FINAL DE NOVELA EN PATAGONIA – Mempo Giardinelli

Final de novela Patagonio. Mempo GiardinelliMempo Giardinelli, reputado escritor argentino (n. 1947), realizó en 2000 un viaje a la Patagonia en compañía de un amigo español, Fernando Operé, catedrático de historia y literatura afincado en los EE.UU. Provistos de un computador portátil, unos pocos libros, aperos de viaje y un ardor de adolescentes, dos veteranos (Giardinelli dixit) se lanzaron a recorrer la vastedad meridional de la Argentina, una Patagonia que ha nutrido literatura de los más variados calibres, además del imaginario turístico internacional. En el caso de Giardinelli, la aventura desembocó en la redacción de un libro curioso por su mixtura: contiene lo esperado en un relato de viajes, esto es, impresiones y reflexiones suscitadas por lugares y personas conocidos en el trayecto y por el viaje mismo. Pero también registra el proceso de creación de un relato de ficción; una novela iniciada por su autor antes de emprender el viaje y que no vería la luz, ambientada en la Patagonia y cuyos protagonistas son los mismos de una obra anterior, ‘Imposible equilibrio’ (1995), en que Clelia y Victorio animaban una alocada, emotiva historia de amor y de crítica tanto social como ecológica. La culminación del viaje y la del relato se yuxtaponen en un remate que es, en verdad, un logrado final de novela en la Patagonia.

Se trata, pues, de un libro multiforme, no sólo por el entrelazamiento de sus temas conductores –los arriba mencionados- sino también por su estructura fragmentaria, mas no deshilvanada: está intercalado de frecuentes escarceos literarios, digresiones a modo de coloridos retazos sumamente diversos; relatos brevísimos, recuerdos, sueños jocosos o inquietantes, reflexiones de índole política y social, someros pasajes de la novela de Clelia y Victorio y una magnífica semblanza de Juan Rulfo, el célebre autor de ‘Pedro Páramo’ (con quien Giardinelli trabó amistad en el período de su exilio mexicano). Sin olvidar citas admiradas de un cierto ‘Libro de Doctrina y Comportamiento’, escrito el siglo XVIII por un Fray Julio Ignacio Gómez de Oro y Saavedra; el libro acompañó a Giardinelli en su viaje y lo cierto es que dan ganas de saber más de él –a pesar del título, diría yo-, de tan sabrosos que son sus aforismos. Para muestra un botón –o mejor, dos, que los vale:

Cuando un hombre inteligente dice una majadería, es que está distraído. Cuando dice dos en una misma conversación, es que está entrando en la irreversible senilidad de la edad provecta. Pero cuando las dice a cada rato y no parece anciano, entonces no hay duda de que está enamorado”.

La cuestión del tiempo no se debiera pensar como un problema de finitud o de duración. Es su consistencia lo que importa”.

Volviendo a Giardinelli: por descontado que los viajeros han tenido ocasión de toparse con personajes y situaciones llamativas, no faltándole motivos al autor para formular críticas cuando lo amerita. (Téngase en cuenta, ante todo, que la época del viaje veía a una Argentina sumida en profunda crisis económica y social). Sabemos, por ejemplo, de una profesora que realiza heroicos esfuerzos por educar a los niños de la Península Valdés (famoso centro de turismo ‘ecológico’); un marinero retirado que ha vuelto a su tierra natal casi medio siglo después de haberla dejado; un añorante de la mano dura de los militares y admirador de Hitler; un ciclista inglés de edad madura y esmirriado como el Quijote, que lleva once años pedaleando por el mundo (y apesta como zorrino); un parrillero que cuenta a los viajeros su historia íntima de fracaso y decepción, como si entonase el tango de su vida… Gardinelli se topa con gentes que, más que moldeadas por la tierra, parecen vulneradas por la aridez, el aislamiento y los eternos vientos que constituyen su entorno. Apenas tiene necesidad de alentarlas a hablar: su sola condición de afuerino las invita a dar testimonio de de sí, derramándose en un angustioso torrente de palabras.

Compartimos con el autor la experiencia de conocer paisajes entre ásperos y magníficos; la de recorrer carreteras o senderos ripiosos que han supuesto una difícil prueba para el fiel ‘Coloradito Pérez’ (el pequeño automóvil de Giardinelli); la de asomarse a la severa condición del habitante de la Patagonia argentina.

El libro es entretenido, conmovedor e ilustrativo. Un buen modo, creo yo, de aproximarse a un fragmento de Sudamérica.

Mempo Giardinelli, “Final de novela en Patagonia”. Ediciones B, Biblioteca Grandes Viajeros, Barcelona, 2000. 236 pp.

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15 comentarios en “FINAL DE NOVELA EN PATAGONIA – Mempo Giardinelli

  1. Leí otro libro de Mempo Giardinelli titulado «Luna caliente», una muy buena novela que devoré en una noche de verano. Totalmente recomendable. Tendré en cuenta esta nueva propuesta.

  2. Rodrigo dice:

    Hola, Mariana.
    Mmm, «Luna caliente», leída hace tiempo. Sólo recuerdo que no me causó gran impresión. Más me gustó «Imposible equilibrio».
    Qué buen blog, el tuyo.

  3. Ariodante dice:

    Interesante reseña e interesante libro, Rodrigo. No conocía a este escritor y por tanto, no he leido ninguna de sus obras, pero por lo que cuentas, creo que debería conocerlo. No me suena de que estñe editado en España, pero lo investigaré.
    Entiendo que el libro se plantea como «ficción de viaje», ¿no? O sea, personajes ficticios inician un viaje, en el que se describen incidencias, que pueden ser reales, y otras variaciones sobre el tema.
    Sobre la Patagonia leí hace tiempo el libro del finado Bruce Chatwin, y la verdad es que me sedujo con sus historias y sus paisajes.
    Mariana, ¡Bienvenida! No te habia visto aun por aqui. Visité tu blog y lo añadí a mis favoritos para visitarlo de nuevo.

  4. Ariodante dice:

    Acabo de comprobar que Ediciones B lo tiene publicado en España.

  5. Rodrigo dice:

    Ario, el libro es en lo medular el relato del viaje real que hicieron a la Patagonia en 2000 el autor y un amigo suyo. Pasa que, según entiendo, no es un libro ortodoxo en los términos de la literatura de viajes. Entremezclado con este relato está el del proceso de creación de una novela, concebida por Giardinelli como continuación de una obra de ficción anterior publicada en 1995 (aquella a la que me he referido en la reseña). Según se lee en ‘Final de novela en Patagonia’, Giardinelli escribía el relato en el transcurso del viaje, dándole al teclado de su portátil en tramos monótonos de la carretera y en las noches, hospedado en algún hotel o pensión. Posiblemente, no consideró que la novela mereciese ser publicada, y por esto habría optado por dejarla en la forma en que está, algo parecido a un ‘relato en marcha’ (el único ejemplo de relato en marcha propiamente tal que conozco es el de Isaac Rosa, ‘El vano ayer’, del que hay reseña en Hislibris).

    Para más inri, el relato de ficción se ambienta en la Patagonia: sus protagonistas, Clelia y Victorio, se lo pasan huyendo de la policía, descendiendo progresivamente desde el Chaco -norte de Argentina- hasta llegar al extremo meridional de la Paragonia. En fin, que el resultado de todo este enredo, el libro que he reseñado, me ha parecido simpático, en verdad carente de pretensiones excesivas. Aunque no se trate de una obra maestra, tiene su gracia.

    Leí el libro de Chatwin. Es bueno, claro, aunque en su momento me provocó algún sinsabor. Puede que exagerase, pero me pareció que el autor estuviese demasiado prejuiciado, negativamente predispuesto hacia lo sudamericano. No es como para descartarlo de raíz como hacen algunos por acá. A mi me ha gustado el tono seco y desencantado del libro.

    Saludos.

  6. Rodrigo dice:

    Uh, me he acordado de Fernando Operé, el español que acompañó a Giardinelli en su viaje. Es Director del Programa de Estudios Latinoamericano de la Universidad de Virginia, y entre otras publicaciones tiene una sobre relatos e informes de personas que fueron cautivos de indígenas en la América hispánica. El título del libro es: ‘Historias de la frontera. El cautiverio en la América hispánica’ (Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2001). Lo tengo en lista de adquiribles. En Chile tenemos un pequeño clásico en la materia, ‘El cautiverio feliz’, obra de Francisco de Pineda y Bascuñán, español que cayó prisionero de los mapuches en algún momento del siglo XVIII. El título es bastante más largo pero suele conocérselo por la forma abreviada que he puesto. Apostaría a que está entre los materiales estudiados por Operé.

    Saludos transoceánicos.

  7. Germánico dice:

    Uf, «Luna caliente». La leí hace bastantes años, y la guardo en la sección de libros a releer. Excelente novela negra. Me gustó mucho cómo el protagonista va metiendo la pata, poco a poco, y pasa de una situación más o menos solucionable, a meterse en algo irresoluble y que se escapa por completo de su control. Esta de «Final…» no la he leído. Habrá que darle una opotunidad, supongo…

  8. Ariodante dice:

    uyy…! ¡Más interesante todavía! Creo que voy a buscar el libro y en septiembre, cuando vaya por Madrid, me lo agencio.
    Me imagino que con respecto a Bruce Chatwin, tanto chilenos como argentinos conoceis mucho mejor el terreno, y a mi se me habrán escapado muchas cosas de su lectura. Chatwin era un personaje muy controvertido, pero a mi lo que me atraía de él era su carácter solitario e independiente, de trotamundos a su aire.
    Ahora le echaré un vistazo a la reseña de Isaac Rosa, también desconocido para mi…mmmm, ¡cuántos descubrimientos!

  9. Rodrigo dice:

    Vale, Ario. Si llegas a leerlo y no te gusta, ya sabes a quién pegarle los tortazos… virtuales, claro. ;-)

    Sí, Germánico, «Luna caliente» tiene lo suyo. Por lo menos engancha. Capaz que la relea uno de estos días; total, es cortita.

    Otra novela interesante de Giardinelli es «Santo oficio de la memoria», que dicen sería su mejor obra. No tiene el ritmo trepidante de «Luna caliente» o «Imposible equilibrio», pero sí mucho más fondo. Trata de los inmigrantes italianos establecidos en el Chaco, la región natal del autor.

    Saludos.

  10. Ariodante dice:

    He leido la reseña de Isaac Rosa, pero no acabo de entender su relación con el tema que nos ocupa. El concepto de «relato en marcha» no acabo de captarlo. Desde luego el libro de I. Rosa no me parece nada interesante; estamos saturados de ese tipo de novelas, al menos yo. En cambio, este que nos presentas, sí que lo encuentro original y de cierto interés. En fin, si lo consigo, lo leeré, por supuesto.

  11. Rodrigo dice:

    Ario, sólo mencioné la novela de Isaac Rosa como ejemplo de ‘novela o relato en marcha’, que consiste -hasta donde me es posible entender- en una modalidad narrativa en que el autor, en vez de entregar su obra como un producto acabado y pulido, da cuenta del proceso de creación del relato; es decir que desbarra en torno al mismo, reflexionando sobre mecanismos de la escritura tales como la selección de la voz narrativa, la introducción y caracterización de determinados personajes, el tono emotivo del relato -si sentimental, cínico o lo que sea-, etc. Francamente, no es algo que me atraiga mucho. Y me parece que a la novela de Rosa la perjudica el abusivo sesgo político. Opino, que diría cierto contertulio.

    En el libro de Giardinelli hay algo parecido a eso, no exactamente lo mismo, en relación con la ‘novela de Clelia y Victorio’. El asunto sólo ocupa una parte del libro, y en el caso del argentino resulta divertido, sin las pretensiones literatosas de Rosa.

  12. Ariodante dice:

    ¡Aaaaah, vamos! Ya entiendo. O sea, tacho a Rosa, y apunto a Giardinelli, ja ja ja! Opino, yo también.

  13. Yolanda dice:

    He leido «Final de novela en Patagonia» el autor cuenta todo lo que les toca vivir a el y a su amigo, el capitulo EL OMINOSO AIRE DE IMPUNIDAD DE LOS ANTIGUOS me ha dejado muy triste, no entiendo como pueden pasar estas cosas en pleno siglo XXI, como pueden valerse de la politica para dejar impune un acontecimiento como el que le toco vivir a un chico que apenas cumplia los 18 años, que tenia toda una vida por delante y que las personas que cometieron aquel crimen vayan por la calle como si nada hubiese pasado, no quiero imaginar el dolor de esa madre, de su familia, y me pregunto ¿Donde esta la justicia?

  14. elverdetirandopaocre dice:

    Opino que el viaje lo hizo de sur a norte, y ahí su errar constante. Ademas, falta agua, y en esa obviedad, los látigos funebres de los sasánidas australes, vanaglorian inexactitudes.
    Qué más puedo argüir, fuego!!

  15. jerufa dice:

    Ya sé que es una tontería y no debería escribirlo, pero no me he podido resistir, Rodrigo.
    Es que me he partido de risa con el nik del que me precede.

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