LA DERROTA – Francisco José Bocero de la Rosa
Siempre he tenido la impresión de que la gente que regala libros no carece de cierta clase de valentía. El motivo es que regalar un libro es descubrir una parte de uno mismo: de sus gustos o de su falta de gusto, de sus ilusiones, de la impresión o la falta de impresión que le produce el destinatario del regalo. En resumen: regalar un libro es una magnífica forma de arriesgarse a cometer un error, cosa que no sucede cuando regalas un Ferrari. El problema es que algunos de estos valientes lo estropean todo con preguntas: ¿Lo has leído? ¿Te ha gustado? Siempre comprometidas.
Este libro fue un regalo de un hislibreño que no preguntó. Que menos que agradecérselo con una reseñita. Para uno que no pregunta, vamos a contestarle.
“La Derrota” es la historia del pequeño ejército que Napoleón envió a controlar Andalucía y liberar a la flota francesa anclada en Cádiz allá por 1808. El primer ejército imperial en ser derrotado en campo raso.
Desgraciadamente, al menos no suele gustarme, la historia se inicia en el momento clave, el momento en que el General Dupont, que quería ser Mariscal asume que nunca lo será. Es el inolvidable 19 de julio de 1808, y va a ser el final de la historia.
Con la derrota francesa en la mente volvemos hacia el pasado. El autor presenta primero a sus personajes. Gonzalo de la Rosa, joven oficial del Regimiento de Caballería Farnesio y Pierre Grivel, también oficial, de los Marinos de la Guardia, van a ser los principales, los héroes de la historia. Junto a ellos desfilan todos los demás personajes de la tragedia. Podemos citar algunos que serán un poco mas relevantes: José de San Martín, Agustín Guajardo, el General Castaños, el propio General Dupont, el General Laplanne o el mismísimo Mariscal Berthier. Todos históricos, hay muy pocos personajes inventados en la novela.
La historia va a empezar en Francia, en Madrid y en Córdoba: decididos los franceses a enviar una expedición para asegurar Andalucía, convencidos los españoles de que deben prepararse para una guerra cada vez más inevitable. La novela va saltando de un lugar a otro, mostrándonos las acciones y reacciones de todos los protagonistas mientras se desarrollan los acontecimientos: Despeñaperros, Cádiz, Gibraltar, Alcolea, Córdoba… Bailén.
Se pueden destacar varias cosas de este libro. En primer lugar la posibilidad de catalogarlo como historia novelada mas que como novela histórica. El autor nos desplaza a los lugares donde tienen lugar los principales acontecimientos y nos los narra desde el punto de vista de sus personajes, históricos la mayoría. Sin embargo no es puramente historia novelada, pues allí donde hay menos que narrar, donde los hechos son mas difusos, se permite introducir personajes, pocos, que nunca existieron salvo en la imaginación, al menos con los nombres que les da el autor. Disputas entre soldados borrachos, la pérdida de un camarada, un pequeño romance por encima del horror de la guerra…
Otra de las cosas destacables es la ausencia de parcialidad. Idiotas, canallas, vanidosos, héroes, valientes y generosos los hay tanto entre los franceses como entre los españoles. Los franceses no son demonizados y los españoles para nada son ensalzados como héroes. Así vemos a las turbas españolas persiguiendo y asesinando al gobernador de Cádiz, y a cualesquiera otros que les parezcan tibios con los franceses, igual que asistiremos al saqueo de Córdoba por la soldadesca francesa. La historia nos presenta la habilidad política del Corregidor Guajardo, la preocupación del Mariscal Berthier con respecto al destino de su pequeño ejército, los dolores de estómago del ambicioso Duque de Berg y la vanidad y la ambición del General Dupont por un lado; los cálculos de las “Juntas”, el cuidado del General Castaños, las ilusiones militares de Pedro de Echavarri o el buen hacer del Marqués de la Puebla por otro. Todos son personajes humanos y explicados.
Y para terminar la forma de la narración. En el tiempo da un solo salto, pero en el espacio los saltos constantes. Son tramos cortos donde vamos viendo las acciones de cada personaje en cada momento, consiguiendo una narración bien hecha, que tal vez chirría un pelín en algún mensajero que llega demasiado deprisa, y digo tal vez porque desconozco lo que duraba un viaje, por ejemplo, Córdoba – Cádiz, en aquellos tiempos, chirrido por otro lado, que para nada distorsiona la historia.
Con respecto al autor, esta es su primera novela. Es periodista especializado en economía y comunicación empresarial, siendo actualmente director de comunicación y estudios de la Cámara de Comercio e Industria de Córdoba. Este primer libro tardó cinco años en escribirlo, utilizando una amplia bibliografía de libros y revistas en la que destaca el libro de M. Ortí Belmonte “Córdoba Durante la Guerra de la Independencia”, publicado en 1930, el estudio mas completo sobre los acontecimientos acaecidos en la ciudad durante estos días.
Añadir que el libro contiene además de la bibliografía una pequeña explicación de los personajes y sus vidas posteriores, y unos cuantos mapas, que deben buscarse en las fotografías en el centro del volumen. Son muy ilustrativos, sobre todo para la batalla de Alcolea.
En resumen, un buen libro: entretenido, equilibrado, sensato e informativo. Ahora, que lo lea quien quiera.
Opino.
Francisco José Bocero de la Rosa
LA DERROTA
Almuzara 2007.
[tags]1808, Napoléon, Andalucía, Francisco José Bocero de la Rosa[/tags]
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Buena reseña Koenig. Seguro que si no lo tiene o no se lo ha leido ya, Corcontas se lo apunta.
Una pregunta.
¿Es «Revertiano» el libro?
Ojo, que para mi lo de Revertiano es positivo. La pregunta es si me gustaron Un día de cólera, Trafalgar y si me encanta Alatriste… ¿me debería gustar éste que reseñas?
Estupenda reseña, Koenig. Yo lo leí y me gustó mucho, me pareció bien narrado, bien ambientado y documentado.
Vorimir, creo que Corcontas ya lo conoce. Le dije que yo lo había reseñado en mi página y además entrevisté al autor, y creo que pasó a echarle un vistazo. Y no se parece, en mi humilde opinión, a Reverte en nada. Y aún así creo que te gustaría.
Buenas tardes.
Efectivamente no se parece a Reverte. No he leído el «Día de Cólera», pero, por ejemplo, se diferencia de «Trafalgar» en el respeto con el que trata a los personajes, y de Alatriste en la ojetividad con que narra los acontecimientos, sin cargar las tintas en bando bueno y bando malo, aunque puede ser un tanto maniqueo en el sentido de que los personajes que se comportan bien son intachables, y los que no son insalvables.
Saludos.
Oh no, otro que tengo que apuntar para la lista de la compra. Aún así, pregunta: habiendo leído recientemente unos cuantos de los Episodios Nacionales (entre ellos el de Bailén) y algún otro libro más seriote sobre la visitas del francés a tierras peninsulares, ¿recomendáis la lectura de este otro, o poco más que añadir?
Intuyo que pinta bien, pero por oiros no pierdo nada… :-)
Por cierto Koenig, no has dicho quién es el susodicho hislibreño y si le tienes que estar agradecido o no…
Hombre Richar.
Si le debo estar agradecido, no del todo, porque lo que me regaló no fue, como se puede ver, un Ferrari. Aunque la novela me gustó.
En cuanto a quien sea… el lo sabe.
Saludos.
Qué romántico… :-)
Eeeee. No es esa la palabra que yo utilizaría.
Fué Juanrio.
Anda ya, Jerufa. Yo le hubiera regalado el Ferrari.
Koenig, me gusta lo que dices en la reseña de la imparcialidad, todavía me chirría recordar el Trafalgar de Reverte y esa obsesión por poner a los franceses por idiotas.
Pues yo he leído los Episodios Nacionales, y también a Reverte… y aún así me mereció la pena leer La derrota. Es diferente, no es corrosivo como Reverte ni es desde luego la pluma de Galdós, pero está bien escrito, la trama es interesante y aporta información sobre la estancia de los franceses en Córdoba, con detalles que no aparecen en otros libros que había leído.
Gracias Pilar, tomo buena nota.
Un saludo,
Richar.
Sería un libro muy interesante…si no fuera porque el tema no me llama nada, nada, nada la atención.
Por cierto, Koenig, hasta que no mencionaste que era más una historia novelada que una novela, pensaba que estabas reseñando un ensayo, fíjate.
Juanrio, yo creo que lo de Reverte y los franceses lo hace para compensar. Como casi siempre los idiotas somos nosotros…
Eso me recuerda a la película «Elizabeth» (la primera parte) que vi hace unos días. Los ingleses eran maravillosos (al menos los protestantes, porque a los católicos les faltaba ponerles cuernos y rabo), el embajador español era el típico arquetipo de mezcla de moro, gitano y bandolero (con todo respeto para los moros, los gitanos y los bandoleros) y los franceses eran unos travestidos. En fin, imparcialidad pura y dura.
Pues a mí el tema del libro me gusta mucho, de hecho es de mis favoritos. Así que muchísimas gracias por tan fabulosa reseña y sigue así, Koenig!