TRILOGÍA EL JUEZ DE EGIPTO – Christian Jacq
Como otras épocas, el Antiguo Egipto ha sido también el escenario de novelas históricas y de aventuras donde intervienen personajes y ambientes de ese periodo. Lo cual no deja de ser lógico toda vez que ya en la propia literatura egipcia tenemos relatos de aventuras dentro de su contexto histórico: la historia de Sinuhé, historia de Unamón…
En esta ocasión nos encontramos ante un ciclo de novelas escritas por un egiptólogo, lo cual se puede ver en la descripción que hace de las costumbres, técnicas y ambientes. Así nos detalla de forma exhaustiva cosas como los medios sanitarios, la comida, la fabricación de productos, las tareas de irrigación, la religión…, incluso con notas a pie de página aclarando el uso de diversos materiales y medios.
Desde esa perspectiva la trilogía presenta un escenario realista, que pretende ambientarse en el reinado de Ramsés II, si bien este personaje está escasamente presente en ella.
Ahora bien, esa descripción tiende a caer en el hieratismo, a ser algo demasiado perfecto que recuerda incluso al propio arte del Imperio Antiguo donde se quería mostrar un mundo idílico de cara a la otra vida; a la concepción egipcia de que ellos eran el orden frente a un mundo exterior bárbaro y caótico, fuera de la protección que los dioses que daban a Egipto; y a la propia iconografía de autoalabanza de Ramsés II.
Por supuesto, las novelas presentan un conflicto en el que han surgido unos enemigos que quieren destruir ese «mundo perfecto», enemigos extranjeros pero también nacionales, los cuales movidos por la ambición y el ansia de poder cometerán cometer crímenes y ofensas a los dioses.
Frente a ellos se alza Pazair, un sencillo juez, que promocionado a una gran ciudad se encuentra por casualidad con esa conspiración. Y este personaje trabajador y honrado (aunque sin llegar entrar en escala de grises también cometerá algún pequeño lapsus), junto con sus amigos se enfrentará incansable a las fuerzas del mal (de Seth) que son los esos conspiradores.
Es este un aspecto en los que las novelas no acaban de convencer: los héroes son muy buenos (incluso el personaje del amigo antihéroe es demasiado perfecto) frente a unos villanos que son muy malos (y al mismo tiempo muy torpes). Nos encontramos con una oposición demasiado reducida a blanco/negro que incluso en casos rechina; porque los buenos son defensores del orden pero también del inmovilismo de la civilización egipcia en medio de un mundo cambiante que será el final de la Edad de Bronce que se aproxima.
En conclusión una trilogía correcta en cuanto a la descripción del contexto, con las limitaciones ya señaladas, pero cuyos personajes y acciones no acaban de convencer; y que a mi personalmente me ha dejado un tanto frío.
Es la misma opinión que me han producido otras novelas del mismo autor sobre la época: Transmite la admiración y la falta de expontaneidad de un devoto.
Yo leí su «El faraón negro», la cual tiene el dudoso honor de ser unas de las peores novelas históricas que recuerdo: sosa, plana, aburrida y con todos los defectos que cuentas sobre las personajes. De ahí que no quise leer ninguna más de este autor, por mucha fama que tuviese.
Leí esta saga hace muchos años y he de reconocer que me encantó. La leí a rebufo, en un cálido verano cacereño, de otra saga suya (la de Ramses) y me tuvo enganchado. Aprendí mucho sobre costumbres del pueblo egipcio e incluso descubrí ciertas curiosidades como que los policías utilizaban babuinos como compañeros y estos eran muy temidos por los ladrones. En resumen, una saga que recomiendo fervientemente. ;-)
Están a la altura de la elegante «x» que hiere mis ojos en mi comentario. Me buscaré una «cohartada» con «discrección» para mi desatino.
Totalmente de acuerdo con los defectos que indicas. No obstante y a pesar de ello, la novela me gustó mucho, y por si fuera poco, es uno de los libros que más veces he vuelto a leer. Ni yo mismo entiendo que es lo que me impulsa a leer el libro de nuevo, xD.