LA BATALLA DE LEPANTO, 1571 – Hugh Bicheno

La batalla delLepanto, 1571Nuevamente nos encontramos ante un historiador británico que se acerca a la Historia de España, en este caso se trata de Hugh Bicheno y su obra: La Batalla de Lepanto 1571. La mencionada batalla, junto a Trafalgar, son dos grandes hitos en la historia militar naval de nuestro país, aunque ambos con resultados bien distintos.

Bicheno se acerca de una manera desenfadada a narrarnos la terrible batalla que transcurrió en ese trozo de mar en el Mediterráneo, para ello, como si de una representación teatral se tratara nos emplaza a situarnos en nuestra butaca e ir conociendo el escenario, el atrezzo, los actores, la trama, la puesta en escena, y, finalmente, el desarrollo de la Batalla.

El libro se divide en dos bloques bien diferenciados: en el primero, el autor da rienda suelta a su opinión personal sobre ambos contendientes. Por una parte, el bando cristiano, formado por Venecia, España y el Papa, grupo que formarían la llamada Liga Santa. El rival sería el Imperio Otomano, por el que Bicheno parece sentir cierta admiración en detrimento de venecianos, españoles, etc… Para el autor, si hay que hablar de bárbaros y corsarios, no hay duda de que estos eran las fuerzas de la Liga Santa, en especial, se muestra muy crítico con los venecianos a los que califica como de maquiavélicos en grado máximo. Felipe II tampoco sale muy bien parado, intrigante, manipulador, y algún que otro calificativo parecido se lleva el Austria. Por supuesto, la Iglesia católica, tercera en discordia tampoco se libra de la ironía de Hugh Bicheno; para el autor, si alguien fue el gran vencedor de Lepanto ese fue el Papa, gracias a la victoria sobre el Turco se logró recuperar la autoridad moral necesaria para combatir al verdadero enemigo de Roma: la reforma protestante.

Leyendo la primera parte uno va creyendo que Bicheno se une a los que gustan de mortificarnos con nuestra tan propagandística “Leyenda Negra”, tal vez sea cierto mucho de lo que comenta, pero también es cierto que su lenguaje es en ocasiones demasiado mordaz. El autor deja muy claro en este primer enfoque sus prejuicios hacia una preeminencia cultural de Occidente sobre el Oriente turco, así que lo que toca es aguantar el chaparrón.

Ahora bien, la segunda parte de la obra, en la que el autor se explaya sobre el desarrollo de la batalla te engancha desde el primer momento. Si antes el estilo me parecía que tenía algo de provocador, ahora me resulta práctico para seguir las vicisitudes que tuvieron que sufrir en Lepanto las naves cristianas y turcas. Le dan ritmo a la lectura y, en cierta manera, consiguen que uno no caiga en el aburrimiento ante tanta táctica y tanta estrategia naval, sobre todo a mí que no soy un experto en el tema..

Por último, me gustaría también destacar la parte final del mismo, en donde se pueden consultar en sus apéndices datos que pueden ser de gran ayuda para seguir con mayor facilidad el relato de la Batalla: los actores principales, la estimación de fuerzas, las formaciones de batalla y las bajas sufridas en la que sería la última gran batalla naval del Mediterráneo hasta la mencionada de Trafalgar en pleno siglo XIX.

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86 comentarios en “LA BATALLA DE LEPANTO, 1571 – Hugh Bicheno

  1. Verdoy dice:

    Interesante reseña David. Así que estamos con lo de siempre. El rencor, la envidia y el miedo que cogieron los herejes a España se transmite de generación en generación y no pierden ocasión.
    Pero denigrar a todos los cristianos y simpatizar con el turco, que amenazó seriamente al Occidente cristiano es rizar el rizo con doble tirabuzón. Me alegro de que al menos la batalla esté bien narrada; a fin de cuentas es lo que importa.

    saludos

  2. Fran dice:

    Gracias por la reseña ;)

    Si algo no soporto en un libro de Historia es que esté salpicado de prejuicios. Y si esos prejuicios son especialmente estúpidos (por ejemplo, el «antioccidentalismo», tan de moda: toda civilización es mejor que la nuestra, o sea). ¿Tan difícil es dar una visión equilibrada, exponiendo los hechos y lo que motivaba a cada parte en aquellos años?

    Si alguien quiere reirse un buen rato con una ristra de prejuicios, incluídos algunos relacionados con Lepanto, que lea «Historia Marítima del Mundo» de Brossard. Por una parte es divertido e interesante, pero es tal la ojeriza que nos tiene a los españoles que no dude en falsear hechos y llenar páginas con prejuicios ridículos, perdiendo crédito a cada página y resultando por momentos patético. Por cierto, en lo relacionado con Lepanto los únicos buenos eran los Venecianos, según Brossard, y los españoles poco menos que fuimos un estorbo. En fin, hay gente pa’tó ;)

  3. richar dice:

    Buena reseña David.

    Estoy de acuerdo en el punto de los prejuicios; no creo que un ensayo histórico deba tener demasiada carga «emocional» por parte del autor si es para inclinarse hacia cualquiera de los lados.

    En cualquier caso, un tema apasionante, sin duda.

    Un saludo,
    Richar.

  4. Carlos G dice:

    A mí el libro me dejó un sabor agridulce. Además de la ironía innecesaria y los prejuicios, a veces me da la sensación de que Bicheno no acaba de cogerle el punto a la guerra naval con galeras… Si habláramos de una partida de ajedrez, es como si supiera cómo se mueven las piezas y las reglas, pero no se dedicara a jugar y no entendiera la partida :-)

    Me permito recomendar, para los que quieran otra visión del tema, los trabajos de Guilmartin. En inglés, pero de verdad que merecen la pena.

    En su página web podéis encontrar artículos y capítulos de muestra de sus libros: http://www.angelfire.com/ga4/guilmartin.com/

    Saludos,

    Carlos

  5. santi dice:

    Yo compre este libro cuando salio con la coleccion de RBA de Historia de España (aquella en la que todos nos quedamos esperando la Gran Armada de Geoffrey Parker).

    El de Bicheno es correctito, aunque he leido alguna que otra critica por Internet que lo pone a parir…. Seguramente el de Agustin Rodriguez Gonzalez de Lepanto le de sopa con hondas.

    Y de Brossard… mejor lo dejamos. Porque me pongo de una mala uva….. :))

  6. Arauxo dice:

    Buscando algo más sobre este libro, he leído un comentario en La Casa del Libro que menciona «…la introduccion, en la que el autor manifiesta que los integrantes de la Santa Liga «fueron unos genocidas intolerantes» por lo que «necesitaremos representar de un modo muy sombrio a los otomanos para conseguir que brillen, por comparación, los enemigos de la fe»…

    Ojú, Dios mío…

    Y en la propia editorial, aparece como biografía de este historiador, la siguiente: «Hugh Bicheno nació en Cuba, aunque de padres británicos. Consiguió una beca en Cambridge y, tras licenciarse, ha ejercido diversas profesiones: profesor universitario, oficial de informaciones y asesor antiterrorista freelance, principalmente en américa del sur, pero también en Italia. Tras varios años en el extranjero, ahora reside en Cambridge, donde se dedica a escribir sobre lo que ocurre cuando los hombres se enfrentan entre sí en el campo de batalla, y sobre los mitos confeccionados por las diferentes culturas para encubrir la brutal naturaleza de la guerra…»

    Peaso currículum, sí, señor. Cualquier día aparece un libro sobre la Armada Invencible escrito por Francisco Paesa o incluo por el mismísimo Luis Roldán…

  7. solharis dice:

    Ya me habían prevenido contra este libro y siento que se confirmen las críticas que me dieron. La verdad es que se me haría duro leer algo que roza el panfleto islamista, por lo que parece. El de Agustín Rodríguez lo he buscado pero no lo he encontrado y no deja de ser curioso que con todo el material que existe sobre Trafalgar, nuestra gran derrota naval, sea tan difícil buscar un libro sobre Lepanto y que no ponga a los españoles a parir…
    En fin, da qué pensar.
    De cualquier manera, es una buena reseña, David L.

  8. Anthos dice:

    Ya lo creo, Arauxo. Una auténtica acreditación la de este historiadorcillo de pacotilla. Dada su ascendencia británica no ha debido perdonar todavía a Pablo V, el promotor de la Liga Santa, el que declarase depuesta en 1570 a su reina Isabel I, aunque fuera con más aversión que efectividad. Un papa, por cierto, que goza de una cierta simpatía por mi parte. Si no se le tiene en cuenta que había sido Gran Inquisidor, que se propuso llevar a la práctica las conclusiones tridentinas hasta sus últimas y más crudas consecuencias alejado de aquellos papas renacentistas y su concepción de una iglesia adaptada a las nuevas corrientes de pensamiento, que encargó al pintor Daniele da Volterra que cubriese las figuras trazadas en la Capilla Sixtina por Miguel Ángel quien no las había dotado de vestimenta y exhibían su impúdica desnudez ante el puritano observador, que en un destello de exaltación teocrática proclamase mediante la bula In cœna Domini la supremacía de la iglesia de Roma y de su cabeza visible sobre todos los poderes civiles y sobre quienes los ostentan, que financió con cargo al erario pontificio las guerras de religión en Francia contra los hugonotes, o que expulsó a los judíos de los estados de su jurisdicción, hecha abstracción, como digo, de todo esto, tuvo un detalle plausible: desaprobó la pagana costumbre de lidiar toros, de forma que, mediante la bula De salutis gregis dominici de 1 de noviembre de 1567 prohibió estos bárbaros espectáculos bajo pena de excomunión a perpetuidad, entendiendo -es de suponer- que resultaba religiosamente aberrante que el pueblo asistiese a tan cruentas exhibiciones de las que ningún provecho podía obtenerse para el bien de sus almas, siendo así que se celebraban en las plazas otros festejos, no menos cruentos pero más piadosamente edificantes, como la quema de herejes en los autos de fe.

  9. Arauxo dice:

    ¡Hombre, Anthos, cuánto tiempo! Echaba de menos tus aportaciones, porque -además de lo que ilustran-, cuando andas lejos, los filomedievales como un servidor se sienten un poco huérfanos y no encuentran con la frecuencia deseada contrincantes o púgiles que quieran subir al cuadrilátero (y rehúyo, como verás, símiles taurinos que se me ocurren para no regar de sangre el coso)…

    … aunque esta vez no a va a haber discusión, porque Pablo V se escapa un poquito a mis «intereses». Así que me limito a escuchar-leer, a aprender y a darte la re-bienvenida, rogándote, eso sí, que te prodigues algo más, hombre…

    Un saludo cariñoso.

    (Por cierto, seguro que te acabas de ganar a Ascanio con tu comentario. A ver quién la aguanta ahora…)

  10. Ascanio dice:

    David L, gracias por «dar caña», como debe ser. Reconozco que yo no soy aficionada a leer libros exclusivamente «de batallitas», pero si alguna vez hubiese tenido la tentación de comprarlo, al leer tu reseña (y los comentarios posteriores) me habríais quitado las ganas. Que ya está bien de tantas tonterías, hombre, con el Hugh Bichejo éste, y otros por el estilo…
    PS: Arauxo, el último párrafo de Anthos…

  11. David L dice:

    Como ya comenté en la reseña, la primera parte del libro está marcado por unos prejuicios claramente subjetivos sobre la preeminencia cultural de Occidente frente al Imperio Otomano. Uno no sabe si lo que está leyendo es la famosa batalla naval de Lepanto, o una defensa a ultranza de la sociedad otomana frente a los «malvados» reinos cristianos. Alguien ha comentado que se habla de genocidio cristiano; es cierto. Felipe II, la oligarquía veneciana y, por supuesto el Papa Pío V, son presentados como genocidas. Reconozco que hubo un momento en el que estuve a punto de cerrar el libro, pero me decidí a seguir con él, ya que la curiosidad por saber cómo el autor iba a relatar la famosa batalla pudo más que mis deseos de acabar con esta lectura.

    La segunda parte, que es en la que el autor nos narra la batalla, ya fue otra cosa. Para mí, que no soy un gran entendido en Historia Naval, la narración de la Batalla tuvo mucho de relato periodístico; es decir, no fue un detallado relato técnico sobre el desarrollo de la misma, cosa de agradecer para los no entendidos.

    Un saludo.

  12. Anthos dice:

    Gracias, Arauxo & Cia, por la cariñosa salutación. Aunque ya hemos entrado en el otoño yo ando sacudiéndome todavía el letargo estival y la resaca de las vacaciones, pero con el propósito de volver a la normalidad pululando por aquí. Y ya puestos, añadiré algo más a mi anterior comentario.

    Nada autoriza a ese mequetrefe pro-otomano a tildar de «genocidas intolerantes» a los componentes de la Liga Santa, aunque haya de reconocerse que la batalla de Lepanto fue algo más que un simple episodio bélico y que se presta, según la posición desde la que se mire, a la manifestación de fobias y de filias, a las exaltaciones gloriosas y a las denigraciones injuriantes. La fuerzas que se enfrentaron en el golfo helénico representaban culturas, tradiciones, ideologías y creencias religiosas antagónicas, y detrás de todo eso, como casi siempre, fuertes intereses materiales y de dominio territorial por los que pujaban ambos imperios reconocidos a la sazón: el turco y el hispano; la supremacía sobre el Mediterráneo estaba en juego. Un tercer poder, espiritual en su definición, pero material en la práctica teocrática de sus jerarcas con pretensiones de señorío universal, completaba la escena: el pontificado romano, que también apostaba por el sometimiento del orbe entero a su pastoral jurisdicción.

    Fue, en efecto, Pablo V quien impulsó la coalición anti-otomana con reminiscencias de viejas cruzadas, quien, con talante mesiánico, designó como jefe de las fuerzas combinadas a don Juan de Austria, a quien definió, utilizando la cita evangélica referida a Juan el Bautista, como «un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan», quien impuso las capitulaciones de la Liga que fijaban detalladamente los recursos militares con que había de contribuir cada uno de los participantes y la obligación de los coaligados de acudir en socorro de cualquiera de los miembros de la Liga que se viese atacado por los turcos, en especial si los territorios en peligro eran los de la Santa Sede; como cláusula de penalización para quien no atendiese este compromiso, el papa, que no aceptaba incumplimientos cuando se trataba de garantizar la seguridad de sus estados, incluyó en las estipulaciones la pena de excomunión latae sententiae y el entredicho con pérdida de sus posesiones y liberación del juramento de fidelidad de sus súbditos.
    En fin, un desafío de grandes poderes que pone un punto de pasión en quienes abordan su relato, sobre todo si, como parece ser el caso, se trata de pseudo-historiadores que buscan más la expresión y desahogo de sus fanatismos que el aséptico análisis y narración de los hechos.

    Otrosí digo: aunque no he hecho mención hasta ahora a la reseña de David L es de rigor hacerlo con sincero ánimo laudatorio: es muy buena.

  13. santi dice:

    Solharis & cia:

    El de Agustín Rodríguez se llama «Lepanto, la batalla que salvó a Europa», (miradlo en google) aunque dicho asi suena un poco chulesco…

    Hasta el momento todo lo que he leido de este autor me ha gustado mucho y gracias a él, me he aficionado también a la revista general de marina, donde publica numerosos artículos…..

  14. cavilius dice:

    ¿Y alguien sabe en qué momento y por qué razón se cambió el nombre de la población de «Naupacto» por el de «Lepanto»? Wikipedias aparte, claro, que eso lo sabemos mirar todos.

    Buena reseña, David L.

  15. Rafael dice:

    No comentas la admiración de Bicheno por la audacia y habilidad bélica de los tercios españoles. No todo son críticas a los españoles. Deja claro que, aunque los venecianos tuvieran más barcos y soldados en la batalla los que la ganaron fueron los infantes españoles embarcados. Yo creo que salimos muy bien parados en comparación con los venecianos.

  16. Germánico dice:

    Yo, sin haber leído el libro, me permito soltar el siguiente disparate: entre la gloriosa gesta «española» que siempre nos han vendido, y las críticas quizá desmesuradas a la misma, cabe un término medio, una síntesis que dirían los olvidados marxistas, que quizá se aproxime más a la realidad que las citadas posturas. Tampoco deberíamos descartar de entrada la posibilidad de que las críticas que se hacen a las acciones de nuestros antepasados sean certeras.

    Y que conste que todo lo expuesto es una simple reflexión general (bastante simplona, ciertamente) acerca de la fiabilidad de las fuentes y los estudios históricos.

  17. Arauxo dice:

    No, no, si a mí, por ejemplo, las críticas a mis ancestros patrios no me molestan en absoluto; las cosas hay que ponerlas en su sitio y para eso están los historiadores. Pero cuando alguien se refiere a la Santa Liga como genocidas intolerantes frente a la bondad inmaculada de los turcos empiezan a chirriarme las neuronas y el sistema nervioso todo.

  18. Arauxo dice:

    Y no precisamente por la agresión -que no me agrede- patriótica, sino por el burdo anacronismo y el prejuicio ideológico que supone…

  19. Germánico dice:

    Sí, bueno, eso desde luego. De todas formas mi comentario es una vaguedad generalizable, es decir, que no hablo de esto en concreto sino de las tendencias patrioteras ensalzadoras y siempre justificativas. Ya sabes: la arquelogía al servicio de la causa serbia, la exaltación de los valores patrios hispanos, la Thulé,… Nada: una mañanita tonta…

  20. Arauxo dice:

    Ya, ya…

    De todos modos, tus comentarios siempre son vaguedades generalizables, así que no te preocupes demasiado…

  21. Germánico dice:

    Gracias, chaval.

  22. Arauxo dice:

    Da nada, hombre. Para eso estamos.

  23. Casio dice:

    Bueno, y lo de Naupacto, ¿qué?

  24. David L dice:

    Entiendo perfectamente lo que el amigo Germánico ha querido expresar con sus anteriores mensajes. Por supuesto, cuando yo me dispongo a estudiar un libro sobre cualquier aspecto relacionado con la Historia de España no quiero que el mismo empiece con un ¡Viva España!, pero es que en lo referido a nuestra historia patria hay demasiado «masoquismo». Me explico: la humanidad ha cometido, comete, y seguira cometiendo barbaridades, pero todas no son iguales o merecen el mismo tratamiento. No es lo mismo el Holocausto judío que la guerra de las Malvinas, por más que en cualquiera de estos actos se hayan producido muertes indiscriminadas; es en este aspecto en donde yo aprecio cierta subjetividad a Hugh Bicheno. No me creo que Felipe II fuera un tirano genocida y que el Imperio Otomano fueran unas hermanitas de la caridad y, es así como el autor nos lo ha intentado presentar en su primera parte del libro. Ni tanto ni tan calvo, como dice bien dice el refranero español.

    A mi, que soy un lector apasionado de un tema tan controvertido sobre la Historia de España como es la Guerra Civil española ya estoy curado de espantos. Creo que el lector acostumbrado al ensayo histórico detecta claramente cuando alguien pasa de una cierta objetividad( reconozco que dificil a veces) a un exaltado subjetivismo.

    Un saludo.

  25. Epaminondas dice:

    Muy acertado comentario David, ciertamente el historiador debe tratar los temas con la máxima ojetividad posible, lo que comentas de Bicheno es por tanto poco profesional; respecto al lector, no veo porqué no, si así quiere, ha de traslucir en sus comentarios sobre dicho libro el amor que siente por su patria, como si quiere hacer lo contrario. En este blog existe libertad para expresarse y ser rebatido, ¿no?.

  26. Koenig dice:

    Buenos días.

    Sigo este hilo con bastante interés porque en su momento (a poco de que lo lanzaran), leí el libro de Bicheno, y en general debo decir que me llevé la misma impresión que comentais muchos de vosotros. Me pareció bastante subjetivo en algunos aspectos.

    Personalmente siempre he defendido, y espero no cejar en ello, la objetividad en la historia. Que un historiador profesional debe tratar los datos que a él llegan con toda crítica y buscar la mejor aproximación posible a lo que sucedió me parece de cajón. Y cuando digo historiador profesional no me refiero sólo a los que han obtenido un título universitario.

    Ahora bien, por otro lado ni la historia es una ciencia precisa, ni la opinión personal del autor debe quedar relegada sólo porque escriba sobre historia. Llamémoslo libertad de cátedra.

    Con esto no pretendo defender a Bicheno, ya que para mi, al menos en este libro, comete dos errores fundamentales: plasmar opiniones o pensamientos subjetivos como si fueran objetivos. Lo cual es sostener una falsedad. Con lo fácil que es decir simplemente que su opinion es que, por ejemplo, era mas avanzado culturalmente el imperio otomano. Lo deja como un punto de vista, lo argumenta y deja al lector que piense por si mismo.

    El segundo es tratar de comparar culturas ¿Son comparables las culturas? Rotundamente pienso (opino) que no. Aunque sólo sea porque una cultura sólo es perfectamente entendida por quien es parte de ella. Luego el que compara ha de ser, o parcial pues pertenece a una de las culturas comparadas, o poco conocedor, pues no pertenece a ninguna y no las conoce a la perfección, o al menos no con la perfección suficiente como para compararlas. Además ¿Qué resultado se obtiene de comparar culturas? En general sólo acabar dividiendo el mundo en «buenos» y «malos». Tranquilizador para el espíritu tal vez. Pero falso.

    Ala, áhí os dejo eso. Es que me apetecía intervenir.

    Opino.

    Saludos.

    Koenig.

  27. cavilius dice:

    Sí, pero no olvidemos lo de Naupacto…

  28. Arauxo dice:

    Ha quedado muy claro, Koenig. Pero yo, como he venido aquí a hablar de mi libro, sigo haciendo hincapié en lo mismo que dije antes. A mí no me importa que haya un cierto grado de subjetividad en la historiografía. Entiendo que es casi cosustancial con la vocación de historiador. Por poner un ejemplo clásico, todo lector que se sumerja en la lectura de la obra de Mommsen, capta perfectamente la «sensibilidad» procesarista del autor. Es absolutamente legítimo y casi inevitable, porque a todos se nos hacen más simpáticos o más antipáticos los protagonistas de la Historia. Lo que sí me parece grave es trasladar mis prejuicios a ésta, haciendo un ejercicio de apriorismo ridículo y manipulando los hechos o su interpretación según mis propios esquemas de valores.

    Llamar «genocidas intolerantes» a los componentes de la Liga Santa es un ejercicio de manipulación y simplificación que produce urticaria intelectual. Porque los conceptos y la valoración moral del genocidio y de la intolerancia son muy posteriores. Y porque todos los imperios (también el turco), todas las monarquías autoritarias o absolutas (cristianas, musulmanas o paganas) actuaron precisamente… autoritaria o absolutamente, como su propia definición historiográfica implica. Y todos ellos cometieron actos que hoy cabe calificar como genocidas pero que entonces sólo respondían a la razón de estado.

    Dicho de otro modo: si calificamos como genocidas intolerantes a la Liga Santa, la misma expresión habría de utilizarse para definir a los egipcios, a los griegos, a los persas, a los babilónicos, a los romanos, a los hunos, a los suevos, a los visigodos, a los turcos, a los judíos, a los galos, a los escoceses, a los alemanes, a los mongoles, a los almohades, a los rusos o a los americanos. por poner ejemplos diversos. Unos usaron más recursos que otros porque fueron más fuertes. Pero todos los pueblos de la Historia han sido más o menos xenófobos, racistas, violentos, genocidas o intolerantes. Y han aplicado medidas más o menos extremas en función del poder real que hayan acaparado. Así que podemos estar de acuerdo con Buchino (y con su prima si él quiere) en que el hombre es un lobo para el hombre. Y después ¿Qué? Pues a estudiar, a escribir y a leer Historia de verdad, porque para decir tonterías, obviedades y simplificaciones inútiles, cargando las tintas sobre lo que al oportunista de turno le interesa, siempre estamos a tiempo.

    Opino yo también.

    Un saludo. O muchos, a gusto del consumidor.

  29. Koenig dice:

    Yo prefiero muchos.

    Salvo que te has dejado a los canarios, a los britanos y a los hislibreños, estoy totalmente de acuerdo.

    saludos.

    Koenig.

  30. Ascanio dice:

    Y a los abogados…

  31. Arauxo dice:

    También, también. Y a los chinos.

  32. Koenig dice:

    ¿Abogados?

    Pues también viticultores y funcionarios ¡Hala!

  33. Casio dice:

    Pero, ¿de Naupacto, qué?

  34. nando dice:

    Discursos de nivel.
    saludos

  35. David L dice:

    Hugh Bicheno incide en lo pírrica de la victoria de la Liga Santa en Lepanto, sin embargo, acabo de terminar la biografía de Don Juan de Austria, escrita por Bartolome Bennassar y, éste da a entender todo lo contrario: gracia a Lepanto, el otomano en 1572-73 tuvo una estrategia puramente defensiva; en ese decenio ya no se producen las expediciones marítimas casi anuales de los turcos hacia el oeste; el enemigo para los cristianos se limita a los corsarios de Túnez, Bizerta, Argel, Tetuan o Salé.

    ¿Qué opináis vosotros?

    Un saludo.

  36. Epaminondas dice:

    Opino mas bien como Benassar, Lepanto tuvo una gran importancia para occidente, el Turco aun se mantuvo agresivo en los balcanes hasta el s. XVII pero en el mar supuso pasar de una política proactiva a una defensiva (incluyendo el aumento del corso, política de corte defensivo como es el caso de los corsarios franceses de Napoleón o los famosos tiburones del III Reich).

    La piratería suponía una gran molestia y sangría para toda nuestra costa sur y este pero no era lo mismo que sufrir la perenne amenaza de un desembarco en toda regla en España o Italia, extremo que solo podía asegurarse con la flota turca propiamente dicha. Esto evito lepanto.

    Gracias también a Lepanto España pudo concentrar esfuerzos en el frente atlántico, donde su hegemonía era puesta duramente a prueba por Inglaterra y Francia, donde era indispensable intervenir para asegurar el tráfico con el imperio transatlántico, ahí tenemos los apurados pero gloriosos sucesos de las Azores. la Invencible, o la contra-armada para provarlo.

    Opino. Saludos.

  37. Arauxo dice:

    Aparte de las razones -muy razonables– que Epaminondas apunta, hay otra que tiene que ver, en este caso, con el argumento de autoridad. Porque aunque éste no no deba esgrimirse como elemento decisivo en un debate, hay que reconocer que entre el tal Buchino éste o como se llame y Bartolomé Benassar media… todo un abismo intelectual. Ya quisiera el Buchino…

    Opino también.

    Un saludo.

  38. Epaminondas dice:

    Decididamente de acuerdo con el pequeño duende azul.

  39. Arauxo dice:

    Gracias, Epa. Estás empezando a caerme simpático…

  40. Epaminondas dice:

    Dioses!, estoy perdido…inmersión! destructor a estribor!

  41. Arauxo dice:

    … pero no demasiado, hombre. Tampoco es preocupante.

  42. Epaminondas dice:

    Me siento halagado, Arauxo….aunque no demasiado.

    ;)

    En todo caso coincidimos con lo que dijo el otro día Ascanio: el tal Bicheno debe ser una especie de Bichejo.

  43. Krieg dice:

    Hola a todos:
    He empezado a leer el libro de Hugh Bicheno sobre la batallla de Lepanto, hasta ahora la introducción y el primer capitulo, y me he quedado sorprendido de algunas afirmaciones que por si solas en mi opinión le desacreditan como historiador serio, y minimamente equidistante, resulta sorprendente como juzga hechos historicos con prejuicios actuales, descontextualizando hechos y contando cosas a medias, solo en la introducción hay una sarta de despropositos que solo se le ocurre decirlos a un ingles, en el primer capitulo tambien hay perlas, parece mentira.
    ¿Como se puede calificar esta batalla como asesinato en masa?
    claro, para Bicheno los turcos se dedicaban al turismo cultural, y allí apareció la malvada Santa Liga y los masacró jua jua jua.
    Hace una cita descontextualizada e insultante de Pablo IV que como todo el mundo sabe era muy «amigo» de España y los españoles.
    LLama a la Santa Liga genocidas intolerantes, etc etc.
    Cuando lo termine os diré mis impresiones definitivas.
    Saludos

  44. Arauxo dice:

    Tal vez el error esté, Krieg, en considerar que algunas afirmaciones del autor le desacreditan como historiador serio, y minimamente equidistante. Porque para desacreditarte, primero tienes que haberte acreditado…

  45. cavilius dice:

    Completamente de acuerdo. Y ahora, la cuestión de Naupacto, ¿eh?

  46. Arauxo dice:

    Eso, eso, lo de Naupacto, a ver si los griegos no dejan tranquilos…

  47. Epaminondas dice:

    A pesar de que queríais una explicación NO WIKIPEDIA, ha sido la primera que sale al buscarla en google y parece razonable. (ya sé que todo el mundo podría hacerlo…)

    Toma rollo…

    Naupacto (latín Naupactus, griego Naupaktos) conocida también como Lepanto (del italiano Lepanto) es una ciudad de la prefectura de Etolia-Acarnania, en la costa norte del estrecho que separa el golfo de Patras del golfo de Corinto. Tiene más de 2.000 habitantes.

    Antiguamente poseía el mejor puerto de la costa norte del golfo de Corinto, cuya entrada dominaba. Su nombre derivaría de un heráclida, Naupactos, que estuvo en este lugar con su flota antes de cruzar el Peloponeso. El nombre se explica a partir de naûs (nave) y pēgnymi (construir). Estaba situada muy próxima a Eantea, hacia el oeste, frente a Patras.

    Después de las guerras médicas cayó en manos de los atenienses que establecieron ahí a los mesenios expulsados de su país por los espartanos al final de la tercera guerra mesenia en el 455 adC. Los mesenios sufrían los saqueos de los etolios y convencieron al general ateniense Demóstenes de atacar el interior de Etolia. Demóstenes salió de Naupacto con una fuerza considerable, pero ya en el interior de Etolia fue derrotado en Egitium]]. Los etolios, entonces aliados de los espartanos de Euríloco, atacaron Naupacto que Demóstenes pudo defender con ayuda de los acarnanios. Después los etolios no participaron más en la guerra si bien algunos mercenarios combatieron con los atenienses en Sicilia.

    Durante la guerra del Peloponeso fue cuartel general de la flota ateniense en la zona de Grecia occidental. La flota ateniense dirigida por el almirante Formión, derrotó a los lacedemonios en Naupacto en el 429 adC.

    Después de la batalla de Egospótamos (Aegospotami) los mesenios fueron expulsados y fue recuperada por los locrios (404 adC), pero por poco tiempo, pasando a los aqueos que fueron expulsados por Epaminondas de Grecia. Dionisio I de Siracusa, en el 395 adC, con los exiliados de Mesenia expulsados por los espartanos de Naupacto, Zante y el Peloponeso al final de la guerra del Peloponeso, fundó Tíndaris.

    En el 338 adC la ocupó Filipo II de Macedonia que la cedó a la Liga Etolia. Permaneció en manos de la liga que la defendió del ataque de los romanos el 191 adC durante dos meses. Ocupada por los romanos fue incorporada a la Lócrida Ozolia.

    La ciudad tenía un templo dedicado a Poseidón, uno dedicado a Artemisa, una cueva sagrada de Afrodita y un templodedicado a Asclepio, en ruinas ya en tiempos de Pausanias.

    Fue destruida por un terremoto en tiempos de Justiniano (553) y reconstruida más tarde; fue destruida otra vez por un terrremoto en el siglo VIII, fue reconstruida otra vez; durante este período, bajo dominación bizantina, llevó el nombre de Eplaklos. Paso a Venecia en el 1407 que deformó el nombre en Lepanto. Los venecianos la fortificaron y en 1477 resistió un asedio de los otomanos que duró cuatro meses; pero en 1499 fue conquistada finalmente por Baiazid II.

    El 7 de octubre de 1571 fue escenario de la llamada batalla de Lepanto en la que combatió el escritor español Miguel de Cervantes.

    En 1678 los venecianos la reconquistaron, pero la hubieron de devolver a los otomanos en virtud del tratado de Karlowitz de 1699.

    En 1830 fue reconocida como parte de la Grecia independiente

  48. Epaminondas dice:

    Maravillosas historias de mi nativa Hélade….Oh Olimpo querido!, que hermosos los amaneceres junto al lago Copáis!, oh, Tebas resplandeciente!

  49. Arauxo dice:

    Ea. Por fin podremos descansar…

  50. cavilius dice:

    Gracias, Epaminodas, estamos de acueeeeerdo… Pero yo preguntaba por qué los venecianos cambiaron «Naupacto» por «Lepanto». ¿Por cuestiones de pronunciación? ¿De ignorancia? ¿De chulería? Que estoy en un sin vivir, hombre…

    PD: para todos los interesados en temas griegos (¿?), conviene no confundir al Demóstenes de que habla Epaminondas (el héroe de Pilos y Esfacteria) con el famoso orador (el de las Filípicas). Cien años les separan. Ah, perdón, que ya lo sabíais. Pues nada.

    Saludos.

  51. Epaminondas dice:

    ¿porque se les trababa la lengua?,

  52. Poveda dice:

    El individuo este, el Bicheno, tiene en su haber una crónica de la guerra de las Malvinas (oportunamente publicada en el 25 aniversario) que imaginaos como sería que la mismísima prensa británica la criticó por su falta de rigor y patrioterismo anglo rancio.

  53. Arauxo dice:

    Ah, mira, hombre… O sea, que no se trataba de ensalzar a los turcos frente a los occidentales, sino, únicamente, de denostar a los españoles. Muy imparcial, el Bicheno éste…

  54. Epaminondas dice:

    No hace falta que venga un inglés a denostarnos, para eso nosostros mismos solemos ser los mejores.

  55. Arauxo dice:

    Eso es verdad. Lo nuestro la penitencia autoimpuesta, la disciplina y el cilicio.

  56. Krieg dice:

    Arauxo:

    ¿No crees que hacer la cita esta no es aprovechar una cita descontextualizada (porque cuando la hace no explica quien era el individuo ni el contexto en que la dijo) no es tendenciosidad?

    Aqui la cita:

    «Al otro extremo de la linea divisoria religiosa encontramos a los españoles, el pueblo europeo más rigurosamente religioso y que llevó a cabo la mayor limpieza étnica en Europa, y a quienes el Papa Pablo IV describió como » esos herejes, cismaticos maldecidos por Dio, una raza de judíos y moros, la escoria del mundo»

    Cuando hace esta cita (y hay muchas más) en la introducción, no explica ni quien era ni el contexto en que la hizo, pareciendo que el Bicheno participe aun de esa opinión.

    Yo creo que se trata de estudiar la batalla friamente, sin tomar partido, los antecedentes por un lado y por otro, el desenlace y las repercusiones.

    El apellido Bicheno no parece ingles ¿de donde procederá?

    Epaminondas, en eso te doy toda la razón.

    En cuanto a lo que decis de Naupaktos – Lepanto yo creo que es un caso similar al de Candía – Heraklion en Creta.

  57. Epaminondas dice:

    Pero si parece que dice:

    «los españoles, el pueblo europeo más rigurosamente religioso y que llevó a cabo la mayor limpieza étnica en Europa»

    ¿Que hicieron los turcos (Selyuquíes entonces) con los bizantinos después de Manzikert en 1081?; la verdad, ya está bien de maniqueismo, o todos moros o todos cristaianos.

    saludos

  58. Ascanio dice:

    Esa cita me recuerda al comienzo de la película de Ridley Scott, 1492, cuando dice algo así (perdón, pero no recuerdo la frase textual): «España, un país que vivía sumido en el miedo y la superstición… […] mientras la Inquisición quemaba los sueños de los hombres…».
    Sin comentarios.

  59. Epaminondas dice:

    Por cierto la mayor limpieza étnica de Europa y del mundo y de todos los tiempos la hizo Stalin se mire por donde se mire con veinte millones de asesinatos políticos (y Hitler la segunda con siete millones), ya está bien de que nos carguen el mochuelo de genocidas para justificarse, la inquisición ajustició a 3.000 personas entre 1500 y 1700, solo Fidel ha matado más de 30.000 disidentes en cuarenta años, así que no podemos aceptar que España sea el equivalente del oscurantismo por excelencia; eso no es más que una opinión interesada.

  60. Krieg dice:

    Epaminondas, hace años hice un viaje a Siria y Jordania, que fué una maravilla, pero el guia hablaba de los cruzados como invasores, pero nunca se acordaba que todo el cercano oriente era previamente cristiano, y que los autenticos invasores eran ellos precisamente (los musulmanes) el problema es el masoquismo que hay aqui, el desconocimiento y la incultura.

    Otra cita de Bicheno:

    «los ejercitos otomanos debían zarpar desde Grecia, pero esto exponía sus lineas de comunicaciones a la depredación de los Caballeros de San Juan, con base en Malta, una espina clavada en su flanco que intentaron arrancar con escaso érxito en el famoso asedio de 1565»

    Bicheno entiende que la expansión otomana está justificada, sin embargo si occidente se defiende lo califica de asesinato colectivo, o genocidio, tal y como en su historia se las han gastado los ingleses me hubiera gustado verles aguantar estoicamente los ataques como los que llevaron a cabo a las costas italianas y españolas la sucursal de los turcos en el Mediterraneo occidental (piratas argelinos)

    Otra cita:

    «mientras que muchos otros calabreses y el gran contingente de corsos que servían en las galeras venecianas hubieran preferido luchar contra sus amos españoles y genoveses»

    esto es un juicio de valor sin fundamento, pura fantasía, que sabe el lo que hubieran preferido, además se olvida de los grandes contingentes de cristianos esclavizados en las galeras turcas, esos sin duda estaban muy contentos, mucho.

    Por favor, como se puede decir:

    «si los europeos actuales dejaran de lado el abismo cultural, se identificarían mucho más con la refinada sensualidad de los otomanos que con sus comparativamente toscos ancestros»

    Otro juicio de valor totalmente falso, porque se olvida de que europa estaba en el renacimiento, ¿los frescos de Miguel Angel etc etc etc, son obra de toscos?

    Es que es increible

    Lo que calla interesadamente Bicheno es que es precisamente en Francia Inglaterra etc, había habido persecuciones a los judíos previas y mucho más virulentas que aqui, solo que claro ellos no han tenido la «leyenda negra»

  61. Arauxo dice:

    Evidentemente, Krieg, éste no es un libro de Historia, sino de interpretación política del pasado a la luz del presente. Puro anacronismo ideológico, apriorismo moral y… un intento de aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid para vender libros.

  62. Koenig. dice:

    Buenas.

    Un apunte que se me ocurre con respecto al primer comentario del amigo Krieg.

    Efectivamente antes de la llegada de los musulmanes el Cercano Oriente (incluyendo Siria y Jordania) había sido cristiano. Pero un cristianismo que no tenía absolutamente nada que ver con el de franceses, alemanes, ingleses o ibéricos (por englobarlos todos).

    De hecho, en puridad, mas que cristiana, antes de la llegada de los musulmanes esa región había sido bizantina, romana incluso, ya que era mucho mas una unidad política que cultural, étnica o religiosa.

    De hecho si en algo llegaron a coincidir musulmanes y bizantinos es que, efectivamente, los cruzados eran «invasores». Ya que (refiriendome a control político) quitaron a quienes las poseían regiones que no quisieron devolver a sus anteriores propietarios.

    Así pues invasores de la región los musulmanes. Si. Pero un clavo no saca otro clavo, y una invasión no legitima otra. La tradición de dominio político de la región mas antigua era la romano-bizantina. Sin lugar a dudas, aunque ellos en tiempos también habían sido «invasores». De hecho ¿Qué pueblo no lo ha sido? ¿Dónde ponemos la frontera entre un poseedor legítimo y un invasor?

    Opino, claro.

    Saludos

    Koenig.

  63. Arauxo dice:

    Es que esa es la Historia, Koenig, la sucesión continua de invasiones, migraciones, guerras por el control de los recursos, luchas por el poder… y otras muchas cosas enormemente complejas y muy difíciles de entender en toda su dimensión. El error -nada inocente, por otro lado- radica en hablar de unos y otros como buenos y malos. Eso es manipular el pasado para mis intereses presentes. Claro que, eso… también es la Historia.

  64. Antonio dice:

    Buenos días:

    Visto lo escrito yo no leeré este libro: muchas gracias, me dais tiempo.

    P.S. Aclaración para Arauxo: no se dice Buchino, de buche, sino Bicheno de bicho.

  65. Koenig. dice:

    Totalmente de acuerdo contigo Arauxo.
    Pero a veces da la impresión de que se critican las cosas desde una postura igual, aunque opuesta, a aquello que se critica. Y que se sabe lo que se quiere saber, y eso no es conocimiento.

    (no si usted me entiende Sr. Frodo)

    Saludos.

    Koenig.

  66. Krieg dice:

    Tienes razón Koenig, yo me refería a los cristianos en general como contraposición a los musulmanes que tampoco son todos lo mismo, hay muchas ramas igualmente y que entre ellas tampoco se llevan muy bien precisamente.
    El asunto de las diferencias entre los ritos orientales y occidentales es muy complejo.
    Tambien me refería al expansionismo musulman, muy agresivo en detrimento del mundo cristiano, (es un fenomeno global) los musulmanes invadieron en muy poco tiempo no solo oriente medio que es oriental, sino tambien el norte de Africa y la Peninsula Iberica que esta si es occidental llegando incluso al sur de Francia que tambien es occidental.

    Volviendo al libro de Bicheno, no solamente se mete con los españoles insultando y menospreciando, me ha llamado la atención como en el primer capitulo se hace eco de prejuicios actuales en la propia italia, como son el decir que los italianos del norte considran el sur como parte de africa, esto me parece de igual manera totalmente impropio.

    Me he leido ya hasta el capitulo 5 y de todos el 2 titulado «atrezo» que trata del armamento es lo mejor, porque en cuanto opina te puedes esperar cualquier cosa, como he visto que por los comentarios en general la segunda parte gusta más voy a por ella.

    Antonio, yo pienso que es bueno leerlo te guste o no, estes de acuerdo o no, de todo se saca algo positivo.

  67. Antonio dice:

    Buenas tardes:

    Quizás ¿merece la pena el capítulo segundo, «Atrezo», el que habla de cuestiones de técnicas de enfrentamiento naval y el uso de la artillería?

    Saludos.

  68. jose maria palasi dice:

    Estoy harto de los hispanistas británicos y eso que solo he leido a a kamen y a hugh thomas,no voy a leer este libro, para la batalla de Lepanto me quedo con Benassar.En cuanto a la leyenda negra, la inquisición fue lo que fue, pero muchos autores extranjeros deberían estar calladitos, la persecución étnica y/o religiosa no es patrimonio español aunque en esta «nación de naciones» si el mero hecho de ser español ya es fuente de descalificaciones por nosotros mismos¿ que vamos a pretender de una visión exterior?

  69. Krieg dice:

    Hola:

    Ya he terminado de leer el libro, y creo que en la segunda parte mejora porque se centra más en el tema, (los apendices con datos esquematizados estan interesantes) aunque no puede evitar como tiene por costumbre soltar algun que otro insulto, que además no viene a cuento, como por ejemplo cuando dice:

    «Algunos creen que Djerba es la isla de Ea, donde Circe transformó en cerdos a los hombres de Odiseo, y ése es precisamente el efecto que tuvo sobre los españoles (2).
    (nota 2) Oportunamente la expresión española ¡ay! ¡ay! se traduce al ingles como ow! ow! o bien Woe is me!

    Desde luego el es de los que lo creen, porque si no ¿a que viene esto? da por buena una localización con el unico objetivo de insultar. Al principio de este foro se dice que escribe con desenfado, no me lo parece, lo que si hace es insultar, resulta muy burdo, no se si está considerado como hispanista, pero con amigos como este……..
    Si a alguien le sirve, en mi opinión no creo que está especialmente bien escrito.

    Saludos

  70. jose luis dice:

    para k k es esto k yo no se por k lo acen respondamen ok y kiero una explucacion por favor por k no pueden aser esto sin mi permizo
    y el k se bas a morir rapido es el k lea esto por k yo se todo lo de la vida pero ustede ban a creer k esto es un juegos pero no y si lo crre eso esta en su paciencia y todo en la vida eso nop

  71. Urogallo dice:

    Desde luego lo que no sabes es escribir.

  72. Chuso dice:

    Yo lo he terminado únicamente para reirme un poco del autor y de su estilo, más propio de una conversación de taberna entre chulos algo alcoholizados que de un libro de consulta sobre historia…

    Lo de “Algunos creen que Djerba es la isla de Ea, donde Circe transformó en cerdos a los hombres de Odiseo, y ése es precisamente el efecto que tuvo sobre los españoles» es de traca…

    Lamento que haya gente que pague dinero a papanatas como Hugh Bicheno por su trabajo como historiador. Como payaso, todavía…

  73. toliis dice:

    lepanto era cervantes¿¿??¿es ke n lo tengo klaro

  74. Aretes dice:

    ¡Ay, madre! Si no fuera por estos buenos ratos…

  75. cavilius dice:

    Pero si Lepanto es un brandy hombre, podfavod…

  76. juanrio dice:

    En la calle de Alcalá de Madrid había un cine que se llamaba Lepanto…pero hace mucho tiempo que lo cerraron…..

  77. Ascanio dice:

    Oye, toliis, tu nombre no será abreviatura de «to listo», ¿no?
    Hay unos padres con una retranca a la hora de poner nombres de pila… jijiji…

  78. Captain Wonder dice:

    Trataba de interesarme por un libro sobre Lepanto, cuya victoria parece que sea poco menos que pírrica a los ojos de la historiografía actual, cuando habría que ver las consecuencias que hubiera entrañado una derrota del bando cristiano para Europa occidental. En fin, que la pérfida Albión magnifique la derrota de la Gran Armada (por los elementos, porque ni siquiera llegaron a entrar en combate con las naves inglesas), y se diviertan ninguneando ya no sólo estrepitosas derrotas (y esta vez sí, en campo de batalla) como la sufrida por la aún mayor flota naval de Inglaterra comandada por un tal Drake a quien se le dio mejor la piratería que el gobierno de un ejército, apenas un año después (1589), y que tuvo como consecuencia que no apareciera un asentamiento sólido en la fría América del Norte hasta el primer decenio del siglo XVI, sino que también glorifiquen al contundentemente derrotado turco en la archifamosa batalla de Lepanto (y es que no en vano Cervantes, la mayor gloria literaria de España, participaba en ella) es el colmo de la estulticia. La reseña, muy útil, de David L sugiere que hay otros libros mejores. Apostaré, aunque tal vez un poco tarde, por la de un autor patrio, Agustin R. Rodriguez Gonzalez, cuyo título ya lo dice todo: Lepanto, la batalla que salvó a Europa ¿Alguno lo ha leído? Por cierto, Anthos, te diré que en aquella época, a los toros se les mataba a trabucazos desde la misma tribuna, como hizo algún rey. No mezclemos las churras con las merinas, la Inquisición con el toreo. Al animal no lo quemaban vivo. Y hasta los tiburones disfrutan cuando sus presas se debatan en vano en sus fauces, no por crueldad vana, sino porque así la carne estará más oxigenada y, por tanto, más rica. Y me parece muy bien que defiendas a los animales: yo tengo alguno por casa y me apunto a causas ecológicas pero no por ello estoy en contra del toreo. Opino que al que le guste, que acuda a una corrida, y sin presiones de ningún tipo

  79. iñigo dice:

    Estupendo el libro de Alessandro Barbero sobre Lepanto… muy recomendable

  80. Captain Wonder dice:

    Gracias, Iñigo, por tan pronta respuesta. Tomaré nota. Parece que el libro que me recomiendas, no le faltará nada.

  81. pedrocabrera dice:

    La verdad que esta muy bueno sus comentarios. y realmente envidiable . dado que las editoriales españolas son de muy dificil acceso aca en Argentina. con el cierre de la importación. aunque sea un libro mediocre es interesante ver la perspectiva que menciona.

  82. Balbo dice:

    A quien le interese, el número de Historia y Vida de este mes, trae el libro y un dossier muy interesante sobre las galeras y la guerra del mediterraneo… aquella guerra que se jugaba en el patio trasero de Europa.

  83. toni dice:

    Bicheno hablando en boca de Pablo IV, pero está claro que apoya las palabras de ese papa..
    Dice que los españoles fueron el pueblo mas religioso de europa y que mas grande limpieza étnica hizo..

    Se le olvida a éste analfabeto prejuicioso inglés, que su país(bueno, el no es exactamente inglés , aunque con nacionalidad inglesa) que Inglaterra hizo enormes limpiezas étnicas en Africa, incluso en la India , en muchas de sus colonias, y que jamás se mezclaron con sus nativos…ESPAÑA, con sus errores aún asi, se mezcló con los nativos de los territorios conquistados, de ahí por ejemplo los criollos, fomentó la natalidad con ellos y por supuesto casamientos…

    Y volviendo al hecho de Lepanto en´si, éste autor prejuicioso ignorante, olvida o quiere olvidar, que si el imperio otomano hubiera vencido en esa batalla a la liga santa, posiblemente en no mucho tiempo, TODO OCCIDENTE habría caído..Incluído Inglaterra y Francia..

    El fín último del sultan otomano, era LA ISLAMIZACION de todo occidente, querían llegar hasta Gibraltar, y de ahí hacia el norte de Europa…

    Alguien en su santo juicio, viendo la avidez de riquezas y territorios que tenía el imperio otomano, cree que en caso de haber ganado la batalla naval de Lepanto, los turcos se hubieran ído a sus tierras y respetado OCCIDENTE???

    EN ABSOLUTO..La derrota de España en esa batalla,, hubiera significado la via libre para la invasión de las fuerzas turcas a Italia , y posteriormente, alguien se cree que no hubieran ído a por el resto de occidente???

    España detuvo al imperio otomano, le obligó a detenerse y gracias a la victoria española en esa batalla, el imperio otomano pasó de atacar a defenderse…Básicamente..

    Occidente le debe su existencia a España… Si hubiera perdido la liga santa esa batalla, ahora mismo, quizás no existiría OCCIDENTE TAL COMO LO CONOCEMOS,incluído USA…

  84. Luis Íñigo Fernández dice:

    Estoy del todo de acuerdo. Bicheno es hispanofóbico e islamóifilo hasta la nausea. No por ello el libro deja de ser aprovechable; a mí me proporcionó datos valiosos para mi libro Breve Historia de la batalla de Lepanto que, por cierto, sale en noviembre. Os animo a leerlo.

  85. Luis Íñigo Fernández dice:

    Respecto al libro de Agustín Rodríguez González, debo decir que no está a su altura; ni de lejos puede compararse con el que escribió sobre Trafalgar. Es mucho mejor el de Barbero.

  86. Mcmurfy dice:

    Tengo el libro y lo que está claro es que el autor contribuye a la Leyenda Negra antiespañola. Por lo demás, su obra es un ejemplo (aparte de de cómo opinar negativamente de un país) de como acompañar un texto de multitud de anexos que faciliten la lectura. En esto el libro es único. Quizás sólo le falte un índice analítico para tenerlo todo. Muchos libros tanto de historia (ya sean ensayos técnicos o mas para el gran público) como de novela histórica adolecen de muchos de estos anexos tan necesarios,

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