MARCO ANTONIO – François Chamoux

MARCO ANTONIO - François Chamoux«…el ruido producido por una multitud que parecía gritar: “¡Evohe!”…»

Igual que los Julios se proclamaban descendientes de Venus, los Antonios reclamaban su ascendencia mítica del tronco de Heracles a través de Anton. Aunque la familia sobrevivió a la caída de su miembro más famoso, el Senado prohibió que ningún Antonio volviese a recibir el nombre de Marco. Roma nunca despreció el valor político del pasado.

Esta biografía, aparte de un recorrido cronológico basado en las fuentes, trata de describir un gran proyecto helenístico que atribuye a Marco Antonio, pero sin resultar del todo convincente. En realidad lo que logra el autor es evidenciar la preferencia del triunviro por la cultura helenística, lo cómodo que se sentía entre los déspotas de oriente, y sobre todo su falta de planificación, sus carencias como político y líder militar, y lo débil de su concepción del nuevo oriente que iba trazando junto a Cleopatra. En realidad el proyecto de Antonio no termina de dibujarse con claridad: ¿Pretendía fundar su super-estado helenístico, apoyado por estados menores y aliados, que equilibrase el poder de Roma sobre el mediterráneo? ¿Para qué? Las explicaciones del autor pueden intentar desmontar el andamiaje de la supuesta propaganda de Augusto contra Antonio, pero son insuficientes para justificar que el proyecto de Antonio en Oriente tuviese mayor alcance que disfrutar de una orgía perpetua.

El problema para una biografía de Marco Antonio es que el material solo empieza a ser interesante a partir de su nombramiento como Magister Equitum. De su desempeño en la guerra de las Galias no sabemos prácticamente nada, aunque lo suponemos eficaz, a la luz de la confianza que César mostrará luego en sus dotes militares. Del resto de su vida, tenemos sobre todo la sospecha de que las fuentes pecasen de parciales hacia la figura de Augusto. Pero a falta de alternativas más sólidas, tendremos que confiar en lo que tenemos a nuestra disposición antes que elevar castillos en el aire. (El autor, sabiamente, nos previene contra la especulación sin fundamento en el campo de la historia. En cambio, no tiene nada en contra de la especulación con fundamento.)

Y como es evidente, uno no afronta el trabajo de escribir una biografía de alguien por el que no siente simpatía o interés. Así pues el tono general de la obra es positivo, una valoración generosa del supuesto proyecto alternativo de Marco Antonio que es derrotado en Actium.

MARCO ANTONIO
FRANÇOIS CHAMOUX
EDITORIAL CARALT

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72 comentarios en “MARCO ANTONIO – François Chamoux

  1. Balbo dice:

    Buena reseña, don Urogallo. Siempre me ha fascinado la figura de Marco Antonio, y más despues de verla en la magnifica serie de «Roma». Con respecto a lo de sus luchas en la Galia tienes razon, datos anteriores son dificiles de encontrar. Lo unico que he podido encontrar de esa época son fabulaciones de literatos como por ejemplo en la saga de la Macu. Siempre he tenido la sensacion de que Marco Antonio vivió a la sombra de Cesar y que esa sombra fue muy alargada.
    Buenisima y concisa reseña. Directa y ejemplarizante. Felicidades Uro.

  2. cavilius dice:

    De este François Chamoux tengo por casa una Historia de la civilización griega bastante apañadita. No sabía que también coqueteaba con el lado oscuro.

  3. Vorimir dice:

    Interesante reseña Urogallo, buenos libros sobre ilustres romanos nunca están de más. :P

  4. farsalia dice:

    La biografía de Chamoux es una de las mejores con que contamos (y no hay muchas), con sus pros y contras ya señalados. Como pro añadido, su amenidad, de principio a fin. Difícil de encontrar, apenas en librerías de segunda mano, plantea esa idea del príncipe helenístico, que como señalas, hay que tomársela de aquella manera.

    Interesante, muy interesante.

  5. Tasos dice:

    Buena reseña, estupenda obra e interesantísimo personaje segundón nos traes a la palestra, Uro. Marco Antonio despierta en mí sensaciones contradictorias; me produce también fascinación pero provoca a la vez desengaño y frustración.

    Cuando afirmas que «el Senado prohibió que ningún Antonio volviese a recibir el nombre de Marco», más bien habría que decir «Octaviano prohibió …» ¿no?

    Coincido contigo en que ese presunto proyecto helenístico de M. Antonio, según el autor, no es totalmente convincente pero ¿no sería más bien un proyecto de Cleopatra al que se suma Antonio dado su encandilamiento con el Oriente helenístico? ¿No podría ser que Antonio creía a la enorme República Romana ingobernable tras tantas guerras civiles? Divagaciones…

    Sobre su experiencia militar temprana se habla a partir del 57 del servicio con el proconsul Gabinio el cual lo nombra ya praefectus equitum;
    >campaña judía en Palestina, intento de intervención en Partia e intervención en Egipto.

    El autor también menciona el peso de Antonio en la guerra contra los cesaricidas, Filipos fue una difi¡ícil victoria de Antonio.

    Chamoux creo que deja bastante claro el daño que hizo la propaganda octaviana a Antonio. Tambíen anuló a otros posibles descendientes de César.
    Augusto fue muy hábil rodeándose de gente muy valiosa y acumulando gran poder en su principado-pseudorepública. Y el invento le salió bien, claro está.

    Saludos y gracias por la reseña, Urogallo.

  6. Urogallo Antonio dice:

    ¡ Bravo Balbo !. Que gran acierto incluirlo en la portada. Creo que la serie captó astutamente el espíritu del hombre: Ambición, fuerza descontrolada, y carencia de método.

    Tasos, Tasos, recuerda las palabras de Tiberio sobre el Senado: «Que buen siervo». El acto fué suyo. Por supuesto que la decisión ya estaba tomada, pero al contrario que Marco Antonio, Octavio fué un maestro de las apariencias.

    La cuestión «Cleopatra» es interesante, y solo puedo dar mi opinión. Para los romanos estaba claro, aquella ramera que representaba todo lo que ofendía su recto sentido del orden y la tradición ( Una mujer gobernante, de descendencia helénica, sobre una nación bárbara que adoraba a seres con cabezas de animales) había corrompido a un noble varón romano para poder manipularlo. Esto, obviamente, implicaba una acusación todavía peor sobre Antonio, aparte de disoluto y traidor: ¡ Se dejaba manipular por una hembra !. ¡ Una hembra extranjera !. ¡ Infame !.

    Pero en la realidad objetiva parece mucho más claro que Antonio entronca con un figura mucho menos específica y más universal: La del aventurero militar.

    Considero, personalmente, que carecía por completo de proyecto. Y esto porque su proyecto de un «Este» Helenistico, cambia tras conocer a Cleopatra en un «Este» Egipcio, ligado a descendientes suyos.

    Antonio, para todo, carecía de planes más allá del aquí y el ahora. ( Veánse sus desastrosas campañas militares).

    Gracias a tí por leerla Tasos.

  7. Urogallo Antonio dice:

    Por cierto, que el acierto en la portada es todo de Nuruialwen.

  8. metauro dice:

    Creo que Urogallo SÍ que siente simpatía e interés por Antonio :D

  9. Urogallo Antonio dice:

    Lo reconozco. Uno no se lee biografías de personajes que no le interesan. :D

  10. cavilius dice:

    Después de consultarlo en casa, corrijo el título que di antes (que sé que todos estáis pendientes de ese dato y no de la vida del tal Marcus Antonius): François Chamoux publicó hace demasiados años en Francia La civilisation grecque a l’époque archaique et classique, que en España se tradujo décadas después como La civilización griega (Editorial Óptima, 2000).

    De nada.

  11. José dice:

    Fantástica reseña. Enhorabuena

  12. APV dice:

    Urogallo, estoy de acuerdo contigo, a Antonio le faltaba perspectiva para un planteamiento a gran escala, por lo que parece que eran sus mujeres las que aportaban esa visión (Fulvia, Cleopatra).

  13. Antígono el Tuerto dice:

    Bueno, bueno, una biografía de uno de los personajes más interesantes de la República Tardía, el archiconocido (y deformado por la propaganda y el romanticismo decimonónico y del otro) Marco Antonio. A mí el personaje desde luego me fascina, mucho más que el tan ponderado Octavio (Augusto) aunque sus visiones no eran tan distinitas; ambos buscaban un poder personalista que hubiera acabado tarde o temprano con aquella república ya moribunda (de hecho la vieja Roma republicana muere con Bruto), y de haber ganado él, el Imperio habría surgido de todas formas (si bien con capital en Alejandría y mucho más helenizado en el principio); aunque sería interesante ver como se hubiese resuelto la sucesión entre el César Antonio y su descendencia; y Cesarión.
    «justificar que el proyecto de Antonio en Oriente tuviese mayor alcance que disfrutar de una orgía perpetua.»
    Tampoco me parece mal proyecto de vida ;-)
    Quien pudiese.

  14. Urogallo dice:

    Correcto APV. Lo más asombroso de todo es que Antonio creyese en algún momento que su proyecto de un gran Egipto con numerosos territorios vasallos tendría algún futuro tras su muerte. Ya me parece sorprendente que creyese que tendría exito durante su propia vida.

    Como romano, es absolutamente incomprensible que no conociese a sus propios ciudadanos.

  15. APV dice:

    De todas formas según Suetonio se rumoreaba que César ya había valorado el proyecto de trasladar la capital a Alejandría o a Troya; al final estaría en la orilla de enfrente del Bósforo unos 374 años después.

    De todas formas a mi no me parece asombroso que Antonio lo creyese, acaso Sila no creía que su reformulación del modelo aristocrático de República iba a durar sin que nadie hiciese lo mismo que él.

    Respecto a a los hijos de Marco Antonio, todo dependía de cuando muriese, pues en el año 30 a.C. los hijos de Cleopatra eran aún menores, mientras los de Fulvia ya estaban en la adolescencia.
    Respecto a Cesarión siempre podía quedar dentro de la familia casándolo con alguna de las Antonias o con su hermanastra Cleopatra Selene (al estilo egipcio).

  16. Urogallo dice:

    Sobre la comparación entre Antonio y Augusto, creo que está muy forzada. El regimen de Antonio era personalista, en el sentido que estaba basado en su personalidad. No buscaba formulismos exteriores. Estaba apoyado en que el era el comandante de unas legiones ligadas a el por un vinculo personal, y punto.

    Augusto era lo contrario. Era el maestro de las formas externas, y aunque sus legiones tenian el mismo vinculo personal, al menos trató siempre de que no fuese demasiado evidente.

  17. Tasos dice:

    Coincido en gran parte con las afirmaciones últimas de Antígono «Monoftalmo», APV y Uro. De hecho esa bipartición del Imperio se dio en la Antigüedad tardía ¿no?

    Augusto y Antonio chocaban sobre manera porque en el fondo tenían un objetivo muy similar, pero en las formas el primero era un maestro y el segundo un toro de lidia…

  18. Urogallo dice:

    Yo creo que el objetivo estaba sobre todo en la mente de Octavio. A la larga Octavio tenía las provincias donde se reclutaban las tropas, y más posibilidades de influir sobre Roma. Antonio tenía el dinero, pero sus recursos militares tenderían a disminuir inevitablemente, lo que nos indica que sus proyectos no eran a largo plazo, y que se conformaba con la cuota de poder que ya tenía, siempre que Octavio le dejase en paz.

  19. Tasos dice:

    Con lo del objetivo me refiero a que ambos aspiraban a heredar el legado de César; Augusto por derecho y Antonio de hecho. Visto que Octavio llevaba las de ganar y que Antonio sufría continuas deserciones, éste aceptaría con gusto la mitad del pastel.

  20. Antígono el Tuerto dice:

    Antonio era, si no me falla la memoria, primo de Julio César; y Octavio era sobrino-nieto, así que el asunto quedaba en familia (y eso sin meter a Cesarión, hijo de César y por tanto el más legitimado para hacerse cargo de su herencia).
    De todas formas hay que tener en cuenta que por mucho que Antonio se le haya colgado el sambenito de bufón borracho, lo cierto es que era muy admirado y querido por sus legionarios (más de lo que nunca fue Octavio que no logró congeniar con el soldado medio) y mejor militar que Augusto (claro que Octavio no era el genio de la guerra que fue su tío abuelo, ni siquiera llegaba a mediocre) la suerte de Augusto fue contar con Agripa que le daba ciento y raya a Antonio.

  21. Tasos dice:

    Ahí le has dado Antígono. Augusto no dejó de ser nunca un patricio, un aristócrata, criado con todas las comodidades, pero era inteligente y bien formado y supo rodearse muy bien. La visión de un Antonio bufón y descerebrado se la debemos mucho a la propaganda octaviana de cuando «el chico» era ya Principe. El temple de Antonio como político se vio justo después del asesinato de Julio César. Evitó una degollina o guerra civil inmediata. Y por supuesto que era mejor militar que Augusto. En Actium debió combatir por tierra pese a que su abastecimiento flojeaba. En el mar estaba Agripa…

  22. Urogallo dice:

    Un bufon borracho lo tiene muy fácil para ser querido por sus soldados…Aunque los llevase a un desastre en Partia.

  23. Antígono el Tuerto dice:

    Los desastres en Partia-Mesopotamia no fueron sólo patrimonio exclusivo de Antonio; muchos emperadores romanos se estrellaron allí, de hecho el propio Augusto no siquiera lo intentó, envió una embajada reconociendo el dominio parto en la zona Tigris-Eúfrates; en lo que fue una auténtica bajada de pantalones por parte romana.

  24. Tasos dice:

    Estoy contigo Antígono. En Partia se había estrellado Craso; Antonio llevó acabo dos campañas -¿inspiradas en la que pretendía César?-, la retirada en la 2ª suele considerarse ejemplar. Y por otra parte Roma encontró la horma de sus caligae en partos y después en los persas sasánidas. El gran Trajano fue el que más logros alcanzó allí y así y todo fue un éxito efímero.

  25. Urogallo dice:

    Una bajada de pantalones o una constatación de que avanzar en los desiertos no ofrecía nada interesante en un momento de consolidación general. Era una campaña difícil, pero es que Antonio, al que se le supone que su punto fuerte era su condición de militar, no dió una.

    Una retirada ejemplar…Como decía Churchill, «Las victorias no se consiguen marcha atrás».

  26. Antígono el Tuerto dice:

    En realidad los partos y sasánidad fueron un hueso duro para los dientes de la loba romana; tal es así que tras el fiasco de Trajano no volvieron a intentar una guerra serie contra los persas; lo que demuestra que los romanos no eran Alejandro.
    Pero Antonio al menos lo intentó.

  27. Tasos dice:

    Eso es, Antígono. Y “Las victorias no se consiguen marcha atrás” pero se pueden evitar debacles que también es algo muy sabio; un ejército que se retira obligado por diversas circunstancias puede combatir otro día, vencido poco o nada puede hacer…

  28. Antígono el Tuerto dice:

    Esto parece un partido entre los fans de Antonio y los de Octavio ;-)
    Y todavía no hemos felicitado a Urogallo por la reseña, que para no gustarle Antonio se ha leido su biografía.
    Lo dicho felicidades por la reseña Uro; y no le tengas tanta inquina a Antonio, al fin y al cabo él también era romano…a menos que opines como Octavio, «sólo hay un tipo de romanos, ¡los míos!».

  29. Urogallo dice:

    Antígono, las ruinas de Ctesifonte te dicen que te equivocas, igual que las sombras de Septimio Severo y Avidio Casio. Si hasta Heraclio les dió la del pulpo a esos melenudos.

    ¿Cuanta veces tomaron ellos Roma?.

    ¿Yo he dicho que no me gustase Antonio?. De hecho era mi personaje favorito en ROMA. Mucho más que el estreñido Octavio.

  30. APV dice:

    De todas formas Antonio no era ningún genio militar, un buen subordinado si pero un comandante capaz no, su historial lo forman derrotas, sangrientas victorias o atribuirse la victoria de subordinados eficaces (como Ventidio).
    Octavio no era militar y lo sabía para eso dejaba la gestión de las campañas a quienes si lo eran, encargándose él de la alta dirección: logística, recluta, fuerzas a emplear, objetivos generales.

  31. Antígono el Tuerto dice:

    Bueno, Octavio no suele salir bien en casi ningún libro o película de este período.
    Respecto al asunto parto-sasánida, el problema era precisamente ese, los romanos tomaban Ctesifonte y a partir de ahí se quedaban sin ideas, no iban más allá, no perseguían al monarca ni acababan con él; no tomaban el resto del imperio. Simplemente saqueaban la capital y regresaban a sus posiciones, y vuelta a empezar con la historia; Alejandro no habría cometido ese error, él no dejaba las cosas a medias.
    Respecto a Antonio, evidentemente no era el genio de la guerra que él creía, era un general simplemente mediocre, pero Octavio no llegaba ni a eso (en Filipos fue Antonio quien tuvo que hacerle el trabajo); en esta época el genio era Agripa, de hecho yo nunca entendí que tras la muerte de Antonio y Cleopatra, Agripa no aprovechase para deshacerse de Octavio y tomar él el mando de Roma.

  32. Urogallo dice:

    Es que Octavio lo tienen chungo como personaje de acción. Los niñatos enfermizos, o peor, los burocratas sin brillo, no son buenas opciones para producciones épicas.

    Alejandro cometió errores peores, para empezar, solo hay que ver como los romanos necesitaron seguir resolviéndo el problema abierto una y otra vez. Era una cuestión de líneas de comunicaciones demasiado extensas y de un territorio incontrolable para una potencia basada en la infanteria. Los romanos podrían haber seguido avanzando, por supuesto, pero el precio de ocupar el territorio habría sido astronómico. Su opción era la correcta: Les bajamos los humos cada vez que se ponen chulitos, pero no perdemos el dinero en largas ocupaciones.

    Agripa era un mindundi. Ya los vínculos de Octavio con las clases altas eran escasos, pero los de Agripa eran inexistentes. Tenía que llover mucho y montarse una guerra civil catastrófica para que alguien de esa procedencia social se plantease el poder absoluto ( Vespasiano).

  33. Tasos dice:

    Antonio era un buen lugarteniente, en eso estamos de acuerdo casi todos, nadie lo encumbra a genio militar. Y el Antonio de «Roma» está inolvidablemente representado/recreado.

    Agripa sería muy consciente de su estatus social y nunca se le ocurriría levantarse contra Augusto, me parece a mí. Su habilidad naval es indiscutible, sino que se lo pregunten a Sexto Pompeyo.

    Alejandro, Uro, no buscaba aniquilar todo vestigio de las civilizaciones persas, más bien dominarlas y asimilarlas parcialmente.

  34. farsalia dice:

    «en esta época el genio era Agripa, de hecho yo nunca entendí que tras la muerte de Antonio y Cleopatra, Agripa no aprovechase para deshacerse de Octavio y tomar él el mando de Roma.»

    Bueno, genio militar hasta cierto punto. Buen organizador pero poco dado a jugársela sin tener su espalda bien cubierta. Tanto en Nauloco como en Actium se limitó a desgastar al ejército y a la armada rivales antes de plantear una batalla que, visto lo visto, la tenía ganada en el tablero. Y jamás habría sido aceptado por la nobilitas romana como un igual. Octaviano podía lucir parentesco y adopción, Agripa ni siquiera un nomen latino; hasta Antonio podía presumir de ser alguien aceptado por las principales familias.

    Antonio: militar bastante más creativo que Agripa, pero mucho menos disciplinado. Y un político que supo aunar en su partido a los restos de la nobilitas quebrada en Farsalia y Filipos, mientras que Octaviano prefirió crear su propia nobilitas, adecentada con lo que pudo salvar del viejo bloque cesariano, los que finalmente abandonaron a Antonio y algún relumbrón patricio. Pero siendo el heredero de César ya tenía más que suficiente para empezar.

    Como príncipe helenístico Antonio se quedó en la vacuidad del nombre, sin entender que los títulos caducan pronto y que el poder de un triunviro fuera de Roma sirve de poco en las provincias sin una base estable en la capital. A priori, parecía el más beneficiado tras Filipos, pero con el tiempo perdió el nexo con la esencia del poder en Roma, algo que Octaviano siempre supo conservar hasta el momento de la ruptura. Pensando que Oriente sería la base de su poder, no supo entender que las guerras civiles se ganan desde, para y por Roma.

  35. Antígono el Tuerto dice:

    «Es que Octavio lo tienen chungo como personaje de acción. Los niñatos enfermizos, o peor, los burocratas sin brillo, no son buenas opciones para producciones épicas.»
    Je, je, que malvado; aún así hay que reconocer que era un burócrata eficiente.
    «Alejandro, Uro, no buscaba aniquilar todo vestigio de las civilizaciones persas, más bien dominarlas y asimilarlas parcialmente.»
    Alejandro lo que buscaba era crear un imperio; el Imperio de Alejandro, sólo pensaba en si mismo, ni en persas, ni en griegos; su megalomanía y egocentrismo eran inmensos, colosales; vamos que estaba encantado de haberse conocido.
    Y respecto a Agripa, bueno, podía haber montado una nueva guerra civil y haber desatado una purga como la que hizo el segundo triunvirato contra sus rivales; otra cosa es que no lo hiciera.

  36. farsalia dice:

    ¿UNa nueva guerra civil? ¿Para qué? ¿Y, sobre todo, quién le habría apoyado? Porque, si nos ponemos en la piel de la élite del momento, ¿quién era Agripa? Nadie. Y sin Octaviano, menos aún.

  37. Antígono el Tuerto dice:

    Siempre podría haber recurrido al éjercito; aunque es cierto que la élite no le habría apoyado.

  38. farsalia dice:

    El ejército seguía fielmente al hijo de César, no a Agripa.

  39. farsalia dice:

    Aparte de que a Agripa no se le habría pasado por la cabeza encabezar un ejército contra su creador.

  40. Antígono el Tuerto dice:

    Es cierto, con tanta propaganda cesariana, se me olvidaba; el sucesor tenía que ser legítimo heredero de César; por eso la obsesión de Octavio de acabar con Cesarión.

  41. Urogallo dice:

    Cesarión no era legítimo….

  42. farsalia dice:

    … ni posible heredero siquiera.

    No es que fuera propaganda cesariana: los soldados de César seguirían a su hijo, a nadie más. Agripa no era un símbolo, ni de lejos.

  43. Antígono el Tuerto dice:

    Si mal no recuerdo César pretendió hacer una norma que le permitiese proclamar legítimos todos los hijos que tuviera con otras mujeres (aparte de su esposa legal); además Antonio pretendía escudarse en Cesarión como artimaña para su asalto al poder, pretendía hacer ver que protegía el legado de César.
    Otra cosa es las posibles alternativas a esa Historia; si lo habrían aceptado las legiones (el Senado tras la purga del triunvirato poca independencia tenía ya) y los patricios romanos, y como habría acabado esa simbiosis del títere Cesarión y Antonio como poder en la sombra (con Cleopatra detrás, claro).

  44. farsalia dice:

    César quería proclamar muchas cosas, pero se lo cargaron, así que las intenciones se quedan en eso, en intenciones, no en hechos. Ni Roma ni especialmente el «partido» cesariano habrían aceptado al hijo de una extranjera como heredero no sólo de una fortuna sino también de un nomen, con todo lo que ello conlleva. Ni siquiera Antonio se tomó en serio el asunto Cesarión hasta, mira por dónde, pasados casi diez años, en otras circunstancias; aparte de que Antonio se considerba a sí mismo en marzo del 44 a.C. heredero de César.

    Ni los soldados de César, ni los amigos y confidentes de éste, ni Roma en general habrían aceptado a Cesarión; lo demás es novela histórica.

  45. Urogallo dice:

    Un monstruo hijo de una ramera extranjera, producto de generaciones de matrimonios incestuosos entre tiranos asiáticos, criado en una corte degenerada…Sí, cualquier patricio estaría encantado de seguirle.

  46. Antígono el Tuerto dice:

    La leche Urogallo; parece que lo conocías en persona ;-)

  47. Antígono el Tuerto dice:

    Por otra parte siempre me sorprendió que con tantos matrimonios incestuosos entre hermanos no surgiese ningún «Carlos II» en la familia; o que siguiese habiendo más Ptolomeos; el incesto a la larga deja marca genética.

  48. Urogallo dice:

    Le presté unos cuantos talentos, y todavía estoy esperándo que me los devuelva.

    Yo siempre he meditado sobre lo mismo. Para mí que lo del incesto era una fula, es imposible que esa carga de incesto no se cargase la dinastía en tres generaciones.

  49. farsalia dice:

    Lo que se dice muy sanos no estaban… en todos los sentidos.

  50. Tasos dice:

    «Un monstruo hijo de una ramera extranjera (y posiblemente de uno de los romanos más grandes), producto de generaciones de matrimonios incestuosos entre tiranos asiáticos…»

    Vaya, vaya, Urogallo, le tienes extrema tirria a la reina Cleopatra que al perecer, aunque no fuese muy guapa, poseía amplios conocimientos; ciencias de la época, numerosos idiomas y ciertas destrezas políticas que buscaban que los lágidas perdurasen.
    Tengo leído, no recuerdo donde, que lo del incesto era más bien un formulismo teórico, no práctico. La prueba está en la no degeneración física y psíquica del linaje ptolomaico. Aunque por otro lado la desidia y la molicie nunca fueron muy sanas para gobernar… pero esa ese es otro cantar.

    «…la obsesión de Octavio de acabar con Cesarión.»
    Y tampoco se volvió a saber nada en esos años tardorrepublicanos de un primo de César -¿cómo se llamaba?- que podría obstaculizar el «cursus honorum» ;) de Octaviano ¿no es así?

  51. APV dice:

    Sería díficil a Agripa levantar un ejército contra Octavio sobre todo porque éste era un experto en sobornar y robar legiones a los demás.

  52. Tasos dice:

    Cierto, cierto, que se lo pregunten a Antonio en la Guerra de Mutina… Aunque muchos legionarios estarían desconcertados entre Marco A. o el advenedizo de Octaviano pues los dos eran hombres de César.

  53. Antígono el Tuerto dice:

    Sobre el incesto, se publicó el año pasado un artículo del National Geographic sobre los problemas genéticos del incesto en la familia faraónica de Akhenaton; concretamente se centraban en el último miembro de la dinastía, el famoso Tutankhamon, y llegaban a la conclusión de que los problemas de salud que causaron su temprana muerte estaban relacionados con el incesto de sus padres y abuelos.
    «la reina Cleopatra que al perecer, aunque no fuese muy guapa, poseía amplios conocimientos; ciencias de la época, numerosos idiomas y ciertas destrezas políticas que buscaban que los lágidas perdurasen.»
    Bueno, sobre eso la Historia siempre se repite; no importa lo culto o lo refinadamente artístico y filosófico que seas, al final el que domina y escribe la historia no es el más cultivado, sino el que tiene la espada; y en este caso los romanos podían ser un poco brutos (más que los griegos) pero eran los que tenían la espada, y por consiguiente los que determinarían el futuro.

  54. Urogallo dice:

    Sí, ¿No os parece que algo parecido les pasó a los espartanos?. Si no le llegan a echar una mano a esos relamidos atenienses…

  55. APV dice:

    Tasos, piensa lo que pasó a las legiones de Lepido, una de las mayores deserciones de la Historia.

  56. Tasos dice:

    Exactamente ¿te refieres a cuando lo ningunean y lo expulsan del triunvirato?

  57. Urogallo dice:

    Le dejaron un puesto oficial como compensanción. Le pudo ir peor.

  58. Antígono el Tuerto dice:

    Sí, le podía haber ido peor; los miembros del bando republicano no tuvieron tanta suerte.
    Octavio no era de aquellos que se andaban con chiquitas, el propio Antonio lo sabía, por eso prefirió quitarse de en medio.

  59. Urogallo dice:

    Yo creo que Antonio ya estaba más allá de toda redención, por muy clemente que hubiese podido ser su rival.

    Aparte de si su orgullo le hubiese permitido la rendición incondicional.

  60. Antígono el Tuerto dice:

    Ninguno de los cesarianos era trigo limpio; y la mayoría escasemente redimibles.
    Quizá tengan razón algunos historiadores que dicen que la morir Bruto, el último de los republicanos, murió el último de los romanos…o de los romanos auténticos.

  61. farsalia dice:

    Eso no tiene ningún sentido…

  62. Antígono el Tuerto dice:

    Puede que no…pero eso no impide para que a veces lo saquen así como quien no quiere la cosa; en los innumerables artículos publicados sobre el asesinato de César y sus consecuencias con que recurrentemente nos «sorprenden» las revistas de Historia siempre aparece esa frase tan dramática.
    Era una idea muy corriente en los siglos XVIII y XIX, durante las revoluciones francesa y americana (ambos estados se miraron en el espejo de Roma); incluso durante la expedición a Egipto uno de los miembros del Estado Mayor de Napoleón comentó del país del Nilo: «Allí fue donde la república de la gloria se convirtió en el imperio de la depravación» refiriéndose a César y Cleopatra…ya se ve, parece el guión de la Guerra de las Galaxias ;-)
    Esa idea de los ilustrados y revolucionarios aún permanece en la cultura popular…aunque la Historia no fuera tan absurdamente maniquea, ni la república tan gloriosa, ni el imperio el antro de depravación y maldad que se nos ha vendido desde Gibbon.

  63. Urogallo dice:

    No obstante era una manipulación interesada y práctica de la historía, que respondía a sus propios fines. La idea de que una república corrupta sería siempre preferible a la más virtuosa de las dictaduras ( ¿Os suena el argumento?) era muy valiosa en un momento en que las débiles repúblicas combatían el poder de los reyes.

  64. Vorimir dice:

    ¿Star Wars? :P

    Anda que vaya aportación a tan interesante conversación. XD

  65. APV dice:

    Y Napoleón tomó nota Antigono, y siguió el guión cónsul, triunvirato, primer consul, emperador.

    Urogallo, la frase también es del discurso de Graco en la película Espartaco.

  66. Urogallo dice:

    No también APV, únicamente. A Vorimir le ha perdido el frikismo. :D

  67. farsalia dice:

    «Puede que no…pero eso no impide para que a veces lo saquen así como quien no quiere la cosa; en los innumerables artículos publicados sobre el asesinato de César y sus consecuencias con que recurrentemente nos “sorprenden” las revistas de Historia siempre aparece esa frase tan dramática.»

    Qué esperas de artículos de revistas divulgativas… pero sigue siendo algo sin sentido. ¿Trigo limpio? ¿Redimibles? Eso en una novela queda muy bien, ¿pero en un ensayo, por muy divulgativo que sea?

  68. Antígono el Tuerto dice:

    «sigue siendo algo sin sentido. ¿Trigo limpio? ¿Redimibles? Eso en una novela queda muy bien, ¿pero en un ensayo, por muy divulgativo que sea?»
    Bueno, ya se sabe la manía que tienen algunos de usar la Historia como vehículo de sus opiniones personales, o hacer con ella lecturas políticas o símiles actuales…es una tendencia no sólo de revistas de Historia sino también de documentales y libros divulgativos. Sobre todo documentales de cierto canal de TV que no mencionaré ;-)
    «Y Napoleón tomó nota Antigono, y siguió el guión cónsul, triunvirato, primer consul, emperador.»
    Napoleón (como todos los revolucionarios franceses) estaba alucinado por la Historia de Roma, asimilaba Francia a la República de Roma…si hasta decían que Inglaterra era la moderna Cartago; la verdad es que la obsesión de los Ilustrados por hacer paralelismos con la Antigüedad acababa en auténticas locuras.

  69. farsalia dice:

    Ya, conozco la manía, pero no son expresiones afortunada para un debate serio.

  70. Antígono el Tuerto dice:

    Supongo que lo hacen para llegar al público en general.

  71. farsalia dice:

    Divulgarizaciones sin sentido…

  72. Desde luego he leído todo lo habido y por haber que se ha escrito sobre mí a lo largo de los siglos, y la verdad es que la obra del profesor Chamoux es sin duda la que más se aproxima a mi y mi visión, aunque evidentemente con sus luces y sus sombras.

    Me gusta saber que sigue habiendo gente que valora la Historia, ya no sólo porque sea la que más les hayan repetido cuando eran pequeños, sino porque os habéis dado cuenta de que jamás hay buenos y malos en la Historia, sino sólo vencedores y vencidos. Y todos sabemos quiénes son los que al final siempre escriben la Historia (¿O debería decir «su Historia»?).

    Todo problema se puede (y se debe) analizar desde varios prismas, jamás bajo el dogmatismo de una postura definida y siempre en busca de la postura propia. La mayor parte de las guerras de la humanidad siempre han sido resultado del fanatismo, el extremismo o la adulación a una persona que al final resulta ser distinta a como se pensaba que podría ser en un principio.

    Me alegra saber que tras dos milenios el mundo comienza a evolucionar, aunque lentamente, de manera incesante hacia un futuro que, espero, pueda recordar nuestros errores del pasado para no tener que volverlos a repetir.

    Y la verdad es que no sé por qué me ha salido este post tan extremadamente filosófico, pero bueno, supongo que será porque el hecho de que alguien se acuerde de tí y escriba tu vida es algo muy enternecedor.

    Un placer leeros, y espero que alguno se anime a seguirme en Twitter junto a otros tantos ilustres romanos que por allí moran (@MarcvsAntonivs3).

    Un cordial saludo,

    Marcvs Antonivs, Marci Filivs, Marci Nepos.

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