LA MUJER DE ANDROS – Thornton Wilder

LA MUJER DE ANDROS, Thornton Wilder«Los favores dejan de ser favores cuando se les imponen condiciones. La magnanimidad no negocia con su poder». La mujer de Andros.

Thornton Wilder (Wisconsin, 1897 – Connecticut, 1975), único escritor galardonado con tres premios Pulitzer, navegó con éxito por los mares de la ficción histórica, la dramaturgia, el cine –fue guionista de la película La sombra de una duda de Hitchcock– e incluso la música, a la que aportó los libretos de dos óperas estrenadas en Alemania y una obra teatral en la que se inspiró el musical Hello, Dolly! Pero los anhelos intelectuales de este inquieto norteamericano no acabaron aquí ya que, además de destacar como profesor, traductor y conferenciante, cursó estudios de Arqueología, Lengua italiana y Literatura francesa; se desenvolvió con fluidez en cuatro idiomas y llevó a cabo una destacada investigación literaria sobre Lope de Vega.

Recibió numerosos honores a lo largo de su carrera; entre ellos la Medalla de Oro de Ficción de la Academia Americana de las Artes y las Letras, la primera Medalla Nacional de Literatura y el Premio Nacional de Ficción. Alistado como voluntario en la Segunda Guerra Mundial, alcanzó el grado de teniente coronel en el Ejército del Aire y, entre otras distinciones militares, fue nombrado oficial honorario de la Orden del Imperio Británico.

Causa extrañeza que, a pesar de tales credenciales, La mujer de Andros –una novela corta de apenas 100 páginas– haya pasado casi desapercibida para el lector español, quizás ahogada por la difusión alcanzada por la excelente novela Los idus de marzo –su obra más conocida junto con El puente de San Luis Rey–. Y, sin embargo, en escasas ocasiones las olas arrojan a la playa de la literatura, mezcladas con conchas vulgares, delicadas perlas en las que brilla la excelencia narrativa de un escritor capaz de recrear épocas pretéritas, hondos sentimientos y personajes profundamente humanos con aparente sencillez; con un manejo del lenguaje exquisito, poético y evocador –no hay más que leer las dos primeras páginas–; capaz de trasladar al lector a través del tiempo y del espacio para depositarle con dulzura en una playa griega, mecido por el sonido del mar y acariciado por la brisa del anochecer. Demasiado tarde se da cuenta de que está envuelto por los hilos de la narración, rodeado de unas hebras finísimas de seda tejidas con pequeños y sutiles datos históricos, presenciando un relato de profunda carga teatral y dramática, y en el que la Historia apenas es el paisaje, el fondo que contrasta o los bastidores de la tragedia.

A la pequeña isla de Brinos arriba Críside, una bella y culta cortesana procedente de Andros; allí, en su casa, arropada por su rebaño de menesterosos, una noche a la semana organiza cenas para jóvenes al abrigo de miradas adultas y de envidias femeninas mientras recita obras de Homero o Platón. A esos encuentros acude Pánfilo, heredero de las tradiciones de Brinos, quien descubre gracias a la extranjera, que la verdadera influencia sobre los demás no es consecuencia de un momento de elocuencia ni de unas cuantas palabras bien elegidas, sino de la acumulación de toda una vida de pensamientos cuyo poso se asienta en la mirada. En el mar de Brinos también navegan otros personajes, como los padres de Pánfilo –Simón y Sóstrata– , su prometida –Filomena–, la tímida e inocente hermana de Críside –Gliceria–, el marinero desequilibrado –Filocles–, la sirvienta fiel –Misis- o el sacerdote de la isla, conocedor de que hay algo mejor que curar una enfermedad, y es aceptarla y compartir con el enfermo esa aceptación. De entre todos ellos emerge la mujer andriana, haciendo oídos sordos a la discriminación que la margina, dignificando su sexo y revelándose como la conciencia de una sociedad patriarcal e inamovible.

Wilder arroja al mar medusas, algas y redes rotas; solo deja la arena brillante y tibia, formada por protagonistas humanos alejados de héroes y míticas batallas, maravillosamente definidos con apenas unos trazos; guiados por Críside, la extranjera, la hetaira, que con su dignidad zarandea sus tristezas y alegrías, hace zozobrar sus costumbres y atormenta su moralidad aun en su ausencia; Críside, la necesitada de amor, la pastora del rebaño de desposeídos, la que añoraba su propia felicidad; Críside, la mujer de Andros, consciente de la fugacidad de la alegría y de la realidad del dolor.

«Añoramos lo que no tenemos, nuestras vidas pasadas aunque, cuando las vivíamos, no éramos conscientes de nuestra propia felicidad». La mujer de Andros.

CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS: La mujer de Andros (The Woman of Andros), 451 editores, 1ª edición, marzo 2007, 123 páginas.

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101 comentarios en “LA MUJER DE ANDROS – Thornton Wilder

  1. Richar dice:

    Tiene una pinta curiosa esta novela, la cual desconocía (sólo he leído «Los idus de marzo» y me encantó).

    Una gran duda me asalta, Ascanio, ¿en qué época se desarrollan los acontecimientos? Deduzco que hace mucho, claro, pero por centrar un poco más el tiro. ¿O quizás no queda definido en el libro?

    Gracias,
    Richar.

  2. Clío dice:

    ¡Que apetecible, Ascanio! vibrante y poética tu reseña, por un momento me he trasladado, gracias tambien a la cabecera de Nuru, a esa playa de «arena brillante y tibia». Que música tan bella sale de tu pluma cuando algo te gusta….

  3. Ascanio dice:

    Pues no, richar, no queda definido en el libro. La única referencia -muy vaga- está en la primera página:
    Hacía tiempo que el triunfo se había olvidado de Grecia, y la sabiduría, de Egipto, pero con la llegada de la noche ambos parecían recobrar los honores perdidos, y la tierra que pronto habría de llamarse Santa preparaba en la sombra su fruto portentoso.
    Con este párrafo nos situamos en la Grecia precristiana, y nada más. No hay ninguna fecha, ningún dato histórico que nos centre la novela. Pero es que no hace falta, porque el libro refleja la vida corriente de la gente corriente, alejada de los héroes y las batallas, como ya comento en la reseña.
    Y lo verdaderamente maravilloso es cómo Wilder recrea, con un paisaje, con un comportamiento, con una insinuación, con una frase, toda una época; huyendo de las descripciones farragosas y los mamotretos de manual a los que algunos autores de novelas históricas nos tienen acostumbrados. Y es que no hace falta nada más que saber escribir para centrarte en una época sin que te des cuenta. Y Wilder es un maestro en eso.

  4. Clío dice:

    En fin, llevo media hora moderá…….este programa se ceba conmigo!

  5. Ascanio dice:

    Gracias, Clío.
    Las reseñas son muy diferentes cuando se disfruta de literatura de verdad.

  6. pepe dice:

    Maravillosa reseña, Ascanio, enhorabuena: me parecía respirar el aire del mar cuando la estaba leyendo. Me he puesto ya a buscar la novela para comprarla, no hace falta decir más.

  7. Incitatus dice:

    Si el libro es solo la mitad de bueno que la reseña será magnífico. Olé, Olé Ascanio.

  8. Rodrigo dice:

    Qué tentación, Ascanio, qué maravillosa tentación. Has estado inspiradísima, sin duda, y puesto que se lo debes al libro de Wilder, es como para tenerlo en cuenta. Con mayor razón si se conserva un grato recuerdo de los títulos que mencionas en tu reseña, base del prestigio de este autor: “Idus de marzo” y “El puente de San Luis Rey”.

    Faltaría más: me apunto a “La mujer de Andros”.

  9. Ascanio dice:

    Gracias, Inci, Pepe y Rodri.
    Lo cierto es que la novela en una joyita (o por lo menos a mí me lo parece). Quizás la reseña ha quedado algo «parca» en su extensión, pero he evitado dar muchos más datos porque, debido a sus escasas páginas, corro el riesgo de contar más de la cuenta.
    De todas maneras, no me resisto a copiar un parrafito:

    Críside no era consciente de lo que ocurría en la casa durante sus ausencias, ni de que cuando se marchaba el lugar quedaba vacío. Las personalidades de su rebaño se extinguían. Inquietas, permanecían junto a la verja, oteando en la dirección por la que Críside había de volver, y sus mentes ya solo actuaban en términos de ese resentimiento que es el complemento de la devoción. Críside no era consciente de que este desasosiego que erosiona el amor es una de las actividades principales de este mundo.

    ¿A que es una preciosidad? ¿Quién no se imagina esta escena? ¿Se puede decir más con menos?
    Como diría Richar: yo es que me emociono, oiga…

  10. Richar dice:

    Gracias Ascanio por confirmar mis dudas, y sí, resulta interesante saber que el autor es capaz de centrarte en una época sin necesidad de definirla.

    Un saludo,
    Richar

  11. Lauso dice:

    Felicitaciones amigo Ascanio, una exelente reseña de una novela que hace tiempo esperaba.
    Suerte

  12. Pilar Alonso dice:

    Preciosa reseña, Ascanio.

    Aquí en el despacho, casi he podido percibir el sonido de las olas.

    Tomo nota de la novela.

  13. Ariodante dice:

    Ascanio, enhorabuena: una preciosa y poética reseña. ese libro lo leí creo que el año pasado y me pareció delicado y muy poético. No es tanto una novela histórica, aunque esté ambientada vagamente en Grecia en una época antigua, sino una delicada muestra de amor, de relaciones entre personas…. De Thornton Wilder, que es un buen escritor, he leído casi todo lo que se ha publicado en España y, aunque lo que más me gustó fue «Los idus de marzo» esta otra deja un poso muy dulce, a la vez que una cierta nostalgia. Ciertamente «añoramos lo que no tenemos…» Es una verdad como la copa de un pino.

  14. jerufa dice:

    Poco más que decir de lo que aquí se ha dicho. Se nota por la reseña que el libro rezuma calidad. Yo de mi hermana me fío, ¡oiga! así que me haré con un ejemplar en cuanto lo oteé por esas librerías de Dios. Es que últimamente me pasa como a Pepe, que estoy de un poético…

    Ario, un beso muy especial.

  15. Ariodante dice:

    Muchas gracias, Jerufa.

  16. pepe dice:

    Ariodante, te queremos mucho.

    Me gustaría que Ascanio o algún filoheleno nos ilustrara un poco sobre la diferencia que hay entre hetaira, la condición de la protagonista, y prostituta. Supongo que tiene que ver con la educación recibida en las artes de la oratoria, la filosofía y cosas por el estilo. Cortesanas cultas ha habido en muchas culturas. Los japoneses tienen a las geishas y los venecianos del renacimiento a las cortegiana onesta, por ejemplo. Es un arquetipo que en literatura ha dado siempre algún juego.

  17. Javi_LR dice:

    Pepe, tienes esa duda por minusvalorar el Panem et circenses:

    Preguntita del concurso

  18. pepe dice:

    Javi, mea culpa por la minusvaloración y por clavarte esas espinitas, pero debo añadir que para ser un tiburón del mundillo editorial eres demasiado sensible (y además nunca vienes al partido de baloncesto de los martes, para que te curtamos un poco).

  19. Koenig dice:

    Efectivamente es una bonita reseña Ascanio. Pero, no esperaba menos así que no voy a felicitarte.

    Juas.

    A mi me pasa como a Richar, que de Wilder sólo he leído los «Idus…» pero la verdad es que no guardo de la novela un recuerdo es pecialmente. Bueno, en realidad, recuerdo que va de Julio César, y que lo matan, creo. Y poco mas.

    Opino.

    Saludos.

  20. Javi_LR dice:

    ¡Ja, ja, ja…! Pepe, me confundes con otro. Lo de sensible puede, pero lo de tiburón… Te vas a enterar cuando pueda ir a clavarte tres triples seguidos. Ahí sí que me llamaras Javi the hawk. La minusvaloración debería haber ido entre iconitos. Mea culpa… Te lo dije con todo el humor del mundo.

    Un abrazo, Pepe.

  21. pepe dice:

    Javi, ya sé que lo dijiste con humor y así lo tomé, hombre. El día que necesite emoticonos o algún tipo de aclaración para captar el sentido de los mensajes -sobre todo si son de los amigos- dejaré de escribir en internet.

  22. Ascanio dice:

    O sea, que las hetairas son unas cortesanas «cultas», ¿no? Porque con ese significado lo escribí… No he metido la pata, ¿no?

  23. Javi_LR dice:

    Bueno, en sentido griego, digamos que eran unas auténticas profesionales, preparadas para multitud de cosas.

  24. Ascanio dice:

    Bueno, esa definición le iría bien a Críside, desde luego.
    Ah, Koenig, yo tampoco te voy a dar las gracias por no felicitarme, pero sí por decir que es una bonita reseña.

  25. Ariodante dice:

    Yo creo que eran algo asi como las gheisas, pero en griego…es decir, preparadas para todo pero con un nivelazo. O como las Madames de los salones ilustrados…bueno, no sé si exactamente pero con un vago aire a eso.

    Pepe: ¡gracias! ¡Yo también os quiero a todos!

  26. Derfel dice:

    Esta editorial es nueva, ¿no?

  27. juanrio dice:

    Derfel, justo éste mes de marzo ha cumplido dos años.

    Ascanio, preciosa reseña, tremendamente evocadora de un mundo y de un lugar que ya no existen pero que podemos sentir como cotidianos. Leí en su momento las otras dos novelas del autor que nombras, pero no guardo recuerdo de ellas ¿Como será releerla? ¿Como será leer esta? Creo que, gracias a tu reseña, La mujer de Andros será la escogida.

  28. Ascanio dice:

    Gracias, Juanrio; pues mira, la que yo no he leído es la de «El puente de San Luis Rey»; así que tendré que agenciármela cualquier día de estos ya que todas vuestras críticas son buenas. La que dicen que era mala de solemnidad era la versión cinematográfica, ¿no? Tampoco la he visto, por cierto.
    Derfel, es una editorial relativamente nueva, pero no nueva-nueva.

  29. Ascanio dice:

    Ario, se me había pasado esta frase tuya:
    No es tanto una novela histórica, aunque esté ambientada vagamente en Grecia en una época antigua, sino una delicada muestra de amor, de relaciones entre personas…
    Yo discrepo de tu comentario. «La mujer de Andros» es una novela histórica cuyo eje principal lo constituyen las relaciones humanas, el amor, la compasión… Pero una novela histórica sin lugar a dudas.

  30. pepe dice:

    Ya sabéis que La musiquilla cerró hace algún tiempo y ahora sólo aparece de vez en cuando en cumpleaños, fiestas infantiles y ocasiones especiales. Veamos, ¿qué le podría venir bien a Críside, nuestra culta y bella cortesana? A ver qué tenemos por ahí…
    http://www.youtube.com/watch?v=M8DsE0QLGTA&feature=related

  31. Ariodante dice:

    Pepe, «tú y tus musiquillas»…
    Ascanio, es posible que sea como dices; podría considerarla histórica en el mismo sentido en que a «Casandra» de Christa Wolf se la considera histórica.

  32. Ascanio dice:

    No conocía esa musiquilla, pepe. Pero, anacronismos aparte (¿los griegos tocaban la guitarra acústica?), podría haber amenizado perfectamente una de las veladas de la bella Críside, a la luz de las velas y con la brisa marina del anochecer en la isla de Brinos…
    Ario, no he leído «Casandra», pero creo que entiendo lo que quieres decir.

  33. pepe dice:

    Como no estoy seguro de que los seguidores de La Musiquilla atisben las razones llevan a elegir una u otra canción, y como quiera que algunos maledicentes andan diciendo por ahí que se eligen al tuntún, he creido que quizá fuera bueno dar una somera explicación. La música es preciosa y la letra también, aunque no estoy seguro de entenderla del todo. El estribillo, que sí me queda claro, dice

    De sol, espiga y deseo
    son sus manos en mi pelo
    De nieve, huracán y abismos
    el sitio de mi recreo

    y me gusta especialmente por la antítesis que contiene y que refleja muy bien la naturaleza de la pasión amorosa, que alterna dicha y desdicha de manera constante. Fue el texto que copió Ascanio «ese resentimiento que es el complemento de la devoción», otra hermosa antítesis, el que me sugirió que ésta sería la musiquilla adecuada. Hay que tener en cuenta que en la canción aparecen, al menos, otras dos ideas contradictorias:

    donde con los ojos cerrados
    se divisan infinitos campos

    y, finalmente,

    Mar, bandeja de plata, mar infernal

    Y ahora, para despedir este comentario y por si aún hay alguien que no es capaz de ver la belleza y la fuerza que encierra este recurso literario de nombre tan griego, ahí va uno de los mejores comienzos de la historia de la literatura. Y al decir uno de los mejores, me quedo corto. Buenas noches.

    Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto.

  34. Valeria dice:

    Pepe, los seguidores de la musiquilla están encantados.

  35. Ariodante dice:

    Pepe ¡qué bonito! Me has dejado impresionada…

  36. juanrio dice:

    La mejor canción de Antonio Vega, para un servidor, Pepe. La letra va más allá de la pasión amorosa, pero no merece la pena analizarla, es mejor disfrutar de la canción e imaginarse a la orilla de un mar, el mejor de los mares.

  37. Ascanio dice:

    ¿Sabes, Pepe, que no he leído «Historia de dos ciudades», a pesar de que ese comienzo es uno de los más bonitos de la literatura?
    Hay otro también precioso (y llegados a este punto, sería una idea interesante abrir un hilo en el foro que se titulase así: «Grandes comienzos de la literatura»), y es de otro libro que no he leído tampoco, y que empieza así:
    «Hondo es el pozo del pasado. Es más, podríamos llamarlo insondable.»
    Más de uno habrá adivinado qué libro es.
    Y ahora pongo otro comienzo, maravilloso en su sencillez y que concentra en una frase toda una época. A ver si alguien adivina de qué novela se trata (tengo dos o tres candidatos que seguro que saben cuál es):
    «Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa».
    Sensacional.

  38. Derfel dice:

    ¿»Retrato de una dama»?¿»Whasington Square»? Me suena a James…

    «Historia de dos ciudades» está bastante entretenido: ahora abundan las ediciones, yo tengo una muy chula de Alba Editorial.

  39. Ascanio dice:

    Nooop. Frío, frío. Busca a principios del XIX.

  40. Derfel dice:

    Ah, «Orgullo y Prejuicio»

  41. Clío dice:

    Jane Austen, pero no sabía cual de ellas era y buscando en San google, ¡como no! salió : Orgullo y prejuicio, la primera ni idea, pero puedo volver al santo.

  42. Ascanio dice:

    Po zí a los dos.
    Sí, ya sé qué edición dices, Derfelutrio. Muy chula, en efecto.

  43. Ariodante dice:

    Y aquel que empieza «Llamadme Ismael…» No es que sea muy poético, pero sí conocido. Y el libro es un clásico, claro.

  44. juanrio dice:

    Deberíamos trasladar esto al foro, a un hilo especifico, pero no como concurso, que cojn Google no hay merito ninguno. Si recuerdo uno que me encanta lo inicio.

  45. Ascanio dice:

    Ea, pues cojo mis bártulos y me voy para allá. Voy a poner los dos que he comentado aquí.

  46. pepe dice:

    Ascanio: sabes que visito el foro lo menos posible, de manera que déjame hacer un par de consideraciones sobre el hilo que has fundado. Se trata de hablar de los mejores comienzos de la literatura, no de los comienzos de los libros más famosos, más influyentes o que más nos gustaron cuando éramos niños. Deben descartarse, por tanto, los que empiecen enumerando las partes en que está dividida la Galia o explicando cual es el asunto objeto de este libro (aunque tal asunto sea la Historia de Roma). Un hermoso comienzo es el de Ana Karenina, que ha elegido Farsalia, y me ha resultado curioso que nadie se haya acordado de éste otro, casi tan bello como el citado: Nació con el don de la risa y la intuición de que el mundo estaba loco.

  47. Ariodante dice:

    Sobre todo que no me haya acordado yo, que hice la reseña del libro, ¡¡jajajaja!!!! Tienes todita la razón, Pepe. Por cierto ¿que tal las vacaciones?

  48. pepe dice:

    Durante las vacaciones he pillado el mayor catarro de que tengo recuerdo. Creo que fue el día de Viernes Santo, la tarde se fue haciendo cada vez más fría sin que yo pudiera correr a casa a coger algo de abrigo. Hay un cuento de Chejov, El estudiante, en el que también una tarde de Viernes Santo se vuelve fría de repente y el protagonista acude a calentarse a una hoguera con unas mujeres y … no puedo seguir desvelando más. Espero que las tuyas y las de los demás hislibreños hayan sido agradables.

  49. Clío dice:

    Pues «juntate» conmigo que llevo dos dias en casa con un hermoso catarro o mejor catarrón, las vacas cortas, como siempre…

  50. Germánico dice:

    Pues yo me he pillado una semanita entera, y ni catarros ni gaitas… Bueno, gaitas sí porque estuve cinco días en Galicia.

  51. Ascanio dice:

    Pues si a alguien le consuela mi dolor de espalda…
    Buen comienzo, Pepe. Lástima que, como puse en la reseña de Ariodante, la novela se me hizo un poco cuesta arriba. Supongo que sería por las expectativas creadas por la película.
    Por cierto, creo recordar que es Pérez Reverte el que también menciona esa frase como uno de los mejores comienzos de la literatura en su novela «El club Dumas».

  52. Derfel dice:

    Yo creo que Pepe tiene toda la razón respecto al hilo…

  53. pepe dice:

    Gracias Derfel. Tendríamos que continuar aquella novelita por entregas que comenzamos a escribir, ya no recuerdo acerca de qué. ¿Tú te acuerdas? Con respecto al asunto de los comienzos éste, sin ser perfecto, es bueno: Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree, que si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que él. Un escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio.

    No he leído la novela de Ruiz Zafón que da comienzo con el párrafo anterior, pero disfruté con La sombra del viento como cuando tenía quince años. ¿Tú la has leído, Germánico? La del viento, digo, esa que está en el toptén de los no-lectores…

  54. Germánico dice:

    Norrrrrrr. De ese top-ten creo que sólo leí la de Boll. Y, a ver, no me malinterpretéis. No me refiero a que quien lea alguno de esos libros sea un mal lector o cosa parecida; no soy nadie para decirlo. Me refiero a que son los típicos libros que lee la gente que habitualmente no lee, y que después recomiendan a todo el mundo. Sólo eso.

  55. Ariodante dice:

    Si, está claro, Germán, yo estoy de acuerdo contigo. Y a mi de Böll, aparte de esa, la que más me gustó fue «El angel callaba», que no está en ningún top ten.

  56. Germánico dice:

    No les des ideas…

  57. pepe dice:

    Germánico: ya sé que no has afirmado que el que lea eso es mal lector, porque es bien sabido que hay tantos malos lectores como leones vegetarianos: exactamente ninguno. Del mismo modo, no he preguntado si habías leído La sombra para insinuar que de lo contrario no puedes opinar. Lo he hecho para saber si tengo que recomendártela o no.

    La sombra del viento es un libro cuya lectura es aconsejable incluso para los lectores avezados. Lo que hay que hacer es leer como si se tuvieran quince años. ¿Cómo se hace eso? Bueno, pues igual que se hace para disfrutar de una película de Indiana Jones o de La guerra de las galaxias: simplemente hay que leer sin prejuicios.

    Por cierto, me parece divertido eso del toptén. Espero que Ascanio nos deje incluir algún libro aquí y no abra un hilo en el foro…

  58. Laurence dice:

    Totalmente de acuerdo contigo, Pepe.

    Germánico, otro de los que mencionabas del top-ten era «Lo mejor que le puede pasar a un cruasán», ¿no? Anda que no me lo pasé yo bien con ese libro. Vamos, que gracias a él no llegué cabreada como el resto del pasaje por aterrizar en casa después de casi 8 horas de retraso. Y en la película que se hizo, Pablo Carbonell bordó el personaje.

    Saludos.

  59. Germánico dice:

    A ver, a ver… Pepe, no me había dado por aludido por tu comentario, faltaría plus… Simplemente, me diste pie para un chiste maloso… Recomiéndame la Sombra del Wind, so far away for me, que estoy atrincherado y dispuesto a devolvértela con… no sé… las memorias de Patton, que te van a gustar, que no salen batallas, sólo conversaciones de escaleras entre vecinas mayores de 70 años, venerable edad; eso sí, son alemanas… Me encanta cuando hablan de los jovencitos de enfrente, que se acaban de jubilar y les toca ir al urólogo, pero tienen unas pensiones interesantísimas… Hay que ver el juego que da la Seguridad Social…

    Laurence, lo del cruasán creo que era algo así. Es una gran ventaja que los aviones aterricen en tu casa, creo, aunque sea con 8 horas de retraso. A mí algún taxi me ha dejado cerca, pero después de mucho insistir y dejando propineja. Lo cierto es que desde que no admiten pesetas, no cojo taxis. Manías…

    http://www.youtube.com/watch?v=UuAsIv-SFXg

  60. Laurence dice:

    Sí…. es una de las ventajas de tener un aeródromo privado al lado de casa …. Pero, bueno, tampoco son todo ventajas…..

  61. pepe dice:

    Yo también leí lo del cruasán y, como a Laurence, también me pareció entretenido. Mi mujer ha leído también el siguiente, En el nombre del cerdo pero no le gustó. Bien, para cotinuar un poco con el toptén, ¿habéis leído ya lo de los hombres que no aman a las mujeres y la del bidón de gasolina?

    Cambiando de tercio, acabo de ver en el telediario que en Sevilla están preparando ya las casetas de la feria. Han creado una especie de roscón de reyes para celebrar tal evento y lo llaman «El abanico de la feria». Tenía muy buena pinta y me pregunto si Ascanio nos haría la gracia de comprarlo, comerlo y después decirnos qué tal está. Anda, reina…

  62. Germánico dice:

    Pues otra del toptén que he leído. La primera, Pepe, sí. Y no me pareció nada del otro mundo. Tengo la segunda en casa, y poca curiosidad por leerla, la verdad, aunque los calzamuebles dicen que es mejor que la primera.

  63. pepe dice:

    Calzamuebles: bonito término el que acabas de acuñar, Germánico, me gusta; propongo que lo adoptemos, pero también que sigamos explorando en la lista del toptén a ver qué encontramos. Un libro q

  64. pepe dice:

    (este teclado nuevo es una mierda, tiene las teclas tan juntas que no puedo evitar aporrear varias con cada dedo). En fin, iba dicendo que uno de los grandes éxitos del toptén de los calzamuebles fue, hace ya algún tiempo, el del niño con el pijama. Dime, Germánico, no habrás leído ésa también…

  65. Germánico dice:

    No, pero vi la peli (me aburrió)… Además, fui con una tía mía, de unos 64 años, bien llevados. También vi con ella «El lector», otro calzaarmastostes… Me dieron tanta vergüenza los folleteos de la primera media hora, que lo pasé fatal. Lo gracioso es que a mi tía sí le gustó, aunque espero que fuera más por la parte intelectual que por la física. Mírala qué pilla… Deseo que cuando llegue a su edad, algún sobrino me lleve a ver una peli cochinita como esta. Seguro que me encantará… Difícil lo tengo, porque mi hermana, que es mayor que yo, no tiene hijos…

    Jo…

  66. Ariodante dice:

    Vaya, menos mal que encuentro a alguien que no lanza alabanzas al niño del pijama…Yo no he visto la peli ni leido libro alguno pero se me quitan las ganas de hacerlo cuando tooodo el mundo dice lo mismo. En cuanto a El Lector, que si es una peli que arranca opiniones contrastadas, yo la vi y me encantó, quizás porque me acerco (sólo me acerco, ¡eeeh?) más a la edad de tu tía, Germán, que a la tuya. Parece mentira que a los jóvenes no les vaya la marcha de «folleteos» como dices tú…¿o es que os abochornais delante de abuelas?
    Pepe, a mi también me ha gustado el palabro «calzamuebles»; muy original, vaya!.
    ¿Alguien ha leído «Los hombres que no quieren a las mujeres»? Porque me lo han prestado y no sé si debo…

  67. pepe dice:

    De modo que no has leído el pijama, bien, ya veo, supongo que tampoco has leído el código, rey absoluto del cutretoptén, ni los pilares, su primo.
    Además, inauguras sin quererlo una nueva lista que podemos llamar el toptén con pretensiones o toptenfetén con el libro «El lector». En este toptenfetén podríamos inluir también… déjame que piense un poco, a ver, a ver … ya está: a Los girasoles ciegos. ¿Qué me dices de ésa?

    Ariodante: en relación con lo de los hombres Germánico dice más atras que la ha leído y que no es muy allá. A mi mujer tampoco le gustó demasiado, aunque reconoce que tiene una buena dosis de intriga, sobre todo al fina, creo recordar.

  68. Ariodante dice:

    ¿Los girasoles ciegos? Con ese nombre no tengo ganas ni de mirar en san google a ver de qué va eso. Ni idea.
    Pepe, creo que esta vez deberías ser tu el que abriera un hilo en el foro para el top-ten con pretensiones, jajajaja! porque le estamos dejando este hilo a Ascanio hecho unos zorros; y no protesta, cosa insólita…yo creo que nos ha dejado por imposibles y pasa de leer comentarios zarrapatrosos acerca de cómo equilibrar los muebles y tal.
    Pues mira; como el libro me lo han dejado (el de Larssen) supongo que acabaré leyéndolo, pero de aqui al verano tengo otras prioridades.

  69. Ascanio dice:

    Pues Jerufa está (o por lo menos estaba) enganchado -como una mosca a una cagarruta- al libro ese de los hombres que no amaban a las mujeres. Yo sólo leí unas páginitas en su casa (dos o tres) y claro, no es que pueda opinar demasiado.
    Yo me apunto a la lista de los que no han leído (ni visto la peli) del niño del pijama de rayas. No, no y no. Estoy hasta el moño de verlo por ahí (ya he contado que lo he visto hasta en una mercería), lo mismo que la segunda parte del Zafón. Que no me da la gana, ea. Y es que leer lo mismo que todo el mundo me da un poco de urticaria. Lo mismo que la Feria de Sevilla, Pepe. Y eso lo hago extensivo a todas las ferias; aunque a la feria del libro, la del jamón, la del queso y otras lindezas por el estilo sí me apunto.

  70. Ascanio dice:

    Quería decir paginitas, claro.

  71. Pamplinas dice:

    Yo el del pijama no lo he leido pero se lo he regalado a dos no-lectores :P Original que es uno :)

  72. pepe dice:

    Advierto que los dos ránquines fundados hasta ahora son de narrativa. Hay que ponerle remedio inmediatamente. Propongo fundar un tercero para el ensayo -preferentemente histórico, pero no necesariamente- que podemos llamar… el tostontén. ¿Y con qué podríamos abrirlo?…

  73. Ariodante dice:

    Con algún ruso -y que me perdone Rodrigo..- o con alguno de la II Guerra Mundial; porque mira que hay tostones….!
    ola, Ascanio, guapa; yo estoy super de acuerdo contigo, corasón.

  74. francisco dice:

    eso de los no lectores es un poco como esa gente que no tiene ni idea de cine y dicen que su director favorito es Alfred Hitchcock o como esos que no saben de musica y dicen que Mozart es su compositor favorito…
    cualquier libro de Umberto Eco deberia entrar en ese ranking o como dijeron en los comentarios e la reseña de El perfume, Los pilares de la tierra… otros que se me ocurren son La catedral del mar o el prototipo de libro para no lectores El codigo Da Vinci… cualquier escritor de bolsilibros, con la excepcion de Marcial Lafuente Estefania, escribe mejor y con mas estilo que estos…

  75. pepe dice:

    A mi me gustan Mozart y Hitchcock. ¿Debería preocuparme? Bienvenido a la fiesta, Francisco.

  76. farsalia dice:

    Ah, las listas y los rankings, son como los culos: todo el mundo tiene uno…

  77. Ariodante dice:

    JAJAJAJA, Farsal, ¡a veces eres cachondísimo…!
    Pepe, No sufras; a mi tambien me encantan Mozart y Hitchcock, y como habrás podido comprobar, algo enteradilla de cine y de música soy…
    Francisco, bienvenido! Creo que deberíamos preocuparnos más por los sí-lectores que por los no-lectores, ¿no os parece? Ya tienen bastante ellos con su dolencia mental…

  78. Javi_LR dice:

    Pero, pero, pero…, chiquillos, ¿os estáis leyendo?

  79. Ariodante dice:

    Vaya, Javi, ya era hora…¿no ves que te necesitamos?
    Por cierto…a ver si me mandas un mensajito, que me tienes olvidada.

  80. Javi_LR dice:

    Desatendida, quizá. Olvidada, ¡nunca!

  81. Ariodante dice:

    Muy ajustada la expresión: desatendida….y eso que tengo muuuchas cosas que contarte, pero me temo que tendrá que ser por correo ¿verdad? O una llamadita, porque últimamente te has convertido en todo un ejecutivo agresivo y ocupadísimo, de lo cual me alegro, si es para bien.

  82. farsalia dice:

    Sobre los lectores o no-lectores (suena a algo científico, jeje), personalmente considero que tengo el criterio y, sobre todo, la curiosidad como para leer lo que me apetezca. Hago caso de las recomendaciones: descubro a veces algunas joyas que, de otra manera, posiblemente no conocería.

    Eso de ir leyendo lo mismo que el rebaño (beeeeeeeee), me deja bastante indiferente: leo lo que el cuerpo (a veces más que la cabeza) me pide. Ahora mismo «desconecto» con ‘Next’ de Michael Crichton, que no pasará a los anales de nada, pero, chico, lo que me entretiene en un fin de semana de relativo relax. Luego pillaré alguna otra cosa, posiblemente el último Falco en inglés, o le hinque el diente al libro sobre la república de Weimar de Eric D. Weitz (Turner). Zafones y Ecos (como los Zidanes y Pavones) tienen su lugar, su público, su momento. Dejemos a un lado a los Da Vincis varios…

    Lo interesante, a veces, es ir en el metro y ver que la gente que te rodea lee cosas diferentes. ¡A veces incluso lo que tú estás leyendo! :)

  83. farsalia dice:

    «para saber lo que me apetece», no apetezca. God bless the Sunday!

  84. pepe dice:

    Releo los comentarios anteriores, como recomienda Javi. Gran idea la de incorporar al cutretoptén La catedral del mar, como apuntaba Francisco. Ariodante propone incluir en el tostontén a los libros de la II guerra mundial. Pero qué malísima eres, Ariodante, a veces das miedo… esos yo pensaba incluirlos en un subranquin especial para esas joyas de la literatura: el metrallatén. Propone Farsalia una curisa comparación, a saber, que los ránquines son como los culos, y en el intento de analizar tan curioso símil con lo que añade después pienso que, ciertamente, lo importante la lectura y en muchas otras actividades es gozar de cierta independencia, de algún criterio propio, que suele ser casi siempre sinónimo de elegancia. Escuchar recomendaciones no está reñido con lo anterior. Para lo contrario está una palabreja importada del inglés por la academia. Esnob: persona que imita con afectación las maneras, opiniones, etc., de aquellos a quienes considera distinguidos. Decía Baroja que El mérito para los snobs es hacer siempre descubrimientos. Así han llegado al dadaísmo, al cubismo y a otras estupideces semejantes. Me voy al cine, a ver lo que manden mi hijo y mi padre, que al parecer ya se han puesto de acuerdo. Buena tarde de domingo a todos.

  85. Javi_LR dice:

    No, no, Pepe. Yo no recomiendo releer. Yo decía de leer. Me conformo con eso.

    Ariodante, a ver si mañana te llamo o te escribo.

  86. Ascanio dice:

    Pues sí, evidentemente cada uno lee lo que le sale del moño y le apetece, lo cual no quita que a mí no me apetezca leer determinadas cosas que me meten por los ojos en todas partes, y sí me apetezca leer otras que leen muchos pero que no te nublan la vista ni el resto de los sentidos, como pasa con «El niño del pijama de rayas», «La catedral del mar», «El secreto» o «Las benévolas» entre otros.
    Por ejemplo, me encantan los libros de Douglas Preston y Lincoln Child; son libros entretenidos y me hacen pasar un buen rato, aunque no «estén a la altura» de otras lecturas. Pero no son libros que todo el mundo ha leído, o dice que ha leído, o que recomienda o que están en todas partes acosándote y mirándote con cara de «cóooooomprame, cóoooooomprame como ha hecho el 90% del mundo mundial; si no me compras serás un bicho ruaro, ruaro, ruaro». Pues no te compro, ea. Y además no te leo.

  87. Ariodante dice:

    Ooole! suscribo lo que dices, Ascanio querida, aunque no conozco a los autores que citas, y creo que da igual, suscribo la idea. ¡Toooma ya!

  88. Germánico dice:

    Pepe, propongo otro ranking, esta vez de categorías de personal esquizo-cultas, u sea: aquellos que, una vez al año o cada cinco, van a un concierto (es el que siempre aplaude entre movimientos) o ven en la tele el de Año Nuevo; compran dos libros al año: uno el 23 de abril y el otro el Premio Planeta (eso sí, no fallan nunca); han entrado al menos una vez en la vida en un museo sin resaca, sin que nadie les obligue y sin estar de viaje (y te lo cuentan y te lo cuentan); te regalan cualquier tipo de libro porque dan por supuesto que un rarito como tú se lee cualquier cosa (creo que en algún momento os he hablado de una persona que me regala continuamente libros de autoayuda; cómo me verá…), o porque realmente no son capaces de distinguir un libro de otro; o se pierden un partido de fútbol al año por ir al cine con su pareja. No sé cómo llamar a este ranking. ¿Qué dices tú?

  89. pepe dice:

    No creo que sea una buena idea, no se debe clasificar a la gente con arreglo a esa clase de criterios porque se corre el riesgo de creerse uno mejor que los demás. Y más guapo que la mayoría, eso sí que lo soy, pero mejor, lo que se dice mejor, pues no.

  90. Ariodante dice:

    Pepe: ¡la sensatez habla por tu boca! germánico, anda y tómate una cañita,o un mojo picón, a ver si te tranquilizas, ¡ja ja ja! Que te ha dado por los rankings…

  91. Germánico dice:

    Bueno, si se toma en serio claro que resulta ofensivo, pero creía que hablábamos irónicamente.

  92. Ascanio dice:

    Vaya, pues yo también me he quedado un poco chafada con el comentario de Pepe; esperaba una salida ingeniosa por su parte (como siempre) y me he quedado con dos palmos de narices.
    Venga, Pepe, que no se diga…
    ¿Cómo podíamos llamar al ranking de malentendidos en Hislibris?
    ¿El top-lacagué-ten?

  93. pepe dice:

    Ascanio: del mismo modo que es más fácil quedar bien como amante que como marido (dicen…) también lo es ser ingenioso de vez en cuando que todos los dias. Además, estoy un poco dolido por que no hayas querido probar el dulce de la feria, con la poco creíble excusa de que a ti la feria de abril, ni fu ni fa (será porque eres de Huelva…) Así de de ránquines, nadenatén hasta que me cuentes lo del abanico.

    Germánico: si ya sé que estamos hablando irónicamente, hombre, pero ya sabes que me pongo redicho y didáctico con frecuencia, no puedo evitarlo. Propongo figurar el primero en el ranquin de pedantes de hislibris, el preciosostén. El nombre es para despistar (en realidad, los que estamos en el ajo sabremos que el verdadero nombre es pretenciosos, pero usaremos el anagrama para no ofender a nadie).

  94. Ascanio dice:

    ¿Lo del abanico? ¿Qué abanico?
    Por cierto, Pepe, ¿te has comprado «La mujer de Andros»?

  95. Ariodante dice:

    Buena maniobra de «diversión»…

  96. pepe dice:

    No, Ascanio, aún no he tenido ocasión de pasar por ninguna librería. Pero está la primera en la lista. Lo del abanico es lo que te mencionaba el otro día: una especie de roscón que han bautizado como el dulce de la feria. Te pedía que lo probaras por nosotros y que luego nos contaras. Ariodante, lo siento pero no puedes entrar en el preciosostén: no eres suficientemente pedante…

  97. Ariodante dice:

    ¡¡¡JAJAJAJAAJAAAA!!!!! Bueno, a lo mejor si me esfuerzo un poco…En fin, un problema menos ¿no?

  98. Ascanio dice:

    Ah, ya, sí me acordaba del roscón, pero no que lo habían bautizado como «El abanico de la feria». ¿Pero el roscón es como un roscón de Reyes? Si es así, igual me animo; me encaaaaaanta el roscón de Reyes.
    Bueno, cuando te leas el librito me cuentas. Espero que te guste; si no, iré a la Feria como señal de arrepentimiento (aquello que llamábamos «acto de contrición»), me comeré todo el roscón, me hartaré de jamón y gambas… Un castigo ejemplar, sin duda.

  99. cavilius dice:

    Dónde hemos ido a parar, ahora pepe habla hasta del precio del sostén…

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