IMPERIOS DEL MUNDO ATLÁNTICO – John Elliott

¿Por qué dos potencias europeas, Inglaterra y España, esencialmente semejantes, dieron lugar a dos Imperios tan distintos en la América Atlántica?. Elliott nos presenta como se ha pretendido responder a esta pregunta desde planteamientos reduccionistas, limitandola a cuestiones religiosas y climáticas, y como sólo a mediados del siglo XX se trató de responder a la cuestión desde la idea de la «fijación histórica», es decir, los EEUU y la América Hispana habrían quedado marcados por el momento de la colonización y la independencia, con unos EEUU fundados por el fundamentalismo protestante e independizados desde el espiritu revolucionario del siglo de las luces, frente a una América Hispana, marcada en su lugar por la sociedad de clases post-medieval y por el cesarismo militar de las guerra napoleónicas.

No obstante, Elliott considera poco satisfactorias y limitadas estas teorías, así que para tratar de dar una respuesta a la cuestión, aporta una historia progresiva de ambos imperios, no una historia lineal, si no una exposición comparada del nacimiento, pensamiento, evolucion, instituciones y respuestas prácticas a los problemas concretos de esos dos imperios hasta las guerras de independencia respectivas. Aunque Inglaterra y España, sobre todo en el momento de la conquista se nos presentan como naciones mucho más parecidas de lo que podría esperarse incluso de dos naciones europeas del ámbito atlántico, sus imperios coloniales americanos marcharon siempre por caminos divergentes, alejándose cada vez más en todos los aspectos, hasta convertirse en las realidades opuestas que son todavía hoy.

Mientras que España, perdido el campo abierto para la conquista y la colonización que supuso la reconquista, estaba preparada para aprovechar la oportunidad de un mundo abierto como era el americano, Inglaterra estaba inmersa en una guerra de conquista y colonización en Irlanda, y en la experiencia propia frente a Irlanda y la España musulmana, se apoyaron ambas naciones para enfocar su aventura americana. Así como tenemos a Cortés mencionando en sus cartas a Carlos Iº las «mezquitas» de los aztecas, Jhon Smith no deja de hacer referencia a sus experiencias militares en la isla esmeralda.

Estas divergencias de enfoque explican como los españoles, acostumbrados a enfocar la conquista desde una perspectiva religiosa, absorven a las culturas pre-colombinas, y las integran en su mundo, un mundo urbano, organizado en torno a las grandes ciudades, que encuentran y asimilan en América. Los ingleses, por su parte, han enfocado la conquista de Irlanda desde una perspectiva racial y segregacionista, no han encontrado ciudades ni en Irlanda ni en América, y al igual que no lo han hecho en Irlanda, se niegan también en América a integrar al indio americano en su organización social.

A partir de ese momento, las diferencias solo pueden aumentar imparablemente, en la medida que en norteamerica se va creando un mundo prácticamente idéntico al de Inglaterra, cuya escasa capacidad económica hace poco atractivo un control intenso desde la metropoli, y en sudamerica un mundo mestizo, nuevo y vital, en él que la corona española tiene un interés constante en el control de sus enormes riquezas. Mientras que en la «miserable» norteamerica, el gobernador de Nueva York solo puede celebrar su nombramiento con 20 personas en una taberna, el Virrey de la Nueva España realiza un recorrido triunfal desde la costa hasta Ciudad de México, repitiendo la ruta de Cortés, y siendo celebrado en medio de enormes festejos que duran semanas.

Así pués, cuando Inglaterra pierde a sus colonias rebeldes, solo se ve privada de un puñado de campesinos revoltosos que apenas aportan beneficios a la corona y sí constantes gastos. Por el contrario, España, con la perdida de sus colonias, pierde igualmente el status de potencia mundial y la base de su grandeza como imperio.

Resulta fácil deducir que Elliott no nos aporta una teoría nueva, y en realidad tampoco lo pretende, Elliott, como el excelente historiador que es, lo que busca con la obra es aportarnos los datos, un torrente de datos y observaciones históricas, que va hilvanando con enorme capacidad, para permitirnos a nosotros juzgar por qué los dos grandes imperios del mundo atlántico dieron lugar a dos mundos tan distintos.

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29 comentarios en “IMPERIOS DEL MUNDO ATLÁNTICO – John Elliott

  1. nando dice:

    Gran reseña Urogallo. Una de esas que se agradecen y más cuando el libro
    es novedad y uno está a punto de comprarlo.

    Me echaba para atrás sus más de 700 páginas pero hojeándolo el otro día
    decidí comprarlo. Entiendo por todo lo que cuantas que merece realmente la pena aunque me gustaría saber si no es un poco plúmbeo. A mi Elliot me gusta mucho, el problema es que la conquista y colonización de la América española no es un tema que me atraiga demasiado.
    La colonización y la historia de los primeros asentamientos anglosajones en Norte América, y especialmente los de Nueva Inglaterra, me chifla…
    con esos furibundos puritanos enfrentándose a su mental y geográfico «wilderness».

    Me gustaría saber si se extiende más en uno de los dos casos o si por el contrario ambos tienen el mismo peso específico a lo largo del ensayo. Siendo Elliot me dá que se centra más en el caso hispano.
    Dime si al ser un estudio comparativo la lectura se hace rápida y, sobre todo, si al confrontar modelos tan distintos uno puede sacar sus conclusiones, de la mano del autor, o si se limita a soltar una retahila de datos agobiantes. Esto es lo que más me aburre de los libros de Historia.
    Porque Elliot se moja ¿no?. ¿ Dá su particular interpretación?.

    Me deja un poco sorprendido que hable solo de un modelo de colonización
    en Norte América basado en la conquista de Irlanda.
    Yo personalmente creo que hay más y que cada colonia, por lo menos su funcionamiento interno, dependía del tipo de establecimiento y la carta fundacional con la que se inaúguraba. No eran lo mismo las colonias de propietarios anglicanos de Virginia que las «Nuevas Jerusalemes» puritanas de Nueva Inglaterra.

    A modo de anécdota: los puritanos intentaron establecer una nueva colonia alejado de las frías y rocosas costas de Massachussetts en las soleadas y cálidas costas de Belice… fracasaron porque los españoles no les dejaron.
    También los presbiterianos escoceses intetaron arraigarse en la costa de Panamá… tampoco lo consiguieron por la presión hispana.

    Sería bonito pensar como cada confesión, católica o presbiteriana, tuvo su fiel reflejo en el marco geográfico en el que se logró asentar:
    la riqueza y vistosidad ceremonial y ritual del catolicismo romano tomó posesión del voluptuoso y rico Caribe; y el austero, rigorista e interiorizado puritanismo lo hizo de una costa fría dura como lo piedra.

    saludos.

  2. javier dice:

    Qué buena reseña, Urogallo. En esta otra reseña del mismo libro hay un curioso ejercicio de historia- ficción que por lo que dice avanza el propio Elliott en el libro. Se llama “Si Latinoamerica hubiera sido conquistada por Inglaterra y Estados Unidos por España”. Ya dirás qué te parece.

    http://surtidordeespejos.blogspot.com/2006/12/si-latinoamerica-hubiera-sido.html

    Saludos

  3. Urogallo dice:

    No Nando, no se extiende más en ninguno de los dos casos, hay una neutralidad radical, y tampoco es una crónica cronológica de la conquista de ambos imperios, aunque se centra bastante en la conquista de Virginia y en los primeros pasos de Nueva Inglaterra, no hay muchos datos sobre el resto de colonias ni sobre el avance al interior. No son una retahila de datos, son mas bien historias cortas, anécdotas, que nos permiten hacernos una imagen de conjunto, y que por ejemplo saltan casi de Jhon Smith hasta el famoso gobernador-travesti de Nueva York en tiempos de la buena reina Ana ( De golpe, Elliot se come a los Estuardo, a Cromwell y a la restauración, que despacha en un puñado de cuestiones superficiales).

    Bueno, he sido un poco reduccionista en la critica respecto al tema de la organización: Habla de un modelo de «conquista» a la irlandesa, que fracasa rpaidamente, y que se va solapando con nuevos intentos, casi todos de raiz comercial, como el de Nueva Inglaterra, que pudo tener un peso religioso muy fuerte en su organización interna, pero que fué totalmente comercial en su planteamiento. Elliot sobre todo insiste en la debilidad del poder real, que atribuye a una falta de posibilidades recaudatorias que lo sostengan, para justificar la mayor libertad e independencia de los «coloniales» británicos. No se trata de una caracteristica nacional o religioso, y el enlace de Javier abunda en ello, si no una cuestión de posibilidades: En la América hispana había muchos recursos para invertir en burocracia…En la América Anglosajona, no.

    Vaya Javier, me parece muy interesante el enlace, dejando aparte los datos más históricos del final que comentan el libro, la ucronia referida a la posibilidad de una conquista inglesa de Mejico sería digna de una novela ( de una buena, esperemos), pero yo aportaría todavía más criticas a la posibilidad de una Nueva Anglia, y es la absoluta incapacidad de los ingleses para dominar una pequeña isla como Irlanda…Cuanto menos el imperio de los aztecas. En el propio libro se mencionan las criticas de Jhon Smith a sus contemporaneos, por no ser posibles de avances espectaculares como los de los españoles, y concentrarse en pequeñas guerras contra «reyes» harrapientos.

  4. Fran dice:

    Gracias por la reseña, Urogallo. Tengo muchas ganas de leer este libro. He de reconocer que adoro a John Elliott. Su obra «El Conde-Duque de Olivares» marcó una parte de mi vida (por motivos que no vien al caso). Lectura imprescindible para quien esté interesado en la primera mitad del siglo XVII.

    No acabo de compartir este comentario: «cuando Inglaterra pierde a sus colonias rebeldes, solo se ve privada de un puñado de campesinos revoltosos que apenas aportan beneficios a la corona y sí constantes gastos». Inglaterra era un imperio comercial basado en su dominio marítimo y naval. Al perder las colonias rebeldes, sufrió un menoscabo en tonelaje (tanto de barcos mercantiles como de guerra) y en hombres, además de encontrarse con un nuevo competidor en una parte de las rutas comerciales. La importancia de las colonias rebeldes era clara, y si su pérdida no tuvo repercusiones negativas fue por un motivo diferente a los supuestos pocos beneficios que aportaban. Ese motivo fue la más que compensación de esa pérdida colonial con la expansión de la presencia inglesa, con el desarrollo de nuevas colonias y rutas, especialmente en el Pacífico y en Asia. En mi opinión.

  5. Urogallo dice:

    Es una cuestión de punto de vista: ¿Cuanto le rentaban directamente a la corona británica esas colonias en proporción a los gastos que su defensa le suponían?. Muy poco. ¿Que eran una parte importante de su comercio, y que esa riqueza afectó a la prosperidad general del Reino Unido?. Sin duda, pero Elliot enfoca el tema desde la perspectiva de la corona: Frente a los millones de reales que la hacienda española obtenia regularmente de America, la corona británica apenas obtenía beneficio fiscal de sus colonias.

  6. Sekaiza dice:

    Hola, por cierto, una gran reseña, yo compré este libro en Diciembre por diversos motivos ( exámenes, lectura de otros libros, ahora estoy con Soldados de Salamina ) no lo he podido leer, creo que el Sr. Elliot es una emencia en un par de siglos de la historia, pero una duda me invade, es que los británicos son muy «cerrados» a la hora de contar su historía y con respecto a la colonización de Ámerica y las relaciones con España de la época pues «se dice» que no son muy neutrales y tirán para casa, por eso quiero saber, que opinais tanto de Elliot, como del libro si alguién lo ha leido, yo en breves lo comenzaré pero me gustaría hacerme una idea.

    Un saludo

  7. richar dice:

    Saludos Sekaiza y bienvenido al blog.

    Buen punto el que comentas. Yo aunque no he leído el libro también pensé lo mismo al ver la reseña de Urogallo, pero al no haber surgido ningún comentario al respecto dí por sentado que el autor sería imparcial en ese sentido.

    En fin, Uro, ¿qué cuentas de esta cuestión?

    Saludos,
    Richar.

  8. Urogallo dice:

    Totalmente imparcial, no he notado por ningún lado un tono negativo. Hay que tener en cuenta que los ingleses, en el 90% de los casos, no es que no sean neutrales, es que son tendenciosos y falaces hasta el extremo (hay libros suyos que da verguenza que se publiquen en España), pero hay que recordar que Elliot es un estudioso de lo español, y basa su credibilidad en su conocimiento de España, no en el de Inglaterra, por lo que es cuidadoso al extremo, asentando todas las afirmaciones en la documentación de la época.

    Puede leerse sin prevención alguna.

  9. nando dice:

    Uro: si salta desde los tiempos de John Smith hasta la reina Ana del siglo XVII practicamente no cuenta nada.
    Toda la colonización de Nueva Inglaterra empieza en 1620, ¿
    solo habla del siglo XVIII?.

  10. Urogallo dice:

    Una vez más os recuerdo: No se trata de una historia lineal de ambos imperios, si no de una visión de los mismos centrándose en caracteristicas fundamentales de organización e ideología.

  11. Jenofonte dice:

    Encontré por casualidad «El conde-duque de Olivares», también de Elliott, y fue un agrado leerlo, porque es tan interesante el tratamiento que el autor da a la historia del complicado manejo de un imperio tan vasto como el español, que no se notan las más de ochocientas páginas (25 de ellas de bibliografía).
    El problema del control era tremendo, con comunicaciones que tomaban dos años de ida y vuelta, con graves problemas internos, una corte que ayudaba poco y molestaba mucho, vecinos amenazantes y esa interminable sangría de Flandes. Me gustó, así es que pienso que me gustaría también el de los «Imperios del mundo atlántico», ¿y «Richelieu y Olivares?. Ahora el problema se complica, primero, encontrarlos, y si los encuentro, poder comprarlos… ¡Ah!, el día que caí en este sitio no sabía que era una trampa mortal, se entra, pero a ver como sales…
    Gracias, de todos modos, Urogallo.

  12. Urogallo dice:

    Ese de Richelieu y Olivares no lo conocía…

  13. Fran dice:

    Jenofonte, el de «Richelieu y Olivares» está muy bien, como todo lo que escribe Elliott, pero no es demasiado divertido… Si te interesa mucho el XVII, te lo recomiendo, si no quizá no te enganche. Sí recomiendo un libro que esribió con Jonathan Brown, «Un Palacio para el Rey. El Buen Retiro y la Corte de Felipe IV»: una delicia. También ha escrito numerosos artículos o pequeños ensayos que ha ido publicando aquí y allí, en revistas especializadas o libros colectivos, y algunos son excelentes. Una recopilación de algunos de ellos está en «España y su mundo, 1500-1700».

  14. Jenofonte dice:

    Fran, la verdad es que no me interesa especialmente el siglo XVII, cuando se estudia la historia, no academicamente, se experimenta un gran vacío justamente en los siglos XVII y XVIII. Se descubre América, luego el período de conquista y, de pronto, nos encontramos con los procesos revolucionarios, americano y francés. Luego la independencia de las colonias y ¿que pasó en el intertanto?. Ya había leído un libro acerca del manejo de los imperios por parte de España, Portugal, Holanda e Inglaterra, pero com se ve desde afuera, puertos, comercio, población etc. así es que cuando encontré el de Olivares me interesó porque expone muy bien la situación interna, en esa bolsa de gatos que era la corte.
    Por lo que se ve, con esos tres libros de Elliott se podría tener un panorama bastante completo. Tal vez acerca de Richelieu hayan escrito mucho los franceses, pero me gusta Elliott y no creo que me decepcione.
    Gracias, saludos.

  15. Fran dice:

    Jenofonte, justamente por «culpa» de «El Conde Duque de Olivares», de Elliott, el XVII es mi siglo preferido y del que más he leído, con mucha diferencia. Me apasionó el personaje y la época. Como bien dices, en el colegio se solía pasar más bien rápido sobre ese siglo y el XVIII hasta la Independencia de los estados unidos y la Revolución francesa. Pero para quien esté interesado en el XVII, hay mucho material y bueno publicado en España (concretamente sobre su 1ª mitad, que es la que personalmente me interesa, pues la 2ª está bastante descuidada).

    Sobre Elliott, su primer gran libro y tema de acercamiento a la Historia de España fue «La rebelión de los catalanes. Un estudio sobre la decadencia de España (1.598-1.640)». Supongo que, durante la investigación y elaboración de esa obra, quedó fascinado porla figura de Olivares, ya que a él decidió dedicar buena parte de su vida, al menos hasta la publicación de su imprescindible biografía.

    Para quien esté interesado en la política exterior, diplomática, militar y geoestratégica de esa época, recomiendo 2 joyas y otros 2 libros imprescindibles que no os van a defraudar:

    – España, Flandes y el mar del Norte, 1.618-1.639. La última ofensiva europea de los Austrias madrileños», de José Alcalá-Zamora y Queipo de Llano (simplemente genial).
    – «España y el Imperio, 1.519-1.643», de Bohdan Chudoba (otro de esos libros que dejan huella).

    – «La República holandesa y el mundo hispánico, 1.606-1.661», de Jonathan Israel.
    – «La Guerra de los Treinta Años», de Geoffrey Parker.

  16. Jenofonte dice:

    Gracias por los datos. Espero encontrar alguno. Mi experiencia me ha enseñado que los libros de ese tipo no tengo que buscarlos, aparecen solos. El del conde-duque estaba, en la librería en un estante entre Barbara Wood y otro por el estilo, así, suerte.
    Saludos, y gracias nuevamente.

  17. nando dice:

    «Una vez más os recuerdo: No se trata de una historia lineal de ambos imperios, si no de una visión de los mismos centrándose en caracteristicas fundamentales de organización e ideología.»

    Pues cada vez suena mejor…

    «- España, Flandes y el mar del Norte, 1.618-1.639. La última ofensiva europea de los Austrias madrileños”, de José Alcalá-Zamora y Queipo de Llano (simplemente genial).»

    Fran: este no lo encuentro ni de coña. Lo citan todos los libros sobre el XVII español. Agotadísimo.

    Recomendaría la antigua edición de los Memoriales del Conde Duque de Olivares publicados por Elliot y de la Peña en la editorial Alfaguara.

    De lo mejor que he leido de Elliot es La Europa Dividida, 1559-1598. Tanto en Crítica como en la Ed. Siglo XXI.
    Los dos que tiene sobre Olivares son imprescindibles.

    Recomiendo La España del Conde Duque de Olivares, publicado por la Universidad de Valladolid. Un simposio que reune las participaciones de todos los conferenciantes.

  18. Fran dice:

    Nando, lo de «España, Flandes y el mar del Norte, 1.618-1.639» es alucinante: un libro imposible de encontrar prácticamente desde su publicación (por Planeta, si no recuerdo mal), sin que nadie decida reeditarlo y ponerlo en circulación de nuevo. A mi me lo prestó un profesor de Historia amigo de un amigo, después de insistir un poco. Lo fotocopié, y guardo esas fotocopias como oro en paño. Supongo que en algunas Bibliotecas también podrá encontrarse. Comprarlo es misión imposible, o casi. En cualquier caso, quien pueda que lo lea: lo disfrutará muchísimo.

  19. Vara dice:

    Fran en Iberlibro hay varias librerías que venden «España, Flandes y el mar del Norte, 1.618-1.639» de segunda mano.

    Por otro lado, ¿tan bueno es?, lo digo porque me interesa el tema y estaría dispuesto a «pillarme2 uno.

    Saludos

  20. Urogallo dice:

    Más que bueno…Mítico.

  21. Harius dice:

    Hola a todos me he leido este libro, solo las primeras partes que eran las que necesitaba para hacer un trabajo y me gustaria saber si se han escrito más libros sobre este tema. Presupongo que si, por eso me gustaría saber los titulos y autores de estos libros. Muchas gracias
    Sobre el libro, es el primer libro que me leo de Elliot, lo he encontrado facil de leer y para mi gusto no es un libro pesado para ello.

  22. Urogallo dice:

    ¿Sobre qué tema?.¿Comparativas de los Imperios Británico y Español en América o Libros sobre ambos Imperios por separado?.

  23. Rodrigo dice:

    Recién ahora me entero de la reseña y del libro. El tema me interesa mucho, y obviamente como sudamericano me involucra.

    Incluyo el libro en mi listado.

  24. Lezo dice:

    Disculpen que escriba en un tema que parece estar cerrado. Les escribo porque les suelo leer y he comprado algún libro siguiendo sus recomendaciones. En este caso el libro España, Flandes y el Mar del Norte, lo encontré estas navidades en la librería París-Valencia, nuevo (de primera mano). Aunque está encuadernado en tapa blanda, y costaba 26 euros, me lo compré enseguida.
    Por si a alguien le interesa, tal vez tengan más.
    ¡Gracias y un saludo!

  25. Germánico dice:

    Tranquilo, Lezo: los temas nunca se cierran aquí. Y si caen en el olvido y alguien los reactiva, estupendo.

    Saludos.

  26. Lezo dice:

    Muchas gracias Germánico. Con mi mensaje quería ayudar a encontrar
    ese libro a alguien que lo estuviera buscando, pues yo lo compré gracias
    a haber leido esta reseña hace tiempo.
    Lo cual me lleva a plantearme la pregunta de por qué hay tal cantidad
    de libros buenos, y famosos en el mundillo, que están olvidados y desca
    talogados desde hace mucho tiempo.¿A qué se debe? ¿ A que las editoriales
    ya han agotado el potencial mercado de dichos libros, o simplemente
    a la desidia?
    En fin, esto lo pude comprobar hace poco , mientras buscaba «Mar Brava»,
    a raiz de leer la reseña aquí en Hislibris. Pues bien, nada de nada.
    Y lo mismo me pasó al buscar «Los Terciios», de René Quatrefages, o el
    mismo «España, Flandes, y el mar del Norte», que como ya comenté
    encontré de casualidad en una librería cuando ni siquiera lo estaba
    buscando… por no hablar de «La Gran Armada», de Parker, que cuesta
    la friolera de 55 euros.
    De nuevo, ¡muchas gracias y un saludo!

  27. JUANIKI dice:

    Alguien me podría proporcionar una reseña sobre el libro de Elliott Richelieu y Olivares?
    Gracias de antemano.

  28. Raimundus dice:

    Buenas tardes,

    Por lo que hace a mi, estoy leyendo el libro y creo que lo que se comenta sobre el molesto gasto de la Corona inglesa con sus colonias norteamericanas en relación a sus modestos ingresos carece de solidez. Mi argumento es que la metropolis participó en una dura guerra para mantener sus colonias, lo que en si mismo ya es otro gran gasto por tan supuestas pobres colonias, no creen?

    Gracias

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