LA ILÍADA – Roy Thomas y Miguel Ángel Sepúlveda

La cólera de Aquiles el Pélida, canta…

«¿La Ilíada? Sí hombre, claro que sé de qué hablas. No me he leído el libro pero he visto la película». Estamos aviados cuando algún desaprensivo sustituye de esta manera a Homero, Aquiles y Héctor por Wolfgang Petersen, Brad Pitt y Eric Bana. Críticas cinematográficas al margen, hagámonos el favor de poner cada cosa en su sitio y de no mezclar Troya con Hollywood ni las pasas de Corinto con las nueces de California. «Ah, vale, me había confundido», podría replicar el sacrílego, «lo cierto es que es un cómic de lo más chulo». Hum. Esto ya es otra cosa. El impío corrige su blasfemia y la enmienda con un hábil subterfugio. Bueno. Vale. Hablemos del cómic.

Y es que si la película no se sabe muy bien lo que es (ficción, eso al menos está claro), el cómic (o novela gráfica, o comoquiera que lo llamemos) sí: una «adaptación del poema épico de Homero», de la Ilíada. Eso pone en su portada, tal cual, y eso es lo que es: empieza con Aquiles desairado y airado (si hay que explicar la paradoja es que no habéis leído la obra) y acaba con Héctor pirado (o sea, en una pira). Y entre la ira y la pira (o entre la ira y el fuego, que diría Gladiator), entre el aqueo ardiendo por dentro y el troyano ardiendo por fuera, entre el pelida del malhumor y el priámida ahumado, entre el caminante y el jinete (hombre, es que uno es «el de los pies ligeros» y el otro «domador de caballos»), entre la tienda y el palacio, el barco y el carro, mar y montaña, entre lo uno y lo otro, acontece la épica. Así sucede en el poema, así lo quiso Homero. Y así lo ha querido, casi tres milenios después de que el ciego de Quíos creara escuela (la de los homéridas, si queremos ser vagos y vagamente decirlo), un señor de Missouri, que ha jugado a ser Homero y ha hecho un cómic épico (o epic comic, que en inglés suena mejor) sobre la Ilíada, sin salirse ni un ápice de la épica (¿alguien se ha percatado de las relaciones anagramáticas y casi palindrómicas entre estas dos palabras?) del poema.

Conviene, antes de sumergirnos en el cómic, conocer un poco quién es este señor de Missouri: se llama Roy Thomas, debe de rondar la edad de Néstor Nelida, rey de la arenosa Pilos (o sea, de setenta para arriba) y, como el caballero gerenio, para sobrevivir ha tenido que esgrimir con habilidad durante toda su vida un instrumento largo y afilado: aquel la lanza, este la pluma. Es guionista, vaya. De cómics. Thomas entró a trabajar a mediados de los años 60 del siglo pasado para la Marvel Comics Group como guionista, vocación que había tenido desde pequeño, y comenzó a escribir los argumentos para los cómics de superhéroes del momento: el Hombre de Hierro (Iron Man), la Patrulla X (X-Men), los Vengadores… Quizá su trabajo más celebrado sea el de su etapa como guionista de Conan el Bárbaro, en la década de los 70, aunque también se le conoce por sus guiones para Spiderman o los 4 Fantásticos. Durante unos años estuvo fuera de la Marvel y trabajando para el enemigo, la DC Comics (que viene a ser como si un aqueo se pasara al bando troyano), momento justo que, por cierto y curiosamente, Jim Shooter, editor en jefe de la Marvel, aprovechó para lanzar una nueva línea editorial llamada Epic Comics. Posteriormente Thomas regresó a Marvel donde ha trabajado con continuidad hasta la actualidad, aunque no de manera exclusiva.

A lo largo de su carrera Roy Thomas ha contado con la colaboración de numerosos y prestigiosos dibujantes: nombres casi legendarios como Steve Ditko, John Buscema, Sal Buscema, Gil Kane o Gene Colan han ilustrado las historias de Thomas. En la actualidad son otros los nombres que figuran en la nómina de dibujantes de la Marvel, autores también de gran calidad. Y sin embargo, Thomas (o la Marvel) ha tenido que cruzar el inhóspito océano para encontrar al dibujante que necesitaba para ese gran proyecto de transformar el poema de Homero en viñetas. Este hombre es un español llamado Miguel Ángel Sepúlveda.

Según cuenta el propio Sepúlveda en una entrevista, hará unos 7 años que él, dibujante por afición y sin haber trabajado en su vida en el ramo, acudió al Salón del Cómic de Barcelona y presentó unos dibujos al señor del stand de Cómics Forum (histórica editorial española que durante años publicó a Marvel en nuestro país). Este se los enseñó a otro señor de la Marvel, y entonces los yanquis le pidieron más dibujos a Sepúlveda. Y al cabo de un tiempo firmó un contrato para ilustrar un guión de Roy Thomas sobre la Ilíada. Algo así como el sueño americano hecho realidad en tierras ibéricas. El inicio de esta hermosa amistad contractual sucedió allá por el año 2007, y desde entonces su cotización como dibujante no ha dejado de subir.

En principio hemos de creer que Roy Thomas tiene una base documental mínimamente seria/sólida cuando se atreve a contar la Ilíada. Fue profesor de literatura (inglesa), de modo que conocimiento homérico se le supone. No así Sepúlveda, que confesó haber tenido que documentarse ex profeso leyendo el poema («un tocho de cuidado», dice) y viendo la película (oh no, por favor, no). Y el caso es que tanto lo uno (la base sólida de Thomas) como lo otro (la tambaleante de Sepúlveda) se nota. El argumento del cómic se ciñe fielmente al argumento del poema, no inventa nada y reproduce prácticamente todos los episodios cantados por Homero, intervenciones divinas incluidas. Los diálogos, los enfrentamientos, los escenarios, son (salvando las insalvables distancias) los que el mundo ha conocido durante casi 3 milenios. Pero en cuanto a las ilustraciones, y al margen de su calidad, hay que decir que dejan un regusto… peliculero; digamos que la recreación histórica no es todo lo fiel que podría haber sido (Aquiles es rubio y el escudo de Agamenón lleva una cabeza de Medusa representada, sí, pero poco más). Es de agradecer, eso sí, que los héroes aqueos y troyanos no luzcan músculos cual superhéroes marvelianos. Apoyándose en esas carencias, algunos piensan que el cómic no aguanta la comparación con la saga de La Edad de Bronce de Eric Shanower, trabajo especialmente destacable por la meticulosidad con la que su autor lo lleva a cabo. No puedo confirmarlo puesto que no he leído esta saga (lo remediaré pronto, espero).

Ahora bien: entrando en la calidad de las ilustraciones, lo cierto es que visualmente hacen disfrutar. No son de las que hablan por sí mismas sin necesidad de «bocadillos» (y quizá la obra se prestaba a ello, aunque quién sabe qué condicionantes habrá tenido Sepúlveda en cuestión de guión y diálogos), pero sí de las que cuentan bien aquello que tienen que contar. No abusa de la sangre (y eso que la Ilíada es un filón en ese sentido) ni tampoco peca de ingenuidad. Un buen nivel, en definitiva, aunque al parecer y según manifiesta el propio dibujante, algo emborronado (y nunca mejor dicho) por el trabajo del entintador Sandu Florea, que ha ocultado el nivel de detallismo al que llegó Sepúlveda con el lápiz. Cuán cierto es que la labor del entintador es tan o más importante que la del propio dibujante para el resultado final.

Sin embargo, tanto guión como ilustraciones no han sabido gestionar bien un aspecto bastante importante, que en otros casos quizá no habría destacado tanto pero tratándose de la Ilíada sí llama la atención porque es la pura esencia del poema. Se trata de la épica. Ni los diálogos ni el narrador transmiten ni por asomo el tono heroico, trágico, sublime, noble, del poema homérico. Más bien quedan huecos, faltos de chispa, planos. Y las ilustraciones hacen lo que pueden pero también se perciben faltas de profundidad en ese sentido. El resultado es un cómic que cuenta una historia emocionante, que no es poco, pero no épica. Un cómic que se lee con gusto pero que no hace que uno se detenga demasiado en frases, gestos o escenas. Los «bocadillos» de los diálogos son insípidos, a menudo inconexos y sin continuidad entre ellos. Bien es verdad que no es nada fácil sacar el lenguaje de la Ilíada, declamatorio y retórico, fuera de su contexto poético y encorsetarlo en viñetas, y será por eso que el resultado no acaba de convencer. O tal vez es que un servidor tenga la obra de Homero excesivamente sobreestimada y espere demasiado de una adaptación al lenguaje de las imágenes. La cuestión clave es: ¿renegaría el propio Homero de este cómic? Puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que no. Si lo viera quizá le gustara, vale, pero como Homero era ciego…

El cómic épico (epic comic) The Iliad se publicó en los USA entre diciembre de 2007 y julio de 2008 en 8 números de 22 páginas cada uno. Desde entonces Sepúlveda y Marvel han seguido colaborando en otros proyectos, sin ir más lejos el de relatar al completo el ciclo troyano. Esta cooperación dio como fruto The Trojan War, publicada en el mercado americano en el 2010. Entre ambos trabajos, Thomas tuvo tiempo también de adaptar la Odisea pero esta vez con Greg Tocchini a los lápices (The Odissey, 2009). Todas estas adaptaciones han sido publicadas por Panini Comics en España a lo largo del 2011.

Salvando las insuficiencias mencionadas, que, insisto, no dejan de ser apreciaciones personales, lo cierto es que bienvenido sea cualquier intento de revitalización de los textos clásicos, y más si, al margen de virtudes o carencias, tiene como punto de partida la fidelidad argumental hacia aquello que está adaptando. Es de agradecer que Roy Thomas no haya buscado inventar nada en su adaptación, ni intentar «traducir» el poema de Homero a la perspectiva del hombre actual, ni hacer injertos, historias paralelas ni nada parecido. Quien lea el cómic se hará una idea bastante aproximada del argumento de la Ilíada original y, quién sabe, quizá le despierte el interés por acercarse al texto de Homero.

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20 comentarios en “LA ILÍADA – Roy Thomas y Miguel Ángel Sepúlveda

  1. Lopekan dice:

    Me atrevo a aventurar que te va a gustar más el ímprobo trabajo de Eric Shanower.
    Aunque es de agradecer que te hayas dejado quemar las pestañas con esta adaptación al comic-book yanqui de los cantos de Homero.

  2. cavilius dice:

    Pues desde que hice la reseña he tenido tiempo de leer Mil Naves de Shanower y, aun sin convencerme el dibujo, el conjunto lo prefiero a este de la Marvel. Más que nada por la recreación de la época, que en el cómic Marvel brilla por su casi ausencia y en Shanower es elemento clave.

  3. Fafner dice:

    Yo me acerqué al texto original cuando era un chaval; lo abandoné al poco (lo confieso). Creo que eso ha hecho que me cueste volver a tomarlo entre las manos.
    Tu crítica, sin embargo, me ha despertado interés por el cómic, así que me haré con él en seguida. Tal vez así, me reconcilie con mis demonios y coja otra vez a Homero para desquitarme (y redimirme).
    Gracias por una crítica tan clara y amena.
    Un abrazo

  4. iñigo dice:

    Opino como cavilius… tengo los comics de Mil Naves y comparados con este, tanto la recreación como los textos están más cerca de una realidad gracias a una buena recreación. En su momento tuve ocasión de ojear el aquí reseñado, y no me convenció el perfil que marvel dió a la historia.

  5. Vorimir dice:

    Roy Thomas es un grande. «El Anillo de los Nibelungos» o su adaptación de la saga de fantasía «Corum» al comic bien lo atestiguan. Recomiendo sobre todo la primera, una adaptación enorme de la historia de la ópera de Wagner.

    Gran reseña, Cavilius.

  6. cavilius dice:

    Sí, Roy Thomas es uno de los grandes. El trío Thomas – Buscema – Ernie Chan en los cómics de Conan es casi tan mítico como el propio Conan.

    Fafner, vuelve a intentarlo con la Ilíada, que vale la pena.

    1. Javi_LR dice:

      Borraría a Chan, sin duda, y añadiría al mejor de todos y primero: Barry Windsor-Smith

  7. Lopekan dice:

    Pues Ernie Chan acaba de palmar. Junto con Tony de Zúñiga, hace también pocas semanas.
    Ambos eran de los clásicos entintadores de los lápices de John Buscema para el Conan de Roy Thomas (y algunos otros).
    Ambos también eran filipinos, de la «tribu» (como les llamaron) que desembarcó en las editoriales americanas, junto con Alfredo Alcalá (para mí el mejor de los entintadores de Conan), y genios como Alex Niño.

    1. Javi_LR dice:

      Me gustaba mucho Tony Zúñiga. Mucho, mucho. Quizá el más expresivo (el más estético se queda en Barry Windsor-Smith), el más salvaje, el más… Alfredo Alcalá, aun gustándome, lo encuentro demasiado… redondo, ideal, muy griego para tratarse de Conan.

      Y volviendo al tema: ¡¡viva Shanower!!

  8. er lanta dice:

    ¿Hasta los comics de cavilius son solo de griegos? No, si al final será verdad que le gusta el tema…

  9. rosalia de bringas dice:

    El libro no me resulta tan atractivo como la reseña.
    Gracias por compartirla con todos.

  10. Antígono el Tuerto dice:

    ¿He oído la palabra Conan? :-)))
    Ahora en serio, creo recordar que ya hubo en su día un cómic sobre la Odisea que no sé si es del mismo autor o no, pero que me pareció bastante bueno.
    Habrá que estar pendiente de éste.
    Por cierto, Fafner; yo me leí la Ilíada a los 16 o 17 tacos por imposición escolar, pero a diferencia de otros me gustó; claro que yo era un tolkiniano perdido ;-)

  11. Trecce dice:

    Si se consigue una buena calidad de imágenes, se respetan (más o menos) los detalles de la vestimenta de la época y el guión se sabe adaptar, lo cierto es que el texto de Homero es pintiparado para conseguir un comic de altura.

  12. cavilius dice:

    En este caso, Trecce, a mí me parece que el comic de Thomas & Sepúlveda se queda a medio camino, aunque bienvenida sea esta adaptación, porque lo cierto es que no tergiversa ni modifica el contenido del poema.

    Y ahora shanowereando un poco, ¿no os parecen las caras un poco… iguales todas ellas? En Mil Naves raro es el rostro que no me recuerda a un indio arapahoe. Y los encuadres viñeteros tampoco van muy allá, opino yo.

  13. iñigo dice:

    La cuestión es que en «Mil naves» todos se parecen… el croquis de la cara, la forma, los ojos… es igual para todos. Las diferencias básicas están en los bigotes, barbas y vestimenta y aún así resulta dificil diferenciarlos. Yo creo que es el handicap de la serie… además de ser en blanco y negro. Tanto buen hacer en la ambientación se pierde en la falta de colorido.

    1. Javi_LR dice:

      Bueno, yo creo que es una característica étnica que ha querido aportar Shanower, pero tampoco me hagais mucho caso. Así como todos los chinos se nos parecen, y nosotros a ellos, los personajes de Mil naves también se nos asemejan, sobre todo los troyanos.

  14. Farsalia dice:

    Coincido con Cavilius, perdón, con Rosalía: me interesa más la reseña que el cómic…

  15. Endeavour dice:

    Gracias por la estupenda reseña. No sabía que Ernie Chan había fallecido. Joder. Alguien lo ha dicho, él, Buscema, Smith, Thomas… mi adolescencia. Hace muchos años que no vuelvo al comic. Pero gracias.

    un saludo.

  16. JJSala dice:

    Gran reseña Cavilius.

    Para los que no se atrevan con el original, recomiendo Troya de Collen McCullogh. No es lo mismo, pero mucho más digerible.

    Que buenos eran los Conan de los Buscema.

    Creo que, aparte de por cuerpo de culturista, se eligio a Arnold por el parecido facial con el Conan de los dos Buscema.

  17. Antígono el Tuerto dice:

    Por Crom que razón tienes :-)

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