LENINGRADO – Brian Moynahan
Existe gran número de ensayos y libros dedicados al asedio sobre Leningrado, sucedido durante la Segunda Guerra Mundial entre septiembre de 1941 y principios de 1944. En todos ellos se ha estudiado y analizado los movimientos estratégicos y militares, la terrible hambruna que sufrió la ciudad, las lÃneas de evacuación y aprovisionamiento construidas en el lago Ládoga, el planteamiento alemán de vencer por inanición y hambre a la ciudad llamada con el nombre del lÃder comunista o la quimera casi mÃtica que Stalin quiso apuntalar sobre esta ciudad y su resistencia frente al avance nazi. En este caso, el autor Brian Moynahan no elude ni olvida ninguno de estos factores, ni los acontecimientos que se dieron en Leningrado. Sin embargo, lo aborda desde otro punto de vista del que se ramifican otras visiones del conflicto.Â
Su enfoque de salida se enmarca en la figura del compositor Shostakovich, su entorno cultural y la composición de su 7ª sinfonÃa. Sobre estos tres pilares, y sin olvidar el entorno de guerra que asolaba el mundo y particularmente la ciudad de Leningrado, Moynahan se embarca en un emotivo, detallado y agilÃsimo ensayo. Llamará la atención a lo largo de la lectura la controversia y contradicciones del férreo puño stalinista a la hora de controlar el mundo de la cultura soviética, a la vez que hace uso de ella como arma partidista, de propaganda y resistencia ante el avance alemán en la Unión Soviética. Precisamente una de las figuras que forman parte de este juego maquiavélico es Shostakovich quien, como tal, será el eje principal sobre el que gira en este ensayo, el sitio sobre Leningrado.
El autor inicia el libro hablándonos de las purgas de los años treinta en las que Stalin eliminó a gran número de militares de alto grado y la persecución, en particular, que vivieron los miembros de la cultura soviética. Escritores, pintores, catedráticos, compositores y artistas en general sufrieron la censura desmedida y para muchos de ellos trágica de la dictadura de Stalin. Entre estos encontramos a Shostakovich, quien sufrió en su persona y en sus obras la vigilancia y persecución de los censores. Sin ir más lejos, su 4ª sinfonÃa, compuesta en 1936,  fue prohibida y no se estrenó hasta los años sesenta. A partir de ese momento y bajo el ojo vigilante del estado, las 5ª y 6ª sinfonÃas gozaron de cierto éxito, apaciguando la relación entre compositor y censores.
Tras esta introducción, el autor nos enmarca en el comienzo de la guerra y el avance imparable del ejército alemán. Si en junio de 1941 se traspasaron las fronteras del ataque nazi sobre Rusia, a finales de agosto ya se sabÃa que uno de los objetivos era Leningrado. Para entonces Shostakovich, a mediados de julio, ya estaba componiendo la nueva sinfonÃa. A pesar de ser evacuado en agosto, su único fin era terminarla y mostrarla al mundo como sÃmbolo de la resistencia de Leningrado y del espÃritu del pueblo soviético. El cerco y asedio sobre la ciudad se cierra en septiembre. Es aquà donde Moynahan se lanza a describir la situación militar y los distintos movimientos estratégicos por defender Leningrado, por parte de los soviéticos, y ahogar la resistencia de sus ciudadanos, por parte de los alemanes, a base de estrangular su abastecimiento y bombardear repetidamente la ciudad.
Durante el periodo en el que se produce la narración, que acabará con el estreno de la obra en la propia Leningrado en agosto de 1942, las purgas al entorno cultural de la ciudad no cesan y los ciudadanos mueren de hambre e inanición. Sin embargo, la vida cultural no quiere cesar. Algunos conciertos se siguen celebrando y, mientras es posible, la radio traslada al ciudadano su interpretación. El invierno del 41 al 42 se lleva por delante miles y miles de habitantes de la ciudad, quienes no pueden resistir al frÃo y hambre, entre el incesante cañoneo y bombardeo alemán. Mientras, un fuerte contraataque soviético intenta abrir brecha en el frente de Voljov, terminando en un duro desastre tanto humano como militar. El rÃo Ládoga, mientras esta helado, sirve de carretera para mandar alimento a Leningrado, pero no resulta especialmente efectivo.
Paralelamente, el autor desgrana la composición de la 7ª sinfonÃa de Shostakovich. Si el primer y segundo movimiento fueron terminados durante la estancia del compositor en la ciudad, los dos restantes se acaban en la distancia, entre el deseo de presentar al pueblo la obra que liderará la victoria frente al invasor y la sensación de pérdida y tristeza en el entorno cultural del compositor. Grandes amigos suyos han sufrido el castigo de las purgas. Sin embargo, lo prioritario es derrotar a los nazis, y esto encubre las miserias y el puño de hierro del régimen de Stalin. Finalmente la obra se estrena en Londres y EEUU, como sÃmbolo de libertad y resistencia frente a la voraz destrucción provocada por la invasión de Hitler. El 9 de agosto de 1942, los supervivientes de la orquesta de la Radio de Leningrado, completada por miembros de bandas musicales del ejército y otros músicos, estrenan en Leningrado la sinfonÃa bajo la batuta del maestro Elisberg. La elección y supervivencia de los mismos es una de las claves de la redacción de este ensayo. El asedio sobre la ciudad no terminará hasta 1944, pero la victoria tomaba forma en la composición de Shostakovich. Mientras tanto, las purgas continuaron inmisericordes.
El autor remarca otro significado de su estreno, uno que enmarca un espÃritu, una loa a la cultura y a la supervivencia. En un párrafo, al final del libro dice:
(…) aquel concierto en la ciudad mártir es tal vez el momento más grandioso, y sin duda el más emocionante, que puede encontrarse en la historia de la música. Gracias a él, la gran ciudad a orillas del Neva pudo conservar su alma artÃstica frente a los intentos de aniquilación a manos de Stalin y Hitler. Los que tocaron aquel concierto dieron muestra de una valentÃa que trajo consuelo y confianza a un público, que, al igual que ellos mismos, ya habÃan superado con creces la que cabrÃa suponer que era el lÃmite de sus fuerzas.
Este libro ha sido este año merecedor del Premio Hislibris de Literatura Histórica de 2015 en la categorÃa de ensayos.
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Gracias por la reseña Iñigo.
Aprovecho para recomendar «El sitio de Leningrado» de Michael Jones (editorial CrÃtica). En esta extraordinaria obra también aparece – cómo no – el tema de la 7ª sinfonÃa.
Saludos
Un buen libro, sà señor, y que va de menos a más (las primeros cien páginas aportan poco sobre la figura de Shostakóvich).
Sin duda digno ganador a mejor ensayo de este año.
Desde luego, aunque, ya sabes, hubo candidatos que en realidad no comparecieron… ;-) Nos lo pusieron fácil este año.
Claro… Pero con otros ensayos de entidad también habrÃa quedado en un buen lugar. Es un muy buen ensayo.
Me encanta que se reseñen buenos libros que tengo en la pila…. ;-)
Ahora ya sabes lo que toca. Disfrútalo cuando puedas.
Libro estremecedor. A mà Shostakovich me interesaba entre poco y nada. Pero la descripción de lo que era la vida en la URSS bajo el benéfico e iluminado mandato del Padrecito Stalin deja la sangre helada en las venas….
Le tenÃa ganas hace rato, la reseña lo vuelve más apetecible.
Lo de Shostakóvich y su sinfonÃa es uno de los motivos conductores de la novela Europa Central, de William T. Vollmann. Pero el autor se da maña para arruinar todo el interés de este tema, y el de los demás temas de la narración. IncreÃble.
InteresantÃsima reseña, Iñigo.
Don Uro, uno de asuntos sorprendentes en Stalin es la contradicción en su uso del mundo de la cultura. Primero como instrumento polÃtico y herramienta publicitaria de su gobierno y frente a la guerra contra los alemanes y segundo como objeto de una terrible persecución, sufriendo gran cantidad de personas relacionadas con la cultura las purgas más terribles por no seguir las directrices y gustos de Stalin.
Gracias por tus comentarios Rodrigo, se agradecen.
¡Ingenieros del alma!
Se persiguió, como bien detalla el libro, a los que no eran útiles por no acomodarse a los gustos o necesidades del estado. El departamento de filologÃa japonesa de la universidad de Leningrado no parecÃa cumplir ningún papel en los planes quinquenales…
Una reseña muy buena, Iñigo. Contar la historia a través de hilos conductores como puede ser el de Shostakóvich sin duda hace de la lectura más amena e interesante. Y además, es como ver lo que ocurre desde los ojos del personaje. Y si además tiene buenas opiniones aquÃ, nada más que añadir.
Curioso que todos los dictadores al final actúan igual. Quieren tanto a su patria que la quieren para sà solos, y a su manera, incluso si para ello tienen que cargarse su propia cultura. Pobre cultura, siempre usada por los poderosos para sus bastardos intereses polÃticos.
Gracias por la reseña, y me lo apunto :)
Al final es crear un estado a su imagen y semejanza, caiga quien caiga. Gracias por tus comentarios.
Estimado Iñigo,
Primero que todos saludos a la distancia. Ha sido tu reseña la que en definitiva me ha animado a comprar el libro.
Muchas gracias.
Muy agradecido, de verdad. muy recomendable.
Bah, creà haberlo comentado. Seguramente lo hice en el foro.
El libro es por lo menos tan bueno como lo pinta la reseña. Impactante es poco.
Muy agradecido. La verdad es que es un libro que deja poso con el paso del tiempo, señal de que la primera impresión tras su lectura no es equivocada, por lo menos desde mi punto de vista.
Cuando escribes una reseña y con el paso del tiempo, el poso de la lectura del libro en cuestión, se mantiene prácticamente intacto, es señal de que la primera impresión no es desacertada. ;-)