El 12 de junio de 1990 una gran caravana de vehículos policiales con cientos de agentes, traídos muchos de fuera de Galicia, toma las carreteras de la Ría de Arousa. Es tanto el barullo que ocasionan, que uno de los contrabandistas que se cruza con ellos piensa si se trata de alguna operación contra el marisqueo ilegal, lo cual por el nombre podría parecerlo: es la Operación Nécora.

Esta operación es parte de la Historia de Galicia, de una Historia sub rosa pero al mismo tiempo conocida por todos, la Historia del contrabando y el narcotráfico, que el autor, por medio de una serie de pequeños capítulos, nos narra con gran detalle.

Una Historia que remonta al comercio ilegal con Portugal a través de la raia seca y luego de la húmeda, en función de la situación económica de ambos países, bien de comida, medicamentos, chatarra, personas, gasolina y finalmente tabaco. Ese contrabando de tabaco será desde los años 50, la piedra angular de la creación de clanes cada vez más poderosos de contrabandistas, es la época de los señores do fume, de lanchas que empiezan a desembarcar tabaco en la Ría de Arousa, del Winston de batea…

Unos capos que se enriquecieron, logrando un gran poder social y económico en la zona, creando sus empresas, negociando directamente con las tabaqueras, financiando a los diversos partidos políticos, ostentando alcaldías o presidiendo equipos de fútbol; a costa de la pérdida que suponía para la Hacienda y para la propia zona al dirigir al tráfico ilegal los esfuerzos económicos frente a los negocios lícitos.

El autor se centra en mostrar esa situación de seguidismo y de fronteras borrosas entre lo legal y lo ilegal que creó un clima de tolerancia y sobornos, que afectaba a todos los ámbitos sociales y les permitía codearse hasta con las altas instituciones de la administración y de las entidades bancarias, en medio de imágenes surrealistas. Una situación que llevaba a que un niño declarase tranquilamente ante la TVG que de mayor quería ser traficante como su padre; sueño que en muchos casos se lograría.

El libro nos cuenta cómo se produjo el cambio, favorecido por esa situación de alegalidad consentida y la demanda a finales de los 70 de otros “productos” distintos por una parte de la población, que llevó a usar sus redes de contactos y de blanqueo para contactar con los cárteles colombianos y pasar al tráfico de hachís y luego de cocaína.

Es ahí donde muestra los cuatro grandes clanes tradicionales en una vida de opulencia con banquetes, pazos, coches de alta cilindrada, derroches… a la vista de todos, en una situación similar a otros lugares del mundo, aunque con una violencia limitada. Un mundo que la Operación Nécora, cuyos resultados finales fueron escasos, puso en el foco mediático.

Pero eso no supuso su fin, sino que durante los noventa continuaron en auge sus actividades e incluso una pléyade de grupos tomarán su testigo en las décadas siguientes, en diversas etapas con ascensos y descensos en el tráfico y con imperios que han crecido o se han extinguido; pero siempre reinventándose en unos negocios que, según el autor, han creado en ellos mismos su propia adicción a ser más y más ambiciosos, a no dejar la actividad.

En conclusión, es un libro esencial para ver lo que ha sido y es esa parte oculta de la sociedad gallega, que aunque no se aprecia tiene una gran trascendencia para el conjunto.

El apartado gráfico se limita a unos pocos mapas, pero que permiten ver claramente los clanes que han controlado o que controlan hoy tales actividades.

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