LA LETRA ESCARLATA – Nathaniel Hawthorne

La letra escarlataHawthorne, considerado junto con Melville y Poe como uno de los mejores prosistas de la literatura estadounidense del XIX, retrocedió con esta novela 200 años atrás para recrear todo un drama moral ambientado en la Nueva Inglaterra puritana de los primeros peregrinos.

Descendiente directo de los primeros colonos ingleses y cuyos antepasados, algunos, se tomaron con excesivo celo el mantenimiento de la religión, pues no en vano varios de sus tatarabuelos se mostraron muy diestros a la hora de azotar quáqueros o de quemar brujas en Salem, Hawthorne pasa factura a ese sobrecogedor y agobiante ambiente de rigorismo moral tan propio de la mentalidad puritana.

La historia es muy sencilla: Hester Prynne es condenada a la más absoluta exclusión de la comunidad a la que pertenece por el hecho de haber cometido adulterio con alguien al que no quiere reconocer publicamente y de cuya relación nace su hija Perla.

La novela comienza con la exposición pública de la vergüenza y el pecado de la mujer frente a todo el poblado puritano que inmediatamente valida, en un segundo juicio de conciencia, el veredicto ya emitido por los magistrados de la colonia.
De pie en el cadalso, con su hija en brazos, Hester vé, entre la multitud, a los otros dos personajes que componen un trío sobre el que se teje toda la tragedia de la novela. Y cada uno de ellos se recompone a partir de la relación con la mujer adúltera, y ella misma con el origen de su pecado y con las consecuencias sociales y morales que traen consigo la ejecución de la pena.

Hester sufre por tres razones: por la ejecución de una sanción impuesta por la Moral ejercida por magistrados, presbíteros y el pueblo; por la incapacidad de imponer o transmitir cualquier código moral a su hija al ser fruto del pecado; y por el silencio que se autoimpone a la hora de revelar la identidad del padre y por tanto coautor del pecado.

Todo esto la lleva a vivir una vida en soledad, al margen de la comunidad y de cualquier tipo de relación humana. Con el paso del tiempo, incluso cuando ya se la vuelve a readmitir en el seno de la colonia, su actitud no será muy distinta de cuando se la condenó al ostracismo: silencio, trabajo y una austera abnegación en todo lo que haga.
De ese compromiso consigo misma y con su pecado, surge, de la pluma de Hawthorne, un personaje de una dimensión moral y valentía que se convierte en la medida de todos los demás personajes y que, a través del dilema vital que representa, acaba convirtiendo al pecado en una convención social más, manejada por la comunidad frente a la imposibilidad de una libertad de conciencia individual cercenada por la actitud tribal del poblado puritano.

Novela profundamente psicológica que rastrea, ahonda y enjuicia cada una de las motivaciones y acciones de todos los personajes ( la mujer, los clérigos, el presbítero, los magistrados, la bruja… excepto el personaje que es fruto del pecado: la pequeña Perla que es retratada casi como un espíritu del bosque que vive libremente al margen de cualquier convención o moral social) , une, a este fuerte contenido moral un importantísimo elemento metafórico y simbólico que vá desde lo que es el objeto y título de la novela hasta los espacios físicos ( el bosque, el poblado, el cadalso…) pasando por los mísmisimos personajes.

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32 comentarios en “LA LETRA ESCARLATA – Nathaniel Hawthorne

  1. Germánico dice:

    Excelente reseña, Nando. Yo, la verdad, nunca he podido con esa novela. Me aburre… Sin embargo, los cuentos de Hawthorne me encantan.

    ¿Recordáis la peli, con la Demi Moore? Ella era lo único que se salvaba. Y no por su actuación, precisamente, sino por … otros encantos.

    Saludos.

  2. Magda dice:

    ‘La letra escarlata’ me pareció excelente. El personaje de Hester Prynne me ha conmovido siempre porque representa lo que la mujer ha padecido en sociedades fundamentalistas sea por época (cultura) o sea por religión, o por las dos cosas. Y la posición y actitud del Reverendo es digna de mencionarse, prototipo de una sociedad adonde las apariencias son las que cuentan.

    Muy interesante toda la novela

  3. javier dice:

    Muy bueno, Nando. Por lo que cuentas el libro debe tener alegorías para hacer ocho tesis doctorales, porque el tema se presta como ninguno, y la historia da de sí para hablar de religión, sociedad y política.

    Me pregunto si has visto The Village (curiosamente traducida aquí, El Bosque, de Shamalayan; infravalorado peliculón con el habitual trasfondo religioso de este tipo). Lo digo por el simbolismo del bosque opuesto al mundo artificial regido por la comunidad. El bosque aquí es también la ley natural, la omnipresente tentación que puede apartar al hombre del camino de perfección que ofrece la comunidad: la relajación de la norma, el peligro de la corrupción, la oscuridad, el mal, lo cambiante frente a lo inmutable, el caos frente al orden…. Seguro que si la ves encuentras algo que te guste.

    Y me da que te interesa el planteamiento personal y el social, o sea la culpa, el pecado y la conciencia, y también la imbricación Estado/Iglesia. Pero creo que sobre todo has disfrutado viéndote un habitante más de Salem, metiendo la nariz en cada corrillo y preguntándote qué hubieras hecho a cada paso para ver si la página siguiente te daba la respuesta. Susurrando la rebelión y apilando leña en la plaza. Lo que hubieras dado tú por un billete para el Mayflower, auqnue fuera de quilla con la camiseta de Asensi bajo el capote holandés. Por cierto, te busqué y no te vi entre los amish de Lancaster hace un par de semanas.

    Richar, ¿la de la foto es Lillian Gish? Seguro que su peli da mil vueltas al bodrio de demi mOOre (esta la ha pillado Germánico).

    Saludos.

  4. nando dice:

    La película de Demi Moore es espantosa, si no recuerdo mal hay un ataque al poblado por parte de los indios algonquinos… hecho que en la novela no existe ni desde luego lo necesita. Trivializar hasta ese punto una novela tan psicológicamenbte densa es lamentable. Ponemos un poquito de acción, unos cuantos tiros con indios y se hace más visual y entretenida… absolutamente penoso. Ni qué decir tiene que los personajes no reflejan, ni por asomo, a los de la novela.

    La de la foto es Lillian Gish ( lo acabo de ver), busqué algo en Google y me encontré con que ya exisitía una versión de la década de los 20 de Victor Söjström. Vamos que la película lo debe de tener todo: muda, director de origen sueco, puritanos… y Lillian Gish. ( Imagino que es muda, porque como le dijeron a un cercano amigo mío hablando del cine francés, «el cine francés entró en barrena desde los Hermanos Lúmiere» y por extensión, digo yo, todo el cine desde que inventaron el sonoro. )

    Javier: la película que comentas, El Bosque, la verdad no me gustó nada. La idea me pareció buenísima, el dasarrollo malo y el final digno de los hermanos Tonetti. El comienzo me hizo pensar que prometía mucho y en cierta medida creí ver cierta influencia de Hawthorne en esa comparación simbólica entre un mundo seguro, cerrado y artificial y otro peligroso y libre. Y de por medio la coacción a través del miedo para preservar esa sociedad ideal. Una idea brillante pero, creo, que resuelta con recursos muy fáciles y predecibles. Eso sí, recuerdo secuencias muy buenas, como cuando están sentados en una mesa comiendo alegremente y de repente se quedan muertos de miedo al oir unos aullidos que poceden del bosque, que por cierto aparece muy bien retratado.
    Tal vez la película sea demasiado explícita, con muchos elementos simbólicos demasiado explicados, la alegoría de toda la película es fácilmente percibible… no deja nada a cierta ambigüedad y lo corona todo con un final muy redondo. La idea, insisto, era genial.

    La novela de Hawthorne debe de tener cientos de estudios, tanto en los pesonajes como en todas las metáforas y símbolos que propone. A me se me ocurren muchos pero no quiero aburrir a nadie. Y lo mejor es que muchos de ellos son totalmente secundarios, porque no es ni mucho menos una novela puramente simbólica en donde todo se resume en un brillante ejercicio o juego de imágenes, alegorías, metáforas, sino que todos esos elementos acaban por definir a cada personaje y por, el contrario a veces paradójicamente, los envuelven en una gran ambigüedad.
    Ambigüedad que es un tema recurrente a lo largo de la novela pero no en los personajes sino en la sensación que provoca en el lector la práctica de esa moral tan férrea y artificial y sus consecuencias sobre personas que moralmente las vemos como «buenas».

    No sé, la novela es inmensa y tiene todo lo discutible sobre la condición humana: el dolor, el pecado, la pena, la culpa ( otro gran tema encarnado en el atormentado espíritu del Reverendo Dimesdale), la hipocresia, el odio ( terrorífico el personaje del Doctor Chillingworth), la vanalidad…
    con un transfondo religioso qu e obviamente conduce a replantearnos el valor de una moral o de la «Moral» como algo válido de cada época o como algo consustancial al hombre por cualquier ley, si existe tal, de tipo natural.

    … y, Javier, desde luego que disfruté, sumergiéndome en una colonia puritana de Massachussetts, Nueva Inglaterra, en donde la vida estaba regida por la pretensión de llevar a cabo el plan de la «Nueva Jerusalem Celeste» sobre la tierra, obligados a emigrar de una nación ( Inglaterra) regida por el pecado, que los perseguía y que los incapacitaba para lograr su propia salvación;… y, como bien dices, yo habría dado cualquier cosa para viajar en ese barco; aunque ya no sé si me hubiesen dejado entrar con la camiseta de Neeskens…

    Los Amish de Lancaster siguen hablando un viejo dialecto alemán suizo que procede del siglo XVI… absolutamente increible. Y lo que les ocurrió tiene mucho que ver con la película que comentas: la transgresión en una comunidad supuestamente ideal( por lo menos a nuestros ojos).

    saludos

  5. javier dice:

    Mierda, me piro a casa y no entro hasta el lunes, pero esta te la guardo. Hablamos porque la cosa promete. Saludos a todos.

  6. Germánico dice:

    «demi mOOre». Je, je. A eso me refería, Javier.

    Saludos.

  7. Magda dice:

    Nando, no te conozco pero bueno, en esto aunque no se conozca uno un día se entra a un blog y si nos interesa comentamos o a veces solo leemos. Yo leo el blog desde hace tiempo y apenas ayer hice un comentario y aunque ni un saludito parece que me merezco lo entiendo, a mi me sucede cuando entran personas que jamás me han visitado y puede ser que nada más pasan a dejar su dirección y hasta luego, jamas regresan. En mi caso no es así, siempre regreso cuando comento algo para ver si hay algun comentario sobre mi comentario, y aunque no hay nada ahora si puedo fijarme que en tu respuesta a tu amigo hay detalles que yo expreso en mi comentario de manera muy resumida para no abusar siendo una extraña.

    Me despido, seguiré leyéndolos aunque no comente. Felicidades por su espacio que es excelente y se aprende mucho.

  8. richar dice:

    Saludos Magda,

    ¡por supuesto que te mereces un saludo!

    Que aquí damos la bienvenida a todos y cada uno de los nuevos comentaristas (es norma de la casa desde que creé el blog).

    Lo que pasa es que de los saludos y bienvenidas, normalmente me suelo encargar yo, y últimamente ando más liado que ni sé, y apenas leo los comentarios que se publican.

    Súmale a esto que últimamente está habiendo bastante movimiento en el blog, con la llegada de nuevos contertulios, y a veces me lío con todos (de hecho, creo que hay alguno al que le he dado la bienvenida más de una vez).

    En fin, no te lo tomes a mal, porque si algo yo valoro -y además es el 100% de que Hislibris sea lo que es- son los comentarios aportados por todos.

    Por tanto, espero que no cumplas tu último párrafo y sigas aportando tus comentarios cuando gustes.

    Un saludo,
    Richar.

    PD. Ah, y no te enfades con nando, que el bueno de él se las tiene que ingeniar para conseguir una conexión a internet y poder entrar un rato por aquí.

  9. Germánico dice:

    Un saludo, Magda. A veces estamos tan ocupados en pelearnos, que nos olvidamos de los nuevos. ¡Arauxo, un saludito, a Magda, hombre! Si es que el pobre se duerme, de tanto protestar…

    Un abrazo, Magda.

  10. El lado femenino de Ascanio dice:

    ¡Hola Magda! Por favor, sigue participando, así somos más féminas y ahora se entretienen contigo, en vez de recibir yo todas las collejas, jejeje…Como muestra un botón:
    «yo sí que voy a seguir metiéndome contigo todo lo que pueda. Y no por ser onubense o cordobesa (que yo ya no sé ni de dónde eres, como mientes más que hablas…) sino por ser mujer, pobrecita, que es lo peor que le puede pasar a alguien en la vida…»
    Omito quién es el autor de tan audaz comentario, él ya lo sabe, y todos los demás también…pobrecito, si es que eso pasa por vivir en Sevilla…aunque en el fondo lo quiero un poquito, qué se le va a hacer.

  11. javier dice:

    Hola Magda, no seas quisquillosa y quédate por aquí. Y sobre todo no tengas miedo de abusar o aburrir, que eso lo hacemos todos.

    Te esperamos.

    Saludos a todos

  12. nando dice:

    Saludos Magda:

    Te puedo asegurar que tu comentario no lo he olvidado y más cuando viene de una persona que escribe por primera vez. No pienses que es ni indiferencia ni falta de interés por lo que dices sino que, cómo muy bien señala Richar, yo me las veo y me las deseo para poder conectarme y porque apenas tengo mucho tiempo .
    Contesté, el viernes, a Javier primero porque entre él y yo hay más de un asunto pendiente ( Emerson, por ejemplo… y no precisamente el pensador estadounidense) aún sabiendo que el lunes, hoy, no iba a dejar, primero de saludarte y segundo a hacer referencia a tu comentario.

    Por supuesto te doy la bienvenida como a todos los que se han molestado en leer mis reseñas y, sobre todo, por haber escrito tu comentario. Yo siempre saludo y agradezco, como todos, que se comente algo sobre lo que uno escribe. Pero sobre todo te invito a que te quedes por aquí y, evidentemente, claro que te mereces un saludo y una bienvenida.

    Si mi ausencia de comentarios te ha sorprendido o si no me he presentado cortesmente te pido disculpas… pero no me iba a olvidar de tí. Y date cuenta de que yo contigo tengo una ventaja, porque al ser la única persona que, habiendo dejado un comentario, se ha leido la novela ( Germánico no cuenta… porque además de no acabársela le gustó la interpretación de la mOOre) de manera que podemos entrar en discusiones o distintos puntos de vista.

    Y esta tarde vuelvo… porque ya me echan de aquí.

  13. Germánico dice:

    La interpretación, precisamente, no fue lo que me gustó, Nando. De la mOOre, quiero decir… Y tal…

    Saludos.

  14. Arauxo dice:

    ¡¡¡Pero como no iba a saludarte, querida Magda!!! Y aunque soy… a ver… ¡el sexto ya que lo hago!, te doy mi más efusiva bienvenida y te pido que perserveres, mujer, que paermanezcas en Hislibris y que te dejes ver con más comentarios… Porque si no fuera por nosotros los novatos… ¿Te imaginas lo aburridísimos que iban a estar los veteranos estos? ¿Te imaginas, insisto, las agotadoras parrafadas entre Germánico, Nando y Javier, por ejemplo, hablando siempre sobre los nazis, sobre la Guerra Civil (LA ESPAÑOLA, Germánico, LA ESPAÑOLA) y sobre la importancia de la introducción del scutum augustal en la infantería de las legiones?… ¿O, por ejemplo, a Richar publicitando el foro de Hislibris cada diez minutos? En fin mujer, sé absolutamente bienvenida y siéntete a gusto. Y además, y como eres chica, así le haces compañía a Ascanio, que se siente sola e indefensa frente a tanto gladiador, porque la chiquilla es más bien tímida y apocada. Y no te preocupes por la tontería esa que te ha contado Ascanio, que es que tiene algunos complejillos extraños y unas aficiones masoquistas realmente escandalosas…

    Y un consejo, Magda. No desesperes tan pronto, que las respuestas acaban llegando. Hay que dar tiempo al tiempo, porque Hislibris se anima cada día más, lo que dificulta en gran medida la inmediatez de una respuesta. Lo digo porque Richar es una gran anfitrión que SIEMPRE saluda; si está tardando, te aseguro que es por causas ajenas a su voluntad.

    Un saludo cariñoso.

    P.S: En mi caso, Magda, resulta que como también soy nuevo no sé exactamente quién es veterano y quién acaba de llegar. Mis disculpas por el retraso…

  15. Arauxo dice:

    Se me ha colado un «paermanezcas» tan latino como involuntario…

  16. Germánico dice:

    ¿La del 36, Arauxo? 1936, quiero decir… ¿Te refieres a esa o a otra? Es que como no has especificado año, pues no sé.

    Saludos.

  17. Ascaniekes dice:

    También se te ha colado un «perserveres»…
    ¿complejillos extraños?
    ¿aficiones masoquistas?
    ¿?
    ¿?
    ¿a que saco el astrolabio?

  18. Arauxo dice:

    No, Germánico, la del 3.760 (a. C., naturalmente…)

  19. Arauxo dice:

    Estimado Nando:

    Una reseña excelente, ésta, con información abundante pero precisa, que no he comentado antes por razones parecidas a las aducidas algo más arriba. La novela -que no he leído- parece muy interesante por varias razones:

    – La primera de ellas radica en el autor y su implicación casi personal, por su ascendencia, en la historia que narra. Ello obliga necesariamente a poner sobre la mesa de las discusiones el carácter más o menos «purgante» de la obra, considerada como jaculatoria o penitencia (autoimpuesta) para redimir y lavar la sangre que recorre sus propias venas; o su uso, por el contrario, como mecanismo de denuncia y declaración solemne en la que abominar de sus pecados «familiares».

    – La segunda es el propio argumento, sobre el que no voy a insistir

    – La tercera reside en el debate moral (y, por ende, religioso) que suscita y en el dilema filosófico que en él subyace: el enfrentamiento entre el rigor fundamentalista -abrazado incluso voluntariamente-, que pretende conocer y conducir todos los actos de la vida del hombre para su propia salvación, y el anhelo de libertad, que no se somete sino al libre albedrío y que no rinde a cuentas sino a la propia conciencia. Un debate que hoy sigue tan vivo como encendido en los tiempos que corren.

    – Y la cuarta, que deduzco tanto de tus comentarios, Nando como de los de Magda o Javier consiste en la riqueza que el libro parece ofrecer para acometer un análisis antropológico: comportamientos tribales, exclusiones o muertes «psicológicas» de individuos, miedos colectivos, condenas expiatorias, liderazgos morales…

    Me ha parecido, Nando, como ves, una obra muy interesante que añado a la recámara. Pero, si lo tienes a bien, añadiría una pequeña «queja» con otra temeraria sugerencia: no te prives, Nando, no te prives. No creo que aburras a ningún lector asiduo de esta página abundando en esas «otras» cuestiones que mencionas, diferentes a los hechos que amparan el argumento y al desarrollo de éste. Te lo digo, porque tras tu frase «no quiero aburrir a nadie»… ¡Empieza lo más interesante! Desde mi punto de vista, tus reflexiones sobre el carácter simbólico de la obra, sobre la profundidad psicológica de los personajes, sobre las pasiones humanas que se esconden tras sus acciones o sobre tu interpretación personal de la obra ¡constituyen lo mejor de este «post»! (palabro repugnante que utilizo ahora para diferenciarlo de la reseña strictu sensu) [¿Me habrá salido bien la cursiva, Richar?]. Porque, si no ¿Qué es una reseña sino un comentario personal sobre una obra? Si nos limitáramos a exponer la sinopsis, seríamos contraportadas de libros o, mucho peor,… productos LOGSE.

    Así que nada, Nando: el que se aburra que se compre un libro de Scarrow (Germánico se lo puede prestar si no tiene dinero) o que juegue un rato con la videoconsola. Pero no nos prives de tus interesantes análisis, hombre…

    Un saludo nada moralizante.

    PS: Nando, ¿Me equivoco o es la primera vez que nos saludamos?

  20. Arauxo dice:

    No, Askaniekes, por Dios, ¡no saques el astrolabio en público!

  21. nando dice:

    Por referencias anteriores y comentarios más arriba.

    Magda: creo que lo bueno de la novela es precisamente lo que consigue contigo y con, antes de nosotros, millones de personas: las distintas lecturas que se pueden hacer de ella. Y en ello reside el valor, para mí, de las obras maestras. Cada lector de cada época saca sus conclusiones sobre lo que está leyendo y proyecta de alguna manera formas de pensar presentes sobre obras escritas siglos antes. De forma que la obra se convierte en algo interminable e inabarcable conforma pasan los siglos. No creo que Cervantes, Hawthorne, Shakespeare… sospechasen la cantidad de interpretaciones que se iban a hacer posteriomente de sus obras y creo además que en eso reside su maestría: concitar, aún habiendo pasado siglos, el interés de las generaciones futuras que «ven» en sus escritos aspectos que no se resisten a una interpretación presentista. Con el riesgo que ello conlleva.

    Hablando claro: un escritor del siglo XIX, formado en una cultura y ambiente determinado y perteneciente a un mundo que ya se ha perdido, consigue que un lector de comienzos del siglos XXI vea una situación de la cual tiene conciencia ( la permanente exclusión de la mujer a lo largo de la historia) cuando precisamente, y en mi modesta opinión, no era su intención. Y creo que no lo era porque en la época en la que escribe los valores dominantes no cuestionaban el papel secundario, siendo generosos, de la mujer.

    Pero aún así nos encontramos, en este caso, con una paradoja de la que solo es capaz la literatura:

    1- Tenemos a un escritor que en 1850 publica una novela.
    2- La acción de la novela se desarrolla en torno a 1650.
    3- Tenemos a un lector, Magda, que vive en el 2006.

    Tres fechas completamente alejadas.
    ¿ Escribió Hawthorne con la intención de denunciar la situación de la Mujer?
    Yo creo que no. ¿ Escribió Hawthorne una crítica a una moral convencional de una época anterior ? Sí. ¿ Proyectó su propia experiencia moral, propia del aperturismo moral de los protestantes del XIX que descendían de los antiguos puritanos del XVII ?. Sí. Y ¿ Es esa proyeccion presentista, por parte del autor, válida o no lo es?. Lo es.

    Para el lector contemporáneo de Hawthorne, de su mismo ambiente, posiblemente se le hiciese presente esa crítica a una moral tan inflexible y también la intención con la que fue escrita y desde donde se escribió.

    Para los lectores del siglo XXI, que ni tienen porque saber quienes eran los puritanos ni los transcendentalistas americanos del XIX, esa crítica con un origen tan concreto se les puede escapar. Pero no se les escapa la crítica a la moral o a ese sistema de imposición social tan excluyente.
    Y además permite una relectura de la propia novela basada en unos valores propios de nuestra época, que a todos incluido yo, se nos hacen evidentes. Porque tan válida es la visión crítica y condicionada del que escribe la novela como la confirmación, por parte de un lector como tú Magda, de una situación histórica que consideras moralmente reprobable. Ese ejemplo no hace sino confirmar tu idea de lo que es moralmente justo o injusto.

    De ahí el caracter absolutamente moral de esta novela aún cuando para el lector actual se «le represente, como bien dices tú, lo que la mujer ha padecido en las sociedades fundamentalistas » y que prodigiosamente suscita esa lectura cuando , como bien he dicho antes, no era uno de los objetivos de Hawthorne.

    Espero no haberte sumido en un sueño espeso, pero sobre todo, no dejes
    de escribir.

    Un saludo.

  22. javier dice:

    Bueno, parece que la cosa se anima.

    El Bosque: reconozco que la ejecución no está a la altura del planteamiento, pero la idea me parece tan grande que lo demás me importa poco. La crítica la machacó: el guión es normaducho, la trampa se adivina, los monstruitos son cutres y mil cosas más, pero es que Apu no es Hitchcock ni falta que le hace, y se juzgó a la película a partir de lo que se esperaba de ella, y no de lo que ofrecía. Me da igual que la historia se cuente con tres guiñoles, porque lo mejor es la poderosa idea de fondo: no es una peli de miedo, sino acerca del miedo. Y creo que ese miedo (al contagio, a la corrupción, a lo desconocido) está en la base de la creación de nuevas comunidades, ya sean las de base religiosa que comentas, las de base política (subyace también en muchos nacionalismos), o los adosados suburbanos donde mantenemos a los niños a salvo de los ecuatorianos de la ciudad. Y es un miedo real, actual, que Apu pone sobre la mesa. No es el tema del post, pero si alguien quiere seguimos hablando del tema.

    La búsqueda de una comunidad ideal y sin mácula de tipo religioso es algo que suele asociarse al protestantismo, pero no es exclusivo de ellos. Por cierto que los amish son famosillos por Harrison Ford, pero los menonitas de Paraguay o México tienen bastante más gracia: ¿imagináis lo que es caminar por una selva paraguaya y toparse con una comunidad que habla un alemán del SXVII? El sueño de todo genetista o de cualquier freak de la pureza racial: miles de alemanitos endogámicos sin rastro de mezcla. Es un tema apasionante. Decía lo del protestantismo porque el magnate de las pizzas Domino (Domino´s Pizza), famoso por sus contribuciones a la campaña de Bush o por sus donaciones para campañas antiabortistas, ha dejado el gremio pizzero para dedicarse en cuerpo y alma a la construcción de una ciudad 100% católica, una reducto de pureza al que podrá ir a vivir cualquier católico que se acredite convenientemente. Hace 100 años lo contaba Selma Lagerlof en “Jerusalén”, pero ahora la búsqueda de la nueva Jerusalén es un proyecto en marcha.

    No sé que es más interesante, si la búsqueda de la pureza, la moral integrista, los proyectos de sociedades artificiales o el miedo del que empezaba hablando. La verdad es que este post puede dar mucho de sí.

    Magda no te rebotes.

    Saludos a todos

  23. nando dice:

    Arauxo:

    Sin ánimo de darte coba, te diré que aciertas plenamente al considerar, y sin haber leido la novela, esa intención tan personal que tiene Hawthorne a la hora de escribir la novela. Y que se vale de ese medio tan redentor como fustigante que es la literatura. Sería imposible analizar la novela sin ver ese origen tan familiar que tiene.

    Que redimiese sus pecados particulares y que hubiese asumido todos los de toda su ascendencia a través de un libro no haría sino confirmar el increible valor simbólico de la novela pero a un nivel ya puramente personal y en donde un elemento tan habitual (un libro muy, muy, muy simbólico para el lector) se convirtiese en un propio símbolo de la vida del mismo autor. Como si la Literatura y la Vida se fundiesen.

    Tu tercera razón es la que dá más juego y sobre esa se puede discutir, no necesariamente, teniendo como referente a la propia novela.
    Tu exposición es muy clara y compartida, imagino, por casi todos. El problema se plantea cuando, en otras épocas, la libertad de conciencia o no existía o no era considerada como un valor moral. Más de un católico castellano del XVI afirmaba aquello de «libertad de conciencia, exclavitud del alma» o como , haciendo referencia al libre albedrío que tú citas, éste estaba expresamente condenado por el calvinismo ortodoxo. Es más, los calvinistas que lo intentaron adoptar, los arminianos, acabaron en la hoguera.
    Y creo que todo esto nos puede llevar a una reflexión sobre la libertad, porque nosotros nos consideramos tan libres a raiz de nuestra supuesta capacidad de elección y de libre conciencia como podía serlo un puritano, de los de la novela, desde el momento en que era miembro de una Iglesia de Santos en donde todos eran «los elegidos». ¿ Cabe una idea de libertad más fuerte que el saberse elegido para la salvación?.

    Continúo mañana.

  24. Ascanio dice:

    ¿qué pasó con Magda, queridos compañeros? ¿la hemos espantado?

  25. roberto dice:

    Para Javier:

    Pues ya no son tan puros los menonitas mexicanos. Siguen vestidos como granjeros del viejo oeste, pero se dedican a vender quesos en las calles de las ciudades. Me ha tocado ver en Mérida (ciudad en donde radico desde hace 10 años, yo soy del D.F.) a niñas menonitas jugando con sus barbies, tomando su cocacola, hablando entre ellos en alemán pero para el resto de los mexicanos en español. La globalización ha llegado a las selvas yucatecas.

  26. Tanne dice:

    De «La letra escarlata» me quedo con la historia de una mujer que lucha en una sociedad empapada de religión. Pero el estilo del autor se me hace arduo y la introducción de elementos mágicos o sobrenaturales no me hace más amena la lectura. La maldad y bondad están exageradas, las virtudes también…pero el tema es muy interesante. La atmósfera del pueblo se torna asfixiante en ocasiones; bien recreado en mi opinión.

  27. diego gomez dice:

    que gran reseña me ayudo muchisimo a saber de que era que se trataba gracias por todo………. es la mejor de todas las que he vistooo……..yyyy por ultimo que gran tema.

  28. luisa gomez dice:

    la letra escarlata a sido uno de los muy buenos libros de nathaniel nos ha enseñado lo fuerte q puede ser una mujer y en q tan bajo criterio puede ser juzgada……

  29. Robin dice:

    Hola, pues yo tengo que decir algo en favor de la pelí, y no es precisamente por demi MOOre, que a mí eso me pasó mas desapercibido. Sino que me gustó el ambiente puritano y como se desenvolvía la vida de los primeros colonos en EEUU.

    Así que en cuanto tuve ocasión me hice con el libro (el mismo que sale en la fotografía de arriba) y lo leí.
    Ni que decir tiene que me encantó. Como cuenta lo que supone el vivir atormentado/a. No es tan solo lo que los demás te consideren, sino como se considera uno a sí mismo. A mí esto es lo que mas impresionó del libro.

    Otro aspecto es la contradicción de que un lugar de amor en donde iba a surgir un nuevo paraiso de paz, amor… lo que surge es una guerra soterrada, odio… La conclusión parece que ser que el mal, al igual que el bien es algo que no puede disociacerse de las personas.

    Y por último, me sorprendió la actitu del cura/pastor, o similar que no da la cara, ni asume «su pecado», ni nada de nada. No me gustaría tener «que apechugar con la conciencia» de él, en su contexto histórico. Como para volverte loco.

    Un saludo. Ah!!! y enhorabuena por el blog, me ha gustado mucho

  30. roque dice:

    desde el punto de vista religioso de la letra escarlata en que epoca se realiza la obra

  31. jose dice:

    al final se murio el cura porqe no entendi

  32. milton dice:

    Por haber tenido una hija en ausencia de su marido (en la Nueva Inglaterra puritana del siglo XVII), la bella casada Hester Prynne es expuesta durante varias horas en el cadalso y condenada a llevar de por vida en su pecho la letra A de adúltera en rojo, que ella bordará con primor y llevará casi como una medalla. Como parte de la ceremonia de expiación y a petición de los clérigos, el joven reverendo Dimmesdale (el oculto padre de la criatura) exhorta a Hester a que diga el nombre del padre a fin de que comparta el castigo con ella, pero la mujer se niega. Observa atentamente la escena un viejo médico curandero recién llegado al lugar, Roger Chillingworth, que resultará ser el marido de Hester. A solas con ésta, Chillingworth le escupe su desprecio y le pide que le revele el nombre del padre de la niña, aunque advierte que no atentará contra la vida del hombre ni de la niña y tampoco les denunciará. Hester se niega a darle el nombre y Chillingworth le pide que al menos le haga el favor de no revelar a nadie que él es su marido, lo que ella sí promete. Hester comienza a vivir en una cabaña alejada de la población y ella misma se encarga de educar a su hija, que crece y muestra una tendencia inquietante a quedarse mirando fijamente la letra. Chillingworth se convierte en la sombra de Dimmesdale, que se sentirá permanentemente fiscalizado, sin saber por qué. El reverendo vive atormentado por los remordimientos, que aumenta el hecho de ver que los demás le consideran un hombre ejemplar, y a menudo se azota y se atormenta en privado. El paso de los años da a Hester una gran sensibilidad y además, aunque igualmente evitada, comienza a ser bien considerada en el pueblo por sus ejemplos de caridad. Gracias a esta actitud, Hester se cree con fuerzas de enfrentarse a su marido y pedirle que libere a Dimmesdale de su insidiosa persecución. Le considera culpable de que el reverendo esté al borde de la locura, de que muera «mil muertes todos los días» y dice que a él el odio le ha transformado de sabio y justo en un demonio y que por su culpa ya no habrá paz para ninguno de ellos, ni siquiera para la pequeña Pearl. Pide igualmente que le libere de la promesa de ocultarle a Dimmesdale su verdadera identidad.

    Chillingworth responde que el perdón ya no depende de él, que a pesar de que llegó a ser un escéptico, su vieja fe ha vuelto. En el bosque, Hester le dice a Dimmesdale quién es Chillingworth y él comenta que la venganza del hombre es más negra que su pecado. Hester anima a Dimmesdale a que no dé por pérdida su vida y le anima a que huya, a que se asiente en un nuevo lugar con un nuevo nombre y se dedique a evangelizar y escribir, y le sugiere que la niña y ella le acompañen. Él responde que no tiene fuerzas para más. Sin embargo, luego se decide a aceptar con la justificación de que, puesto que su alma está perdida, puede hacer como el condenado a morir: pasarlo bien en lo que queda de vida. Hester se quita la letra del pecho y la lanza el suelo, pero luego la recoge y se la pone para no despertar sospechas en lo que queda por pasar en el lugar y también porque la niña, al verla sin ella, se asusta y vacila en acudir junto a ella. Hester prepara la salida de los tres del país en un barco en un plazo de cuatro días, justo después de un discurso que el reverendo ha de hacer con ocasión de una fiesta de la localidad. El día del discurso, las masas se agolpan en la plaza para escucharle. En ese momento, el capitán del barco en que piensan viajar se acerca a Hester y le dice que Chillingworth se le ha presentado como amigo suyo y también va a viajar con ellos, lo que le sienta como un mazazo. Para completar la tragedia, tras un gran discurso, Dimmesdale atraviesa la plaza débil, moribundo, sube al cadalso y llama a Hester y Pearl para que suban con él y (evitando a Chillingworth, que pretende detenerle) confiesa ante todos su pecado, abre su ropa y muestra que lleva en el pecho una letra como la de Hester pero grabada en la carne, y cae muerto.

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