EL RÉGENT. EL DIAMANTE DE LA REVOLUCIÓN – Michel de Grèce

EL RÉGENT. EL DIAMANTE DE LA REVOLUCION - Michel de GrèceCorre al año 1789 y la monarquía más poderosa de Europa está a punto de ser derrocada. Un orgulloso y honesto Luis XVI está a punto de convocar, por primera vez en ciento setenta y cinco años, a los representantes de su pueblo en los Estados Generales.

Es el momento en que se inicia la historia, un momento histórico que, hasta la llegada de las oleadas de terror de los años 1794 y 1795, servirá de fondo a una historia peculiar: el robo y la búsqueda de los diamantes que pertenecieron a la corona francesa, expoliados en septiembre de 1792 del guardamuebles de la Plaza de la Revolución, antes de Luis XV y hoy, de la Concordia.

La novela nos narra los acontecimientos desde el punto de vista de cinco personajes principales: Yvon Rebus, un idealista político revolucionario; Anne Louise Roth, una joven joyera de origen judío; Lord Adam Carrington, un inglés republicano que reside en París; Paul Miette, el apuesto, honesto y hábil ladrón de guante blanco y el comisario Le Tellier. Acompañados, por supuesto, por una amplísima galería de secundarios que van desde los mas repugnantes bajos fondos del París revolucionario, al mismo rey Luis XVI, desde el mas honesto y pacato vigilante del guardamuebles a políticos corruptos y espías; y desde la mas ávida y calculadora cortesana a la mas firme de las parejas.

Amplia galería de personajes que sin embargo, desgraciadamente, resultan un poco planos. A lo largo de las páginas me he ido quedando con la sensación, tal vez por falta de sensibilidad, de que las vicisitudes no me llegan. Las traiciones no enfurecen, las desgracias no entristecen, las alegrías no emborrachan el ánimo y los riesgos no llegan a parecer tales. Y todo esto a pesar de que los protagonistas se mueven entre fanáticos, sinvergüenzas, espías, idealistas y… ladrones.

Y sin embargo la aventura no carece de interés. El autor nos muestra la planificación del robo, su ejecución, la incesante búsqueda de una comprometedora lista de espías y, posteriormente, las arduas investigaciones encaminadas a recuperar los diamantes de la corona. Todo ello mientras París vive los convulsos años de la revolución, convulsos años que, opino, el autor dedica demasiado tiempo a explicar. Y es que la novela, en vez de incluirlos en la acción, en vez de situar a los personajes en los momentos clave y hacer que participen en ellos, se limita a contarlos, dando al libro un cierto aire documental que resulta, en algunos momentos, largo y tedioso; es como si los datos históricos, en vez de conformarse con ser el decorado por el que se mueven los personajes, trataran de apoderarse de la aventura.

Y a todo esto, ¿y el «Régent»? Pues la verdad es que ni el «Régent», ni el «Sancy», ni los «Mazarinos» ni el rubí «Costa de Bretaña» ni todas las demás joyas del guardamuebles son esenciales protagonistas de la historia. ¿O tal vez sí? Porque si uno se centra en las vidas de los personajes, el robo es un trasfondo. En cambio, si uno se fija en las joyas robadas, las vicisitudes de las piedras se van convirtiendo en el hilo conductor de la narración, especialmente hacia el final, donde una larga serie de epílogos, de saltos en el tiempo, nos desvela sus destinos.

En resumen. Un libro que no carece de interés. Sin embargo está demasiado novelado para ser documental, y es demasiado documental para ser una novela. Una preclara mente dijo en una ocasión que a veces un guionista se arriesgaba a convertirse en esclavo de un chiste. En este caso puede que suceda algo parecido, y la narración se convierte en esclava de los hechos históricos.

Opino, por supuesto.

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(Podéis ver un vídeo presentación de este libro, EL RÉGENT. EL DIAMANTE DE LA REVOLUCIÓN, a través de este enlace.)

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34 comentarios en “EL RÉGENT. EL DIAMANTE DE LA REVOLUCIÓN – Michel de Grèce

  1. Urogallo dice:

    Atractivo tema el de la Revolución francesa, pérfida obra de los libertinos librepensadores, aunque por lo que veo la novela no termina de cuajar del todo.

  2. pepe dice:

    A mi también me resultan atractivas las novelas ambientadas en la revolución francesa, pero si yo hubiera escrito el libro hubiera hecho que el comisario sacara al marqués de Sade del manicomio para resolver el misterio de las joyas robadas, y hubiera aderezado todo el guiso con una dosis abundante de libertinaje. (Nota: esta idea es absolutamente original y parece mentira que no se le haya ocurrido antes a nadie, un detective loco que sale de vez en cuando del manicomio para resolver los casos policiales mas rocambolescos, a ver si le vendo la idea al Javi).

    1. Javi_LR dice:

      A mí ya me tienes comprado, Pepe.

  3. Urogallo dice:

    Añádele un ayudante, un joven oficial del ejército. Inteligente pero sin experiencia. No se, alguién de un lugar exótico…Córcega tal vez.

  4. pepe dice:

    Hombre, con ese detalle del ayudante no sé si conseguiríamos atrapar a la totalidad del público lector pero sí a buena parte

  5. Valeria dice:

    Y por supuesto, te falta algún miembro de la nobleza venido a menos que odia a Sade porque le ha robado una de sus conquistas en el pasado, y decide contratar a un oscuro mercenario para acabar con su vida. Mercenario que tiene, además, deudas personales pendientes con el marqués porque un oscuro secreto le acompaña…
    Por favor, Pepe, además de mucha lujuria, mucho florete.
    Yo en tu lugar ya estaba corriendo a la SGAE.

  6. pepe dice:

    De acuerdo, añadimos esos elementos a la trama, pero todavía hemos de decidir cómo serán los personajes femeninos, que luego os quejáis el mujerío de que no os dan papeles con enjundia. Lo canónico es poner a una mala muy mala, digamos una noble divorciada con una marca en un hombro o en una nalga y a una buena muy buena, de extracción humilde, pero decidida y valerosa. Pero queremos alejarnos del camino fácil, de modo que haremos que la mala tenga buen fondo (de armario), dotes detectivescas y genuinos sentimientos revolucionarios, personalidad que tiene que ocultar en su disfraz de frívola libertina. Y la buena en realidad es una fría y calculadora agente realista, que no duda en usar las armas con que la naturaleza ha tenido a bien dotarla (generosamente) para seducir a los hombres y llevarlos a la perdición. ¿Qué te parece?

  7. cavilius dice:

    No os olvidéis de poner en algún sitio una piel de plátano para que alguien se pegue un buen tortazo. Siempre va bien para quitarle solemnidad y tirantez al asunto…

  8. pepe dice:

    Una piel de plátano, qué bobada, no se me ocurre por qué tendría que aparecer un plátano en esta novela aunque, ahora que lo dices… qué perverso puedes llegar a ser, Cavilius, siempre envuelto en ese disfraz de (ahora veo claro que falsa) inocencia…

  9. Ascanio dice:

    Anda que entre el plátano y el florete estáis buenos. Pervertidos y lujuriosos, eso es lo que sois; a saber qué correítos verdes os mandáis en privado. Con lo finas y educaditas que somos las mujeres de Hislibris…

    Pues Koenig, como me fío de ti, y parece que no ha habido mucho «vínculo» (es que ayer vi Avatar y se me ha quedado grabada la palabreja) entre el libro y tú, pues mejor lo dejo pasar, ¿no?

    Oye, chicos, como os veo muy puestos en esto de las cabezas rodantes con peluca, a ver si entre todos me recomendáis alguna novela sobre la época. Koenig, piensa, que tú estás muy puesto.

  10. cavilius dice:

    Pues yo lo de la piel de plátano lo estoy visualizando ahora mismo: la dama en el suelo, la peluca volando, la corte riendo, el mono comiendo la banana y rascándose la calva con el índice…

    Puristas que sois, hombre…

  11. Koenig dice:

    Los cuatro volúmenes de la Revolución de Robert Margerit, publicados por Edhasa.
    A mi me parecieron cuatro estupendas novelas, en las que los acontecimientos forman parte de la trama.

    ¡A las Armas Ciudadanos!
    El Reinado del Terror
    Un Viento de Acero
    Termidor y la Nueva Francia.

    Opino.

  12. Casio dice:

    Además del trompazo platanero, elemento fundamental, las razones de que el marqués fuera encerrado en otro tiempo son un verdadero misterio…

    El viaje de ida y vuelta desde lo irracional a una lógica de hierro será característico de nuestro protagonista, cuya mente es genial en todos los aspectos (si exceptuamos su tendencia paranoica).

    Yo creo que tenemos montada una trilogía, por lo menos.

  13. Ascanio dice:

    Pues acabo de ver que el de «¡A las armas, ciudadanos!» está reseñado por nuestro Julio.
    Gracias, galo revolucionario.

  14. Urogallo dice:

    A la tete de l´armee citoyens…

  15. Urogallo dice:

    Más cuestiones. Opresión nobiliaria y masas desatadas.

    https://www.hislibris.com/la-risa-del-diablo-frank-yerby/

  16. Valeria dice:

    Pues yo intenté una vez leerme el cuarto de la trilogía sin haber pasado por las novelas precedentes, y no fui capaz. En casa lo tengo, esperando a ver si me animo con el primero y sigo el orden previsto.

  17. pepe dice:

    Es lo que tienen las trilogías…

  18. Ascanio dice:

    … que cuando le añaden el cuarto volumen dejan de ser trilogías y claro, ya no te enteras de ná.

  19. Valeria dice:

    Glups
    (¿Para cuándo el editor de esta página?)

    1. Javi_LR dice:

      Para cuando no haya chispa y cariño entre los hislibreños.

  20. pepe dice:

    Volvamos al plátano…

  21. Ascanio dice:

    Hablando de cariño…

  22. Casio dice:

    El único fruto del amó… ¡es la banana, es la banana!

  23. Urogallo dice:

    Fusiles de chispa, claro. ( Por la época).

  24. juanrio dice:

    ¡¡¡¡¡Koeniiiiiiiiiiig!!!!! Mira estos, que te enguarrinan la reseña…..

  25. pepe dice:

    Koenig está tardando mucho en sumarse a la fiesta, ciertamente. Toda la culpa es de Cavilius, que ha tirado la piedra y ahora esconde la mano. Propongo que a partir de ahora, el plátano de Cavilius pase a tener rango de fruta oficial en Hislibris, algo así como la manzana de Newton para los científicos. Asimismo, sugiero que el muñeco que sirve de logotipo oficial sostenga dicha fruta en lugar del escudo. Por último, recomiendo que los premios que hayan de entregarse a partir de ahora sean plátanos, para competir en pie de igualdad con los premios naranja y limón que concede la prensa.

  26. juanrio dice:

    Eso, los premios plátano de Hislibris a la mejor reseña, y los guindilla a la mejor agarrada en el foro…..

  27. Ascanio dice:

    Pues Koenig no aparece. Debe estar afilando el plátano digoooo el cuchillo.

  28. Casio dice:

    Es que hay que llamarle de forma especial:

    ¡K-O-E-N-I-N-G!, ¡K-O-E-N-I-N-G!

    Si no, no responde…

  29. Casio dice:

    Oh, moderado por inmoderado…

    ¡Cáscaras, cáspita, caracoles y canastos!

  30. Koenig dice:

    Bueeeeno.

    Llevo toda la semana diciéndole a mi primo Koening que se pase por aquí, pero anda que no es vago y despistao el tío.

    Tras leer tanta sugerencia para una novela de éxito no puedo mas que llevarle la contraria a Pepe -el marqués de Sade va a dejar demasiado claras las intenciones libidinosas del autor- y estar de acuerdo con Cavilius -la idea del plátano es mucho mas sutil y gustará mucho mas al púbico-.
    Y ya puestos debo decir,amigo Pepe, que se te ha olvidado un elemento básico para él éxito de tu novela. Y no lo digo porque a mi me guste especialmente, ya verás que ni fu ni fa, pero es algo que suele tener mucho éxito con la mayoría de los lectores (vaya usted a saber porqué) y es muy original (nadie se lo espera). Se te ha olvidado poner una buena batalla final, resplandeciente de escarlata, llena de carne picada y estruendosa cual carcajada en espectáculo de «les Luthiers». ¿O no?

    Un saludo.

  31. pepe dice:

    Tratándose del marqués de Sade, más que una batalla tendríamos que hablar de una orgía final, pero eso ya se hizo en El perfume, si mal no recuerdo. Este marqués que tengo en mente, para que el lector se vea sorprendido, no será un tipo libidinoso, inclinado a vicios en general y a la lujuria en particular. Será un joven tímido, sabedor de su lado oscuro pero que intentará en todo momento controlarlo. Más o menos como el vampiro bueno ése de la peli del Crepúsculo (que mi hija debe haber visto ya veinte veces), a ver si me explico, y pensando ya en preparar su versión cinematográfica, si es posible con el mismo actor. Coño, ya puestos, ¿por qué no hacer que el marqués sea también un vampiro?

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