En 1929, el joven y avezado Jack Beilis conducía su propio automóvil, vestía trajes a medida y frecuentaba los mejores clubs de Detroit. Pero la brutal crisis que aquel año azotó América lo arrojó, junto a millones de compatriotas, al hambre y la desesperación.

Desahuciado y perseguido por un oscuro crimen, embarcará junto a su amigo Andrew hacia la legendaria Unión Soviética, el idílico imperio en el que cualquier hombre tenía derecho a trabajar y ser feliz, sin sospechar los extraordinarios avatares que les tenía reservados el destino.

Inspirada en hechos reales, con El último paraíso Antonio Garrido funde magistralmente thriller, amor y novela histórica en la dramática epopeya de un superviviente en un mundo dividido. Un formidable fresco de una época convulsa que dio un nuevo rumbo a la historia. 

Como ya se ha dicho en la sinopsis, estamos ante una novela que, a través de la historia de su protagonista, pretende contarnos unos hechos históricos bastante desconocidos, pero que por su dramatismo el autor ha querido transmitirnos. Pero no por ello debemos pensar que estamos ante una crónica o una novela que se ciñe sobre todo a la historicidad, sino que tenemos entre manos una verdadera novela, cuyo marco histórico, si bien determinante para los sucesos que narra, no pasa de ser una mera ambientación, dejando todo el protagonismo a los personajes y las aventuras y desventuras que les suceden.

A través de una trama muy bien hilada de forma lineal, ya que apenas encontramos momentos en los que se separa algún cabo de la urdimbre principal que luego vuelve a tejerse, el autor nos va perfilando una serie de hechos y de personajes que recrean momentos de gravedad en la historia del pasado siglo. Con bastante maestría y de forma sutil nos enfrenta a la miseria, el dolor, la esperanza y la desesperanza, que van fluctuando en toda la novela, entremezclándose con el amor, el odio, la ambición y el egoísmo a través de unos personajes vivos, reales, que se salen del papel para alcanzar relieve y volumen y que muestran una gran cantidad de registros, llegando cada uno de ellos a hablar con voz propia. Todos, hasta los secundarios más insignificantes, están dotados de una gran coherencia interna, de una personalidad firme, que hace que la novela mantenga la tensión en todo momento. Cuenta con un ritmo dinámico y ágil, centrado en un narrador foco, con descripciones justas y precisas, solo las necesarias para ambientarnos en una época ya lejana y en unos paisajes no muy hollados.

Todo esto nos lo transmite Antonio Garrido a través de un vocabulario muy rico, muy variado y muy preciso, sin resultar pedante ni de difícil comprensión. Su prosa es culta, cuidada y rica, aunque en ningún momento queda pesada o farragosa, todo lo contrario, pues sabe hacerla concisa y directa. El autor posee un estilo ágil y dinámico que convierte su narrativa en una lectura con ritmo, activa y adictiva.

Con esta novela el autor ha sido premiado con el Fernando Lara de novela, y creo que es un premio muy merecido, que esta vez ha ido a parar a una obra de calidad humana y literaria destacada. Leí su anterior novela, y creo que hay una franca mejoría en todos los aspectos de su narrativa, cosa que satisface mucho.

A pesar de no ser un tema que me atraía especialmente ni una época histórica que me seduzca, he de reconocer que esta novela me ha cautivado por el buen hacer de su autor y seguiré, sin duda alguna, pendiente de todo lo que vaya a publicar en un futuro.

Antonio Garrido (Linares, 1963). La crítica ha calificado su narrativa de ágil y adictiva gracias a tramas asombrosas, personajes inolvidables y una esmerada documentación que le ha valido el unánime reconocimiento internacional. Traducido a más de quince idiomas, su fulgurante carrera le ha convertido en el primer español cuya traducción al inglés alcanza el número uno absoluto de ventas en EE.UU. en la lista de Amazon, en todos los géneros y todas las categorías. Su primera novela, La escriba, 2008, se alzó con el Prix des Lecteurs Selection 2010, y fue finalista del Prix Fulbert de Chartres. El lector de cadáveres, 2011, obtuvo el Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zara.

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Esta entrada fue enviada el viernes, 16 d+02:00 octubre d+02:00 2015 a las 09:13 y está archivada bajo Novela histórica. Puedes seguir las respuestas a esta entrada a través de la fuente RSS 2.0. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu propia página.