HISTORIA DE LA YIHAD – José Javier Esparza

Historia de la Yihad«Salid a combatir sea cual fuere vuestra condición. Contribuid por la causa de Allah con vuestros bienes y luchad» (Corán, sura 9:41).

Dos imágenes. Dos escenas separadas en el tiempo pero iguales en cuanto a su intención inicial. La primera: Un ardiente día de Julio de 1212. En plena Edad Media, dos ejércitos se enfrentan en una batalla que cambiará el curso de la Historia de Europa. A un lado las tropas combinadas de la soldadesca cristiana se enfrentan a las del  todopoderoso Imperio Almohade. estos la llamaran la Batalla de Al-Ubaq (la de la Cuesta), mientras que sus enemigos, y posteriormente las crónicas universales la conocerán como La de Las Navas. El sol que se yergue entre ambos es tan fuerte que es capaz de quemar el metal de sus yelmos y petos, pero mientras los cristianos sufren bajo el azote de Helios, con gran sorpresa se dan cuenta de que algunos de sus contrarios musulmanes, medio desnudos o vestidos con un simple taparrabos,  no paran de rezar frente al Corán que porta alguien en un caballo, y están ansiosos de cruzar sus alfanjes en la batalla. Incluso el rey cristiano, Alfonso VIII, se da cuenta de que algunos incluso no tienen ni armas con que luchar. En sus ojos hay una determinación, y un anhelo de suicidio que no comprende… Ahora cogemos nuestra cámara retrospectiva y la llevamos al presente, a otro reino no muy lejano de este último, Francia. Pasemos a la segunda escena: Paris, la ciudad de la Luz, año 2015. Unos hombres encapuchados, armados con unos rifles kalashnikov, irrumpen en el semanario satírico Charlie Hebdo y asesinan a tiro limpio a doce personas con el único argumento de que «habían mancillado el honor de Mahoma». Entre una toma y otra han pasado un total de 803 años. Entonces ¿qué diferencia existe entre una y otra? Pues a decir verdad, ninguna, pues las dos acciones propiciadas entre esta gente medieval y contemporánea se basa en una lectura distorsionada y radical del mensaje musulmán contenido en el Corán. 

Desde su nacimiento allá en el 622 debido a las prédicas efectuadas por su profeta Mahoma en la Meca, el islamismo creció como la espuma en el territorio de la actual Arabia, vertiendo sus ideas por el Este y Norte de África, llegando incluso a ocupar la Península Ibérica durante ochos siglos. Los musulmanes impusieron sus costumbres (como han hecho normalmente todos los conquistadores), y aunque en la mayoría de los casos respetaban las creencias  de los conquistados, pues hay que recordar que tanto judíos como cristianos eran hijos del mismo Libro, nunca se olvidaron de uno de sus pilares fundamentales contenido en sus santas escrituras: la Yihad. Palabra que tan de moda está actualmente en todos los noticiarios. Pero ¿qué es la yihad? En un principio esta palabra árabe simplemente significa lucha tanto contra el infiel como contra la persona que atente a la religión musulmana. Pero lo que parece un acto que gran parte de las religiones han hecho (salvando las diferencias entre unas y otras y a lo largo de los siglos), con el paso del tiempo los rigoristas de esta religión han ido transformando esta simple palabra en un término más global: Guerra Santa. Es decir guerra contra todo aquel que no acepte la palabra de Ala o de su profeta Mahoma. Como se podrá ver nos encontramos con un término muy polémico, y un tanto controvertido que ha vertido mucha sangre inocente. Es por ello necesario que aprendamos cuales son las raíces de este vocablo y como ha afectado a la Humanidad. Así pues hemos de congratularnos de que haya aparecido en nuestras librerías un libro editado por La Esfera de Los Libros titulado Historia de la Yihad, escrito por José Javier Esparza, que se ocupa de manera didáctica de guiarnos en este laberinto de términos tan actuales y arcanos a la vez.

El autor de este ensayo nos acerca a una historia de la Yihad a través de catorce siglos de historia desde su nacimiento en el 622, pasando por su expansión tras los visigodos en Hispania, y su posterior guerra de Reconquista, las Cruzadas y así hasta la mismísima creación del siniestro Estado Islámico. Varios son los puntos que más me han llamado la atención después de leer este libro. Por un lado José Javier Esparza no separa la Yihad de la epopeya del Islam, pues considera que no son indivisibles, y que esta no ha surgido de la nada en la actualidad. Al revés, ha estado  continuamente presente, aunque con matices. No siempre ha sido de la misma manera ni tampoco ha olvidado sus propias raíces. Se ha utilizado en muchos casos como un arma de dos filos. Se pregunta ¿cómo es posible que una parte importante de este pueblo, que vive en el siglo XXI, siga creyendo que el único camino es el baño de sangre? Muchos creen, desde un punto de vista paternal y occidentalista, que los musulmanes no han evolucionado en el tiempo y tampoco se han integrado en mundo de hoy en día debido en parte a un atraso económico o cultural. Quien piense esto ha de considerar, siempre desde el punto de vista del autor, que tiene una mentalidad equivocada ya que no ha previsto el tipo de límite temporal que existe dentro del Islam. Dejen que me explique: mientras que en Occidente tenemos conciencia de que la Historia tiene un principio y llega hasta el punto siguiente de forma lineal, y así ad infinitum, Javier Esparza nos indica que los musulmanes tienen una conciencia concéntrica de la Historia. El tiempo gira alrededor de los designios de Alá y de sus directrices y todo lo que hay alrededor está congelado. Es un eterno retorno sobre las mismas ideas que no permite evolucionar. Es por ello que un fanático musulmán crea que lo único que en verdad existe es su religión y que lo demás es impuro y proclive al exterminio. Como se dice en la actualidad: solo vive en su mundo.

Historia de la Yihad es un ensayo muy completo que nos ayuda a comprender qué es todo esto del Estado Islámico y sus tentáculos esparcidos por medio mundo como por ejemplo en África. Pero eso sí, de igual modo que se nos habla de todo lo relacionado con la Yihad, el autor quiere también dejar claro, que no siempre es lo mismo el Islam y el Islamismo radical, y que no debemos caer en el error de pensar que todos los islamistas son seguidores ferreos del yihadismo más sangriento. Pues junto a todos esos fanáticos que no ven más allá de la página del Corán, existe una gran parte de la población musulmana que no está de acuerdo con esa versión tan rígida de esas enseñanza y que solamente desea vivir en paz. En conclusión, les animo a leer este ensayo pues en él encontrara muchas respuestas a dudas que surjan con respecto a las noticias que aparecen de continuo sobre este tema en los telediarios, a la vez que comprenderán como todo este asunto del yihadismo hunde sus raíces en un tiempo en que las ardientes arenas del desierto dieron a luz unas de las religiones más interesantes que hayan existido.

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17 comentarios en “HISTORIA DE LA YIHAD – José Javier Esparza

  1. Urogallo dice:

    La yihaad es un fenómeno curioso, que se reaviva frecuentemente y que merece la pena afrontar con cierta perspectiva histórica (Al menos a la espera de la yihaad butleriana)

  2. APV dice:

    Hay que considerar que en el S. VII el concepto de Guerra Santa no era extraño en Oriente Medio, Heraclio había elevado a ese rango la guerra desesperada que luchaba contra los persas.

  3. Clodoveo11 dice:

    «Pues junto a todos esos fanáticos que no ven más allá de la página del Corán, existe una gran parte de la población musulmana que no está de acuerdo con esa versión tan rígida de esas enseñanza y que solamente desea vivir en paz»

    Pero el gran problema es que ese «vivir en paz» también supone un seguidismo más o menos estricto del Corán, que es guía única y suprema para la configuración de tales sociedades. Y el Corán, si se lee completo y en detalle, propugna una sociedad exclusivista, sexista y muy poco tolerante con otros credos, y por supuesto anómala y arcaica respecto a las sociedades occidentales. El concepto de ilustración, de separación entre Estado y religión, de confinamiento privado de ésta, de normativas legales adecuadas a la convivencia intergrupal y de consideración de las minorías, etc, nada de esto existe, en mayor o menor grado, en los países islámicos. Por eso la Yihad no es sino la manifestación extrema de una declaración de intenciones ya contenida en el propio Corán, que podrá ser sangrienta o voluntarista sin más, pero que siempre se encamina a la preponderancia absoluta de tal ideología con desprecio de las demás y con su mensaje discriminatorio a cuestas.

  4. Jose Sebastian dice:

    Recomiendo fervientemente la lectura de «Isis. El retorno de la Yihad» de Patrick Cokburn. Un análisis extremadamente lúcido y riguroso de lo que está pasando en Siria e Irak. Para no perdérselo. La única «pega» la penosa traducción

  5. Rodrigo dice:

    Lectura distorsionada… Más bien parece que lo que hay de por medio es una interpretación literal y un seguimiento riguroso de ciertos pasajes clave del Corán. En este sentido, suscribo la intervención de Clodoveo.

    A la mentalidad occidental, tan cargada de culpas y de mala conciencia, le es muy propio aquello de autoflagelarse y de vigilarse constantemente, cuidando todo el tiempo de no incurrir en juicios teñidos de incorrección política. Por lo mismo es que nos regodeamos en la práctica de acusarnos de etnocentristas y de paternalistas cada vez que nos atrevemos a apuntar a la falta de una revolución cultural laica en el mundo islámico como la raíz de muchos de los problemas actuales, congratulándonos de paso de nuestra propia “evolución” histórica -deudora, se entiende, de la Ilustración. (En el mismo concepto de evolución solemos encontrar más razones para autoflagelarnos: bonita evolución esa que incluye un siglo como el anterior, con sus dos guerras mundiales, su Holocausto y sus guerras colonialistas; ¡además un concepto tan preñado de suficiencia, y de ideología!)

    Pues bien, yo digo que la Ilustración es una de las mejores cosas que le han podido pasar a Occidente y que la secularización es una de las mayores conquistas de la civilización occidental. Y que, sí, una de las peores cosas que le han podido suceder al mundo islámico es no haber experimentado un proceso equivalente, de cuño endógeno en lugar de imitativo o impuesto desde fuera. ¿Será posible en ese mundo una genuina modernización cultural, una transición –evito, fíjense, el término “evolución”- hacia el laicismo? Conste que me hago la pregunta bajo el supuesto de que a la religión islámica no le es consubstancial el integrismo o fundamentalismo, y que ella misma no es esencialmente incompatible con la modernidad. (¿O es que se equivocan los que, como Gilles Kepel, piensan esto?)

  6. Caballero dice:

    Desconfío siempre de la gente que basa su argumentación en la palabra escrita de seres divinos. La evolución se vuelve imposible porque se anclan a un pasado de piedra. Y si son muchos más los musulmanes que desean vivir en paz no es cruzándose de brazos el mejor modo de evitar el enfrentamiento del fundamentalismo con occidente. El cristianismo tuvo que destruirse desde dentro para evolucionar. El islam tendrá que hacer lo mismo. Si no lo hace (y no veo yo mucha disposición) ¿de qué lado estarán todos los musulmanes pacíficos cuando la yihad estalle?

  7. Miguel_1960 dice:

    La verdad es que un tío abuelo mío que murió hace pocos años contaba que los términos yihad y guerra santa los escuchó por primera vez en la Universitaria de Madrid a las tropas moras que venían con Franco, los cuales se referían a los republicanos como «infieles». Ya por entonces eran, según mi familiar, propensos al ataque suicida y al uso desproporcionado del explosivo. Justo como ahora.

    De otra parte, el Islam que tuvo influencia de la Unión Soviética, bien por ser territorios que le pertenecieron o por recibir su ayuda y asesoramiento, en general ha evolucionado en su laicismo o, por ejemplo, en el papel de la mujer. El que ha recibido la influencia de Occidente, desgraciadamente, no tanto.

    Ah, si leemos nuestra Biblia, sobre todo el Antiguo Testamento, tampoco es ningún paradigma de la tolerancia.

  8. Urogallo dice:

    Eso de destruirse lo dirá usted.

    En realidad la dualidad fundamental del cristianismo es que Jesus, nuestro Redentor, carecer de afán político («Mi reino no es de este mundo») y que se encarna como súbdito de un Imperio que no dejará de ser alabado y reverenciado aún a pesar de su estilo pagano (Los musulmanes, al tiempo anterior a Mahoma, lo califican como el de la ignorancia) por todos los dirigentes cristianos, medievales o no, que surgirán luego.

  9. Rodrigo dice:

    Compré el de Patrick Cockburn, recomendado por José Sebastián. Cortito y de buena pinta.

  10. José Sebastián dice:

    Conciso, lúcido y de lectura adictiva. No te defraudará Rodrigo. La única pega – ya lo dije – es la traducción de algunos términos.

  11. diskogs dice:

    Soy un simple lector, no soy versado, erudito ni experto. Lo digo porque me pueden rebatir tranquilamente sin oposición. Sólo expreso una visión de alguien a pie de calle, curioso y de cierta edad.
    Hasta la caída del muro de Berlín y la efectiva desaparición de la amenaza comunista como tal, no empiezo a oír de forma creciente sobre la amenaza yihadista e islamista. Y en mi mente recuerdo de forma más impresionante y cruenta las operaciones terroristas palestinas de los años setenta que las de este siglo (salvo la de las torres gemelas).
    ¿Que eran menos islamistas y coránicos? Como amenazado me da igual.
    ¿Que la sociedad oriental tiene que aprender a parecerse a la occidental? Puede que lo estén haciendo: Llámalo Yihad o llámalo colonialismo salvaje.

  12. alexander dice:

    Usted tiene razón, no todo el terrorismo de Oriente Medio es yihadista ni fundamentalista sunn{i, ahí está el ejemplo del Frente Popular de Liberación de Palestina de orientación marxista fundado por el cristiano palestino George Habash el cual atacó objetivos israelíes en la década de los sesentas y setentas por Europa Occidental en colaboración con las Brigadas Rojas Italianas y el Ejército Rojo Alemán de Brigitte Kuhlmann (la cual al parecer estuvo implicada en el secuestro del avión de las líneas aereas israelíes en Entebee). Ese terrorismo no era religioso era político y de ultraizquierda y contaba con el apoyo disimulado de la URSS Cuba y la RDA a través de la Stasi de Markus Wolff.
    La revolución iraní de 1979 tampoco fue totalmente religiosa ya que contó con el inicial apoyo del Tudeh, el Partido Comunista Iraní, el cual siempre se dijo que era una marioneta de Moscú. Al final se impuso el Ayatollah Rujollah Jomeini.
    O el caso de la Falange maronita de la guerra civil libanesa de 1975, por ser confesionales, las acciones de la Falange como la masacre de Sabra y Chatila de 1982, se puede considerar terrorismo religioso?

  13. john dice:

    Los maronitas se sienten sitiados y no olvidemos la guerra civil druzo maronita de mediados del sigloxix, si no fuera por Francia hubieran sido exterminados.

  14. José Sebastián dice:

    Leed «El Líbano contemporáneo: historia y sociedad» de Georges Corm (editorial Bellaterra). No todo es blanco o negro, hay mucho gris, especialmente en el bello país del cedro.

    Saludos

  15. john dice:

    En todo caso Francia al proteger a los maronitas los cubrio bajo el manto protector de la iglesia catolica romana, es por ello que no son ortodoxos.

  16. José Sebastián dice:

    La historia de los cristianos maronitas se remonta a unos cuantos siglos antes de que recibieran protección por parte de Francia a principios del siglo XX.

  17. alexander dice:

    Aunque Francia siempre ha estado presente en la zona, no olvidemos que el principal contingente en las cruzadas eran francos de ahí que se les llamara frany a los europeos en las lenguas de la zona a saber árabe, turco y persa; y a Europa en conjunto se le llamaba Francistán, tal y como nos lo recuerda Orlando Figes en su libro dedicado a la guerra de Crimea, la penetración de otras potencias europeas en la zona fue tardía. pej Rusia llegó hasta 1774 con la primera capitulación que firmo la Sublime Puerta con dicha potencia cristiana. Y en dicha capitulación solo se protegia a los cristianos ortodoxos.
    En cuanto a la incorporación de los maronitas a la iglesia católica creo que esta data del siglo xviiii.
    En todo caso la vida para los maronitas como dhimmis que eran no tuvo que ser fácil.

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