HISPANIA. LA EPOPEYA DE LOS ROMANOS EN LA PENÍNSULA – Gonzalo Bravo

Entre los últimos ensayos históricos que he leído figura Hispania. La epopeya de los romanos en al Península. Lo primero que habría que reseñar, más como anécdota que como fondo, es el error —casi seguro de la editorial— en la fecha de la llegada de Escipión el Africano a Hispania que aparece en la contra del libro. Este Escipión desembarcó en 210 a.C. y no en 218 a.C. como dice el texto/resumen de contraportada, error que queda subsanado en el interior y que señala a los editores como los causantes. Que sin embargo han conseguido una más que atractiva portada que parece casi el cartel de una película.


Entrando en materia y dejando de divagar es el momento de profundizar en el contenido. Para ello empezaremos por los aspectos positivos de la obra. Gonzalo Bravo demuestra su más que amplio y serio conocimiento del tema con los datos que ha volcado en esta ocasión. En apenas 350 páginas ha resumido la historia de la conquista y posterior romanización de Hispania además del fin de la presencia romana en la Península. Se adentra en todos los aspectos. Desde una crónica completa de los acontecimientos a un desarrollo sustancial de los temas más generales: la política, economía, sociedad y religión. Estos últimos los desarrolla en su evolución cronológica como tipológica —es decir de más general a más puntual—. El profesor Bravo ha conseguido realizar una visión completa, concienzuda y resumida de una historia apasionante a la que se le pueden poner pocos peros historiográficos. Además se adentra en defender tesis originales e interesantes como pueden ser: el mínimo impacto de la crisis del siglo III d.C. en Hispania —que define más como una transformación que como una crisis—; la más que rápida romanización de algunos enclaves hispanos y su gran importancia para el imperio, muchas veces minusvalorado por historiadores extranjeros; o, por añadir una última, la fuerte implantación de la romanización en la sociedad hispana que se mantendría con los visigodos.

No por ello deja de tener aspectos negativos. El autor ha pretendido divulgar la historia romana en la Península pero hasta cierto punto no lo ha conseguido. El libro adolece de un fuerte problema de ritmo. Es decir, se encuentra un interés por parte de Gonzalo Bravo por acercar y hacer más legible la historia, pero la mayor parte de la obra se convierte en un manual universitario con ciertos tintes de artículo. Por lo tanto, si pocas pegas se pueden poner al contenido, sí se le pueden poner bastantes a la forma. Hispania. La epopeya de los romanos en la Península es una obra que puede resultar bastante plúmbea.

En conclusión: nos encontramos ante un más que interesante manual, con tintes de ensayo, sobre la historia de Roma en la Península Ibérica. Es un libro que por la información y la estructura que tiene puede resultar altamente interesante, y recomendable, tanto para estudiosos como para interesados por el tema, pero casi más como un libro de consulta que como un libro para hacer una lectura completa y seguida. Para aquellos que se quieran acercar a la historia de Roma y de Hispania por primera vez, o por un interés puntual, el libro pude resultar excesivamente «académico». Por lo tanto un aplauso por el contenido, y un mero aprobado por la forma.

Espero que os haya resultado interesante, un saludo.
Incitatus

Hispania. La Epopeya de los romanos en la Península. La Esfera de los Libros, 2007. 408 páginas (incluyendo las fotografías e índices). 26€

     

56 comentarios en “HISPANIA. LA EPOPEYA DE LOS ROMANOS EN LA PENÍNSULA – Gonzalo Bravo

  1. Urogallo dice:

    Felicidades por tu primera reseña.

    Yo ya había ojeado este libro en su día, y ciertamente había estado a punto de comprarmelo, pero un amigo que lo había leido me disuadió de ello precisamente con los mismos argumentos que has empleado tú, su estilo excesivamente arido.

  2. Turriano dice:

    Felicidades Incitatus. Se agradece que dejes claro el tema de la forma. No sé si has leido La aventura de los romanos de Juan Antonio Cebrián, quizás en este otro caso puede ocurrir lo contrario, bien de forma mal de fondo …o no?. Yo no he leido ninguno de los dos. Cuál me aconsejas antes ?

  3. Vorimir dice:

    De Gonzalo Bravo tenía en primero de carrera uno sobre historia antigua que era muuuuy espeso. O ese es el recuerdo que tengo pq se lo presté a un amigo al año siguiente y desaparecido está…

    Este parece que tiene mejor pinta (al menos por la reseña) aunque parece que conserve ese tufo a manual universitario tipico.

  4. Germánico dice:

    Vaya, Vorimir, yo lo leí y me pareció una buena síntesis. Tiene además una Historia de Roma en Alianza Editorial muy interesante, y coordinó unas jornadas que publicó la UAM (creo) sobre la «decadencia» de Roma con aportaciones interesantísimas.

  5. Incitatus dice:

    Gracias a los cuatro.
    Urogallo, sí la lectura es bastante árida e incluso aburrida en algunos momentos. Pero desde luego la información que da es de lo más completita, así que una cosa compensa un poco la otra. Yo lo recomendaría más como un libro de consulta que como un libro de lectura. Vamos qu es un manual

    Turriano, el de Cebrián lo leí hace cierto tiempo. Es desde luego más ameno pero no es más que una recopilación de teorías y datos antiguos e incluso del imaginario popular, algo que perdono en una novela pero que en un ensayo me chirría demasiado. Así que si te quieres divertir con algo ameno, pero poco más, lo mejor es que te leas el de Cebrián. En el caso que quieras conocer la historia de la romanización de la Península, lo más fidedigna posible, mejor que te leas este, pero repito que no es un libro fácil.

    Germánico y Vorimir, el profesor Bravo sin duda es uno de los mejores romanistas de nuestro país. Su libro breve historia de Roma, más ameno que este, es el que me decidió a comprarme Hispania. Pero Vorimir, sí tiene cierto tufillo universitario…

  6. Vorimir dice:

    Ya digo Uro que fue en primero de carrera… Hace casi diez años.
    Posiblemente hoy dia sabría apreciarlo mejor, pero como dije lo presté y no volvía a verlo.
    Uno de los pocos libros que he prestado y no me han devuelto.

    Y me has recordado que en segundo nos tocó el de Roma que comentas, y ese si me gustó (siendo como era y es Roma uno de mis temas preferidos…).

    Ah… que de años…

  7. Germánico dice:

    Y tantos… ¿Cómo que Uro? Aaaaaaaaaaaaay, la dislexia…

  8. richar dice:

    Pues enhorabuena a Incitatus por el estreno.

    No sé muy bien por qué pero llevo un tiempo desenganchado de los romanos y enganchado a otras temáticas, pero si encima comentas que es formato polvorón, pues como que me lo ahorro :-)

    Un saludo y a seguir reseñando.

    Richar.

  9. Incitatus dice:

    Gracias Richar, seguiré, a punto estoy de acabar con las Guerras de Dios. ¡¡¡Y vuelve a los romanos que son geniales!!!

  10. Rodrigo dice:

    Felicitaciones Incitatus por tu debut. Y que vengan muchas más reseñas de tu autoría.
    Emocionante, esto de estrenarse como reseñador. ¿No, ‘colega’?

  11. akawi dice:

    Enhorabuena Incitatus por tu primera reseña.

    Interesante tu aportación y muy valiente empezando con un libro que, al parecer, no es demasiado bueno.

    Un abrazo.

  12. Incitatus dice:

    Si desde luego tiene su punto de emoción.

    Akawi, gracias también, no me atrevería a decir que no es bueno. Creo que es un buen libro de historia pero más como libro de consulta que como libro para leer de un tirón. Como digo las tésis defendidas y la información aportada son abrumadoras, pero el estilo es más de artículo especializado que de libro de divulgación

  13. Laurence dice:

    Felicidades Incitatus por tu primera reseña. Concisa, clara y esclarecedora. Es un ensayo que apuntaré en lista de interesantes para tenerlo en cuenta, aunque de momento no adquiera, que menuda racha de romanos llevo (por mucho que me gusten).

    Saludos.

  14. Arauxo dice:

    Felicidades, Incitatus, por tu estreno. Tu reseña (unida a los demás comentarios) tiene la virtud de la claridad. Está claro que este libro no es una monografía para leer por placer, sino un manual de consulta. Anotado queda. Y me surge una duda: ¿De verdad hay que ser plúmbeo para escribir un manual?

  15. Valeria dice:

    Pues eso, felicidades por el estreno.

  16. Incitatus dice:

    Hola Arauxo, gracias.

    Desgraciadamente soy de la opinión, que salvo unas poquitas excepciones, los historiadores profesionales españoles tienden a escribir para su compañero de despacho y no para el público general, ni siquiera para el estudiante. Les queda mucho camino para llegar a escribir historia, sean manuales o sean libros de investigación o de divulgación con la amenidad e incluso calidad literaria de los británicos y estadounideneses, e incluso de algún francés e italiano. Les da miedo no poner todas las fuentes y citas que han usado y quieren justificar cada una de sus frases para que sus compañeros de planta no les pillen en un renuncio, supongo, pero es un pena.

    gracias Valeria

  17. Laurence dice:

    Vaya… y yo que pensaba que a muchos lo que le gustaba incluso era engrosar las fuentes y citas utilizadas para demostrar lo cultivado y exhaustivos que han sido en su investigación…

    Desde mi humilde e indocta opinión en cuanto a lo que es escribir -algo interesante que instruya a otros o, cuando menos, que comparta conocimientos- una cosa es escribir Historia y otra escribir bien y de forma amena a la par que rigurosa -si encima ya transmite es la repanocha-. Lo uno no excluye a lo otro. De hecho lo ideal es la combinación de ambas, y ahí es cierto que queda mucho camino por recorrer. Pero tanto como pensar que escriben para sus compañeros de despacho…. qué triste, ¿no?.

    Es una apreciación personal y muy subjetiva como otra cualquiera.

    Saludos.

  18. Valeria dice:

    Bueno, Incitatus, al hilo de tu comentario, no creo que ningún profesor universitario deba escribir pensando «en los estudiantes», si con ello te refieres a hacer las cosas ligeritas, facilonas. Creo que los investigadores, los profesores de la universidad y todos aquellos de los que se presupone la «excelencia académica» debe escribir siempre con rigor, claridad y fundamento. Si además consiguen ser amenos y la calidad literaria de su exposición es notable, pues aún mejor. Otra cosa es que sus publicaciones tengan finalidad divulgativa o académica. Si hablamos de lo primero, lógicamente el nivel de los textos tiene que partir de una mínima accesibilidad para el público al que va dirigido. Pero una publicación académica no debería plantearse de la misma manera, aunque vivimos en una época en que, al parecer, los estudiantes cada vez lo quieren todo más facilito.

  19. Clío dice:

    Ahí le has dado, Valeria, esto me recuerda cierto compañero de estudios cortito de mente, que ante la numerosa bibliografía que nos proponia el profesor con cada tema el siempre preguntaba lo mismo «¿Pero , en que libro o manual puedo encontrarlo todo resumidito?» no sé si acabó la carrera , aunque sí se que le aprobaban alguna que otra asignatura para «quitarselo de encima», cosas que ocurrían y que ocurren me temo..

  20. Incitatus dice:

    En eso estoy de acuerdo Valeria y Clio, pero es que este libro precisamente pretendía ser divulgativo.
    Yo me saqué la carrera a base de artículos, libros de investigación y tesis, especialmente concebidas para el desarrollo de la ciencia histórica. Considero que este tipo de libros se tienen que financiar y multiplicar para el buen desarrollo de nuestra amada historia.

    Sin embargo el libro que he reseñado no pretende en ningún momento ser un libro de investigación, sino un libro de divulgación.
    Mi argumento es que en este país pocos historiadores profesionales son capaces de salirse de sus despachos para contar a los numerosos interesados por el tema los frutos de sus investigaciones. Sin embargo británicos, estadounidenses, franceses… tienen mucha más capacidad de compaginar ambas cosas.
    El profesor Bravo escribe bastante bien, pero no ha sido capaz de volcar la información que posee de forma que pueda realmente enganchar a aquellos lectores interesados por la historia, o incluso profesionales de otras épocas, y creo que esa era la intencionalidad del libro (por la estructura que tiene)

  21. Incitatus dice:

    Voy a traducir rápida y malement dos párrafos de la introducción de un magnífico libro sobre BIZANCIO escrito por Judith Herrin del prestigioso King’s College de Londres. Creo que esclarece lo que quiero decir

    » Una tarde de 2002, dos trabajadores tocaron en la puerta de mi oficina en el King’s College, Londres. Estaban haciendo reparaciones a los edificios antiguos y varias veces habían pasado por delante de mi puerta viendo: «Professor of Byzantine History». Juntos decidieron pararse un día y preguntarme ¿Qué es la historia bizantina? Pensaban que tenía algo que ver con Turquía.

    Así me encontré intentando explicar de forma breve que era la historia bizantina a dos serios obreros con cascos y botas de trabajo. Muchos años de trabajo no me habían preparado para esto. Intenté resumir una vida de estudio en un discurso de diez minutos. Me lo agradecieron calurosamente y me dijeron que que sorprendente era aquello, ese Bizancio, y me preguntaron por que no les escribía un libro para ellos…»

    Esto es lo que quiero decir. Muchas veces los profesores e investigadores se atrincheran en una torre de marfil y son incapaces de divulgar esa historia de la que son los mejores conocedores. En España poco a poco empiezan a aparecer pero aun son pocos y creo que se necesitan

  22. Laurence dice:

    Opinaría, pero opinar pa ná es tonteria. Así que mejor descasar ya por hoy.

  23. Clío dice:

    Bueno yo aquí veo varios problemas por una parte docentes y escritores que saben y no transmiten, los que ni saben ni transmiten, los docentes que preparan clases y no investigan lo suficiente, y los que investigan mucho en detrimento de las clases, y a todo esto se añade que lo investigado te lo quieran publicar… no sé si me explico o he creado un trabalenguas….

  24. Koenig dice:

    Buenos días.

    Estimado Incitatus. Distraído en torno al miedo y el libre albedrío no me había pasado aún por aquí. Aprovecho para felicitarte por tu primera reseña.

    En respuesta a lo que comentaba Germánico, creo que el libro que salió de aquellas jornadas fue «La Caída del Imperio Romano y la Génesis de Europa», coordinado por Gonzalo Bravo. Un libro interesantísimo (si no me he equivocado de libro, claro).

    Con respecto a la transmisión de conocimientos, comentáis un tema que me desesperó a lo largo de mi carrera y me sigue pareciendo triste hoy: esos profesores con magíficos conocimientos y que sin embargo son incapaces de transmitirlos. Me tocó mas de uno. Y es una lástima, porque como decíais, desde sus torres de marfil, olvidan que como profesores,su función es transmitir concimientos, por difícil, también es cierto, que a veces se lo pongan los alumnos, pues algunos son francamente impermeables.

    Saludos

    Koenig.

  25. Epaminondas dice:

    Amigo Incitatus,

    Me uno a Koenig en mis disculpas por no haber pasado antes a felicitarte por tu primera reseña. El libro parece interesantísimo a pesar de su plomiza hechura. En cualquier caso no pasará mucho hasta que tenga la homónima asignatura en mi lenta pero lenta carrera como historiador.

    saludos.

  26. Aretes dice:

    Incitatus, enhorabuena por el estreno, que ya era hora que quien diserta en otros frentes tuviera uno propio.

    Epaminondas, lenta… pero intensa ¿no?

  27. Incitatus dice:

    ¡¡Y espero que no sea el único frente!!
    Gracias Aretes, Epaminondas y Koenig.

  28. Casio dice:

    Propongo -yo como Aretes- lenta…, pero con buena letra

  29. Germánico dice:

    Es ese libro, efectivamente, Koenig. Y opino de él lo mismo que tú.

    Opino.

  30. Terminus dice:

    Buenas tardes, ante todo un saludo ya que esta es la primera vez que me decido a participar en una discusión (seguro no será la última). Mi enhorabuena a todos los que habeis creado y manteneis esta página, la he descubierto hace poco y es una delicia (sólo saber que hay más gente a las que les gustan los mismos temas… ¡¡¡y encima les gusta Harry Potter!!! ¿Dios mío, no estoy loco o al menos no estoy sólo!)

    En fin, me he decidido a paricipar más por el tema de la transmisión de conocimientos que por el libro (ya que aún no he tenido oportunidad de leerlo, que ya llegará). Por lo que veo la mayoría de los que intervienen estudiaron historia, y me alegra (o mejor dicho, me entristece) ver que el problema que yo creía único de ciertas carreras más científicas (léase Químicas, Físicas…) de profesores con muchos conocimientos ??? que no saben trasmitir (y en muchas ocasiones sin muchos conocimientos) es extensivo a otras muchas carreras. ES una pena. Quizás el problema sea que en España no existe más que una manera de estar en la Universidad y, por tanto investigar, que es ser profesor. ¿Cuántos magníficos investigadores se ven obligados a dar clase sin saber ni desearlo y cuántos magníficos profesores quedan fuera de la Universidad porque los méritos de docencia no se tienen en cuanta en nuestras oposiciones.

    En fin,…país.

    Por eso estoy de acuerdo con todos aquellos que comentais la necesidad de intentar explicar de modo sencillo los conocimientos y, quizás el intento deba ser recompensado (como en este caso). No hay duda que de la repetición puede salir la mejora, y ya me ha quedado demasiado largo el comentario (se nota que es el primero, espero mejorar en los siguientes).

    Saludos varios.

  31. Aretes dice:

    Términus, interesante tu postura y tu pregunta.

    Mientras leía tu comentario, me venía a la memoria el entusiasmo de mi hijo durante quince días en química, por la sustitución de su profesor por otro de «la vieja escuela», que también me dio clases a mí. Las situaciones que planteas se dan noo solo en la universidad… también en el bachillerato, en la secundaria… y es una pena.

    Existe el licenciado que no encuentra otro trabajo, por comodidad o por facilidad o vete tú a saber, y se convierte en el déspota de la tarima y el borrador.
    Existe aquél que da clase como quien da margaritas a los cerdos, sin confiar en absoluto en el fruto de las mismas.
    Existe el inútil, que simplemente, nadie entiende cómo ha podido llegar a rellenar la solicitud de una entrevista.

    Y luego existe el profesor de vocación, que se prepara, que sabe y que transmite. Pero es éste, el que da el valor que tiene a la educación, el que disfruta dando clase, capta la atención, hace que lo insulso siga siendo tema de discusión después de terminar, normalmente agradece una pregunta en un despacho y está abierto a cambios y novedades.

    El único pero que pondría a tu comentario es en lo de explicar de modo sencillo… Me parece un error y me explico: no es lo mismo sencillo que claro, me espanta cuando alguien ofrece facilidades, llámase apuntes, resúmenes, quitar temas, etc…, para afrontar una asignatura. Prefiero a los que dan las herramientas para enfrentarse a ella, sin pensar que los alumnos sufren algún retraso o incapacidad mental generalizada, intentando que «suden» la materia, confiando en estimular las aptitudes, que las tienen. Tampoco es un pecado con un solo culpable. Hoy en día, desde pequeños, todo tiene que ser fácil. Los libros… de poquitas páginas y si lo hay en película, mejor. ¿Pereza o incapacidad? Ahí están las ventas de los tochos de Harry Potter.

    Por cierto, bienvenido y que no sea la última vez.

    Saludos de otra fan de Potter.

  32. Vorimir dice:

    Bienvenido Terminus, pero sin insultar con eso de fans de Harry Potter :P

  33. Aretes dice:

    (Inciso: Vorimir, :P)

  34. Terminus dice:

    Aretes: lo has clavado. El problema de las palabras (o con las palabras) es que a veces al elegir una damos un sesgo que no queríamos dar. Por eso es tan difícil, y tan bonito, cuando alguien consigue encontrar las adecuadas. En tu caso has expresado perfectamente la idea que tenía en mente. EN todo caso, al decir sencillo también quería dar a entender que está bien ponerse en el lugar del «otro» y explicar la idea bajando de nivel conceptual sin por ello traicionar la idea que queremos explicar (ejm: se puede explicar la idea de la relatividad general de manera comprensible sin tener un master en matemáticas de última generación)

    Vorimir: el que se pica…

    Saludos varios.

  35. Incitatus dice:

    Creo que ahí está la cuestión:

    Yo no quiero que las cosas se les simplifiquen a los estudiantes, tienen, y tenemos (estamos toda la vida aprendiendo) que valernos por nosotros mismos, pero eso no hace necesario que las clases, de los que sean, tengan que ser un tostón, ni por ende que los libros lo sean.

  36. Laurence dice:

    Pero vamos a ver, de qué estamos hablando (en el buen sentido y sin que nadie se me ofenda). Estamos mezclando la educación y formación obligatoria con la universitaria, y ambas distan mucho entre sí. Aunque la precariedad de la segunda cada vez tenga más fundamento en la mala formación de la primera. Pero quizá no sea sólo culpa del profesor, quizá también ellos se sientan frustrados por la poca receptividad actual de muchos alumnos, por el propio sistema educativo (que es deplorable), por los propios padres (que no tienen tiempo o ganas, o vete tú a saber qué, ni para hacer los “deberes” con sus hijos, ni siquiera que se les manden deberes…no sean que nos lo traumaticen con tanto trabajo… ),etc. Y hasta aquí me refiero a la educación “obligatoria”. Efectivamente no les puedes quitar temario a los niños, ni editar libros que parecen comics, ni tratarlos como a deficientes mentales que no dan más de sí (todo en el mejor sentido y dicho con mucho respeto).

    Pero seamos honestos… ¿que en la universidad no nos den apuntes? ¿valernos por nosotros mismos?¿que no nos faciliten y expliquen los conceptos de forma sencilla? Y cómo adquirimos los conocimientos…¿de forma espontánea? (que esto con más motivo también lo aplico a los menores; después de todo al universitario se le presume cierta formación). No sé vosotros, pero al menos yo lo primero que preguntaba a un profesor era que me facilitara un manual de referencia (aparte de los apuntes que tomaba en clase, y que agradecía cuando se entendían bien). Que estoy totalmente de acuerdo en que no dejamos de aprender nunca (al menos yo). Pero claro… si nos valemos por nosotros mismos, no necesitamos que nos faciliten nada, ni apuntes, etc, para qué queremos profesores. Hablo por mi experiencia personal, claro. Y a mí, curiosamente, en la universidad , los profesores que me facilitaban apuntes, manual y cuanto se les pidiera, han sido los que más me han aportado a mi vida personal y profesional. Y eran los que llenaban las clases, y provocaban el debate, y los que no tenían complejo en que cualquiera les cuestionara una opinión, y te hacían formarte la tuya propia… y pensar por ti mismo. Y, por desgracia, a esos los cuento con los dedos de una mano y me sobra algún dedo.

    No es lo mismo ampliar conocimientos, que entonces sí necesitas que se te aporte algo más, que adquirirlos. Y ahí necesitas partir de una base. Y el que un docente (o un escritor) transmita o no (no solo conocimientos, sino algo mucho más importante, pasión por el tema y que provoque en uno el deseo de conocer más) nada tiene que ver con que sus clases (o libros) sean sofisticadas, impostadas, o con pretensiones de erudición, ni con que se den facilidades o no al alumno (o al lector). Otra cuestión muy distinta es la pretensión con la que se te “vende” algo y que después no cumpla las expectativas – ora por exceso, ora por defecto-

    Y no siento disentir, pero sí el tostón que he soltado y más a estas horas. Bueno, y el que haya quedado un tanto farragoso :S

    Buenas noches.

  37. Terminus dice:

    Estimado Laurence, estoy de acuerdo contigo en mucho de lo que dices. No cabe duda que hay que distinguir entre educación obligatoria y universitaria, y tampoco cabe duda de que la forma de recibir y dar ambas debe ser distinta. En mi opinión, como bien reflejas en tu amena exposición, gran parte de la falta de calidad actual de la segunda viene de los problemas con que llegan los alumnos de la primera (de hecho, desde este año conozco al menos dos universidades que han empezado a dar cursos en verano para los alumnos que empiezan en Septiembre la universidad para intentar paliar el nivel ínfimo con el que llegan a sus aulas, ¿recuerdas que en nuestra época se hiciese eso de manera oficial? yo, al menos, no lo creo.).

    Aquí es donde surge entonces el debate: ¿Los niños de ahora son más tontos que los de antes o lo que falla es el sistema nuevo? Por mi parte, como NO creo que los niños sean más tontos, la única explicación que yo le veo es el sistema, que a fracasado totalmente. ¿Por qué? Ese es otro dilema, y cada uno, sewgún nuestra experiencia propia, nuestras ideas, nuestros conocimientos…tendrá su opinión. La mía es que uno de los problemas es la falta de exigencia hacia el alumno, existía un problema de fracaso escolar, solución: prohibamos el fracaso (es decir, dificultemos repetir, pongamos difícil suspender, bajemos el nivel de exigencia…).

    A esto, me parece, se le añaden otros muchos problemas:los padres cada vez más pasotas y permisivos entre otros. Del resto de problemas yo al menos veo uno incambiable: la sociedad. Cuando yo comenzaba a estudiar siempre recuerdo frases como: «estudia para ser alguien en la vida», «del esfuerzo vendrá tu premio»… (si, ya se que soy muy viejo, lo siento). ¿Creeís que ahora eso tiuene algún sentido cuando ven con sus propios ojos que vive mejor una tal del gran hermano que se ha acostado con un cual de fama?¿Qué es mejor, ser profesor de universidad, médico, abogado o futbolista…?

    En fin, perdonadme, ya se q

  38. Terminus dice:

    (perdón por el corte) ya se que me he alejado del tema en cuestión pero se ha tocado una fibra sensible en mi ser y salto. Procuraré ser más escueto la próxima vez (si la hubiera).

    Saludos varios.

  39. Aretes dice:

    Laurence, evidentemente no se puede mezclar la enseñanza obligatoria con la universitaria. Te doy toda la razón en ésta última, no hay nada peor que el profesor que imparte clase sin importarle la formación académica, objetivo de esa clase, no olvidemos.

    Terminus, hoy en día confundimos conceptos con capacidades. Es tan fácil encontrar cualquier cosa dando a una tecla que ¿para qué nos lo vamos a aprender?. Se pierde de vista el desarrollo de la memoria, la síntesis, la exposición, el racionamiento lógico, … capacidades que se adquieren y se ejercitan mediante esos ejercicios tan «inútiles» y tan poco valorados.

    Trístemente se valora el éxito rápido, la inmediatez, la prisa… a veces es contra lo que se lucha, más que la dificultad, el tiempo que lleva el buscar algo, leerlo o escribirlo. Por cierto ¿cuántos exámenes tipo test se hacen actualmente frente al que implique una mínima redacción?

  40. Incitatus dice:

    En el caso que nos afecta, la historia, creo que el problema es muy grave.

    En los colegios y los institutos cada vez se le da menos importancia y cada vez se centra más en estudiar el ombligo regional que una visión global de todo, y eso es muy peligroso.

    Por desgracia creo que en historia, en las universidades, pasa más o menos lo mismo. Dígase de ejemplo: ahora en la Complutense están dando dos asignaturas anuales de tres horas semanales cada una llamadas ESPAÑA 1808-1875 y la otra ESPAÑA 1875-1939 mientras que a HISTORIA CONTEMPORÁNEA UNIVERSAL solo le dan tres horas semanales. ¿no es esto mirarnos un poco el ombligo?
    Más aún, centrandonos en el método, se estudia mucho un yacimiento pero no se relaciona con lo que hay al lado. No hay muchas veces capacidad de relacionar el yacimiento con aquellos que le rodean y con ello emitir alguna teoía por arriesgada que sea, sobre todo en prehistoria. Lo mismo pasa con los artículos que cada vez más especializados pierden capacidad de integrarse en el conjunto y al final solo son accesibles a otro profesional, quedando el descubrimiento circunscrito a una, digamos, élite minoritaria que no es capaz de difundirlo, al público general, o por lo menos al interesado.

    Quiero decir si los profesores, por lo menos muchos de ellos, no son capaces de difundir la materia que están dando, que están investigando, ya sea por plomizos, enrevesados o incluso incomprensibles, ¿de qué sirve? Y lo mismo ocurre con los libros que escriben. (que tampoco es el caso de este, es duro pero no es para tanto) El método está bien pero si se sigue demasiado al pie de la letra se pierde el objetivo final, que creo que es el conocimiento general y no el individual.

    Seguramente lo mismo pasa con muchas otras materias.

  41. davide dice:

    Yo creo, que ya está bien de esas asignaturas tan globales, de este sistema basado en clases magistrales con apuntes amarillentos. Los profesores universitarios deben explicar sobre los temas en que son especialistas y enseñar a investigar, a razonar, a argumentar, etc. El que quiera saber toda la Hª Contemporánea de España, por ejemplo, que se compre un manual y se lo chape.
    Creo que hay muy buenos profesores universitarios que están amargados por tener que dar clases como si estuvieran en los institutos , y otros que no servirían ni para imaprtir docencia en éstos últimos.
    Por el bien de la Universidad española cambiemos el sistema para favorecer a los primeros y para arrinconar a los segundos.

  42. Laurence dice:

    Pues estoy de acuerdo contigo Terminus en que yo tampoco creo que los niños de hoy en día sean más tontos, y que el sistema hace aguas por todos lados. Y lleva razón Aretes cuando dice que hoy en día se valora el éxito rápido. Y también es verdad que los estereotipos que tienen hoy en día los niños y jóvenes distan mucho de los que tuvimos nosotros en nuestros días. Y es verdad Aretes lo de los exámenes tipo test. Pero ahí la culpa sí es de los profesores (especialmente cuando esto pasa en la Universidad), porque encima reconocen que lo hacen por comodidad (es genial que una maquinita te corrija los exámenes y te de los resultados en cuestión de minutos) y encima te evitas el mal trago de leer la deplorable expresión y redacción de tus alumnos, la mínima comprensión de la materia y miras para otro lado al tiempo que le pasas la pelota al siguiente siendo todos conscientes del bajísimo nivel que hay pero sin que nadie haga nada.

    Y es verdad Incitatus, es muy peligroso que en los colegios e institutos se reduzca el ámbito de estudio a lo puramente local/regional perdiendo la perspectiva global de los conocimientos.

    Pero, honestamente, y aquí opino, o más bien reflexiono, sin ser mi disciplina la Historia. A mí no me parece mal que en las universidades españolas se estudie con mayor especialidad la Historia de España (siempre que no se pierda la perspectiva de la Historia Universal, claro). Porque después de todo…. ¿no decimos siempre que los mejores hispanistas son ingleses, franceses o alemanes? ¿Porqué los ingleses y franceses son tan «patriotas» cuando escriben sobre su Historia? (digo lo de patriotas en el sentido de ensalzar su Historia, sentirse orgullosos de ella y además difundirla por doquier). Quizá es que en España no se estudia su Historia ni se promueve su divulgación como se debiera. Así que el que se empiece por los futuros historiadores me parece sembrar una buena semilla. Otra cosa será el fruto que nos de.

    Saludos.

  43. davide dice:

    Lo que tiene que hacer los profesores universitarios es enseñar a investigar, argumentar, razonar, etc, basándose en aquellas materias donde esespecialista; y dejarse de tanta clase magistral sobre temarios inabarcables.
    El alumno que llegue a la universidad y no conozca mínimamente la Hª Universal o la de España, que se compre un manual, que los hay muy buenos y se lo estudie.

  44. davide dice:

    Más investigar, más razonar, más debatir en las universidades y menos clases magistrales. El alumno universitario que quiera conocer la Hª Universal o la de España, que se compre un manual, que los hay muy, muy buenos y que se lo estudie.

  45. Laurence dice:

    Disculpa Davide, porque igual mi pregunta es capciosa e impertinente. Pero si el alumno universitario que quiera conocer la Hª Universal o la de España que se compre un manual, porque a eso no se va a la universidad… cuando uno se matricula en la licencitura de Historia…¿qué pretensión tiene? porque si no es aprender Historia (porque se presume que eso ya lo debes llevar aprendido o te lo aprendes sólo leyendo un manual), ¿te matriculas con la expectativa de que te enseñen a investigar? Por que digo yo que para eso mejor que se cree una licenciatura de Métodos y Técnicas de Investigación (y pasamos a especializar lo que hasta ahora es solo una asignatura de divesas licenciaturas y diplomaturas).

    Y conste que la parte de que en la universidad te enseñen a razonar, debatir e investigar me parece esencial, pero yo no quiero renunciar a las clases magistrales (que son muy distintas de las pretenciosas), ni a que me formen en una disciplina. Supongo que al final cada cual tiene también su propia imagen y expectativa de para qué debe servir la universidad.

    Saludos.

  46. davide dice:

    A lo que me refiero es, que esas asiganturas tan pretenciosas con temarios inabarcables, deberían ser sustituidas por otras más específicas, donde el profesor pudiese optar por otros métodos que no fuese el tan manido de dictar apuntes.

  47. Urogallo dice:

    Habría teorías sobre eso, a veces se llega a injusticias como la que relato:

    Examen final de Historia contemporanea universal. 2 preguntas, alternativas, «Causas de la SGM», «Desarrollo de la SGM». Comienza un rumor ensordecedor.

    «Perdone profesora, pero esto no aparecía en ningún lado por los apuntes».

    «Por favor señores. ¿Alumnos de 2º de Universidad necesitan preparar estas preguntas?. Esto es cultura general».

    Respuesta del alumnado: Desbandada general. Yo casi no me enteré, estaba en el séptimo cielo contando como Chamberlain tomaba el té con Hitler en Berchstesgaden…

  48. davide dice:

    Desde mi modesta opinión, al menos deberían existir dos itinerarios claramente diferenciados en una buena parte de las carreras, cada uno de los cuales, con sus respectivas asignaturas, , métodos específicos, etc.
    De tal manera, que nos encontraríamos con una especialidad más bien dirigida a la investigación, y otra más encaminada a la docencia.

  49. Koenig dice:

    Buenos días.

    Por aportar mi granito de arena.

    Creo que tiene que haber una diferencia entre la educación obligatoria y la universidad. Aunque sólo sea por lo dicho, que la primera es obligatoria y la segunda es, se supone, voluntaria.

    Lo que no tiene mucha lógica es estudiar un manual y unos apuntes en el último curso de bachillerato (en mis tiempos era el COU), y luego encontrarte con un manual o unos apuntes en la universidad. No puede ser la una, una continuación de lo otro. Aunque sea en un campo mas específico.

    En la universidad el interés del alumno debe darse por sentado. Debe suponerse que en cuanto el alumno disponga del temario de una asignatura se interesará por aprender todo lo posible sobre ese temario (posible en virtud de su tiempo, obligaciones, medios y capacidades). Porque la verdad, estudiar una carrera para racanear conocimientos es un poco triste. Y a largo plazo no rinde.

    En el caso concreto de la carrera de historia (que, aclaro, no he estudiado, aunque todo se andará), la universidad debe, en primer lugar, enseñar al alumno a investigar, a mover fuentes, a buscar datos y a contrastarlos.

    El alumno que se estudie, examine y apruebe con un manual o con unos apuntes de Historia de Roma, corre el riesgo de reducir la Historia de Roma a una sola fuente, cuando precisamente la pluralidad de fuentes es una de las características básicas del estudio de la historia.

    Ese mismo alumno, con ese mismo manual o apuntes, corre el riesgo de aprender también que las fuentes te las dan ya listas para aprender, y no es así. Libros tan claros como la historia de Roma de Tito Livio o «La Guerra de Yugurta» de Salustio (por poner dos ejemplos de fácil lectura) necesitan ser interpretados y analizados, no estudiados (aunque una bonita cita no es mala cosa). Ese estudiante corre el riesgo de tener unos conocimientos literarios enciclopédicos, pero no de historia.

    Con respecto a las clases magistrales. Me parecen perfectas (habría que definir magistral de todos modos) en la medida en que quien las da imparta capacidad de análisis, capacidad crítica, afán de investigación. Si el ponente se dedica exclusivamente a hablar de su visión de la historia de Roma, volvemos al mismo problema, el estudiante se come, redondito, lo que le sueltan, lo almacena y lo repite.

    El resultado al que se ve abocado este estudiante que, oye, con el manual ya tiene mas que de sobra, es convertirse en una enciclopedia, un gran conocedor de la historia. Pero de ahí a ser «historiador», igual va un buen trecho.

    Opino.

    Saludos.

    Koenig.

  50. Epaminondas dice:

    El único aspecto en el que le encuentro cierta ventaja a la UNED -donde me encuentro embarcado rumbo a la Historia- es que si manejamos bibliografia (no hay más huefs dada la parquedad lectiva), y que por nuestra edad y disposición somos tipos con notable amor por lo que hacemos.

    Saludos

  51. Clío dice:

    Bueno siguen los problemas: sí a la especialización o no, gran dilema, cuando hace algunos años cambiaron los planes de estudio y la mayoria de las asignaturas se hicieron cuatrimestrales creimos haber entrado en la era de la especialización pero surgieron una serie de problemas vease: asignaturas que repetian contenidos , asignaturas que eran la tesis de tal o cual profesor, la cantidad de la mismas era inabarcable, se volvieron a modificar ciertos planes y la cosa mejoró pero poco, y de nuevo volveremos a modificarlos para poder homologarnos al plan europeo, en fin, la controversia continua. Yo hice la carrera de Geografía e Historia, sección Arte con tres años de comunes y dos de especialización, y nos quejabamos de que era poco tiempo de especialización, mi hermana hizo la misma carrera, Historia del arte, en un año menos y sin asignaturas comunes, y tambien se queja de que no sabe nada de Historia o geografía(esto último lo ha sentido en propias carnes, al preparar las oposiciones a secundaria, donde la mayoria de los temas son precisamente de estas asignaturas y poquísimos de historia del arte) en fin no sé si llegaremos algún dia a un consenso equilibrado, esperemoslo, mientras tanto paciencia..

  52. Terminus dice:

    Bueno, bueno, lo que se pierde uno en un día.

    Como diría aquel, «perdón por las disculpas» pero hay tantos temas interesantes que quizás me alarge un poco:

    Me interesa especialmente el problema de las clases magistrales vs clases participativas o de opinión (espero haber entendido bien ambas opciones). En principio creo que en España (que el país que más conozco) el problema es de concepto de Universidad, ya que en lugar de una educación de élite (que por desgracia en este país parece para gran parte de su población una palabra malsonante) se trata en la práctica de una extensión de los estudios obligatorios (tened en cuenta que el bachillerato NO es obligatorio, cuánto menos la universidad). Si partimos de esta idea, ¿cómo hacer clases participativas con 200 alumnos? Yo creo que es imposible (y creedme , lo he intentado). Al final dar clase se resume en una manera de intentar emocionar en lo posible a tus alumnos para que ellos, si perseveran y quieren profundicen y, en algunos casos continúen especializándose y ahí si, con menos alumnos, hacer otro tipo de clase (en el doctorado).

    Es una lástima, pero, ¿Cuántas personas conocéis que querían hacer… por ejemplo medicina y acaban haciendo…yo que sé, biología? ¿Esto tiene algún sentido?¿Cómo se puede ir a hacer una carrera como si fueses al super? Quería vino Don Simón, pero como no había he cogido marca Día (perdón por la publicidad.

    No se cuál es la solución (bueno, alguna si la sé pero no es políticamente correcta) aunque quizás la implantación de examenes de ingreso para cada carrera fuese un buen comienzo.

    Interesante tema en todo caso ¿debe todo el mundo acceder a la universidad o sólo los que estén capacitados?

    Saludos varios

  53. davide dice:

    Me parece, Koening, que estoy plenamente de acuerdo con tu última intervención.

  54. Koenig dice:

    Gracias davide.

    Con respecto a una forma de analizar la capacidad de los alumnos para estudiar una carrera, creo que en otros países regía una regla de tiempo: véase los dos primeros cursos en tres años. Lo cual servía para que el alumno probara y viera si realmente era capaz de suministrar el suficiente esfuerzo en relación con su interés por la carrera.

    Saludos.

  55. Clío dice:

    Volviendo al tema del libro del Prf. Bravo, sería bueno que entrara en esta reseña y nos expusiera su parecer: si verdaderamente el libro se hizo con fines divulgativos o bien con caracter académico, en fin que nos cuente algo, que sé de buena tinta que nos lee….ánimo. Saludos

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