LA RUTA PROHIBIDA – Javier Sierra

La ruta prohibida. Javier SierraImagínense la escena.

Tarde de sábado. Estaba yo sentado en mi comodísimo sillón de orejas, exhalando aros de humo azulado tras largas caladas de aromático tabaco de pipa. Un magnífico güisky se enfriaba en torno a un par de tintineantes cubitos de hielo. Había música de fondo, las Polonesas creo recordar, y un buen amigo se hallaba sentado enfrente. Hablábamos de todos esos temas que pueden tratarse entre amigos que se conocen bien: fútbol, política…

Repentinamente me dijo:
-Oye, tú que entiendes de estos temas, ¿es verdad que los templarios llegaron a América antes que Colón?
-¡Por San Dan! –repliqué yo mientras trataba de evitar que el güisky me saliera por las orejas y el humo me empañara los ojos. -¡De dónde has sacado una idea tan peregrina!

Entonces me habló del libro. A esto vino una larga conversación, que acabó, un par de días después, con un ejemplar en mi poder, y el firme compromiso de leerlo.

La verdad es que mientras lo leía me vino a la memoria aquella serie (bueno, en realidad creo que aún la reponen) llamada “Salto al Infinito”, en la que John Rhys Davies hacía de profesor gruñón (el protagonista principal era otro, pero no me gusta el actor). En ella los personajes iban saltando de una realidad paralela a otra, enfrentándose a diferentes tipos de tópicos. Y eso es lo que es este libro. Una serie de historias alternativas, un estudio de diferentes misterios tópicos de tiempos pasados. Un ejemplo de lo que se ha venido llamando “misteriología”.

No deja de ser curioso que en los últimos tiempos, como la historia ha debido convertirse en una materia demasiado aburrida, da la impresión de que ha sido sustituida por algo mucho mas emocionante, como es la misteriología ¿En que consiste esta disciplina?

Pongamos un ejemplo. El libro arranca uno de sus primeros capítulos con el siguiente párrafo: “Tardé varios minutos en reaccionar. Durante un instante perdí la noción del tiempo, incapaz de recordar si estaba en Europa o, como creía, en el corazón de los Andes”. Tremendo párrafo, estremecedor. Imaginémonos que tipo de visión puede hacer que tardemos tanto tiempo en reaccionar, que tengamos dudas incluso del lugar en que nos encontramos. Sigue: “Colgada en un expositor del Museo Nacional de Arqueología de La Paz, en Bolivia, la pequeña estatua de un hombre barbudo –los indios del altiplano son, como se sabe, lampiños- y con una cruz griega en relieve esculpida en el pecho, acababa de regalarme una mirada desafiante”.
Debo reconocer que el autor tiene toda la razón. Que a uno le regalen algo en estos tiempos es totalmente inaudito, y que además dicho regalo sea la mirada desafiante de una estatua de un hombre barbudo y con una cruz griega en relieve esculpida en el pecho. Es aterrador.
Sigue la descripción “…representaba un varón cubierto por una especie de capucha, cejas pobladas y perilla…” “De no saberme en tierras amerindias, hubiera creído que estaba frente a alguna burda talla románica elaborada en Francia o España. La talla de un templario.”

En estos párrafos se incluyen casi todos los modos de la misteriología. A saber: Un lenguaje emocionante, activo, que agarra la imaginación del lector. Unas afirmaciones de descubrimiento, de estar revelando algo nunca observado, o nunca entendido. Unas, conclusiones evidentes, que cualquier lector que se considere a si mismo inteligente aceptará para no ser idiota. La deformación de cualquier argumento en contra para convertirlo en una confirmación de las teorías presentadas. El empleo de teorías previas del mismo tipo expuestas por autores poco contrastados, si no desconocidos, en textos casi imposibles de conseguir. La seguridad en la explicación aportada que da el no plantearse ninguna otra explicación alternativa, llamar cobardes a quienes no investiguen lo expuesto o conspiradores a quienes lo nieguen. La afirmación sincera de la existencia de “un buen puñado de pistas materiales, tangibles, que apuntaban en esa misma dirección”, pero que no se especifican. Y al final del todo, por si acaso, la pregunta, el ¿Porqué no? ¿Qué otra explicación puede haber? Tan convincente para quienes no saben responder a ella.

A fin de cuentas: cruz, mas barba, mas aspecto de monje. Sólo puede ser un templario. ¿Qué la escultura es precolombina? Porque los templarios llegaron a América antes que Colón. ¿Qué ningún historiador o arqueólogo se ha dado cuenta antes de un hecho tan asombroso? Porque existe una conspiración para negarlo. ¿Qué la estatua tiene barba? Un dato evidente de que la persona representada era así y no era de allí (de hecho, todos sabemos que las mujeres prehistóricas eran enormemente gordas, que los antiguos egipcios tenían el tronco torcido y que los castellanos de tiempos de El Greco andaban siempre con dos dedos unidos, y no me meto con los conocidos de Picasso). ¿Que un libro lleno de barbaridades incluye un testimonio que apoya las teorías del autor? El único dato lúcido que contiene dicho libro. Todo sirve pues.

Y digo yo, ¿no podría haber sido un hospitalario?

El templario ha sido un ejemplo. El libro habla también de vikingos, tribus perdidas, códigos, personas que desaparecen tras indicarle al autor donde está el misterio, tumbas perdidas… Todo ello cumple algunas o casi todas las reglas antedichas. Misteriología.

Ahora bien ¿Qué tiene de malo la misteriología? Desde mi punto de vista. Nada. La misteriología es entretenida, supone, incluso, un reto, tratar de seguir y rebatir los argumentos de los misteriólogos. El problema es cuando la misteriología ocupa el lugar de la historia. El problema es cuando el lector se cree las conclusiones del misteriólogo como si fueran las de un historiador. El problema es cuando los libros de misteriología se nos presentan como libros de historia. Entonces engañan.

Y es que la misteriología tiene muchas ventajas con respecto a la historia. No necesita ser rigurosa, pues no debe probar de forma fehaciente sus conclusiones. No está sometida a crítica, pues ni los misteriólogos suelen rebatirse, ni sus lectores tener conocimientos suficientes como para rebatirlos. No exige formación ni método, sino que puede sacar conclusiones libremente. No deja huecos, pues si en historia es cierto lo que está probado, en misteriología las simples conjeturas ya son ciertas de por si. Es mucho mas entretenida, pues habla de cosas sobrecogedoras: claves ocultas, hazañas grandiosas, giros inesperados, personajes románticos. No como la historia, que sólo nos habla de la saga de tres carabelitas, por no hablar de las canoas de los polinesios, la repentina caída de la Orden del Temple, el frenesí de las cruzadas, las inmensas hordas mongolas, el incendio de Londres, las vidas de los grandes genios, los progresos sociales, el viaje a la Luna, o la destrucción de las torres gemelas.

Pero volviendo al libro, es entretenido, descabellado, intrigante… Pero no es de historia. No debería presentarse como un libro de historia y es un craso error que se haya vendido en las secciones de historia de las grandes librerías.

¿Es recomendable? Pues al que le guste la misteriología. Supongo que si.

Opino, claro.

LA RUTA PROHIBIDA.
Javier Sierra.
Planeta.

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100 comentarios en “LA RUTA PROHIBIDA – Javier Sierra

  1. Arauxo dice:

    ¡Un libro de Javier Sierra reseñado en Hislibris! ¿Pero hemos inaugurado ya la sección de Fantasía, Ciencia Ficción y Otras Especulaciones del montón, Javi_LR? Cualquier día reseñamos Sueñan los androides con ovejas eléctricas

    Y recuerdo que escribí algo sobre este mismo asunto de los Templarios, América y los de Palacagüina en alguna otra dimensión o realidad paralela de Hislibris.

    Pero aparte de eso, muy atinado, Koenig. Desde mi punto de vista te sobran unas 2.000 palabras respecto a lo que realmente merece un libro de este género, pero sobre gustos no hay nada escrito.

    Un saludo.

  2. Arauxo dice:

    Sí, vualá (se escribe así ¿no?):

    https://www.hislibris.com/?p=378

  3. Jerufa dice:

    EXCELENTE.
    Se me ocurren mil cosas para comentar en relación con tu brillante reseña, en la que desenmascaras y desnudas sin piedad, pero hoy tengo el teclado facilón y prefiero no ensañarme.
    Al menos, agradecerte la sinceridad y que te hayas volcado de esa manera a escribir todas las sensaciones que te ha causado su lectura.
    Otro «libro-timo» descubierto. Otro libro de historia que no es historia. Bueno es saberlo.
    Doblemente agradecido.

  4. cavilius dice:

    Vaya, amenísima e instructiva reseña, Koenig. O sea, que la misteriología no la inventó Arauxo; pues estaba yo convencido de que sí, oye.

    Digo yo que al final de la reseña, además del título del libro, del nombre del autor y de su ubicación planetaria, te ha faltado citar exactamente de qué planeta proviene.

    Saludos.

  5. Vorimir dice:

    Te aplaudo Koenig por esta excelente reseña y esta excelente disertación sobre un fenómeno que inunda las librerías de hace tanto tiempo.

    Hasta el menda ha leido algún libro sobre templarios y engimas secretos… pero más de acuerdo no puedo estar con lo que dices.

  6. Urogallo dice:

    Aparte de la apologia de tus poco patrióticas ocupaciones, remedo de un Tolkien cualquiera ( ¿Por qué no un buen rioja, o un sol y sombra, acompañado de un farias con una vitola rojigualda?.) la reseña me ha gustado mucho, sin que sirva de precedente.

    Un ejemplo perfecto de reseña de un libro y de un género ( y lástima que no haya sido también reseña del autor, al que aprecio bastante, aunque solo sea por su oposición en modos y maneras a su íntimo amigo Friker Jímenez).

    Y la verdad, de un género que siempre me ha interesado profundamente, al menos como divertimento.

    No puedo evitar volver a citar aquí, en discusiones ANTHO-lógicas de hislibris, la famosa refutación de la misteriología:

    – «Según el autor, hay tribus aborígenes del altiplano boliviano que hablan en chino».

    – «No se de que te sorprendes. En California hay un montón de gente que habla chino. Pásate por Chinatown».

    – «Ya, pero se supone que los del altiplano boliviano lo hablan desde antes de la llegada de Colón».

    – «¡Sorprendente!. ¿Colón llegó a Bolivia?».-

    Insuperable.

  7. Ascanio dice:

    Querido Koenig, si hubiese tenido algún interés por leer este libro (que no lo he tenido ni en mis peores pesadillas…) me habrías hecho volver a la cordura al leer tu reseña.
    Peeeeero, coincido con Arauxo en que es un desperdicio gastar tiempo y talento en este tipo de libros. Pero en fin, uno a veces no sabe lo que se compra o lo que le regalan.
    Y ahora una curiosidad (para Nuru): ¿qué pinta un detalle de Las meninas en la cabecera? ¿Me he perdido algo (que es lo más probable)?

  8. cavilius dice:

    Pero qué pregunta… Que alguien se lo explique, por favor.

    Te veo un poco floja en misteriología…

  9. Urogallo dice:

    A mí en cambio me parecen lo contrario de una perdida de tiempo, un divertimento de lo más agradable.

    ¿Es perder el tiempo leer una novela?.

    Enfoquemos estos libros como lo que son, un pasatiempo, no una fuente de conocimiento.

  10. Ascanio dice:

    Pues creo que lo de la pérdida de tiempo depende de la lista de pendientes y de tus prioridades.
    Cuando se tienen tantísimos libros buenos pendientes de leer como es mi caso, leer uno como este constituye, no una pérdida de tiempo, sino casi un delito.
    Pero vuelvo a decir, depende de tus prioridades.

  11. Ascanio dice:

    Pero además es que para mí, este tipo de libros no constituye un entretenimiento. Me aburren soberanamente.

  12. Verdoy dice:

    En mi opinión, una reseña de justicia. La misteriología puede resultar entretenida, o no, pero siempre que se deje claro que no es Historia.

    saludos

  13. Urogallo dice:

    Todo es cuestión de gustos…

  14. Ascanio dice:

    …y de colores…

  15. Urogallo dice:

    …y de flores…

  16. cavilius dice:

    El otro día vi a Javier Sierra por la tele (no recuerdo ni el programa ni el canal) preguntándole a un señor padre italiano, cuya hija al parecer había muerto, si la voz radiofónica que ambos estaban oyendo en una radio que no funcionaba desde hacía años, era la de su hija. Y creo que el hombre decía que como que sí. Del miedo que me entró cambié de canal, que a mí estas cosas me impressssionan mucho, oye.

    Saludos.

  17. Jerufa dice:

    Para averiguar el motivo de tu pregunta, Ascanio, deberías leer antes el libro de Mª Teresa Alvarez, El secreto de Maribárbola, otra maravilla de la literatura de entretenimiento.
    Adiodió.

  18. Aretes dice:

    Muy buena reseña.
    ¿Que qué pinta un libro de este tipo en Hislibris? Pues ponerlo en su justo estante que es lo que ha hecho Koenig, ni más ni menos. La reseña me parece necesaria para que el que se acerque a algo así sepa a lo que va y si no, al menos que para que cuando te citen un autor puedas ubicarlo donde merece.
    Que luego viene un listo y te comenta, con toda la autoridad del mundo, claro, el inicio de los tiempos en la era de los elfos y te quedas bizca.

  19. Arauxo dice:

    Oya y en la literatura esta estupendísima de entretenimiento y divertimento de lo más agradable ¿entran también los tratados, ensayos y análisis de investigación de Iker Jiménez, Rappel,la Bruja Lola y Aramis Fuster?

    ¿Qué me he estado perdiendo, por San Jorge?

  20. Aretes dice:

    Anda, vuelve a redactar eso que no hay quien te entienda.

  21. Arauxo dice:

    Y el comentario de Aretes me suscita otro interrogante: ¿Tenemos que reseñar todos los bodrios, digo… todos los ensayos alternativos o todos los divertimentos más agradables que salen al mercado para que el que se acerque a algo así sepa a lo que va y si no, al menos que para que cuando te citen un autor puedas ubicarlo donde merece?

    Jó… Yo propondría mejor una entradilla (de esas que aquí se llaman post) que podría denominarse «Tonto el que lo lea» o «Apriétate los machos», donde podríamos hacer una lista -laaaaaaaaaarga como ella sola- donde figuraran todos los títulos de engendros parecidos que salieran por minuto. Cumpliría la misma función y nos ahorraría muuuuuuuuuuuucho tiempo a los caho mendrugos como yo que no sabemos apreciar el encanto de esta maravillosa, interesantísima y entretenidísima literatura…

  22. Arauxo dice:

    Era cacho y no caho.

  23. Aretes dice:

    Pues ya que lo dices… es que yo estoy en esa tesitura.
    Y es la reseña más difícil.

  24. juanrio dice:

    Gracias Koenig y gracias Arauxo. La reseña estupenda y el bautizo del género que ni pintado. Y la intervención de Arauxo llevandonos al enlace me ha hecho primero aprender y luego reir a carcajadas (un compañero me ha dado una colleja por el jaleo que estaba armando)

    Lo que no me ha quedado lo suficientemente claro es si el libro es una novela o un ensayo histórico….

  25. Urogallo dice:

    Le propongo a Arauxo que lea algo de Jimenez del Oso, insigne propulsor de este tipo de estudios en el suelo patrio.

    Por lo demás, su conocimiento profundo de este tipo de personajes resulta sospechoso…

  26. Javi_LR dice:

    Je, je, je… Y yo -inocente de mí- que pensaba: «qué bien, una de esas reseñas divertidas de libros seudoliterarios, que a unos les hará pasar el rato, a otros guardar muebles y a Arauxo, que odia esas obras, le dará oportunidad de leer y comentar las interesantísimas reseñas anteriores».

    ¿No es fantástico Hislibris?

  27. Urogallo dice:

    Certera apreciación.

  28. Turriano dice:

    Bueno mmmm, si, vale, pero conozco a gente que se ha acercado a la historia después de leer este tipo de libros. Eso es porque dudan de que lo que han leido pueda ser real y entonces se comprar libros de verdad y oye, desde ese punto de vista puede ser positivo…

  29. Ascanio dice:

    Pues ahora que lo pienso, sobre quitar estas reseñas nada de nada. Porque como dice juanrio, me sirven para reirme de lo lindo.

  30. juanrio dice:

    Tiene razón Turriano, es posible que gente que lee estas cosas acabe interesandose por otras mas serias, pero como creo que no es el caso de esta «nuestra comunidad» me quedo con la risa y el vacile…

  31. Koenig dice:

    Buenas tardes.

    Lo primero, es de justicia agradecer los amables comentarios hechos a la reseña. Así que en nombre de la reseña. Gracias.

    Por otro lado, recoger (en cierto modo) el guante lanzado por Arauxo. La verdad es que yo mismo tuve mis dudas a la hora de enviarle esta reseña a Javi_LR ¿Merece la pena publicar en Hislibris una reseña sobre este libro? Me preguntaba yo mientras en un lindo atardecer de principios de primavera disfrutaba del sutil aroma de una copita de ribera, mientras, en un raro momento de pausa, divagaba mi mente sobre este y otros temas.

    ¿Porqué reseñar un libro que le parece a uno desacertado? ¿Porqué reseñar algo para decir que no te gusta? Es cierto que hay muchos libros buenos, y la verdad es que estos son los que mas derecho tienen a figurar en estas páginas. Siendo «bueno» algo de lo mas subjetivo, por supuesto.

    Pero por otro lado, y sin pretender que mi planteamiento sea absoluto, también es cierto que las cosas buenas se distinguen por oposición a las malas. Casi todo se mide por comparación. Y a veces me da la impresión de que esa comparación falta en Hislibris a veces. Por eso de vez en cuando se me ocurre reseñar un libro que no me ha gustado, porque pienso (raras veces y siempre con el analgésico a mano) que si sólo reseñamos aquello que nos gusta acabaremos por perder… llamemoslo «sustancia», que es la hora de la siesta.

    Pero además, y bromas aparte, una conversación bastante parecida a la de la reseña tuvo lugar. En algunas ocasiones me he encontrado con gente (y seguro que no soy el único) que se cree lo que pone en estos libros. A mi personalmente, como aficionado a la historia, es algo que me preocupa. Sobre todo en estos tiempos en que la tendencia a distorsionar la historia se acentúa.

    Retomando aquella conversación, el resultado fue que leí el libro, en parte por compromiso y en parte por curiosidad. El sentimiento personal que me dejó al final fue de ira. De hecho, tuve que hacer un esfuerzo para reseñarlo de forma ecuánime, colocarlo en su justo lugar y no responder a una barbaridad con otra. El motivo de dicha ira fue ver a la historia malamente maltratada (otra vez) por afirmaciones que, personalmente, me parecieron injustas, falsas muchas de ellas, y descabelladas buena parte de las demás.

    Y eso que todavía no había llegado a las librerías, así que imaginaros el mosqueo cuando vi que se vendía el libro como un libro de historia. Y en este sentido la culpa no es del autor (o al menos creo que no exclusivamente). En esto son corresponsables las editoriales y las grandes librerías. La verdad, no creo que haya que estar en contra del éxito comercial, pero si que hay que estar a favor de la dignidad. Hay lugares para estos libros, tan honorables como el de la historia pero que no son el de la historia.

    Se me ocurre una comparación. Es como ir a ver a un buen prestidigitador, uno bueno de verdad. Crea ilusión, es habilidoso y maravilloso. Su arte es admirable. Ahora bien, si ese prestidigitador se bajara del escenario para contarme que hace magia. Que no son trucos, que no es habilidad, sino algún poder sobrenatural, me sentiría ofendido, como si tratara de tomarme por tonto. si además consiguiera convencer a un par de incautos, saldría del teatro con un espantoso ardor de estómago.

    Por eso no estoy en contra de la misteriología esa, como no estoy en contra de la prestidigitación, pero me repatea que la llamen magia, o historia. Y por eso se me decidí, finalmente, a enviar esta reseña a Hislibris. No se si somos mas, tan o menos importantes que las editoriales o las grandes librerías, pero al menos me quedo con la impresión de haber hecho algo en favor de la pobrecita Historia. Y a dormir que mañana será otro día.

    Pues eso, opino, que diría aquel.

    Saludos.

  32. Sofonisba dice:

    Hola a todos, a mí me regalaron «En busca de la La Edad de Oro» de Sierra, y creo que no se puede tener más cara, un batiburrillo de temas o misterios de moda: «Las pirámides egipcias tienen la disposición de tres estrellas del cinturón de Orión…»»Las líneas de Nazca hechas para hombres voladores…», etc. Menudo personaje.
    Me parece bien que de vez en cuando se critique a este tipo de pseudo-escritor, y porqué no en un foro como este.

  33. Marbenes dice:

    Pues a mí me parece todo un acierto esta reseña.

    En primer lugar porque el articulo de Koenig es buenísimo, entretiene, es fácil de leer, instructivo e incluso divertido.

    Y en segundo lugar porque nos deja claro a qué nos atenemos si decidimos leer este libro de tipo «entretenimientos esotérico-simbiotico-misterioso-históricos» de Javier Sierra, que a veces no viene del todo mal si tienes dolor de cabeza o demasiadas preocupaciones como para centrarte en una lectura de calidad (sobre todo si te lo han regalado y no te quedas con la sensación de haber tirado el dinero).

  34. Urogallo dice:

    Había que hablar del tema, sin duda.

  35. Sofonisba dice:

    Estoy de acuerdo en que no solo se debe reseñar lo que ha gustado, cuando se lee este foro, parece que todo lo que se escribe es bueno, y por supuesto, solo un pequeño porcentaje lo es. Pensaréis que porque no lo reseño yo…Enhorabuena Koenig, yo después de leer eso, habría sido más «ácida».

  36. Koenig dice:

    Estimada Sofonisba, el problema de la «acidez» es que corre uno el riesgo de ofender, innecesariamente. ;-)

    Saludos.

  37. Casio dice:

    Prestidigitación… Vaya palabra, hasta cuesta pronunciarla.

  38. Belibaste dice:

    Felicidades Koening. No sé si el personaje en cuestión, Javier Sierra, conoce esta página, pero como ya en su dia me contestó el Sr.Enrique De Diego por un comentario que hice en la reseña de su libro Héroes ( si no os lo creéis mirar la reseña ) me gustaria formularle una pregunta, ¿ de verdad considera sus libros como novela histórica ?. Espero tu pronta respuesta Javi.

    Por cierto y para terminar os dejó la introducción que el Sr.Javier Sierra hace en su libro El Secreto egipcio de Napoleón:

    » Quizá, lector, tengas la tentación de creer que las afirmaciones que contiene este libro son fruto exclusivo de mi imaginación. Y nada más lejos de la verdad.Lo que en él se cuenta es una meditada mezcla de verdades como puños y escenarios probables, que sólo los más atentos apreciarán en lo que valen» por Javier Sierra ( Fenómeno Paranormal ).

  39. Marbenes dice:

    Belibaste, ¿eres tú el que siempre le pone a Koenig una «n» de más, o hay otro además de tí?

    En la línea del anterior comentario, en «La cena secreta», también del mismo autor, en el Exordium (que no sé lo que es, pero según la wikipedia es la presentación o primera parte de un discurso que se divide en cuatro partes) dice:

    «En la Edad Media y el Renacimiento, Europa aún conservaba intacta su capacidad para entender símbolos e iconos ancestrales. Sus gentes sabían cuándo y cómo interpretar un capitel, un rasgo en un cuadro o una señal en el camino, pese a que sólo una minoría de ellos había aprendido a leer y escribir.
    Con la llegada del racionalismo, aquella capacidad de interpretación se perdió, y con ella buena parte de la riqueza que nos legaron nuestros antepasados.
    Este libro recoge muchos de esos símbolos tal y como fueron concebidos. Pero también intenta devolvernos nuestra capacidad para comprenderlos y beneficiarnos de su infinito saber.»

    Ahí es nada!

  40. Eneas dice:

    Bueno, yo creo que una novela es una novela. Pasatiempo que puede ser más o menos interesante, gustarte más o menos, menos al fin y al cabo una novela. No por eso hay que desdeñarlo, aunque por supuesto, que no me lo vendan como HISTORIA documentada y contrastada.

    Por cierto, ¿no os ha pasado que después de leer un libro así, (que en ese momento no sabías con seguridad si podía ser más o emnos veraz) os hayáis puesto a leer libros de Historia más fundamentada, para tratar de descubrir si es cierto o no lo que acabáis de leer? En ese sentido, si provoca ese comportamiento hasta puede ser positivo, casi catártico diría yo.

    En fin, sólo es mi opinión.

  41. Urogallo dice:

    A mí me pasó algo así con los «Reactores Marconi de la Vergentungswaffen sieben», es decir, con los supuestos reactores de sustentación del proyecto V-7.

    Ni reactores, ni marconi, ni V-7…a veces los tíos se inventan las chorradas más descaradas con una cara más dura que el cemento…pero lo bien que lo pasas soñando con lo que cuentan.

  42. Akawi dice:

    Me gusta Koenig. Aqué estamos para lo bueno, y lo malo a veces.

    Conocí a una Sra. mayor, que tras leer «El código…» aseguraba que los americanos habían fundado el Opus Dei. Los ponía verdes por su extremada y fanática religiosidad. ???

  43. cavilius dice:

    A mí lo que me repatea es que en las librerías tengan una sección donde meten todos los libros que, por negligencia de los libreros, no saben si son de historia, de arte, de cocina o de macramé, y que a esa sección la llamen «Ciencias esotéricas». Eso demuestra, además, que ni siquiera saben qué significa «esoterismo», o que les da igual. Sin ir más lejos, esta tarde me he pasado por el Corte Inglés y en la susodicha sección esotérica he visto títulos como «Saber decir NO a los hijos«, «La educación para la paz«, «Economía privada, economía pública«, y otros que la risa me ha hecho olvidar. Ah, qué tiempos aquellos en que muchos libros de filosofía los tenía que buscar en esa sección: Kierkegaard, Nietzsche, Aristóteles…

    Por cierto, que eso de «esoterismo» viene de los tiempos de Aristóteles precisamente: los escritos «esotéricos» eran aquellos que eran utilizados para los cursos del Liceo, apuntes, notas de clase, etc., que no tenían difusión más allá de los muros de la escuela y no eran conocidos más que por los alumnos. Por oposición, los escritos «exotéricos» eran los que eran redactados para ser «publicados», es decir, leídos en público.

    Pues mira tú que se me están ocurriendo bastantes libros que igual habría que tratar «esotéricamente»…

    Saludos.

  44. Jerufa dice:

    Cavi, no me digas tú que lees «Ciencias Esotéricas» en una librería y no te entra acojone.

  45. cavilius dice:

    Pues la sección esa la tienen muchísimas librerías; y casi siempre al lado de otra que se llama «Autoayuda». Se admiten chistes.

  46. Koenig dice:

    Buenos días.

    Leyendo los últimos comentarios, me gustaría aclarar primero que el libro reseñado no es, en abosluto, una novela. El tono, el desarrollo y la estructura son los del un ensayo. De ahí el problema de las confusiones. Entiendo que en una novela priman la invención y la imaginación. Por principio lo que se narra en una novela no ha tenido lugar. En cambio el ensayo es mas exigente. Lo que se desarrolla en un ensayo tiene la vocación de ser cierto. Me entretuve unas horas con el «Código», y no me importaron las afirmaciones que contenía porque era una novela, sin pretensión de verosimilitud.

    Con respecto a los capiteles que comentaba Marbenes, acabo de terminar un libro de Fossier: «Gente de la Edad Media», que sostiene todo lo contrario. Que la gran mayoría de la gente no sólo no sabía interpretar los capiteles, sino que además ni tenían tiempo para ello ni les importaba un pimiento.

    Dar la razón a Cavilius en lo que a distribución de las librerías se refiere. Muuuchos gazapos. Y la autoayuda es aquello que puede definirse como «Déjeme usted en paz con sus problemas y cómprese un libro».

    Saludos.

    Koening ;-) (recuerda que eres mortal)

  47. Urogallo dice:

    Eso de que no tenían tiempo para interpretar los capiteles…Durante una larga misa en latín, de la que no entendiesen ni jota, a ver lo que hacían…

  48. juanrio dice:

    El problema de las librerías, especialmente de las grandes o de las los grandes almacenes, es que hay gente trabajando en ellas a las que no le gustan los libros. Si a eso le sumamos la avalancha de novedades que soportan y lo falsas que son las contras y las solapas hablando de que trata el libro en cuestión ahí tenemos el problema de la colocación de los libros por género. Tambien pasa en las bibliotecas, por lo menos a las que yo voy, y antes avisaba a los bibliotecarios, hasta que ví que a algunos les sentaba mal y deje de hacerlo. Que le vamos a hacer

  49. Urogallo dice:

    En el Corte Inglés no es que a los que allí trabajan no les gusten los libros, es que a veces los odian.

  50. Koenig dice:

    Ahi está el asunto amigo Juanrío. Que en las grandes librerías tendría que haber, por lo menos, un librero. Por no hablar de las bibliotecas, donde creo que un bibliotecario tendría que controlar los libros un poco mas allá de las solapas (que no digo leerlos tampoco), no vaya a ser que lo confundan con un almacenista (con todo mi respeto para ambos).

    Uro, mirar al cura. Que aún hoy los hay que se cogen un mosqueo como te pillen con la mirada perdida por ahí. Además de levantarse y sentarse, que también entretiene un rato.

    Saludos.

  51. Urogallo dice:

    Te recuerdo que en la Edad Media la misa se celebraba de espaldas a la feligresía, eso cuando no directamente ocultos tras un velo…

    Solo el sermón ( que además era la parte entretenida y en cristiano, nunca mejor dicho) se decía cara al rebaño.

  52. Koenig dice:

    Da igual, aunque no miren, te pillan. Es un misterio.

  53. cavilius dice:

    Ahí, ahí nació la misteriología.

  54. Urogallo dice:

    Y las leyendas urbanas…

  55. Koenig dice:

    o rurales, dependiendo de la parroquia.

  56. Verdoy dice:

    ¿Como un hombre barbudo con una cruz en el pecho y túnica, de espaldas a su grey era capaz de mantener la atención mientras cantaba en una lengua no entendida?

    ¿Qué poderosas fuerzas encaminaban a esa gente a entrar en el templo a una hora determinada el séptimo día de la semana? ¿No tendrá que ver con el número 7, el número mistérico del Antiguo Testamento heredado probablemene de los Asirios?

    ¿No es la cultura asiria el origen de las civilizaciones? La micénica, la egipcia, los pueblos del mar, ……. y quizá la civilización perdida, la oveja negra de los asirios…. aquellos que se aventuraron más allá de los oceanos y poblaron un continente misterioso al que llamaron Atlántida, adonde llevaron sus luengas barbas y su estilo de vida.

    Pero las fuerzas telúricas hicieron que el continente desapareciera, aunque una pequeña parte de la población, los conocedores de los grandes misterios mistéricos pudieron navegar en un junco hasta la desembocuadura del amazonas, donde viven en un afluente perdido y aislado.

    ¿voy bien?

  57. Aretes dice:

    Genial, solo te falta llegar a la cultura maya.
    Y yo pondría un toque egipcio por algún lado, eso siempre queda bien.

  58. Verdoy dice:

    Cierto, cierto, por eso navegaron en un junco de palma a la manera egipcia….

    Lo de los mayas es aún más fascinante si cabe…. si tomamos la medida en pies de la pirámide llamada El Castillo, de Chichen Itzá y la dividimos por el cuadrado del cociente entre el número de pilares horizontales y el de pilares verticales de Stonehenge nos dará unas coordenadas cuya arcotangente con la bisectriz del grupo de estrellas conocidas como Casiopea da como resultado un vector que apunta directamente al afluente perdido del amazonas donde moran los barbados descendientes de atlantes y asirios.

    saludos

  59. juanrio dice:

    Verdoy, este libro que estás escribiendo es ¿novela o ensayo? Porque hasta ahora me tienes en un sin vivir….

  60. Koenig dice:

    Perdonad, pero os falta la carga emotiva.

  61. Arauxo dice:

    Jajajaja… «misterios mitéricos»… Te ha faltado ponerle delante «misteriosos»…

    Yo también le añadiría algo sobre los cátaros, el Templo de Salomón y, por supuesto, por supuesto, por supuesto, a Cristo, María Magdalena y sus descendientes. Si no, Verdoy, mmmmm… te va a quedar un poco inconsistente y no va a haber quien se lo crea.

  62. Valeria dice:

    Ya sabeis lo que dice Haefs: sangre, sudor y semen. Por ahí no vais bien. Koenig lo llama carga emotiva porque es un caballero, pero piensa en lo mismo.

  63. Arauxo dice:

    ¿Y qué tiene que ver Churchill en este historia, Valeria?…

  64. Valeria dice:

    Churchill es descendiente del hijo secreto de Ana Bolena.

  65. Arauxo dice:

    Aaaaaaaaah, toma ya. ¡Esto va a ser un bombazo!

  66. Eneas dice:

    Ou, conclusión final, en lugar de comprarme el libro de Javier Sierra, me voy a uqedar leyendo comentarios que me lo estoy pasando mucho mejor, y con opiniones contrastadas y todo! (lo digo en serio, nada de ironía eh? que nadie se mosquee!!)

  67. Koenig dice:

    Falta por comentar el misterio hislibreño…

  68. Koenig dice:

    Vaya, en moderación.

  69. Ascanio dice:

    Ese es hondo e insondable como el pozo del pasado.

  70. Javi_LR dice:

    No hay web…

    (Anfibología, ya que estamos)

  71. Javi_LR dice:

    A/para explicar el misterio, digou.

  72. Verdoy dice:

    Juanrio, en realidad es épica pastoril pero con un enfoque innovador.

    Arauxo, todo a su tiempo. ¿qué voy a dejar si no para la segunda parte? Aunque puedo adelantar algo: la pequeña diosa blanca del pueblo Yanomami sentada y con los brazos en actitud de orar, en forma de M invertida es un claro síntoma de la presencia de Malena en la selva amazónica. En realidad, los cátaros eran como «los cantes de ida y vuelta»: una delegación de los guardianes de los misterios mistéricos que cruzaron el oceano en tiempos del emperador Tiberio para recalar en Palestina. Pintaron una mazorca de maiz en el Templo de Jerusalén y se llevaron como polizones a una pareja de amantes que querían huir de la ciudad. Debían de tener problemas porque un romano le había clavado a él un pilum en el costado. Bueno por ahí van a ir los tiros.

    Koenig, la carga emotiva no es técnicamente adecuada para la épica pastoril…..

    … así que de Ana Bolena… eso explica muchas cosas….

    saludos

  73. Javichu dice:

    Si no sale Leonardo Da Vinci por algún lado no va a valer nada…

  74. Arauxo dice:

    Por supuesto, Javichu, por supuesto…

    Yo creo que Leonardo conocía los misteriosos misterios mistéricos de Stonehenge, porque pertenecía a la Secretísima Hermandad de Arturo y los Pegamoides, que como todo el mundo sabe son los herederos de aquellos Teutones Vikingos que secuestraron a San Malaquías y le hicieron confesar bajo tortura el nombre del último Gran Maestre de la orden del Búcaro, Rodolfito de los Meloncitos.

    Y no quiero seguir adelantado el argumento, porque ya estoy desvelando demasiadas cosas…

  75. Arauxo dice:

    Ja ja ja… qué bueno… ¡¡Y sale una nueva cada vez que pinchas!!

  76. Arauxo dice:

    Ja ja ja…
    Ay, por Dios…
    Gracias, Javichu, por este buen rato…

    Ja ja ja…

  77. Koenig dice:

    ¿Veis como reseñar estos libros si es util?

  78. cavilius dice:

    Pues esta mañana, en el metro, yo iba leyendo a Platón y se me ha puesto al lado una señora que llevaba el libro de Sierra abierto por la página 45. Supongo que lo estaba leyendo.

    He estado a punto de recomendarle que se apuntara a la secta de Hislibris y que visitara nuestra famosa página webera.

  79. Arauxo dice:

    Qué suerte. Yo no puedo leer a Platón ni a Julia Navarro de camino al trabajo, porque cuando leo me cuesta mucho mantener el volante derechito y avanzar sin comerme al coche de delante.

  80. cavilius dice:

    ¿El volante? Ah, el platillo volante…

  81. Clío dice:

    Pero al final ¿ tú no ibas en bicicleta al trabajo?

  82. Arauxo dice:

    No. Estoy practicando. Porque me gusta estar en forma antes de pedalear diariamente durante 22 km, incluyendo laaaaaaaaaargas cuestas con el 10% de pendiente. Cuando me haya entrenado, ya te avisaré, Clío. Mientras tanto, se lo dejo a los ecologistas.

  83. Aretes dice:

    Así se empieza, con buenas intenciones.
    Luego te das cuenta de que no puedes oir música, que tardas tres horas, que no puedes colgar las bolsas de la compra, que si tienes que acercar a alguien empiezas a calcular la amistad en kilos… además no tienes faros y la bici estática empieza a ser cada día más atractiva.

  84. Urogallo dice:

    Platon en el metro…Alguien debería regalarte un libro nuevo.

  85. juanrio dice:

    ….el del Prozac….

  86. cavilius dice:

    Mira, ese libro lo reseñé hace ya la tira de años. Me gustó un montón, sí…

    La profesión del futuro

    Si buscáramos este libro en una biblioteca seguramente tendríamos que consultar la sección de autoayuda y superación personal, no la de filosofía. Y es que no se trata de una obra filosófica, ni siquiera de una propuesta de reflexión: es más bien un anuncio (en el sentido publicitario de la palabra) del nacimiento de una nueva “disciplina psicoterapéutica”: la filosofía de la práctica. Este es el mérito que se le ha de reconocer al autor, Lou Marinoff, quien desde la primera página se lanza hacia su objetivo, predicando su mensaje de seguridad con el ejemplo de ir al grano en todo momento.

    El prozac (fluoxetina clorhidrato) fue descubierto en 1972 y comercializado catorce años más tarde; actualmente se considera uno de los antidepresivos más potentes que se conocen, así como un fármaco útil para el tratamiento de otras afecciones psiquiátricas. Su uso se ha multiplicado tan rápidamente como el progresivo descubrimiento de numerosas enfermedades y trastornos de la mente en las últimas décadas del siglo pasado (según Marinoff, los psiquiatras afirman que uno de cada dos habitantes de los Estados Unidos padece alguna enfermedad mental). Este incremento se debe a la facilidad con que se cataloga de enfermedad mental cualquier inquietud o preocupación que altere la conducta del ser humano. Aquí es donde surge la filosofía de la práctica, como alternativa al prozac y a los remedios tradicionales para estos trastornos (la psicología y la psiquiatría). El autor, directo y asertivo, dice que la mejor solución para los problemas de pareja, las discusiones familiares, las preocupaciones laborales, las dudas a la hora de tomar decisiones, los complejos de personalidad, etc., es un buen asesoramiento filosófico que nos ayude a considerar la situación desde una perspectiva más serena y objetiva.

    El libro es una sucesión de casos reales de este estilo: el individuo A va a la consulta de asesoramiento filosófico de Lou Marinoff (cuyos honorarios son 125 dólares por sesión, unas 25.000 ptas.) porque tiene un problema X que no puede resolver con la ayuda de la medicina, la psicología ni la psiquiatría; Marinoff le “receta” la lectura de algún libro de filosofía (La consolación de la filosofía de Boecio o el Tao Te King de Lao Tse, por ejemplo) y, con eso y unas cuantas charlas, el paciente descubre una óptica nueva que le permite abordar su problema con éxito. Dejando de lado la comicidad del planteamiento, sí que es cierto que la filosofía como disciplina implica contemplar la vida de manera diferente; pero para llegar a esta actitud contemplativa no parece que el camino sea leer un libro de Nietzsche como si fuera un analgésico contra la depresión. La filosofía nace de la admiración y el interés del ser humano ante las cosas que le rodean, admiración que le obliga a hacerse preguntas para que su actitud vital esté con consonancia. Lo que propone Marinoff no tiene nada que ver con esto; su filosofía de la pràctica no es una actitud ante el mundo, sino frente al mundo; es una medicina contra una enfermedad. Este planteamiento, al margen de que sea útil o no, no es en absoluto filosofía. No hace falta encontrarse enfermo para leer el Fedón; lo que hace falta es tener interés por saber qué pensaba Platón sobre la inmortalidad del alma. Lo que quizá le falta a Marinoff, pues, es dejar claro esto mismo: que las posibles “propiedades curativas” de la filosofía son un valor añadido y no su razón de ser. Aunque, y este es el principal argumento del autor, lo único que importa es que las tiene.

    Si es útil, es bueno.

    La idea que se respira en el libro de cómo se ha de entender la filosofía, tiene tanto utilitarismo americano como la forma en que está escrito, o incluso la selección de filósofos que son citados a lo largo de la obra, la mayoría anglosajones y pertenecientes a la corriente filosófica del utilitarismo (cuyo lema podríamos decir que es: si algo es útil, entonces es bueno). También se nota cierta predilección por la filosofía oriental: Confucio, Lao Tse, el I Ching y, en un porcentaje relativamente bajo, la filosofía griega y alemana, lo cual como mínimo causa sorpresa. A pesar de eso, la nueva profesión de consejero filosófico queda justificada por el hecho de que ayuda a la gente a resolver sus problemas. En Nueva York está la recientemente creada American Philosophical Practitioners Association, cuyo presidente es Marinoff, y da un carácter más institucional a todo el movimiento de la filosofía práctica además de proporcionar un apoyo a los consejeros filosóficos, la inmensa mayoría de los cuales evidentemente son norteamericanos.

    El tema que de una manera tan ingenua como sincera abordó el griego Teofrasto con sus Caracteres, o que tan elocuentemente trató Baltasar Gracián en su Oráculo manual y arte de prudencia, queda ahora retomado y rematado por este libro de Marinoff. Por tanto, ya que en nuestro país no hay ningún profesional seguidor de la nueva disciplina (si nos atenemos a la relación de consejeros filosóficos existentes por todo el mundo que figura al final del libro), y previendo la avalancha de trastornos mentales que amenaza a nuestra sociedad (del tipo no tengo amigos o mi pareja no me entiende), no queda más que animar a cualquiera que tenga una cierta formación filosófica a que monte una consulta y comience a recetar más Platón y menos prozac.

    Saludos.

  87. Koenig dice:

    Interesante reseña.

    Aunque siempre he tenido la impresión de que ese «consejero filosófico» no es nada nuevo, antes era el cura local. Que de paso ejercía de psicólogo.

    Saludos.

  88. juanrio dice:

    Lo siento Cavilius, me refería a «Amor, curiosidad, prozac y dudas» de Lucia Echeverria….je, je

  89. cavilius dice:

    Esteeeeee… bueno, qué mas dará un libro que otro, si total, todos son un puñado de palabras no mássss…

  90. Clío dice:

    Ahora entiendo lo dominado que tienes tú el tema de las reseñas, y ¿dónde, si puede saberse, reseñabas antes?.
    Pues yo pondría en el mismo saco terapeútico : leer una buena novela histórica ¿no os parece? (a mi siempre me ha ido bien….)

  91. Ascanio dice:

    Y tanto…

  92. Arauxo dice:

    Curiosa reseña, sí…

  93. cavilius dice:

    Clío, hacía reseñillas en una revistilla de mi trabajillo. Y yo no domino nada, más bien dejo que las reseñas me dominen a mí.

  94. Clío dice:

    Anda, anda, no me seas modestillo,

    ¡zás, zás! (reseña dominando a Cavilius)

  95. Urogallo dice:

    En una conferencia suya celebrada recientemente en Cádiz ( pero a la que no pude acudir) declaró que el libro era el resultado de 20 años de investigaciones por todo el mundo.

    A juzgar por lo que dice Koenig, no fueron muy profundas.

  96. juanrio dice:

    ja, ja, ja,…….larga carcajada…..,ja. Estoy por comprarme un libro tan sesudo

  97. Balbo dice:

    … Pues a mi el libro me ha gustado, me ha resultado muy entretenido desde el punto de vista de la cultura popular. Es mi humilde opinion, claro ;-)

  98. carlos dice:

    Pues con los años el tal Javier Sierra se ha hecho multimillonario con best sellers no ya en España sino en USA con claras reseñas favorables en períodicos como el New York Times. Nos guste o no el género y él en concreto esta es la realidad

  99. Javi_LR dice:

    Coñe, Balbo, que se me había pasado tu comentario. O eres un rebelde o un valiente o estás ya preparado para escribir en el New York Times ;o)

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