Comencemos esta reseña hablando del autor de libro, ya que el perfil de este, desde mi punto de vista, marca el modo en el que está escrito el relato. El señor Vachaud es guionista y crítico de una revista francesa sobre cine. Según la biografía de la solapa del libro, ha colaborado en numerosos proyectos cinematográficos y aunque esta es su primera novela, ha escrito algún libro más; sobre cine.

Como ustedes son gente avispada y sus mentes carburan a la velocidad del rayo, ya se habrán dado cuenta de que este libro y el cine son hermanos. Tanto es así que existe una película, estrenada no hace mucho, basada en esta obra. Desconozco si Vachaud escribió un guión de cine que acabó vendiéndose como novela o escribió una novela que acabó rodada para el séptimo arte, pero en cualquier caso, este libro es una película. Y no es mala. Cuando vea la película podré valorar si está al nivel del libro.

Una historia entretenida, bien llevada, llena de acción y que no deja un momento de tranquilidad al lector. Todo esto hace que la novela, cortita, sea de fácil digestión. Ambientada en la Francia de la Segunda Guerra Mundial, en las fechas cercanas al desembarco de Normandía, narra cómo se lleva a cabo una acción de un grupo a caballo entre la resistencia francesa y el SOE (grupo de operaciones especiales británicas, más o menos). El objetivo es evitar que los alemanes interroguen a una persona que han capturado, repatriando a la isla británica a dicho personaje. Las protagonistas principales son cinco mujeres, con un par de hombres como parejas de baile, lo que también le da cierto tono nuevo a la historia. Una de las mujeres envueltas en la acción tuvo una cierta relación con un oficial alemán que está en el centro de la trama y todo es un poco más complejo de lo que parece, pero no mucho.

He de decir que tengo debilidad por ese periodo y por ese aspecto de la guerra. Me atraen más las pequeñas acciones que las grandes batallas, por lo que el libro ya era interesante para mí antes de comenzar. Al pasar páginas y ver cómo se enlazaban constantemente escenas y acciones, mi opinión del libro no cambió, seguía siendo interesante. Finalmente, viendo que no hay héroes, dioses y superhombres en el libro, sino personas llevadas a situaciones límite, el libro acabó por ser una buena recomendación.

Los personajes, sin generar mucho entusiasmo y empatía, cumplen con su cometido y, como decía, no se ven grandes excesos de heroicidad. Personas normales, con miserias y lejos de los excesos que podríamos esperar en otros casos. Punto a favor del libro, sin duda. El problema aquí radica, una vez más, en el objetivo del escritor. Me temo que al escribir pensaba más en el medio visual que en el escrito y esperaba que una mirada, un gesto o el aspecto físico complementaran en la pantalla lo que el autor iba escribiendo. Por ello se echan en falta en la novela algún detalle más en este sentido.

Otro de los puntos que le faltan al libro para haberse convertido de media sonrisa en «sonrisa abierta» es la falta de algún giro sorprendente. El libro es muy plano en este sentido. Pasan cosas, van y vienen, pero no hay esas vueltas de tuerca, que tan geniales son en este tipo de libros y que hacen que finalmente sea una mejor historia. No hay cabos sueltos que se acaban atando. Una pena, porque un espía o un traidor bien colocado en la narración hubiera dado su juego.

Resumiendo. Una lectura ligera y muy entretenida para un fin de semana. Muy recomendable. A veces no hay nada mejor que leer algo así, una historia con principio y final. Que no pretenda explicar el mundo y que no nos haga leer muchas palabras más allá de las necesarias para contar los hechos.

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Esta entrada fue enviada el jueves, 28 d+02:00 enero d+02:00 2010 a las 13:00 y está archivada bajo Novela histórica. Puedes seguir las respuestas a esta entrada a través de la fuente RSS 2.0. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu propia página.