ALEJANDRO MAGNO – Gisbert Haefs
19 dEurope/Madrid enero dEurope/Madrid 2011«El nuevo día de Alejandro, cuando guió el barco regio a través del Helesponto, fue su primer día en Asia. Y su último día en la Hélade. Él fue su propio Caronte, como corresponde a un rey, y el Helesponto fue su Estige. Pues ese día murió Alejandro.»
Me siento ante el folio en blanco reflexionando acerca de la enormidad de las páginas que acabo de dejar atrás. Dudo de mi capacidad para reseñar una obra tan vasta y compleja como ésta pero, quizás, mi audacia supera a mi cordura y me aventuro a dar una opinión, nunca ligera y sí muy subjetiva y personal como son siempre las opiniones. Respetuosa, eso sí, al fin y al cabo con la opulencia de dos volúmenes que se acercan a las mil páginas y que no son, ni mucho menos, una lectura liviana ni insustancial. Es posible que se trate de una chifladura, pero allá voy. Espero me sea perdonado el atrevimiento.