UN BERGANTÍN DE GUERRA – Richard Woodman

UN BERGANTÍN DE GUERRA - Richard WoodmanNos encontramos ante otro libro perteneciente a una serie marinera británica, series que ya son multitud desde hace unos años. La mayoría se podrían clasificar más como libros de aventuras que históricos, lo cual ya es de por sí un buen calificativo hoy en día, en que han dejado de estar devaluados. Aventuras generalmente enmarcadas en la época napoleónica. Y puesto que en esa época, el poderío británico estaba en el mar, es por otra parte comprensible que escriban sobre ello. En España tenemos la magnífica y casi podemos decir única obra de Luis Delgado Bañón, capitán de navío, sobre la historia naval española, que previamente al siglo XVIII, fue con largueza mucho más importante que la británica, aunque su poderío declinó a la par que aumentaba el de la cruz de San Jorge.

 

 
Tras esta reflexión, pasaremos a hablar del libro que nos ocupa, el tercero de la serie del marino Nathaniel Drinkwater, cuyo autor, Richard Woodman (Londres,1944), novelista e historiador naval británico, tras retirarse de una carrera de treinta y siete años en el mar, se diferencia de otros como O’Brien o Forester precisamente en haber sido marino profesional. Este hecho, es muy importante resaltar, le da una familiaridad enorme con el lenguaje y las acciones que narra, las cotidianas; por otra parte, así como en los demás novelistas he podido comprobar que prima la aventura y la acción a veces incluso soslayando situaciones que un verdadero marino consideraría necesarias o por otra parte hablando de comportamientos marineros absurdos, pero que un gran público pasará por alto pues pocos son doctos en el lenguaje de mar, y gracias si llegamos a distinguir babor y estribor, masteleros y vergas, sollado y sentina.

Woodman introduce a personajes históricos reales, si bien brevemente, en este caso a dos bajitos pero de una talla militar altísima: un joven Napoleón y un Nelson ya tuerto y manco. El diseño del libro se basa en un hecho real, histórico: la conquista de Egipto por un joven Napoleón, que, visto que su armada no está en condiciones de invadir Inglaterra, el sueño de todos los grandes estrategas continentales, decide dirigirse a Egipto como vía para llegar, como Alejandro, a la India. Estamos en 1798. Al descubrir sus intenciones, Nelson, lanza todos sus barcos para impedir semejante atropello contra la Joya de la Corona. Y ahí envían a nuestro protagonista, el teniente Drinkwater, que a pesar de su nombre (Bebeagua, en español), no le hace ascos a un buen Madeira. Su misión ha de ser frenar el avance francés en el Mar Rojo a bordo del bergantín Hellebore. En esta ocasión Drinkwater es el primer oficial del viejo comandante galés Griffith, con el que al parecer ha navegado anteriormente en muy buena relación. Hasta la mitad del libro sólo se nos narra la vida cotidiana en el barco con pequeñas incidencias, normales unas en las largas travesías, y otras resultado de la aparición de mujeres entre la tripulación, con el consiguiente revuelo del gallinero. Apenas si sabemos por alusiones indirectas algo de lo ocurrido en las dos entregas anteriores, y puesto que la misión encomendada implica rodear toda África para entrar al Mar Rojo por el sur (el canal de Suez no fue inaugurado hasta 1869), y no hay incidencias importantes, la lectura de la primera parte se presenta algo tediosa. Es curioso el personaje de Wrinch, británico afincado en Moca, medio diplomático, medio espía, medio mercader… y convertido a los usos islámicos; recuerda al famoso explorador Richard F. Burton (muy posterior, desde luego), que también solía disfrazarse de árabe e incluso pasó temporadas en La Meca.

Finalmente la novela consigue animarse con las acciones de armas que tienen lugar en el Golfo de Aqaba. Y no sólo eso: aparece el malo de turno, el teniente Morris; un rencoroso sodomita con el que Drinkwater tuvo un violento enfrentamiento en el pasado y que aparece en el Mar Rojo, como un halcón a la busca de su presa. Y también aparece el enemigo: la fragata francesa comandada casualmente por el odiado capitán francés Santhonax, que Drinkwater había apresado en un pasado reciente y marcado con un buen tajo en la mejilla. Pero el francés consiguió escapar y es enviado con una fragata a su cargo al mar Rojo. A partir de ese momento, la acción avanza mucho más rápidamente y se produce un fuerte cambio de ritmo en la novela.

Esta segunda parte tiene mucho más interés: hay movimiento, hay tensión, hay guerra, en fin, hay lo que se espera en una novela de este tipo. Sin profundizar demasiado, aunque respetando en esencia los hechos y los personajes históricos que siguen apareciendo, mezclados con los ficticios. El carácter de los distintos personajes se va perfilando, de un modo bastante realista, y aunque el final me parece quizás de una resolución un tanto fácil y simplona, ciertamente es verosímil. El autor, en una nota al final del libro nos informa de qué hechos y qué personajes están comprobados como históricos, y cuáles son inciertos aunque haya una parte de realidad histórica en ellos.

La edición de Pàmies es correcta, con una portada algo truculenta, pero estéticamente convincente, incluye un solo y rudimentario mapa… del mar Rojo. Habrá que ver en posteriores entregas que nivel mantiene el autor.

Ariodante
Julio 2010

UN BERGANTIN DE GUERRA
RICHARD WOODMAN
ED. Pámies

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21 comentarios en “UN BERGANTÍN DE GUERRA – Richard Woodman

  1. Tras haber leído a Patrick O’Brian, todo lo demás es repetir la misma historia. Sí, quizás O’Brian contaba el mismo cuento, pero sus novelas iban mucho más allá de las peripecias navales, centrándose en la psicología de los personajes.
    ¿Wrinch? Me suena a copa mala de Maturin, y huyo de los tópicos, heroicidades más propias del Olimpo y malvados enemigos sin escrúpulos y trasfondo.
    No, no me atrae nada, la verdad.

  2. Koenig dice:

    Pues por mi parte debo oponerme.

    He tenido ocasión de leer unas cuantas sagas navales: O´Brian, Forrester, el denostado Dudley Pope y a Delgado Bañón, y hasta ahora las novelas que mas me han gustado han sido las de Woodman.

    Por varios motivos.
    En primer lugar porque las historias de Woodman no están tan centradas en el alcázar como otras que he leído. En el primer libro de la serie Drinkwater es un mero guardiamarina, y en el segundo el barco es tan pequeño que no hay verdadera diferencia. Algo parecido sucede en el tercero.
    En segundo lugar me parece que su personaje, hasta ahora, es mucho mas creíble, en la medida en que no asistimos a una carrera fulgurante, ni a éxitos increíbles. Es mas, a la altura de esta novela el pobre Drinkwater lleva 20 años en el mar.
    En tercer lugar por el respeto con que Woodman trata a todos los participantes en sus novelas. Nada de españoles guarros, ni franceses despótico… (argumento que gustará a mas de uno).
    En cuarto, porque tuve la ocasión de conocer al autor en la presentación de «El Navío del Rey». No se como era como marino, pero como escritor resultó ser una persona la mar de amable.

    Con respecto a lo que cuenta, creo además que es relativamente original. Me explico. De la Guerra de la Independencia Americana (El Vigía de la Flota) no hay en exceso. Del servicio costero en el Canal de la Mancha (EL Navío del Rey), tampoco. Y de las operaciones en el mar rojo (este último), no había leído nada.
    Por lo demás, ciertamente, un barco es un barco.

    En fin, terminado mi pequeño panegírico, me vuelvo a mi cubil:
    Opino.

    Un saludo.

  3. ARIODANTE dice:

    Participo de la opinión del galo: aunque a lo mejor este libro no sea redondo, es cierto que el hecho de ser un marino el que lo cuenta, hace que todo sea mucho más verosímil y creíble. Claro que hay que tener en cuenta que un autor de estos temas ha de dominar el tema marino, como es el caso, y la técnica literaria. No es que no la domine, sino que he leído mejores; a Woodman sólo le he leído este libro, por lo que quizás tendré que darle más oportunidades. ¡Qué suerte de que pudieras conocerlo, Koenig!
    En el caso de los otros autores, en O’Brien domina mucho más la parte literaria, como en Forester y Kent, por hablar sólo de algunos que no son marinos.

  4. Tasos dice:

    Gracias, Ariodante. Está bien tener una referencia sobre este autor. Parece más enriquecedor que haya sido marino y está bien que sea respetuoso con los contrarios y no caiga en los tópicos habituales. Por lo demás creo que no será una lectura prioritaria, sin menoscabo de la reseña. Creo que empezaré con la 1ª de Delgado Bañón, «La galera Santa Barbara». Y aunque se sale un poco del tema, ¿qué sabéis de la serie marinera de Juan Granados «Sartine» que publica Edhasa?; ya han publicado el 2º volumen, «Sartine y la guerra de los guaraníes» y parece sugerente.

    Y un pequeño apunte, si se me permite sobre el peso de España en la mar durante el s.XVIII y el renacimiento de la Armada; España era tercera potencia naval y casi casi 1ª potencia colonial; y las luchas y acciones de esa centuria fueron tan dinámicas, si no lo fueron más, y casi tan numerosas como en los Siglos de Oro.
    Saludos

  5. Koening, como tantos otros juzgas a O’Brian por un trozo de su obra, y te garantizo que en lo que respecta al capitán Aubrey no todo está lleno de logros imposibles y demás. Además, la historia de sus personajes va más allá de la cubierta de la ‘Surprise’, el ‘Leopard’, la ‘Ariel’, el ‘Bellone’, y tantos otros.
    Pero te comprendo.
    Es la imagen que da y sí, en algunos pasajes ha criticado con sentido del humor a los españoles. En otros muchos los ha ensalzado (recuerda una y otra vez que los españoles llevaban dos siglos de ventaja a sus compatriotas en el Pacífico).
    He cometido el error de hablar de Woodman sin conocer su obra, no cometas tú el mismo.
    Intentaré remediarlo por mi parte.
    Un saludo.

  6. Koenig dice:

    La verdad es que puede que me falle la memoria en cuanto a contenidos.
    Pero si he leído los 20 volúmenes de la saga de Aubrey.

    De hecho una de las cosas que, recuerdo ahora, peor me sentaban es que las novelas estaban mal cortadas. La primera mitad de los libros solía tener muy poco que ver con la aventura de la que salía el título.

    Opino.

  7. Será entonces que yo lo leía con una predisposición muy positiva y me dejaba ofuscar por el entusiasmo.
    Si has leído las 20 novelas entonces tengo que cerrar el pico y leer a Woodman para opinar en consecuencia.

  8. Koenig dice:

    De todos modos ya sabes, para gustos los colores.

  9. Vorimir dice:

    Yo no soy muy fan de la novela marítima. En su momento leí el primero de «Capitán de Mar y Guerra» y me dejó bastante indiferente… pero pese a todo es un género que cuenta con mis simpatías, pues tiene bastantes fieles y entiendo que a la gente le guste. Y está bien que haya novelas y sagas como esta, que parece cuanto menos correcta, que enriquezcan el panorama.

  10. Valeria dice:

    Yo he comentado mi opinión sobre los dos primeros libros en la reseña que hice en su día de «El navío del rey». Y como ahora también he leído el tercero, pues también opino. No creo que decir que esta saga me está gustando tenga que presuponer, necesariamente, que desdeñe otras. Comento esto porque a veces, cuando sale O’Brian en uno de estos comentarios, me parece que el personal siempre se pone como ante la pregunta infantil de si quieres más a mamá o a papá, y no se trata de eso. O´Brian tiene sus cosas buenas y muy buenas, y sus cosas malas y muy malas. (Porque algunos de los libros de la serie de Aubrey-Maturin son aburridos. O al menos, a mí me lo parecieron, aunque no por eso dejen de gustarme muchísimo otros). Sin embargo, lo positivo que resalto de la serie de Drinkwates es, como dije en su momento que :
    «Todos estos aspectos aparentemente tan poco gratificantes narrados con minucioso detalle (las misiones rutinarias, el frío y la humedad, la falta de espacio, las guardias cada cuatro horas), están puestos en nuestro camino en la medida justa para darle más mérito al protagonista y mayor realismo a la historia. Y ese plus de veracidad es lo que, en mi opinión, le da valor a esta novela».

    Esa cotidianidad a veces desoladora, tan poco trabajada en otras series, donde se nos enseña cómo y en cuánto tiempo se curte el auténtico marino, me parece literariamente atractiva. Bastante más creíble que las andanzas que he leído de Hornblower, por ejemplo. Y tiene razón Koenig en que, al menos hasta ahora, Drinkwater navega por derrotas bastante menos transitadas que otros notables capitanes, lo que supone un puntito de interés más.

    Y lo digo aunque nunca paso un verano sin leerme al menos un par de novelas de ricitos de oro.

    A mí la serie, de momento, me está gustando.

  11. ARIODANTE dice:

    Valeria, creo que has dado en el clavo: no se trata de elegir entre papá y mamá. Hay para todos los gustos, precisamente lo bueno que tiene la literatura y el arte es que permiten que a uno le guste una cosa y su contraria o su opuesta. No porque a mi me guste O’Brian, que me gusta, me he de abstener de leer a otros muchos que me pueden gustar, y me gustan, por otras cosas que no tiene O’Brian.
    Y sobre todo, creo que hay un elemento a tener muy en cuenta: a diferencia de las novelas aisladas, las series tienen el inconveniente de que es casi imposible mantener el mismo nivel en cada libro. Por lo que hay altibajos, libros mejores y peores, y si no los has leído todos, lo cual a veces es difícil, pues tienes una visión parcial. Yo he picado en muchas series pero no he leído ninguna completa, ni siquiera la de O’Brian, porque a la mitad me cansé. Asi que mi visión es parcialisima, y valoro libro a libro.

  12. Me ha gustado tu reflexión Valeria, y es cierto. Yo reconozco que me pongo muchas veces a la defensiva con el tema O’Brian, sobre todo porque lo meten en el saco de Forester y Dudley Pope y no me parece del todo justo. Pero bien es cierto que no es cuestión de forofismos literarios y, como dice Ariodante, hay que saber valorar y disfrutar cada novela, por separado.
    De hecho, hay novelas de la saga Aubrey-Maturin que me han parecido interminables y tediosas.
    Dado que te gusta el estilo Woodman y que, creo, más o menos somos similares en gustos náutico-literarios (siempre tengo una novela de O’Brian a mano cuando no sé qué leer), le daré una oportunidad a esta nueva colección emergente.

  13. Koenig dice:

    Y puestos a romper lanzas… me gusta mas O´Brian que Pope. A Forrester, no lo he leído.

  14. Gww dice:

    No he leído mucho de novelas navales pero está claro que es un género que siempre tuvo mucha pujanza en el extranjero y al que parece que las editoriales españolas están colocando donde merece. Me quedé en O´Brian y, siendo sincero, no me acabó de convencer. Quizá deba probar con otros autores.

  15. Pintaius dice:

    A la pregunta de Tasos sobre los libros de Juan Granados protagonizados por Sartine, tengo que decir que yo leí hace años el primero («Sartine y el caballero del punto fijo») y que me gustó, si bien hay que decir que por lo que recuerdo su enfoque se dirigía más a otros aspectos dentro del tema naval. No proliferaban combates, ni tampoco singladuras, sino más bien el espionaje naval, en la época del rearme español de la primera mitad del XVIII, con el gran marino Jorge Juan obteniendo valiosa información en Inglaterra sobre los adelantos británicos en construcción naval que se deseaba aplicar en el programa español de fortalecimiento de su Armada. Tampoco el protagonista, Sartine, es un oficial al uso, sino un comisario naval, hombre de confianza del Ministro de Marina (creo que el Marqués de la Ensenada, por aquel entonces). Se ambienta por tanto, en un período algo anterior al de las novelas de O´Brian y demás autores citados. No obstante, como digo, me pareció bastante interesante, y el nuevo, «Sartine y la guerra de los guaraníes», se muestra de lo más sugerente, tal como comenta Tasos, por el momento histórico tan específico en el que se enmarca.

  16. ARIODANTE dice:

    Pues de Juan Granados me gustaría leer algo, pero ahora estoy hasta el cuello con la serie de Luis Delgado, la Saga Marinera Española. Así que ya veremos cuando puedo echarle un ojo, Pintaius.

  17. Tasos dice:

    Siento no haberte contestado antes, Pintaius, pero he estado un tanto liado.
    Y por cierto, muchísimas gracias por la información, se trata de una minireseña muy esclarecedora; me has animado a leer a Sartine tarde o temprano.
    Es curioso, la novela marinera, de vela, se suele ambientar más en la 2ª mitad del s. XVIII que en la primera. Y el personaje de D. Jorge Juan… ¡buf!… daría argumentos cinematográficos increíbles y propios del mejor espionaje.

  18. Soldadito Pepe dice:

    Oportuna reseña, en mi opinión. Y de acuerdo con Valeria en casi todo. Convengo en que esta serie tiene su puntito, y cuando te haces a ella gana interés. En cuanto a poner a Pope, como se hace a veces, junto a O’Brian me parece una blasfemia. A mi juicio, despues de Jack Aubrey y algo más retrasado Hornblower (no sé que esperais los que no la teneis para piratearos la soberbia serie inglesa de tv sobre el guardiamarina Hornblower), nadie. Y después de nadie, Bolitho (plano de personajes que te mueres, pero creo que Kent, su autor, es bueno en combates y maniobra naval). Drinkwater aún tiene que comerse muchas guardias, pero efectivamente merece un margen de confianza, o dos márgenes.

  19. Javier Monteagudo dice:

    Que tal es la saga marinera británica de Richard Woodman es novela de aventuras o novela histórica como la de Luís Delgado. Ando buscando una británica histórica y no se cual coger.
    Alguno ha leído a Dudley Pope, S. Thomas Rusell, Alexander Kent o C. S. Forester.
    Si alguien ha leido algo de Woodman o de cualquiera de estos autores me gustaría que me informara.
    Gracias de antemano Javier

  20. Javier Monteagudo dice:

    alguien ha leído algún libro de la serie de dewey lambdin es novela histórica semejante a la que escribe Luís Delgado.
    Mil gracias y un saludo Javier

  21. Waldo dice:

    He leído la cuarta parte de esta saga, las que me gustan mucho.
    Por mi parte, es primera vez que leo novela histórica naval y de verdad me ha causado una muy grata impresión, he disfrutado el imaginario viaje a bordo, casi es posible oler la pólvora y y escuchir el griterío de los combates….lo recomiendo de todos modos.
    Saludos

    WLB

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