INDEPENDENCIA – José Luis Corral

Independencia. José Luis CorralSeguro que alguien, al ver esta breve reseña, sonríe un poco y piensa, «¡Otro de la Guerra de la Independencia!, ¡a ver si variamos, hombre…!». Seguramente tendrá razon, en parte debido a que, incluso desde antes del 2 de Mayo, estamos sufriendo una sobresaturación de este tema. Pero, por otro lado, hemos de verlo de la siguiente manera: durante mucho tiempo este tema ha estado arrinconado en el olvido, por una simple frase…»Ahora no toca». Desgraciadamente, actuamos con las citas históricas a rachas, cuando se acerca un centenario, una festividad nacional o local, un homenaje… Por eso ahora es el tiempo, el poco tiempo que tenemos, para reivindicar un hecho de tan gran magnitud que cambió el destino de España en el devenir del tiempo y lo marcó para convertirse en identidad propia. Sí, es otro libro más de la Guerra de la Independencia, pero sí, es un libro para recordar nuestras raíces.

Como imagino que ya sabéis, este libro es la segunda parte de la trilogía (Jose Luis Corral todavía no nos ha informado sobre la identidad, título o tema del tercero) que el autor centra en la Guerra de la Independencia. El primer libro de la trilogía es, recordemos, «Trafalgar», en donde se nos narran las aventuras de un joven cadete de Corps, Francisco de Faria, en la celebérrima batalla del Cabo Trafalgar. Al finalizar este primer libro dejamos al protagonista viendo a través de sus ojos la humillante cesión de la corona española a Napoleón.

Y es éste el punto fuerte del libro del que os voy a hablar, «Independencia», segunda parte de la trilogía. Francisco de Faria, a través de la pluma de Jose Luis Corral, se convierte en testigo de los episodios más importantes de la guerra contra el francés.

En este caso, es el Sitio de Zaragoza (1808-1809). El autor retoma la serie con un experimentado Conde de Castuera (Francisco de Faria, que ya es coronel) camino de Zaragoza tras haber presenciado la humillación de Bayona. Siempre acompañado de su fiel y gigantesco sargento Morales, recorren los dos sitios infernales que sufre la augusta ciudad de Zaragoza.

En el libro distinguiría dos tipos de personajes: a) las grandes figuras históricas: El general Palafox, férreo como rompiente ante los achaques no solo de los franceses, sino también ante la peste que sacudió Zaragoza en el segundo sitio; Francisco de Goya, perfecto contrapunto frente al patriotismo ciego de algunos personajes del libro; o incluso el mismo Napoleón, ciego de ira porque una simple ciudad estaba acabando con el honor de sus tropas, y podía provocar no solo un leve contratiempo con respecto a la conquista de Europa y del Mundo, sino convertirse en un mito, como así fue, en los demás países y provocar un alzamiento general.

Pero sobre todo destacaría un segundo personaje: b) la ciudad de Zaragoza. El autor convierte a la ciudad en el personaje principal de la obra. Cada muro, cada puerta, cada iglesia y convento se convierte en un elemento vivo. Zaragoza canaliza el patriotismo de sus habitantes, convirtiéndola en un auténtico fortín e icono nacional como lo fueron Sagunto, Numancia… Y es éste el elemento clave de sus habitantes, la defensa numantina. Las privaciones que pasa la población son indescriptibles. Sin comida ni bebida aguantaron durante un año a las tropas mejor preparadas del continente en ese momento. Hicieron de los pilares básicos de la tradición española, Dios (en este caso a la Virgen del Pilar), Patria (cada piedra y calle eran lugar sagrado para estos héroes y había que defenderlos con uñas y dientes), y Rey (admiración y lealtad a ese rey tan pernicioso que tuvo España, Fernando VII), bandera contra la invasión napoleónica. Personajes como Agustina de Aragón, junto a un cañón, sola ante los franceses, armada únicamente con un simple botafuego, junto a un artillero mutilado, gritando «¡No pasaréis!», son una muestra del gran valor del pueblo zaragozano y un rasgo de valentía que los españoles mostramos frente a los invasores del suelo patrio. Ese valor que, ¡ay!, desgraciadamente, se nos ha perdido.

El extremeño Francisco de Faria, Conde de Castuera, se convierte en testigo directo de los Sitios de Zaragoza. Aunque existe una diferencia importante con el personaje principal de los Episodios Nacionales, Gabriel de Araceli. Mientras que este último personaje de Galdós rezuma patriotismo en sus venas, el personaje principal de Jose Luis Corral demuestra que está más cercano a las ideas afrancesadas y al liberalismo que empieza a emerger y que se canalizará en las Cortes de Cádiz en 1812. Faria, poco a poco, empieza a desencantarse con las ideas de victoria y a veces empieza a pensar si no sería mejor que los franceses gobernaran España a través del rey impuesto por Napoleón, José I.

La novela termina con la rendición de Zaragoza y la huida de Faria hacia el Este. Es una novela, a mi modo de ver, redonda, con un inicio «ab obo» desde el comienzo de el primer sitio, hasta finalizar con la caída de Zaragoza en 1809. Reitero que es redonda no solo en estructura sino en calidad, pues es muy recomendable para dejar constancia que 1808 no solo fue el alzamiento del 2/3 de mayo en Madrid, sino también el año de la Batalla de Bailén y el comienzo del sitio de Zaragoza.

En conclusión, esta novela les encantará, pues nos permite conocer uno de los episodios más gloriosos de nuestro país: la valentía y tenacidad de Zaragoza y sus habitantes.

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101 comentarios en “INDEPENDENCIA – José Luis Corral

  1. farsalia dice:

    Personalmente sí que estoy saturado de independencitis aguda. Cuando el tiempo aposente las cosas, igual me animo con novelas como la de Corral.

  2. CORCONTAS dice:

    La independencitis es buena, ya que es mi época favorita de la historia de España.

  3. farsalia dice:

    Entre que no es de mis períodos favoritos de la historia española, y que he estado tres semanas preparando los materiales del apéndice de un nuevo volumen de la Historia de España de Crítica y Marcial Pons, sobre el siglo XVIII, como que estoy algo harto, jajaja.

  4. CORCONTAS dice:

    Pues el libro es muy bueno, yo ya lo he leído.

  5. David L dice:

    Gracias Balbo por tan estupenda reseña. A mí me está pasando al revés, cada día me engancha más la Historia de España del siglo XIX. De todas formas tampoco me parece tan excesiva la publicación de obras sobre la «guerra del francés». Yo lo veo como una buena època para acumular buenas publicaciones para futuros tiempos de «sequía».

    Un saludo.

  6. Antonio dice:

    Buenas noches:

    Pues claro que sí; a mí me ha enganchado todo el asunto este de la conmemoración; además he conocido a Miguel Artola y a Charles Esdaile de una vez.

    Con Dios.

    PS: A lo mejor no se nos alvida este año de conmemoración si ESPAÑA gana a ALEMANIA. Aupa España.

  7. Eva dice:

    Pues no estoy de acuerdo, y lo siento, Balbo. Independencia me pareció un refrito descarado, escrito de forma pedestre y mediocre y sin ningún talento. Tirar el dinero, que no me sobra, es lo que más me fastidia. Y lo tiré comprando esa novela. Es escribir otra vez innecesariamente y en cutre lo que ya escribió Galdós en bueno. Corral es un caradura. Y siempre suele hacer lo mismo. Remember Numancia, por ejemplo. No me extiendo más por no ensañarme.

  8. mr.lobo dice:

    ES LA SEGUNDA PARTE DE TRAFALGAR, QUIZÇÁS LEYENDO LA PRIMERA PARTE OS RESULTE MAS AMENO EL LIBRO

  9. sito dice:

    A mi me saturó más el centenario del Quijote, y más si vives en Castilla la Mancha. En cambio la Guerra de Independencia cada vez me gusta más y más interesante me parece.
    Buena reseña Balbo.
    Aupa España!!!!!!!!!!! Alemania 1 España 3

  10. CORCONTAS dice:

    La GDI es un periodo de la historia de España muy variado.
    Eva, por cierto, en que te basas para decir que Corral es un caradura? Esa será tu opinión, y creo que estás equivocada. Corral es de los mejores novelistas que tenemos hoy en día.

  11. jerufa dice:

    Eva,…si leyeras aqui las reseñas seguro que no tirabas el dinero tan fácilmente.
    Adiodió.

  12. Eva dice:

    Querido Corcontas: me baso en que he leído de Corral El Cid, Trafalgar, Independencia y Numancia, y aparte de lo que ya he opinado en otros lugares de Hislibris, TODO cuanto leí de ese individuo lo había leido ya en otro sitio. Quiero decir que el problema que tienen los refritadores como el con los lectores que han leido mucho, es que a veces esos lectores han leido también los libros usados por el refritador para, reescribiendolos mal, componer el suyo. Y le descubren el pastel. Corral dice que se documenta mucho porque es profesor de Historia, pero ha leido a cuatro gatos. Por eso sus anacronismos e inexactitudes históricas. No se trata de que yo sea muy lista o muy leida: la prueba es que en otras criticas de este mismo lugar hay compañeros que han leido a Corral y opinan de modo parecido. Por eso lo llamo caradura, aunqe podría llamarlo sinverguenza. Además, su estilo es chato, su inventiva es plana, su forma de contar es mediocre y sus escenas de sexo son para revolcarse de risa de puro pateticas. Decir que es de los mejores novelistas que tenemos hoy en dia me parece una barbaridad. Es mi opinion, pues me la pides. Un abrazo.

  13. CORCONTAS dice:

    Bien, esa es tu oinión que respeto.
    Yo he leído todos los libros de Corral que has dicho y unos cuantos mas y tal vez es verdad que esten en otros libros que he leído. Además tienen muchas similitudes con otros y tratan temas coocidos y muy novelados por otros autores.
    Pero es ago por lo que tampoco hay que llamrlo caradura, simplemente depende de si a ti te gusta o no su estilo (que a mi sí).

    En fin, entiendo tu postura y respeto tu opinión.
    Un abrazo.

  14. Marbenes dice:

    Eva, disculpa pero ¿no eres tú la misma que defendía encarecidamente a Pérez-Reverte en algún hilo apelando al respeto a la hora de opinar sobre un autor, aunque no guste su obra? En fin, a mí me parece que Corral es un escritor desapasionado y poco imaginativo, e incluso estoy de acuerdo en que poco nuevo puede contar si tenemos en cuenta que sus novelas tratan de historia, que se puede estudiar pero no inventar; pero de ahí a decir que es un caradura o sinvergüenza… ¡Hombre, sólo aplícale el mismo respeto que a Reverte y verás como no te calientas tanto!

    Enhorabuena por la reseña Balbo!

  15. CORCONTAS dice:

    Eso es lo que a mí me molestó, los insultos.
    Pues yo no sabía que le gustaba Reverte, pero a algunas novelas de él le pasa lo mismo que Eva dice de las de Corral.

  16. mr.lobo dice:

    hola. me gustaría saber de alguien que conozca el salón dorado, de corral y me pueda dar su opinión, puesto he leído que en Alemania fue un record de ventas, pero me gustaría saber de boca de algún español que le parece el libro.
    saludos

  17. Eva dice:

    Chicos, yo no he mencionado aquí a Reverte para nada, pero ya que se mete el asunto, comparar a Reverte con Corral es tan desproporcionado que, desde mi punto de vista, ahí no hay discusión posible. Los libros de cada cual están ahí, la gente los lee (los de uno evidentemente mucho más que los del otro, y no son comparables libros y autores ni por obra ni por categoría ni por nada de nada). Decir que lo que he dicho de Corral puede aplicarse a Reverte es una barbaridad, y nadie que los haya leido a los dos puede sostenerlo en serio. ¿Hablamos de originalidad? Un solo ejemplo. Estamos hablado (aunque sólo fuera por eso sería desde mi punto de vista argumento suficiente) del autor del capitán Alatriste y sus 6.000.000 de ejemplares de esa serie de libros vendidos (la cifra se dio en la Menendez Pelayo hace dos semanas) sólo en lengua española, entre otros muchos títulos que por cierto estan reseñados en este mismo lugar. Del autor del mestro de Esgrima, del Husar, de la tabla de Flandes, del Club Dumas o de la reina del sur. Y que por cierto es el autor y libro que ocupan con Alatriste el primer puesto de autor y obra española en el ranking de Hislibris. Seamos serios, pardiez. Un abrazo.

  18. Eva dice:

    Con lo del primer puesto del ranking me había olvidado de Galdós, que está antes. Pero tampoco es mala compañía para Galdós para un segundo puesto, creo yo. Disculpad. Y ahoa que menciono a Galdós, creo que es un buen ejemplo de lo que he dicho en el mensaje anterior. Trafalgar e Independencia de Corral son, en mi opinión, mediocres refritos de Galdós. Cabo trafalgar y un día de Colera de Reverte pueden gustarte o no (a mi Cabo Trafalgar me encanta y El día de Colera me parece genial) pero nadie puede negar que son originales y fruto de una apuesta personal de estilo, personajes y estructura inconfundibles del autor. Corral es un profesor de historia oportunista que quiere escribir novelas y no sabe hacerlo bien. Reverte es un maestro del oficio que se las sabe todas, que unas veces acierta más y otras menos, unas gusta a todos y otras gusta a algunos (a otros nos gusta siempre, y siempe hay alguien a quien le gusta) pero que tiene una obra personal y propia inconfundible y suya. Y puntos de vista. Y actitudes. Y experiencia personal amplia con la que escribe novelas con cosas que ha vivido, no que ha leido en libros o se las roba a otros. Eso no se lo discuten ni los enemigos. Por eso triunfa, claro, en España y fuera (en Italia acaban de darle el premio Von Rezzori a la mejor novela extranjera de 2007 por el Pintor de batallas). Estoy segura de que si preguntaran por ahí quién es Corral dirían ¿Corral? ¿Que Corral? Otra cosa en España son los detractores, los que dicen que es un chulo y todo lo demás, pero eso ya nada tiene que ver con la literatura. Esa es la leyenda del personaje (a unos les repatea que sea tan flamenco, y a otros sin embargo nos encanta) y a menudo se habla del personaje y su leyenda cuando se dice estar hablando de sus libros. En el mismo Hislibris hemos leido mensajes de quienes atacan a Reverte y sus libros sin haberlos leído. Un abrazo.

  19. Marbenes dice:

    ¡Jobar Eva, es que aprovechas la mínima oportunidad, ni que fueras su representante! Que no lo he mencionado para que le colgaras flores y tampoco para compararlos, excepto como escritores que son ambos, y a lo que me refería es a que si pides respeto para Reverte por su obra debes concedérselo a Corral, y a cualquier otro escritor, por el mismo motivo.

    Por lo demás, tu discurso es partidista y exagerado. Frases como «no hay discusión posible«, «aplicarse a Reverte es una barbaridad» o «nadie que los haya leido a los dos puede sostenerlo en serio». Te sorprenderías de la cantidad de gente que habita este planeta y que tiene gustos diferentes a los tuyos, y sobre todo te sorprenderías al comprobar que nadie, ni siquiera tú, puede alzarse con el título del buen gusto porque sobre gustos nada hay escrito.

    Lo que le concedes en exclusiva a Reverte lo posee también Corral pues hablamos del autor de obras como:
    El salón dorado (1996)
    El amuleto de bronce (1998)
    El invierno de la corona (1999)
    El Cid (novela) (2000)
    Trafalgar (novela) (2001)
    Mitos y leyendas aragonesas (2002)
    Numancia (novela) (2003)
    El número de Dios (2004)
    ¡Independencia! (2005)
    El caballero del templo (2006)
    Historia contada de Aragón (2000)
    La torre y el caballero. El ocaso de los feudales (2002)
    Historia universal de la pena de muerte (2005)
    Taller de historia. El oficio que amamos (2006)
    Breve historia de la Orden del Temple (2006)
    Una historia de España (2008)
    El corazón rojo (1998)
    El espejo griego (1999),
    que sin duda también cuenta con su experiencia personal y sus opiniones (¿o insinúas que Corral vive en una burbuja aislado del mundo?). ¡Mujer!, escribir sobre su experiencia personal cuando se trata de historia dudo que lo haga, será sobre lo que ha leído, como cualquier otro que no tenga a sus espaldas 500 ó 1.000 años de vida, porque no creo que estuviera allí (40 y tantos tiene, ¿no?). ¿Que nadie le conoce?, bueno, ser más famoso no asegura ser mejor, sólo más comercial (¡mira lo conocido que es el Chikilicuatre!)

    En cualquier caso no soy fan..ática de ninguno de los dos, sólo te pedía el mismo respeto para Corral que tú pides para Reverte.

  20. Eva dice:

    Tomo nota. compañera. Cada una tiene sus gustos, claro. Pero yo a Corral no puedo respetarlo como escritor, como tampoco puedo respetar a Falcones, por ejemplo, que fijate, hasta me parece más repetable incluso, pues en su caso siempre a mi juicio (Falcones) sólo se trata de una prijmera novela y de un pobre hombre con mucha suerte, mientras que Corral es reiterado estafador. Del Reverte (que gusta o no, insisto, pero no estafa a nadie) sí soy fanática a más no poder, pero acabo de argumentarte por qué. Es el mio de alguna manera un fanatismo razonado. Es la razón la que me hace ultrafan. Y como sabes, no soy la única dura con Corral en Hislibris. Un cordial abrazo. Estoy segura de que en otros libros y autores sí coincidimos plenamente.

  21. juanrio dice:

    Eva, para hablar bien de Reverte no hace falta que tires por tierra a todos los demás escritores. Para tí Reverte puede ser un excelente escritor, pero para otros lo puede ser Corral, Falcones o cualquier otro. Reverte ha escrito buenos libros, pero también ha escrito algunos muy flojitos, lo que no le hace ser malo, sólo irregular. El que venda mucho aquí o en Beluchistán no lo hace mejor, de hecho la lista de libros más vendidos es la que intento evitar en mis lecturas salvo contadas excepciones. Por la regla que tu aplicas, más ventas=mejor escritor, debemos creer que los mejores son Carlos Ruiz Zafón y Ken Follet y no creo que si lo sometemos a votación aquí en Hislibris sean los más valorados.

    Creo que existen magnificos escritores que no venden, o que no venden lo suficiente para entrar en una lista, y muchos escritores que nos aburren obra tras obra, lo que no les hace estafadores, les hace aburridos.

  22. Eva dice:

    Querido Juanrio. Yo nunca he dicho que Reverte sea bueno porque venda mucho. Digo que lo leen mucho (indiscutible, creo) porque en mi opinión es muy bueno. Tampoco hablo mal de Falcones o Corral para ensalzar a Reverte. Hablo mal de ellos como lectora, pues en mi opinion son muy malos. Y te recuerdo que no he sido yo quien ha sacado a colación a Reverte hablando de este libro. Lo menciono por alusiones. Un abrazo.

  23. Laurence dice:

    Si hay algo que me queda claro de todo esto es que el lenguaje no es inocente… y la intención con el que lo usamos menos aún. A mí sí que me parece una barbaridad que se pueda calificar de caradura, sinverguenza y estafador a un autor, por el hecho de no gustarnos su obra, y que se proclame hasta con orgullo que no se puede sentir respeto por él como escritor. Será que yo parto de la premisa de respetar a todo el mundo, hasta que me demuestran que no son merecedores del mismo porque no respetan del mismo modo, claro. Y no, no es la razón la que fundamenta tus argumentos; cualquier cosa menos la razón., llámalo pasión, afición, preferencias, e, incluso, fanatismo…. pero de ahí a considerar que es la razón la que te hace ultrafán…. en fin… quizá hablas de una razón muy subjetiva y particular, pero no desde luego de lo que yo entiendo como razón. Y otra cosa Eva, en un año que llevo por estos lares jamás, y digo bien, jamás, se me hubiera ocurrido aludir a Hislibris como una entidad con un pensamiento y opinión de grupo para cualificar mis argumentos como haces tú. Afortunadamente, Hislibris lo componen una multitud de personas y cada cual con su punto de vista y sus opiniones.

    Y a todo esto, porque me estoy viendo que será el siguiente paso y no me apetece perder mi primer día libre después de mucho tiempo en una nimiedad, esto no tiene nada que ver con Pérez-Reverte, de quien, por cierto, no sólo lo tengo todo sino que lo he leído todo, y me encanta, aunque sea lo suficientemente objetiva como para criticarle también lo que escribe y no me gusta. Y mira por donde, también soy «alguien» que ha leido a Reverte y a Corral y que no necesita desprestigiar a uno para ensalzar al otro. Y ni qué decir tiene que estoy hablando muy en serio. Corral es muy desapasionado, cierto es, pero se puede criticar su obra, como hacemos cualquiera de nosotros y tú misma has empezado muy bien a hacerlo, pero sin entrar en descalificativos personales ni muestras de falta de respeto. No se puede pedir para unos lo que no se ofrece para todos.

    Y siento emborronar tu reseña Balbo, que me ha encantado, y tengo el libro en la pila como pendiente.

    Es que ya resulta cansino ver, o al menos a mí me resulta cansino, que para dar una opinión sobre un «producto» se tenga que entrar a insultar, desprestigiar y hasta acusar de actividades punitivas a una persona. Aunque claro… para gustos, los colores.

    Un saludo.

  24. Marbenes dice:

    ¡Hombre, Laurence, dieciochos los ojos, qué alegría volver a verte por aquí!

  25. Laurence dice:

    Ahá ¡¡¡ así que son dieciochos los ojos que me miran, no?? (¡¡en qué estarías pensando….!!) jajajajaja. Yo también me alegro de verte de nuevo Marbenes. Por fin tengo un respiro, así que nos seguiremos viendo ;)

    Un abrazo.

  26. mr lobo dice:

    saludos de nuevo alguien puede comentar que os parece como escritor Jesús Sanchez Adalid

  27. Atreidiano dice:

    A mi Independencia me ha encantado, y el otro libro que me leí (Numancía) también me gusto, por lo tanto a mi es un escritor que me gusta, y en cuanto a los «refritos» en el momento que tomas datos históricos los tienes que coger de alguna parte, la gracia esta en como lo cuentas y a mi la manera de contarlo de Corral me gusta, a cada uno puede gustarle o no pero no por ello hay que difamar y cargar en contra del autor, yo también leo a Reverte y ha habido libros como La reina del Sur, El pintor de batallas, territorio comanche, no me han gustado nada pero no por ello lo pongo a parir y además otros libros suyos si que me han gustado.
    Un saludo

  28. Eva dice:

    Leidos todos los argumentos, lamento reafirmarme en lo dicho. Respeto a los lectores, pues cada uno lee lo que desea leer, y en los gustos de cada cual sólo manda cada cual. Pero en mi gusto como lectora sigo opinando, sin animo de ofender, insisto, a lector ninguno, que Corral me parece ( a mí, me, yo, conmigo) un mediocre refritador de Galdós, y por consiguiente un caradura. Y no metais más a Reverte en esto, que no tiene nada que ver ni con Independencia ni con Corral. Y me vas a disculpar, Atreidiano, pero si Corral u otro no me gustan, tengo derecho a cargar contra ellos. Faltaría más. A ver por qué se les va a dar caña aquí a unos sí y a otros no. Yo al menos razono por escrito cuando algo no me gusta o cuando algo me gusta. Otros han criticado aquí libros que ni han leido siquiera. Y fííjate en el matiz: yo no digo que Corral sea mal escritor, que lo es. Uno puede ser mal escritor y no pasa nada. Incluso hay malos escritores que hacen novelas dignas o por lo menos honradas. Digo que Corral como escritor es un sinvergüenza.

  29. Germánico dice:

    «yo no digo que Corral sea mal escritor, que lo es». Me encanta esta frase, Eva, al margen de la alusión a Corral. Esta también me gusta: «Digo que Corral como escritor es un sinvergüenza.» Me encantan las chicas deshinibidas…

  30. Laurence dice:

    Wowwww….. con esos argumentos tan…..pues eso…. tan….explícitos y.. tan contundentes, y, por mor de su profundidad, tan enriquecedores, casi me ha dejado sin palabras…..Y también he aprendido algo que parece que debe de estar de moda y resultar chic…. si una obra no te gusta, tú tienes todo el derecho a cargar contra sus autores, insultarlos, faltarles el respeto, acusarlos de acciones que pudieren ser consitituvas de ilícito penal, vamos, lo que haga falta….¡qué narices, es un derecho del lector!
    Creo que necesitaré tiempo para asimilar tanta información y actitudes y derechos de los lectores , no sea que mañana me encuentre con un escritor cuya obra no me haya gustado y siguiendo este mini decálogo me ponga a descalificar al escritor con todas las de la ley porque estaría en mi derecho como lectora….. con independencia de que para ello utilice ataques personales, descalificaciones, etc….. ¿Es eso, no ? Lo dicho…. tendré que reflexionar…….. (en fin).

  31. Marbenes dice:

    Pues claro, Eva, ¡a la cargaaaa! Nos podemos despachar a gusto con faltas de respeto varias entonces, según tú (a tí, te, contigo), con todas aquellas personas cuya obra no nos guste y ponerlos a parir a ellos y no a sus obras. Mmm, se me ocurre así, sin pensar mucho, que podría empezar insultando a Miró cuyos cuadros no comprendo ni me gustan, o a James Joyce que escribió el insufrible Ulysses, o a otros muchos en fin, confundiendo obra con persona y libertad de opinión con falta de respeto.

  32. Paternoster dice:

    Siento decirle, Sra. Eva que no es aquí el lugar para descalificaciones morales: diga por favor: no me gusta, me parece que toma de allí o de allá.. etc…, pero SOBRA lo de «caradura», «sinvergüenza», «refritador mediocre»… Repito: no es el lugar.

  33. Eva dice:

    Que no os enteraios, niños. Que Corral roba. A ver si dicho en simple queda claro.

  34. Marbenes dice:

    Bueno Eva, ante semejante acusación, es de suponer que tendrás pruebas contundentes que la respalden, porque de no ser así doy por hecho que sabrás que la difamación gratuita está penada por ley.

  35. Paternoster dice:

    Yo, Sra Eva la he tratado con respeto; me sobra y me molesta ese trato hacia el resto de «niños»…. Creo que no es la manera, al menos, en los comentarios, de tratarnos.

  36. Germánico dice:

    Pues a mí lo de «niño» me ha gustado… «Corral roba»: Dios bendiga el anonimato…

  37. Clío dice:

    Mr Lobo, a tu pregunta sobre Sanchez Adalid, decirte que a mi me gusta mucho como escribe y tengo y he leido casi todos sus libros.

  38. CORCONTAS dice:

    Saludos,

    Opino que la intervención de Eva además de tonta no está respaldada por ningún argumento.

    En cuanto a lo de niños, mejor no diré nada, pero tu misma has tenido que ver que has meado fuera de tiesto.

    Corcontas

  39. Eva dice:

    ¿Aún quereis más argumentos? Me aburrís. Así que paso. Ya nos veremos en otro libro de Corral. Eso sí, como diría quien yo sé, cada cual tiene los corrales que se merece. Agur.

  40. cavilius dice:

    Opá, yo viacé un corrá…

    Mujer, Eva, es que encontrar un sitio donde aburrirse a gusto es muy difícil hoy en día. Pues nada, hasta otra.

  41. paternoster dice:

    No, Sra. EVa, ha errado de ángulo de tiro si se puede decir de alguna manera; no son ni los modos ni las maneras en que te expresas el lugar adecuado. Lo siento, si buscas diversión o deleite, aquí no es tu sitio, tu misma lo dices, te aburre… Búscate donde te acepten tus maneras de expresión; por mi parte, NO

  42. CORCONTAS dice:

    Por mi parte puedes irte con viento fresco Eva, y tú si que me aburres.

  43. Marbenes dice:

    Disculpa nuestro atrevimiento, Eva, por pedirte argumentos para difamar a alguien. Lástima que ofender no te aburra y argumentar con fundamento sobre dichas ofensas sí, entonces tiene razón Pater y va a ser que éste no es tu sitio.

  44. Koenig dice:

    Veo que sigue la guerra de la independencia entre la libertad de pensamiento y la obligación de respeto.

  45. Eva dice:

    Delincuente. Perdonad, pero es que no daba con la palabra. Corral es un delincuente. Contumaz en el delito. Eso es lo que quería decir. Dicho sea con todo respeto para los delincuentes que además de delinquir, saben escribir. Umbral, por ejemplo, que como novelista era un plagiador enorme, sabía escribir. Mechachis. Dónde tenía yo la cabeza. Delincuente, eso es. Disculpad, niños, que no diera con el palabro. Teneis razón. Lo de ladrón y sinverguenza era demasiado explícito y hiere sensibilidades, lo comprendo. Digamos que Corral es un delincuente habitual y reincidente muy reincidente) de la novela histórica. Besitos.

  46. Eva dice:

    No sé si ha quedado claro, perdonad. Delincuente. Corral. El de Numancia.

  47. Eva dice:

    Delincuente. Mola. No direis que esta vez no lo he dicho fino.

  48. juanrio dice:

    zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

  49. cavilius dice:

    Me has quitado las palabras de la boca, juanrio. Cuando uno ve que alguien está subido a una atalaya, a tantísima altura y distancia del resto de los mortales, pero cuya bondad intrínseca le mueve a echar miguitas de pan a los pobrecitos que están abajo, lo mejor que se puede decir es:

    zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

  50. Antonio dice:

    Buenos días:

    Eva: por obligación cristiana le recomiendo que repase lo que ha escrito y recapacite sobre su actitud.

    Le aseguro que no sabía quien era ese tal Corral hasta ahora; pero no puede ser delincuente por escribir un libro. Y si ha plagiado…Pues a lo peor le pasa lo que a Umbral: que, plagiando y todo, no vendía ni una.

    Gentilmente.

    P.S.: Tenga en cuenta que por menos hace días que le podrían haber moderado. Sea Vd. también condescendiente.

  51. Germánico dice:

    Yo insisto en las enormes ventajas del anonimato: insultas a quien quieras sin más pruebas que tus propios gruñidos, y te quedas tan ancho. A mí me encanta.

  52. Germánico dice:

    Y que conste que no estoy defendiendo a Corral. Ni lo conozco, ni he leído su obra, ni me interesa mucho, la verdad. Pero al menos sabemos quién es.

  53. cavilius dice:

    Yo en cambio, conozco tan bien a Corral como a Pérez-Reverte, pongamos por caso. He leído de ambos el mismo número de libros.

    Por cierto, como rectificar es de sabiondos, corrijo mi comentario anterior: donde dije

    zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

    quise decir

    zzzzzzzzzzzzzzZZZZZZZZZZZZZZZZzzzzzzzzzzzzz

    Saludos.

  54. Germánico dice:

    Has usado la variante Corcontas… Muy astuto, muy astuto…

  55. Aretes dice:

    Seguro que crea escuela.

    En lo del anonimato tienes razón, Germánico. Empieza a superar al «me han dicho» o «sé de buena tinta» de toda la vida.

  56. Koenig dice:

    Buenos días.

    Me permito en primer lugar un par de aclaraciones:

    Delincuente: Aquel que Delinque.
    Delinquir: Cometer delito.
    (Ambas definiciones según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, 22ª edición).

    Injuria:
    » Es Injuria la acción o expresión que lesionan la dignidad de otra persona, menoscabando su fama o atentando contra su propia estimación.
    Sólamente serán constitutivas de delito las injurias que, por su naturaleza, efectos y circunstancias, sean tenidas en el concepto público por graves
    Las injurias que consistan en la imputación de hechos no se considerarán graves, salvo cuando se hayan llevado a cabo con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad»
    (Artº 208 Código Penal)

    Una vez puntualizadas estas definiciones.

    Acusar a alguien de ser un delincuente supone acusarlo de haber cometido un delito, aunque este no se especifique. Podría ser calumnia, entiendo, de especificarse el delito. Pero no especificándose se trata, cuando menos, de una injuria. Y dado que la comisión de un delito es un hecho de por si grave, me parece innegable que llamar delincuente al Sr. Corral, es una injuria, grave, y hecha con publicidad, lo que está tipificado en el Codigo Penal.

    Dado que se ha utilizado este sitio como soporte, y a pesar de que el sentido común lo deja claro, para evitar cualquier confusión por tenue que sea, aclaro que el usuario «Eva» es la única responsable de la injuria vertida contra el Sr. Corral, y que esta no es compartida por ninguno de los demás usuarios de Hislibris.

    Pero en todo caso, en nombre de quienes usamos esta página, me permito solicitar disculpas al Sr. Corral. Cosas así son inevitables.

    Saludos.

  57. Javi_LR dice:

    Por mi parte, y, en cierta medida, como responsable, me uno a las disculpas.

    Eva, te has pasado tres pueblos del tamaño de Leganés.

  58. carcaba dice:

    Estoy de acuerdo en que Eva no ha utilizado las palabras adecuadas (si Corral fuera un delincuente alguien lo debería llevar ante un juez).
    Pero en lo si estoy de acuerdo con ella es en que es un escritor MALO, MALO, MALO,aun así me llama la atención es este Fuenteovejuna todos a una contra Eva cuando insultos y descalificaciones ya hemos leido alguna que otra vez en otros comentarios.
    Germánico, el anonimato nos viene bien a todos y sino como ejemplo,repasemos la reseña VICTORIAS FRUSTRADAS y alguno de los comentarios publicados.

  59. Melkart dice:

    A mi tambien me parece que es un escritor bastante malo y muy, muy oportunista eligiendo los temas sobre los que escribe; bien podria dedicarse a la POLITICA y no a vender BODRIOS.

  60. Melkart dice:

    Crea que leyendo lo de arriba soy bastante MODERADO.

  61. Javi_LR dice:

    Hasta ahora lo habías sido, Melkart. Lo siento, me fastidia tener que estar así en vez de leyendo o jugando con mis hijos, pero te he borrado dos post en otros hilos porque me han parecido ofensivos. Aquí a Hislibris uno viene con respeto o no viene, que confundís libertad con «aquí puedo decir lo que me venga en gana». Ya está bien.

  62. Melkart dice:

    A QUIEN HE OFENDIDO, ¿ A LOS POLITICOS? O A ALGUIEN QUE ME PARECE MAL ESCRITOR, HE LEIDO ( Y PAGADO) SUS LIBROS Y CREO QUE PUEDO OPINAR SIN DEMASIADA «VASELINA».

  63. Javi_LR dice:

    Melkart, me parece estupendo que Corral te parezca mal escritor, que opines y que lo digas. Yo no me he referido a este comentario y lo sabes. Lo único que pido, por favor, es que no se entre en descalificaciones personales, porque en un medio como internet esas discursiones se van haciendo una bola incontrolable.

    Salud.

  64. Melkart dice:

    MUY DE ACUERDO, JAVI. SI TE REFIERES AL COMENTARIO SOBRE CIERTA «COMISARIA» POLITICA CON EL PARAGUAS DE PERIODISTA, ES QUE NO ME PUDE AGUANTAR… PIDO TUS DISCULPAS.

  65. Koenig dice:

    Buenos días.

    Al hilo de estos sucesos, o tal vez porque en este momento dispongo de unos minutos de tiempo libre, me gustaría compartir una reflexión sobre acontecimientos que ocurren, no solo en ese hilo, ni siquiera solo en este blog, sino que parecen ser bastante habituales. Valiendo este caso como ejemplo.

    En este hilo se ha estado comentando un libro de José Luís Corral, “Independencia”. Esto ha dado lugar a variadas apreciaciones sobre si el libro era bueno, malo, parecido a otros, original, etc, etc, etc.

    Y la verdad es que me parece muy bien, este es un blog de opinión, y que mejor forma de desarrollarlo que opinando. Sin embargo, hay dos tipos de planteamiento que me parece que desentonan. Los comentaré, a pesar de que soy consciente de que hacerlo no me va a servir para ganar amigos.

    Para empezar están las opiniones gratuitas. El libro es bueno, o malo. Pero… ¿Porqué? En demasiadas ocasiones es para mí un misterio, pues nunca llega a decirse. Este tipo de comentarios más parecen escritos con las tripas que con la cabeza. Parecen más bien fruto de un pensamiento fugaz que de una razonada meditación. Cierto es que en muchas ocasiones no escribiríamos nada de no escribir esos pensamientos fugaces, pues el tiempo no nos da para mas. Sin embargo me parece una lástima este tipo de posturas sin explicar. Los motivos son varios.
    Para empezar, desde mi punto de vista personal, por supuesto, porque las opiniones meditada y razonadas, me parecen mucho, muchísimo, mas interesantes que las dos escuetas líneas que tan sólo se limitan a una aseveración fugaz y absoluta. Porque de esas opiniones meditadas y razonadas puedo aprender, las otras sólo puedo creérmelas o no. Y porque estas opiniones meditadas y razonadas son las que hacen de Hislibris lo que es. Puede concretarse en este caso. Hay quien ha opinado sobre algunas de las obras del Sr. Corral que son plagios. Pero ¿de que obras? ¿Qué párrafos son los plagiados? ¿Qué capítulos? Personalmente me interesa mucho mas conocer los motivos de una afirmación, que la afirmación en si. Y estoy convencido de que con esto coincido con la gran mayoría de los que leerán estos párrafos.
    Otro motivo es que pienso que cuando los debates son especialmente intensos debería haber una cierta obligación (personal y autoimpuesta, por supuesto) de razonar las posturas; porque todos sabemos lo fácilmente que se acaloran los debates por Internet, debido a la falta de toda una serie de complementos de la palabra como son la entonación o el gesto (no quiero pensar que los motivos de los acaloramientos sean otros), y en consecuencia lo sencillo que es malinterpretar una frase sin razonar que un razonamiento elaborado. Además, estoy convencido de que razonar nuestras posturas, ya sea mas o menos, está a la altura de cualquiera de los que aquí participan.
    Y termino mis motivos con una breve referencia a lo que es para mí un debate interesante. Para mí un debate interesante es un debate con argumentos, un debate con porqués, un debate con razones, y donde se hable de esos argumentos, porqués y razones, y no de la persona que los emite. Lo cual me lleva al segundo tipo de planteamiento que, desde mi humilde punto de vista, desentona.

    Y se trata nada menos que de la descalificación personal. Parece una herramienta bastante habitual el argumento “ad personam”. “Independencia” es un mal libro ¿Porqué? Pues, evidentemente, porque su autor es un plagiario, un sinvergüenza o un delincuente. Está clarísimo. Sinceramente. Soy consciente de que los libros dicen bastante sobre sus autores, pero de ahí a calificarlos moralmente, me parece que hay un abismo.
    Parece un recurso bastante habitual meterse con la persona que escribe para calificar lo que escribe. Me gustaría añadir además que desde mi punto de vista me parece un recurso manido, mojigato, propio de quienes no tienen capacidad para opinar sobre el escrito, de quienes son incapaces de aceptar opiniones distintas a la suya y cobarde.
    Porque desde luego es mucho mas fácil y se abarca mucho mas descalificando a la persona, lo que nos evitará tener que profundizar, escuchar o razonar lo que dice, y además nos da una posición de pseudo-superioridad, como si fuéramos los depositarios de un conocimiento especial sobre el origen del texto, algo que los demás no saben y que nos permite enjuiciar con mayor razón. Además desvía el debate, como ha sucedido aquí ¿Porqué hablar sobre el libro si descalificando al autor dejo mi opinión puesta (cual si fuera un huevo) y luego se pasa a hablar de otra cosa?

    Termino. Me pregunto porqué tanta virulencia a la hora de cargar contra un libro o un autor. Porque a fin de cuentas, ensalzar a alguien hasta lo irracional, bueno, no hace daño a nadie. Pero denigrarlo como se ha hecho aquí con el Sr. Corral, me cuesta pensar que sea tan sólo porque una vez compramos un libro que no nos gustó. A fin de cuentas esto nos ha pasado a todos y si es cierto que sienta mal, tampoco es como para descalificar a quien lo escribió (y digo descalificar porque normalmente el comentario se limita a eso, como ya he dicho antes, sin explicar los motivos). A fin de cuentas, opino que compartimos parte de la culpa (de haber comprado un mal libro) si hicimos una mala elección sin que nadie nos obligara.
    Y motivos para tal virulencia descalificatoria se me ocurren muchos: tal vez quien descalifica conoce personalmente a la persona descalificada, tal vez tiene poco control de lo que escribe, o poco control de sus emociones. Tal vez tiene algún interés en descalificar a estas personas. Tal vez su indignación porque el libro era malo es tan santa que merece una cruzada. Reconozco mi total ignorancia, por eso los motivos que he puesto aquí son los que quiero pensar que no son.

    En fin, termino este rollo indicando, como siempre, que esto no son mas que opiniones, el que quiera opinar en contrario, que lo haga y podremos debatir, y el que no, por favor, que olvide estos párrafos y que no me descalifique a mi para demostrar que lo que digo es erróneo, ya se lo reconozco yo y todos en paz.

    Saludos.

  66. Marbenes dice:

    Quién lo diría, Koenig,… ¡totalmente de acuerdo contigo!

  67. carcaba dice:

    Koenig, me gusta bastante tu post, por moderado, razonado y educado, pero como soy uno de los hislibreños a los que no nos gusta como escribe José Luis Corral te voy a poner dos peros.

    El primero, no estoy de acuerdo en que «ensalzar a alguien hasta lo irracional, bueno, no hace daño a nadie». Limitándonos sólamente a este tema, ensalzar hasta lo irracional a un escritor o a una novela malos puede confundir a mucha gente y hacerle gastarse un dinero mal aprovechado.

    El segundo pero es que si argumentas que alguna crítica puede venir por motivos personales, lo mismo puede decirse de alguno de los elogios, ya que dan a pensar que o los escribe el mismo Sr. Corral o alguno de sus allegados (como ejemplo te invito a leer el de Antonia Andrés en la reseña «El Cid»).

    Como final, lo que sí me resulta llamativo de verdad es que en cada reseña sobre un libro del Sr. Corral haya tanta polémica.

    Un saludo.

  68. Aretes dice:

    En efecto, Carcaba, son ciertos los dos peros que señalas. El antídoto para ambos es el que, queramos o no, cada uno ya tiene su pequeña historia en este mundillo y en la honestidad y sus juicios se basa su credibilidad.

    Creo haberlo comentado alguna vez, aunque es tan obvio que no hace falta, pero para mí una opinión no tiene un valor por sí misma. Depende de quién la emite y lo que conlleva.

    Con todos mis respetos a la señorita, o señora, Antonia Andrés, a quien no tengo el placer de conocer, su valoración de la novela en cuestión o de cualquier otra, no deja de ser una más. Para mí una recomendación de otro hislibreño con el que haya tenido más contacto o que hayamos coincidido en libros y en gustos es más sólida.

    En cuanto al Sr. Corral, creo que la única polémica que se forma tiene su origen en un odio exacerbado que no acabo de comprender. Es más, me es más complicado entenderlo que la adoración a otros escritores.

  69. carcaba dice:

    LLevas razón Aretes, no se entiende que se odie a un autor sólamente porque no te guste lo que has leido de él, por supuesto yo no llego a eso, simplemente no me gusta como escribe, me parece muy simple, como dato te diré que mi hijo con 14 años leyó Numancia y sí le gustó, cosa que entiendo con esa edad ya que lo que he leido de José Luis Corral me parece más apropiado para que los chavales se inicien en la lectura.

    Del mismo modo que no entiendo que se le odie, lo que tampoco logro entender es que haya lectores a los que les parece genial como escribe y lo bien que se documenta.

  70. Koenig dice:

    Buenas noches.

    Marbenes, no si preocuparme, sorprenderme o congratularme… :-)

    Estimado Carcaba, se acepta la enmienda.

    Mi frase partía de una preocupación tal vez irracional que siento siempre cuando preparo una crítica. No soy importante, y soy consciente de ello, pero dado que es mucho mas fácil no comprar un libro que ha sido mal criticado, que comprar uno que ha sido ensalzado, siempre me siento responsable cuando digo que un libro es malo, o no me ha gustado.

    Imaginemos por un momento que Hislibris llega a ser lo suficientemente importante como para que una mala crítica aquí se note realmente en las ventas. Aterrador. ¿No te parece?

    Concordemos pues, si no te parece mal, que el ensalzamiento de una obra, ya sea por motivos racionales o irracionales, siempre es menos dañino, en general, que su denigración.

    Un saludo.

  71. carcaba dice:

    Estimado Koenig, no solo no me parece mal, sino que pienso que llevas razón. Siempre causa más daño denigrar que ensalzar.

    Un saludo.

  72. Eva dice:

    1-Trafalgar, Independencia y lo que venga, que vendrá, son malas imitaciones de los EENN de Galdós. Ya estaban escritos y mejor. Además de anacronismos y pobreza de estilo están llenos de comentarios e interpretaciones sacadas, aparte de Galdós, de libros de historia que hemos leido otros. Toreno, Arteche, Artola. etc. Todo eso adobado a veces con escenas de sexo patéticas. Querer vendernos esa moto como original demuestra muy poca verguenza.
    2-Numancia, que es un anacronismo constante y pésimamente escrito además, esta hecha de corta y pega con textos de Schulten y de los historiadores romanos publicados en la colección clásica Gredos. Eso es una estafa para el lector.
    3. El Cid ha sido calificado por el catedrático Alberto Montaner, autor de la monumental edición anotada definitiva del cantar del Cid como «anacrónico, indocumentado y oportunista, sin ningun rigor». Eso no se si (humor aparte, cosa que echo en falta aquí) es delicuencia, pero para quien se gasta la pasta en un libro que es eso, la roza.
    4-Como lectora, Corral me parece mediocre como creador de historias y malo como escritor. Creo que recomendar su lectura es nocivo.
    5-No conozco a ese tío de nada. Pero confieso que después de haberlo leido no me gusta de él ni la cara que tiene. Al menos la que tiene en las fotos.
    6-Me gustaría ver al personal tan riguroso y tiquismiquis cuando se pone a parir a otros escritores.
    7-Un profesor de literatura de Zaragoza, cuyo nombre lamento no recordar, acusó hace un par de años a Corral de meterse comentarios favorables a sus libros en Internet utilizando nombres falsos de compañeros. Por lo visto había usado el suyo.
    8-Sigo pensando que todo eso es tener poca verguenza con el lector(sinverguenza), estafar al lector (estafador), y ser mal escritor (mediocre). Lo de delincuente, naturalmente era coña. Como no habrá escapado a nadie con dos dedos de frente.
    9-Hislibris es un punto de encuentro e información extraordinario. Llamar basura a la basura es hacernos un servicio a todos. Evita a los incautos gastarse el dinero en lo que no lo merece. Y Corral no merece invertir en el un céntimo. He leido cuatro libros suyos (como veis lo inenté en serio) y no me cabe duda: Corral como individuo no sé como será, ni me importa. Como escritor es bazofia barata. Eso es lo que yo opino. Saludos.

  73. Eva dice:

    ¿Quereis ver la diferencia entre un Corral y un escritor de verdad que ha escrito sobre la guerra de la Independencia? Pues permitidme que os coloque lo que en otro lugar de Hislibris colgaron sobre un libro de Pérez Reverte. Fue el compañero que firma Soldadito Pepe, así que nadie podrá decir que es cosa peronal mía. Se trata de una entrevista sobre Un dia de Cólera. Desafío a algún corraliano o corralero a encontrar otra de su escritor favorito comparable a esta. Los que la conoceis disculpad la reiteración. Los que no la conoceis, disfrutadla.

    SOLDADITO PEPE:
    Es un texto un poco largo, pero creo que utililísimo por las claves que alumbra. Por eso me permito meterlo aquí. Es una conversación de Perez Reverte con una periodista vasca muy solvente llamada Almudena cacho. Y no tiene desperdicio.

    El escritor Arturo Pérez-Reverte conversa con la periodista Almudena Cacho sobre su última obra, ‘Un día de cólera’, basada en el 2 de mayo de 1808.

    Almudena Cacho: Un día de cólera es un día de rebelión, es un día de venganza, es un día especialmente para el recuerdo, ahora que se van a cumplir los 200 años. Pero, ¿qué es un día de cólera exactamente para Arturo Pérez-Reverte?
    Arturo Pérez-Reverte: Bueno, es sobre todo…, para mí es el poner a punto un mito que me ha acompañado desde pequeño. Yo nací en el año 51, estudié con libro de texto de la Editorial Edelvives , en los maristas, y yo crecí con el mito del Dos de mayo como el día en el que una nación entera se sublevó contra el invasor francés; un día de independencia, un día de gloria, un día de patria, un día de solidaridad colectiva… y demás. Entonces, bueno, crecí con eso que en aquel momento los textos de aquella época planteaban como elemento educativo. Después, con el tiempo, he ido leyendo, me he hecho adulto, he visto días de cólera en otros sitios, he aprendido sobre el ser humano, sobre la gente, sobre cómo la gente hace las cosas y, en la última etapa, estuve leyendo las relaciones de bajas, de muertos y de heridos y los acontecimientos que hubo en torno a esa fecha. Con lo cual saqué unas conclusiones que eran diferentes a aquellas que yo había creído desde pequeño; o sea, descubrí un 2 mayo distinto, un Dos de mayo mucho más limitado, mucho más localizado, mucho más individual, mucho más personal; menos heroico y menos patriótico, en el sentido que me habían estado vendiendo cuando niño. Entonces, dije “¡ah, pues aquí hay una historia!” Entonces empecé a investigar, a bucear en ello. Hay una ventaja fundamental y es que, después del Dos de mayo, después de la guerra, hubo una petición de dar indemnizaciones a las familias de los que habían muerto o sido heridos en el alzamiento, en el Dos de mayo. Entonces, todos tienen que presentar dos testigos de lo que pasó, entonces, existe los expedientes con nombres y apellidos y testigos de 409 muertos y 160 heridos. Anduve por ellos al recorrer esos expedientes y ver las historias: María Fernández, pescadera; Paco Sánchez, mendigo; fulano de tal, albañil; Pepe Fernández, carpintero, No había ricos, no había militares; todos eran desertores o gente que se había unido a la sublevación por su cuenta: Me di cuenta que era un Dos de mayo distinto a aquel que me habían contado. Entonces, dije: “voy a hacer una historia” y me puse a escribir.

    Almudena Cacho: Respecto a tus otras obras, esta es muy diferente.

    Arturo Pérez-Reverte: Bueno, no. Es distinta; porque un escritor es un tipo que tiene un territorio y cada libro es una parcela de ese territorio. Lo que pasa es que cualquier lector mío que me conoce sabe descubrirme en cualquier cosa que haga; dice, “bueno aquí está tal”. Todos tenemos nuestras obsesiones y nuestros esquemas, que repetimos o que vamos persiguiendo ideas, hasta que la centras como el torero que, al final, le da el espaldazo al toro. Lo que pasa es que es distinto por otras razones, porque cada libro es una aventura diferente; cada libro requiere un tratamiento distinto. Un libro es un problema narrativo que hay que resolver aplicando fórmulas específicas para ese. No valen las mismas para todos. Esta vez yo no podía contar la historia. Yo tenía varios problemas que eran ventajas también; técnicos, quiero decir. Ya estaba escrita la gran novela, que era la de Galdós, con lo cual, yo ya no tenía que hacer esa novela, porque estaba hecha; yo no podía reescribir a Galdós. Entonces, por otra parte, yo tenía una información que Galdós no tenía. Porque desde Galdós han pasado cien años de investigaciones, de avances científicos; cosas que sabemos, documentos y demás. Yo manejaba información concreta, específica sobre franceses y españoles, que Galdós no tuvo y, además, yo tenía los nombres y los apellidos de los muertos españoles. Entonces, la cuestión era cómo lo planteaba: como novela imaginativa o como libro documento. Entonces, tras darle muchas vueltas y buscar, por razones de las que luego hablaremos, quería despojarlo de un montón de cosas -que luego hablamos de esas si quieres- decidí darle la forma de libro documento, de falso libro de historia. No falso porque todo lo que cuento es verdad y lo que sale es auténtico, pero darle una apariencia. Me acordé de lo que había hecho Daniel Defoe con El diario del año de la peste o lo que había John Reed con Diez días que estremecieron al mundo o México insurgente ; lo que había hecho Larry Collins y lo que hicieron Collins y Lapierre con ¿Arde París?, o lo que hizo Cornelius Ryan con El día más largo; que son libros documento, libros reportaje, digamos, donde los testigos hablan y los seguimos en la historia, y dije “voy a darle esa forma”. Una novela con material real y con una forma de libro documento; un falso documento.

    Almudena Cacho: ¿ Y eso fue previo a la investigación documental, a los dos años y medio de trabajo, o surgió mientras se estaba haciendo?

    Arturo Pérez-Reverte : Surgió mientras lo estaba haciendo. Yo, cuando dije, “quiero hacer esto, quiero contar esta historia; bueno, ahora a ver cómo la cuento”. Entonces, mientras leía, mientras iba a los archivos, miraba documentos; leí todo lo que existe -francés o español- sobre esa fecha. Al mismo tiempo, iba perfilando, me iban dando la información me iba dando material. Dije “bueno esto voy a contarlo”. Entonces fui montando mi mecano, que fue muy complejo porque, claro, son 450 ó 460 personajes, que tenía que tenerlos controlados cronológicamente: dónde estaba cada uno de ellos, en qué momento, en qué lugar de Madrid, qué hacían, dónde muere, si vive,… Desplegué un montón de paneles grandes en mi lugar de trabajo, con los nombres, con la cronología, digamos, que es una cocina muy compleja, pero ahí está el aliciente, ahí está la gracia del trabajo, claro.
    Almudena Cacho: Sí. En varias entrevistas, has descrito el trabajo, la elaboración previa del libro, como muy interesante, porque ha sido un trabajo en el que se ha aprendido mucho y también decías una cosa sobre la que a mí me gustaría hablar un poco: que si antes admirabas lo sucedido como hecho histórico, ahora lo entiendes desde la perspectiva de los que se echaron a la calle, qué tipo de entendimiento es ese.
    Arturo Pérez-Reverte: Claro, como te decía antes, nos dijeron que había sido la nación española la que ese día había luchando por la libertad, y es mentira. De momento, la gente no luchaba por la libertad; estaba luchando por un rey y por una religión; por una patria antigua, reaccionaria. O sea, la causa, digamos, no era especialmente moderna, sino todo lo contrario. La libertad, todo eso, vino después. Entonces, empecé a mirar los textos y me di cuenta que, bueno, esta fecha la han manipulado todos. Resulta que en un momento de la historia de España todo el mundo se ha apropiado del Dos de mayo para algo. El absolutismo se apropió de ella: dijeron lucharon por la patria, por el rey y por la religión. Los carlistas: lucharon por la tradición. Los liberales: luchaban por la libertad y por la nación de ciudadanos. La Primera República : no luchaban, porque cada uno decidió hacer su lucha por su cuenta. El franquismo: militares guiaban al pueblo. La Primera República : luchaban para defender el pueblo de los militares. Es decir, me di cuenta -bueno, ya se habían dado cuenta mucha gente-; entonces, aprendí yo también viendo eso, que ha habido una apropiación indebida durante dos siglos del Dos de mayo. Cada uno ha utilizado esa fecha en su propio beneficio, despojándolo de su realidad. La realidad es que Manolo, Paco o Fernando, Luis y Manuela, cabreados porque un francés no les pagaba el dinero, le piropeaba a la novia, andaba con esa arrogancia del francés que se sabía el nombre más poderoso en su momento de Europa, estaban cabreados. Entonces, no fue un día de gloria ni de nación, fue un día de cólera, un día de furia local. Ese día en Madrid había 160.000 habitantes, pero no lucharon en la calle más de 3.000 ó 4.000 personas; luchar de verdad. Al día siguiente fue toda la nación: el 3 de mayo. Ahí, ahí fue donde ya una nación entera, cada uno en su lugar, tomó conciencia del asunto y, digamos, que hubo una guerra cruel; larga, solidaria, hasta cierto punto lo que puede ser solidaria en España, una guerra de verdad colectiva. Pero el Dos de mayo fueron cuatro gatos, cuatro matados, en Madrid; furiosos, con la navaja y la maceta como armas fundamentales del combate. Ahí quedó todo: cuatro horas de cólera. Yo quería contar eso -lo que hizo posible lo otro-, pero quería contar eso; nada más.

    Almudena Cacho: La narración sigue un orden cronológico: comienza a las 8 de la mañana, termina a las 4 de la madrugada del día siguiente. Tú has dicho en alguna entrevista que no es un libro periodístico, pero aquí se ve mucho la mano del periodista.
    Arturo Pérez-Reverte: No; se ve la experiencia del periodista, que es distinto. El libro es una novela, es un falso libro documental, porque una novela puede adoptar mil formas, como lo del Diario del año de la peste, de Defoe. Lo que pasa es que es literatura, lo que pasa es que está tratado de una manera donde el periodista siempre ha sido útil; ha sido donde yo tenía que contar una insurrección en unas calles de Madrid, donde está la gente. Pues yo quería contar la historia de esa gente huérfana de gobierno, huérfana de todo, que corre por la calles buscando quién los dirija para pelear; el desconcierto de gente que se junta, se separa según viene la carga de la caballería; la incertidumbre, el miedo, el todo eso. Entonces, yo fui reportero muchos años, yo no estuve en el Dos de mayo en Madrid, pero he estado en lugares donde pasaron cosas parecidas o similares: Sarajevo, o el Bucarest de Ceaucescu. Lo que sí ha sido darle mi experiencia personal, mis recuerdos, mi manera. Yo he corrido por las calles no con caballos, pero sí con otros detrás y, entonces, ahí sí es donde el periodista mozo fue a acudir mi socorro. Esas escenas son realistas, son creíbles, porque el que las contó, las vivió antes, y sabe de qué está hablando, pero es una novela, sin duda, es literatura.

    Almudena Cacho: Yo ya sé que te han preguntado por esto, pero seguramente la gente no lo ha escuchado y le gustaría saber si a ti te hubiera gustado estar allí para contarlo, o estas mucho más cómodo contándolo desde aquí. Obviamente, la realidad es la que es, pero haber sido testigo de un acontecimiento como aquel, quizás más parcial, porque la visión que uno tiene desde entonces es más limitada.

    Arturo Pérez-Reverte: Bueno, si yo hubiera sido reportero, no me habría gustado perdérmelo en aquel momento. Perderte eso es como perderte la Guerra del Golfo, o perderte Sarajevo. Es un baldón en tu carrera profesional. Tenía que haber estado. Hubiera sido terrible no ver eso, pero, realmente, ahora que mirándolo desde aquí, desde la perspectiva actual, no lo tengo muy claro, porque ten en cuenta una cosa. Ese día, sobre todo lo que es la tragedia de la inteligencia; ese día, además, es que el asunto es complejo; ese día la gente sale a la calle no a defender la libertad ni la nación, sale a la calle a defender a un rey que era un hijo de la gran puta -y después lo demostró-, a defender a una iglesia, que estaba de parte de los franceses, como se demostró en las pastorales escritas por los obispos, que hablaban del ciego y necio vulgo que debe someterse al poder constituido, decían los obispos en ese momento; el 3 de mayo dijeron eso los obispos españoles; a defender unos valores aristocráticos y tradicionales que tenían al pueblo agarrado por el pescuezo. Es decir, ese pueblo analfabeto e inculto salió a la calle a pelear.

    Hay una frase de Angel Ganivet, que cito en el epígrafe del libro, que define muy bien lo que fue el Dos de mayo y lo que fue el pueblo español entonces; dice: “los que dieron la cara no fueron, en verdad, los doctos; esos pasaron todo el sarampión napoleónico y en nombre de las ideas nuevas se hubieran dejado rapar como quintos e imponer el imperial uniforme; los que salvaron a España fueron los ignorantes, los que no sabían leer ni escribir”. El único papel decoroso que España ha representado en la política europea lo ha representado ese pueblo ignorante que un artista tan ignorante y genial como él, Goya, simbolizo en aquel hombre o fiera que, con los brazos abiertos, el pecho salido, desafiando con los ojos, ruge delante de las balas que lo asedian. Eso es el Dos de mayo, eso fue la Guerra de la Independencia y Goya, que era un tipo inteligente, lo vio muy bien. Goya era afrancesado, era liberal; cuando miras los cuadros de Goya, cuando miras los grabados de Goya, te das cuenta de que no hay buenos ni malos, de que Goya no está con ninguno de los dos; por eso Goya fue un pintor políticamente incorrecto. Goya no fue bien visto hasta mucho después. Preferían cuadros heroicos, cuadros con actitudes neoclásicas, serenas, héroes que van a morir por la patria con la bandera en alto. Goya estuvo proscrito, en ese sentido, como te digo. Entonces, cuando miras a Goya con detalle, cuando lo estudias despacio, entonces, te das cuenta que hay un pueblo cruel ignorante y bestial que está matando a un enemigo cruel y bestial. Entonces, te das cuenta de que ese día la inteligencia se quedó fuera; ese día los cultos, los doctos, sabían que lo suyo no era ni uno ni otro, que ese pueblo defendía una causa equivocada y que el enemigo, que era la modernidad, no podía ser abrazado porque era el enemigo. Esa es la gran tragedia, lo que después Unamuno repitió, yo creo que ese día es donde, por primera vez, el intelectual español tiene que elegir entre: el pasado rancio y oscuro y el futuro abierto y teóricamente luminoso. Todo eso es lo que…, pero claro, yo quería despojarlo, yo quería irme a ese tipo; yo quería ponerle cara y motivaciones al que está gritando en el cuadro de Goya.

    Almudena Cacho: El que está gritando no pertenece al que siente traicionada su inteligencia y que no saben en qué lugar colocarse. Es un pueblo llano, muy distinto, en el que hay putas, rufianes, hay gente que pide salir de prisión para luchar y promete volver a ella -y de hecho lo hacen-, es un pueblo que está muy bien descrito, en el sentido de que uno lo vive muy cerca cuando lee cómo, armados con palos o con cuchillos de cocina, con agujas de hacer punto, se lanzan al francés, a clavarles la chaira por detrás de la coraza, y cómo se dejan la vida en el intento con una despreocupación que llama mucha la atención.

    Arturo Pérez-Reverte: Era otra gente, era otro mundo. Además, iban al cielo. Eso es muy importante: iban al cielo si se morían. Entonces, no era como ahora; entonces, claro, era más fácil morir antes que ahora, en ese sentido. Pero, fíjate, hay una cosa que es muy singular. Cuando 18 años después viene el ejército francés -los 100.000 hijos de San Luis con el Duque Angulema- vienen a España a reponer en el trono a Fernando VII y a cargarse la Constitución , ese mismo pueblo lo recibe con abrazos; lo que demuestra muy bien por qué luchaban ese día, por la nación; ahí se equivocaron los liberales. Es que lo terrible del Dos de mayo, lo asombroso es que todo ese coraje, todo ese valor, toda esa locura de la gente, lo que hace en la calle, es por defender lo rancio, lo oscuro, lo peor; lo peor que hemos tenido en España, las sombras, la sacristía, la monarquía; esa monarquía que, entonces, era infame y corrupta absolutamente. Entonces, pregunta ¿qué habría sido de este país con otra gente? Todo ese sacrificio generoso, toda esa gente, ese coraje que demostró esa gente; esa gente educada, bien gobernada, ¿qué no habría sido capaz de hacer en un país más decente que este? Y, después, pero claro, no puedes evitar sentirte conmovido, cuando hablas, las mujeres. En la puerta de Toledo había un coracero francés -era un tipo que llevaba un caballo que medía dos metros- y el tipo medía 1,70 como mínimo, e iba además rebozado de acero; bueno, pues a esos tíos los pararon las Manolas del barrio de la Paloma con tijeras de pescadero y con navajas, a agarrarse a los caballos. Fue la segunda oleada la que por fin rompió la barrera de gente que había delante. Entonces, cuando estás moviéndote por ellos y les ves cara, Manola Sánchez, pescadera, mató a un francés y murió acuchillada a golpes; Paco Fernández, carpintero… Entonces, por una parte estas horrorizado, porque dices “¡qué bestias y que mal empleado ese valor y ese coraje!” y por otra parte dices, “yo el valor lo sigo admirando, prefiero un tipo equivocado, valiente a un tipo de razón y cobarde”. No lo puedo evitar; en eso soy muy elemental; creo que el valor sigue siendo una virtud. No podía evitar conmoverme ante todos estos ejemplos de nombres y apellidos que tenía delante, cuando estaba trabajando en el libro.

    Almudena Cacho: Las mujeres tienen bastante presencia en el libro. Hay un fragmento, en las páginas 221 y 222, que dice: “la maja lo sabrán más tarde los artilleros, se llama Ramona García Sánchez, tiene 34 años, vive en la cercana calle de San Gregorio; al poco rato la releva un artillero, no es la única que en este momento participa en el combate, la inquilina del número 11 de la calle de San José, Clara del Rey, de 47 años, ayuda al teniente Arango y al artillero Sebastián Blanco a cargar y a apuntar uno de los cañones en compañía de su marido Juan González y sus tres hijos. Otras mujeres traen cartuchos, vino o agua, para los que pelean y entre ellas está la joven de 17 años Benita Pastrana, vecina del barrio, que salió a la calle al saber herido a su novio Francisco Sánchez Rodríguez, cerrajero de la plazuela del Gato. También combaten la malagueña Juana García, de 50 años, la vecina de la calle Francisca Olivares Muñoz, Juana Calderón que pasa fusiles a su marido José Beguí y una muchachita quinceañera que cruza a menudo la calle sin inmutarse por las descargas francesas, llevando en el delantal munición para su padre y el grupo de paisanos que disparan contra los franceses desde el huerto de las Maravillas, hasta que en una descarga cerrada cae muerta por una bala. El nombre de la joven nunca llegará a saberse con certeza aunque algunos testigos y vecinos afirman que se llama Manolita Malasaña. Aquí hay una relación de muchas mujeres que están, junto o no, a sus maridos, peleando; y hay como un afán por dejar sentado quiénes eran, lo que hacían, con quién convivían y en qué situación se encontraban en ese momento. Tuviste ese prurito de buscar cada nombre, cada situación y dejarla escrita.

    Arturo Pérez-Reverte: Sí, sí, sí. Todo eso es auténtico. Ocurrió así. No sé si ella le dice el piropo al capitán o no; eso ya es la literatura. Pero el hecho es así. Porque realmente era asombroso: es que estaba estremecido. O sea, ver todas esas mujeres en la calle. Además, el 20% de los muertos fueron mujeres ese día, luchando, además, en la calle.

    Almudena Cacho: Algunas a macetazos ¿no?

    Arturo Pérez-Reverte: Sí, sí. Hombre de hecho hay un caso concreto, al subteniente Legrand, francés, -es el hijo del general Legrand-, es un joven guapo, apuesto -hay un retrato suyo por el que lo conocemos-, guapo, rubio, lo mató un macetazo en la calle del Barquillo. Una mujer le dio un macetazo, murió de esa manera tan poco gloriosa; una gloria del imperio francés allí en la calle. Entonces, bueno, la maceta y la navaja fueron las armas; entonces, bueno, el objetivo era justamente lo que tu dices. Yo recordaba, cuando traducía a Virgilio o Homero, que hacían los catálogos de las naves y de los guerreros y vienen tal, tal, y entonces, cuando peleaban, sabías que era fulano; y era mengano y era hijo de Ayas, o hijo de tal. Pues lo mismo, el citarlos a todos con nombres y apellidos y saber quiénes eran, sus profesiones, sus domicilios, puede parecer reiterativo, pero al final termina haciendo que el lector sepa que estamos hablando de seres humanos, no de entes abstractos, no de cuadros, no de grabados, no de épica; sino de vecinos, de gente que conoces.

    Almudena Cacho: En las cuadrillas que se iban formando, ya hemos mencionado que era la gente del pueblo, 3.000 ó 4.000 personas que salen a la calle. Sólo un aristócrata que se involucra, el Marqués de Malpica, y hay un grupo, un puñado de militares que deciden hacerse fuertes y que son los que han pasado a la historia, y de los que seguramente conocemos los nombres, que son Luis Daoíz, Pedro Velarde -ambos son capitanes- y el teniente Jacinto Ruiz. Esta gente ¿por qué se mete en este fregado, sabiendo como sabían que no tenían el respaldo de la gente que portaba armas, de los suyos?

    Arturo Pérez-Reverte: Hay dos casos. Ellos habían preparado una conspiración; los artilleros, una conspiración para sublevarse contra los franceses, pero la conspiración había sido frustrada porque el ministro de la guerra era afrancesado y frenó el asunto y lo deshizo. Lo estropeó.

    Almudena Cacho: Pero había alguien con vergüenza torera, creo que…

    Arturo Pérez-Reverte: Claro, pero lo que pasa es que ese día, cuando se monta el lío, entonces, ellos no pueden evitar por honor, digamos -para hoy en día es difícil de entender pero entonces era más fácil de entender- unirse al pueblo que está luchando y para mí son, además, dos personajes muy diferentes. Porque Velarde es el militar -los dos eran tipos cultos, eran tipos viajados, no eran malas bestias cuarteleras; eran militares de elite, digamos-, pero uno es exaltado, uno es el patriota exaltado, que es Velarde, que es el tipo la que le hierve la sangre, que dice “no puedo tolerar esto, hay que luchar, hay que morir con ellos” y Daoíz es el reflexivo, el tranquilo; le llamaban el abuelo, porque él tenía fama de ser un hombre muy sereno, muy equilibrado y muy frío. Pero, claro, ese día comprenden que había una orden de que el ejército no saliera a la calle -y no salió-, de no dar armas al pueblo y de mantenerse en los cuarteles. Al pueblo se le dejó abandonado y solo en la calle, ese pueblo huérfano en la calle, como me conmueve a mí cuando pienso en él, conmovió a Daoíz y a Velarde y dijeron “ese pueblo que va buscando quién los dirija” y, fíjate, que era la época cuando se iban buscando al cura y al aristócrata y al militar que para ellos era la autoridad, que los dirigieran. Pero buscaban aristócratas y militares para que los dirigieran en el combate, porque, claro, ellos solos no se veían con fuerza. Y, entonces, Daoíz y Velarde ven eso y, entonces, dicen “bueno, qué diablos, pues hay que morir; pues se muere y se muere. Y entonces El Álamo, por qué es nuestro Álamo. Además, lo he dicho alguna vez, es otra cosa que también me movió a esto, todo el mundo sabe quién fue David Crockett y el coronel Trevis y todos hemos oído hablar de El Álamo, hemos visto las películas, y este fue nuestro Álamo, este sí que es un Álamo de verdad: 30 militares, desertores prácticamente y 200 paisanos, durante tres horas aguantan en un patio que no tiene ni siquiera protección al ejército más poderoso del mundo. Le hacen 100 prisioneros y le hacen un montón de bajas y parece que hasta nos avergonzamos de ello. Entonces, decidí recuperar el tema. Este es nuestro Álamo, pues vamos a hablar de él; y he contado el Álamo del Dos de mayo. El Dos de mayo es una fecha, como te he dicho, que ha sido durante 200 años muy manipulada y muy apropiada por unos y por otros; todos han mojado en ella, de hecho. Fíjate, mientras Franco, mientras mi libro de texto franquista decía que Daoíz y Velarde eran los militares que llegaban al pueblo y el Dos de mayo la fecha heroica, en Buenos Aires, en el año 56, los republicanos exiliados españoles -donde hay, por cierto, un montón de vascos- que le llamaban el Dos de mayo, ellos también una fecha de libertad y de lucha del pueblo. Fíjate como puede la misma fecha verse de dos formas distintas. Pero ¿qué paso? Que cuando vino la democracia, al cargarnos todo el aparato ideológico franquista, todos los símbolos que estaban contaminados de franquismo -aquí uno le puso camisa azul al Cid y a Daoíz y a Velarde; les hizo falangistas prácticamente y tal-, entonces, al cargarnos eso, entonces la democracia española de la Constitución del 78, en vez de limpiar los símbolos de la memoria, en vez de limpiar la historia de la basura y dejarla otra vez válida para nuevas generaciones, dijimos “bueno, como está contaminada, por la ventana, y olvidamos”.

    Entonces, el Dos de mayo empezó a gozar de mala prensa, una fecha, una fecha para franquista. Parece que el Dos de mayo lo hizo Franco, el patrioterismo barato. Entonces, fuimos olvidando, fuimos marginando, fuimos denostando una fecha absolutamente noble y legítima e interesantísima, además porque da a pie a mucho debate y a mucha discusión como se ha demostrado en esta los distintos enfoques políticos del asunto. Entonces, yo quería, pues lo que quise fue eso, quise recuperar la fecha, voy a recuperar, voy a intentar limpiar, en la modesta parte que me toca a mí como novelista, dejar otra vez el mito disponible para que el lector vaya, lea, comprenda y, a partir de ahí empiece, otra vez, si quiere, a discutir y a hablar. Entonces, bueno, quería que no se me olvidara decir que durante 20, 30 años hemos olvidado partes de nuestra historia que son fundamentales para comprendernos ahora. El Dos de mayo explica muchísimas cosas de la Historia de España. La gente, el saber por qué luchaban y quiénes eran los que lo hacían y quién no luchó y qué hizo cada cual. Entonces, bueno, creo que ahora el Dos de mayo, ahora viene la fecha. Entonces, yo no soy partidario de la conmemoración patriotera, bandera tal…, España. Eso no vale para nada, pero sí de que valga para debate para discutir para comprender que ese día empieza a marcarse las dos Españas. Ese día el pueblo estúpido, ignorante, inculto como todavía los somos en cierta forma, ahora se bate por una causa equivocada. O sea, hay un montón de ángulos interesantísimos para discutir y debatir desde la lucidez que deberían ser debatidos el Dos de mayo Y he querido, en cierta forma, contribuir a que el libro ayude a crear ese territorio, a limpiar ese territorio para hablar de el de nuevo.

    Almudena Cacho: En ese sentido, nos vamos acercando rápidamente a la conmemoración al bicentenario y, por lo tanto, van a surgir muchos acontecimientos culturales en torno a él. Yo no sé si tu esperas también que el debate sea abierto; o también malas interpretaciones o manipulaciones de la fecha, en esta España de hoy.

    Arturo Pérez-Reverte: Partiendo de una base: los políticos son analfabetos todos; pon que haya un 10% que no es analfa beto de los políticos. Entonces, me daba mucho miedo esto en manos de los políticos. Imagínate de los que hemos estado hablando, son temas muy delicados, hablamos de la ignorancia del español, la evolución de la historia, el concepto de nación, el concepto de patria, la lectura liberal o absolutista de un hecho glorioso objetivamente, imagínate eso en manos de un político baratero, no eso tal, me da terror. Cómo va a ser interpretado una fecha en la cual hay la palabra patria, la palabra España, la palabra nación, la palabra libertad, la palabra valor, la palabra coraje, la palabra honor, la palabra dignidad, son moneda corriente, se manejaban, porque realmente forman parte, son ingredientes del Dos de mayo. Pon eso en boca de un político que sabe que va a salir en el telediario a mediodía o por la noche, y va a durar 30 minutos su intervención. Me da terror. Entonces, bueno, eso, digamos, que ojalá sean los historiadores quienes hagan esa lectura y no los políticos, porque entonces estamos listos.

    Almudena Cacho: Además de todo lo que has dicho, hay además una sensación terrible de pérdida en lo que pasa en las calles de Madrid, cuando la gente cae, cuando los cadáveres se amontonan en las esquinas; cuando se ve esa vergüenza torera que hace a la gente lanzarse a la muerte con un poco…, como con indiferencia, como el suicidio lúcido de Daoíz. Bueno, sé lo que va a pasar, aquí voy a decir mis últimas palabras, pero voy a ello, pero también siente uno, un poco, esa impotencia de la guerra y la muerte por la muerte.

    Arturo Pérez-Reverte: Pero, claro, es que pasa una cosa. Lo que no podemos tampoco es juzgar los motivos de esa gente con la visión ética, moral, social, actual, que tenemos en el año 2008, porque era otro mundo. Por ejemplo, iban al cielo, que eso es fundamental. Es que hay que entenderlo, entender eso, entender otras cosas: iban al cielo al morirse, eso era fundamental.

    Almudena Cacho: ¿Tu a esto lo has llamado Intifada? Algo tendrá que ver.

    Arturo Pérez-Reverte: Al principio dije Kale Borroka, pero Kale Borroka no es el término, no es lo bastante noble para usarlo. Así, utilicé la palabra Intifada, me parece más noble Intifada que Kale Borroka. Es una Intifada, en realidad, es el pueblo furioso haciendo valer lo que cree que son sus derechos y, bueno, pero claro, insisto la palabra horror. Lo que estaba diciendo antes de irme a lo otro, no podemos juzgarlos, morir entonces era muy fácil. La gente con una expectativa de vida alta eran los cuarenta, cuarenta y cinco, cincuenta años, eso ya era llegar muy bien, llegar a mayor. Montaigne, en sus ensayos, -que ahora me estoy releyendo otra vez la edición estupenda que ha hecho Acantilado-, dice, “yo tengo 35-40 años y ya he llegado al final de mi vida”. Es que era otra manera de ver la vida. Entonces, claro, que la gente estuviera dispuesta a morir con facilidad, a sacrificarse, a pelear, a matar y a morir, ahora lo vemos de forma muy distinta. Depende. A veces no lo vemos tan distante, pero entonces sí, y por eso tenemos que juzgarlos como eran ellos.

    Almudena Cacho: La carnicería en que se convirtieron las calles y las plazas de Madrid. Hay una descripción de la muerte de unos de los presos de la cárcel real, cuéntalo cómo fue lo de la Cárcel Real.

    Arturo Pérez-Reverte: Es que eso fue maravilloso. En mitad del jaleo, en la Cárcel Real hay unos 90 presos y entonces mandan una carta al director diciendo que ellos, en vista de que la patria está en peligro, que quieren salían a la calle a luchar por la patria y que piden permiso para salir, prometiendo volver todos si los dejan salir. Y el director, acojonado porque se le sublevan, los deja salir. Y salen a la calle la mitad de los presos, salen unos 50, pelean, toman un cañón francés, matan franceses y vuelven, menos dos mueren. Uno desaparecido en el combate: se supone que murió. Uno sólo no regresa. Y los demás todos se presentan al día siguiente por la mañana. Me los imagino volviendo, menuda foto, con dientes de oro de los franceses, con todo el botín, los tatuajes. Imagínate a gente saliendo y entrando; a veces, pienso que si esta historia hubiese sido una historia francesa o inglesa o americana tendríamos películas, tendríamos series de televisión sobre todo esto. Pero, claro, era española.

    Almudena Cacho: Habrá película.

    Arturo Pérez-Reverte: Hay una película. La está haciendo Garci, pero no sé nada de ella. Hay una exposición que me han encargado sobre el Dos de mayo. No puedo contarte mucho, porque todavía no se ha presentado oficialmente. Una exposición audiovisual, muy moderna y muy potente con muchas cosas y tal…, sobre todo, pensando en chicos y en colegios, y me han hecho comisario de ella. Así que, me supongo, la voy a vigilar un poco hasta que se inaugure en mayo. Pero, bueno, eso es otra cosa.

    Almudena Cacho: Bueno, y hablando de chicos y de educación y de lo que se puede aprender o no, o lo que se ha ignorado o lo que estamos ignorando o lo que ignoramos. Ahora mismo, pues, para mucha gente, generaciones muy jóvenes, probablemente el Dos de mayo no es ni un recuerdo mítico.

    Arturo Pérez-Reverte: No es nada, no está ni en los libros de texto.

    Almudena Cacho: Probablemente ni exista y a todos esos chavales que a lo mejor pasan por esa exposición que estas montando tú, ¿que les dirías del Dos de mayo?

    Arturo Pérez-Reverte: Pues lo que les digo a los que ahora me escriben con esto: Que es que España está llena de episodios interesantes y que España solamente la entiendes así. O sea, España es un lugar muy complejo, lleno de españoles que lo hace más complejo todavía. No, no; el español es un ser complejísimo, es un ser muy peligroso. Napoleón estaba acostumbrado: llegaba a Alemania ganaba la batalla, la batalla que fuera, llegaba el policía alemán “a sus ordenes emperador, qué hay que hacer, a quién tengo que detener” decía el policía alemán; pues “detenga a esos”. Entonces, el país entero estaba derrotado, al servicio del ocupante. Pero en España no. No se dio cuenta dónde se metía: aquí cada uno va por su cuenta, la navaja es facilísima, aquí derrotabas a uno y te salía otro, y el que derrotabas, se rendía, pero al día siguiente se subleva otra vez. Además no había dos españoles de acuerdo en nada, ni siquiera en rendirse. Con lo cual, “me rindo”, “pues eres un traidor”, “pues yo no me rindo, te jodes”. Eso fue, entonces. Claro, esto era imposible de controlar. Yo me imagino, además, la guerrilla, esa es otra, la guerrilla. Se nos ha vendido también una guerrilla heroica, una guerrilla patriótica; echados todos al monte a luchar por la libertad. La guerrilla era la pera: bandidos, saqueadores, llevaban a la gente forzosa, se llevaban el ganado, mataban, violaban. También hacían atrocidades. Caer en manos de la guerrilla debía de ser espantoso, peor que te cogieran los indios comanches; horroroso. Claro, esto era España, una España muy bronca, muy de navaja, muy puñetera. Entonces, claro, es una fecha muy interesante. Entonces, claro, entender esta España de ahora, es posible cuando miras hacia atrás. Por eso yo le doy tanta importancia a la historia. Yo creo que hay dos tipos de historia, de libros de historia. Uno es -los dos respetables-, uno es la historia tipo Walter Scott, por citar a un no español, la historia pastiche: cómo eran las cruzadas, Ana Bolena. Otra es la historia que te permite comprender el presente, la que vincula pasado y presente. Y esa es la historia útil de verdad, porque te evita entender. Cuando yo hago Alatriste, estoy intentado explicar la España de ahora a través de la memoria. Una cosa que me gusta mucho, cuando me llegan las cartas de los chicos que leen los libros, la sorpresa agradecida de chicos con ganas de saber que no disponen de los medios. Me pregunta esta mañana un periodista “por qué hay tanta novela histórica”, porque la han borrado de los colegios, porque la gente que necesita saber de dónde viene, necesita saber que no es huérfana; si no tiene en el colegio, tiene que ir a buscarlo al Corte Ingles.
    Almudena Cacho: Y, por poner un ejemplo, cuál sería alguna de las cuestiones que a través de las claves aprendidas un Dos de mayo, explican cómo somos hoy.

    Arturo Pérez-Reverte: El Dos de mayo se inició un proceso muy complejo contra un enemigo equivocado, o sea, el Dos de mayo, la paradoja es que es una fecha de lo más glorioso, de lo más admirable en lo épico, de los más conmovedora en lo social y en lo humano, pero de lo más terrible en lo ideológico porque ese día nos echamos la losa encima. El Dos de mayo España se manifiesta una España oscura y reaccionaria que al final se terminaría imponiendo y que todavía hoy la estamos viviendo; el Dos de mayo se frustra la modernidad. Tuvimos un XVIII estupendo. Cuando miras el siglo XVIII te das cuenta de que España estaba saliendo de todo aquella historia de los Austrias; teníamos gente culta, las ideas nuevas que venían, ministros, reyes como Carlos III, ministros como Floridablanca, marinos ilustres, pensadores, Jovellanos, Jorge Juan, gente brillantísima, había una modernidad que estaba a la vuelta de la esquina, estaba a punto de llegar. En Francia hubo una guillotina; ahora ya no es momento de guillotinas, pero entonces sí lo fue. Si esa guillotina hubiese en su momento actuado y hubiera seccionado las cabezas de tanto obispo, de tanto rey, de tanta aristócrata que estaba frenando esa modernidad, España sería diferente. Pero fallamos. No hubo suerte, no hubo cojones, no hubo lo que fuera, no la hubo. Pero, aún así, ese mundo venía, de una u otra forma hubiera llegado, tarde o temprano, y estaba asomando tras la esquina. Esa burguesía liberal que empezaba a necesitar a aceptar el credo calvinista de que ser burgués y ganar dinero es bueno para un país y al mismo tiempo Dios te bendice. Había una modernidad que estaba, como te digo, que estaba llegando ya y que hubiera llegado, tarde o temprano, y esa gente, gente como Moratín, como Jovellanos, como el propio Goya, lo hubiera hecho posible tarde o temprano. Pero esta guerra maldita cuando vino Napoleón, obligó a elegir. Entonces, esa gente culta, esa gente preparada, que estaba mirando hacia el futuro ya, tuvo que elegir entre ser traidor a sus vecinos que luchaban por volver atrás o ser traidor a sus ideas que venían por el horizonte. Entonces claro, el hombre de honor elegía su Daoíz, elegía a sus vecinos, cómo no. Si pelea Paco y Mariano cómo no vas a salir a luchar tú. Eso es lo terrible. Entonces, claro, esa modernidad quedó frustrada, esa esperanza de que España fuera diferente desapareció a partir del Dos de mayo. Y esa guerra terrible. Fíjate que la Constitución del 12, en cuanto llegó Fernando VII se la cargó y terminó con ella. Entonces, lo terrible de ser lúcido y leer libros es que te das cuenta de la tragedia que tiene el ser español. Cuando estamos a punto de levantar la cabeza, a punto de abrir la ventana, llega Napoleón y nos revienta el futuro. Entonces, hoy, todavía hoy, esta España todavía feudal, permítanme foral, insolidaria a veces, esta España que no ha sido de ciudadanos sino que ha sido de pueblos y de caciques, que lo sigue siempre de aristócratas, de curas y de todo lo demás -no quiero meterme en jardines complejos- hoy, esta España, digamos, que no es como Francia o no es como Inglaterra o no es como Alemania, para lo bueno y para lo malo, quizá hubiera sido diferente, quizá hoy no habría problemas que tenemos ahora, quizás no estaríamos hablando de nación ni de nacionalidades, quizá estaría todo muy claro hoy en día quizá no, quizá habría una bandera española en los colegios. Da igual en qué colegios. Como en Francia, tú estas en Bretaña y hay una bandera española en el colegio francés, qué más da. Estamos hablando de otra cosa, estamos hablando de la plaza pública, el lugar donde ocurren cosas, donde estamos todos. Ese tipo de cosas. Yo, es que soy jacobino. Como es evidente, yo soy más de los de ahí, desde mi punto de vista, que puedo estar equivocado, por supuesto. Yo creo que esa España posible, esa España nación de ciudadanos conscientes, cultos, libres, fue imposible a raíz de la Guerra de la Independencia. Entonces , paradójicamente, esta gesta heroica, admirable, que me conmueve, que me pone la piel de gallina cuando pienso en Manola Fernández o en Paco Sánchez, cuando los miro desde lejos, cuando los miro como conjunto de animales de recua analfabeta, luchando por un rey que era incapaz y corrupto, por unos curas que los traicionaban, por una España oscura y feudal, me doy cuenta de que no. Entonces, ese dolor que tengo como paisano de esta gente, me dura todavía ahora, y digo “¡qué lástima, quizás sin esa guerra España sería un país decente y normal y no lo que es ahora!”.

    Almudena Cacho: Las nacionalidades. Ha salido la palabra, nación, nacioanalidades, quizás las cosas fueran diferentes. La España de los pueblos o de las nacionalidades o de las naciones, depende de quién lo diga, ¿cómo contemplarán el Dos de mayo?

    Arturo Pérez-Reverte: Harán sus lecturas. Justamente lo que me temo que cada uno hará una lectura según el interés político del momento. Hay unas elecciones ahora, después un resultado electoral, pero la certeza, estoy seguro que hablarán del Dos de mayo. Quienes no saben qué es el Dos de mayo, ni siquiera habrán leído este libro ni ningún otro. Lo terrible es que hablar del Dos de mayo, quien no tiene el menor interés por el tema, únicamente un interés concreto, táctico, digamos. Pero será una fecha, ya verás, habrá muchísimo ruido en torno al tema, pero ruido malo, confusión.

    Almudena Cacho: ¿Este libro se puede llevar a las escuelas?

    Arturo Pérez-Reverte: No sé según cada profesor.

    Almudena Cacho: Pero alguno hay que ya lo ha preguntado.

    Arturo Pérez-Reverte: Sí, sí, sí. De hecho hay profesores que ya lo están utilizando en las escuelas. Porque vale como punto de partida. Este libro, o cualquier libro que tenga que ver con eso, en ese tipo de lectura; porque es un libro limpio, es decir, es un libro no contaminado ideológicamente. He procurado que no lo sea. No puedo evitar en algún momento sentir la simpatía instintiva por gente que hace lo que hacen estos tíos, pero es un libro que no se implica, no es un libro patriotero ni patriótico; es un libro limpio, en ese sentido justamente, porque lo que he querido ha sido evitar lo que ha ocurrido en este tiempo. Digamos que, en ese sentido, si me permites la cosa, es más limpio y espero que entiendan bien lo que quiero decir, no es una pedantería, es más limpio que el de Galdós; en el sentido de que Galdós sí está hablando de una nación de ciudadanos que pelean, Galdós tiene fe, Galdós cuando exhibe este libro es cuando España está en un debate político muy interesante; entonces Galdós hace profesión de fe liberal en este libro, Galdós cree en las virtudes del pueblo cuya gesta está contando, Galdós tiene fe. Yo no tengo la fe que tenía Galdós, yo no creo en esas virtudes, con lo cual en ese sentido, digamos, esta historia. Han pasado 100 años. Yo tengo la ventaja que tengo 100 años más que Galdós para plantearme el asunto; yo tengo peor concepto del español que el que tenía Galdós. Y esto hace que este libro sea, en ese sentido, insisto, entiéndalo como lo quiero decir, más objetivo, más incontaminado de ideología en ese momento que el de Galdós, dicho de alguna forma.

    Almudena Cacho: ¿Algunos de los episodios narrados, investigados, los documentados te impresionó más que otros?

    Arturo Pérez-Reverte: Las mujeres mucho. Los niños; hay dos niños de 12 años que son cadete de guardias que mueren luchando y uno de 11 años que muere con sus hermanos luchando con ellos. Un combate en el cual están luchando niños de 11 y 12 años, mujeres, ancianos de 80, militares desertores, mercenarios. Hay guardias balonas, que son suizos, soldados suizos, húngaros, alsacianos que desertan, que estaban con los españoles y luchan con los españoles, pero, sobre todo, lo que me conmueve es la ingenuidad, creían que eso servía para algo. Cuándo vienen los militares, cuándo se sublevan, estaban todos esperando que toda España los apoyara y se van quedando solos. Van pasando las horas, y se van quedando solos, como en las películas; pero es que es verdad, se van quedando solos en el Álamo. “¿Cuándo vienen?” “Pronto, pronto”. Y no viene nadie y van cayendo y van cayendo y al final están solos. Entonces, ese valor ingenuo, ese coraje ingenuo, ese pensar que no estaban solos cuando lo estaban, que la gente de orden se quedó en sus casas, la gente de dinero se quedó en sus casas, todo el mundo se quedó allí mirando. Es decir, lucharon 3.000, 4.000 como mucho. Eso es lo que conmueve. Insisto, el pueblo equivocado o no -y por eso hago una distinción muy clara, me da igual que en ese terreno, me da igual que la ideología, por qué lucharon o no, el coraje-, el valor individual me conmueven y sobre todo me hace pensar lo que siempre pienso, “que buen vasallo si tuviera buen señor”. ¿Qué habría sido de esa gente si hubiera sido culta, si hubiera sido educada, si hubiera sido bien gobernada, si ese esfuerzo en lugar de en destripar franceses, se hubiera orientado hacia el progreso, trabajar, comerciar, vivir, engrandecerse hacia la vida? ¡Qué diferente sería España con esa misma gente, pero con otros, dirigiéndolos gobernantes! y eso es lo que más me conmueve, lo que más me entristece.

    Almudena Cacho: La Iglesia antes lo decías no se comportó, no estaba al lado.

    Arturo Pérez-Reverte: Estaba contra ellos.

    Almudena Cacho: Si hubo alguno en la revuelta y algunos murieron.

    Arturo Pérez-Reverte: Uno fusilado. Goya lo pinta. Se llamaba Ignacio Gallego Díaz. Fue fusilado en la noche del Dos de mayo y otros dos fueron heridos en combate, que yo sepa hubo 4 luchando ese día.

    Almudena Cacho: Hay uno que muere dando la extremaunción; eso está documentado.

    Arturo Pérez-Reverte: Ah, no, perdón; sí ese es el cuarto, ese estaba dando la extremaunción a un preso. No luchó; salió a darles los oleos a un muerto que estaba en la puerta y un francés le pegó un tiro y lo mató. Vio una sotana y le tiró. La iglesia, es muy interesante, la iglesia estaba con Napoleón. Napoleón había restaurado ya la monarquía y la Iglesia en Francia; Napoleón estaba ya bien visto por la Iglesia , entonces. Los obispos españoles pronapoleónicos, estaban con el poder, con el que mandaba, como siempre; entonces, al día siguiente del Dos de mayo, hay dos pastorales hablando del “ciego y necio vulgo”, diciendo que el vulgo debe estar sometido y que es Dios solamente quien pone y quita reyes. Sólo que después, cuando la guerra empieza, empieza todo el follón; entonces la iglesia se va pasando poco al poco al bando de los que van venciendo, como suele hacer también. Aun así, después de la guerra, 16 obispos fueron acusados de afrancesados y se les abrió proceso; nunca se les hizo nada, pero se les hizo investigación porque habían sido, claramente, 16 obispos claramente afrancesados, El alto clero estuvo de parte del poder, cuando hubo otro poder, y el bajo clero sí terminó…

    Almudena Cacho: Pero era un poder, efectivamente, de parte; no era esa idea que anima a los intelectuales de estar con aquello que podría traer la luz a la oscuridad.

    Arturo Pérez-Reverte: No, no; todo lo contrario. Era porque Napoleón garantiza el orden público, el culto, la estabilidad. La Iglesia quería eso; a mi quién me garantiza es esto y el Rey mejor. Pero ya que no está el Rey, viene otro Rey; bueno, pues el que sea. Sobre todo, ten en cuenta que la Revolución Francesa había ocurrido hacía nada. Tenían verdadero terror. Por eso la gente no salió; por eso cuando la gente salió a la calle a luchar, las clases bajas, como te digo, las clases altas, se quedaron en sus casa, porque esto es el mismo vulgo que ha hecho una revolución francesa. “¡Ojo, a ver cómo termina esto!” Hay un ejemplo clarísimo, que es el de Antonio Alcalá Galiano, que luego fue liberal de Cádiz, constitucionalista, hijo del que murió en Trafalgar, de Dioniosio Alcalá Galiano, que él cuenta en sus memorias; que tenía 17 años, salió a la calle a luchar; tenía una novia y quería hacer algo heroico esa jornada; se junta con un grupo que era todo gente del pueblo y dice “¿qué hago yo con esta gente?” y se fue a su casa y dijo “estos no son los míos” y estuvo buscando y no vio a nadie de su clase para luchar. E eso es muy significativo. Entonces, en el Dos de mayo luchó la gente que luchó y los dos desconfiaban de ello. Era demasiado puro, demasiado vulgo, demasiado “ciego y necio vulgo” y eso fue lo que hizo que se quedaran solos.

    Almudena Cacho: Y luego, además, los intelectuales de la época, los ilustrados sabían bien quién era el ejército francés, pero no parecían saberlo los que salieron a la calle en Madrid.

    Arturo Pérez-Reverte: Es que creían, por eso digo, que no fue un impulso racional, pensaban que saliendo a la calle a matar franceses toda España se iba a sublevar y los iban todos a acompañar y se equivocaron.

    Almudena Cacho: Eso es muy español.

    Arturo Pérez-Reverte: Muy español: la Intifada esa de navaja y…

    Almudena Cacho: Es muy cinematográfico también las descripciones de algunos de los acontecimientos en los que cae gente. A mí me impresionó mucho leer, yo creo que eso fue en Monte León, cómo le alcanza la cadera una bala francesa a uno de los combatientes franceses y se oye el chasquido de la cadera.

    Arturo Pérez-Reverte: Bueno es que las balas cuando te pegan hacen ruido.

    Almudena Cacho: Y también el chas, chas de las navajas.

    Arturo Pérez-Reverte: En los combates hay muchos ruidos y yo, quizá, por la costumbre profesional los asocio con, por ejemplo, tú cuando oyes un tiro, un herido, tú no oyes el tiro que le pega. Si tú estas con un tipo al que hieren, tú no oyes el tiro, como en las películas; hay algo que tu oyes, chack y hay un chasquido y ese tío se cae al suelo; la bala ha sonado lejos, o la oyes lejos o apagada; lo que oyes es el crujido del hueso al romperse, o el chasquido de la bala al pegar en la carne y el gemido, o el tipo que normalmente se desmaya en el cuerpo. Eso que lo he visto, entonces, lo traslado ahí. Por eso tiene ese aspecto, digamos, realista; bueno, porque no me lo han contado, eso no se puede contar.

    Almudena Cacho: Hablamos de los españoles de Madrid pero y ¿los franceses que estaban en Madrid cómo reprimieron la revuelta?

    Arturo Pérez-Reverte: Con mucha crueldad. Ten en cuenta que los españoles éramos unas malas bestias, éramos despreciables. Ahí nos subestimaron, claro. Pero los franceses, para ellos el español era un animal al que había que exterminar ese día. Y salieron a exterminar y, de hecho, las ejecuciones fueron crudelísimas. Además, Murat era una mala bestia, era una bestia cuartelera. Generales de Napoleón que eran tipos inteligentes, mira Bernadotte, que al final terminó siendo rey de Suecia. Pero este era un animal de bellota y este tío hizo una represión brutal: dijo “esto lo paro yo con dos mosquetazos”; y ya ves, la guerra que tuvo a la que dio lugar.

    Almudena Cacho: ¿Qué atracción tiene para ti este tipo de relatos, este tipo de episodios bélicos que enmarcaron de tu vida profesional? No estaba tomando distancia, es la costumbre. De tu vida profesional, ahora como escritor también.

    Arturo Pérez-Reverte: Bueno, no todas mis novelas tocan temas bélicos. Lo que pasa es que, primero, yo he pasado 21 años en países en guerra. Dicho aquí suena raro, pero la guerra forma parte de mi vida. Es decir, yo todavía me muevo por reflejos profesionales; es decir, hay sol y sombra, hay frío y viento, y me muevo igual que me movía en Sarajevo. Busco en lo bueno y en lo malo. Y, bueno, todavía tengo reflejos, actitudes y mecanismos personales que tienen que ver con esa vida que tuve durante tanto tiempo. Y hay días que todavía me despierto o sueño en aquellos sitios. Que, bueno, eso es algo que está muy presente en mi vida. Pero, aparte de eso que es concreto y es específico, no es la guerra, es la historia. Pero es que la historia está vinculada a la guerra, es que la historia antes se hacían con guerras -también ahora se hacen con guerras-, lo que pasa es que ahora nos negamos a aceptarlo, ahora la guerra es políticamente incorrecta, con lo cual procuramos la palabra guerra: no utilizarla. Pero la historia se ha hecho con guerras siempre, con conflictos armados entre naciones, entre países y entre gentes. Nos hemos unido y desunido. Con guerras y con matanzas. Y, bueno, hay que asumirlo como tal y, sobre todo, además, un país tan complejo como España solamente se explica con su historia. Entonces, bueno, recorriendo esa historia me entiendo mejor a mí mismo. Entiendo mejor el lugar en el que estoy. Aparte, es muy interesante poder mirar esta España a la luz de aquella España. O sea, no entiendo cómo la gente que puede hacerlo no lo hace, cómo hay gente capaz de privarse de ese placer y de ese enriquecimiento personal: mirar cada piedra, cada nombre de calle, cada monumento, cada paisaje a la luz de todo lo que ocurrió ahí. De todo tuvo lugar en torno a eso: calle Paco Martínez, ¿quién fue Martínez?, y aquí fue la batalla de tal ¿y por qué fue la batalla?, ¿y por qué hubo 7.000 muertos? El Dos de mayo yo iba por la calle de Madrid con varios mapas, de ahora y de antes, y decía “a ver, calle Toledo, está en cuesta”. Ahora, claro, entiendo por qué murieron tantos. Tenían que huir cuesta arriba con los caballos detrás. Entonces, claro me paraba allí y me quedaba estremecido: “claro es que corrían, corrían cuesta arriba para los caballos detrás por eso les pillada o por qué en la esquina tal murieron 7 tíos; voy y un callejón sin salida; claro los acorralaron. Es conmovedor. Vas viendo lo que ocurrió y gracias a los libros que te permiten entenderlo y eso vale para ir a Waterloo, para ir a Roma, o a la Muralla de China. Los libros es algo que nos permiten comprender y amueblamos lugares con ellos. Es maravilloso. ¿Cómo se puede ser tan gilipollas de no hacer eso que, además, es tan barato? Porque basta la imaginación y basta un libro. Para mí escribir es también lo mismo; escribir es amueblarme el mundo actual. Cuando escribo Alatriste me entiendo a mí, entiendo la España actual, entiendo por qué la Inquisición , los curas, por qué somos como somos. Cuando leo a Jovellanos, cuando leo a Vigilio, entiendo lo que pasó. Y escribir es una forma de hacer más intenso, obligarme. Durante dos años estoy obligado a aprenderlo todo sobre aquello en lo que estoy trabajando. Entonces, claro, salgo de eso vitaminado de una forma maravillosa. Digo “a ver, la siguiente”. Es una felicidad, es una forma estupenda de vivir. ¡Soy un privilegiado!

    Almudena Cacho: Señoras y caballeros pues, Un día de cólera, Arturo Pérez-Reverte.

  74. Aretes dice:

    ¡Cómo no, Pérez Reverte!

  75. Valeria dice:

    Bueno, Eva, lamento decírtelo así, tan directamente, pero de verdad que aburres con el tema del Sr. Reverte.

    Ahora mismo, la sensación que tengo es de cortina de humo. Es una elucubración personal, por supuesto, pero parece que la entrevista la metes de nuevo para ver si se nos olvida que eres la reina del «sostenella y no enmendalla». Después de todo lo que ha salido de tus teclas, decir que llamar a alguien delincuente era , naturalmente, de coña sí que parece una broma . Yo hubiera preferido una disculpa.
    Hubiera sido mejor que expusieras tus razones , esas que expones antes de la entrevista de marras, desde el principio. Te hubiera tomado por una persona quizás excesivamente vehemente, pero que fundamenta sus críticas. Perdona, pero a estas alturas, las formas han hecho que pierdas una gran parte de tu crédito.

  76. Koenig dice:

    Buenos días.

    Pues un par de comentarios mas sobre este asunto.

    En primer lugar manifestar mi total acuerdo con Valeria. El «truco» (no se me ocurre otra palabra ahora mismo para definirlo) de alegar humor cuando lo que se ha manifestado es claramente erróneo, u ofensivo, la verdad, no solo está mas visto que el chocolate con churros, sino que dice mucho de quien emplea este tipo de alegaciones. Sinceramente, Eva, si piensas que te has pasado, dilo o no lo digas, pero no ofendas a la inteligencia de ninguno de lo presentes diciendo, cuatro días después, que llamaste delincuente al Sr. Corral en broma. No cuela.

    Por otro lado, y personalmente, agradezco también que hayas expuesto tus argumentos. Pueden ser vehementes, pero al menos están razonados.

    Ahora bien.

    Sin definirme al respecto de las razones que aportas voy a indicarte cuales son, a mi entender, los resultados de un ambiente en que han volado el insulto, la descalificación y el fanatismo.

    Verás, yo del Sr. Corral tan sólo he leído «El Cid». No he leído ninguna otra novela,y tampoco he leído a ninguno de los autores que citas (Toreno, Arteche, Artola, Schulten, A. Montaner). Tampoco tenía noticia del profesor de literatura de Zaragoza que denunció a Corral. Dicho esto, y visto que tu postura es radical contra Corral ¿Porqué creerme lo que dices?

    Ese es el problema de la falta de racionalidad en los debates. Que llegamos a un punto en que no sabemos si quien habla es una Eva razonable o una Eva fanática (en este caso concreto). A la primera me gustaría creerla. A la segunda la he leído demasiadas veces como para que sus argumentos me sirvan de algo.

    En resumen, hay manifestaciones que, desgraciadamente, destruyen los debates, porque destruyen el crédito que merecen quienes las emiten.

    En fin, a la espera de que un nuevo debate pueda definirse en términos mas sensatos.

    Saludos.

  77. Eva dice:

    Mi crédito me importa una alcachofa pocha. Yo no intervengo aquí para tener credito ni para que valoren lo que digo. Lo hago para opinar sobre lo que leo. Los libros que tengo en casa los leo yo y no vosotros. Mi opinión como lectora la tengo clara. Debates y docenas de intervenciones después sigo creyendo que Corral es un estafador como novelista y tiene muy poca vergüenza. Esa opinión no me la ha cambiado nadie y es mi aportación al debate, tan valida como la de cualquiera. Y si lo del humor se interpreta como marcha atrás, entonces también reitero lo de delincuente habitual, pues tiene el habito de escribir bazofia. Y que cada cual lo interprete como quiera o pueda. De todas formas coincido con Carcaba en que tanto rigor defendiendo la honra de Corral no se emplea con la honra de otros.

  78. juanrio dice:

    zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz, y aún diría más
    zzzzzzzzzzzzzzzZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZzzzzzzzzzzzzzzzzzzz
    pero por si queda alguna duda ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ y es que ante un debate tan interesante zzzzzzzzzzzzzzzzzzzZZZZzzzzzZZ
    ya que mi opinión sobre zzzzzzzzzzzzzzzzZZZZZZZZZZZZZZzzzZZzzzzZZ
    zzzzzzzzZZZZZZZZZ aunque se que puede ser un plagio zzzzZZZZzzzzzZZZZZZZ o peor aún ser el robo de una idea zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz o que al contar en una novela histórica ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ.

    Vale zzzzzzzzzzzzzzzz

  79. Rodrigo dice:

    Con todo respeto, Eva: la verdad es que no le hallo mucho sentido a lo de pretender aportar a un debate, cualquiera sea éste, sin la expectativa de que los demás valoren las opiniones de uno. Los debates, si no me equivoco, existen y proceden como tales en tanto las opiniones vertidas sean registradas y evaluadas en base a una cierta reciprocidad de forma y de fondo, cuestión de la que ya algunos contertulios han dado cuenta en gran parte –si es que no del todo-. El afán de aportar a un debate supone la expectativa de que la propia opinión sea debidamente valorada por los demás, de modo que la controversia tenga lugar, es decir, progrese en tanto intercambio razonado y ponderado de pareceres diversos. Los autistas no dialogan ni debaten. Tampoco los soberbios y dogmáticos: éstos sólo exponen (supuestas) certezas incontrovertibles, con la pretensión de imponerlas.

    Yo creo que la idea de que las opiniones o aportaciones al debate de cualquiera sean (igualmente) válidas es una falacia. Las aportaciones a un debate son válidas siempre y cuando sean razonadas y fundamentadas, admitan la posibilidad del error y se atengan al debido respeto de los demás. Me parece que de las opiniones de los fanáticos, por ejemplo, se puede pasar de largo –siempre que no esté en juego la integridad física y moral de sus contrarios, obviamente-.

    ¿Crédito? Pues es más de lo mismo: no creo que haya verdadero debate si no es a cuenta del crédito de las opiniones emitidas por quienes intervienen en él. Crédito basado, otra vez, en el respeto de las premisas de forma y de fondo a que he aludido. El fanático se basta a sí solo para desacreditarse. Y quien desprecia su propio crédito se desautoriza como polemista.

    Por último, me parece que los compañeros que te han impugnado (conste que digo ‘impugnado’, que no ‘anulado de raíz e irreversiblemente tus opiniones’) defienden tanto la honra de Corral como la honorabilidad y la viabilidad de este blog, de las que nada quedaría si todos nos largásemos a opinar de modo inmoderado y/o dogmático.

    Saludos.

  80. Koenig dice:

    Buenas tardes.

    Rodrigo, me lo has quitado de los dedos, pero mucho mejor expresado (te mandaré a mis padrinos).

    Solo añadir una cosa mas.
    Pretender criticar a quienes podamos «defender» al Sr. Corral (y mas que tal cosa simplemente lo que hacemos, o este es mi caso, es tratar de que el tono se mantenga en los niveles correctos), porque a «otros» (entiendo que en este caso otros debe referirse al Sr. Pérez Reverte) no se les ha defendido, es tan absurdo como pretender que uno no evite un atraco a una sucursal bancaria simplemente porque no evitó el atraco a otra de otro banco la semana anterior.

    Y esto me lleva a reconocer un gravísimo defecto mío, que por mas que trato de remediarlo con mis mejores esfuerzos, permanece, y sospecho que permanecerá, hasta el fin de mis días. Dispongo de tan sólo dos manos con las que escribir, y una cabeza con la que pensar mis comentarios, mis días se extienden a lo largo de nada mas que veinticuatro horas, y no he conseguido desarrollar el don de la ubicuidad para poder estar en varios sitios y a varios asuntos al mismo tiempo.

    Así pues siempre habrá «otros» a los que no defienda (personalmente, supongo que a muchos les pasará lo mismo). Por no estar, por no tener tiempo, por carecer de ánimo, porque hace mucho calor, porque es sábado o por otras múltiples razones que sería pesado enumerar.

    Ahora bien, dado que rectificar es de sabios, siempre que esos «otros» se definan en casos concretos, pues haré cuanto esté en mi mano por explicar, confirmar o enmendar lo dicho o hecho. Pero claro, siempre que se me indiquen cuales son esos «otros». Porque como cualquiera puede entender, no me voy a lanzar a revisar todo lo dicho, escrito y hecho por mi cada vez que alguien haga un vaga referencia a «otros». Ello limitaría enormemente mi disponibilidad en el aquí y ahora, además de facilitar enormemente el debate a quienes sólo saben rebatir haciendo referencias vagas a «otros», sin molestarse en concretarlas.

    Saludos.

  81. Soldadito Pepe dice:

    Pues yo, que he seguido todo esto sin decir nada y intervengo ahora por alusiones, debo decir sin ánimo de prolongar toda esta esteril y absurda discusión, que estoy de acuerdo con Eva en lo sustancial. Lo de delincuente lo he entendido muy bien y para mí sí era guasa tomasa. He leido Trafalgar y Independencia, y a mí Jose Luis Corral me parece también un estafador de la literatura y me parece que cada cual tiene derecho a expresarlo y decirlo como le de la gana. Coincido también con ella en que me mosquea tanta delicadeza a la hora de calificar a ese mediocre y oportunista escritor y tan poca delicadeza cuando se trata de otros a los que no llega ni a la suela de la bota. Saludos cuarteleros y alatristeros.

  82. Valeria dice:

    Pues yo pensaba que el debate debía centrarse en los límites de la libertad de expresión, que los tiene. Pero por lo visto es más fácil verter sobre otros intervinientes la sospecha de que no son ecuánimes. Me gustaría, soldadito pepe, que me explicaras más detenidamente las razones de tu «mosqueo» , porque yo en las últimas intervenciones, que son la que recuerdo -y las que me llamaron la atención, en el resto del hilo no había intervenido si mi memoria no me falla- veo calificativos hacia Corral sólo de parte de los dos que esgrimís el derecho a expresaros como os dé la gana . No veo defensa alguna de Corral sino de unas mínimas normas para debatir sin ofender.
    Pero como las vacaciones están antes que este asunto, pues por mí esto se queda aquí. Un saludo.

  83. Rodrigo dice:

    Soldadito Pepe, supongo que prestarías tu acuerdo a la inconveniencia e ilicitud de, en el trato social, hacer o decirlo todo a nuestro entero capricho, según ‘nos dé la gana’. Así pues, no veo razón alguna para no hacer extensivo este principio al intercambio de opiniones en un foro. Estimo que el anonimato nos obliga a ser aun más cautelosos en este sentido.

    Tal vez sea ingenuidad de mi parte, pero tiendo a creer que entre aficionados a la lectura estas cosas se dan más que nunca por sobreentendidas.

    Un saludo.

  84. Soldadito Pepe dice:

    Colegas, lo que yo creo, de verdad de verdad, es que se está desquiciando esto con tanta susceptibilidad.

    Es tanto mensaje y talante políticamente correcto el que ha terminado por hacer una montaña del grano de arena inicial, que no pasaba de ser eso, de Eva. Unas opinión dura, pero opinión al fin y al cabo y argumentada de sobra, aunque aún haya quien diga que no lo está.

    Y a algunos entre los que lo mejor me cuento puede irritarnos tanto o más que la manera de Eva de decir las cosas, toda la prédica solemne, unánime y reiterativa hasta el aburrimiento surgida para llamarla al orden. Hay jueces y fiscales que se hacen más antipáticos que los delicuentes, dicho lo de delincuentes, claro, sin acritú y como metáfora. No vayamos a tener otra serie de discursos al respecto.

    Más saludos cuarteleros.

  85. Marbenes dice:

    Hace unos días mis tíos por línea paterna fueron invitados a asistir a un homenaje que se celebraba en Oviedo en honor de su antepasado, D. José María García del Busto. Os copio aquí un enlace a una página en la que se habla de este personaje ovetense, destacado en la historia de España por el papel que jugó al frente del levantamiento asturiano contra el ejército invasor napoleónico. El artículo lo firma, rebosante de orgullo familiar por su antepasado, José Antonio Benítez González del Corral, uno de los hermanos de mi padre, que llevan el apellido García del Busto en tercer lugar. Y yo me permito la licencia de copiaros aquí el enlace porque también estoy rebosante de orgullo familiar, además de por mi antepasado, de quien debo reconocer que no tenía conocimiento hasta ahora, principalmente por mi tío ;-)

    http://www.arhca.es/v1/Jose_Maria_Garcia_del_Busto.htm

  86. Arauxo dice:

    (… Mmmmm… Chssstttt……. ¿Oiga?…. ¡Usted!….. ¡sí, sí, Usted!….. Que digo yo que…… ¿Dónde está la encuesta para votar?….. Aaaaaaah…. ¿que no hay encuesta?…… ¿Ah, no?……. mmmmmmmm…… ¿Entonces cómo se sabe si va ganando Corral o Pérez Reverte?…… ¡Ah, que no es un concurso!…… Pues vaya timo…. Y… ¿se puede apostar?….. ¿Tampoco?….. ¡Vaya fraude!…. Valientes delincuentes….. Pero es que….. ¿Cómo que yo no puedo?….. ¿Ah, no?….. Aaaaaaah, que sólo se puede ser fanático absoluto o enemigo encarnizado…… Pues anda quepaqué…… Entonces… ¿No vale abstenerse?….. Ojú…. Pues entonces voto a… a…. ¡A Juanrio!)

    (PD: como últimamente no estoy demasiado atento, me pasan inadvertidos los hitos de Hislibris. Ya sabéis que viene siendo una tradición que os avise de las plusmarcas. Y aquí he encontrado otra más, la primera de estas olimpiadas que hoy comienzan: ¡la intervención más larga de Hislibris!. Ta-ta-tachaaaaaaaaaaaaaaaá, ta-ta-ta-chaaaaaaaaaaaaaán: ¡9.557 palabras! Oeeé-oe-oe-oeeeeeeeeeeé, oeeé, oeeeeé…)

  87. juanrio dice:

    Gracias por tu voto, Arauxo. ¿Que he ganado?

  88. Soldadito Pepe dice:

    Juanrio, has ganado… ¡Independencia!, de Corral. Enhorabuena.

  89. Arauxo dice:

    ¡Eso! Has ganado… ¡tu independencia!

  90. juanrio dice:

    Esto parece un anuncio de Ikea. Gracias por el premio que aumenta una de las poquitas cosas que tengo. En cuanto al libro de Independencia de Corral, Soldadito Pepe, se lo agradezco, ya le haré llegar mis señas para el envio. No es que me interese mucho, pero como le pone usted tanto empeño. A cambio le deseo una feliz licencia cuando finalize su servicio militar. Y que disfrute con una variedad de lecturas, que no solo de Reverte y de Corral vive el hombre, con un poquito de suerte encontrará muchos otros libros que sin duda le harán menos tediosas las horas de guardia.

  91. Soldadito Pepe dice:

    Gracias, amigo Juanrio. Pero me temo que me quedan muchas guardias por delante hasta que me liciencien. Lo mío es profesional, como Alatriste. En cuanto al libro de Corral, lamento no poder enviarle el mío, porque lo tiré a la basura en los Balcanes después de que a verios colegas les hiciera echar la pota. Salud y buenos libros.

  92. PACO dice:

    Pues he leido esta año tres llibros de Corral y, francamante, me encanta como escribe y como relata la historia.
    En ¡Independencia!, dice que es el 2º de una trilogía: ¿alguien me puede decir si el 3º ya está a la venta y cómo se llama?.
    Gracias a todos.

  93. Soldadito Pepe dice:

    Ay, Paco, Paco. Paco. Tu cara me suena. ¿No te llamaras Paco Luis Corral? Por si no es así, seré bueno y te diré el tìtulo de la nueva obra maestra. Se llama «Poca vergüenza, sudor y lágrimas». Ya sé que el título está plagiado de la película de Noel Coward (estupenda, por cierto), pero eso de plagiar en Corral es normal. Fíjate en «Numancia», si no. A fin de cuentas, Trafalgar e Independencia (un detalle, que pongas los signos de exclamacìon, Paco, se ve que estás familiarizado con el libro) los plagìó Corral de Galdós, y no passssssssa nada.

    Dale recuerdos, Paco. A Corral.

  94. Valeria dice:

    Opino, soldadito Pepe, que el tono que rezuma tu anterior mensaje está absolutamente fuera de lugar. Además de dejarme perpleja con tu capacidad para deducir lo que deduces del uso de los signos de admiración ¿No crees que se puede criticar una obra o un autor de otra manera?

  95. Koenig dice:

    No le preguntes Valeria, porque poderse se puede, pero saber, no sabe.

    Saludos.

  96. PACO dice:

    Hay soldadito, soldadito, soldadito. Me da la impresión de que tu amigo Corral te debe dinero o algo parecido. De todas formas ya veo que le haces mucha propaganda, así podrá vender mucho y pagarte lo que te debe….Por cierto deja de hacerte propaganda tú, que a nadie le interesa dónde has estado ni en qué trabajas.
    Gracias por tu no información.

  97. Marbenes dice:

    Paco, no te lo tomes como algo personal, hombre. Es que Soldadito, y otra amiga que se llama Eva y que he llegado a veces a dudar no sean la misma persona, son destractores totales de Corral (y fanáticos de Pérez Reverte pero ésa es otra historia), y no hay reseña sobre libro de José Luis en que no intervengan para criticarle duramente con sus «opiniones» (porque según ellos llamarle sinvergüenza y otras lindezas) no es insultarle; y si alguien expresa que le ha gustado alguna obra de este autor, deducen que o es él mismo, o un colega íntimo, o alguien a quien le pagan por hacerlo.

  98. Soldadito Pepe dice:

    Siempre hay algún garbanzo negro, camaradas. Qué se le va a hacer. Pero es que ya es mucha estafa. Echarle un ojo al «Fulcanelli» los que hayais leido «El misterio de las catedrales» y «El retorno de los brujos» y me lo contais. Es que nos toma, además, por poco leidos y por tontos.

    Así que lo mío es normal. En nombrando a Corral, lo veo todo rojo y me ciego, me ciego.

    Y tú, Eva, prenda. Dí algo. Que lo de Corral lo llevamos a medias, como dice aquí arriba el amigo.

  99. Melkart dice:

    Seria deseable que Don Jose Luis se metiera en su apellido.

  100. Soldadito Pepe dice:

    Pues no se ha metido. El muy golfo sigue intentándolo. Ahora acaba de sacar «El rey felón», donde sigue plagiando a Galdós con descaro. Lo he ojeado en una librería, y la escenas de sexo duro son inenarrables.

  101. rubi dice:

    hola que vien tu
    libro
    adios
    guapo

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