LA EUROPA DE LAS CINCO NACIONES – Luis Suárez

LA EUROPA DE LAS CINCO NACIONES - Luis Suárez No, no nos encontramos ante un libro de historia del prestigioso torneo de rugby «Cinco naciones» (o «Seis naciones» tras la inclusión de Italia hace unos años).

Lo que encontramos a lo largo de sus mil páginas es un amplio repaso a la historia de nuestro «Viejo Continente» a través de los países que le dieron forma: Inglaterra, Francia, Alemania, España e Italia. La historia comienza en los últimos siglos del Imperio Romano y termina en los años 70 del siglo XX, para en el epílogo estirar la exposición hasta nuestros días. Es un libro denso y muy detallado, que dará para muchos meses de lectura ocasional —yo he tardado unos seis meses en leerlo—, pero que al final deja un buen sabor de boca. Además de estos países ya mencionados, a lo largo del libro no se olvidan otras naciones que en su momento tuvieron enorme importancia como los países del Norte, Grecia o Turquía, aunque los hilos conductores sean las omnipresentes cinco naciones.

El libro hace gran hincapié en la vida cultural, en la sociedad y en la política, tratando de buscar los rasgos aglutinadores y no los diferenciadores entre las distintas regiones de Europa. Para el autor es fácil encontrarlo en el Cristianismo, ya sea en una Edad Media bajo el mando de la Iglesia Católica de Roma o posteriormente con Europa dividida religiosamente en sus distintas ramas.

El libro, por su densidad y contenidos, puede ser un manual universitario complementario a otros más específicos, o usarse como libro de consulta y complemento para el estudio de Europa en casi cualquier época.

Patina, a mi gusto, en la defensa demasiado acérrima de los valores cristianos y en el propio epílogo cuestiona teorías científicas como la del Big Bang —e incluso le hace un quiebro a la de la Evolución— para tratar de decir que en la religiosidad —católica a ser posible— se pueden encontrar muchas respuestas que la ciencia no parece tener del todo claras. Bueno, y también chirría que de la Guerra Civil española sólo tengamos 7 u 8 páginas y que esté tratada desde la óptica Europea, sin querer mancharse mucho.

Y es que el autor, Luis Suárez, no es el antiguo seleccionador del combinado nacional de fútbol del mundial de Italia 90. De nuevo no.

Luis Suárez (Gijón, 1924) es académico de la Historia de Madrid, correspondiente de la Academia de las Buenas Letras de Barcelona, a propuesta de Jaime Vicens Vives y Ferran Soldevila y académico de mérito de la de Lisboa. Es especialista en temas de la Baja Edad Media, aunque ha dirigido también su atención a otras épocas y a distintos temas relacionados con la interpretación de la Historia, entre ellos los Trastámara, los Reyes Católicos y los judíos en España. En Ariel ha publicado Benedicto XIII, Enrique IV de Castilla, Fernando el Católico, Isabel I, reina, Los judíos, Los Reyes Católicos, Franco y Don Juan.

Bueno, y hay que mencionar también que es miembro de la Fundación Francisco Franco y presidente de la Hermandad del Valle de los Caídos. Fue el autor de la polémica entrada para el Diccionario Biográfico Nacional de Franco, al que en ningún momento llama dictador y cuya figura trata de forma positiva. Sólo por esto ya iba con una ceja levantada hasta casi la altura del cuero cabelludo al acercarme al libro, y quizás ahora entiendan el comentario sobre el trato a la Guerra Civil.

Los que me conocen ya saben lo que opino de Franco y la Guerra Civil —no haré comentarios que hay niños leyendo— así que, si pese a todo digo que el libro no está mal debe ser que tiene suficientes alicientes para olvidar prejuicios iniciales, aunque más de una vez durante su lectura sea imposible no recordarlos. Así que, orientaciones políticas del autor y otros trabajos aparte, estamos ante un buen libro de historia de Europa, especialmente los capítulos que van desde la Edad Media a finales de la Edad Moderna, siendo menos interesantes —o más sesgados— los de Historia Contemporánea a la hora de valorar la época de las revoluciones de forma casi negativa.

Título: La Europa de las cinco naciones
Páginas: 1001
Editorial: Ariel (2010)

[tags]Luis Suárez, Inglaterra, Francia, Alemania, España, Italia, Europa[/tags]

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37 comentarios en “LA EUROPA DE LAS CINCO NACIONES – Luis Suárez

  1. José Sebastián dice:

    Felicidades Vorimir por la reseña y por haberle hincado el diente a un libro tan voluminoso. Dejando aparte ideologías políticas anacrónicas y su pertenencia a fundaciones de dudoso gusto, hay que reconocer que es un gran historiador medievalista. Hace ya unos años leí «Enrique IV de Trastámara» y realmente, a pesar de su estilo denso – con gran cantidad de información-, me atrapó. Tengo pendiente de lectura en mi estantería»Isabel I» pero el volumen de la obra me echa para atrás.

  2. Vorimir dice:

    Gracias Sebastián. Tengo ese mismo libro que comentas y opino lo mismo sobre él y sobre el historiador.

  3. Farsalia dice:

    Cuando Suárez bucea entre los Trastámaras, está en su onda, nos da lo mejor de sí mismo. Cuando se sale, patina. Y me temo, por lo hojeado, que en este caso patina mucho…

  4. Vorimir dice:

    Ya digo que me gustó más la parte de medieval y principios de la Edad Moderna que la Contemporánea (y ya de la actual ni hablamos XD).

  5. Antígono el Tuerto dice:

    ¿Y da alguna razón de por qué escoge esas cinco naciones como fundamentales en la Historia Europea?, porque no veo razón para excluir a otras tan importantes o más que esas, como Grecia, o Rusia, o Turquía…un poco raro.

  6. Vorimir dice:

    Italia: El Imperio romano y su «europeización del cristianismo», las Repúblicas italianas, la Iglesia.
    España: Su gran importancia en la Edad Moderna, su «defensa del catolicismo».
    Gran bretaña: El luteranismo y su imperio marítimo.
    Alemania: El Sacro Imperio, el Protestantismo, las Guerras Mundiales…
    Francia: La Francia medieval y la Moderna con personajes como Luis XIV, Napoleón, y sucesos como la Revolución francesa.

    De todas formas no descarta otros países como los que has mencionado y les dedica sus propios apartados a lo largo del libro (Suecia, Grecia, Turquía, etc..) pero se centra más en las cinco mencionadas.

  7. Antígono el Tuerto dice:

    Aclarado, veo que sigue con una visión de Europa muy «occidental».
    Matizable la importancia de algunos países.

  8. Demócrito dice:

    Si no supiera nada del autor tal vez me animaría a leer el libro, pero sabiendo que es alguien sin ningún asomo de imparcialidad (ni ganas que tiene) y con ese apego a la superstición, prefiero ahorrarme la lectura.

  9. temax dice:

    Leyendo los comentarios, veo cómo para algunos, como Demócrito, la Historia sólo merece la pena cuando el historiador es políticamente como nosotros queremos. Vamos, que gracias a gente como Demócrito, sitios como Hislibris cada vez se convierten más en un lugar donde se sirve a los bastardos intereses políticos cargados de un tufo necrofílico de falso revisionismo, como diría alguno.

    Demócrito, tú no amas la Historia.

  10. Vorimir dice:

    Temax, con el «currículum ideológico» del sr. Suárez uno ya puede hacerse una idea de que esos «bastardos intereses políticos cargados de un tufo necrofílico de falso revisionismo» en su obra van por otra parte, no hay más que leer este que he reseñado, que aunque tiene algunas partes más que correctas cuando entra en historia contemporánea le pueden sus afinidades y ahí patina y rechina muy mucho. Y, perdona que lo diga, pero si algunos ideales desprenden un tufo necrofílico son los de este señor así que es normal que ante un libro de historia en el que uno busca imparcialidad pues acabe espantando a más de uno y dos. Lo mismo pasaría si el autor fuese un anarquista escribiendo sobre la Guerra Civil -que ya me he encontrado el caso. Tan reprobable es lo uno como otro, pero querer dignificar uno de los periodos más negros de nuestra historia es al fin y al cabo falso revisionismo con los peores adjetivos que quieras ponerle, y tratar de justificar la sublevación y la Guerra civil más de lo mismo.

    1. Javi_LR dice:

      Vaya, Vori, esta sí que es buena. Desconocía que un anarquista no pudiese escribir sobre la Guerra Civil.

      Esos matices…

  11. Antígono el Tuerto dice:

    «bastardos intereses políticos cargados de un tufo necrofílico de falso revisionismo»
    Esta frase es demasiado metafísica para mí.
    ¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?

  12. Vorimir dice:

    No que pueda escribir, sino que el libro que yo leí se dedicaba a soltar perlitas en plan «Sanjurjo, tras su muerte, se fue directo al infierno» y más de una por el estilo.

    1. Javi_LR dice:

      Pues a eso voy, Vori, a los matices: no es que por una determinada filiación no se pueda escribir historia, sino que lo que no se debería de poder hacer es escribir tonterías. Luego, que un libro de historia tenga su valor en la equidistancia e imparcialidad es discutible.

  13. Vorimir dice:

    Vamos, que cuando se pierde la imparcialidad y se trata de adoctrinar con un libro de historia mal vamos, ya tenga el escritor una estampita de Franco en la mesita de noche o tenga en salmuera la momia de Lenin en su sótano.

  14. Urogallo dice:

    No hay libro de historia, menos de historia reciente, objetivo. Suárez, al menos, aporta una obra solida ( Aunque solo sea por una cuestión de peso aplastante, ya que su obra es de tamaño enciclopédico) basada en una investigación seria y bien documentada.

    Otra cosa son las valoraciones personales, pero si a estas alturas creemos que hay autor en España que no haga valoraciones personales sobre el último siglo es lo mismo que decir que creemos en los reyes magos.

  15. Vorimir dice:

    Po zi Uro, la cosa es que hay que intentar ser lo más objetivo posible a la hora de escribir un libro de historia (o eso pienso yo) simplemente por un mero hecho de sinceridad o profesionalidad. Otra cosa es que muchos autores escriben para su público, los cuales ya saben lo que van a encontrar.
    La obra de suarez es serie y bien documentada, pero en ella se refleja claramente la ideología del autor y sus opiniones personales, a veces más y a veces menos, pero ahí está. De todas formas, sabiendo eso y leyéndolo con espíritu crítico es un buen libro sobre el tema, sobre todo en su primera mitad.

  16. Antígono el Tuerto dice:

    Pero Uro, yo sí creo en los Reyes Magos :-))

  17. Iñigo dice:

    Y yo también creo… si no de que he pedido tantos libros… pero Uro tiene razón, la objetividad es un bien escaso en lo que a historia de España se refiere en nuestro siglo XX.

  18. Lopekan dice:

    A mí apuntadme en el grupo de los que piensan que un historiador, al igual que otro «cronista de lo humano y común» como sería un periodista, tiene que procurar, con todas sus fuerzas, talento y documentación, ser lo más imparcial posible, alejado del sectarismo que mata lo auténtico de su profesión.
    Otra cosa los convertiría en un novelista o en un propagandista. Y yo eso no lo compro. Ni deseo que se lo vendan a los demás.

  19. Urogallo dice:

    El problema es que frente a esa honorable aspiración, en España estamos avanzándo en el camino absolutamente opuesto. Y es forzoso que así sea, o las editoriales no sueltan la mosca…

  20. Lopekan dice:

    … pues cuidaico las editoriales, a ver si les pasa como a las discográficas >:[ que los tiempos están cambiando, sin remisión (con permiso de Loquillo)

  21. Javi_LR dice:

    ¿Hay grupos, Lopekan? Creo que no habrá nadie que se alinee en otro.

    ¿Sabéis lo peor de todo? Que si un historiador llega a una certeza, siempre habrá alguien que le acusará de imparcial y sesgado, por muy objetivo que haya sido. Me temo que la palabra «imparcial» se usa, precísamente, con mucho prejuicio y se aplica más al fin que a los medios, a la conclusión que al método, o a los que no usan las lentes de la marca y graduaciones de uno mismo.

    ¿Dónde habremos dejado la epistemología?

  22. Lopekan dice:

    ¿La epistemología? Se la ha llevado un perro en la boca… por lo menos yo la he ido a encontrar a la wikipedia :) y vuelvo mareao

    «Imparcial» para mí: por encima de las pequeñas miserias sectarias, con rigor, armado de ganas de buscar y encontrar algo de verdad…
    Como el recomendable proceder del método científico: interesarse por el tema, investigar en colaboración, aportar datos a un corpus común de saber, postular unos resultados sujetos a revisión también común… y aguardar humildes y ansioso a la siguiente revisión por otros del mismo tema.

    Y en estos oficios «sensibles» dejamos la filiación en la taquilla. A no ser que nos estemos cambiando para jugar. Por ejemplo un tirios contra troyanos ;))

  23. Vorimir dice:

    No puedo estar mas que de acuerdo con lo que ha comentado Lopekan.

  24. juanrio dice:

    Por supuesto…el otro día me dijeron que no me preguntaban por una cosa porque yo no era imparcial…por supuesto, hay cosas en las que uno no puede serlo, pero a un historiador hay que pedirle que por lo menos maneje las fuentes, todas las posibles, y no nos oculte las que no le convienen a la formulación de su propia teoría.

  25. Lopekan dice:

    Claro, juanrio, porque ser imparcial no quiere decir ser equidistante. Y la verdad (histórica, la nuestra de aquí) nunca va a encontrarse en el término medio entre dos partes enfrentadas, sino que variables como la razón, la verdad y la justicia siempre van a caer más de un lado que de otro en la ecuación de un conflicto. Y al historiador le corresponde resolver esta ecuación lo mejor posible, sin hurtarnos números ni hacer redondeos falaces, y proporcionarnos a los demás resultados veraces, no sesgados, que es lo que esperamos y necesitamos de él.
    Otra cosa, Javi, que espero que te guste: la palabra «(a)filiación» despierta en mí un antiguo relé y me hace decir cosas severas. Más amable me resulta la de «filias». Entonces concluiría yo con que a la historia nos hemos de acercar con rigor, pero a HisLibris con «filias». Porque todos pensamos y sentimos a base de filias, querencias… y fobias, pero que sea sabiendo cuándo enfundar(nos)las y cuándo —como aquí— darles rienda suelta.

    1. Javi_LR dice:

      No, Lopekan, me temo que no me has comprendido. Sin duda, por culpa mía y de mi oscuridad a la hora de expresarme, que para algo soy radical zurdo y me pierdo en vaguedades. Y no sigo, pues me temo que liaré más la cosa ;o)

  26. Lopekan dice:

    … ayudado, Javi, por otro tanto de radical simpleza mía, no lo descartemos.
    Cuando quieras, forastero, nos vemos en el foro, para no liarla más aquí :)
    Seguro que ya hay un hilo donde se trate esto (y de la epistemología).

  27. Farsalia dice:

    ¿Cómo era aquel viejo adagio? Ah sí, «por sus obras los conoceréis».

    Y me sigo quedando con la «epre» (evidencia primaria relevante de época), patentada como palabro por Ángel Viñas. Siempre la epre, y la interpretación adecuada de la epre, por supuesto. La «verdad» es poliédrica.

  28. Lopekan dice:

    ¡Vorimir, te vamos a poner el hilo perdido de frases hermético-crípticas! jaja
    Para aligerar algo, dejadme citar a Machado cuando dice aquello de: «¿Tu verdad? No, la Verdad, / y ven conmigo a buscarla. / La tuya, guárdatela.»

    ¡Ah el poeta, cuántas cosas contenidas en tan pocas letras!

    1. Javi_LR dice:

      Ahí, ahí nos vamos acercando ;o)

  29. Vorimir dice:

    Me ha gustado el poema de Machado, Lopekan. :D

  30. Farsalia dice:

    » Amigo, la verdad, igual que el arte, está en el ojo del que la mira».

    Lo acaba de soltar Jim Williams/Kvin Spacey en Medianoche en el jardín del bien y del mal. ;-)

    1. Javi_LR dice:

      … para seguidamente alejarnos.

  31. Juan Manuel dice:

    Discrepo, al menos, en una de tus afirmaciones: en la entrada sobre Francisco Franco, Luis Suarez se atiene estrictamente a la tipología de sistemas políticos de Linz, haciendo la distinción entre régimen autoritario y totalitario. Suarez defiende que el régimen franquista fue autoritario, es decir, una DICTADURA, y no un totalitarismo. Creo que es algo absolutamente cierto, y se puede consultar cualquier entrada sobre el franquismo en cualquier enciclopedia. Consulten por ejemplo la Enciclopedia Británica. Suarez, pues, califica al franquismo de lo que era en realidad, le pese a quien le pese: un autoritarismo, es decir, una Dictadura.

  32. temax dice:

    Muchos excelentes comentarios. Al final, yo, como estudiante de Historia, lo que yo pienso es algo bastante sencillo: pienso leer de los temas que más me apasiones, a TODOS los historiadores que pueda, sean catalogados por unos o por otros de A o de B. Porque esa es la mejor forma de formarse.

    El tema, ya muy gastado, de historiadores politizados, para mí es un debate ya superado. Quien ama la Historia, os puedo asegurar que leerá tanto a Américo Castro como a Sánchez Albornoz, tanto a Luís Suárez como a Gabriel Jackson y a Paul Preston. Es esa la única manera de acercarse lo más posible a nuestro pasado de la manera más honesta posible.

    Cuando veo gente criticando a Paul Preston, o a César Vidal, o a Luís Suárez, me pregunto si de verdad aman la Historia. Creo que tenemos que estar por encima de esas cosas, y reconocer objetivamente los apuntes, las informaciones, sean pocas o abundantes, que cada historiador haya podido aportar. Y las opiniones de cada uno, aceptarlas o no, pero eso no desvalúa su trabajo. Hay historiadores que han escrito obras de inmenso valor documental e histórico, que sin embargo en otras han demostrado un sesgo ideológico decepcionante para algunos. Y, desde mi humilde opinión, creo que una cosa no quita la otra. Y ejemplos los hay montones.

    Aquí se ha comentado en alguna ocasión, y aún a riesgo de aburrir, lo recuerdo. Por ejemplo, Kamen ha escrito obras fundamentales sobre la Inquisición española y el reinado de Carlos II, sin embargo, y sobre todo últimamente, algunos lo acusan de volverse un neocón,y hasta ha llegado a negar que el imperio español en América fuera cosa de españoles (?). Lo que no quita que algunas de sus obras sean de gran importancia. El libro sobre Felipe II de Fernández Álvarez es uno de los mejores que hay, y sin embargo algunos le acusan de tener un tono demasiado exaltado y sentimentalista/patriotero.

    En definitiva, y como también dijo alguno por aquí que no recuerdo bien quién, independientemente de la mayor o menor simpatía que pueda suscitar un historiador en concreto, ¿cabe encasillar la obra de un historiador por su pensamiento «neocon» o «izquierdista» o cualquiera que sea? ¿No esconde un profundo prejuicio tal descalificación? ¿Esta web se interesa por la historia o por la ideología de salón? Puestos así, podríamos reescribir, emulando a Ginés Pérez de Hita, la «Historia de los bandos» de la historiografía hispánica: Suárez Fernández frente a Paul Preston, Gabriel Jackson frente a Moa… Y así haremos de esta página una de tantas en la que la cultura deviene en caricatura de esos «bastardos intereses políticos que tan de moda están, envueltos en un insufrible tufo necrofílico de falso revisionismo» de los que ya comenté al principio :)

    Yo me he enriquezido de todos los historiadores que he leído, estando de acuerdo con unos y en desacuerdo con otros. Por poner un ejemplo, tengo mi propia teoria personal contra el pensamiento de Américo Castro, pero siempre recomendaría su lectura, por la cantidad de cosas que se aprenden de él.

    En fin, creo que se puede ser de izquierdas o derechas, o de ninguna de las dos, pero que estoy seguro que de historiadores de toda ideología se pueden aprender y sacar muchas conclusiones interesantes. Y luego, cada uno tendrá sus preferencias. Pero siempre desde el respeto y las ganas de aprender.

    Un saludo gente.
    temax.

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