LA CAMPAÑA ALEMANA EN POLONIA – Robert M. Kennedy

Figura entre ellas cierta indecisión de Hitler el 25 de agosto, en referencia al comienzo de la invasión, marcada por la postura de Gran Bretaña y Francia de apoyar a Polonia en caso de guerra, provocando algunas contraórdenes al lÃmite del comienzo de las hostilidades. Por otro lado, Alemania aceleró en varios momentos de la campaña su velocidad de avance para derrotar al enemigo lo antes posible en base a dos causas: Por el riesgo que se cernÃa ante una posibilidad de ataque por parte de los aliados en ayuda de Polonia, y por evitar, en cierta manera, el avance soviético hasta Varsovia. Tanto corrieron los alemanes que una vez alcanzada la victoria, tuvieron que recular posiciones para ceder territorio al Ejército Rojo. Por cierto, por parte alemana, entonces ya aparecen nombres de generales tan importantes como Fedor von Bock, Gerd von Rundstedt, Guenther von Kluge o Walter von Reichnau. Hay que decir que respecto del frente abierto al este del paÃs por la invasión soviética, la información es muy limitada, dado el año de la realización del estudio, por lo que se refiere mayoritariamente a la campaña alemana, sobre la cual, el propio autor saca algunas conclusiones finales interesantes.
Entre otras conclusiones se encuentran algunas de tipo material en cuanto a la utilización de armamento y organizativo. Se decidió avanzar en el desarrollo de la ametralladora MG 42, frente a la problemática MG 34. Ya entonces se descubrió la efectividad del cañón antiaéreo de 88 mm en ataques a posiciones terrestres. Se acordó dedicar los tanques Mark I y II exclusivamente para labores de reconocimiento y basar las unidades Panzer, a partir de entonces, en los Mark III y IV. Por supuesto se reconoció a la Luftwaffe como un pilar clave en su apoyo a los avances de la infanterÃa y blindados, convirtiéndolo en indispensable para próximas campañas. Además, se pretendió ajustar más el apoyo de la artillerÃa en su conjunción con los avances de la infanterÃa y estudiar el problema de la actividad guerrillera en retaguardia como consecuencia de la rapidez de movimientos de las fuerzas alemanas. Debido a esta velocidad, también se concluyó la necesidad de que los cuarteles generales de los distintos ejércitos fuesen más móviles y avanzados en sus posiciones en el frente.
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Robert. M. Kennedy. La campaña alemana en Polonia. (Traducción de Ismael López DomÃnguez y Antonio GarcÃa Palacios) HRM Ediciones, 2022, 206 pp
Interesante.
Ciertamente habÃa cierto apresuramiento alemán, aunque en realidad los aliados no tenÃan seriamente planteada una ofensiva en profundidad en el oeste (y eso que los alemanes casi no tenÃan munición para resistir una semana de combates importantes allÃ).
Quizás la falta de datos, ausencia de los archivos soviéticos y los secretos aún existentes en ese momento, limita un poco el contenido.
Totalmente, APV, totalmente.