ALEJANDRO MAGNO, IMPERIO DE CENIZA – Nicholas Nicastro
Novelas sobre Alejandro hay muchas, cada una tratando su figura de una forma distinta.
La trilogÃa Alexandros de Manfredi nos lo presenta como un hombre heroico y caballeresco, Pressfield como a un genial estratega consumido por su daimon, incapaz de detener sus conquistas; Mary Renault está más preocupada en su retrato psicológico y su vida afectiva. Gisbert Haefs nos lo presenta como un conquistador enloquecido.
Visiones distintas algunas, complementarias otras.
¿Aporta esta novela algo nuevo?
Pues he de decir que sÃ.
No es ni mucho menos la mejor pero al menos tiene el plus de la originalidad. Una originalidad que quizás choque a muchos, como a mà me chocó durante su lectura hasta que finalmente te sumerges, la aceptas y te dejas llevar.
El protagonista de esta historia no es Alejandro; es Macón, un soldado ateniense con Ãnfulas de historiador al que Alejandro coloca en su cÃrculo Ãntimo para que componga la historia de sus conquistas y tener asà otro propagandista.
Tras la muerte de Alejandro, Macón vuelve a Atenas y es acusado de impiedad por haberle insultado por negar su divinidad. Se le convoca a juicio y de Rodas vuelve el famoso retórico pro-macedónico Esquines, rival de Demóstenes. Atenas busca congraciarse con los sucesores de Alejandro y el juicio parece una farsa. Hasta que Macón nos cuenta su historia.
Y no es la historia que todos conocemos.
Como el propio autor nos cuenta en su epÃlogo, no ha buscado rellenar con su fabulación los huecos oscuros o no conocidos, sino precisamente tratar de dar nuevos enfoques a los conocidos o a aquellos mencionados y pasados por alto. Y a veces ha cambiado algún detalle aquà y allá en aras de la narración.
Aquà Alejandro es un soldado temeraria y un gran comandante de caballerÃa, pero no un general brillante. La mente detrás de sus conquistas es su hermano Arrideo. El retrasado. El tonto. Presentado en esta novela como un autista superdotado para la estrategia, es él quien decide la colocación de las tropas en la batalla, y Alejandro sólo su mano ejecutora.
En esta novela, Alejandro sigue conquistando territorios y buscando batallas y gestas suicidas –como cruzar el desierto de Gedrosia- simplemente para morir gloriosamente. Sospechando de todos, y sabiendo que ningún monarca macedonio muere en paz, buscaba sólo un enemigo digno que lo derrotase y acabase con él en batalla. Por eso se lanzaba siempre el primero en todas las cargas y no se arredraba ante ninguna gesta.
Sus más fieles compañeros –Ptolomeo, Pérdicas y Crátero- son unos conspiradores interesados sólo en que se cuenten alabanzas de Alejandro para crear una leyenda a la que agarrase cuando se repartan su imperio.
Alejandro serÃa un héroe, un Dios, que darÃa legitimidad a sus gobiernos.
Y Macón es testigo de muchas atrocidades, de muchas locuras, y asà las va relatando.
Un enfoque distinto al menos, sobre una figura realmente trillada.
La novela es corta (menos de 300 páginas) y se lee en unos dÃas. Es entretenida y tiene ritmo.
Mi mayor «pero», aparte de la extrañeza de primera hora sobre los extraños enfoques del autor, viene sobre lo zafio del lenguaje y las escenas que alguna vez salpican las páginas. El primer capÃtulo, la noche en la que Filipo y Olimpia conciben a Alejandro, casi echa para atrás. Aunque luego no haya nada más «grave», sà hay decenas de comentarios soeces a lo largo del libro, por lo que al final parece que se abusa de ellos.
No es la novela definitiva sobre Alejandro, pero tampoco es una mala lectura.
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‘Hijos de Esparta’ me pareció bastante mediocre, no creo que me anime a leer éste.
¿Arrideo tiene quizá sÃndrome de Asperger, como Sheldon en The Big Bang Theory?
No creo que lea esta novela, pero lo que comentas de que Arrideo es el genio militar me ha llamado la atención…
SÃ, el planteamiento sà que es curioso. Supongo que tratándose de un personaje tan novelado ya como Alejandro, hay que buscar argumentos originales de donde sea.
No la descarto. Si me la encuentro alguna tarde de lluvia en el escaparate de alguna oscura librerÃa mirándome a los ojos lastimeramente, igual me la llevo para casa y todo.
Un autentico bodrio como hacia tiempo que no leÃa. Buena reseña en general Vorimir pero lo de que tiene ritmo, al menos a mi se me hizo muy pesado y lento. El autor parece que le tenga un especial odio a la figura de Alejandro, y si mal no recuerdo hay un pasaje que lo describe vistiendose de mujer con las mejillas maquilladas, borracho y miedoso… ¿Si Alejandro hubiese sido griego como el autor, hubiese tenido el mismo trato?
Pfff…Yo la he ojeado varias veces, y no me motivó lo más mÃnimo.
Y eso dejándo aparte la espántosa portada, que últimamente los editores españoles apuestan por unos fotomontajes de lo más curiosos.
Pues yo Belibaste lo lei en dos dÃas, no se me hizo nada pesado.
Me dio la impresión de que el autor, buscando una visión nueva recurrÃa a los extremismos y a las «provocaciones» de ese estilo.
Si nos contase la misma historia que nos han contado otros… poca chicha iba a tener la novela.
Eso sÃ, tb me la he leido recién terminada una novela que para mi si que es uno de los peores bodrios que le leido. Y eso fijo que le ha hecho ganar puntos. Pero en ningñun momento se me ha hecho aburrida.
Y pobres de vostros, que le he hecho reseña.
Hola, para una visión un tanto distinta a la habitual sobre Alejandro tenéis la novela «Alejandro», de Klaus Mann, no por ella buena pues de hecho me dejó un tanto frÃo e indiferente, pero el enfoque de la persona del rey macedonio sà hace chirriar y dar mal rollo. Un saludo.
Me ha parecido muy original tanto en el planteamiento del libro como el análisis que se hace de alejandro.