LA CASA DEL ÁGUILA – Duncan Sprott

LA CASA DEL ÁGUILA - Duncan Sprott¡Eh! ¡Extranjero! ¡Eh! ¡Tu, ignorante! ¡Has tardado mucho en venir! ¡Llegas muy tarde! ¡Sí! A ti, a ti te hablo, lector, a ti. Porque creo que tú no sabes nada, nada de Ptolomeo, de Ptolemis, el griego que fue Faraón de Egipto, ni de la terrible tragedia de su casa…

Tu ignorancia es vergonzosa, vergonzosa… ¡y el único faraón del cual has oído hablar es del débil Tutankamón! Verdaderamente, Thot tendría que enseñártelo todo.

En el mundo hislibreño (¿aún el corrector ortográfico no recoge el término?) es conocido que cada uno tiene sus intereses definidos y concretos, salvo especies en peligro de extinción capaces de abarcar cualquier época, curiosidad o geografía, pero lo que sí es cierto es que todos hemos tenido un esqueleto con el que iniciar esa andadura y cada cual ha ido investigando aquella parte del cuerpo que más curiosidad le provoca hasta saber cada tendón, cada músculo, su función, incluso los remedios para curar los callos y mejorar su rendimiento. Y en ese esqueleto hay partes claramente definidas que levantan pasiones como Grecia, Roma, Rusia, Egipto, la Edad Media, las guerras mundiales, las batallas de cualquier tiempo y lugar, incluso la mitología goza de la veneración de algún seguidor incondicional, pero los que vamos picoteando aquí y allá, disfrutando del momento y sin ahondar en profundidades, tenemos lagunas que raramente cubrimos y que quedan insinuadas en unas pocas líneas de un libro de texto.

Una es de ciencias, pero de la EGB y el BUP, que ya es algo. Aún así Grecia terminaba con un «Alejandro murió y su imperio se repartió entre sus generales». Luego venía el capítulo de Roma, claro. Y ahí quedó un inmenso pozo eclipsado por etruscos y romanos hasta el día de hoy.

Es la Casa del águila el cubo que viene a sacar el agua del fondo, tomando como soga la figura de uno de esos misteriosos generales, Ptolomeo, que también la ignorancia sitúa, sin saber porqué, como es usual en ella en Egipto.

El principio del libro, que encabeza estas líneas, sorprende con un discurso de un Thot exigente que requiere la atención del lector y que será el conductor del peculiar pasaje de la historia. Sus orígenes y las correrías con Alejandro como líder marcarán futuras decisiones por lo que el dios de la escritura nos alecciona en unas cuantas páginas, de esas que a mí nunca me sobran (y menos en esta ocasión, que no he podido terminar ninguno de los cienes y cienes de libros sobre Alejandro) pero para las que Ascanio tiene un olfato especial.

Alguien comentó que el ritmo era difícil o aburrido, pero a mí no me ha parecido ni lo uno ni lo otro. Se relatan las intrigas en los palacios a orillas del Nilo, poco a poco Alejandría va tomando forma hacia su conversión en el oasis griego para la que fue ideada, aparecen más de aquellos generales, en otro tiempo camaradas y ahora enemigos e incómodos vecinos, se suceden los enfrentamientos entre fronteras nacientes que necesitan afianzarse, aunque no se narran in situ las batallas con las que suele disfrutar un amplio sector. Aquí no se mancha uno de sangre, pero no deja de haber luchas de las que se gestan entre murmullos, rumores, estrategias de apariencias, matrimonios convenientes, alianzas y engaños simultáneas, que no por no salpicar entretienen menos.

A mi juicio lo más sobresaliente de la novela es la evolución del principal personaje y con él la de toda su familia. Llegar a dirigir como sátrapa un pueblo tan extraño en costumbres, cultura y religión sin dejar de sentirse macedonio y llevar el experimento al extremo de asumir la figura del Faraón, no deja de ser un reto cuanto menos curioso. No se escatiman las dudas y los temores del que fuera un soldado a la hora de ponerse manos a la obra para crear divinidades, construir avenidas o atraer la flor y nata de la cultura del momento sin negar la parte griega pero sin ofender a la egipcia  intentando la cuadratura del círculo.

Es una conversión que Egipto, representado en el Sumo Sacerdote de Ptah, Anemhor, testigo las continuas diferencias entre egipcios y extranjeros, llevará con paciencia pero con desconfianza, con esa media sonrisa del que sabe más de lo que dice, e intenta no salir escaldado del vapor de la mezcla procurando encauzar de la forma menos mala una situación inevitable y constatando las diferencias entre dos formas de vivir bien distintas.

En el capítulo de los personajes, hay algunos más conseguidos que otros, pero todos pintados con corrección. Incluso los que no salen a escena pero sí intervienen de forma directa son retratados con acierto para la acción conjunta. El reparto femenino es la barca que más sale ganando en un Nilo revuelto, lo que no deja de tener su punto. Quizá ese orden novedoso es el que deja una casa sin barrer y una escoba abandonada esperando su oportunidad. A veces se ha defendido que un mundo regido por el sexo débil sería mejor, pero el que no tiene que someterse al juicio de la Historia goza del beneficio de la duda y la presunción de aquella zarzuela de que serían balsas de aceite, dista mucho de la realidad.

En cuanto a la edición, cumple todos los requisitos de excelencia. No faltan mapas de Egipto, del mundo conocido y de la propia Alejandría ni árboles genealógicos de la dinastía recién estrenada y de la de los Sumos Sacerdotes que discurrirán paralelas a lo largo de lo que se anuncia como una tetralogía aunque, hoy por hoy, sólo se han publicado los dos primeros volúmenes. A un excelente precio, por cierto.

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22 comentarios en “LA CASA DEL ÁGUILA – Duncan Sprott

  1. Antígono el Tuerto dice:

    Genial, gran reseña Aretes; por fin un libro ambientado en el período helenístico. Desgraciadamente es cierto lo que mencionas, no hay muchas novelas o ensaños en español que hablen del período helenístico, casi siempre lo orillan o lo mencionan brevemente.
    De hecho en las librerías ahora sólo esta una titulada Rodas la hija del Sol que también trata de este período y poco más, como siempre las estanterías estan llenas de novelas del período clásico, de Alejandro y de romanos; y es una pena porque el período helenístico es una época fascinante, para mí mucho más atrayente que el mundo romano.
    Así que me alegro de que aparezca de cuando en cuando libros que traten del tema, trataré de localizarlo por ahí a ver si hay suerte y lo encuentro.

  2. Urogallo Soter dice:

    Que buen precio, que buen precio. ¿Quién se podía resistir? Y a pesar de que la saga posiblemente nunca concluya en castellano, ¿Sirve eso para renunciar a leer un libro sobre los ptolomeos?

    El estilo del autor es muy, muy parecido al de Graves en «Yo, Claudio» y lo es tanto que el dios Toth, el narrador, no consigue ser omnisciente.

  3. Balbo dice:

    Me ha gustado la reseña Aretes. Un libro interesante que se confirma como un autentico clasico de la novela histórica. Le hare un hueco para leerla. Gracias por la recomendación, y felicidades por la reseña.

    Un abrazo, Aretes ;-)

  4. cavilius dice:

    ¡Me has pisado la reseña! Aunque después de leer la tuya, casi me alegro y todo. Me faltan 50 paginillas para acabar el libro, que llevo a cuestas desde hace casi un mes, y la verdad es que coincido bastante con tus opiniones.

    A ver si luego tengo más tiempo y puedo decir algo más coherente…

  5. Rodrigo dice:

    Tentadora, muy tentadora recomendación precisamente para uno que es de los de intereses más bien específicos. Me parece interesante que el autor resalte en el protagonista sus temores y vacilaciones a la hora de asumir tantas responsabilidades. Resulta, pues, un personaje de escala humana.

    Estupenda reseña, estimada Aretes.

    Y es cierto: “Hislibris” e “hislibreño” (más las variantes correspondientes) ya debieran figurar en el diccionario de Word. ;-)

  6. asiriaazul dice:

    Muy buena reseña Aretes.El libro lo leí hace años y me dejó buen poso (tengo pendiente de lectura el segundo tomo). Como bien dices trata un tema histórico no muy tratado ni por historiadores,y menos aún por novelistas.la época de los diadocos,tras la muerte de Alejandro y el inicio del denominado periodo helenístico,con sus peculiaridades de monarcas y ejército macedonios,dominando sobre la población autóctona,y la creación de religiones sincréticas como puente de unión entre la religión griega y las de esas culturas dominadas,período que particularmente me interesa y mucho.

  7. Antígono el Tuerto dice:

    Vaya hombre, no sale mi comentario…¿será cosa de moderación?, ¿algún esbirro de Seth la ha tomado conmigo? ;-)

  8. cavilius dice:

    Pues eso, que me faltan unas páginas de nada y habré acabado con las más de 600 que tiene el libro, y esta es solo la primera de las 4 partes que el autor tiene proyectadas escribir sobre los ptolomeos (de momento lleva 2, esta y La hija del cocodrilo). Pienso como Aretes, los personajes femeninos son los más abundantes y trabajados (aunque tampoco tiremos cohetes) de la novela. Y el estilo me ha parecido a veces poco elaborado, pero quizá era algo buscado por el autor, porque se supone que el narrador no es más que un diosecillo egipcio con cara de pájaro…

    Ptolomeo se pasa páginas y páginas pensándose si se hace faraón o no, si hace tal o cual cosa, si tira por aquí o tira por allá… un tanto inseguro parece, el hombre. Pero es que difícil papeleta tenía, tratar de conciliar su irrenunciable lado griego con la milenaria cultura egipcia. Y en esa pugna de caracteres, griego y egipcio, el autor Sprott da la victoria a los del Nilo: sabios, pacifistas, buenos maridos, reflexivos, mientras que los griegos son ignorantillos, violentos, mentirosos, discutidores, mentirosos (esto ya lo he dicho), guerreros y mentirosos (oootra vez).

    Se cuenta en la novela el nacimiento de la Biblioteca de Alejandría en una salita del palacio de Ptolomeo, la construcción del Museion, del Faro, del Serapeion y en fin, de Alejandría toda. Se cuenta también la batalla entre los cuasi-vejestorios ex-generales de Alejandro Magno, también conocida como batalla de Ipsos (Ptolomeo -66 años-, Lisímaco -59-, Casandro -49-, que no era ex-general sino hijo de ex-general, de Antipatro, muerto ya de viejo; Seleuco -58-, Antígono -81- y su hijo Demetrio Poliorcetes -36-). Por no hablar de la batalla de Corupedio, 20 años después, entre los ya casi octogenarios Lisímaco y Seleuco. Se cuenta también el famoso sitio de Rodas, alguna aventurilla del rey Pirro de Epiro, las derrotas de Ptolomeo, pero lo que más se cuenta son los trapicheos de casamientos acordados entre dinastías. Ptolomeo se pasa tooooda la novela pendiente de con quién va a casar a sus hijas para conseguir alianzas con otros reinos. Así es la vida de los reyes: las hijas defienden los reinos de sus padres con la paz mientras que los hijos lo hacen con la guerra. Y Ptolomeo era más partidario de la paz que de la guerra. Pero claro, esos matrimonios provocaban unos parentescos inescrutables entre hermanos, tíos, sobrinos, nueros, yernas, etc. Hermanos casados con hermanas, suegras que son hermanas de sus nueras…

    Algún error leve argumentalmente, aunque históricamente gordo (como decir que Antígono Monoftalmo, muerto en Ipsos el 301 a.C., estaba vivo cuando murió su hijo Demetrio Poliorcetes 20 años después) no entorpece la narración, fluida y entretenidísima pese a los cienes y cienes de páginas que tiene la novela. Algún momento de monotonía y contemporización sin importancia porque en seguida las intrigas de las hijas de Ptolomeo vuelven a hacer acto de presencia.

    Buena novela, sí. En cuanto haga la digestión me pondré con La hija del cocodrilo.

    (Perdón, Aretes. Sé que he hecho de repelente niño Vicente, no volverá a pasar. Espero).

  9. Valeria dice:

    Yo no compré los libros cuando se publicitó la oferta porque eran tres y sólo vendían dos. Ahora me ha entrado la duda de si van a ser tres y sólo están escritos dos. ¿Cuántos están escritos, entonces?

    En fin, es cierto que -al menos en mi caso- parte de ese esqueleto que conforma nuestra estructura hislibreña empezó en Egipto cuando una no era más que una mocosa. Qué tiempos aquellos en que conocía muchos más faraones que al sucesor de Amenofis IV :-)

  10. cavilius dice:

    Pues por esas webs del universo cibernético hablan del Ptolemies Quartet, o sea que me da a mí que van a ser 4 y que de momento lleva 2…

  11. Urogallo Soter dice:

    Cuatro publicados en Inglaterra. Dos publicados en España. Parece difícil que Edhasa siga publicando una saga que ha tenido que vender de saldo.

  12. cavilius dice:

    ¿Ya ha escrito las cuatro novelas?

  13. asiriaazul dice:

    Hace tres o cuatro años recuerdo haber visto la saga entera en castellano(al menos cuatro) en ECI(a otro precio claro),pero no había vuelto a ver ninguno hasta la promoción de los dos primeros de hace unos meses,es decir que sí están traducidos,pero no en el mercado. El reseñado concretamente lo tengo de una colección de kiosko de RBA, «Novela histórica de Egipto»,pero sólo sacaron el primero.

  14. asiriaazul dice:

    Curioso,buscando por internet no aparecen más que los dos primeros. Se me habrá ido la olla…?

  15. Lucía dice:

    Estupenda reseña, Aretes. Yo compré los libros cuando salieron de saldo en el CI y los tengo pendientes de lectura, como tantos otros, espero sacar un ratito, ratazo, tiempo, tiempazo, para ponerme con ellos. Tu comentario anima a ello, así que adelantarán puestos en el escalafón de pendientes.

  16. Bruno dice:

    Una pregunta, se sabe si va a ser una trilogia??

  17. Akawi dice:

    ¡Vaya! Ya hacía tiempo qué no salía un libro sobre Egipto y que tampoco editaba ninguna reseña Aretes, mis felicitaciones por ambas cosas.

    A mí no me gustan cuando son 5 ó 6 tomos porque te obliga a comprarlos y leerlos, siendo todos ellos sobre un mismo tema luego se me hacen pesados, además está lo que dice Asiriaazul, que luego no sacan los siguientes libros y te quedas colgada.

    Aún así, este libro tiene muy buena pinta y recomendado como va por Aretes y Cavilius, no tendré más remedio que echarle un vistazo.

  18. Javi_LR dice:

    Entonces, ¿merecen la pena? ¿Eins? Contando con que aún no he podido echar mano de los libros de Posteguillo por falta de tiempo (y eso que me releí el Anibal de Haefs tras La sombra del mercenario para abrir boca).

    Aretillas, un gusto leerte de nuevo.

  19. cavilius dice:

    En mi opinión el del águila es bastante entretenido, que no es poco. Del del cocodrilo solo puedo decirte: see you later aligator!!

    Siguienteeee…

  20. Clío dice:

    !Que bien Aretes una reseña tuya, estupenda como siempre!, pues sí , hace tiempo que no leo nada sobre Egipto, y decís que es entretenido?. a mi lo de las trilogías, tetralogías y todas las demas gías, no me importan, llevo años esperando leer el último libro de Nuñez Alonso sobre Semíramis, tengo los dos primeros y el tercero en Pdf, pero el cuarto……, así que puedo esperar si en verdad son buenos.

  21. Aretes dice:

    Gracias como siempre por los comentarios, aunque yo le echaría más la culpa al aviso de Uro que siempre está al quite de avisar de estas cosas.

    A mí me ha entretenido mucho, aunque el segundo baja un poco por repetitivo, pero lo cierto es que enganchar, engancha.
    Pensé que no se habían escrito las otras dos partes, pero si es así, espero que alguien se tome la molestia de publicarla, aunque sólo sea por la curiosidad de saber cómo sigue la historia. Igual es de maruja, pero me gustan las novelas de dinastías por las que desfilan hijos y nietos.

    Cavi, puedes ser todo lo repelente que quieras, pero no te cambies el nombre a estas alturas. A mí me gusta más tu minireseña, la verdad.

  22. Publio dice:

    Muy buena reseña, Aretes. Hace un montón que no leo nada sobre Egipto y tu reseña me anima a hacerlo. Sobre Ptolomeo casi no he leído nada así que, anoto tu recomendación, y otro más para la carpeta de pendientes.

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