POSTGUERRA – Tony Judt

Postguerra¿Sómos Europeos los españoles?. Este libro solo recoge la evidencia: Geográficamente seguro, culturalmente está por demostrar. Somos una nación heredera de Roma, integrada por completo en los valores y la cultura de Occidente. ¿Pero realmente integrada en Europa?. 1.183 páginas de una concienzuda historía de nuestro continente (no de los países europeos), nos dejan en nuestro lugar con unas cuantas referencias tangenciales. Aunque el libro abarca hasta el 2005, no se cita en ningún lugar a Jose María Aznar, y las referencias a Felipe González son de una brevedad sorprendente. Pero al fin y al cabo, ¿Que ha aportado España a la construcción de Europa desde 1945?.

No es este el objetivo del libro, se trata de una obra de gran extensión y densidad ( me repito, 1.183 páginas con un tipo de letra normalito) que trata de construir una imagen de Europa entre 1945 y 2005, y que lógicamente, se concentra sobre todo en las cuatro grandes naciones occidentales: Gran Bretaña, Francia, Alemania Occidental e Italia, y frente a ellas, el Bloque Soviético, donde cualquiera de sus países recibe más atención que la lejana Iberia ( Por que a Portugal no se le da más importancia). Los EEUU solo aparecen en relación a su actuación sobre Europa, y lo mismo se puede decir del problema de la descolonización.

Si se puede extraer una conclusión de la lectura de este libro, es sobre todo lo poco que yo sabía de Europa, a pesar de haberme educado en un sistema escolar supuestamente volcado con la «realidad Europea» de España. Leyendo este libro, se da uno cuenta de con que poco interés y tiempo se podria lograr una visión razonable de las cuestiones europeas…Y como ese interés y tiempo se nos niega en nuestros informativos, más atentos a cualquier desfile, exitoso fichaje o suceso de crónica negra que a profundizar en nuestro conocimiento de «nuestra» Europa. Tenemos bonitas banderas azules con estrellas doradas por doquier, ¿Pero alguno sabía que los tres fundadores de la CEE, Gasperi, Schumann y Adenauer, hablaban entre ellos solamente en Alemán, ya que esa era la lengua materna de los tres, a pesar de ser Italiano, Francés y Alemán?.¿Sabemos que Inglaterra se negó a integrarse en la CEE en un principio, por que temía el poder de la «Internacional Católica», ya que estos tres líderes, eran así mismo católicos prácticantes?.

Que poco sabemos de Europa,así como desconocemos que en 1989 el moribundo y pre-demente Mitterand aplaudía en público la unidad alemana, confiando en secreto que los soviéticos la vetasen por las armas, eliminando así la pesadilla de generaciones de franceses. Datos, testimonios, cifras…Información en suma, mucha información y de mucha calidad, componen este libro, que nos permite arrojar una mirada sobre la historía de Europa, una historia de Europa, me repito, no una lista de sucesos históricos lineales centrados en cada país, con una evolución de su economía y un puñado de fotos.

Un verdadero, interesantísimo, útil y sorprendente libro sobre la historía de Europa desde 1945 hasta el 2005.

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31 comentarios en “POSTGUERRA – Tony Judt

  1. ignacio el argentino dice:

    Parece interesante el libro. ¿Urogallo sabes si saldra editado en Argentina?.
    saludos

  2. Urogallo dice:

    Pués eso dependerá de la política editorial de Taurus, teniendo en cuenta que es un libro inglés, no veo por qué no.

  3. ignacio el argentino dice:

    ok. saludos

  4. jerufa dice:

    Hola Uro. Hasta cierto punto es lógico que de Iberia se hable poco, porque poco hemos pintado en el concierto europeo desde esa fecha. Y más si la novela retrata hechos, sin duda, relevantes. Si acaso hemos empezado a ser algo en el panorama europeo, y recalco la palabra «algo», ha sido a partir de mediados de la década de los ochenta. A mí, particularmente, la construcción para la unidad europea me apasiona por los esfuerzos que conlleva y las dificultades con que tropieza, empezando por el crisol de culturas y terminando por las desigualdades económicas. Eso convierte la unidad europea en todo un reto, algo excepcional, pues entiendo que nunca a lo largo de la historia de la humanidad ha habido tanta unanimidad a la hora de buscar un objetivo tan ambicioso y, a la vez, tan beneficioso y necesario.
    Felicidades, Uro.

  5. David L dice:

    La de veces que hemos tenido que oir los españoles aquello de…»Europa comienza en los Pirineos»…hay que seguir confiando en que Europa camine unida.

    Un saludo.

  6. Alejandro dice:

    Pues hombre lo cierto es que desde 1945 hasta hace mas bien poco España ha tenido escaso protagonismo, no obstante Europa no nace (según mi opinión) en 1945, lo que ocurre con la creación de la Unión Europea es que se da forma o mejor dicho se formalizan unas relaciones antiquísimas, en las que por supuesto España a tenido mucho que decir, por desgracia (o por suerte) el hecho de no haber participado en las guerras mundiales nos ha borrado de la historia europea moderna, pero eso no nos hace menos europeos.

    España se gano hace mucho el derecho de ser europea, y se lo gana día a día, a mi modo de ver el que en cierto modo nos ninguneen, o no nos den mas protagonismo se debe a que si España quisiera podría con facilidad adquirir un papel preponderante en Europa y eso no interesa a Francia, Alemania y GB. (No hace tanto, España mantuvo un interesante pulso en diversas cuestiones como en la constitución europea… aunque por desgracia el actual gobierno prefiere una postura complaciente y sumisa).

    En resumen, o europeos todos o ninguno, no considero que suecos, austriacos o irlandeses por decir alguno hayan colaborado o trabajado mas por o para Europa que los españoles, mas aun, la propia historia de Europa esta indisolublemente unida a la de España.

    Un saludo.

  7. Poveda dice:

    Antes que nada felicitar a Urogallo por la reseña. Este titulo de Judt me ha llamado la atención desde que se editó el año pasado pero leyendo reseñas y comentarios de esta obra y de otras suyas me ha echado atrás la sensación de que en sus obras más que hacer un estudio crítico, trata de hacer una exposición -trabajada y argumentada- de sus tesis, pero al mismo tiempo un tanto sesgadas y poco objetivas.

    Por lo que tengo entendido es un autor que por ejemplo, le tiene especial inquina a Francia y la intelectualidad izquierdista francesa de la época de postguerra (Sartre, Camus etc.) que tenían una disposición más laxa para tratar con el «Terror Rojo» (leí en una reseña que utilizaba esta expresión, no recuerdo si en «Burden of Responsability» o «Past Imperfect»), así que para Judt el bloque de la Europa occidental tenía (y tiene) un foco de inestabilidad y un Judas en potencia en el país franco, dispuesto a trapichear con los comunistas o -actualizando el contexto- el islam militante; y que con esta perspectiva la poco cohesionada y conformista Europa debe, si quiere mantener su estatus, ir de la mano de Estados Unidos.

    De todos modos, como he dicho, esto lo he sacado de referencias de terceras personas; y me gustaría conocer la opinión al respecto de los hislibreños que hayan leído a Judt.

    Saludos.

  8. Aquiles dice:

    En cuanto al hecho de que durante la postguerra España tuvo un protagonismo escasísimo debido al aislacionismo de la primera fase de la dictadura, completamente de acuerdo. En cuanto a si España es Europa, solamente decir que la Historia de Europa no se podría entender sin la presencia de España, incluso desde tiempos en los que la idea de Europa – que se fragua durante la Edad Media – todavía era impensable (hablo de la denominada Protohistoria y las primeras colonizaciones).

  9. Aretes dice:

    Interesante, Urogallo.
    ¡Hasta el 2005! Me pregunto si algo tan reciente puede considerarse historia o analizarse con suficiente perspectiva.

  10. lola dice:

    Gracias por la reseña parece un gran libro

  11. Germánico dice:

    Yo creo que no, Aretes.

  12. ignacio el argentino dice:

    ayer ya es historia aretes. Al momento de leerlas, mis palabras ya seran historia

  13. jerufa dice:

    ¡Vaya, que metafísicos!
    Al hilo de Alejandro me gustaría comentar una cosa. Dices que España mantuvo un interesante pulso con las principales naciones en relación con la constitución Europea. ¿Sabes que opino yo? Pienso que aquí, en España había que aprobar la Constitución Europea porque sí. Porque era europeo y porque había que dar ejemplo al resto. ¿Alguien se preocupó «en serio» de darla a conocer?, ¿se organizaron debates, tertulias?, ¿se explicó en algún lugar «en condiciones» y con la suficiente difusión para que pudiesemos participar y comprender las teóricas ventajas que suponía dar el sí a la Constitución Europea? No. Porque nos falta educación y conciencia europea para ser capaces de discernir por nosotros mismos qué nos conviene de Europa y qué no. Vivimos un momento en el que hay que decir sí siempre a Europa. Por narices. Ya maduraremos -con el tiempo, claro- para saber elegir. El ejemplo, muy cerquita. Francia. Lo tenían muy claro.
    Adió, adió.

  14. Urogallo dice:

    No hay una tesis, hay una pluralidad de ellas, sobre todo tipo de aspectos y sobre todas las naciones. ¿Un punto de vista negativo sobre Francia?. Digamos que sin duda no ha olvidado ninguno de los puntos oscuros de Francia en la segunda mitad del siglo XX ( y de hecho, tampoco algunos de los de la primera mitad).

  15. Alejandro dice:

    El pulso al que me refería, era no por la aprobación de la constitución (que efectivamente nadie conocía ni entendía y se voto por votar) sino por la fijación del texto, en el que alineados con Polonia intentábamos meternos «en el pelotón de cabeza», y que finalmente no solo renunciamos a defender nuestros intereses sino que incluso renunciamos a firmar el texto en Madrid (que si bien no sirve para mucho al menos si confirmaría que estamos en Europa ;).

  16. Urogallo dice:

    Me permito precisar que el libro no trata de la construcción europea, trata de Europa, de la Europa de De Gaulle, por decirlo así: Del Atlántico a los Urales.

  17. jerufa dice:

    Si, si…si lo dejas muy claro en la reseña. Lo que pasa es que, a la mínima, nos piramos por la tangente.
    Adió, adió.

  18. Poveda dice:

    Encargado lo tengo, a ver si lo ataco pronto (que va a ser que no, no tengo el cuerpo para nada de 1200 páginas).

    Saludos.

  19. KoliCur dice:

    No es cierto que no se cite a Jose María Aznar, si hace varias referencias y negativas siempre. Como que prácticamente acusó a húngaros para que se diera el visto bueno a la guerra de Irak.
    Si, el autor mismo afirma que para su generación la historia española se estancó con el régimen franquista, no había nada interesante que estudiar dentro de este régimen.

  20. Urogallo dice:

    Las referencias que hace a Aznar ( como las de Gonzalez por otra parte) son del tipo: (Habla media hora de otro tema), y entre los que se negaron, bla,bla,bla,bla, Jose Maria Aznar, bla,bla,bla…

    De todas formas estarás de acuerdo, que el papel de España es casi inexistente.

  21. Anraman dice:

    Estoy ahora mismo con este libro y sí, es cierto que no parece tener una tesis monolítica, tal vez varias, como dice Urogallo. Lo cierto es que le da caña a todo quisque. Por ahora no me parece especialmente complaciente con los EEUU ni mucho menos, otra cosa es que sea duro con los comunistas occidentales, que defendían al régimen soviético sin tener ni puñetera idea de lo que pasaba en la URSS (o bien teniéndola pero mirando para otro lado).

    En cuanto a que hable muy poco de España, a mi eso no me importa, si me he comprado el libro es porque estoy interesado en países que no son el mío, nuestros vecinos de continente.

  22. Urogallo dice:

    Ciertamente, por decirlo asi, es muy poco atlantista, y no oculta las intenciones americanas de abandonar rapidamente Europa despues de la victoria, algo posiblemente derivado ( como menciona) del derrumbe de las ideas de Rooselvelt una vez que falto el propio Rooselvelt ( lo que le convierte, como en el caso de Woodrow Wilson, en un caso descarado de Presidencia Imperial opuesta al sentir de la poblacion y el congreso).

  23. Anraman dice:

    Bueno, terminé de leer el libro.

    Mis conclusiones son que es una muy buena lectura que me ha hecho reflexionar mucho sobre lo que es Europa, como un todo.

    Y aunque Urogallo parezca criticarle por ello, yo tengo que felicitar al autor por la atención dedicada al llamado «bloque del este». Es hora ya de que consideremos europeos de pleno derecho a estos países y de que la historia de Europa les tenga en cuenta. Sucesos como la revolución húngara del 56, la primavera de Praga en el 68 y las huelgas en Polonia en los 80 me parecen cruciales en este periodo, y bien está que se les dedique espacio (ni que decir tiene que opino lo mismo de los sucesos de 1989).

    Lo del tratamiento de España… hombre, no me parece reducido. Es lo que hay. Se dedica casi un capítulo a las transiciones a la democracia en el mediterráneo (España, Portugal y Polonia), y a partir de ahí se nombra bastante a España en relación a lo que fue pasando en la Comunidad (luego Unión) Europea.

    Me llama la atención, por cierto, algo de lo que no siempre tenemos perspectiva, y es que una vez España entra en «la historia» de Europa, corremos bastante paralelos al resto de los países: ahí están las privatizaciones que se hacían al mismo tiempo que los Europeos, y los problemas de corrupción de la última etapa González que coincidieron con otros escándalos como el que en Italia llevó a la huida de Bettino Craxi, y otros líos parecidos en otros países, como Bélgica y Alemania. También el auge de los nacionalismos periféricos por razones económicas: las reivindicaciones crecientes de Cataluña el autor las relaciona con la de los nacionalistas flamencos, la liga norte de Italia e incluso el nacionalismo Checo que llevó a la separación de Eslovaquia.

    Sobre el supuesto atlantismo del libro, no lo veo en absoluto, y Poveda lo puede leer sin el menor temor, vamos. Por el contrario, el autor me parece, de hecho, bastante europeísta aunque sea crítico con la UE en bastantes apartados. De hecho lo que se viene a criticar es la forma de construir la Unión Europea, no la idea de la Unión Europea en sí. Me llama la atención incluso que llega a echar parte de culpa de como es la UE a su propio país, el Reino Unido, que cuando se estaba construyendo Europa estaba demasiado atento a los EEUU y poco preocupado por los asuntos «continentales» y dejó que la UE se configurara muy a la medida de los intereses alemanes y franceses.

    Ah, la referencia a Aznar más clara está en un pie de página, donde nombra todo eso de la carta de apoyo a los EEUU en Iraq. En este libro los pies de página son pero que muy interesantes. A González hay unas cuantas más, por ejemplo una muy curiosa que no conocía: era el político occidental al que más admiraba Gorbachov.

  24. Anraman dice:

    ¡Gua! En el cuarto párrafo donde dije «Polonia» quería decir «Grecia» ;-)

  25. Urogallo dice:

    Bueno, si parece que le critico por su interés por Europa del Este, se debe a un fallo mio. A mi me parecía que dejaba claro que entendía que los países de Europa del Este habían jugado un papel mucho más importante para la marcha del continente que España durante esos años.

  26. Urogallo dice:

    Algunos comentarios en una re-lectura parcial.

    ¡ Impresionante !.

    «Margaret Tatcher tiene los ojos de Calígula y los labios de Marylin Monroe».

    Francois Mitterand.

    Pero le he pillado un fallo. ¿No dice que le festival de EUROVISIÓN es de 1970?.

    Pero se lo perdono por la elegante disección del mismo que realiza.

    Buenísima también su radiografia del ejército español como armatoste inútil, sobre-protegido e inoperativo.

  27. Coincidiendo en la condición marginal, de todo punto inaceptable, que Judt otorga a España y, aparte de la mención a Aznar (que sí es citado, sólo que en una nota a pie de página y cometiendo un grave error historiográfico: así lo destaco en mi entrada sobre el libro, véase el enlace más abajo), me parece que no se enfatiza lo suficiente en esta crítica que el libro es sensacional, sobre todo, por los aspectos culturales y económicos. Saludos cordiales.

    http://lacomunidad.elpais.com/miscelaneas-culturales/2010/4/13/de-libros-postguerra-historia-europa-desde-1945-de

  28. Diomedes Díaz dice:

    También he leído Postguerra. Soy un lector más bien joven y poco familiarizado con el ensayo, razón por la cual este texto me haya parecido en algunas partes concretas bastante denso -Guerra de Yugoslavia, por poner un ejemplo-. Pero como leía arriba, y extrapolándolo fuera del tratamiento sobre España que se hace en el libro; «es lo que hay». Si me puede parecer complejo entender los acontecimientos de la ex-Yugoslavia en la década de los 90 fue debido a que, en efecto, eran de una complejidad extrema. La decena de pueblos, con sus respectivas lenguas, capitales y religiones, y sus conflictos complican un tema ya de por sí enrevesado. Sin embargo, dada la envergadura de la tarea, Judt sale muy bien parado y, en la mayoría de las situaciones expuestas, resuelve y expone muy bien.

    Por desgracia, y aunque su ritmo narrativo -en líneas generales- es atractivo, llego a la conclusión personal que Judt intentaba elaborar un texto más didáctico, pero dada la complejidad de la empresa, no logró conseguirlo del todo y eso puede llegar a decepcionar. De todos modos, hay que reconocer el mérito de crear un volumen altamente digerible a pesar de su extensión y temática. Acerca la historia a los ajenos a ella y hace reflexionar, no sólo sobre los protagonistas de los hechos, sino sobre lo que subyace bajo ellos y sobre ellos, como puede ser la ideología, el dogma, o las motivaciones personales o políticas. En este aspecto, Judt se merece una sincera y póstuma felicitación acompañada de profundo agradecimiento.

    ¿Qué le falta a Postguerra y qué le puede sobrar? Es comprensible que en una parte del texto, Judt haga un extenso análisis sobre la producción cultural de su país natal: Gran Bretaña. Pero resulta injusto que se le de un mayor tratamiento a estas cuestiones menos influyentes en los acontecimientos históricos, que a otras como la descolonización o, volviendo al debate de los comentaristas, la transición española, de la que se ve que podría haber dicho mucho más de lo que dice.

    ¿Lo mejor y lo peor? Resulta muy destacable el análisis que hace sobre los movimientos nacionalistas europeos. Así como su visión crítica que ofrece sobre las doctrinas políticas que se pusieron en marcha durante la inmediata postguerra -la dicotomía clásica entre el Este comunista y el Occidente capitalista-. Sin embargo, lo menos bueno puede ser el agotamiento de ciertos temas en detrimento de otros menos explotados.

  29. David dice:

    Una obra monumental. Todo licenciado en Historia debe tenerla en su biblioteca.

  30. RAFAEL CAÑETE FUILLERAT dice:

    Estoy comenzando el libro de Tony Judt y ya estoy notando cierta tendenciosidad en el tratamiento del algunos asuntos.
    Por ejemplo, en la valoración o descripción que se hace de las bajas humanas civiles en los distintos países europeos de los dos bandos… Me parece válido que, a fin de contrarrestar/equilibrar tanta bibliografía sobre la crueldad de los nazis sobre la población civil de la mayoría de los países eslavos, Judt conceda dos páginas redactadas en tonos superlativos a denunciar la violencia del Ejército Rojo sobre la población civil en su avance por Polonia y Prusia (frente a unos pocos párrafos para describir la crueldad de las tropas nazis en los países eslavos y, especialmente, contra la población civil de los eslavos soviéticos)… Como guinda de la descripción de este escenario horripilante fusila la cita de un diplomático estadounidense que, al parecer, observó las consecuencias, aunque no creo que fuera un comentarista de lo más objetivo (seguro que no vió in situ los crímenes nazis en territorio soviético, además de con toda probabilidad su juicio estuviese impregnado de férreo prejuicio anticomunista)… Pero es que, ya digo, aún permitiéndole a Judt este dislate, aunque sólo sea en aras de hacerle compensar «la balanza del horror», las mismas cifras que da (fiables) de muertos civiles (20 millones en la URSS (aunque él habla de Rusia) frente a los 2,3 millones en Alemania) denota la asimetría compartida por los demás historiadores…
    Existen otros elementos que denuncian la arbitrariedad interpretativa de Judt: cuando habla de las muertes civiles en territorio soviético, Judt hace tres grupos de sus potenciales asesinos: las tropas nazis, el avance soviético y la acción de los partisanos. Pero los partisanos y los soviéticos reprimieron duramente a la población civil sólo en la Ucrania occidental (Galitzia y Volinia), porque aquí las tropas irregulares ucranianas de Stepan Bandera colaboraron claramente con el ocupante alemán… Es decir, que la gran mayoría de esos 20 millones de civiles soviéticos muertos lo fueron a manos de los nazis (por mucho que Judt reparta culpas entre ejército rojo y partisanos)… Sin embargo, los 2,3 millones de civiles alemanes muertos supongo que se repartirían por todo el territorio alemán y durante los 4 años que duró la guerra, cuando se sabe que el Ejército Rojo avanzó poco más allá de Berlín y que la ofensiva Vístula-Oder-Berlín se desarrollo en apenas tres meses (12 de enero a 20 de abril de 1945)… Es decir, que una pequeña parte de esos 2,3 millones de civiles fueron muertos a manos de soviéticos…
    Olvida Judt también que una gran parte de la población civil alemana comulgó con las teorías racistas de Hitler… El odio de la población alemana hacia la población soviética (la eslava también era considerada una subraza) era infinitamente mayor que la que podría tener la población soviética contra la alemana.
    Y olvida también Judt que los agresores fueron Alemania y los alemanes y no la URSS y los soviéticos.

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