SÓNNICA LA CORTESANA – Vicente Blasco Ibáñez

9788420633794Blasco Ibáñez (Valencia, 1867-Menton,Francia 1928), periodista escritor, viajero y político español, en esta novela, escrita en 1901, desarrolla la trama alrededor de un hecho histórico: el sitio y la caída de Sagunto (la antigua Zazintho) a manos de Aníbal y una confederación de tribus ibéricas, aliadas a los cartagineses y opuestas a Roma. Como cita en su prólogo, el propio Blasco escribió la novela en una época en la que estaba en el primera línea recurrir a temas históricos y novelarlos, (Quo Vadis, Afrodita, Salambó) pero al parecer, era un proyecto juvenil que realizó años después. Su libro se basa en un texto del poeta latino Silvio Itálico, romano nacido en España, sobre la segunda Guerra Púnica, como él mismo afirma, y del que dice haber tomado a algunos de los protagonistas.

«Sentí la imperiosa necesidad de resucitar el episodio más heroico de la historia de Valencia, sumiéndome para ello en el pasado, hasta llegar a los primeros albores de la vida nacional. Y abandonando la novela de costumbres contemporáneas, la descripción de lo que podía ver directamente con mis ojos, produje una obra de reconstrucción arqueológica más o menos fiel, una novela de remotas evocaciones. Con esto realicé un deseo de mi adolescencia, cuando empezaba a sentir las primeras tentaciones de la creación novelesca ―nos dice Blasco en el prólogo, y continúa― Al caminar por los senderos de la huerta valenciana se ve siempre en el horizonte, por encima de las arboledas, una colina roja que es la estribación más avanzada de la sierra de Espadán, el último peldaño de las montañas que se escalonan en descenso hasta el mar. Sobre su cumbre, como amarillentas y sutiles pinceladas, se columbran los muros de un vasto castillo. Allí está Sagunto. (…). Y muchas veces me dije, con mi entusiasmo de novelista aprendiz, que algún día escribiría dos novelas: una sobre Sagunto y su desesperada resistencia; otra que tendría por héroe al Mediterráneo.»

El protagonista de la historia, en realidad, es el ateniense Acteón, de imponente presencia, como un dios griego. Tras vivir muchas aventuras recala en Sagunto, con la intención de sumar su espada a la defensa de la ciudad, si hiciera falta, o de vivir en paz en aquella magnífica urbe, donde muchos griegos se habían afincado, entre ellos, Sónnica, antigua cortesana que ha llegado a ocupar un lugar importante por su matrimonio con un poderoso comerciante saguntino. Enlaza entonces Blasco con el relato de la vida de esta cortesana griega hasta el momento en que se encuentran ambos y surge una fuerte pasión amorosa. Pero luego de entrelazarlos, vuelve a centrarse en Acteón, el encuentro con Aníbal, el viaje al interior, donde las tribus celtíberas  preparan la guerra, y finalmente, una vez comenzada ésta, lleva a Acteón a Roma, como delegado de la ciudad amenazada y sufriente, para –infructuosamente- recabar ayuda del Senado romano. Aníbal es el tercer protagonista en importancia, al que liga con Acteón por una supuesta convivencia infantil pasada. Todos ellos le sirven al escritor valenciano para introducirnos en la Grecia de la época, en sus costumbres y usos, así como en la Hispania pre-romana, los problemas políticos cartagineses y la gestación del conflicto que acaba con Sagunto arrasada, la vida en la Roma de la época pre imperial.

Lanza asimismo algunas digresiones comparativas sobre la mentalidad romana, la griega y la hispánica, sobre el comportamiento y la visión política de Aníbal,  la sociedad romana y sus costumbres, en fin,  toda una serie de reflexiones contrastadas sobre la vida humana, la pasión amorosa, la alegría de vivir y la voluptuosidad de las gentes…mientras domina la paz. Toda la primera parte está plena de esa voluptuosidad, tan cara, por otra parte, al carácter del propio escritor, hombre vehemente, ardiente y pasional. Porque no solo las descripciones de los encuentros amorosos (de Acteón y Sónnica, Aníbal y la amazona Absyte, los esclavos Eroción y Ranto) sino también las descripciones de banquetes, el disfrute en la mesa, las danzas y la regalada vida, en suma, de cierto nivel social contrastándolo con la dramática sordidez de las “lobas” portuarias o prostitutas de la más baja estofa, y el pueblo llano, simbolizado por el filósofo Eufobias, y otros personajes anónimos que ponen la nota discordante. La simbólica mezcla racial saguntina es manifiesta y precisamente resulta un atractivo para Acteón:

«Somos el resultado de mil encuentros por tierra y por mar, y Júpiter se vería apurado para decir quiénes fueron nuestros abuelos. Desde que a Zezintho le mordió la serpiente en estos campos y nuestro padre Hércules levantó los grandes muros de la Acrópolis, ¿quién puede marcar las gentes que aquí han venido y aquí se han quedado, a pesar de que otros llegaron después para arrebatarles el dominio de los campos y de las minas…? » (Blasco habla aquí por boca de un saguntino, en la novela)

El contraste más fuerte lo encuentra entre las tribus ibéricas y las terribles costumbres bárbaras (incluido el canibalismo) que les son habituales, descritas a propósito del viaje que realiza Acteón con Alorco, el hijo del jefe celtíbero. En el postrero viaje a Roma, por el contrario, describe al pueblo romano como hecho con otro molde: sólido, sobrio, apegado a la tierra y a sus leyes. Blasco habla de una época en la que aún Roma mantenía las virtudes republicanas, y la reciedumbre de un pueblo más preocupado por asuntos prácticos y útiles.

La ambientación, múltiples detalles sobre las ropas, las armas, los tocados y los alimentos, los cultivos y el comercio, la construcción y muchos detalles más, está cuidada y resulta meticulosa, sin ser erudita ni abrumadora. Quizás descuida un tanto profundizar en cada personaje, porque lo que le interesa es más dar una visión de conjunto y describir con tono épico un drama como fue la toma de Sagunto, y el simbolismo que desprende. Interesa en muchos momentos por los detalles históricos, emociona en otros, por la fuerza dramática manifiesta, como en el siguiente fragmento:

«El caudillo se despojó del casco, dejando suelta su cabellera de gruesos rizos; agarró después la cabeza de Terón por su ensangrentada melena, y poniendo un pie con ademán de vencedor sobre el cuerpo del sacerdote, la enseñó a los que ocupaban las murallas… Se mostraba majestuoso con la espada en la diestra y avanzando el otro brazo, que sostenía la cabeza del gigante. Sobre la oscura tez relampagueaban de orgullo sus ojos, brillantes como los discos de metal que pendían de sus orejas… Los sitiados lo reconocieron, y un grito de sorpresa y de rabia corrió a lo largo de la muralla: -¡Anibal!… ¡Es Anibal!…»

Ariodante

Enero 2013

SÓNNICA LA CORTESANA

VICENTE BLASCO IBÁÑEZ

CIRCULO DE LECTORES, 1976

ISBN 84-226-1128-3

Edición no abreviada

[tags]Vicente Blasco Ibáñez, Sagunto, Iberia, Anibal, Dartago[/tags]

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12 comentarios en “SÓNNICA LA CORTESANA – Vicente Blasco Ibáñez

  1. Publio dice:

    Buena reseña, Ario, de una novela llena de vida y color y nada aburrida. En mi opinión es muy recomendable para que los jóvenes tengan un primer contacto con la novela histórica.

  2. iñigo dice:

    A mi me gustó bastante cuando la leí y me empujó a leer alguna novela histórica de las que escribió D. Vicente, como por ejemplo El Papa del mar o A los pies de Venus…

  3. Akawi dice:

    Mi querida Ariodante siempre en la brecha reseñística y con libros estupendos, curiosos e interesantes; dándonos a conocer tu opinión sobre los mismos, cosa que a mí me ayuda sobremanera.

    Esta novela de Blasco Ibañes no la conocía, gracias por mostrármela.

    Felicidades por otra reseña más.

  4. Rosalia de Bringas dice:

    Me ha encantado esta reseña que es casi un ejercicio de «memoria histórica», porque en cierto modo, esta novela es doblemente histórica. por un lado nos acerca el mundo antiguo, y por otro, es una antiguedad vista con la mirada de comienzos del s. XX.
    Además, creo que está muy bien re-actualizar las obras menos conocidas de nuestros grandes escritores, que en el caso de Blasco Ibañez es un placer.
    Muchas gracias, Ariorante, por hacerlo.

  5. TIGLATH dice:

    Me ha gustado mucho la reseña Ariodante! Como sabes en breve volveré a leer sobre Roma y curiosamente esta novela la tengo y no la he leido, comenzaré con ella a modo de aperitivo antes de adentrarme en la Roma Post Farsálica.

  6. Valeria dice:

    Pues mira por donde, he indagado por ahí y me la prestan. A saber cuándo le toca turno, pero la leeré. Gracias por la sugerencia, Ario.

  7. ARIODANTE dice:

    Vaya, me alegro que lo que para mí ha sido un descubrimiento, lo haya sido también para otros. Pienso seguir indagando en las novelas históricas de autores como Blasco y los de su generación, y veremos qué sale de ello…

  8. Vorimir dice:

    Una obra que no conocía y que está muy bien traida a la página por Ariodante. Me ha gustado la opinión de Rosalía al respecto, y como no, la estupenda reseña de Ario.

  9. Antonio Penadés dice:

    ¡Qué buen libro y qué magnífico autor! Gracias Ario.

  10. Pamplinas dice:

    Vaya por delante que me encanta Blasco Ibañez. Leí con pasión Sangre y Arena, La barraca o Entre naranjos, pero el último texto que ha pegado Ario me ha provocado una sonrisa. Me he preguntado ¿qué pasaría si mandará un texto así al concurso de relatos de Hislibris?

    …dejando suelta su cabellera de gruesos rizos; agarró después la cabeza de Terón por su ensangrentada melena…. Se mostraba majestuoso con la espada en la diestra… Sobre la oscura tez relampagueaban de orgullo sus ojos, brillantes como los discos de metal que pendían de sus orejas…

  11. Leonardo Bermejo dice:

    Lei la novela con 15 años y me sorprendio tanto que siempre me ha gustado la novela historica. Ahora con 78 años vuelvo a leerla y vuelve a sorprenderme. Es una novela que te absorve y no puedes dejar de leer. Blasco fue y es un gigante de nuestra literatura. Él y su amigo Galdos deberian recomendarse a lo largo de toda la enseñanza secundaria y el bachiller.

  12. Iñigo dice:

    Es que Don Vicente escribía muy bien.

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