HERNÁN CORTÉS – Salvador de Madariaga

HERNÁN CORTÉS - Salvador de MadariagaProlífico escritor, Madariaga trabajó mucho el tema hispanoamericano. Gustó de ahondar en la historia del descubrimiento, conquista y poblamiento español en América. La magnífica biografía que nos ocupa, nos presenta su visión del más grande y legendario conquistador español, que generó –y sigue generando- fuertes controversias, como todos los grandes personajes de la Historia. Madariaga trata de equilibrar las diversas opiniones y razonar las conclusiones a que acaba por llegar. Y sobre todo, hace un verdadero esfuerzo por comprender y hacer llegar al lector la situación histórica en la que se enmarca la vida y hechos de Hernán Cortés, las costumbres y las ideas imperantes, tan distintas a las contemporáneas, la inmensidad de su hazaña. Y no solo muestra el contexto de los españoles, sino también el mundo indígena que se encuentra Cortés al llegar. Dedica un prólogo introductorio a pintar un fresco de la civilización azteca, sus crueles y sangrientas prácticas religiosas, los hábitos antropofágicos, así como una estructurada vida social, una desarrollada astronomía y arquitectura, y el ambiente de la corte de Moctezuma en Tenochtitlán/Méjico, para acabar presentándonos la leyenda de Quetzalcoatl, el dios cuyo retorno los aztecas esperaban cual Mesías. Leyenda que creen cumplida al tener noticias de la llegada de Cortés, y que facilitará su primera conquista. Cortés encarnará, pues, a esa serpiente emplumada. Y Madariaga va a utilizar ese símil a lo largo de la biografía para definir la personalidad del conquistador español.

Porque la descripción que nos ofrece del carácter de Cortés siempre va a tener dos facetas: la del administrador, hombre de leyes, político (la serpiente) …y la del aventurero, el conquistador, el militar, el hombre de acción (el águila). Siempre, inserto completamente en su época, el Renacimiento. Una época habituada a la crueldad, a la violencia, a la esclavitud (sobre todo entre razas), pero también al honor, al rango, a la búsqueda de lo desconocido, el espíritu descubridor renacentista, junto a la defensa y propagación de la fe religiosa.

Madariaga se apoya firmemente en los diversos cronistas de Indias (que a su vez, cuentan distintas versiones de los hechos): Bernal Díaz del Castillo, Andrés de Tapia, Gómara, Las Casas, Sahagún, Sandoval, Oviedo, Torquemada y el propio Cortés, en sus cartas al Emperador Carlos V (que por cierto, le hizo poco caso y pocos favores) Principalmente Madariaga recurre como término medio a Bernal Díaz y a Tapia, además de Cortés, por ser los únicos que participaron directamente en las campañas militares y estuvieron junto a él gran parte del tiempo. A Gómara le considera excesivamente laudatorio y justificativo, y a Las Casas, obsesionado por completo por destruir la reputación de los conquistadores españoles, adoptando desde el primer momento el punto de vista de los indios…o lo que toma como tal. Cuando Madariaga elige explicar uno u otro hecho, o bien cita textualmente los párrafos de los cronistas de la época, o bien reproduce la opinión de unos u otros, contrastándola, y razona por sentido común y por cohesión lógica, por qué se decide por una y no por otra. Luego, cuenta los hechos.

El libro está dividido en seis partes y un prólogo. En este, quiere el autor mostrar lo que se va a encontrar Cortés y sus tropas al llegar a México. Qué civilización encontraron los españoles y qué esperaban encontrar los aztecas, de acuerdo a sus mitos y leyendas, sus dioses y profecías.

El prólogo resulta un comienzo algo desalentador para el lector, ya que incluye una gran cantidad de términos aztecas e indios, el complicadísimo calendario, detalles costumbristas, etc. que en general, aturden y desconciertan. Si el lector consigue rebasarlo (o simplemente, dejarlo para más tarde), comienza la narración biográfica por la vía habitual: infancia, adolescencia y juventud española del conquistador, hasta su llegada a Cuba desde donde tiene noticia de los primeros intentos infructuosos de pisar tierra mejicana (los de Montejo, Dávila y Grijalba).

En la segunda parte, Cortés, toma el mando de la expedición definitiva, se lanza a la mar, pisa tierra mejicana y funda Veracruz. Luego Cortés, al que los indios apodarán Malinche, (por su relación amoroso-administrativa con la india Malintzin, que tuvo una importancia enorme como intérprete, luego bautizada como Doña Marina), destruye (que no quema, en realidad) sus naves, y comienza la arrolladora marcha hacia el interior del país.

La tercera y cuarta parte narran el proceso de conquista de Cortés, los distintos territorios a los que va accediendo, (la terrible matanza de Cholula, las alianzas con los enemigos de los mexicanos, etc.) las poblaciones y tribus con las que combate o con las que se alía, y cómo va trazando su plan de ir dividiendo y enfrentando a las tribus entre sí para finalmente acceder a la capital del imperio azteca, Tenochtitlán. Las relaciones con Moctezuma, el jefe azteca, y con sus subalternos, capitanes y familiares, en principio son cordiales, incluso la cautividad del azteca es muy relativa. Madariaga lo explica por la religión, las creencias de los indios sobre la llegada de los españoles, a los que consideraban semidioses. Por último, y curiosamente, el propio Cortés echa a perder esta primera conquista en un arrebato de ardor religioso. Asimismo, llegan nuevos contingentes españoles a Veracruz, al mando de Pánfilo de Narváez, pero no para ayudar, sino ¡punitivos!. Como siempre, la eterna discordia interna española. Madariaga recuerda al lector en varias ocasiones que el español no soporta el éxito ajeno, que la envidia es uno de los defectos tradicionales, que se cumplen con creces en la figura de Cortés.

Resuelto por las bravas el tema con Narváez, retorna a la capital del imperio, donde el contingente de tropas allí acuartelado ha sido masacrado, y las tropas que lleva Cortés se ven en un serio apuro, puesto que los inicialmente amistosos aztecas están ya en pie de guerra. Han de huir, humillados, con nocturnidad y alevosía, y con el rabo entre piernas, en la llamada “Noche Triste”. Curiosamente, Madariaga no hace mención de esta alocución, quizá porque surgiera posteriormente a él. Sin embargo, la cuenta con todo detalle, y es francamente un pasaje estremecedor, que causó en Cortes (y en todo su ejército) hondo pesar.

También incluye esta parte la recuperación de Cortés, reorganizando las tropas y recibiendo nuevas aportaciones españolas e indias, concluyendo con la toma definitiva de México, tras un terrible asedio que durará tres meses, lleno de avances y retrocesos, puesto que los aztecas estaban dispuestos a matar o morir.

En la última parte narra el retorno a España, los diversos encuentros con el Emperador Carlos V, las diversas expediciones (a Honduras, a California, etc.) por la parte del Pacífico, incluso la que se organizó en contra de Argel, y a la que se unió un maduro Cortés, que a la sazón estaba en España. Sabremos también de las numerosas intrigas contra su fama y poderío, y la paulatina decadencia de Cortés, que morirá lejos de su amado México, humillado por sus enemigos e incluso desdeñado por el propio Carlos V, que nunca le quiso hacer Virrey de la tierra que conquistó .

Lo interesante de esta biografía, no es tanto la narración –que también- de los hechos   de la conquista (de los cuales disponemos múltiples y variadas versiones, además de las clásicas), y que en algunos tramos resultan francamente difíciles de entender por la complicación de los nombres tanto de las personas como de los lugares, y la necesidad continua de consultar mapas para comprender los recorridos y las distancias. Lo interesante, digo, es el retrato que Madariaga traza del capitán español, de su carácter, las relaciones con sus hombres, las relaciones con las mujeres, (Doña Marina/Malinche incluida), su concepción religiosa y su estrategia militar, y la manera que tenía de afrontar los problemas y encarar la vida. Y lo traza mostrando sus hechos y sus pensamientos, al recurrir muy a menudo a citas textuales de sus cartas a Carlos V. Ellas muestran los más íntimos pensamientos de Cortés y la lejanía (física y moral) del Emperador. También destaca Madariaga detalles importantes, como la concepción española de que las tierras conquistadas no eran colonias (al modo que lo fueron las conquistas británicas), sino nuevos reinos que se sumaban a los de Castilla y Aragón, al Imperio.

Biografía altamente recomendable, por su bastante conseguida objetividad, y el modo en que el autor va presentando los hechos, apoyándose en fuertes pilares históricos. Sin embargo, también hay que reconocer que es una obra muy densa y de lenta lectura, a pesar de ser interesantísima.

Salvador de Madariaga y Rojo (1886, La Coruña – 1978, Locarno , Suiza ) fue un diplomático español, escritor, historiador y pacifista español.

Escribió diversas publicaciones y ensayos (en francés, inglés y alemán, además de español y gallego)sobre Don Quijote , Cristóbal Colón , el Hamlet de Shakespeare, y la historia de América Latina. Militó en favor de una Europa unida e integrada Europa.

Hernán Cortés, Salvador de Madariaga. Espasa Libros, 2008

Ariodante
Enero 2015

[tags]Hernán Cortés, Salvador de Madariaga, América, hispanoamérica, México, biografía[/tags]

Compra el libro

Ayuda a mantener Hislibris comprando HERNÁN CORTÉS de Salvador de Madariaga en La Casa del Libro.

     

14 comentarios en “HERNÁN CORTÉS – Salvador de Madariaga

  1. Rodrigo dice:

    Exhaustiva reseña, Ario. Confieso que mis conocimientos de Cortés son limitados, debidos más bien a lecturas genéricas. (Hablando de dispersión cultural: es tan extensa la América nuestra…)

    Buena recomendación. ¿Dices que a Cortés también lo apodaban “Malinche”, como a la mujer? Curioso.

  2. Publio dice:

    Muy buena reseña, Ario. En efecto, la biografía que realiza Madariaga es interesante, densa y bastante exhaustiva.

    Con respecto a la conquista de Méjico es muy interesante la lectura de Historia verdadera de la conquista de la nueva España, obra que leí con mucho gusto. No así las Cartas de relación del propio Cortés aunque sin embargo las considero imprescindibles para comprender bien todo el fenómeno de la conquista mejicana.

    Ahora tengo en la carpeta de pendientes La conquista de Méjico de Hugh Thomas a ver cuando le llega su turno.

  3. Rodrigo dice:

    Buf, ese de Hugh Thomas lo vi hace un par de años en la Feria del Libro Usado de Santiago, en buen estado y barato. ¡Y no lo compré! Torpeza la mía.

  4. ARIODANTE dice:

    No lo digo yo, Rodrigo, ( lo de Malinche) , lo dice Madariaga…

  5. Rosalía de bringas dice:

    Gran reseña para un personaje atrayente…
    Una pregunta: ¿cuándo fue escrito el libro? ¿Es una reedición? Lo pregunto por si consideras que en la elaboración de la biografía puede haber influido el momento histórico en el que fue escrito.
    ¿Es complaciente con el personaje o está en línea con la historiografía crítica sobre la conquista española)? ¿Aprecias admiración hacia él? ¿Es objetivo?
    Gracias y un saludo.

  6. ARIODANTE dice:

    El libro, querida Rosalia, fue escrito en 1941. Han habido algunas reediciones, obviamente, entre ellas la que yo he usado. Pues no sé hasta qué punto se podría decir que el momento histórico influye en Madariaga, no sabría decirte. No creo que estuviera pensando en Churchill…
    Respecto a lo que me preguntas sobre si es complaciente o no, si has leído detalladamente mi reseña, deberías haber deducido la respuesta, aunque lo mas probable es que yo no me haya expresado bien. Yo no usaría la palabra «complaciente», que denota cosas diversas. Admiración, Madariaga destila admiración,…pero no ciega. No es un amor loco, no le impide ver los errores que cometió su personaje, no le impide mostrar las diversas versiones para tratar de ser lo mas objetivo posible. Pero de que le admiraba, ¿qué duda cabe?
    La historiografía crítica o no, siento decirte que la desconozco. ¡No soy especialista en Historia! Es la primera biografía que leo de Hernán Cortés, y pensé que o leía a Bernal Diez o leía a Madariaga…y elegí a este último. Sé que, sobre todo desde fuentes británicas ( que el propio Madariaga también cita) y desde las mexicanas contemporáneas, Hernán Cortés es casi comparado con el Duque de Alba (el histórico, el de Flandes) por su crueldad y violencia…cuando lo primero que vio al llegar a México fue como les arrancaban el corazón ( en vivo) a los víctimas para los sacrificios religiosos.
    En fin, querida Rosalia, espero haber contestado a tus preguntas, que agradezco de corazón ya que me han servido -o eso espero- para clarificar temas que no parece que haya dejado claro en mi reseña.

  7. ARIODANTE dice:

    Ya que mi anterior comentario esta en moderación, quisiera añadir otro ( que también me moderarán porque lleva enlace) y es una conversación entre dos Juanes, Granados y Laborda, sobre el tema de Cortés, precisamente. Es muy jugosa, ya la leeréis cuando me acaben de moderar

  8. Rodrigo dice:

    Muy interesante, Ario.

    Fíjate, curioseando en la red me enteré de un historiador y arqueólogo francés que postula la tesis de que el famoso libro de Bernal Díaz de Castillo, Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, en realidad lo escribió Cortés.

    Aquí, la información:
    http://www.jornada.unam.mx/2013/02/04/cultura/a10n1cul

  9. Rosalia dice:

    Gracias Ariorante.
    (Y por supuesto que tu reseña muestra el grado de erudición y el prestigio del autor…)
    No es que el personaje me interese en especial pero, pensando en un posible regalo (o recomendación), sí quería conocer el grado objetividad de su autor. Ya sabes que muchas biografías están lastradas por la propia ideología del autor y/o la época en la que fue redactado, y no es lo mismo hacer un estudio en los inicios del franquismo (como es el caso), con lo que pueda tener el personaje biografiado de modelo («esencias patrias», búsqueda en el pasado de referencias para el presente…) que haberlo realizado durante la República o en la Transición. ¿Me explico?

  10. ARIODANTE dice:

    No creo que Madariaga pueda ser acusado de franquista…se exilió en el 36 y solo regresó tras la muerte del general. Su ideología era precisamente republicana y liberal. No presenta a Cortés como ejemplo de «esencias patrias» pero tampoco lo hunde en la ignominia como los indigenistas o los británicos.
    Realmente Los españoles no sabemos valorar a nuestros héroes, o si lo prefieres, a nuestros hombres ilustres. A mi me parece que la gesta de Cortes es absolutamente memorable…como la de Balboa, Pizarro, Alvarado, y tantos otros que dedicaron su vida a las Américas.
    Carlos V tenía su mirada puesta en Europa y no supo valorar mas que el brillo del oro que le llegaba de América. No pudo calcular que se estaba ampliando España al otro lado del océano, y que no solo era oro lo que se podía esperar de allí.

  11. Publio dice:

    Interesante la tesis de Duverger, sin embargo, no explica (quizá lo haga en su libro) el por qué en La historia de la conquista de la Nueva España Cortés no sale especialmente favorecido en su retrato. Dado que en la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España díaz del Castillo reivindica el logro de la conquista como una gesta colectiva y no individual de un solo hombre. Tampoco el historiador francés explica el por qué de los fallos en las fechas que si son explicables en el caso de Díaz del Castillo por el gran tiempo existente entre los hechos relatados y el momento de ponerlos por escrito.

    Asimismo, tampoco explica que el propio Díaz del Castillo indica en su narración qué sucesos presenció, cuáles le contaron sus compañeros y cuáles conoció por papeles o escritos de otros, así que, ya no haría falta como dice Duberger que Díaz del castillo hubiera estado siempre junto a Cortés.

    Por último, la tesis de Duverger ha sido refutada, entre otros, por el académico español Guillermo Serés quien defiende la autoría de Bernal Díaz del Castillo.

  12. Caballero dice:

    Tendré que decir que me leí la biografía de «Cortés» de Duverger y el tipo me parece poco objetivo y profesional. Hubo partes en las que, además, se delataba su falta de documentación y seriedad. Vamos, que se le nota lo francés a la hora de destacar la gesta de Cortés, no tanto para ensalzar al conquistador extremeño como para humillar al emperador Carlos V, tan burdo, tan torpe, tan ciego… frente a su adorado (adorado por el historiador francés, claro) Francisco I. Sobre su absurda tesis de la autoría de Cortés de «La historia verdadera de la conquista de la Nueva España» no hay mucho qué decir. No tiene ni pies ni cabeza. Personalmente creo que lo hace para llamar la atención. No recomiendo ninguno de sus libros. Mejor las biografías que sobre Cortés han publicado un español-gallego Salvador de Madariaga y un mejicano Juan Miralles: «Hernan Cortés: Inventor de México.» Ambas escritas desde la admiración a una de las más grandes gestas militares de la historia y al respeto a las fuentes y a uno de los personajes que algún día será reconocido a ambos lados del océano por lo que fue: Un gran estratega militar y el fundador-inventor de una nación. Casi nada.

Responder a ARIODANTE Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Hislibris te informa de que los datos de carácter personal que nos proporciones rellenando el presente formulario serán tratados por Ediciones Evohé, S.L. como responsable de esta web. La finalidad de la recogida y tratamiento de los datos personales que te solicitamos (nombre y correo electrónico) es únicamente gestionar los comentarios que realices en este blog y jamás serán compartidos con terceros (salvo requerimiento legal). Legitimación: Al marcar la casilla de aceptación estás dando tu legítimo consentimiento para que tus datos sean tratados conforme a las finalidades de este formulario descritas en la política de privacidad. Como usuario e interesado te informamos de que los datos que nos facilitas estarán ubicados en los servidores de Factoría Digital (proveedor de hosting de Hislibris) dentro de la UE. Ver política de privacidad de Factoría Digital. Podrás ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación y suprimir los datos en hislibris@hislibris.com e info@edicionesevohe.com, así como el derecho a presentar una reclamación ante una autoridad de control.