GUERRA CIVIL ESPAÑOLA. LOS LIBROS QUE NOS LA CONTARON – Fernando Calvo González-Regueral
A pesar del título y de lo que uno podría temer, no nos encontramos ante un tedioso e indigesto catálogo de publicaciones, ni ante una árida recopilación de publicaciones destacadas, mejor o peor comentadas, sobre nuestra incivil contienda. Se trata de una historia de los libros, de la propia guerra que se ha venido librando (por suerte, hasta hoy sin víctimas) sobre hojas en blanco, expuesta a través de los volúmenes más representativos de su bibliografía.
El autor consigue una narración amena, basada en la comprensión clara, en su exposición crítica y documentada, pero también en su ironía, humor y perspicacia. Quizás estas últimas justifican un rasgo llamativo de la selección de obras: La inclusión de novelas. No sólo de las autobiográficas, sino de las muchas que han aportado un punto de vista singular sobre el conflicto. Merece la pena el inciso de que el autor no va a elegir “la novela” de la Guerra Civil, pero deja claro el empeño de varios autores en escribirla, y que la inmediatez de los hechos aportó dos hitos que aún se sostienen hoy en día (a la luz de su difusión) como son Foxá y Gironella (autor este último de una saga, de la que se recuerda esencialmente su comienzo).
Desde finales de los 80, sobreviven muy pocas personas que hubiesen tenido relevancia en la sucesión de acontecimientos. Esta evidencia cronológica nos obliga a meditar y a tomar distancia, recordándonos hasta qué punto vivimos de un lejanísimo recuerdo de los sucesos (80 años nada menos) que constantemente ha sido sometido al enfoque del presente para adecuarlo a la permanente evolución histórica.
Pero esta es la auténtica constante que emerge sobre el estudio y narración de la contienda, puesto que ya desde su origen, el régimen vencedor dirigió siempre cuidadosamente el relato de su victoria, y no sólo se dedicó a revisarlo puntualmente, sino que se adaptó en todo momento a esas exigencias del presente, olvidando unas obras o privilegiando otras, pero nunca con otro plan que no fuese el del pragmatismo. A la hagiografía de los 40, la sustituyó el boom de las novelas en los 50 y la necesidad de un enfoque académico en los 60, cómo parte fundamental de la ofensiva propagandística de los XXV años de Paz, que ya encontraba oposición no sólo entre los derrotados, sino también entre los historiadores anglosajones (Hugh Thomas). En cada momento, el régimen premió un tipo de obras, alentó otras, disuadió a ciertos escritores y directamente censuró a algunos (siendo García Serrano el curioso caso de alguien que sufrió todos estos vaivenes) para mantener el relato siempre en concordancia con la actualidad.
La mejor prueba de esto, es que el Régimen jamás escribió “su” versión completa y general de la “cruzada”. Es más, prohibió a los militares que la redactasen, concentrando su atención en aspectos particulares, para evitar el engorroso trabajo de tener que desmentirse a sí mismo, como ya había sucedido antes, cuando fue necesario ocultar la querencia por las potencias del Eje.
Supongo que es más un trabajo divulgativo que 100% historiográfico.
Muy curiosa esa negativa del régimen a dejar contar libremente la guerra para evitar recordar según qué cosas. Buena reseña Uro.
Desde el punto de vista del autor ¿cuáles son los mejores ensayos sobre el tema?
Buenísima pregunta APV. El autor deja claro que los trabajos técnicos, basados en los listados de armamento y material, tienen a ser los más objetivos. Hablar de «mejores» es algo que elude, aportando en su lugar una larga lista con los más «útiles». Destaca la obra «La Guerra Silenciosa y Silenciada» por lo mucho que el Régimen se opuso a su publicación, con lo que comporta que los vencedores se negasen a permitir a uno de sus héroes dar su versión de los hechos. Los clásicos que ya manejamos en el tema estrictamente militar son citados varias veces, y no debe sorprender que no valore muy positivamente el estado actual de la cuestión.
Una vez que uno entra dentro de la lógica de la propaganda, hay que asumir que un régimen que se prolonga tanto en el tiempo necesariamente iba a ir dando bandazos en lo propagandistico, por lo que aprendió rápido que era mejor no tener ninguna versión oficial, que tener una que hubiese que corregir continuamente.
No creas Urogallo, los de armamento también agrias polémicas, discutiendo por ejemplo sobre el número de cañones que recibió la República.
La Guerra Silenciosa y Silenciada se había publicado o republicado en 1998.
En el tema militar quizás falta que hoy en día se publique algo como los libros de la Editorial San Martín pero actualizados con todo lo que se sabe.
Muy cierto APV, pero para el autor esas son las polémicas «reales» , las que sostienen los documentos y que pueden rebatirse con otros documentos.
El camino de la bibliografía es el del partidismo y la opinión, donde ya no es necesaria la penosa labor de archivo.
Lo encargué ayer tras ojearlo. No me parece lo mas interesante sobre el tema, de hecho leer el centenar de libros que recomienda no me pareció lo mejor, pero es «mi» tema y no podía dejarlo pasar. Cuando lo lea, en un futuro que puede ser lejano, ya contaré.
A mi me interesó más la propia historia de los libros, que los libros en sí. Autores dispuestos a ser autores y editores dispuestos a ganar dinero y prestigio escribiendo la historia…de nuevo
La Guerra Civil española es seguramente el enfrentamiento armado que más literatura ha provocado, sus peculiares condicionantes la han hecho, en mi humilde opinión, un caso muy particular. Su conglomerado de conflictos varios, el espacio temporal y las repercusiones que a la larga produjo la Guerra de España han contribuido enormemente a la profusión de bibliografía de todo tipo. Cuando habéis mencionado el uso de la propaganda en la Guerra Civil española y su posterior plasmación en las publicaciones subsiguientes estamos desde luego ante el verdadero talón de Aquiles de este conflicto. La literatura sobre el tema ha sido y es tan numerosa que la propaganda desgraciadamente también ha tenido y tiene su lugar todavía hoy en día. Por fortuna, cada vez más la aportación documental nos ofrece obras de un gran nivel y nos permite a su vez descubrir aspectos de la Guerra Civil que han sufrido a lo largo de los años una mitificación no acorde con la realidad. La historiografía sigue de todas formas en pie de guerra y, como ha dicho Uro, esta vez sin víctimas.
Saludos.
Leído en esta Semana Santa. Me ha resultado interesante a pesar de que no me ha gustado el estilo del autor. Aunque conocía la mayoría de los libros que cita, he entresacado alguno del que no tenía noticias y de hecho hoy mismo he adquirido uno, La soledad de Alcuneza de Salvador García de Pruneda. Me ha resultado especialmente interesante la parte que dedica a Rafael Borrás, creador de colecciones que permitieron leer distintas versiones sobre la guerra civil y otras partes de nuestra historia, especialmente su colección Espejo de España para Planeta y del que recomiendo sus libros de memorias que leí hace pocos años y me permitieron conocer parte del mundo literario de esa época.
Ahora me he puesto con un libro que habla de algo muy similar, La guerra civil como moda literaria de Rafael Becerra, aunque desde una perspectiva muy distinta a la de Calvo y del 1989 hasta nuestros días.