LA HISTORIA DE UN CIEGO – Tanizaki Junichirō

Esta es la historia de un masajista que quedó ciego cuando solo tenía tres años, y huérfano a los doce; y que vivió una de las épocas más turbulentas de la historia del país, la que precedió a la instauración del shogunato Tokugawa. Un ciego al que le cuesta recordar su edad —sesenta y cuatro…, no sesenta y cinco años—, pero que no ha olvidado el color del agua del lago de Omi que, en los días soleados, reflejaba su brillo sobre sus pupilas. Siendo muy joven, entra al servicio de la dama Okichi, esposa del señor de la guerra Nagamasa, y, desde entonces, se convierte en su más ferviente seguidor. Testigo indirecto de los hechos, su relación con la guerra viene marcada por su relación personal con la dama Okichi, quien, casi desde cría, ya era famosa por su belleza singular.

¿Es importante destacar la belleza de una mujer a la que, en realidad, el protagonista nunca vio? Lo es; primero, porque el ciego no permite que el lector lo olvide en ningún momento. Segundo, porque si no se tiene en cuenta el componente de la belleza en la historia, será difícil captar la auténtica esencia de la obra de Tanizaki (y esto mismo podría extrapolarse a la mayoría de sus novelas, por cierto). ¿Quiénes somos nosotros para dejar de lado un rasgo tan definitorio y centrarnos, por el contrario, en el humo de los hechos históricos, de las batallas, los nombres y las glorias? No cometamos ese error: para Tanizaki, el arte solo es arte cuando aspira a la belleza, y la realidad desnuda carece de importancia si no se somete a su servicio. Y, sin embargo, ¿qué es la belleza? ¿Una perla que resplandece, como las aguas centelleantes del lago Omi? No, me temo que no; que para un japonés, lo bello es mucho más sutil, más discreto, más opaco y mucho más inaprehensible.

Lo bello no puede entenderse si no hay una pátina que lo disimule; lo bello está detrás, o debajo, o más allá de las sombras. ¿Quién mejor para entenderlo con plenitud de matices, entonces, que un personaje ciego? Ciego y masajista, y, además, (había olvidado decirlo) músico. Como carece de vista, no se deja engañar por los brillos, por la falsedad de lo tangible, y sus manos y su oído le ayudan a pulsar la verdadera belleza: la sensualidad profunda, no la aparente; el juego de despiadado erotismo que subyace a lo largo de toda la historia, con tantos personajes unidos y, a la vez, enfrentados por la hermosa Okichi. En definitiva, capta la belleza que se oculta en la oscuridad.

Puede leerse La historia de un ciego como un relato histórico en el que se aglutinan muchos de los grandes nombres, y de los grandes hombres también, de la quizá fuese la época más sangrienta del Japón. Puede hacerse, repito, pero en tal caso se corre el riesgo de quedar ligeramente defraudado; con la sensación de que algo nos ha sido escamoteado; una sensación interruptus que le llevaría a uno a pensar, ¿y a qué tanto con esta novela, con este autor? No se cometa esa imprudencia, por favor. Tanizaki es un autor japonés que supo valorar las virtudes de la civilización occidental (especialmente en sus comienzos) pero que nunca perdió el anclaje con la suya propia, y no es la cultura japonesa un barquito a la deriva en los procelosos mares de la Historia. Tienen mucha raíz donde asirse; mucha, muy variada y, más aún, muy potente.

No es posible leer a Tanizaki sin dejarse envolver antes por la penumbra de la cultura nipona, por los juegos de sombras, por el velo que separa lo real de lo auténtico (no, no es lo mismo); por la belleza que se intuye cuanto más se oculta. No es posible leer a Tanizaki desde una perspectiva puramente occidental, porque se corre el riesgo de perder más de la mitad de la historia. Él nos abre la puerta, deja que se cuele un hilillo de luz; sigámoslo, pero cerremos después de entrar para apreciar su regalo en toda su expresión.

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Tanizaki Junichirō, La historia de un ciego. Gijón, Satori Ediciones, 2023, 176 páginas.

     

4 comentarios en “LA HISTORIA DE UN CIEGO – Tanizaki Junichirō

  1. Vorimir dice:

    Un clásico de la literatura japonesa siempre es bienvenido por aquí y esta gran reseña me recuerda que lo tengo aun pendiente por leer y que debería buscarle remedio.

  2. Akane dice:

    Sí, búscale remedio, no te arrepentirás. ¡Y cuando quieras intercambiamos opiniones!

  3. Sonia dice:

    Labor encomiable la de esta editorial asturiana independiente porque traduce directamente del japonés, otros sellos más grandes prefieren ahorrarse dinero y traducen de un texto extranjero que previamente tradujo del japonés …. ya pueden imaginarse entonces lo que pasa con ciertas historias y sus giros gramaticales

  4. akane dice:

    Cierto, la labor de Satori es realmente encomiable. Llevan muchos años al pie del cañón, trabajando mucho y muy bien. Su catálogo de clásicos merece un gran reconocimiento, y sus ediciones son estupendas.
    Gracias por pasarte y comentar.

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