro de Runciman, con sus deficiencias, pero el gran libro. Ameno, atractivo y adictivo, no deja indiferente, se nutre de la enorme sapiencia del propio Runciman. Un libro que no explica cuestiones económicas, que se basa en fuentes, que atrapa desde la primera página. Un libro muy de su época, los primeros años cincuenta, y que se ha visto superado –ahí tenemos la otra «gran» obra sobre el tema, de Christopher Tyerman en Crítica, que trata muchos de los temas que Runciman no tocó–.

    Un gran libro, en definitiva, de lectura obligatoria para todo aquel interesado en la Historia. Sin excusas.

  3. ARIODANTE dice:

    ¿Realmente es ameno, Farsal? Porque me ha dado la impresión de ser un acúmulo de datos impresionante, pero precisamente «ameno» no sé sí es la palabra adecuada. Pregunto.

  4. Antígono el Tuerto dice:

    Yo ya me lo había leido hace un año y esta muy bien, lo recomiendo para quien quiera tener un conocimiento profundo de las Cruzadas; respecto a sus conclusiones es cierto que estan algo desfasadas; por eso es mejor completarlo con el de Tyerman…tal como lo estoy haciendo yo, que ya voy por la mitad del tochazo de Tyerman, porque el libro es inmenso, tanto en tamaño como en la Historia.

  5. farsalia dice:

    Leí hará como una década larga la edición (descatalogada) en tres volumenes, cogidos en préstamo de la biblioteca. Magníficos, volví a releerlos al cabo de un tiempo. El tocho actual, realmente caro, no tiene el encanto de aquellas viejas ediciones, con aquellas portadas tan de època y más manejables.

  6. JJSala dice:

    Buen trabajo Antonio.

    Puedo recomendar un libro de Geoffrey Hindley titulado «Las cruzadas»-

    Son poco más de 300 páginas que se leen con facilidad y dan una idea de lo que fueron las cruzadas.

    En la bibliografía que utiliza figura justamente el libro reseñado de Runciman.

    Saludos

  7. ignacio dice:

    Gran reseña para uno de los grandes hitos de la historigrafía moderna. Es uno de los grandes clásicos de la Historia, como lo son la Historia de Roma de Mommsen, la Historia de Grecia de Bengtson, la Historia del Renacimiento de Burkchardt, La historia de la conquista de Mexico de Prescott, o la Historia de la Revolución francesa de Michelet (libro éste cuya reciente edición en castellano ha pasado inadvertida), y otros muchos . Al igual que los anteriores puede reprocharse que es un libro desfasado y que hay otros más actualizados, pero simplemente por el rigor con que considera las fuentes, la minuciosidad con que narra los hechos y la elegancia de la escritura, merece la pena enfrenarse al mismo. Ciertamente es un libro narrativo, con escasos análisis de tipo socioeconomcio o cultural, pero pienso que antes de interpertar la historia hay que conocer bien los hechos, y el reproche que puede hacerse a gran parte de la historiografía actual es que olvidan el aspecto narrativo, si bien esta cuestión está siendo superada por los autores anglosajones, y esto explica, en parte, el éxito de sus libros

  8. ignacio dice:

    Otra cosa, para quien busque una anális explicativo de la ideologia de las cruzadas y las razones que las desencadenaron, recomiendo el libro «Gerra Santa, Yihad, Cruzada» del gran medievalisa francés Jean Flori, quien también tiene dos grandes biografias sobre sobre dos personajess cláves de las cruzadas: Bohemundo de Antioquia y Ricardo Corazón de León. Saludos

  9. Antonio dice:

    Buenas noches:

    Gracias por las sabias aportaciones que mejoran esta humilde recensión.
    Debes saber, Ariodante, que se trata de un libro exhaustivo y riguroso en el orden cronológico de las cruzadas. Runciman documenta cada cruzada y lo explica casi todo de ella: quién la pregona y quiénes hacen las búsquedas de futuros cruzados; quiénes se apuntan a ella; qué papa o rey se pone a la cabeza y suelta «la mosca»; cómo se reclutan ciertos caballeros y otro personal auxiliar; cómo se suman los peregrinos acompañantes; después se ponen en camino o se echan a al mar; pasan de aquí para allá, asaltan tales campos en el recorrido; qué comen; cómo son recibidos en tal ciudad; calamidades varias (hambre, sed, enfermedad y muerte); el encuentro con el musulmán o el asedio de tal o cual ciudad;…Y después lo mismo para el bando enfrentado, dándole a los musulmanes una vuelta del mismo tenor que la de los cristianos. Así si se puede llegar a las 1.000 págs. de esta obra magna. Y todo ello puede ser aburrido, no sin reconocer la inteligencia y la capacidad del autor.
    La Primera Cruzada y la Fundación del Reino de Jerusalén tiene 237 págs., El Reino de Jerusalén y el Oriente Franco 396 y El Reino de Acre y las Últimas Cruzadas 302; cada una con sus apéndices y compartiendo las tres el índice onomástico final.
    Los mapas están bien colocados en medio del texto pero son «muy planos», apenas incluyen los nombres de las ciudades y los ríos sin apenas referencias a las divisiones territoriales de reinos y civilizaciones.
    Como dice Farsalia, si te interesan las cruzadas es inexcusable por su calidad historiográfica mas no por su amenidad. (La obra de Tyerman puede ser el contrapunto -la tengo pero no la he leído-, es bastante más corta aunque el libro sea más gordo). Y estoy con Farsalia en que lo que le falta de calidad de edición, y yo añadiría lo que le falta de encanto, le sobra de precio (60 euros creo).

    Apunto el libro que cita JJSala de G. Hindley.

  10. JF dice:

    Hola a todos, bueno es mi primera intervención aquí.

    Quisiera efectuar un comentario si me lo permitís.
    El tema de las cruzadas siempre me ha interesado, el saber que aquí, en la Península Ibérica, en los reinos cristianos que la componía se llevó a cabo una verdadera Cruzada contra los reinos musulmanes, es un dato que siempre me interesó. La mayoría de obras (anglosajonas, sobre todo, excluyen a las cruzadas de la península) cuando escriben de cruzadas apuntan a Palestina y se olvidan de España. Por ejemplo. La Batalla de las Navas de Tolosa, fue entre otras cosas una Cruzada. Critico a esos autores, editoriales (anglosajones como digo) que nos quieren enseñar Historia, su historia, pero como a ellos les interesa. Cuando hablo de historia, me refiero a cualquier época que se trate y que tenga que ver el «factor España» como lo llamo. No quiero generalizar, pues no sería justo, pero es lo que hay. La obra reseñada: ¿habla (escribe) en su ‘historia’ de lo que pasó aqui, en ésa época, una verdadera Cruzada, o más bien son inexistentes los datos?

    Saludos.

  11. Dronne dice:

    Interesante reseña Antonio.

    Yo estoy ahora mismo leyendo el libro de Tyerman, la verdad que la única razón para decidirme por este y no por el de Runciman fue, habiendo leido buenas opiniones de los dos, el precio excesivo.
    Creo que quedaré saciado de cruzadas para una buena temporada.

    Pero como siempre he leido grandes alabanzas sobre la obra de Runciman, creo que Farsalia es uno de sus incondicionales, compré hace un tiempo las visperas sicilianas que ya les llegará su turno.

    Saludos

  12. León Bocanegra dice:

    Una pregunta, ¿cuál es más recomendable, el de Runciman o el de Tyerman?
    Si tuvierais que elegir uno, ¿con cuál os quedaríais?

    Gracias.

  13. Antonio dice:

    Buenos días:

    Bienvenido JF. y Dronne: como digo arriba la gran cruzada española es tratada escuetamente; resalta dos aspectos: la ausencia de españoles en las cruzadas por los lugares santos debido a que tenían su propia cruzada en España; y la cantidad de cruzados europeos, especialmente franceses, que vinieron a apoyar la monarquía aragonesa contra los moros.

    León Cocanegra: yo sólo he leído el de Runciman y la insstencia de farsalia es una garantía. Primero este y después el de Tyermen.

    Saludos.

  14. JJSala dice:

    Tienes razón JF.

    Por alguna razón, la Penísula Iberica es sitematicamente olvidada, no sólo en el tema de las cruzadas, sino en libros de divulgación histórica universal.

    Como ejemplo, la Historia Universal de Asimov, que pasa olimpicamente de la sin par historia de España y, sin embargo, dedica dos tomos a la Francia y a la Inglaterra mediaval.

  15. JF dice:

    Gracias, Antonio, me lo temía.

    Por otro lado, bueno, habría ausencia no digo que no, pero hay ejemplos que no puede dejar… El conde leonés Rodrigo Álvarez que viajó a Palestina. La Orden de Santa María de Montegaudio se convertíria en la primera milicia hispánica con dominios en Oriente Medio: Acre, el mismo monte denominado Mons Gaudium, etc., -aunque fuese bien breve y hubiese «cuatro gatos», estuvieron allí-.

    Un saludo.

  16. JF dice:

    Sí, JJSaal, éso es así.
    El problema es el que apunto, los autores y editoriales anglosajones -la historia de España se les atraganta- hasta en lo más mínimo. Un servidor criticará y lo haré cada vez que se presente. La miopía intelectual y el desprecio de estos autores hacia la historia de España hay que denunciarla y combatirla.

    Un saludo.

  17. Valeria dice:

    De cualquier manera, animarse a reseñar esta obra, aunque sólo sea por su extensión y exhaustividad, es digno de admiración. Enhorabuena, Antonio, por esta tu primera reseña.

  18. JF dice:

    No, no, si yo no pongo en duda éso.
    Es estupendo que se reseñe y del autor que sea. Un servidor también ha reseñado y comentado en otros lugares y espero hacerlo aquí en un futuro de cuyos autores he dicho o he intentado comentar lo bueno y lo malo…, y en cuanto al tema «español» y autores anglosajones los criticaré si procede hasta en la misma reseña. Yo creo que las reseñas (y no descubro nada) tienen que decir lo positivo y lo negativo, y si somos muy «frikis» también le buscaremos lo regular…

    Un saludo.

  19. Valeria dice:

    Vaya por Dios, lo que hacen los estragos de la edad. Antonio, tengo que disculparme. Que no es tu primera reseña , que eres el Antonio de «El dïa D» de Ambrose…. pues me reitero en mis disculpas por el desliz (y en que eres un valiente por atreverte con este «tres en uno»).

  20. Antonio dice:

    Buenas tardes:

    Pues puntualizo: a España le dedica 4 carillas incompletas, mucho menos que escueto. Y en un párrafo, a cuenta de la Tercera Cruzada y del Reino de Acre cita aun español importante allí de nombre desconocido y nombrado como el Caballero Verde.

    Pero no hay que dramatizar, los autores anglosajones llevan la delantera en muchas cosas. Y hace 50 años ¿ sería interesante para ellos escribir sobre Historia de España?

    Críticamente.

    PS: gracias Valeria, no tiene importancia. Pero ¿sabes poe qué algunas reseñas que están en Hislibris no aparecen en el listado?

    1. Javi_LR dice:

      Buenas, Antonio. Si echas en falta alguna antigua, ha sido fallo nuestro al actualizar, pues se hace manualmente. Si es de las nuevas, es que aún no se ha actualizado.

      Saludos

  21. JF dice:

    Antonio a lo mejor con el nuevo siglo… les va interesando escribir a los anglosajones sobre Blas de Lezo y algunas que otras historia más que hay por ahí en la historia de España que tanto «les pone».
    El humor que no falte, después de todo.

    Saludos.

  22. Urogallo dice:

    Pués ciertísimo lo que avanza JF. Hace tiempo revisé la obra ( Que no leerla) en busca de esos españoles que marcharon hacía Tierra Santa ( A pesar de estar dispensados de combatir en Palestina, por tener infieles de sobra en su propio solar patrio) y lo único que comentaba el tal Runciman era la vieja historía de EL CABALLERO VERDE sin profundizar lo más mínimo.

    Tenía yo por algún lado un libro sobre la cuestión, ESPAÑOLES EN LAS CRUZADAS, y aunque bastante ligero, deja claro lo que avanza JF, que fueron unos cuantos los españolitos que viajaron a probar el sabor de las aguas del Jordan.

    http://www.arbil.org/(38)cruz.htm

  23. farsalia dice:

    Veamos, Runciman escribe sobre las Cruzadas a Tierra Santa. Ese es su tema. No habla tampoco de las cruzadas en el Báltico, y no por ello está menospreciando la historia de los países de esa región.

    Por otro lado, ¿españoles en la Edad Media? ¿En el siglo XI?

  24. Antígono el Tuerto dice:

    JF en el libro de Tyerman hay un capítulo entero dedicado a la Reconquista, y otro a las cruzadas bálticas, que también considera cruzadas; también menciona colonos de origen hispánico en algunas ciudades costeras de los estados cruzados, sobre todo procedentes de la corona de Aragón (comerciantes catalanes, colonos valencianos, etc…) y menciona a la Orden de Montegaudio.
    Y totalmente de acuerdo con farsalia, en el siglo XII no hay españoles, simplemente castellanos, aragoneses, leoneses o navarros, o si se prefiere reinos hispánicos; igual que tampoco puede hablarse de italianos, sino de pisanos, genoveses, florentinos, venecianos, etc…

  25. Antonio dice:

    Buenas tardes.

    Pero señores, aquí en Hislibris tenemos toda la información, ¡el libro de Tyerman ya está reseñado!.

    No sean Vds. quisquillosos, cuando dije españoles me refería a los españoles: aragoneses, hispanicus e ibéricus varios: pero si hasta la viquipelia, que más falsa que un duro-paja, habla de la marca hispánica.

    El de Blas de Lezo también lo tengo y lo leeré si Dios quiere….¿cuándo?

    Sí, Farsalia, pero Runciman habla también de las cruzadas que no pasaron más allá del mar de Mármara; es verdad que tenían en proyecto llegar a Jerusalen, pero no llegaron. También dice Runciman, no encuentro ahora el capítulo, de un proyecto «europeo» de hacer una cruzadas a Jerusalen por Gibraltar: que lo de España fue una cruzada creo que no se puede poner en duda.

    Generosamente

  26. Urogallo dice:

    Totalmente de acuerdo conmigo mismo: Españoles, en todo tiempo y lugar.

    Otra cuestión es que la cuestión implicase para ellos algo únicamente geográfico, pero vamos, si ya empezamos a ser tiquis-miquis me gustaría que dejasemos de hablar ahora mismo de Cruzadas y empezasemos a hablar de la Gran Expedición promovida por el Papa para la remisión de nuestros pecados y la liberación de los Santos Lugares.

  27. JF dice:

    Efectivamente, Urogallo, la cosa es así, y el que no quiera verlo o se salga por los cerros de Úbeda, es su problema.
    La Historia es sola una, no hay más. Solamente comentaré un pequeño detalle o más bien lo recalco. En España, bueno los reinos hispánicos, para que nadie se enfade… se efectuo una verdadera Cruzada, que no Reconquista, aunque también fuese eso. La cruzada, pues tenía la consideración y el beneplácito del Papa. El nombre de cruzada se debe de reservar exclusivamente a las guerras predicadas y suscitas por el Papa, en su calidad de cabeza y jefe de la Cristiandad. El papa invitaba a todos los fieles, independientes de su nacionalidad, a participar en ellas y concedia indulgencias plenarias a cuantos se alistasen bajo el estandarte de la Cruz, y ése fue el caso de Las Navas (pongo de ejemplo) que fue impulsada por Inocencio III con la colaboración del arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada.
    El que autores británicos, bueno anglosajones en general, ‘pasen de la Historia’ y cuenten lo que les place y a su manera de distintas épocas (son como mínimo unos miopes intelectuales como digo más arriba,pero además con prejuicios, que se creen que tienen la Panacea o son la Panacea en la Historia. Pero claro, el problema está en las personas que los lean [no quiero generalizar], si estos no se molestan en documentarse o comparar con otras obras, para ver de cierto o de falso, de añadido o de omisión, etc., les irá bien a estos ‘chicos anglosajones’ y sus editoriales), de la historia de España.
    El libro reseñado y comentado por todos nosotros es un ejemplo de lo que digo, pero hay tantos… éso hay que denunciarlo y combatirlo con la misma historia que ‘les pone tanto a estos autores’.

    Un saludo.

  28. ARIODANTE dice:

    ¿Por qué habría de molestarse alguien si dices «España», JF? No empecemos…

    Estoy de acuerdo con que cada historiador arrima el ascua a su sardina: no veo por qué extrañarse de que los anglosajones vean las cosas desde su óptica…¿No hacemos lo mismo los españoles? Es más, los españoles, depende de que color político sean, dicen unas cosas u otras muy diversas de la misma historia, quiero decir, de los mismos hechos históricos. ¿Por qué no lo iban a hacer los anglosajones? El problema, finalmente, está en el lector, que si quiere saber la verdad ha de documentarse por varias vías.
    Mismamente como el lector de la prensa diaria: el que sólo lee El Pais -por poner un ejemplo- se entera sólo de una parte de lo que ocurre (la versión que el grupo político que lo sustenta quiere que conozcamos) y ni siquiera esa parte de la que informa está planteada como otros periódicos (que siguen a grupos políticos distintos) la plantean. Por tanto, el que quiere estar bien informado tiene mucha faena. Es más cómodo, desde luego, afiliarse a algo e ignorar al resto.

  29. Antonio dice:

    Buenos días:

    Sesgos importantes habrá siempre, sea el historiador de donde sea, porque aunque la Hª es una y sólo una, bien es cierto que no puede conocerse íntegramente, ni comprenderse en su totalidad; ni aun habiendo estado «allí» puede uno saberlo todo.

    Lo anglosajones, con sus sesgos, nos llevan muchos años de ventaja: su historiografía es anterior a la nuestra, su expansión por el mundo contemporáneo también, la aplicación de medios de conocimiento histórico no digamos, el estudio de lenguas vernáculas tanto de los mismo. Nosotros tenemos buenos historiadores, con sus sesgos. Pero ellos tienen muy buenos equipos y disponen del mejor material. Y también de mejor disposición para estudiar lo de «afuera».

    El lector debe elegir y debe tener en cuenta todo esto.

    Y todo eso aparte del sesgo ideológico, religioso, cultural, etc., que es el puede evitarse en mucha medida.

    Sencillamente.

    PS: en cuanto al lector del País , teniendo a mano el BOE, pues se gasta un dinero inútilmente.

  30. JF dice:

    ¿Qué por qué?, pues porque ocurre en esta España (el que no quiera verlo que no lo vea) nuestra o del que quiera ser y sentirse. Yo no empiezo nada…, ni es mi intención, paso de polemizar y de política. Segos, pues evidentemente que hay muchos, incluidos los españoles. Mi idea e intención es criticar, pero con conocimiento de causa, no a voleo, a los autores de publicaciones y editoriales (cuando se preste) anglosajones, que nos quieren vender «la moto» con sus segos, patrañas y su Historia iluminada, como si los demás fuésemos idiotas.
    Y como he dicho antes, el libro del cual estamos comentando es uno, pero hay tantos… y algunos bien malos con la historia de España.

    Saludos.

  31. JJSala dice:

    Ariodante.

    Por eso yo leo hasta la letra de los botes de champú.

    Hace tiempo que dejé de descriminar en mis lecturas, por lo menos hasta que no me convenzo de lo «malo» o «malvado».

    No creo en la falsedad absoluta de algo y más bien sospecho y huyo de lo que intuyo como verdad a medias o medias verdades, casi siempre disfrazada/s de objetividad (de objeto que no de sujeto) y de lo políticamente correcto.

  32. Antonio dice:

    Runciman no ignora la cruzada en España, simplemente le dedica menos espacio, quizás por aquello que decía Farsalia, pero no es tan importante. Lo relevante es que hace un gran trabajo de documentación sobre el resto de cruzadas. En esto hay que ser un lector advertido y Vd. (JF) nos enseña a serlo. Gracias.

    JF y Ariodante: por cierto, el autor normalmente se refiere a España citándola así, España, sin que eso sea impedimento para nombrar a Navarra, Aragón o Castilla.

    En cuanto que hay muchos españoles que no nombrar España por que no les gusta o no es correcto políticamente, pues es verdad. Como pasa con los historiadores, este problema no lo tienen los ingleses, o la gran mayoría de los anglosajones: ellos no pierden la oportunidad de nombrar su nación y es motivo de orgullo. Los españoles somos diferentes…, pero esto es otro problema ajeno a las cruzadas.

    Cordialmente

    JJJSala: muy inteligente, yo lo intento.

  33. ARIODANTE dice:

    Vale, JF, no he nacido ayer, ya sé que hay muchos que no quieren saber nada de España…aunque vivan en ella y cobren su nómina del Estado que tanto abominan. No me encuentro entre ellos, desde luego.
    Y no somos tan diferentes, Antonio: aqui hay gente agradable y gente desagradable, caraduras y honrados ciudadanos, como en todas partes. A veces parece que haya más porque como nos pasamos la vida tirándonos garrotazos, pues suena más que en otros sitios donde a lo mejor se matan en silencio.
    Mira por donde Runciman lo tiene más claro a pesar de ser anglosajón.

  34. Antonio dice:

    Buenas tardes:

    Yo creo que los investigadores y los historiadores, como los políticos, salen de entre nosotros, son de nuestra nación, o país, o CC.AA. -como queráis-, no han venido de Marte. Y cuando hacen su trabajo pues le sale el amor a su nación o no les sale. Pero son dos cosas diferentes: bueno-malo historiador; ama o no ama a su nación. Vaya perogrullada.

    Recuerdo aquella anécdota de un muchacho inglés que vino con sus padres a una concesionaria inglesa y entró en la escuela del pueblo (en Huelva); cuando lo presentaban decían de él que hablaba raro porque era extranjero, y entonces el chiquillo, lleno de orgullo, respondía:
    – «Yo soy inglés, los extranjeros sois vosotros».

    A mi me gustaría que la mayoría de los españoles se pareciera más a ese muchacho, que fuera más patriota, pero qué le vamos a ser…Otras cosas buenas tenemos de las que ellos carecen.

    Si este muchacho, pongamos por caso, terminara siendo historiador pues podría salir un Runciman (bendito sea Dios); o también podría se una excepción y salir un Ian Gibson -este es irlandés, creo- (maldita sea la hora).

    En definitiva, la historia está hecha por personas imperfectas, que siendo muy buenas en su trabajo, son limitadísimas y no pueden saberlo todo. Y eso no es incompatible con amar a tu nación: por eso creo que deberíamos, antes de criticar tanto a los anglosajones, exigir a nuestros buenos historiadores más como patriotas -opino- y más como historiadores.

    PS: sobre las Reconquista o la cruzada en España tenemos buenas obras autóctonas.

  35. Antonio dice:

    Se me olvidó:

    ¿Alguien conoce algún trabajo que pueda consultarse sobre los SUPRADICTAS gascones, francos, o de otra procedencia que vinieron a ponerse al servicio de los reyes de Aragón en el siglo XII (puede que en el XI)?

    ¿Alguien conoce a un tal Pedro Ruiz de Azagra, que participó en la cruzada de la actual zona de Teruel?

    Gracias.

  36. JJSala dice:

    Antonio,sobre Pedro Ruiz de Azagra puedes buscar en Google.

    Está la Wikipedia (en inglés) pero también hay alguna página en castellano.

    Lo mismo para los SUPRADICTA.

  37. ARIODANTE dice:

    Completamente de acuerdo, Antonio: también yo echo de menos que aquí nadie se sienta español o que, de sentirlo, se abochorna o tiene miedo de que le insulten por decirlo y se calle. Ese empeño por sacar siempre el garrote en toda discusión. Pero me temo que aunque no queramos, somos españoles y el garrote está en nuestros genes.
    Siento no poderte ayudar con tus preguntas: no tengo ni idea.

  38. farsalia dice:

    Antonio dixit:

    «Sí, Farsalia, pero Runciman habla también de las cruzadas que no pasaron más allá del mar de Mármara; es verdad que tenían en proyecto llegar a Jerusalen, pero no llegaron. También dice Runciman, no encuentro ahora el capítulo, de un proyecto “europeo” de hacer una cruzadas a Jerusalen por Gibraltar: que lo de España fue una cruzada creo que no se puede poner en duda.»

    No me refiero a eso, que me refiero a que el tema de Runciman son las Cruzadas a Tierra Santa, a eso dedica sus tres volúmenes, analizando a fondo las fuentes de que dispone. Tyerman analiza el concepto de Cruzada en todos sus ámbitos y escenarios; Runciman, no. De eso va su libro, de las Cruzadas y del Reino de Acre, hasta finales del siglo XIII. Claro que hay menciones de otras Cruzadas en su libro, contadas, pero no se dedica a ellas. Se dedica a lo que se dedica. Y al hacerlo no está menospreciando lo que sucede en el resto de Europa: SU tema son las Cruzadas a Tierra Santa, los protagonistas del primer siglo, Saladino, el Reino de Acre y su caída, la llegada de los mongoles, Baibars en Egipto. Ese es SU tema.

  39. Schwejk dice:

    ¡tropecientosmil comentarios y ninguna menciona a Maalouf y su «las cruzadas vistas por los arabes»! ¡ombliguistas! ¡Eurocéntricos!

  40. farsalia dice:

    Y que se ponga en duda la enorme categoría de este libro y de Runciman sólo porque no se dedica a hablar de lo que pasa en otros escenarios (léase la Península Ibérica), de un historiador de un bagaje intelectual inmenso, que ya quisieran otros, sólo por cuestiones meramente nacionalistas españolas, es que es para pensárselo dos veces. Pero mucho, ¿eh?

  41. Tasos dice:

    Interesante reseña, Antonio. Pero me parece que me abruma la densidad de la obra.
    Sobre el tema no os olvidéis de una obra «más digestiva», «Las cruzadas» de Carlos de Ayala, en Silex.
    Sobre la nomenclatura de la Península Ibérica, de manera no rigurosa se podría decir también la España Medieval, los Reinos hispánicos, aparte de los nombres de los difernetes reino y condados, etc.
    Yo creo que no se hablaba de la designación actual, que aunque alguno la discuta por prejuicios políticos obsoletos, no tiene duda.

  42. JJSala dice:

    Schwejk.

    Si vas al listado de reseñas, verás que «Las cruzadas vistas por los árabes» fué reseñada y comentada en su momento, mucho antes que éste que nos ocupa.

  43. Schwejk dice:

    Adjetivando a los anteriores comentaristas de «ombliguistas» temia que alguno me recordara a Shakira, pero no, no hay peligro, se me ha tomado en serio. En fin….

  44. Antígono el Tuerto dice:

    A ver, no nos perdamos; el tema de la nomenclatura de España no tiene nada que ver con sentimientos nacionalistas de diverso pelaje (vaya por delante que me considero español como el que más y me trago todos los partidos de la selección como el resto…y eso que no me gusta el fútbol) sino que es un tema histórico. no existía en la Edad Media una entidad llamada España (estado, reino o como querais) sino un espacio geográfico, es como si llamo a Vercingetorix francés porque vivió en lo que ahora es francia, o llamo a César italiano, o al rey Creso turco; es un anacronismo se mire por donde se mire.
    Respecto aRunciman, él deja bien claro que su tema son las Cruzadas de Tierra Santa, ni las bálticas ni las hispánicas; y por cierto pese a ser anglosajón los reyes ingleses (sobre todo Ricardo) no salen muy bien parados que digamos.
    Eso sí, se le ve el plumero demasiado con Bizancio; Runciman es muy probizantino, Tyerman no tanto la verdad.
    Respecto a las «Cruzadas vistas por los árabes», no se que decirte, después de leer León el Africano no creo que Malouf sea muy imparcial que digamos.

  45. Lacedemonia dice:

    Antonio, si no recuerdo mal, Pedro Ruiz de Azagra no participó en cruzada alguna. Sí lo hizo algún sucesor suyo, Pedro Fernández de Azagra. Supongo que te refieres a la conquista de Valencia…

  46. JF dice:

    Con respecto a estos últimos comentarios, pues si las Cruzadas sólo apuntan a Tierra Santa, pues entonces que no se generalice, ni en el contenido del libro, ni en su titulo que nos dice:»Historia de las cruzadas» que se hubiese llamado: Historia de las cruzadas en Tierra Santa, vamos, es lo más lógico… (nos evitamos comentarios y perder el tiempo). Si el autor, nos quiere hablar (escribir) de Cruzadas en general que lo haga en consecuencia, y no útilice «la tijera» a su antojo, y hablando de Cruzadas y tijeras, se ha mencionado las «bálticas», «hispánicas» de estas últimas bien poco que habla, un poco más y ni las menciona; y que hay de los cátaros, otra verdadera Cruzada…

    «Matadlos a todos, pues Dios reconocerá a los suyos».

    Sí, el abad Arnaldo Amaury, legado pontificio designado para encabezar a los cruzados católicos no mostró la menor piedad. Se dice que pronunció esas palabras. El papa Inocencio III ordenó la cruzada contra los albigenses en el año 1209.

    Me reitero en mi posición (sin generalizar) los autores anglosajones, se creen que los demás somos idiotas. Hay que criticarlos -con conocimiento de causa- como digo más arriba, se creen que tienen la Panacea, que son la última palabra en Historia: NO.
    Espero que no se me malintreprete -no es ninguna cruzada, hablando de cruzadas-.

    Saludos.

  47. Tasos dice:

    Rotundamente de acuerdo con Antígono «Monoftalmo». En rigor es un claro anacronismo; otra cosa es que se use en la ensañanza a niños y adolescentes para introducir al tema o en una conversación desenfadada. Y por ello no se es ni más ni menos patriota. No caigamos en «patrioterismos» que no patriotismos.
    Runciman focaliza el tema en aquel marco geográfico concreto, pero desde luego el título es, como poco, impreciso, como afirma JF.
    Malouf aporta una visión «del otro lado» pero sin erudición. Lo considera una agresión que triunfa en gran medida por la desunión.
    Saludos

  48. farsalia dice:

    JF, ¿has leído el libro de Runciman? Porque realmente lo del conocimiento de causa hay que practicarlo… leyendo. Porque no hablamos de una obra cualquiera, escrita de cualquier manera, investigada de cualquier modo. Hablamos de una obra que es uno de los hitos de la historiografía medievalista, una obra que aunque escrita en los años 50 ha seguido y sigue siendo de referencia obligatoria. Y, como toda obra, tiene sus deficiencias, sus carencias (cincuenta y pico años son muchos…), que no empañan, ni de lejos, lo que ha significado y significa esta obra. Por tanto, que nos dediquemos a hablar de «tijera» en una obra que no merece en absoluto que se la trate de este modo, es para hacérselo mirar, o, como mínimo, templar bastante lo que se dice, sobre todo si es sin conocimiento de causa.

    Con lo cual, lo que te recomiendo es que la leas, te dejes de apriorismos sin sentido y valores un libro (éste, cualquiera) como lo que es, sin esas generalizaciones que tú mismo cometes y de als que tanto te quejas.

    Un poco de sentido común, por favor…

  49. Clodoveo11 dice:

    Según la RAE Cruzada es una «expedición militar contra los infieles, especialmente para recuperar los Santos Lugares, que publicaba el Papa concediendo indulgencias a quienes en ella participaran»; oséase, que las Cruzadas pueden (o no, habría que debatir si lo son estrictamente) incluír las reconquistas hispanas, bálticas o pernambuquianas, pero lo que SI es seguro que incluyen, «especialmente», las dedicadas a recuperar los Santos Lugares, que son a las que se refiere Runciman.

    Por otro lado, supongo que Runciman podría hacer lo que se le saliese de la boina, digo yo. Y leyendo su fenomenal libro no percibí anglofilia ni anglofobia por ningún lado. Crítico con las cruzadas y su desarrollo, pero sin caer en estridencias; aparte de que es una obra fundamentalmente narrativa y no interpretativa, y bajo este prisma cumple estupendamente su función.

    Y ya empiezo a estar un poco hasta las narices de menospreciar la labor de los historiadores anglosajones por el mero hecho de no incluír a España permanentemente en sus obras: España brilló en la historia mundial desde los RRCC hasta el final de los Austrias más o menos. Antes éramos del montón antiguo-medieval y después fuimos y somos caca de la vaca Ciriaca, pese a quien pese.

  50. Antígono el Tuerto dice:

    La obra de Runciman es la OBRA (con mayúsculas) de referencia para todo aquél que quiera acercarse al tema de las cruzadas, describe al más mínimo detalle todas las cruzadas de Tierra Santa (las cruzadas por antonomasia, todas las demás se inspiran en ellas) y utiliza documentos medievales no sólo latinos, sino también griegos, armenios y árabes; Runciman ofrece la más amplia panorámica de las cruzadas desde todos los puntos de vista, no sólo el occidental (algo que Tyerman no hace, y él mismo lo reconoce). Decir que Runciman cortó o desdeñó algo por prejuicios nacionales es una crítica injusta desde mi punto de vista; Runciman es el referente del Historiador Medieval de las Cruzadas y de momento nadie le ha destronado.

  51. Tasos dice:

    Clodoveo11; yo diría que España también tuvo su peso durante el denostado siglo XVIII; era la 3ª potencia naval y la 2ª colonial.
    El proceso de decadencia definitivo se iniciaría durante la Guerra de Independencia y las Guerras de Emancipación americana.

  52. Antígono el Tuerto dice:

    Ahora repasando mis comentarios me he dado cuenta de que no he felicitado a Antonio por la reseña de uno de mis libros preferidos; así que aprovecho para enmendar mi error felicitando a Antonio por la reseña mientras hago penitencia cubriendo mi cabeza con ceniza y autoflagelándome mientras hago votos para partir a recuperar Jerusalén de los infieles ;-)
    Y una crítica a los traductores de esta edición, que en vez de selyúcidas hablan de seleúcidas, que aunque suene igual no es lo mismo.

  53. JF dice:

    Efectivamente hay que practicarlo, y me da igual que tenga 5 años que 50. Los autores anglosajones (algunos) la mayoría son unos prepotentes e iluminados, y el «conocimiento de causa» lo tiene sabes donde… El libro que estamos comentando; no digo que sea malo. Estoy observando que se me malintrerpreta… lo que estoy diciendo es que no es (total) para las pretensiones, tiene mellas. Lo que no puede ser es que se jacte o vanaglorie, ya de entrada con el mismo titulo: Historia de la Cruzadas. No, eso así no es, el libro de marras con su autor incluido tiene deficiencias (el que no quiera verlo que no lo vea) o sea, el sentido común del que hablas el -autor lo torea-, pues se deja algunos toros sin torear.
    Como veo que no se me entiende, doy por concluido aquí mis comentarios. ¡Paso de polémicas! Habrá más ocasiones con los iluminados autores anglosajones, con toda seguridad.

  54. Schwejk dice:

    Títulos de los libros de Runciman:
    A History of the Crusades: Volume 1, The First Crusade and the Foundation of the Kingdom of Jerusalem (Cambridge University Press 1951)
    A History of the Crusades: Volume 2, The Kingdom of Jerusalem and the Frankish East (Cambridge University Press 1952)
    A History of the Crusades: Volume 3, The Kingdom of Acre and the Later Crusades (Cambridge University Press 1954)

    Por cierto, nadie ha mencionado que también debería hablar de otras «cruzadas» como Sicilia, o toda lucha contra las antiguas y cristianísimas provincias y diócesis romanas de las Mauritanias, Cirenaica, Numidia, Egipto…

    JJSala, me parece que Asimov nunca tuvo intenciones de escribir una «historia universal», esa fue una invención del editor, no que quisiera ofender a españoles, italianos, chinos, indios, sudamericanos, africanos, australianos, asiáticos en general, etcétera etcétera.

    Antigono el Tuerto: en efecto, un libro titulado «las cruzadas vistas por los árabes» puede que no sea muy objetivo, pero es que lo dice bien clarito en su título: «vistas por los árabes». Por lo menos es sincero. No engaña a nadie con una supuesta objetividad que, reconozcámoslo, es muy poco frecuente en meros mortales.

    No termino de entender tanta inquina contra los historiadores anglosajones que ignoran nuestra historia patria… cómo nos ignoran los pérfidos Thomas, Payne, Elliot, Kamen, Lynch, Jackson, Gibson, Fraser, Brenan, Southworth…. bueno, no, mejor estos últimos los borramos, algún irlandés se me ha colado.

    Por contra, contamos con abundantes apellidos hispánicos entre los que nos han desbrozado la historia de las británicas islas, por ejemplo… umm… ¿alguna ayuda?

    Antonio, por cierto, buena reseña.

  55. Tasos dice:

    Hombre, yo creo que hay que distinguir entre los historiadores serios, esforzados, sólidos, reconocidos y renombrados… -los que señala Schwejk y unos cuantos más- y los historiadores y aficionados en mayor o menor grado que pueblan editoriales tipo Osprey, Pen & Sword, Amber books, ¿Times Society Press? etc. e incluso entre estos hay honrosas excepciones.
    Y es evidente que los anglosajones llevan más tiempo acercando la historia al gran público, y eso unas veces sale bien, si no se pierde rigor, y otras regular o mal.
    Buen día.

  56. JF dice:

    No iba a comentar (será ésta vez la última independiente de lo que se comente o no se comente, por lo menos aquí) pero ya que se emplea la expresión inquina hacia mis comentarios… El sarcasmo es hijo del sarcasmo y como tal es sarcasmo. Yo tampoco entiendo tanta inquina contra lo que comenta un servidor… Qué el libro tiene mellas, que no es «maquina total» y que el autor es anglosajón: CORRECTO. Estoy diciendo sólo lo que a lo mejor otros no se atreven a decir… Lo que si entiendo es que hay muchos seguidores de autores anglosajones, pues mira por donde un servidor es la regla a la excepción (menos mal que somos unos pocos y hacemos ruido) y lucho contra la visión «anglocentrista», «anglosajona» de la historia que tiene muchos autores tanto británicos, como estadounidenses y demás periferia. O sea, no toleramos «imposición cultural» anglosajona y luchamos por evitar el «afrancesamiento» utilizo la expresión para que se me entienda más facilmente, aunque algún seguidor anglosajón se me enfade. Critico y criticaré, ya lo he dicho otras veces, a los autores no por que sean anglosajones sino porque su visión de la historia anglosajona es muchas veces patética y nos quieren enseñar al resto de los mortales: Historia a su modo y semejanza.
    Queda claro.

    Saludos.

  57. farsalia dice:

    En fin, que opinar es gratis, aunque sea sin fundamento, quedémonos con esa postrera reflexión.

  58. Antonio dice:

    Bunas tardes:

    Expreso mi gratitud por sus felicitaciones que son muy inmerecidas, más aún al lado de comentarios de tanto nivel cómo los que he leído aquí, y por lo indulgentes que fueron Vds. cuando leyeron “que le vamos a ser” y no dijeron nada: quise decir “que le vamos a hacer”.

    Respecto al libro se recogen dos conclusiones claras, si Vds. me lo permiten: i) “La Historia de las Cruzadas” es un libro magno e imprescindible de un autor irrepetible, cuya calidad no puede ponerse en duda. Independientemente de parecernos a cada uno más o menos ameno o no; ii) que está escrito en un estilo narrativo-explicativo poco dado a las interpretaciones. Personalmente yo no percibí anglofobia ni anglofilia en la obra, y en cuanto a que el autor es pro-bizantino (es una forma de decirlo) pues yo diría que con muchos matices puede que sí.

    Respecto a los temas que han salido a relucir: i) los autores anglosajones nos pueden merecer opiniones diferentes (faltaría más), todas respetables, pero generalizar con las críticas no parece que sea muy sano para aprender. Y JF: Vd. puede abandonar su participación en este hilo, pero no por el motivo que aduce: si está convencido de sus afirmaciones pues fundaméntelas y convénzanos –he estado buscando una conversación de este tenor en Hislibris, creo que en Biblioteca de Historia de España, y no la he encontrado, cuando aparezca la citaré; ii) el tema del nacionalismo relacionado con las denominaciones de lo español, etc. es un tema muy controvertido, mucho más que las razones que expresamos para estar de acuerdo o en contra, y en él han sido Vds. muy comedidos. Ya saldrá por otro sitio.

    León Bocanegra: ¿Runciman o Tyerman? Los dos, quizás Tyerman mejor para una lectura “más sencilla”.

    Pido disculpas por mi atrevimiento con este comentario y con esta reseña. Muchas gracias.

  59. Antonio dice:

    JJSala y Lacedemonia:

    En tiempo estuve buscando la procedencia del nombre de familia Monterde, que aparecía relacionado con D. Pedro Ruiz de Azagra. Lo que había leído en internet aparecía sin citar las fuentes y relacionaba ambos con la toma de Albarracín a los musulmanes.

    Resulta que en el libro de Raciman se cita la Orden del Temple como fuente suministradora de oficiales-administradores -supradictas- de los bienes señoriales o de realengo de las nuevas tierras conquistadas; justo este comentario es el que aparece en internet relacionado con Pedro Ruiz de Azagra y con los Monterde. Por eso pedía su ayuda para aclarar si ciertos monjes templarios así llamados actuaron en la toma de Albarracín (o quizás Valencia).

    Agradecidamente.

  60. farsalia dice:

    Lean a Runciman, señores, léanlo; disfrutenlo, saboreenlo, tómense su tiempo si así lo deciden, pero ténganlo cerca cuando quieran leer sobre las Cruzadas, las Vísperas Sicilianas o la caída de Constantinopla. No se arrepentirán…

  61. Antígono el Tuerto dice:

    Estamos un poco tiquismiquis con las cruzadas sicilianas, bálticas o hispánicas; cierto que Runciman hace breves menciones a ellas (las bálticas no salen) pero es porque él se centra en las Cruzadas por antonomasia, las de Tierra Santa y describe la situación en Palestina, Bizancio y el mundo árabe muy bien y en gran profundidad, además de los reinos de Armenia o Georgia que en otras obras ni siquiera aparecen.
    Si quieren saber más de la Reconquista o de Sicilia lean a Tyermann que dedica espacio a estas «cruzadas» y digo entre comillas porque Tyermann manifiesta sus reparos a la hora de denominarlas cruzadas de pura cepa, a diferencia de las de Tierra Santa.
    Pero sigan la recomendación de Farsalia lean a Runciman sin prejuicios, que es un gran medievalista, de los mejores que han existido.

  62. Lacedemonia dice:

    Antonio, existe una controversia acerca del modo en que Pedro Ruíz de Azagra se hizo con Albarracín, pero practicamente Lacarra es la única voz autorizada que defiende que fuera por conquista. En realidad pesa más que ocurriera pacíficamente. En cualquier caso es seguro que no se puede encuadrar eso en una cruzada. Una bula papal habría quedado datada de tal modo que la controversia no existiría.

    Por las mismas causas no puede afirmarse que templario alguno participara en esa improbable toma de Albarracín. Por esa época el Temple apoyaba a Alfonso II de Aragón en la toma de plazas en las inmediaciones del Guadalope, pero Azagra tenía más bien poco que ver con Aragón, habiendo estado vinculado a Navarra, por supuesto, y sobre todo a Castilla. De hecho a Aragón le sentó como una patada en los cataplines que Albarracín quedase fuera de sus planes.

    Por lo demás, como ya te dije antes, en la conquista de Valencia habría que hablar de Pedro Fernández de Azagra, puesto que Pedro Ruíz de Azagra llevaba ya bastante tiempo muerto. Esa sí es cruzada por bula papal.

  63. JF dice:

    Gracias Antonio por permitirme la intervención. Vamos a ver: la obra de Runciman como digo más arriba (es buena-lo reconozco-), pero también digo que no es TOTAL, como intentáis convencer. Por qué, pues porque el autor se deja fuera cosas, entre ellas a los españoles en Tierra santa y a sus cruzadas en tierras hispánicas, -habla de ello de modo parco e incompleto, para un servidor es más que suficiente, además se deja otras, y, se centra mayoritariamente en Tierra Santa, pues muy bien para el autor y sus «fans». Fíjate que sencillitas son mis conclusiones.
    Cuando hablo de autores anglosajones me refiero mayoritariamente a los que cuando habla de España o escriben de su historia y hechos emplean o utilizan las «tijeras», o escribe los que les interesa a sus propositos, y encima nos quieren enseñar historia. Ya lo iremos viendo poquito a poco: hay autores y libros. A la mayoría de vosotros os gusta los autores anglosajones, pues muy bien. A un servidor muy pocos. Por ejemplo: J.J. Elliott, trata bien a la historia de España y sus hechos, sin embargo Henry Kamen mira que es malo.

    Un saludo.

  64. Urogallo dice:

    Yo estoy con JF, y me parece muchísimo menos importante la cuestión de si existieron otras cruzadas ( También olvida el muy truhán las cruzadas suecas contra los rus, seguramente.) que la evidencia objetiva de que no tenía ni idea ( Ni le importaba, muestra de su falta de afán de totalidad) la participación de los reinos ibéricos ( Seguro que algún Portugués también pasó por allí) en las Cruzadas.

    Luego será el mejor que ha existido, pero bueno, en el país de los ciegos…

  65. JJSala dice:

    Y no olvidemos que «El Capitán Trueno» participó en la tercera cruzada, junto a Ricardo Corazón de león, en la toma del último bastión árabe en Palestina.

    Mas genuíno representante ibérico no podemos encontrar en toda la historia de las cruzadas.

    Hacen ustedes gala de una «intelectualidad» tan elevada, que olvidan lo más obvio. J…r.

    Saludos

  66. farsalia dice:

    ¿Total? ¿Quién dijo total? A ver si leemos bien los mensajes que se escriben por favor, y a ver si se redactan mejor otros, ya puestos…

    Repetir lo que antes ya se ha dicho es ya aburrido, así que no insistiré más, y menos sobre las «tijeras» y el famoso «conocimiento de causa». En fin, Pilarín…

  67. Schwejk dice:

    Farsalia, Antonio, Antigono, de mayor quiero tener vuestro saber estar y ser como vosotros (bueno, sí, pero no todos a la vez, que ya me es difícil encontrar pantalones de mi talla). Evidentemente aquí discutimos de cualquier cosa menos de Runciman y sus libros.

    JJSala, de nuevo no estamos de acuerdo. Sí, es cierto que el Capitán Trueno (nombre real, Arnulfo Fernandez, ascendencia mozárabe con ínfulas de godo) conocía íntimamente a Ricardo I, posiblemente sea el sujeto al que éste dedicó varias enigmáticas chansons en occitano. Pero no hay ninguna prueba de que sus encuentros se realizasen en Tierra Santa. Pese a que en las crónicas de Ambrós, Mora y demás transcurren por todo el globo entonces desconocido (incluyendo Vinland y más allá de las Molucas) nada nos cuentan de Tierra Santa, sólo de oídas. Por otro lado Sigrid de Thule, lo siento, amigos, no existió nunca, fue sólo un recurso al amor cortés, tan típico de la época, pues ya sabemos todos que por entonces Thule era republicano y se regía en el Allthing. Goliath sí tiene acreditada su existencia histórica, su rastro arqueológico es fácil de seguir, muy parecido al de Obéllix, con grandes osamentas del maravilloso cerdo patanegra medieval, que atestiguan el rastro de sus aventuras por todas partes menos, snif, Tierra Santa. Crispín terminó sentando la cabeza y haciendo unas notarías, posiblemente fuera el que redactara el Carmen Tonantoris, la crónica latina en la que se inspiró Mora para su creación posterior.

    Pese a los estragos que causaron nuestros tres personajes por todo el Islam, Runciman ni los menciona, posiblemente porque no encontró rastro suyo en el Mediterráneo Oriental. Otra muestra de su prejuicio antiespañol y de sus intentos de menospreciar nuestra cultura. Ale, ya me he desahogado.

  68. Antígono el Tuerto dice:

    ¡Ayyyy! Pobre Runciman, si levantase la cabeza y supiese que había pasado de largo la saga gloriosa del Capitán Trueno.
    Bromas aparte; Runciman no ignoraba la Historia de España o de los reinos hispánicos, lo cierto es que escribió un libro sobre las Vísperas Sicilianas que es un referente mundial en el tema; y SÍ habló de los españoles en las cruzadas, menciona a la colonia mercantil catalana de Acre y Tiro, a la expedición aragonesa a Tierra Santa, al cardenal Pelayo en Egipto y a la Compañía Catalana en los Balcanes…todos estos aparecen en el libro, totalmente documentados…así que me parece injusto decir que obvia el tema.
    La verdad es que vaya polémica que hemos montado por éste libro.

  69. farsalia dice:

    Polémica innecesaria, desde luego… Runciman rules!

  70. Urogallo dice:

    ¿Y que sería de nosotros sin polémicas?.

    Y por cierto, es que si no menciona al Cardenal Pelayo en su pifia egipcia, apaga y vámonos. ( Aunque este contaría más bien como subdito del Vaticano, ya que no representaba a su nación de origen).

  71. JJSala dice:

    Schwejt:

    ¿Qué clase de bellaco sois vos?. ¿Qué orate mentiroso os ha inspirado tan obscena crónica?. ¿Alguien quizás que comparte vuestro nombre?.

    EL Capitán Trueno de quién me precio conocer su vida mejor qe ningún perverso cronista, tal como esos Ambrós y Mora, dos malandrines sin duda; era de la más pura estire hispano-goda,hijo de Pere de Besalu y siendo su nombre bautismal Arnau de Besalu.

    ¿Cómo os atrevéis a negar la existencia de la aguerrida y bella Sigrid, la de blondos cabellos y glaucos ojos? .

    Dejad que os refresque la memoria.

    El hercúleo y bonachón Goliath y el gentil Crispín, los magníficos y entrañables compañeros del Arnau de Besalú, acabaron su vida en Tenochtitlan, sacrificados por los mexicas en el altar de Quetzacoalt, arrancado su corazón en vida y devorados después por aquellos salvajes caníbales.

    El Capitan, mi capitán, junto con su amada Sigrid, hubo de partir de aquellas salvajes tierras, con el corazón destrozado y sin poder dar cumplida venganza de la cruel muerte de sus amigos.

    Ello le sumió en la desesperación y trás muchas visicitudes, acabó volviendo a la tierra de sus padres, donde, a la muerte de éstos, heredó el condado de Besalú.

    Sigrid, la bella y dulce Sigrid, tras infructuosos intentos de hacer olvidar al Capitán tan dolorosos recuerdos, decidió partir hacia sus heredades en las umbrias y frías tierras del Norte, donde casó con un miembro de la nobleza vikinga y con quien tuvo dos hijos, al menor de los cuales llamó Arn, en recuerdo de su gran amor.

    Este Arn fue conocido como Arn de Ghotia y con el tiempo tuvo destacado protagonismo como miembro de la tropa templaria que sucumbió a Shala Ad Din, en los últimos extertores de los reinos cristianos de Ultramar.

    Hasta aquí mi crónica verdadera y que caiga la maldición sobre aquellos que se atrevan a contradecirla.

    Jean Jacques de la Salle, conde la Salle y de Besalú.

  72. Antonio dice:

    Buenas tardes:

    Lacedemonia: algo hay por la red; he encontrado con su ayuda un documento de José Manuel Latorre Ciria, en el que habla de la polémica sobre si hubo lucha o no por el «Reino de Albarracín» (cruzada es claro que no). Parece más cierto que D. Pedro Ruiz de Azagra lo obtuvo pacíficamente. Para ello se aprovechó de ser señor Navarro y de un acuerdo del Reino de Navarra con el de Aragón hecho en Sangüensa en 1.168 que reprimía la agresión «entrambos».

    Respecto a lo que busco, los Monterde no aparecen, siendo muy interesante el dato de las otras familias que sí poblaron Sta. Mª de Albarracín: Ocón, Marcilla, Santa Croche, Oñate, Echaurri, Navarro, Segura,… Monterde tampoco pudo ser «supradicta» templario, entre otras cosas, por la ausencia de cruzada.

    Este documento se llama Hª de Albarracín y me parece muy documentado.

    Atte. agradecido.

  73. Antonio dice:

    Bueno, bueno:

    Schwejk: ¿pero cómo va a querer Vds. parecerse a mí si todavía no he pillado lo del Capitan Trueno?, que, por cierto, no viene en el índice onomástico (JJSala).

    Los siguientes correos también me he perdido un poco.

  74. JJSala dice:

    Antonio.

    Lo del Capitán Trueno es una broma que me he permitido y que Schwjt ha seguido.

    Se trata de un personaje de un comic español de los años 50 y 60 del pasado siglo, creado por Victor Mora y Ambrós y que tuvo gran repercusión popular en aquella época.

    Saludos y disculpas por bromear con tema tan serio.

  75. JJSala dice:

    P.E.

    La Sigrid y el Arn que menciono son dos personajes de la «Trilogía de las Cruzadas» de Jan Guillou.

    Esta novela está reseñada en este foro.

  76. javi dice:

    En varias ocasiones hablais de España e Inglaterra, creo que es un error ya que España equivaldria a Gran Bretaña y no a Inglaterra.

    Por ejemplo la anecdota que se cuenta ese niño que va a una escuela en Huelva i dice «yo soy ingles vosotros soys lso extrangeros» podria traducirse por un » yo soy castellano, catalán, basco, etc. vosotoros soys los extrangeros…

  77. Antígono el Tuerto dice:

    De acuerdo javi España debe equipararse a Gran Bretaña no a Inglaterra, es un defecto típico de los españoles que no nos hemos enterado que ya no existe el reino de Inglaterra como no existe el reino de León.
    Pero al referirnos a España en la Edad Media nos referimos a un término geográfico más que político…que entonces no existía.

  78. Antonio dice:

    Buenas tardes:

    Javi: no compare Vd., Inglaterra ha sido una nación en toda regla.

    Curioso e ironico articulo de Don Arturo Perez-Reverte en el XLSemanal que nos ha regalado Balbo en el foro:

    Las 17 Navas de Tolosa.

    No se cansa uno de aprender. Crees como un idiota que conoces todos los palos del registro, y los lectores demuestran que van siempre por delante de ti. Por eso teclear esta página me resulta tan instructivo. Por los rebotes. Tal es la razón de que hace unas semanas les contara que, aunque me es imposible responder a las cartas que llegan, leo hasta la última de ellas con el máximo interés. Aprendiendo de nosotros mismos.

    Algunos de ustedes recordarán que hace poco hablé de las Navas de Tolosa: la carga de los reyes de Castilla, Aragón y Navarra contra las tropas almohades de Al Nasir. Batalla decisiva, dije, que apenas figura ya –o no figura en absoluto–, en los libros escolares. Quien me lee sabe que el arriba firmante tiene días gamberros, pero las cosas se las curra. Para eso está la biblioteca. A Las Navas nunca me habría atrevido a ir sin refrescar los clásicos: Ambrosio Hici, el texto fundamental de García Fitz, los dos volúmenes de Lago y González, la espléndida reconstrucción de mi compadre Juan Eslava y media docena de cosas más. Quiero decir que no improviso esas cosas, vamos. No las saco de Wikipedia.

    Pero oigan. El retorno postal del artículo ha sido interesantísimo, porque el conjunto de cartas es asombroso. Aquel 16 de julio de 1212, fecha en cuya importancia coinciden todos los historiadores del mundo, hasta los guiris, me enfrenta a una triste radiografía de lo que somos y de lo que nos negamos a ser. Las cartas que agradecen la referencia histórica, las que sugieren libros o aportan opiniones y datos, han sido numerosas. Aunque lo fascinante, esta vez, es el modo en que lectores de buena fe, en cartas inteligentes, respetuosas y documentadas, reaccionan ante los detalles de la historia que yo contaba. Todos, sin excepciones, en función de su localización geográfica: la comunidad autónoma, la ciudad, casi el pueblo de cada cual.

    El conjunto es desolador: diecisiete versiones distintas. Sabemos que ciertos detalles de aquel suceso aún son debatidos por los historiadores, y que la unidad lograda ese día iba cogida con alfileres; pero el hecho indiscutible, y ejemplar, es que tres reyes españoles batieron juntos en Las Navas al ejército almohade. Es lo que, sencillamente, yo destacaba en el limitado espacio de folio y medio. Sin embargo, dos lectores leoneses de buena solvencia, picados por que el artículo mencionase la ausencia histórica de tropas leonesas en la batalla –pues, efectivamente, el rey de León no estuvo allí–, me escriben para dejar claro que Las Navas no fue tan decisiva como se dice, que el rey Alfonso VIII de Castilla era –uno lo sentencia expresamente– «un verdadero miserable»; y que si los leoneses aprovecharon el trajín para tomar algunas plazas ocupadas por Castilla, sus motivos tenían. Cosa que, por cierto, no negaba el artículo. Otro profesor, navarro y con prestigio universitario, lamenta que no se destacara en el texto «al verdadero protagonista de la batalla», el rey Sancho VII de Navarra; monarca al que, desde una opuesta óptica castellana, otro lector, burgalés, califica como «rey turbio y poco de fiar». Por supuesto, el papel en Las Navas de Pedro II de Aragón –«el monarca catalán Pere II», matizan desde Tarragona con toda la seriedad del mundo– varía de unas cartas a otras: de «rey caballero» a «oportunista aventurero». Tampoco falta quien rebaja la importancia del enemigo, Al Nasir, que no suponía, sostiene, amenaza para el mundo cristiano, por lo que «habría dado lo mismo que lo derrotaran o no». En lo de quitar méritos tampoco zaguea un lector aragonés, que pone al rey castellano de vuelta y media, afirmando que la fama de la batalla se debe a un proceso de manipulación y propaganda organizado a medias por Alfonso de Castilla –«Guerrero mediocre, derrotado en Uclés»– y el arzobispo Jiménez de Rada.

    Y ojo. Esos que cito son los doctos: gente respetable por su cultura y argumentos. En otros niveles, imaginen el percal. Ahí entran a saco lectores más elementales, incluidos algunos que blasonan, osados, de su ignorancia. Uno me reprocha que llame moros a los moros, otro confunde almohades –que eran norteafricanos– con andalusíes, y otro, desconociendo que la palabra Hispania la usaban los romanos, critica «que hable de tres reyes españoles cuando en 1212 España todavía no existía» y propone el delicioso término «reyes de naciones ibéricas». Incluido el pobre indocumentado –joven me temo, con la gravedad que eso implica– que afirma, en correo electrónico, que Diego López de Haro, que mandaba la vanguardia cristiana en la batalla, «no era vasco, pues es mentira histórica que los vascos defendiéramos nunca otra cosa que nuestra independencia de Castilla».

    Todo lo cual confirma, una vez más, la vieja sospecha: España no tiene otro problema que nosotros. Los españoles.

  79. Antígono el Tuerto dice:

    Muy bonito el artículo de Arturo, pero eso no quita para que la Península Ibérica de entonces (por mucho que le pese a Pérez-Reverte) no era un sólo estado, sino múltiples reinos que, a veces, se unían contra un enemigo común. En ese caso los almohades.

  80. Antonio dice:

    Buenas noches:

    A D. Arturo no le pesa. Lo que dice es que hay continuidad en la definición del sitio y del contexto de España desde Roma, al menos, otra cosa es que no hubiera unidad política.

    Y esa matización se la hacen los que el considera más indoctos.

  81. Antígono el Tuerto dice:

    Bueno, en el concepto de Hispania se incluiría la actual Portugal también, no se refiere exclusivamente a España.

  82. miguel avila dice:

    buen dia a todos los que leen y han leido esta pagina y sus comentarios quiro saber si alguno de ustedes me podran despejar esta duda: para los españoles en la epoca de las cruzadas que paises estaban al oriente? por su atencion muchas gracias. su amigo miguel avila

  83. Antígono el Tuerto dice:

    ¿Cómo que qué países estaban al oriente?, pues los mismos que ahora, Siria, Palestina, Egipto…que yo sepa los continentes no han cambiado.

  84. jose alcaraz cano dice:

    Buenisimo tuve ocasion de leerlo pero la Version de los 3volumenes en 1 u
    na obra de arte matricula de honor

  85. Perico dice:

    El termino Cruzada surgió en relación con la conquista de las Tierras Santas a manos de los musulmanes en Oriente Próximo. A partir de ellas se extendió el término Cruzada a toda lucha contra los «infieles», como la de España o como la de los teutones en el este europeo, o como se le llamó a lucha contra los ctaros la cual también fue califícada de «Cruzada». Deneríais saber antes el origen del término antes de llorar porque no se nombre a España, que al fin y al cabo, fue un escenario bélico que tampoco es comparable al de Oriente. Disfrutar.

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