LOS TEMPLOS GRIEGOS – Tony Spawforth

Los templos griegos…El ser los griegos de una misma sangre y lengua, el tener comunes los templos y sacrificios de los dioses y semejantes las costumbres… ”.
Herodoto, Historia.

Este es, hasta donde yo conozco, el estudio más completo (arriesguémonos: el único) publicado en España sobre arquitectura templaria griega. El esfuerzo lo ha llevado a cabo Tony Spawforth, gran especialista del mundo clásico, quien ha sabido conjuntar un texto ameno con unas ilustraciones magníficas. Este libro con vocación de manual (el título original es The Complete Greek Temples) hace un recorrido por todos los aspectos (sociales, culturales, económicos, religiosos…) que giran en torno a las construcciones templarias columnadas que fueron levantadas a lo ancho (geográficamente) y a lo largo (cronológicamente) del universo griego, es decir: desde las primeras edificaciones, allá en la Edad Oscura (s. VII a.C.), hasta bien avanzado el período de dominación romana (s. II d.C.), y desde los templos erigidos en la Magna Grecia hasta los del norte de África, Siria o Asia Menor.

El libro juega tres bazas importantes, y no lo hace mal: las ya citadas del texto y las ilustraciones, y una tercera de reconstrucciones gráficas, también meritorias. El frontón que resulta de combinar estos tres elementos es lo suficientemente atractivo como para que decidamos encolumnarlo; es decisión del lector si las columnas han de ser dóricas, jónicas, corintias o eólicas. Por mi parte siempre he preferido, y también ahora, el estilo jonio: sencillo y sobrio, sin ser austero pero tampoco recargado, estilizado pero vigoroso. El texto encolumnado (abuso del término pero es que viene al pelo) y las más de 400 ilustraciones (130 en color, dato éste que gusta destacar a las editoriales) se distribuyen a lo largo de 240 páginas que agrada transitar, examinar e incluso leer.

La estructura de la obra es clara, amén de similar a la de un templo: en primer lugar, una pronaos que constituye casi medio libro, en la que, quizá de manera un tanto anárquica y deslavazada, se aborda el fenómeno de la construcción templaria desde muchos y diferentes puntos de vista: evolutivo (en mi opinión este aspecto se toca demasiado de soslayo, aunque se mencionan las primeras edificaciones en madera y la evolución hacia el uso de bloques de piedra tallada), conceptual (sin ningún afán de exhaustividad; se echa de menos un análisis más profundo de aspectos básicos pero necesarios en este tipo de libros, como los estilos arquitectónicos o las clasificaciones de los templos en función de su columnado), económico (cuál era el coste de erigir un templo, de los materiales…), ritual (funciones de los sacerdotes, ritos que se llevaban a cabo…), social (trabajadores que requería su construcción, influencia en la vida de la polis…). Vale la pena tener en cuenta que el templo griego era la edificación más importante con que podía contar una polis; su emplazamiento solía ser el lugar más alto o más visible, y generalmente su entrada se orientaba hacia el este para que lo primero en ser alumbrado por el sol al iniciarse el día fuera la estatua del dios que se colocaba en su interior. Existía una especie de pugna entre las ciudades por poseer el templo más grande o más hermoso, y en esto destacaron, dejando al margen el templo de Atenea Parthenos de Atenas (Partenón), los construidos en Sicilia y en la costa de Asia Menor. Evidentemente no todas las poleis griegas disponían de recursos (humanos, materiales o económicos) para construir su propio templo, y muchas se limitaron a erigir pequeños santuarios.

Siguiendo con la estructura del libro, en segundo lugar se encuentra una naos que sin duda es el plato fuerte de la obra: un catálogo de los 196 templos columnados de los que se conserva algún resto y que, según el autor, son cronológicamente identificables: tanto los que están relativamente bien conservados (en Sicilia, por ejemplo) como aquellos de los que subsisten poco más que los cimientos (el de Asclepio en Epidauro o el de Apolo en Delfos, por citar algunos), y cada uno de ellos con un breve análisis. Destaca el hecho, lógico por otra parte, de que muchos de los templos fueron construidos sobre los restos de otras construcciones templarias anteriores que en algún momento habían sido destruidas o sencillamente habían quedado inacabadas. Sirva el ejemplo del Partenón, levantado “a caballo”sobre los restos del viejo templo de Atenea, destruido por los persas en el 480 a.C., y de otro templo que había quedado a medio construir por la misma razón.

En tercer y último lugar, en el opisthodomos, las cuatro páginas de bibliografía se antojan suficientes para quien desee profundizar en el tema de la arquitectura templaria griega.

El autor, Tony Spawforth, es profesor de Historia Antigua en la Universidad de Newcastle-Upon-Tyne y conservador honorífico del Shefton Museum of Greek Art. Es también, autor de otras publicaciones sobre el mundo griego y coeditor del Oxford Classical Dictionary (publicado en español por la editorial Crítica: Diccionario del Mundo Clásico).

El libro, en fin, atesora buenas ilustraciones para el observador, buen texto para el lector y buen precio para el editor; reúne por tanto todas las condiciones para convertirse en una obra de referencia y consulta, indispensable para los amantes de la arquitectura griega.

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60 comentarios en “LOS TEMPLOS GRIEGOS – Tony Spawforth

  1. jerufa dice:

    Interesante reseña, como todas las que salen de tí. Peeeero…la arquitectura templaria griega ahora como que no, Cavi.
    Un saludo, majo.

  2. Aretes dice:

    Pues mira, a lo mejor éste sí me lo compro.
    Leí uno bastante exhaustivo sobre el foro de Roma y me parece de lo más interesante. Al cabo del tiempo las piedras siguen hablando…
    Una pregunta ¿cómo te ha dado por este tema? ¿Es que tienes algún viaje in mente?

  3. Koenig dice:

    Buenas noches.

    No es un tema exento de interés. Pero reconozco que no va el primero en la lista.

    Por cierto que ingeniosa reseña.

    Un saludo.

    Koenig.

  4. cavilius dice:

    Saludos y gracias.

    Prepara bolsillo, Aretes, que vale más que años tengo yo (calcula, calcula). Pero creo que vale la pena como obra de referencia. En cuanto a la exhaustividad, la tiene en tanto que se catalogan los (según el autor) 196 templos de los que se puede decir algo con coherencia. Las fotos también son muy buenas, para quien como a mí le guste ver templos ruinosos, claro.

  5. cavilius dice:

    ¿En mente? ¿Yo? ¿Un viaje? Amos, anda…

  6. Ascanio dice:

    Te aseguro que me has despistado, Cavi, cuando he leído lo de «Arquitectura templaria». Porque por un momento, me he trasladado al Medievo (influencias que tiene una cerca) y he pensado: ¿Pero los templarios también pasaron por Grecia? Bueno, igual Arauxo nos ilumina , que seguro que tiene algo que decir al respecto. Pero luego he descubierto que no, que templario viene de «templo». Bueno, el otro templario también viene de ahí, pero vosotros ya me entendéis…o no…yo qué sé…
    Ahora viene la preguntita impertinente: ¿Es un libro sólo para iniciados en el tema de la arquitectura, o puede ser leído por cualquier mortal? Vamos, resumiendo, ¿sería un tostón para alguien como yo? ¿O merece la pena sólo por las láminas y se puede leer como se lee el Hola, es decir, viendo las fotitos?
    Y otra pregunta: ¿Qué es más correcto, hablar de estilo jonio o jónico? A ver, esos lingüistas, que hablen por esas bocas…
    ¿Te vas a llevar el librito de viaje, Cavilius, cuando vayas en Julio a Orejilla del sordete, para imaginarte que estás en Grecia? Porque como sabemos que tú te conformas con los documentales de la 2, y que no te apetece ir allí este verano…
    Por cierto, imagino que esta reseña le va a encantar a Anthos. Y a mí me ha gustado también mucho, por cierto.

  7. Arauxo dice:

    Querido Cavilius:

    Como siempre, es un placer leerte, maestro, por tu originalidad y tu buena escuela. Y, por lo que parece, la obra que nos presentas merece una reseña da altura como la tuya. A diferencia de otros comentaristas, a mí sí me resulta de lo más interesante y creo que la materia es digna de un estudio de este calibre, con buen texto y mejores ilustraciones. Supongo que a otros hislibreños (y me vienen Anthos y Clío, entre otros, a la mente) también le fascinará la temática.

    Personalmente, agradezco la recomendación de obras de referencia o consulta, como pudiera ser ésta. Los manuales (o semejantes) son libros dignos de ocupar lugares de privilegio en las estanterías de cualquier aficionado que pretenda aproximarse a una materia o recurrir a sus páginas cuando surjan las dudas o cuando la curiosidad merodee por las circunvoluciones cerebrales…

    Pero, además (y doctores tiene hislibris para corregirme), la arquitectura templaria griega es mucho más que una materia especializada. Dentro de la Historia Universal del Arte ocupa, sin duda, una de las páginas más destacadas, porque de ella beben y han bebido gran parte de las manifestaciones artísticas de la cultura occidental. Y difícilmente cabe interpretar una obra arquitectónica no ya del renacimiento o del neoclasicismo, sino del paleocristiano, del románico, del gótico, del barroco… sin conocer con cierta profundidad la arquitectura griega y, especialmente, la de los templos. Por eso creo que obras como esta que nos propones, Cavilius, resultan indispensables para cualquier persona con una mínima sensibilidad y que pretenda entender, con cierto conocimiento de causa, una iglesia del siglo XVII, una capilla del XV o una basílica del IV.

    No estoy en condiciones de resolverte, Cavilius, la duda velada que formulas entre líneas sobre la existencia o no de otros manuales o monografías en castellano sobre la arquitectura templaria griega. Sí conozco un par de libritos sobre arquitectura griega en general que, aunque no se especializan en los templos, sí les prestan, lógicamente, mucha atención Ambos se publicaron en los ochenta. El más famoso –que algunos tuvimos que consultar abundantemente en su momento- es el de Robertson en Cátedra: Arquitectura griega y romana, el más completo manual que, hasta donde yo sé –que no es mucho- se haya publicado en castellano. Creo que todavía puede adquirirse en las librerías, después de varias ediciones. Junto a él está también el de R. Martin: Arquitectura griega, aunque quizás esté agotado. Sin duda alguna, Anthos o Clío pueden aumentar esta minilista con otras recomendaciones para los interesados. Y tengo una dudita, Cavilius: ¿Qué formato tiene el libro? ¿Es adecuado para las ilustraciones?

    Un comentario final, después de leer el ídem de Ascanio: efectivamente, el término con el que se designa la arquitectura religiosa griega (y cualquier otra), templaria, coincide con el que se bautizó a la Orden Militar de los Pobres Caballeros de Cristo: templarios, porque ésta se fundó en el lugar donde –pretendidamente- se hallaba el Templo de Salomón, en Jerusalén. De ahí procede su denominación y el apellido de la referida Orden, el Temple, que no es sino un galicismo que alude al término francés que designa al susodicho templo. Así que lo único (¿lo único?) que tienen en común la arquitectura religiosa griega y la Orden militar es precisamente eso: el templo: templos griegos y templo de Salomón. Aunque seguro que pronto aparecerá algún docto escritor de novelas que asegure que los espíritus de los templarios que ardieron en las hogueras custodiaban, desde el principio de los tiempos, la Acrópolis de Atenas, donde más tarde residiera María la de Magdala, llamada la partenona, y se fundaran los rosacruces caballeros de la Orden Jónica de Agamenón y su porquero. Que es la misma Orden secreta, masónica y sodomita a la que hoy pertenece el Papa y que pretende mantener en secreto, ocultándolo así a la Humanidad durmiente, el origen vikingo de la Plaza de San Pedro, financiada con el dinero procedente del expolio nazi.

    Un saludo.

  8. Valeria dice:

    Hola Cavi. Me ha gustado mucho el símil que utilizas, diseccionando el libro como las partes del objeto de estudio del mismo. Y seguro que las fotos son una pasada. Pero si cuesta más euros que años tienes, ya me lo prestarás cuando vuelvas de vacaciones.
    Una pregunta : ¿aparece algún dibujo o lámina de la reconstrucción de algún templo de madera?

  9. Valeria dice:

    Arauxo, menudo susto me has dado con eso de la partenona, pensé por un segundo que te había cogido un mal aire.

  10. Turriano dice:

    Interesante reseña, y quizás más para mi, puesto que voy a Grecia de viaje turístico en septiembre y un libro de este tipo me puede servir, ya que visitaré varios de los templos que se incluyen en ese libro.

  11. Arauxo dice:

    ¿Hay alguien que no vaya a Grecia este verano? Lo digo para ver si nos vemos a este lado del Mediterráneo y ahogamos nuestra envidia en unas cuantas cervezas…

  12. Ascanio dice:

    O unas cuantas sidritas…

  13. Epaminondas dice:

    Yo en septiembre estoy en la inmortal Roma, si alguien va a la capital del imperio en esas fechas me encontrará en el foro degustando vino de Falerno, mientras mojo pan en un sabroso garum hispano.

    saludos

  14. clio dice:

    Interesante libro, Cavilius y muy «arquitectonica» tu reseña, Maestro, siempre nos sorprendes, el viernes seguramente viene a cenar a casa Domingo Plácido, le preguntaré si lo conoce, pero tiene buena pinta por lo que cuentas y además ilustrado, no me viene a la memoria ninguna bibliografía más de la comentada por Arauxo, pero miraré por casa (hoy me encuentro un poco espesita de memoria) y lo que si creo, Ascanio, es que el estilo arquitectonico es Jónico, otra cosa es lo relacionado con la región griega, que sería Jonio o con un sujeto, en la poesía griega tambien se habla de estrofa jónica. Ah!, yo creo que voy a apuntarme a las cervecitas o las sidritas, pues no viajaré tampoco a Grecia este verano, y lo digo con la pena más honda y la envidia más sana…( Eso sí, los templos griegos de Paestum los conozco, y son soberbios)

  15. Arauxo dice:

    Pues no te envidio demasiado, Epaminondas, porque no hace demasiado tiempo se intentó reproducir el garum (no sé muy bien con qué objeto, pero es que hay por ahí una cantidad de gente tan aburrida… como nosotros…) y el resultado de la cata de tan sabrosa salsa de pescado apuntaba a dos posibles direcciones:

    a. Los investigadores no habían dado con la receta correcta
    b. Los gustos romanos distaban bastante de los nuestros, porque sabía a perros muertos…

    En fin, que yo me quedo con el gazpacho.

  16. Aretes dice:

    Pero qué mala es la envidia…
    Ascanio, yo a las sidrinas estoy más que apuntada, eso sí, si bebo la primera que lo de compartir vaso no se ha hecho para mi.

  17. cavilius dice:

    Y yo que pensaba que la exclusiva del viaje éste la tenía yo solito…

    Tened en cuenta que el libro tiene apenas 240 paginillas y está plagado de ilustraciones, reconstrucciones y esquemas de plantas de templos, así que lectura, lo que se dice lectura, no tiene mucha. De hecho, a algunos templos sólo les dedica unas líneas. Aunque eso sí, el formato es grande (no lo tengo ahora delante, esta tarde os pongo las medidas exactas), lo cual lo hace muy atractivo a la vista pero poco manejable como manual de campo. Pero conste que es apto para todos los públicos, incluso para Ascanio (¿y a qué vienen esas preguntitas, de si jonio o jónico? ¿Y yo qué sé? ¿Y tú por qué te llamas Ascanio en vez de Ascánico? Digo yo que jonio se usará como adjetivo y sustantivo indistintamente, y jónico sólo como adjetivo. Pero vamos, mucha convicción no tengo).

    La verdad es que leí el libro hace ya un tiempo, pero sí que recuerdo al menos una ilustración de una reconstrucción de un templo de madera; luego te lo digo, ¿vale, Vale?

    Maese Arauxo, pláceme sobremanera el panegírico que hace vuesía sobre la templaria arquitectura. Es cierto (tú no lo dices pero ya lo digo yo) que en la reseña no he mencionado nada de la enorme influencia ejercida por las construcciones templarias de los griegos sobre las posteriores edificaciones religiosas y no religiosas de los pueblos y culturas que les sucedieron. El libro sí dedica algunas páginas, como es de suponer, a este ascendiente griego que posee la arquitectura occidental, que no es más que una pequeña parte de la enorme herencia cultural que hemos recibido de los griegos. Los gustos y modas han hecho que el peso heleno se haya notado más o menos en la forma de hacer o pensar según la época histórica, pero el caso es que siempre ha estado ahí, como lo está en la actualidad. Muchas edificaciones modernas (bancos, museos, iglesias…) presentan frontones, columnas con capiteles helenizados, basamentos escalonados…, clara muestra de la deuda que tienen con el templo griego.

    Y creo que me estoy yendo por donde no toca, porque yo quería ir a parar a la cuestión de la bibliografía sobre el tema: no conocía esos libros que citas, aunque tengo por casa otros sobre arquitectura y escultura griegas (uno muy bueno que se titula Greek sculptures in the classical period -o algo así-, de John Boardman). Pero el caso es que desconozco si existe (creo que no) algo específico sobre templos griegos, aparte del libro de Spawforth. Flota en el universo emulado un trabajo muy bueno y bien presentado de Julián V. Magro Moro, sobre la construcción en la Antigua Grecia, que recomiendo por su didactismo, brevedad (unas 70 páginas) y claridad de exposición.

    Que Apolo sea con vosotros, un ratito al menos.

  18. Epaminondas dice:

    ¿y el salmorejo?

  19. cavilius dice:

    Ya estoy aquí otra vez.

    20×26 cm. Tamaño considerable para llevarlo mientras se patean ruinas. Una mano para la cámara de fotos, otra para la de vídeo, dos para el libro, otra para el abanico, otra más para Pausanias… no es plan, hombre, no es plan.

    Vale, hay una reconstrucción de una sección de muro del primer templo predórico de apolo en Corinto (660-650 a.C.), el cual contaba con un entramado de madera en los muros exteriores que enmarcaba paneles de estuco. Y otra reconstrucción: una edificación con columnata exterior de madera en Lefkandi, Eubea, hacia el 1000 a.C., aunque se duda sobre su finalidad (¿vivienda, santuario?).

    Saludos.

  20. Ascanio dice:

    ¿Sauna griega?

  21. jerufa dice:

    ¡Jó, Cavi!, te has equivocado de época. No te hago yo en el S. XXI.

  22. Valeria dice:

    Pues ya estas buscando la manera de colgar el dibujito de la madera en el forito. Porfa. También, mira que son rebuscados estos autores. Con lo fácil que sería poner una casita de madera en forma de templo, tienen que reconstruir un «un entramado de madera en los muros exteriores que enmarcaba paneles de estuco». Yo lo quería ver por los colorines. Porque tengo entendido que los templos de madera estaban pintados. ¿O eso se lo inventaron los romanos?

  23. Ignacio el argentino dice:

    Cavi, ten cuidado. Ni bien consiga unos voluntarios, tengo preparado un asalto comando contra tu biblioteca.
    Felicitaciones por la reseña

  24. cavilius dice:

    Tengo puestas alarmas antipileteros, ignacio.

    Ahí van los dibujitos y fotos, Vale:

    https://www.hislibris.com/foro-new/viewtopic.php?p=15510#15510

    Saludos.

  25. Arauxo dice:

    Bonito, bonito, bonito… Y el formato del libro, muy atractivo. Gracias, maestro.

  26. Paco T dice:

    Buena reseña y buen libro, por lo que parece. ¿Y el precio, qué? ¿Mejor esperar a la paga extra, no?

  27. cavilius dice:

    Pues más o menos: 39 lechuzas. Por ese precio, el libro se me hace corto. Y teniendo en cuenta que no está dirigido a expertos sino a público en general, lo encuentro exagerado, por mucha foto a color y papel satinado que tenga.

    Saludos.

  28. Valeria dice:

    Gracias por el link, Cavi. La verdad es que las fotos y dibujos que nos has dejado son un pasada. Claro que el PVP se las trae.

  29. Anthos dice:

    Estaba inmerso en otras cuestiones, por lo que venía haciéndome el remolón ante un tema de tanto interés como el propuesto por el siempre agudo caletre de Cavilius. Mas, habiendo habido ya dos alusiones a mi persona y en prevención de una tercera que no sé que cariz podría tomar, me decido, aunque tarde, a hacer acto de presencia.

    Por lo que se refiere a la bibliografía, al margen de la extraída del amplio acervo arauxiano, y particularizándola para los Órdenes clásicos, es de obligada mención el Vignola. El Vignola, así, con artículo -lo aclaro para los no iniciados-, es la forma popular y común con la que todos y siempre nos hemos referido al tratado de Jacopo Barozzi de Vignola «Regola delli cinque ordini d’ architettura». Hay que precisar que los órdenes griegos no eran cinco sino sólo tres –dórico, jónico y corintio-, puesto que el toscano y el compuesto son de invención romana; también, que la arquitectura romana asumió en herencia los órdenes griegos y los adaptó a sus peculiaridades, con lo que no son idénticos unos y otros; y, por fin, que casi todos los arquitectos y tratadistas del Renacimiento que se dedicaron al estudio de los órdenes arquitectónicos eran italianos -Vignola, Palladio, Serlio, Alberti, Scamozzi, etc-, conocían bien las enseñanzas de Vitruvio y tenían más a mano los ejemplos de la Roma Imperial que los de la Grecia Clásica o Helenística. La conclusión es que todos estos compendios sobre los órdenes clásicos se basan en los romanos, si bien son perfectamente aplicables a los griegos, sobre todo en lo que se refiere a las proporciones canónicas tan analíticamente expuestas en el Vignola.

    Opinando sobre otra de las cuestiones de las que se ha hablado por aquí creo que jonio y jónico pueden servir indistintamente para denominar con carácter general todo lo relativo a Jonia, como dorio y dórico tratándose de Dórida, pero que en particular, el término correcto para designar el respectivo orden arquitectónico, y concretamente el capitel y la columna de cada estilo, es el de jónico y dórico.

    Estoy de acuerdo con Arauxo cuando afirma que «Y difícilmente cabe interpretar una obra arquitectónica no ya del renacimiento o del neoclasicismo, sino del paleocristiano, del románico, del gótico, del barroco… sin conocer con cierta profundidad la arquitectura griega y, especialmente, la de los templos». En efecto, el conocimiento de las realizaciones pretéritas siempre nos permitirá analizar mejor las subsiguientes, unas veces para hallar y valorar las deudas que éstas tienen con aquellas y otras para apreciar las diferencias e innovaciones que las apartan de sus predecesoras. Lo digo porque a mi entender la arquitectura románica -lo mismo que la de algunos otros periodos estilísticos mencionados- en su aspecto constructivo no presenta demasiadas semejanzas con la griega, tan rectilínea y adintelada ésta, siendo aquélla trasunto de la romana no sólo en el nombre sino en el empleo de arcos y bóvedas y en el trazado hemicircular de los ábsides filiales de las exedras.

  30. Ascanio dice:

    ¿Ves, pequeño saltamontes griego Cavilius, como mi pregunta del jonio y el jónico no era tan rara? ¿Lo ves? ¿LO VES? ¿LO VES? ¿LO VES?

  31. cavilius dice:

    Vale, pero ¿a que no sabías que los griegos no emplearon un trazado hemicircular de los ábsides filiales de las exedras? Yo me acabo de enterar.

  32. Ascanio dice:

    Pero si eso se aprende en la guardería, jomío…qué incultura, pardiez.

  33. Valeria dice:

    Efectivamente, todo el mundo sabe que las ventanas griegas son rectilíneas y dinteladas. Sólo hay que ver el conjunto palaciego de Knossos, por ejemplo. Sin ir más lejos, en la guardería de Canal Historia pusieron el otro día un documental muy aprovechable en el que se hablaba de esto. Ni una curva, oiga.

  34. Arauxo dice:

    Con lo bonitas que son las curvas…

  35. andrea dice:

    alguien me podria decir porfavor si es que sabe cuales eran las medidas de los capiteles de los templos jonicos doricos y corintios?

  36. Ascanio dice:

    22,5 cm x 13,47 pulgadas.

  37. Aretes dice:

    Mira que eres mala…

  38. cavilius dice:

    Hola Andrea:
    No hay medidas fijas para los capiteles de los templos, ni para las columnas, ni para las basas, ni en general para nada. Lo que hay es proporciones. Seguramente Vitrubio, teórico romano de estas cosas, explique algo sobre eso pero no lo tengo a mano ahora. Si te interesa mucho, intentaré buscarlo.

    Ascanio, lo de los cm y las pulgadas no cuela; todo el mundo sabe que los griegos medían las cosas en millas náuticas.

    Saludos.

  39. Koenig dice:

    Yo pense que era en pieses.

  40. clio dice:

    Pues yo creo que el canon se medía en cabezas (humanas, claro: 7 u 9)al menos para las esculturas..

  41. Ascanio dice:

    El de las cabezas era Sila. Medía los capiteles por el número de cabezas de enemigos que le cabían pinchadas en cada uno.

  42. cavilius dice:

    Vamos allá:

    En su obra Los diez libros de arquitectura, el arquitecto y teórico latino del siglo I a.C. Marcio Lucio Vitruvio, autor archifamoso y requetecitado durante siglos y que quizá suene más por el conocido dibujo llamado «el hombre de Vitruvio» que hizo Leonardo da Vinci de acuerdo con las proporciones que aquél definió, este señor, pues, listo como pocos aunque romano, afirma, entre otras muchas cosas, haber estudiado a fondo la arquitectura griega, y en base a ese conocimiento formula unas normas para la construcción de los capiteles dóricos, jónicos y corintios, tal que así:

    (…) Una vez puestos los fustes de cada columna, toca su turno a los capiteles, cuya conformación se hará, si fuesen jónicos, con las siguientes proporciones: el ábaco tendrá de anchura y largo el diámetro de la parte baja de la columna, más una decimoctava parte, y la mitad del ábaco será la altura del capitel, incluidas las volutas. Para trazar éstas es preciso retirarse de la extremidad del ábaco hacia dentro en cada una de las caras en donde están las volutas, y eso en una decimoctava parte y media a ras del filo del ábaco; en las cuatro caras de las volutas se tirarán desde el listel, que está en lo alto del ábaco hasta abajo, cuatro líneas, que se llaman catetos (verticales), y en seguida se dividirá la altura del capitel en nueve partes y media y se dará parte y media para el grueso del ábaco, a fin de hacer las volutas con las otras ocho restantes. Entonces, a cada lado de la línea trazada desde arriba cerca del extremo del ábaco, se trazará otra por dentro, alejada en longitud parte y media. Divídense después cada una de estas líneas de manera que queden bajo el ábaco cuatro partes y media; de las otras tres y media se marcará el centro del ojo de la voluta, y con este centro y con un diámetro igual a una de las ocho partes, se traza un círculo. Ésta será la magnitud del ojo, y en él se trazará otra línea perpendicular a los ángulos rectos del cateto. Comenzando luego de la parte inferior del ábaco a lo alto de la voluta, será menester ir describiendo las vueltas, y en cada cuadrante se irá disminuyendo el compás un semidiámetro del ojo hasta que se haya llegado al cuadrante mismo que está debajo del ábaco. En cuanto al espesor del capitel propiamente dicho, se ha de hacer de manera que de las nueve partes y media queden tres debajo del astrágalo del collarino; el resto quedará para el cimacio, o sea, óvolo, ábaco y canal. (Libro III, capítulo V)

    (…) Es de acuerdo con sus doctrinas como he presentado las relaciones que hay que tener en cuenta en la ejecución de las obras del orden corintio.Por tanto, las medidas de su capitel deben estar acomodadas de la siguiente manera: el grueso de la columna, en su parte inferior, debe ser igual a la altura del capitel incluyendo el ábaco; que la anchura del ábaco ha de ser tal que la diagonal que parte de uno de sus ángulos al otro tenga dos veces la altura del capitel, y así esta extensión producirá la medida justa de los cuatro lados del ábaco. Estos cuatro frentes se recortarán cóncavamente desde los ángulos una novena parte de toda su longitud. La base del capitel tendrá la misma anchura que la parte alta de la columna, sin el astrágalo ni el sumoscapo. La altura del ábaco será la séptima parte de la altura del capitel. Quitado el ábaco, lo que queda tendrá que ser dividido en tres partes: una formará las hojas inferiores; otra, las segundas hojas, y la tercera parte quedará para los caulículos de los que salen las hojas que se extienden para encontrar el ábaco. Es preciso que de las hojas de los caulículos salgan las volutas, que se esculpen debajo de los ángulos del ábaco, y las espiras menores debajo de las flores que se hallan en medio de la cara del ábaco. Estas cuatro flores, que se colocan en los cuatro costados, tendrán el tamaño del espesor del ábaco. Tales proporciones, pues, habrá de tener el capitel corintio para estar bien construido. (Libro IV, capítulo I)

    (…) En un templo de orden dórico, el frente, en el lugar en que se colocan las columnas, tiene que ser dividido en 27 pares si se quiere que sea tetrástilo, esto es, de 4 columnas, y en 42 si se desea que sea hexástilo, esto es, de 6. Una de estas partes será el módulo, que se llama en griego embates, con arreglo al cual se deduce por cálculos la distribución de todo el edificio. El diámetro de las columnas debe ser de dos módulos; la altura, incluido el capitel, de catorce; la altura de éste, de un módulo; y la anchura, de dos módulos y un sexto. El capitel tiene que ser dividido luego, según la altura, en tres partes, de las cuales una es para el ábaco con su cimacio, la otra para el equino con sus anillos, y la tercera para el hipotraquelio. La disminución de la columna ha de hacerse de modo semejante a como se dijo al hablar de la columna jónica en el libro tercero. (Libro IV, capítulo III)

    Queda claro, ¿no? Vamos, que el que no se pone a hacer un capitel corintio es porque no quiere.

    Saludos.

  43. Ascanio dice:

    Las letras amarillas significan que no hay que leérselas, ¿no?

  44. cavilius dice:

    Pero si es lo mejor: es humor amarillo.

  45. Valeria dice:

    Pues yo en cuanto mis ojos se posaron sobre palabras como diámetro, ángulos, líneas trazadas, hipotraquelio…. me dio un repelús como cuando estudiaba trigonometría, y me he bloqueado. En blanco totalmente. Así que he pasado de la lectura. ¿Por qué será que cuando echas una ojeada a algún texto , tus ojos se encargan de enfatizar unas palabras sobre otras? Bueno, si algún día necesito un capitel ya te llamaré, Cavilius de Delfos

  46. Valeria dice:

    Y una curiosidad. Un investigador lucense cree que Vitrubio y Marco Agripa eran la misma persona. Os dejo el enlace, por si a alguien le picala curiosidad.

    http://www.laopinioncoruna.es/secciones/noticia.jsp?

  47. clio dice:

    Pues me pica, me pica, pero no se me abre la página, es decir se abre pero se va enseguida ¿Meigas?…

  48. cavilius dice:

    A mí me pasa igual.

    Por cierto, la portada del libro reseñado, allá al principio de la página, no se ve. ¿Más meigas?

  49. Valeria dice:

    A ver si con éste:
    http://actualidad.terra.es/cultura/articulo/vitruvio_agripa_arquitecto_gallego_determina_1713742.htm

    En caso de que tampoco funcione, si ponéis en Google Vitrubio y Agripa os salen varios artículos al respecto recogidos por diferentes medios de comunicación. Quien defiende esta tesis es Carlos Sánchez-Montaña, un arquitecto lucense que tiene una página sobre el Lugo romano muy interesante: Lucus Augusti.

    A mandar.

  50. richar dice:

    Solucionado lo de la imagen… no sé a qué se debía, pero efectivamente había desaparecido.

    Un saludo,
    Richar.

  51. cavilius dice:

    Gracias richar.

  52. Juanix dice:

    mUx4s gR4xi4s x l4 !nf0rm4c!0n m s!rv!0 d mUx0!!!!!!!!

  53. cavilius dice:

    d n4d4, p4R4 s0 Xt4m0s!!!

  54. Ascanio dice:

    ¡¡J4, j4!! 4y, q m m0nd0 t04…

  55. Arauxo dice:

    Qué barbaridad; hasta los extraterrestres visitan Hislibris…

  56. yami dice:

    esta pag estra re buena y re completa a mi me sirvio para todas la preguntas y dudas q tube ! FELICIDADES A KIEN LA PUBLICO ¡

  57. mc dice:

    Yo sólo quería saber los antecedentes del templo griego de la Grecia Antigua y autores con sus obras de los periodos Arcaico, Clásico y Helenístico… (suspiro laaargo y profundo)
    por cierto me encanta cómo escribe clio ^^

  58. cavilius dice:

    Pues este es tu libro, mc. O, si buscas algo más asequible, que yo recuerde ahora mismo, no está mal por ejemplo la guía sobre arquitectura griega de la editorial Parramón.

    Saludos.

  59. gerardo francisco carranza garcia dice:

    esta un poco aburido pero esta muy interesante

  60. cavilius dice:

    Curioso oxímoron.

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