SUITE FRANCESA – Irène Némirovsky

Suite francesaLa autora de “Suite Francesa”, Irene Nemirovsky, escritora rusa de origen judío que se afinca en Francia tras la Revolución Bolchevique, concibió su obra como un retrato de la sociedad francesa de su tiempo ante unos acontecimientos convulsos que está viviendo o acaba de vivir, como son la humillante derrota frente a Alemania en 1940 y la posterior ocupación de su territorio por parte del III Reich. Esta obra es como un mensaje de aquellos años, que un náufrago introduce en una botella y llega a nosotros intacto, sin contaminar por revisionismos interesados o memorias históricas a la medida.

Desde luego, la visión de Nemirovsky, , es toda una carga de profundidad contra el mito de la “Resistencia Heroica al Invasor”, que ha marcado la historiografía francesa hasta hace bien poco. El país que aparece en las dos partes de esta novela inacabada es temeroso, egoísta, e insolidario, con sentimientos de desorientación y humillación. Sin embargo, pese a su resentimiento hacia Alemania por las guerras de 1870 y 1914, no tiene más remedio que acoger a los “boches” y convivir con ellos, como única garantía de un cierto orden.

La escritora no enfoca estos hechos desde el punto de vista de generales o grandes estadistas ni narra grandes batallas entre ejércitos formidables mandados por brillantes estrategas, sino que se centra en la “intrahistoria”, en la vida cotidiana de una gran fauna personajes de todas las clases sociales, desde campesinos a grandes banqueros, pasando por una familia acomodada, un abnegado matrimonio de clase media, burgueses de provincias, intelectuales elitistas… La novelista les hace pasar situaciones de crisis, como la huida de París de varios de ellos, presos del pánico, en “Tempestad en junio”, sin caer en tópicos costumbristas o de clase.

Cada uno de los personajes de esta novela es un amasijo de sentimientos y lealtades a veces contradictorios, que Nemirovsky sabe describir con indudable maestría y una fuerte sensibilidad. Al hablar de los soldados y oficiales alemanes que ocupan el pueblo de Bussy en “Dolce“, la segunda parte de la novela, no cede ante el maniqueísmo fácil de pintarles como unos seres despiadados dispuestos a saquear, violar y asesinar sino que refleja unos militares con rasgos humanos, que añoran la vida, la familia y la profesión que tenían antes de la guerra y que se preocupan por ser educados con sus vecinos y, en la medida de lo posible, por caerles bien, pese a que las órdenes del alto mando les obliguen a requisar sus caballos o parte de sus cosechas.

Mención aparte merece la historia del manuscrito de esta obra, cuyas peripecias merecerían por sí solas una novela o una película. Irene Nemirovsky fue escribiendo este libro en un cuaderno de notas y en una letra minúscula, para ahorrar papel, durante el tiempo que estuvo residiendo en Issy-l’Évêque, un pueblecito del centro de Francia, ocupado por un destacamento de la Wehrmacht.

Al ser detenida y enviada a Auschwitz en 1942, el manuscrito pasa a manos de su marido, que sería detenido y deportado por las autoridades nazis meses después. Nunca se volvió a saber nada más de ellos.

Sus dos hijas, gracias al valor de su niñera, pudieron huir a tiempo y refugiarse en un internado católico y, a punto de ser descubiertas, en una bodega. Con ellas viajaba, inseparable, el famoso cuaderno. Durante mucho tiempo, la hija de la autora, Denise Epstein, no se atrevió a abrirlo, ya que le traía recuerdos muy dolorosos.

Muchos años después, junto a su hermana Elizabeth, decidió donarlo al Instituto para la Memoria de la Edición Contemporánea, no sin antes mecanografiarlo, para conservar los recuerdos de su madre. Poco a poco, al ir descifrando las palabras con la ayuda de una gran lupa, empezó a aparecer ante sus ojos no un diario íntimo, como ella esperaba, sino ante un retrato violento, lúcido y realista de la Francia y de los franceses de los primeros años de la Segunda Guerra Mundial.

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36 comentarios en “SUITE FRANCESA – Irène Némirovsky

  1. juanrio dice:

    Enhorabuena Caesar. Maravillosa novela, lamentablemente inacabada por la deportación y muerte de su autora. Retrata con una gran crudeza el comportamiento de los franceses al comienzo de la segunda guerra mundial. Sobrecoge pensar en que pensaría la autora sabiendo que estaba en el punto de mira, tanto de los alemanes como de los franceses colaboracionistas. El resto de su obra, aunque de una menor dimensión, tambien tiene un gran interes.

  2. pepe dice:

    Gracias por tu hermosa reseña, Caesar. Abrir la página de Hislibris y ver la portada del libro me ha producido una alegría como pocas veces. No he leido la novela pero las condiciones en que fue escrita y las peripecias que hubo de pasar para verse publicada son absolutamente conmovedoras. A veces me he preguntado si, en realidad, es buena literatura o si los lectores se ven influidos por las circustancias que se han descrito anteriormente. ¿Crees que, de no conocer dichas dificultades, te hubiera gustado lo mismo?

  3. Caesar dice:

    Creo que es una gran novela. Las descripciones casi poéticas, el trabajo sobre la psicología de los personajes y sus contradicciones, la «humanización» de héroes y villanos, que aparecen con grandes cualidades pero también grandes defectos, y el retrato fiel de una época y una sociedad hacen de «Suite Francesa» una obra maestra, pese a las circunstancias trágicas en las que fue «parida» y las posteriores peripecias del manuscrito.

    Ha sido una suerte poder recuperarla

    Saludos

  4. Arauxo dice:

    Muy sugerente propuesta, Caesar. He oído hablar -y he visto buenas críticas- de la novela pero no la he leído. Tu reseña aviva el interés incluso en los que no somos demasiado aficionados a la época. Y parece que representa otro ejemplo más de lo intimamente unidas que suelen estar las vidas difíciles en épocas convulsas y la creación literaria, como fruto de la necesidad de gritar al mundo algo así como «esto es lo que viví. Debéis saberlo».

    Un saludo y muchas gracias, Caesar. Y Feliz Navidad, por cierto.

  5. arwen dice:

    Arauxo, tengo el libro en casa. Si os interesa os lo dejo.

  6. marbenes dice:

    «Si os interesa os lo dejo»

    ¡Vaya!, Arwen, ¿hablas a Arauxo de «vos»?

  7. kayak dice:

    He descubierto este blog ayer mismo, y ha sido todo un placer. Y si además, en el post de hoy se comenta esta magnífica novela, más. Me impresionó la lucidez con la que Nemirovsky es capaz de abstraerse de sus propias circunstancias para relatar los acontecimientos que la rodean, especialmente el Dolce. Y las escenas de la huida de París destilan la más fina ironía y crítica social. Irène, «otra» en su propio país, lo describe con amor pero sin compasión, y se enfrenta a ese destino que intuye la espera con una claridad mental que ya quiesiera yo para mi. Una maravilla el libro y una maravilla vuestro blog. felicidades.
    Me permito una recomendación: «Las benévolas», de Johnatan Littell, que acaba de ser traducido. Creo que os gustará.

  8. davide dice:

    Excelente reseña Caesar. Para mí ha sido es descubrimiento de este año 2007 que ya se acaba. Desde que leí Suite francesa me he convertido en un incondicional de esta autora por su gran talento y la forma tan maravillosa que tiene de relatar. Para mí Suite francesa merece estar entre los clásicos de la literatura universal independientemente que sea una obra inconclusa.
    Pasando a la novela, me asombró la descripción tan detallada y verosímil que la autora realiza de la clase mediavfrancesa. Cómo muestra todos los vicios morales de esa burguesía que de pronto se encuentran ante un futuro más que incierto: sus temores, su hipocresía, su falta de humanidad,etc.
    Para mí, la primera parte de la obra supera con mucho la segunda en cuanto a intensidad narrativa. Tiene capítulos que son para enmarcar.
    El libro ya lo he regalado a varios amigos y todos ellos coinciden en que es una gran obra. Incluso tuve la oportunidad de comprarlo en francés este verano en Burdeos y obsequiar a mi profesor de la escuela oficial de idiomas, y tras leerlo me comentó que la prosa de la obra es excelente, lo cual se aprecia perfectamente en la versión española pues se ha hecho una gran traducción.
    Enhorabuena nuevamente por la reseña y a seguir con más libros de Irene que, con gran acierto, se están volviendo a reeditar en francés, y a traducir al español.

  9. pepe dice:

    Kayak, es un placer leerte por primera vez. Por favor, sé bienvenido y quédate a compartir aficiones literarias con nosotros. Hay una sobreabundancia de libros con trasfondo de guerras, en particular la IIGM. Aparte del libro que mencionas -que quizá quieras animarte a reseñar- están, entre los que parecen tener más calidad literaria, el de Vasili Grossman, Vida y destino y El regreso, de Bernhard Schlink. De este autor Javier nos ha prometido reseñar El lector.

  10. kayak dice:

    Muchas gracias, Pepe, por la bienvenida. Estaré encantada, aunque por lo que veo el listón está muy muy alto. Todavía no lo he terminado, pero estoy ya conquistada – en cuanto lo acabe, prometo comentarlo.

  11. Arauxo dice:

    Qúe listón ni listón, mujer… Aquí lo que hay es mucha gente que arrastra cadenas y se viste con sábanas…

  12. cavilius dice:

    Bienvenida, kayak. Y tranquila, que aquí no tenemos a nigún listón. Algún listillo podría ser…

  13. Rodrigo dice:

    Estupenda reseña para una gran novela.

  14. Arauxo dice:

    …y gente mu lista, ¿eh? Eso sí.

  15. Anthos dice:

    Confieso que no sólo no he leído el libro objeto de esta reseña sino que ignoraba su existencia. Y confieso también que no conocía otra Suite francesa que la compuesta por Johann Sebastian Bach hacia 1722 (realmente es un conjunto de seis suites, las BWV 812-817). La suite, como género musical, es una sucesión de movimientos de la misma tonalidad, normalmente breves danzas barrocas como la zarabanda (que es una danza española), la giga, la allemande o la courante, entre otras. Por extensión se suele aplicar también esta denominación a cualquier conjunto o recopilación de pequeñas piezas musicales a modo de extracto de una obra mayor. En definitiva, puede considerarse que es un conjunto de piezas sonoras de reducida dimensión que integran otra mayor: la suite. No sé si en el libro se hace referencia al por qué de su título. Imagino por lo que de él ha expuesto Caesar en su brillante reseña que no debe tener ninguna ilación con la Suite francesa de Bach para que le deba a ésta su nombre. ¿Quizás se trata de una obra estructurada en varias partes coherentes, de igual tonalidad -dicho en terminología musical-, que se agrupan para formar la obra completa?

  16. Rodrigo dice:

    Anthos: la autora del prólogo, Myriam Anissimov, dice a propósito de la composición de la novela lo siguiente:
    “Como de costumbre, [Némirovsky] empieza por redactar notas sobre el trabajo en curso y las reflexiones que le inspira la situación en Francia. Elabora la lista de sus personajes, los principales y los secundarios, comprueba que los haya utilizado a todos correctamente. Sueña con un libro de mil páginas, compuesto como una sinfonía, pero en cinco partes, en función de los ritmos y tonalidades. Toma como modelo la ‘Quinta Sinfonía’ de Beethoven” (Cfr. p. 21).

    Sinfonía, ‘suite’…

    Como fuere, Némirovsky sólo alcanzó a concluir las dos primeras partes de la novela, tal como señala Caesar en su reseña.

    En las Notas Manuscritas de la autora, publicadas al final del libro, se encuentra el siguiente apunte:
    “Adagio: habría que encontrar todos esos términos musicales: ‘presto’, ‘prestissimo’, ‘adagio’, ‘andante’, ‘con amore’, etc.).
    “Música: Adagio del opus 106, el inmenso poema de la soledad. La 20ª variación sobre el tema de Diabelli, esa esfinge de negras cejas que contempla el abismo. El Benedictus de la ‘Missa solemnis’ y las últimas escenas de ‘Parsifal’” (p. 428).

    Y, más adelante:
    “Lo importante: las relaciones entre las distintas partes de la obra. Si supiera más de música, supongo que eso podría ayudarme. A falta de la música, lo que en cine llaman ritmo. En definitiva, preocupación por la variedad, de un lado, y por la armonía, del otro” (p. 429).

    Saludos.

  17. kayak dice:

    Ja, ja, ja! A mi me gusta sacar el puntito sabelotodo-pedantesco que llevo escondido, de vez en cuando… Y parece que a vosotros también (vease Anthos), así que sin problema. Sin listón, entonces, espero hacer algo digno solamente.

  18. Valeria dice:

    Pues si me preguntaran a mí, Anthos, después de tu intervención atinadísima te diría que para la descripción de esta novela me quedo con la frase «conjunto de piezas sonoras de reducida dimensión que integran otra mayor». El libro es eso, personajes anónimos, andinos, perdidos en la inmensidad de una sociedad y un conflicto que les supera. Con esas pequeñas piezas la autora consigue destilar una novela con mucha fuerza, preñada de una crítica social muy dura pero que no se ampara en el victimismo ni rezuma rencor. Una descripción de soledades y de ideales perdidos que no se abandona a la tristeza, ni siquiera a pesar de las vivencias personales de la autora.
    Yo la recomiendo vivamente. Felicidades a Caesar por la elección.
    Bienvenidos todos y todas los recién llegados.
    Y Feliz Navidad, hislibreños del mundo.

  19. Anthos dice:

    Gracias, Rodrigo, por tu completísima y satisfactoria aclaración. Ya he dicho antes que no había leído el libro; de haberlo hecho me habría evitado plantear esta cuestión. Se advierte la filia beethoveniana de la autora, pues las obras que menciona son casi todas de este «genial sordo»: la Missa solemnis, las Variaciones Diabelli y, con toda probabiidad, el adagio del Op.106, es decir, de la Sonata para piano nº 29 en si bemol «Hammerklavier» cuyo tercer movimiento titula el propio Beethoven «Adagio sostenuto. Appassionato e con molto sentimento. Fantasie». Existen otros opus 106 de otros compositores (la Barcarola nº 12 de Gabriel Fauré, o el Cuarteto para cuerda nº 13 de Antonín Dvořák que, por cierto, también incluye un adagio), pero debe referirse al beethoveniano. Lo que no me encaja muy bien es que pretendiese hacer una obra en cinco partes y tomase como modelo la Quinta Sinfonía de Beethoven que, como la casi totalidad de las sinfonías clásicas, sólo tiene cuatro movimientos. Constituye una excepción a esta regla la Sexta Sinfonía del propio Beethoven que sí tiene cinco.

    Me has dejado preocupado, kayak. Acabamos de darte nuestra cordial acogida -yo también- como recién llegada y ya me has descubierto como «sabelotodo-pedantesco». ¿Tanto se me nota? Mira que me esfuerzo por controlarme. Le insistiré a mi psiquiatra.

  20. kayak dice:

    Anthos, no quería ofender, discúlpame si lo he hecho. ¡En realidad me definía a mí misma!

  21. Anthos dice:

    No me he dado por ofendido, kayak. Entre hislibreños la ofensa no existe; la socarronería… un poco.

  22. Ascanio dice:

    Nada, nada, Kayak, de disculpas nada. Ya era hora de que alguien se atreviese a decirle a la cara a Anthos lo que todos pensamos de él…y de Cavilius…y de Urogallo…y de Germánico…y de Valeria…y de Aretes…y de Arauxo…y de Jerufa…y de…y de…

  23. Anthos dice:

    Y como corroboración de lo dicho véase el botón de muestra que nos deja Ascanio.

  24. Rodrigo dice:

    ¡Uh, vaya nivel de conocimientos musicales el tuyo, Anthos! Cómo quisiera otro tanto para mí.
    Qué bueno que mi nota te haya servido. Ya me parecía que sabrías sacarle partido a la información.
    Aparte de las reminiscencias musicales del título y de la estructura o composición de la novela -sobre las que nada puedo decir porque de música nada sé-, lo cierto es que ella es buenísima, tanto por lo menos como indica o sugiere la reseña.

  25. Rodrigo dice:

    De la misma autora, recomendable me parece también la novela «Fogatas» (‘Les feux de l’automne’). En cierta medida, podría ser considerada el capítulo previo a los dos que componen «Suite francesa», puesto que traza el retrato de la burguesía francesa de 1912 a 1941. Con méritos similares a los de esta última, «Fogatas» tiene el interés de mostrar el proceso de degradación de la sociedad francesa que desembocaría en la incapacidad por parte de Francia de hacer frente -de manera digna- al poder alemán.

  26. richar dice:

    Saludos a todos (especialmente a kayak por su reciente incorporación),

    caesar, enhorabuena por tu reseña (es magnífica), pero me queda una duda, que además no he visto resuelta en los comentarios: ¿se trata de una novela o de la descripción de hechos reales? Quizás sea que ando medio empanado, pero juro que no he conseguido averiguarlo por mi mismo…arg.

    En cualquier caso, sugerente título y gran reseña.

    Saludos,
    Richar.

  27. Caesar dice:

    Suite Francesa es una novela pero, dadas las vivencias de la autora en la época en la que fue escrita, creo que tiene bastante de autobiográfica.

    Saludos

  28. richar dice:

    Pues gracias por la aclaración, Caesar.

    Saludos,
    Richar.

  29. Ariodante dice:

    He leído hace un par de semanas el libro, y, ciertamente, me ha parecido soberbio. Qué pena que no pudiese concluir su obra tal y como la habia planificado y de la que sabemos por las múltiples notas de la autora. Y sobre todo, qué terrible su vida y su desaparición. Realmente es un retrato terrible de la burguesía francesa en la ocupación, como quizás no hubiera podido hcer un francés. El hecho de ser extranjera le daba un distanciamiento y una claridad de visión impagable. Ahora trataré de ir haciéndome con el resto de su obra y rendirle un homenaje postumo.

  30. Javi_LR dice:

    Qué maravilla, Ariodante, qué ritmo de lectura que llevas; ¡qué envidia!

  31. Aretes dice:

    La leí en verano y aunque no añada nada a lo comentado quería dejar constancia.
    Desde luego, como apunta Valeria, los distintos personajes y sus experiencias configuran un conjunto «sinfónico», un magnífico collage de lo que debió ser la reacción ante la invasión alemana.
    Lo que más me llamó la atención fue la desmitificación de esa resistencia. Nada de héroes ni patriotas, ni sacrificios ni solidaridad. Parecería que la adversidad despierta el peor instinto egoista pero solo lo desnuda. Lo más triste es que ninguno era peor después, siempre fueron así.
    También destacaría el cierto sentido del humor con el que la autora resuelve intenciones de alguna nobleza, como si al ridiculizarlas las pusiera en su sitio por escasas o por falsas.
    Desde luego es una severa crítica que sólo haría alguien no francés.

  32. Avempace dice:

    Novela extraordinaria y estremecedora. Leí la obra y me entusiasmó y luego leí la reseña que viene antes de la novela donde cuentan la vida de Iréne Nèmirovsky y vi que esa vida era toda otra novela. Algún día alguien escribirá la vida de esta aautora en forma de novela, porque merece la pena. Lo cual no quita para que la obra guste mucho, tanto si se conoce su vida como si no.

  33. Ariodante dice:

    Acabo de descubrir este comentario en Ciao, del tal Pirítoos, que ya de por sí, con este nick, debería ser aceptado en estos lares con placer. Pero mirad qué comentario (mucho mejor que la reseña a la que hace referencia):
    «Hay hombres que cambian la historia de los pueblos.
    De Gaulle fué uno de ellos. Su obstinación en no aceptar la derrota de Francia fue providencial para su país. El arrogante general de la gran nariz consiguió convertir a los ojos del mundo (y a los propios) a Francia en una nación vencedora de la segunda guerra mundial, equiparable a la Gran Bretaña, Rusia o Estados Unidos. Una Francia que había vivido la humillación de la derrota, la descomposición resultante de la ocupación alemana, y la vergüenza del régimen colaboracionista de Vichy. La realidad que la historia nos ha ocultado es que demasiados franceses abrazaron con entusiasmo el apoyo al nazismo, y participaron con esforzada eficacia en las persecuciones de disidentes, o judíos.
    De hecho, no menos de tres millones y medio de franceses denunciaron a los alemanes, voluntariamente, a judíos que eran vecinos y compatriotas suyos, sin ignorar que el destino que esos judíos podían sufrir como consecuencia de la denuncia. DenuncIas firmadas, no anónimas. Ante este colosal número de delatores, los escasos cincuenta mil miembros que alcanzó la famosa «Resistance» parecen realmente ridículos.
    Una de las más notables víctimas de esta terrible persecución fue Irene Nemirosvky. Rusa blanca, judía, católica, francesa. En Julio de 1942 la detuvo la policía francesa, cumpliendo un decreto que determinaba la reclusión de todos los judíos menores de 45 años. Casi inmediatamente la deportaron a Auschwitz. Allí fue asesinada en Agosto del mismo año. Unos meses después su esposo sufrió su mismo destino. Sus dos hijas, niñas de corta edad, se salvaron de la obstinada y brutal persecución de los gendarmes franceses de milagro, gracias a su niñera y a la ayuda económica de los editores de Irene.
    A través de ellas, muchos años después, nos ha llegado el manuscrito de la «Suite Francesa». La novela resultante fue publicada con gran éxito en Francia, convirtiendo a su escritora en una celebridad internacional. Concebida como una secuencia de cinco partes, quedó truncada por la terrible muerte de Irene, quedando finalmente en dos. El nombre de Suite nos revela la intención de emular la estructura musical en la que un tema principal recurrente vertebra toda la obra con sus recurrentes variaciones. Los personajes se encadenan entre los dos relatos, lo que produce esa impresión de continuidad.
    La lectura del libro es una experiencia interesante y a la vez perturbadora. La escritora, naturalmente, ignora todo lo que pasó después. En ese momento parecía probable la victoria de Alemania. Muchos franceses la preferían a la británica. De hecho, no se consideraban ya contendientes, al haber sido derrotados. No es posible dejar de pensar que esa ignorancia influye decisivamente en el contenido de la novela. Sin duda, la autora también ignoraba los terribles desarrollos antisemitas de los nazis, y su incipiente industria de exterminio de judíos, que pronto iba a acabar con su vida.
    Nemirovsky era una escritora minuciosa, deliberada. Documentaba con detalle cada personaje antes de componer la novela. Su estilo es limpio y fluido, con una prosa en la que no abundan las metáforas. Los personajes son arquetipos de la Francia de la época, lo que los hace quizá un poco artificiales, planos, algo irreales. Asistimos en la primera historia a la ciega huida de casi todos ellos de un París a punto de ser ocupado. Distintos avatares en los que predomina la mezquindad, la miseria humana fruto del pánico. En la segunda conocemos los avatares de un pueblo en la que se instala una guarnición alemana. Los sentimientos contradictorios de la población hacia sus victoriosos ocupantes. No hay nada grandioso en ese pueblo que carece de objetivos, y que desea la vuelta de sus prisioneros y el fin de la guerra por encima de cualquier heroicidad patria.
    Como ya dije, el punto de vista es único. Un extraño y exacto túnel del tiempo que nos traslada a ese lugar y año sin ninguna contaminación. Por ello creo que debe leerse. A mi entender, la segunda historia supera con mucho a la primera. Supongo que la imposibilidad de terminar la obra a su propio gusto influye en la percepción de determinados fallos estructurales en la obra. Eso también le da su terrible encanto.
    Las notas y cartas que completan el libro son, sencillamente, sobrecogedoras.»
    ¿No es impresionante?

  34. Richar dice:

    Saludos,

    ayer terminé de leer esta novela y he de decir que me ha encantado.

    Las dos primeras partes (una pena que se quedara inconclusa) son excelentes, con una capacidad abrumadora por parte de la autora para describir personajes creíbles.

    La inclusión de las notas que tenía, al final del libro, me parece todo un acierto, no sólo por entender cómo visualizaba la obra la auora, sino también porque es la primera vez que veo este tipo de anotaciones en un libro, lo cual nos permite conocer un poco el proceso del día a día, como si estuviéramos en los extras de un DVD con el «cómo se rodó». Me ha parecido muy entretenido.

    Y por último, mención especial a la secuencia de cartas recopiladas. Como mencionaba alguien por arriba, darían en sí mismas para crear otra gran historia, angustiosa a más no poder, sobre el proceso que llevó a Irene y a otros tantos judíos a acabar sus días en un campo de concentración.

    Reconozco que pensé que sería un apéndice sin importancia y empecé a leerlas deprisa casi pasando por encima, pensando que se había acabado el libro. Pero poco a poco me enganché a esas cartas breves, cada vez más angustiosas y desesperadas, para acabar el libro al borde de las lágrimas. Muy triste a la par que entrañable (por el apoyo que desde distintos ámbitos se muestra a las hijas).

    En fin, una gozada de lectura. Gracias por la recomendación.

    Un saludo,
    Richar.

  35. María P. Beck dice:

    Marla: he leído el libro, encontré soberbia la novela y me sentí terriblemente abrumada. Qué destino tan atroz tuvo esta escritora genial. Lo que me llama la atención es que ninguna persona que ha opinado sobre el libro menciona la barbarie de eliminar a los judíos en los campos de concentración. Irene sucumbió a la locura de Hitler de aplastar y matar a los judíos como cucarachas nocivas,matando a quizás cuántos futuros intelectuales, artistas, músicos, científicos, en fin una caudal de inteligencia y genio, de lo cual se escaparon unos pocos, como Sigmund Freud, (tuvo una esposa judía,)StephanZweig, Albert Einstein, y algunos otros.Quisiera saber qué opinan sobre esta inmisericorde eliminación de varias generaciones de hebreos solamente por su religión, y de paso casi terminar con este pueblo milenario tan ilustrado y valioso. De más está decir que yo también soy hebrea.

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