Entrevista a Arturo Pérez-Reverte

Hislibreños, por fin podremos leer una de las más largas entrevistas que aquí hemos publicado. Además, estoy seguro que os será muy interesante leerla. Agradezco el interés con que Arturo Pérez-Reverte ha contestado a las preguntas, a todos vosotros por las cuestiones que habéis planteado y, muy especialmente, a Ana Lyons, colaboradora del escritor, por su simpatía y eficacia.

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Hombre, pues a mí así a bote pronto, lo primero que se me ocurre preguntarle es por qué ha aceptado someterse a nuestras preguntas. Pero igual no procede…
Alguien contactó a mi secretaria en nombre de Hislibris, o como participante. Averiguado por ella que se trata de un excelente lugar de novela histórica, conocido por amigos míos como Juan Eslava Galán y otros, le eché un vistazo y me pareció muy bien hecho, excelente, vivo, variopinto y divertido. También vi que se habían ocupado en alguna ocasión de libros míos, y eso me ponía en deuda con los participantes, o al menos con algunos de ellos, que se baten, a veces, con pasión digna tal vez de mejor causa. Así que acepté, claro. ¿Qué otra cosa podía hacer?

¿Alguna vez terminará la saga Alatriste sin añadir, en la publicación de cada entrega, dos o tres más que nos sacamos de la chistera?
Supongo que alguna vez terminará, en efecto. En última instancia, le aseguro que cuando yo palme habrá terminado del todo. Pero mientras tanto tampoco tengo un plan rígido, ni cerrado, ni plazos que cumplir. Los Alatristes me divierten mucho, son útiles a los demás y lo paso bien trabajando en ellos, así que los voy planeando y escribiendo poco a poco, sin prisas ni otro compromiso que mi gusto y el de los lectores que los aprecian. No olvide que están en los colegios, o en algunos de ellos, y eso me impone ciertas responsabilidades. Mi plan es escribir al menos tres más, pero no sé si llegaré a hacerlo, o si habrá otros. Al ir escribiendo unos, salen ramificaciones, asuntos e ideas para nuevas historias. El próximo, por ejemplo, “El puente de los asesinos” es la parte del libro anterior, “Corsarios de Levante”, que no llegué a escribir en su momento porque mientras trabajaba comprendí que sería demasiado largo. Así que decidí partirlo en dos. Afortunadamente, esa que usted llama la chistera es cosa mía y puedo sacar de ella lo que me apetezca. Dos o tres alatristes, o doscientos.

¿La editorial, en ese caso concreto, le marca las pautas?
Usted debe de confundirme con otro autor. ¿De verdad me imagina sentado frente a mi editora Amaya Elezcano, escuchando obediente cómo me marca pautas?… Cuando se colocan medio millón de ejemplares de cada libro, las pautas las marca siempre el autor. En mi caso y en el de cualquiera que esté en situación parecida. Bastante tiene ya la editorial con procurar que los autores que les funcionan bien no se vayan a la competencia. Yo, de todas formas, estoy en la mía hace veinte años. Entre amigos y muy a gusto. Por eso sigo allí.

¿Nunca se ha planteado un Alatriste romano? Sería curioso…
Supongo que sí. Curioso de cojones. El legionario Decio Alatristus, por ejemplo, de la Undécima legión Hispana. Tampoco estarían mal el marine Diego Sadwing, o el samurai Ronin Diguchi Alatristata. Pero a mí lo que me ponen son los tercios y el Madrid de Lope y Quevedo. Cada cual tiene sus debilidades.

De todas sus novelas, ¿cuál o cuáles le han dejado mejor sabor de boca?
Todas dejan mal sabor de boca. Es un trabajo duro, y al final siempre queda una sensación de derrota, de divorcio, de vacío. Dos años de tu vida en trescientas páginas de papel y tinta, con todas las ilusiones iniciales diluidas por la rutina del trabajo de días y meses y años. Al acabarlas, uno sabe siempre que pudo escribirlas mejor. Son los lectores los que lo consuelan a uno.

¿En ocasiones piensa le ha tocado escribir libros de encargo que realmente no le apetecía hacer?
Nunca he escrito nada por encargo excepto el cuento “La pasajera del Can Carlos”, que hice para un amigo, y “Territorio comanche”, que lo escribí para otro amigo que empezaba como editor. Y tampoco los habría escrito sin ganas. Hay un caso gracioso, el de “Cabo Trafalgar”. Yo estaba escribiendo ese relato, en realidad lo tenía escrito ya, o casi, y al saber que coincidían las fechas, la editorial me pidió permiso para, en el lanzamiento publicitario, decir que era un encargo puntual por el doscientos aniversario del combate naval y apuntarse ellos el tanto. A mí me daba igual que se presentara como encargo o como quisieran. El libro era el libro, y cómo lo promocionaran no cambiaba las cosas. Por suerte puedo permitirme escribir sobre lo que me apetece escribir.

¿Cómo definiría la novela histórica actual en general? Expláyese a gusto.
Yo lo que leo son libros de Historia, y muy poca novela, sea histórica o no. No leo novela histórica actual española o extranjera, excepto la que escriben mis amigos. Y tengo muy pocos amigos que escriban novela histórica. Afortunadamente.

Territorio comanche, corríjame si ando errado, fue una ajuste de cuentas con su etapa de periodista de guerra. ¿Tiene material para alguna novela más con esta enjundia?
“Territorio Comanche” fue más bien una despedida. Veintiún años no pueden resumirse en eso. El verdadero ajuste de cuentas fue “El pintor de batallas”. Todo cuanto quería decir al respecto lo dije allí, y no lo dije de modo fácil ni para el lector ni para mí. Quien quiera leer de verdad esa novela tiene que currársela. El resto, lo que no escribí nunca, es cosa mía, y no habrá más sobre ese asunto.

¿Qué planes de futuro tiene en lo que a novelas históricas refiere? ¿Tiene pensada alguna futura publicación sobre la Guerra de la independencia?
En mis novelas, hasta en las que transcurren en la actualidad, siempre está la Historia como fondo. Con eso quiero decirle que en realidad todas tendrán, supongo, algo que ver con eso. El futuro inmediato son un par de alatristes, y quizá una historia que transcurre en España a principios del siglo XIX, tal vez con la guerra como fondo más o menos lejano, o decorado. Pero la guerra de la Independencia como tal, a la manera de “El húsar” o “Un día de cólera”, creo que no. Ese registro me parece que lo tengo agotado. Hay otras cosas que quiero hacer, y por mi edad ya no puedo permitirme dispersarme demasiado. Ahora tengo que elegir con mucho cuidado en qué comprometo lo que me queda de tiempo y de energía como escritor.

A mi me gustaría preguntarle si le agradaría comenzar una saga de aventuras marítimas como las de H.howblower y J.Aubrey, pero con protagonista español. Saludos.
Me agradaría. En su momento, hace tiempo, llegué a considerarlo. Pero esas series ya existían, y Alatriste, no. Era un personaje original y era mío. Ahora está en los colegios, y creo que es más importante que me dedique a él. Es imposible hacerlo todo a la vez. Como dije antes, a cierta edad hay que elegir.

Hace años escribió en un artículo que jamás dejaría que se hiciese una película de Alatriste, pues dudaba que pudiese estar a la altura. Finalmente accedió, y aunque el aspecto técnico fue realmente notable, el guión y el hilado de la historia fueron, cuanto menos, confusos. ¿Supervisó usted el guión? ¿Por qué concentrar toda la historia de Alatriste en una sola película cuando podíamos haber tenido dos o tres?
No creo haber usado la palabra “jamás”, pero tal vez tenga usted mejor memoria que yo. Me negué siempre a que hicieran la película hasta que se me presentó un proyecto solvente, con potente producción, un buen guión original y un actor extraordinario como Viggo Mortensen. Acepté, y a partir de ahí las cosas ya no estuvieron en mi mano. Los guiones de rodaje cambian, se adaptan, reescriben y recortan sin que el autor e la novela intervenga, y una película que iba a durar casi cuatro horas se quedó en dos y media. La estructura narrativa se resintió mucho. Yo tampoco elegí los actores secundarios, alguno del todo infame, ni intervine en el rodaje, ni decidí si se hacían una o tres. No era mi responsabilidad ni podía entrometerme. Aun así, con sus errores y fallos, sigo creyendo que es una película muy interesante de ver. Una película que debía hacerse. Además, fue un taquillazo sin precedentes y los productores ganaron una pasta enorme, de lo que me alegro por ellos, pues uno, Antonio Cardenal, es muy amigo mío. Muchos lectores conocieron a Alatriste gracias a esa película. Intenté ayudarla lealmente lo mejor que pude, apoyándome en lo bueno que tuvo, que fue mucho. Eso no impide que crea que fue una ocasión perdida. O mejor que perdida, desaprovechada. De cualquier modo, cuando veo la secuencia final de Rocroi, o la escena de la cárcel de Sevilla, o las trincheras de Breda, o la encamisada del comienzo, o el diálogo de Alatriste y Olivares, creo que, pese a todo, mereció la pena.

¿Para cuando la novela de Blas de Lezo? Seguro que una obra suya rescataría su figura del cuasi-olvido actual. Ya es hora de que saquemos brillo a las victorias y no sólo a las derrotas.
No se puede escribir todo, como dije antes. Dejémosle algo a los otros novelistas, que también tienen derecho a ganarse la vida. Pero es cierto que Blas de Lezo sería muy buen personaje.

Después de haber escrito una novela sobre una derrota, Trafalgar, ¿para cuándo una victoria, por ejemplo Lepanto?
“Corsarios de levante” es mi Lepanto. Con eso cumplí de sobra con los combates navales de la época. Aunque si fuera más joven, tal vez no le haría ascos al asunto.

¿No echa de menos, en algún momento, su etapa de reportero de guerra?
No. Ese tiempo y esos reporteros ya no existen. Los mató la conexión en el directo y el teléfono móvil. Ahora es distinto, sólo hay que ver los telediarios. Por eso me fui, entre otras cosas. Lo que echo de menos es mi juventud, claro. Y lo que ésta hizo posible. Imagínese: joven, mochila, guerras a la manera de toda la vida y el mundo por delante. Ni siquiera había Sida, figúrese. Pero no. Sin duda es usted joven. No creo que se lo figure.

¿No ha pensado escribir algo sobre los descubridores, sobre la conquista española en América?
Ya lo hice. Hay un relato llamado “Ojos azules” sobre la Noche Triste, publicado hace años, del que estoy satisfecho. Precisamente lo van a reeditar pronto. De cualquier modo, después de “La aventura equinoccial de Lope de Aguirre” y de “El dios de la lluvia llora sobre Méjico” hay poco más que escribir. Me parece.

¿Cómo sobrelleva el peso de la fama: le afecta, se siente importante o le importa un bledo, visto que sus incondicionales le van a seguir leyendo de un modo u otro?
La fama en el sentido de que conozcan tu careto por la calle es incomodísima. Por lo menos a mí me lo parece. La única ventaja social es que te dan las mejores mesas en los restaurantes. Otra cosa es el éxito literario. Saber que tus lectores te van a seguir leyendo si no te equivocas demasiado y los traicionas, es muy agradable. Te ayuda a encarar el trabajo duro de cada día con más ánimo. También te da independencia económica, y eso permite elegir libremente lo que escribes, a quién le das la mano y a quien no, a quién mandas a tomar por saco, y responder a las preguntas de Hislibris sabiendo que nada de lo que digas te beneficia ni te perjudica en absoluto como novelista. Resumiendo: puedes elegir a tus amigos, y también a tus enemigos. Un pedazo de lujo.

¿En qué momento del día se sienta a escribir?
Si no estoy de viaje, por la mañana, cada día a las 08,00 y trabajo hasta las 15,00 más o menos. Por la tarde leo o corrijo. Trabajo cada día que estoy en casa, laborables o festivos, menos los jueves, que voy a la RAE. Como vivo en la sierra, a cuarenta km. de Madrid, nadie me incomoda. Cuando estoy harto, me voy a navegar, cargo las pilas y vuelvo a trabajar.

¿Toma usted la escritura como un trabajo, es decir, se pone un horario fijo, un número de páginas que corregir por semana, etc.? ¿O es más libre?
Creo que he contestado en la pregunta anterior. Es un trabajo. Yo soy un escritor profesional. Mi oficio es contar historias y contarlas lo mejor posible. Eso no se improvisa, ni depende del estado de ánimo, ni de que se tenga un día creativo o no creativo. Pero tampoco significa que haya que hacer equis páginas al día a toda costa. Soy mi propio jefe, y yo decido el ritmo, procurando siempre que sea eficaz. Digamos que raro es el día de trabajo que hago menos de página y media, y raro es el que sobrepaso las cuatro. Por ahí anda la media, dependiendo de que se trate de diálogo, sentimiento o descripción, de que sea complejo o simple el asunto en curso. Luego, soy yo quien decide qué libro escribo, cuándo tengo previsto más o menos publicarlo, qué vacaciones voy a tomar y todo lo demás. La editorial acepta mi ritmo y mis resultados sin rechistar. Si tardo dos años, como si tardo cuatro. Supongo que mientras le vaya bien conmigo seguirá haciéndolo.

¿De dónde tomó la idea base para escribir La Carta Esférica?
Un día estaba en una subasta de Barcelona pujando por el Atlas de Tofiño. Tuve una dura batalla con otro comprador empeñado en él, y al salir de allí con el Tofiño bajo el brazo comprendí que aquél era buen comienzo para una novela sobre el mar que llevaba tiempo dándome vueltas en la cabeza. Pero no había pensado en cartas náuticas hasta ese día. Las novelas surgen así. De pronto una situación, una palabra, una idea, hacen que algo que llevas contigo tome forma concreta. Entonces te pones a escribirlo. O a comprobar si eres capaz de hacerlo.

¿No tiene la impresión de que las novelas de P. O`Brien dan el máximo cuando los protagonistas se encuentran a bordo y pierden fuerza cuando la acción transcurre en tierra?
Creo que no. Eso me ocurre con Alexander Kent, e incluso con Forester, cuyos personajes, en general, son más simples y planos. O’Brian, siendo como es menos perfecto en maniobra marinera que Kent, es más rico en la complejidad de los personajes, y eso hace que me interese igual en tierra que en el mar. Desde mi punto de vista, diría que Forester tiene el mérito del precursor (Marryat aparte), Kent el de la maniobra marinera y O’Brian el de los personajes. El amigo Aubrey es el máximo. Por eso, de todos ellos, mi favorito es O’Brian.

¿Se atrevería con una novela de ciencia ficción?
Me atrevería si tuviese algo bueno que contar sobre eso. Como no lo tengo, prefiero abstenerme, de momento. Pero nunca se sabe.

¿Cuáles son sus rutinas a la hora de escribir?
Sólo el silencio y estar rodeado de libros, en mi biblioteca. Escribo en ordenador, corrijo a mano con pluma Montblanc y tinta negra o azul, y vuelvo a escribirlo en ordenador. Nunca escribo de viaje ni en hoteles. Ahí lo que hago es leer y, como mucho, corregir textos.

¿Escribe un número fijo de páginas cada día?
Ya respondí antes a esa pregunta.

¿Escribe todos los días de la semana?
Sí. Al menos, todos los días que estoy en mi casa. Nunca escribo ni viajando ni navegando, por las razones que expuse antes.

¿Qué fase de la escritura de un libro es la que le gusta más y la que le gusta menos?
La fase inicial es la más agradable. Uno lee, viaja, toma notas, imagina personajes. Todo resulta nuevo e interesante. Los primeros meses es como enamorarse. Luego viene la rutina del trabajo diario, los problemas técnicos, las correcciones. Lo peor son las últimas semanas, la búsqueda de erratas, la corrección de pruebas. Es como un matrimonio del que uno desea ya divorciarse lo antes posible. Uno llega a aborrecer el texto, de tanto trabajar en él. Además, pierde la objetividad. Ya no tiene distancia para juzgarlo, de lo mucho que se ha implicado en él. Es el momento de que alguien lo lea y juzgue. Es el momento del lector. Y cuando ese lector llega al libro, tú ya estás lejos de allí, enamorado de otra historia. Una vez escritos, mis libros me resultan indiferentes. Como una mujer a la que amaste con locura y que ahora está en brazos de otro, sin que te duela.

¿Ha tenido problemas de inspiración o cuando está acabando de escribir un libro ya tiene en mente el siguiente?
Nunca tuve problemas de inspiración. Mis problemas son técnicos, narrativos. Profesionales, quiero decir. O de cansancio físico, a veces, pues e trata de un trabajo absorbente y muy duro. El otro problema es cual de las varias historias que tengo en la cabeza escribiré después, cuales dejaré para más adelante, y cuales dejaré morir por falta de tiempo y oportunidad para escribirlas. Ésa es una elección difícil cuando se tienen cincuenta y siete años.

Siendo un reportero de guerra con tantas batallas y, seguro, con tantas anécdotas e historias, ¿para cuándo un nuevo libro sobre vivencias como reportero de guerra?
No habrá más libros de esa clase. Sobre esa parte de mi vida ya conté lo que quería contar.

¿En qué país no viviría bajo ningún concepto?
En esta España de ahora, si tuviera treinta años menos. Ahora ya me da lo mismo. A mi edad, tan bueno o tan malo es un sitio como otro.

Señor Reverte, sabemos de su afición a la vela, pero ¿navega alguna vez por internet? Si es así, ¿qué tipo de páginas web le gusta visitar?
No navego por Internet. O muy poco. Lo justo para cosas del trabajo, enviar material y cosas así. El correo electrónico, restringido a mi secretaria y a mis amigos íntimos, lo miro una vez cada diez o doce días. Cuando estoy en casa, el tiempo que no escribo lo dedico a leer. Sólo recurro a internet cuando estoy en el mar, para hacer las previsiones meteorológicas. Ahí sí me muevo con cierta costumbre.

Don Arturo, cuando leí su novela El maestro de esgrima, un malvado personaje secundario cuyo nombre no recuerdo (y el volumen no lo tengo aquí, lo lamento) me recordó a los villanos de Pérez Galdós, tipo Torquemada. ¿Se inspiró usted en don Benito para este carácter o son cosas mías?
No recuerdo en este momento a qué personaje se refiere. Pero cuando uno lleva leyendo desde los cinco años, y tiene 25.000 libros en la biblioteca (cuando escribí “El maestro de esgrima” serían unos diez o doce mil menos), hablar de inspiración en un autor concreto es un poco arriesgado. Para el protagonista me inspiré directamente, como dije en su momento, en mi abuelo paterno, que era clavado a Jaime Astarloa. Si se refiere usted a si había leído a Galdós antes de escribir el libro, la respuesta es que sí. A Galdós, a Valle Inclán, a Balzac, a Dumas, a Tolstoi, a Dostoievsky, a Dickens, a Twain y a algunos otros. A eso hay que añadir los malvados a los que conocí en persona. No olvide usted que fui puta antes que monja. Quero decir que he leído cuanto pude, pero lo que sé de la vida y de los seres humanos no lo conozco sólo por los libros. Yo no soy un escritor teórico de biblioteca y barra de bar. Y disculpe que no señale.

Otra cosa: un amigo mío dispone de un ejemplar de Territorio Comanche dedicado por usted. El sábado pasamos una entretenida tarde intentando descifrar lo que allí usted le deseaba. Vana empresa. Me pregunto: ¿cómo teniendo esa letra, optó usted por la escritura en lugar de la medicina?
Tenía que ponerse en mi lugar. Y en mi pulso. Después de una charla o presentación de hora y media, pasar otra hora de pie (yo siempre firmo de pie, como los están quienes sufridamente hacen la cola) firmando libros le destroza la letra a cualquiera. Pero tampoco es que mi letra sea para tirar cohetes. Reconozco que es más bien infame. Como digo, agravada por las circunstancias.

Me gustaría hacer una referencia a La Tabla de Flandes y criticar el personaje del ajedrecista, que reúne todos los tópicos que habitualmente recaen en los jugadores de ajedrez. ¿No podía haber evitado incurrir en estos tópicos o realmente piensa que los jugadores de ajedrez son tan patéticos como los describe?
Gracias

No creo que la palabra patético sea aplicable al jugador Muñoz, pero como lector y tal vez ajedrecista es usted muy dueño. De eso, y de resumir la posible virtud, o su ausencia, de una novela compleja en sólo uno de sus personajes. En primer lugar, no recuerdo otros personajes ajedrecísticos literarios ni reales que sean jugadores de ajedrez a quienes ganar o perder les traiga sin cuidado, como a él. Permítame imaginar que eso no es corriente, pues todos cuantos conozco, que son muchos, lo que desean siempre es ganar. Otra cosa es que Muñoz participe de rasgos comunes, frecuentes entre los que tienen su afición. Por eso, en cuanto a “incurrir en tópicos” como algo negativo para la novela, no puedo estar de acuerdo con usted. Algunos tópicos lo son porque corresponden a realidades, y por eso se convierten en tales. Más tópico es el anticuario César, por ejemplo, y eso no impide que yo conozca a varios anticuarios que encajen perfectamente en ese personaje. Precisamente el ajedrez está lleno de gente que corresponde, muchas veces, a esas características que usted llama tópicas. No por eso son personajes menos reales, ni novelables. Se lo dice un jugador de ajedrez mediocre, con amigos ajedrecistas de mérito razonable, e hijo de un jugador de ajedrez bastante notable, con trofeos y todo. En el que, por cierto, me inspiré para construir algunos rasgos psicológicos del jugador Muñoz. Fíjese si el tópico puede ser real o no, patetismos aparte.

Conocemos su predilección por los textos de Montero González y de Fernando Aramburu, ¿qué otros autores actuales de nuestro país destacaría como valores a tener en cuenta?
Eso prefiero decírselo a usted tomando unas cañas. En público, una relación amplia o exhaustiva sería discutible, y posiblemente injusta por las ausencias.

¿Tiene pensada alguna novela fantástica? Me refiero a incursiones en lo llamado «fantástico» o «ciencia-ficción», como sucedió por ejemplo en El club Dumas. ¿Se ha planteado escribir alguna vez al margen de los acontecimientos históricos (actuales o pasados)?
La primera parte de la pregunta la respondí más arriba, aunque dudo de que “El Club Dumas” pueda calificarse de fantástica. En cuanto a la segunda parte, es imposible escribir al margen de los acontecimientos históricos actuales o pasados. Somos resultado de la Historia, y ésta se encuentra presente en todo. A veces de forma directa, como en “Alatriste”. A veces de forma indirecta, como en “La reina del Sur”. Pero siempre está ahí, de una u otra forma.

¿Por qué esa pose? (¿O no es pose?)
No sé bien de qué me habla. En cualquier caso, intuyo que la respuesta, como la pregunta, es más asunto suyo que mío. De cualquier modo, si tiene mucha curiosidad, le sugiero que le eche un vistazo a mi biografía, que está en internet. Y si un día tiene ocasión, échele también un vistazo de cerca a mi cara. Fijándose.

¿Le gustan realmente las novelas de su amigo J. Marías?
Sí. Aunque si no me gustaran, también sería mi amigo.

¿Le ha gustado alguna de las adaptaciones al cine de sus novelas? En caso positivo ¿Cual de ellas?
La mejor es, sin duda, “El maestro de Esgrima”. La peor, como para romperle las piernas al director (Jim McBride), es “La Tabla de Flandes”. Entre una y otra, de arriba abajo, yo situaría “La Novena Puerta” de Polansky, “Alatriste” de Díaz Yanes, “La carta esférica” de Imanol Uribe, “Territorio comanche”, de Gerardo Herrero, “Cachito” de Enrique Urbizu, “Camino de Santiago” (en esta serie de Antena 3, por lo menos, actuaban Charlton Heston y Anthony Quinn, y eso me gustó), ”Gitano” de Manuel Palacios, y la serie “Quart”, donde lo único bueno eran Pou y Roberto Enriquez, el actor que hace de Quart. Creo que no me olvido de ninguna.

¿Por qué casi todos sus protagonistas masculinos (Alatriste, Lucas Corso, Jaime Astarloa, Coy…) suelen ser hombres desencantados, maltratados por la vida, «de vuelta de todo», enamoradizos en extremo y con un sentido del honor «trasnochado» para la época en que se desarrolla la novela? Es decir, ¿hasta cuándo mantendrá a ese personaje tan arquetípico? ¿Es reflejo de su propia personalidad?
No creo que todos participen de esas características que usted apunta, ni que sea tan simple resumirlos. Si yo hubiera pasado veinte años contando la misma historia con el mismo personaje, hace tiempo que los lectores me habrían mandado a hacer puñetas. Corso nada tiene que ver con los demás (su ausencia de sentido del honor es absoluta), y la ingenuidad de Astarloa y de Coy son diferentes a la amarga lucidez criminal de Alatriste. Por no hablar de Faulques. Como ve, no estoy de acuerdo en el planeamiento general de su pregunta. Otra cosa es que todos ellos se muevan en un territorio que narrativamente es el mío, y hagan frente a los problemas que a mí me importa que enfrenten, a menudo problemas comunes. Pero es que eso no es sino coherencia narrativa. Cualquier escritor coherente, desde el más genial al más mediocre, tiene un territorio en el que sus lectores lo reconocen, que pueden abandonar o desertar cuando gusten, leyendo o no sus libros. Los míos me siguen siendo fieles, y eso me tranquiliza. No hay que confundir eso con el arquetipo, el tópico o la repetición. Mis novelas responden a mi visión del mundo, a mis mecanismos defensivos y consolatorios ante él, y cada novela para mí es un desafío diferente a la hora de abordar el problema narrativo de la porción en la que trabajo de mi visión general del mundo. En esa visión participan también ciertos personajes femeninos como Tánger Soto, Olvido Ferrara y, sobre todo, Teresa Mendoza. En cualquier caso, recuerde que nadie pone lo que no tiene. Permítame remitirlo también, como en una pregunta anterior, a mi biografía. No para alardear de ella, sino porque en ella está la explicación del territorio en el que se mueven y la mirada que tienen los personajes de mis novelas. Y la mía, naturalmente. A mí nadie me ha contado lo que escribo. O no todo.

Sr. Reverte, en su etapa de reportero, ¿Cómo pudo permanecer como un simple espectador ante hechos que en su literatura deja entrever que presenció?, ¿se arrepiente?
Porque mi trabajo era precisamente de testigo, no de protagonista. Yo estaba allí para contar lo que ocurría, no para intervenir en ello. En otro caso, habría ido como cooperante o como médico sin fronteras, no como reportero. Otra cosa es que, con mis compañeros, ayudase cuando era posible. Pero no siempre lo era. Entre otras cosas, porque si te mezclabas en algunos asuntos, te mataban. A veces, demasiado era ya que te dejaran estar allí. De todas formas, eso de permanecer como espectador y aplicar etiquetas éticas al asunto es fácil decirlo desde este lado de la barrera. Respecto a si arrepiento o no, sobre eso hay escritos dos libros míos. Territorio Comanche y El pintor de batallas. A ellos me remito. Precisamente los escribí, entre otras cosas, para no tener que dar esta clase de explicaciones. Y no me arrepiento, claro. Una cosa es tener remordimientos y fantasmas, como cada cual, y otra arrepentirse. Yo era un cazador de imágenes y noticias. Un hijo de puta profesional y un mercenario honrado. Y pagué mis precios sin rechistar, comiéndome lo bueno y lo malo. De cualquier modo, le recomiendo que desconfíe de los reporteros de guerra que se adornan con farfolla ética. O mienten o son tontos del culo. Y a menudo son tontos del culo que mienten.

¿Qué opinan en su círculo personal de su obra? Ya sabe, me refiero a si hacen comentarios del tipo “En fin, ya sabemos cómo es Arturo…”
No sé a qué círculo personal se refiere. Si habla de mis amigos, tampoco veo la relación entre mi obra y ese “En fin, ya sabemos…”. Mis novelas están ahí, y nadie tiene que justificarlas. Y menos a estas alturas. No sé si han formulado Vd. confusamente la pregunta o yo no soy capaz de comprenderla. Posiblemente se trata de lo último.

A mi, como murciana, me gustaría saber el porqué de sentirse sólo cartagenero y no hacer alusión a su provincia Murcia, como por ejemplo hacía Paco Rabal diciendo siempre: «Soy de Águilas, Murcia». ¿Acaso no se siente orgulloso de ser murciano?
He mencionado a Murcia y a Cartagena muchas veces. Creo que no está bien informada. Yo me siento bien en Murcia, y en Cartagena, y en todas partes. O me siento mal, según las circunstancias. De cualquier modo, no estoy orgulloso ni de ser murciano, ni de ser cartagenero ni de ser de ninguna parte. Los orgullos locales me tienen sin cuidado. Y a veces son, incluso, peligrosos o patéticos. No veo por qué ha de sentirse ese orgullo, ni en qué puede diferenciarse el orgullo de sentirse murciano y el de sentirse, por ejemplo, de Calahorra. Que cada cual se sienta orgulloso de lo que quiera, pero a mí no me exijan eso. Hay orgullos que se quitan viajando. O se templan.

¿Qué hay de Arturo Pérez-Reverte en los/las (Bibiana dixit y pixit) protagonistas de sus novelas?
Mucho, por supuesto. Pero no todo. Cada autor les presta a sus personajes algo de sí mismo para que vivan, pero se trata de ficción, a fin de cuentas. Digamos que uno crea esos personajes con los puntos de vista que la vida le ha dejado. En tal sentido, algunos de ellos se acercan más al punto de vista del autor que otros. Pero nunca pretendí recrearme en mis textos. Como mucho, digamos que alguno de mis personajes —Lucas Corso, Alatriste, Faulques— miran el mundo como lo miro yo. Mañana, sin embargo, podría hacer una novela con un protagonista infame, vil, traidor y malvado, y no por eso debería asumir que se me parezca ni que yo comparta sus puntos de vista. Hay que recordar siempre que una novela es un artefacto de ficción.

¿Qué novelista(s) del género histórico admira más? ¿Alguna fobia remarcable?
Dumas, O’Brian y algún otro. En España, Eslava Galán. En cuanto a lo otro, mi única fobia es hacia los oportunistas chapuceros que publican sin rigor y sin necesidad novelas absolutamente prescindibles. Fíjese que digo “publican” y no “escriben”. Cada cual es libre de escribir lo que quiera, para su placer o ambición personal. Pero que el autor de un ladrillo infumable se empeñe en publicarlo, aprovechando tiempos fáciles como éstos, sin ningún pudor ni sentido de la autocrítica, me parece lamentable. Está tapando espacio en librerías a gente que sí lo merece y que necesita ese espacio. Es evidente que no digo esto por mí, pues mi espacio, por suerte, lo tengo hace tiempo asegurado. Pero a gente con talento que empieza ahora sí la perjudican.

¿Qué opina de la celeridad de los bedeles del Archivo de Indias?
No tengo datos.

¿Sigue manteniendo contacto con la «Cancerbera del “Man”»?
No. Creo que se dio de baja. Por depresión.

Me he fijado que en su obra hay muchas escenas cargadas de seducción con cigarro por medio y el humo flotando en el aire. ¿Echa de menos ese recurso cuando escribe una obra como los Alatriste o El maestro de esgrima y describe una escena de seducción?
En la vida real hay muchas escenas cargadas de humo de cigarrillos. O las había. De cualquier modo, tampoco es recurso que utilice en todas las novelas. Sólo en algunas donde hay personajes que fuman. Por suerte hay muchos otros recursos para crear ambientes, y procuro utilizarlos todos lo mejor que puedo. Una novela es un artefacto narrativo hecho de mecanismos que uno usa intentando ser eficaz a la hora de contar la historia que quiere contar. Todo cuanto funciona es bueno y todo cuanto no funciona no lo es.

¿Recuerda su primer articulo de prensa publicado, y su primera portada? ¿En qué periódico y de qué trataban? Gracias.
Mi primer artículo fue en La Verdad de Murcia, y el titular era: “El Galicia se llamó primero Príncipe Alfonso y después Libertad”. Mi primera portada, con foto vestido de minero incluida, fue en el mismo periódico. Se titulaba “Así se vive en la mina”. Estuve picando en una de La Unión unos días para hacer ese reportaje.

Lo primero de todo, quiero darle la enhorabuena por su último libro Un día de Cólera. Un novela histórica que incita a la investigación y que viene acompañada de una excelente bibliografía. También su novela, o por lo menos ese es mi caso, provoca el estudio e investigación de los personajes que aparecen en ella, ya que no debemos olvidar que son personajes reales que vivieron el Dos de Mayo y que se encontraban olvidados hasta que usted los recordó de nuevo. Lo segundo, ¿cuando hará una visita por la ciudad de Logroño en sus cortas giras promocionales? Es una ciudad que se encuentra olvidada y que necesita de la presencia de grandes escritores como es su caso. No tenemos que olvidarnos que La Rioja tiene por eslogan ser «La cuna del castellano».
Muchas gracias Don Arturo. Y perdone si le he importunado con mi pregunta.

No me importuna en absoluto. Conozco La Rioja y conozco Logroño, donde voy con cierta frecuencia. Lo que pasa es que promociones hago muy pocas, o ninguna. Hace tiempo que no, excepto en caso de embarques de amigos en compromisos ineludibles. Eso lleva un tiempo que prefiero dedicar a trabajar. Tenga en cuenta que un viaje de promoción a Logroño, o a otro sitio, supone tres o cuatro días; y eso en casa son de diez a quince folios menos que escribo. Por suerte puedo confiar la promoción a entrevistas y reseñas de prensa que suelo hacer de golpe, la primera semana en que sale mi nuevo libro. Estoy muy mayor para ir de un lado a otro como puta por rastrojos. También me da mucha vergüenza ir a firmas de libros. No me gusta tener a gente esperando en colas ni cosas así. Por eso no voy a ferias ni a San Jordi ni a grandes superficies. A quien me viene con libros se los firmo con mucho gusto, cuando me pillan. Pero procuro evitarlo cuanto puedo.

¿Que época de la historia de España es más atractiva para usted, Edad Media, siglo XIX…
Toda la historia de España es atractiva. La que mejor conozco yo es la de los siglos XVI y XVII y el siglo XVIII hasta 1814, más o menos. Eso no quiere decir que los otros siglos me sean indiferentes, claro. La España romana y la del Cid, por ejemplo, me interesan mucho. Pero no se puede ser experto en todo.

¿No cree que D. González Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, se merece una gran novela de aventuras?
Por supuesto. Nuestra historia está llena de personajes fascinantes: Cortés, Pizarro, Blas de Lezo, Barceló, el Cid, Gálvez, El Empecinado… Pero uno no puede hacerlo todo.

Yo quiero felicitarle por su trayectoria periodística y literaria, que es impresionante, y preguntarle si el ejercicio del periodismo (sobre todo, su artículo semanal) le sirve hoy en día como vía de escape o si, por el contrario, supone una carga para la preparación y escritura de sus novelas.
Yo ya no soy periodista. Era un reportero, y al dejar de serlo dejé de ser periodista. Ahora escribo una página semanal que me sirve de ajuste de cuentas y desahogo, en mi nombre y en el de otros. No es periodismo sino literatura en forma de periodismo, con un personaje que se llama como yo pero que no soy yo. O no lo soy del todo. El APR que firma esa página es también un personaje literario, sólo que hay gente que lo toma por completamente real. Yo, por ejemplo, no digo tacos en mis conversaciones. Ni soy tan gruñón. Por lo demás esa página preferiría no hacerla, como Bartleby, pero a estas alturas hay demasiada gente que la sigue hace tiempo y ya no puedo elegir ni renunciar. Sería una especie de traición a los amigos. Le dedico un día a la semana, y ese día, por supuesto, se lo resto a las novelas. A veces no me hace maldita la gracia interrumpir el ritmo de éstas para hablar de otra cosa. Pero ya he dicho que no tengo opción. Son las reglas.

En algunas ocasiones en estas páginas se ha esgrimido el argumento del éxito de ventas como indicativo de la calidad de una obra literaria. ¿Cree que esto es así?, ¿o está más cerca de Shopenhauer cuando dijo que «el que escribe para necios encuentra siempre una numerosa audiencia»? RESP: Schopenhauer tuvo una numerosa audiencia.
Ese tema me aburre hace tiempo. Cada cual es libre de atribuir la calidad que quiera a lo que quiera. De cualquier modo, por poner un ejemplo, John le Carré es un bestseller superventas como lo es Dan Brown, pero cualquiera que pretenda situarlos juntos en calidad no es más que un imbécil. Hay libros buenos que se venden y leen muchísimo y libros malos que no se venden ni leen absolutamente nada. En lo que a mí se refiere, estoy encantado de que me lean muchísimo. No tengo el menor complejo de estar en una lista de ventas con Le Carré, ni con Vargas Llosa o Paul Auster. Tampoco lo tengo cuando me toca estar junto a Dan Brown.

¿Qué piensa cuando un lector le manifiesta razonadamente que no le ha gustado un libro suyo? ¿Le resulta indiferente el comentario o toma en consideración esas manifestaciones?
Siempre lo tomo en cuenta. Tener presente al lector es compatible con escribir dignamente la novela que uno quiere escribir. Cada novela es un acto de aprendizaje sobre el mundo y sobre uno mismo. Eso incluye el retorno de la información procesada por el lector. Tenga en cuenta que, al término de una novela, uno está tan metido en ella que se pierden las perspectivas. Es el lector quien con su juicio te la devuelve.

¿Su barco es un refugio personal, un sanctasanctórum o invitaría usted a navegar a cualquier desconocido?
Yo no navego con desconocidos. Eso es incompatible con el mar. Al menos con mi forma de entender el mar. Nunca he permitido, por ejemplo, que un periodista suba a bordo. Pero la palabra refugio tal vez no sea la correcta. Digamos que mi velero es el único lugar del mundo donde todo puede dejarse atrás, lejos, en tierra. Allí el tiempo deja de existir y sólo cuenta lo inmediato. Libros para leer con buen tiempo, o pelear duro para no perder el barco y tú con él si el tiempo es malo. Lo demás importa literalmente un carajo.

¿Qué le parece la obra de Roberto Bolaño?
Me parecía aburridísima cuando estaba vivo y me sigue pareciendo aburridísima ahora que está muerto. No son, desde luego, los libros que yo salvaría del incendio de mi biblioteca. Prefiero salvar las aventuras de Tintín.

¿Cree usted que la estupidez que se ha apoderado, tiempo ha, de la clase política o dirigente española es debida a una especie de incapacidad congénita nacional o se trata de algo pasajero que nos ha tocado sufrir de igual manera que le podía haber ocurrido a otras naciones como Inglaterra, Francia, Italia…?
Pasa en todas partes. La diferencia es que España es más ruin, bajuna y analfabeta que Francia o Inglaterra, por ejemplo. En algunas cosas, incluso más que Italia. Por eso se nota más. Y ojo. Esos políticos no son marcianos que hayan llegado de fuera. Salen de nosotros. Somos nosotros. Tenemos los políticos que merecemos tener. La prueba es que todos se jubilan de políticos y además mueren en la cama.

Desearía que usted me advirtiera de la posibilidad de que los navíos de línea franceses mayores de 70 bocas de fuego aparejaran velas laterales aparte de las propias de cada verga mayor, velacho y juanete. ¿Aparejaban estos barcos sobrejuanetes?
Supongo que se refiere a los navíos de línea llamados comúnmente de 74 cañones, de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Llevaban, en efecto, aparte las velas mayores de los palos trinquete, mayor y mesana (aunque ésta última verga de mayor solía ir aparejada como verga seca, al llevar a popa del palo una vela cangreja), cada una su gavia, su juanete, y también su sobrejuanete cuando el tiempo permitía calar mastelerillos. Con viento largo o de popa y buen tiempo, cuando se necesitaba aumentar la superficie vélica, podían aparejarse, en efecto, por fuera de gavias, velachos o juanetes, unas velas laterales más pequeñas, llamadas “alas” por lo general, y cuando acompañaban a la vela de trinquete, “rastreras”… Pero todo eso ya lo sabía usted. No me lo habría preguntado, en caso contrario.

Si llegara sediento con su barco a una isla casi desierta, ¿quién le gustaría que estuviera allí con una jarra de agua fresca que pudiera apagar su sed? Y si esa persona sólo tuviera un libro, ¿cuál le gustaría que tuviera?
Mónica Bellucci con un Quijote, para cuando se nos acabara la conversación. Pero incluso sin libro podría arreglármelas, supongo.

Mi legítima esposa dice que usted conoce a las mujeres inteligentes como nadie. Que Olvido Ferrara es impresionante como personaje y que Teresa Mendoza es de carne y hueso y tal vez su mejor creación femenina. ¿Que hay de real en las mujeres de sus novelas? ¿En qué porcentaje recurre a su imaginación para crearlas, y en qué porcentaje recurre a su memoria? Por otra parte, debo decirle que la escena de cama de Olvido y Faulques en Venecia es la mejor co… de co… de la literatura universal. Aquí, un amigo.
Tengo cincuenta y siete años (curiosamente, ahora que me fijo, el mismo número que corresponde a esta pregunta). A estas alturas, uno también pone en las novelas parte de su vida. Ninguna mujer de mis novelas sale directamente de la realidad, pero es cierto que las compongo con aquellas partes de realidad y de memoria que puedo utilizar como materia novelable. Ninguna es completa ficción. Ninguna es realidad completa, aunque unas se acerquen más que otras a lo concreto. A mujeres reales. Ahora bien, lo que tengan de real Olvido Ferrara o Tánger Soto es sólo cosa mía. Lo que sí puedo decirle es que desde hace tiempo, cuando comprendí que ellas tienen, aunque a veces no lo sepan, las respuestas a todas las preguntas importantes que el hombre se hace desde que existimos, las observo minuciosamente e intento extraer lecciones de lo que veo y de lo que puedo recordar del pasado. Es ahora, con los años, cuando puedo descifrar enigmas que siempre me inquietaron o desconcertaron. En cuanto a la escena veneciana a la que se refiere, celebro que le parezca buena, aunque dejo a su criterio establecer si es inventada o se basa en algo real. Uno, en su natural modestia, hace las cosas lo mejor que puede.

La fama le ha dado muchas cosas ¿cuáles le ha arrebatado? y ¿escribiría para mantenerla a cualquier precio?
En algunos lugares, me ha arrebatado intimidad. Y la posibilidad de sentarme a observar a la gente mientras paso inadvertido. Aunque procuro seguir haciéndolo cuanto puedo. Por lo demás, como dije antes, la fama, en mi caso, sólo sirve para que te den mejores mesas en los restaurantes.

¿Qué opina del canon digital?
No tengo una opinión formada. No conozco bastante el asunto. Profesionalmente no me afecta, porque lo mío son los libros.

Señor Reverte: ¿Cómo podemos saber que va a ser usted el que conteste a todas estas preguntas? Un profundo admirador.
A estas alturas, está clarísimo. Es evidente que quien responde soy yo. Y mi circunstancia.

¿Qué le parece la frase que dijo sobre sus propias obras Stephen King?: »Yo soy a la literatura lo que el McDonalds a la comida».
Que Stephen King no se respeta demasiado a sí mismo. Pero igual tiene razón.

¿tTene pensados más episodios como el de La sombra del águila?
Pensadas tengo muchas cosas, aunque eso no quiere decir que tenga tiempo ni ganas de escribirlas. Pero nunca se sabe. Debo decir, de todas formas, que ese relato es una de mis cosas cortas favoritas. Le tengo mucho cariño a esa heroica y triste historia. Tan española.

¿Qué le parece a Ud. la obra de Dalton Trumbo, en especial su inacabada La Noche del Uro?
He visto alguna película basada en sus obras, pero hasta ahí llego. Del resto no tengo la menor idea.

¿De los autores de narrativa histórica actuales con cual se quedaría?
Si se refiere a autores vivos, muy pocos. Apenas leo novela actual, y mucho menos histórica. Juan Eslava Galán, por supuesto. El inglés Peter Ackroyd, a veces. Alexander Kent, cuando se trata de narrar combates navales (en los personajes es algo más plano). Creo que eso es todo, o casi. Lo que sí leo es mucha Historia, sobre todo Grecia y Roma, y los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. El XX ya me interesa menos. El XXI, nada.

¿Qué le parecen las obras de Haefs, Pressfield o Baer?
Son sin duda extraordinarios, hagan lo que hagan, pero no tengo el gusto. No oí hablar de ellos en mi puta vida.

¿Siendo usted de Cartagena, cómo no se ha atrevido aún con un personaje tan fascinante como Aníbal Barca y su familia (creo que usted podría contarnos una gran historia con ese periodo y esos personajes de fondo), o sencillamente no le atrae?
No me atrae para escribir sobre ello, aunque conozco bien esa época. No podemos escribir sobre todo. Hay que elegir, y otros asuntos me interesan más.

¿Cuál considera usted el personaje más importante de la Historia de España, el más infravalorado, el más sobrevalorado y el que menos favores a hecho a España?
El más importante quizá sea Carlos V, en mi opinión. Su momento histórico nos fue decisivo tanto para lo bueno como para lo malo. El más infravalorado tal vez sea Felipe II. La Leyenda Negra nos lo presentó como un rey mezquino, oscuro y limitado, y somos tan imbéciles que seguimos creyendo que así fue. Han tenido que venir a rehabilitarlo, y sin demasiado éxito, los historiadores extranjeros. El más sobrevalorado de nuestra historia más o menos reciente es, en mi opinión, Manuel Azaña. Como escritor no me parece muy brillante. Como político, mediocre. La prueba es que España se le fue de las manos y se lo puso todo a punto de caramelo a la reacción de los militares y la derecha. Hacer de él un héroe de la República me parece exagerado. Suelo verlo más como un pobre hombre con buenas intenciones pero débil y poco eficaz para lo que le vino encima. En cuanto al que menos favores ha hecho a España, sin duda fue el rey más infame y vil de nuestra Historia, donde esos reyes no faltaron nunca, por cierto. Me refiero al grandísimo y siniestro hijo de puta Fernando VII. Pero ojo: el Deseado. Si así lo llamaron, es porque Dios o el diablo concedieron a este pueblo imbécil exactamente lo que quería. Lo que merecía. Recordemos que también ese miserable murió en la cama. Y no fue el único.

¿Qué personaje (excluyendo a Jesucristo) considera Ud. que ha cambiado más la Historia de la Humanidad?
Mahoma. Y lo que la va a cambiar todavía.

Reitero la pregunta que le hice una vez en persona, por parecerme interesante: ¿Por qué sus novelas han seguido hasta ahora el camino de El húsar y no el de La sombra del Águila? Es decir, les falta esa vida, ese sentido del humor afilado como una bayoneta del Villaviciosa, y en cambio abusan de esa desesperanza, de esa fatalidad gris y pesimista. Dicho esto, desde una admiración total hacia ambas novelas y estilos de escritura.
No sé lo que respondí en aquella ocasión. De cualquier modo, mis novelas siguen muchos caminos distintos. Cada una supone para mí un desafío particular. Concreto. Si no, mi oficio sería puramente mecánico. Raro es que haya dos que puedan situarse en idéntico registro, salvo los Alatristes. Precisamente porque no hago siempre la misma novela. Yo cuento siempre la misma historia sobre el ser humano, pero lo hago con épocas, ambientes y personajes diferentes. Me aburriría mucho, en otro caso. No me va el formato fijo. Por eso experimento a veces, como en cabo Trafalgar. Divertirse trabajando también es un móvil bueno. En cuanto al humor, en las novelas siempre está presente, de una u otra forma, aunque a veces sea una pincelada de humor negro. No siempre está uno para chirigotas largas. Repito que tengo cincuenta y siete años, y la vida me ha dado unas certezas y me ha despojado de otras. Cada uno escribe de lo que sabe. De cómo ve el mundo, la vida, el ser humano. Yo escribo de lo que sé. Y es evidente que el mundo que conozco no me gusta demasiado. Por eso busca analgésicos para soportarlo. Para que mis personajes lo soporten. Para que el lector recorra con ellos es camino que a mí me ha llevado toda mi vida recorrer.

¿Que fue de aquel proyecto que usted iba a escribir, y que TVE avanzó a bombo y platillo para luego olvidar, acerca de la pérdida de las Filipinas en 1898?
Escribí un guión, que no me pagaron, cayó en manos de José Luis Garci y nunca más se supo. Creo que lo reescribió luego él solo, o con alguien. A su gusto. A mí me gustaba aquella historia. Pero me pasa con ella como con aquellos viejos tangos tan impolíticamente correctos, muy anteriores a la ministra Aido y sus miembros y miembras: puesto que fue a manos de otros que la envilecieron, la prefiero muerta. Me refiero a la historia que escribí sobre lo de Filipinas, por supuesto.

Al regresar de la guerra de los Balcanes muchos soldados necesitaron ayuda psicológica para olvidar las enormes atrocidades allí cometidas. ¿Sufrió usted algún percance parecido? Aprovecho para felicitarle por su obra, en general, y espero otra gran novela como La sombra del Águila o Un día de cólera. Un abrazo.
Yo soy un individuo de presión arterial relativamente baja, más bien tranquilo y emocionalmente estable. Nunca necesité otra ayuda psicológica que los libros que he leído durante toda mi vida, antes, durante y después de los Balcanes. Con eso y con escribir “El pintor de batallas” me he ido apañando bastante bien. Otra cosa son los fantasmas personales que arrastra cada cual. Pero ésos ya son cosa exclusivamente mía.

Muy buenas. En sus artículos ha reflexionado muchas veces sobre la importancia de la educación y la memoria, así que mi pregunta es: ¿quién fue su maestro más querido (no necesariamente de escuela) y cuál fue su lección más valiosa? Muchas gracias.
En 3º de Maristas, un profesor de Literatura: el hermano Jose Luis Vallejo. Después, en 5º, 6º y Preu de Letras, cuando me expulsaron de los Maristas, tuve la suerte de coincidir en el instituto Isaac Peral de Cartagena con un grupo de jóvenes catedráticos (y guapas catedráticas) todos brillantísimos. Éramos sólo 13 alumnos, e hicimos tan buenas migas que hasta nos íbamos juntos de copas. Recuerdo con especial afecto y respeto a Amparo Ibáñez en Historia del Arte, a Gloria (he olvidado el apellido, maldita sea) en Griego, a Antonio Gil en Latín y a Juan Ros en Literatura. Fue una época feliz. Gracias a ellos, que me hicieron amar lo que amaban, aprendí a aprender cuanto ahora sé. O buena parte de ello.

¿Por que sus obras ambientadas en el pasado son cortas y sus obras ambientadas en la actualidad son largas?
Quizá tenga razón en parte, aunque no sea del todo exacto. El maestro de Esgrima es una novela de tamaño normal. Y Un día de Cólera, también. Y Alatriste, tomada en conjunto, es larguísima. Ahora estoy trabajando en un tocho muy gordo que tiene mucho que ver con el pasado. Si de veras hay cierta tendencia, supongo que es casual.

¿Le molesta que algunos de sus lectores incondicionales le escriban sin guión de por medio? Me refiero a escribir sus apellidos, a escribir «Pérez Reverte». ¿Cree que eso es indicativo de algo? ¿Preferiría que eso lo hiciera alguien que no ha leído sus libros? ¿O le da exactamente lo mismo?
Me da igual. De cualquier modo, Pérez-Reverte es un solo apellido. Mi primer apellido. El nombre completo es Arturo Juan Moisés Gonzalo Pérez-Reverte Gutierrez. Con perdón.

¿Qué opina de Roberto Bolaño? ¿No le parece un bluf sobrevalorado? ¿Se aburre con él tanto como yo?
Ya respondí a esa pregunta más arriba. Pero ya que insisten, le diré que sí. Que me aburro incluso más que usted.

Me gustaría saber si alguna vez ha tenido que cambiar el titulo de alguno de sus libros a requerimiento de algún editor. Soy un autor primerizo que acaba de escribir una novela histórica de ambiente hispano cuyo argumento es, a grandes rasgos, como sigue: Isabel, sobrina de Leovigildo, se ve forzada a abandonar su casa por causa del amor prohibido que profesa a su primo Atanagildo, que es malquisto por su familia, y emprende un viaje interminable que la lleva finalmente a China donde, tras enormes vicisitudes para aprender el idioma y acostumbrarse a comer rollitos de primavera, encuentra de nuevo el amor. Yo había pensado en un titulo original: Viento del este, viento del oeste, por aquello de la mezcla cultural, ya me entiende, pero el editor quiere algo mas acorde con los tiempos y me sugiere La boda en la pagoda de Isabel la visigoda. No se si tengo que aceptar o mentarle a la madre.
Nunca tuve que hacer nada a requerimiento de mi editor. Ni siquiera lo de que Cabo Trafalgar lo escribí por encargo es verdad, como dije más arriba. Ellos llevan su política de mercado, y en eso no me meto, siempre y cuando no afecte a mi dignidad, mi buen nombre o mi bolsillo. En cuanto a lo de mentarle usted la madre a su editor por lo de esa zorra visigoda, ahí no me meto. Lo que sí le digo es que yo, en este momento, le estoy mentando a la suya. Que sin duda es una santa.

¿Que le parecen las novelas que han causado furor en los últimos tiempos de Dan Brown (y autores por el estilo)? ¿Ha leído La Última Cena de Javier Sierra? ¿Y La Campaña Afgana de Pressfield? Personalmente, creo que hay partes de ésta que cualquiera diría, salvando las distancias (si usted me lo permite), que las ha firmado usted.
Lamento no haber leído nada de Brown ni de Sierra, lo que no quita para que los respete en su género. Cada uno en su casa y Dios en la de todos, como se decía antes. En cuanto a la Campaña afgana, es un buen libro. Me honra su comentario, amigo mío.

¿Cómo es, en usted, la gestación de una novela? ¿Cómo surge esa primera idea incandescente que da paso al desarrollo embrionario y posterior alumbramiento de sus criaturas? ¿Sigue algún método particular?
Una novela larga me lleva un par de años. Seis meses de preparación, más o menos, y año y medio de escritura. Por lo general, hay una serie de historias e ideas que van conmigo, dándome vueltas a la cabeza. Un día hay algo que desencadena el proceso: una música, una palabra, una imagen, una chica que pasa, una sensación. Entonces, parte de ese mundo toma forma en una historia concreta. Como ve, eso puede pasarle a cualquiera. La diferencia es que, después de que eso ocurra, yo me pongo dos años a trabajar como un condenado, y todo cuando veo, leo, toco, amo, odio, etc, durante ese tiempo, tiene que ver con la novela que estoy escribiendo. Creo personajes, busco un punto de vista, dispongo el lenguaje y todo lo demás. Aplico las herramientas del oficio y el talento narrativo que pueda tener. Después la termino, me libro de ella y quedo disponible para otra historia. Como ve, la mayor parte de lo que importa es cuestión de echarle horas. Como todo en la vida.

Si tuviera que dar a algún escritor novel un consejo, ¿cuál sería? ¿Existe realmente tal consejo?
Leer mucho, practicar mucho, romper mucho y no tener ninguna prisa en publicar. Las prisas mataron a muchos escritores que pudieron ser buenos. Y sobre todo, no escribir nunca para los suplementos literarios, sino para los lectores y para uno mismo.

¿Sangre, sudor y semen (y vino), es ésa, también, su fórmula mágica?
No hay fórmulas. Hay trabajo, imaginación y olfato narrativo cuando se tiene. Lo demás son milongas.

Muy estimado señor Reverte, una pregunta desde el nuevo mundo, ¿por cuál de sus novelas le gustaría ser recordado?, ¿por qué escribe? Cuándo una novela sobre la conquista de América, sería interesante leer el punto de vista del simple soldado, el que se quedo a vivir con una indígena, se asentó y dejo las armas por el azadón.
No sé si me recordarán por algo, ni me interesa demasiado. Aunque supongo que, cuando palme, el titular será: “Murió el padre de Alatriste”. Y no es mal epitafio. En cuanto a esa historia de que me habla, la escribí ya, como dije más arriba. O casi, porque no acaba con el azadón. Es corta, se llama Ojos azules y creo que anda por Internet. Seix Barral la editará en Marzo, por primera vez en forma de librito.

Sr. Reverte, ¿por qué no escribe algo sobre otra de nuestras “victoriosas” derrotas, el desastre de Annual?
Vamos a dejarle algo a los colegas… Tampoco hay que avasallar, ¿no le parece?

FRIKI-TEST:

1.Tus tres libros favoritos
El Quijote, Los tres mosqueteros, La montaña mágica y trescientos, o tres mil o treinta mil más. Hablar de libros favoritos es siempre una reducción peligrosa

2. Un libro que no hayas podido terminar
Varios.

3. ¿Cuántos libros tienes?
Hace un año, el censo doméstico era de 24.500. Libro más o menos.

4. Un libro que te ha gustado pero te da vergüenza reconocerlo
No me avergüenzo de ningún libro que me haya gustado.

5. El último libro que has leído
“Journal de voyage en Italie”, de Michel de Montaigne.

6. El que estás leyendo ahora
“De la naturaleza”, de Holbach.

7. El último que has comprado
“Cádiz en el sistema atlántico (1650-1830)”, de José Bustos Rodríguez

8. Tapa dura o bolsillo
Me da lo mismo. Pero en los viajes agradezco los formatos manejables.

9. El libro escrito por ti del que te sientas más orgulloso
“El maestro de esgrima”, por el protagonista. Aprecio mucho a Jaime Astarloa. Alatriste también me da algunas satisfacciones.

10. ¿Dónde lees?
Donde puedo, siempre que puedo.

11. ¿Cómo ordenas los libros?
Lo mejor que puedo. Por materias, generalmente: clásicos griegos, clásicos latinos, historia antigua, historia de Roma, literatura antigua, Teatro griego y latino, historia medieval, historia de los siglos XVI y XVII, conquista de América, navegación de los siglos XVI y XVII, literatura y teatro de los siglos XVI y XVII, biblioteca de trabajo para Alatristes, Cervantina, Quevedo, historia del siglo XVIII, marina del siglo XVIII, revolución francesa, napoleónica, literatura del siglo XVIII, Moratín, historia del siglo XIX, marina del siglo XIX, Historia del siglo XX, marina del siglo XX, guerras del siglo XX en las que he estado, literatura del siglo XIX, literatura del siglo XX, novela española, novela extranjera, ediciones extranjeras de mis novelas, ediciones españolas de mis novelas, enciclopedias, diccionarios y libros de consulta y trabajo. Más o menos ésos son los bloques, cada uno en lugares diferentes de la casa.

12. Tu libro más valioso
Los tintines con lomo de tela, primeras o casi primeras ediciones.

13. ¿Qué usas para marcar la página?
Marcapáginas, tarjetas de visita donde tomo notas, tarjetas de embarque de aeropuertos. No doblo una hoja jamás.

14. ¿Escribes anotaciones en los libros?
Hay un Quijote que sí anoto continuamente. En el resto, subrayo con lápiz, más que anoto. Por lo general tomo notas en tarjetas de visita o de cartulina y en cuadernos.

15. ¿Has recibido mails raros de tus fans? ¿Alguna anécdota?
Una bibliotecaria francesa me pidió, muy convencida, información sobre los papeles del alférez Iñigo Balboa que están en la Biblioteca Nacional. Esa no estuvo mal.

16. La tortilla de patata, ¿con o sin cebolla?
Con cebolla. Naturalmente.

     

68 comentarios en “Entrevista a Arturo Pérez-Reverte

  1. Vorimir dice:

    Uff, increible la entrevista, un 10 para el señor Pérez-Reverte.

    Lástima que no lea mucha novela histórica, aunque si lo haya hecho con «La campaña Afgana»…. aunque no recuerde el nombre de su autor. Yo también pienso que ese libro es muy de «su estilo».

    Repito: Grandísima la entrevista.

  2. Germánico dice:

    «¿Qué personaje (excluyendo a Jesucristo) considera Ud. que ha cambiado más la Historia de la Humanidad?
    Mahoma. Y lo que la va a cambiar todavía. »

    Ja, ja. Genial. De toda la entrevista, me quedo con esta respuesta.

  3. Arauxo dice:

    Pues es verdad que el hombre se ha tomado la molestia de escribir un buen rato. Y eso es de agradecer.

    Y buen piropo le ha soltado a esta página en su primera respuesta, sí, señor. Una página, por cierto, que acaba de anotarse un gran tanto.

    Enhorabuena, Javi, y enhorabuena, hislibreños.

  4. Ascanio dice:

    Caray, no me acordaba de lo buenas que eran algunas preguntas. Y por supuesto, se agradecen las respuestas, teniendo en cuenta que debe andar escaso de tiempo, como se deduce por algunas contestaciones.
    Acerca de las respuestas, comentar que en una de ellas no sabe quién es Haefs. Vale que no haya leído nada de él (yo tampoco) pero…¿ni siquiera le suena? Y luego cae en la contradicción de comentar que «La campaña afgana» es un buen libro, habiendo dicho antes que tampoco conoce a Pressfield.
    Por cierto, acerca de mi pregunta (la de los personajes arquetípicos desencantados), Pérez-Reverte contesta:
    Si yo hubiera pasado veinte años contando la misma historia con el mismo personaje, hace tiempo que los lectores me habrían mandado a hacer puñetas.
    Y yo le respondo: Sr. Pérez-Reverte, yo era una incondicional lectora de sus novelas, pero después de años leyendo al mismo personaje, hace tiempo que le mandé a hacer puñetas.
    De todas maneras, eso es asunto mío, y a usted supongo que le importará un comino. Hace bien. A mí me pasaría lo mismo.
    Le reitero mi agradecimiento al respondernos. He pasado un rato la mar de entretenido.
    (Aunque Javi no mandó una pregunta que hice sobre naútica…)

  5. cavilius dice:

    Qué buen rato. Me parece que es lo más largo que he leído de Pérez-Reverte. Enhorabuena, Javi.

    Podríamos incluir en la cabecera de Hislibris esta cita:
    «Un lugar muy bien hecho, excelente, vivo, variopinto y divertido». Arturo Pérez-Reverte.

  6. Richar dice:

    Buf, qué grande. Me lo he pasado teta leyendo la entrevista. Genial. No tengo más palabras, salvo ¡¡¡¡¡24.500 libros!!!!!!!

    Saludos,
    Richar.

  7. Valeria dice:

    Gracias, Señor Reverte. Que el tiempo es oro, y usted se lo ha currado. (Aunque, la verdad, después de disfrutar de la lectura de la entrevista, me parece más propio tutearte. Si no te molesta, claro).

  8. adrian dice:

    Es de agradecer el tiempo dedicado por el sr. Pérez-Reverte.
    Por otro lado, mostrar mi desacuerdo con Ascanio, ¿qué tienen de idénticos
    Faulques, Alatriste, Jaime Astarloa, Coy, Olvido…?, lo que quizá te suceda Ascanio es que ves todas las novelas con un hilo conductor único, la naturaleza humana que es miserablemente gris, y la única esperanza es la lucidez del propio individuo y su consciencia de lo que es él y lo que son los demás, basádose en la historia y en la experiencia personal.

  9. Atilio dice:

    Chapó. ¡Qué buen rato he pasado! Y es que, si hay algo que D. Arturo no tiene son pelos en la lengua…

  10. Demócrito dice:

    ¡Gran entrevista! Se agradece que se haya tomado la molestia de contestar. Sin duda le ha quitado un tiempo valioso, que podía haber dedicado escribir alguna que otra página de «un tocho muy gordo que tiene mucho que ver con el pasado».

  11. Rogorn dice:

    Muchas gracias por conseguir la entrevista, ya que siempre es un placer oír o leer lo que dice. En plan crítica constructiva, sólo diría que hubiera sido mejor editar el cuestionario para que no tuviera que repetir la misma respuesta varias veces a preguntas casi idénticas, pero ha quedado muy bien.

    Con 25.000 libros, normal que no recuerde todos los autores.

    Alguna vez ha dicho él que, al igual que muchos otros escritores, escribe ‘siempre la misma novela’, pero con esto se refiere al tema del territorio que explica en la entrevista. No es que Coy, Alatriste, Corso o Astarloa sean intercambiables unos por otros, pero sí que no sería raro verlos aparecer en el mismo tipo de relato, porque cuando uno lee varios libros de APR, se da cuenta de que ‘pegan’ unos con otros (hay incluso un volumen de ensayos sobre él donde a esto se lo llama ‘Territorio Reverte’). Sobre si eso es ‘ser lo mismo’ o ‘repetirse’, eso ya depende de cada uno. Es lo de que los lapones tienen un montón de palabras para la nieve, cuando hay gente por otra parte que nunca ha visto nevar.

  12. farsalia dice:

    ¡Muy buena entrevista! Enhorabuena a los que han preguntado y sobre todo a Pérez-Reverte por el tiempo, la paciencia y la dedicación con que ha respondido. Sí, es cierto, algunas preguntas se podrían haber editado, pero bueno, hay mucha chicha en estos párrafos.

    Yo no sé vosotros, pero no recordaba esta pregunta y al leer tambiçen la respuesta no he podido soltar una soberana carcajada:

    «Me gustaría saber si alguna vez ha tenido que cambiar el titulo de alguno de sus libros a requerimiento de algún editor. Soy un autor primerizo que acaba de escribir una novela histórica de ambiente hispano cuyo argumento es, a grandes rasgos, como sigue: Isabel, sobrina de Leovigildo, se ve forzada a abandonar su casa por causa del amor prohibido que profesa a su primo Atanagildo, que es malquisto por su familia, y emprende un viaje interminable que la lleva finalmente a China donde, tras enormes vicisitudes para aprender el idioma y acostumbrarse a comer rollitos de primavera, encuentra de nuevo el amor. Yo había pensado en un titulo original: Viento del este, viento del oeste, por aquello de la mezcla cultural, ya me entiende, pero el editor quiere algo mas acorde con los tiempos y me sugiere La boda en la pagoda de Isabel la visigoda. No se si tengo que aceptar o mentarle a la madre.»

    ‘Nunca tuve que hacer nada a requerimiento de mi editor. Ni siquiera lo de que Cabo Trafalgar lo escribí por encargo es verdad, como dije más arriba. Ellos llevan su política de mercado, y en eso no me meto, siempre y cuando no afecte a mi dignidad, mi buen nombre o mi bolsillo. En cuanto a lo de mentarle usted la madre a su editor por lo de esa zorra visigoda, ahí no me meto. Lo que sí le digo es que yo, en este momento, le estoy mentando a la suya. Que sin duda es una santa.’

  13. Marbenes dice:

    A mí también me ha chocado que primero diga no haber oído hablar de Haefs, Baer y Pressfield en su puta vida y luego resulte que conoce La camapaña afgana como para opinar y sentirse halagado por el comentario sobre su similaridad. Pero muchas veces yo tampoco recuerdo un título que sin embargo me encantó, o el nombre de un autor cuya obra me gustó.

    Pese a otras contradiciones, la autosuficiencia e incluso pedantería que asoma en sus respuestas, y el pelín de mala leche destilado en las respuestas a quienes no le adulan en la pregunta, cosas por lo demás normales en una entrevista tan larga y algo puñetera, se agradece mucho la molestia que se ha tomado.

    Y no puedo irme sin dejar constancia de la profunda y asquerosa envidia, ni sana ni ná, asquerosa, que me da. ¡25.000 libros, libro arriba, libro abajo… 25.000! ¿Se los habrá leído todos?

  14. Marbenes dice:

    Sabía yo que por la palabra «asquerosa» me moderaban, ainsss

  15. Clodoveo11 dice:

    Bastante logro ya es la entrevista, porque no me parece que sea personaje demasiado accesible: en el trato, algo así como un Schuster de la literatura. Aunque lo niegue, hay algo en su pasado, reporteril o no, que ha marcado su personalidad irreversiblemente y lo ha dejado «tocado», viéndose esto en el buen o mal sentido. Porque para conseguir la brillantez también hace falta cierto (o bastante) arrebato.

    Un tipo curioso, divertido a veces, brillante literato… pero como que para hola y adiós, I think.

  16. ipi dice:

    Fenómeno, este pedazo de escritor es un fenómeno.

    Menudas preguntitas algunas, y por si algún hislibreño dudaba de quién las contestaba, ahí va la respuesta a una de ellas:

    «En cuanto a lo de mentarle usted la madre a su editor por lo de esa zorra visigoda, ahí no me meto. Lo que sí le digo es que yo, en este momento, le estoy mentando a la suya. Que sin duda es una santa.»

    Desde luego hislibris se ha apuntado un gran tanto… aunque mis consideraciones y preguntas para él no las he visto reflejadas por ningún sitio. Entiendo la necesidad de filtrar y acortar la entrevista, pero no veo la necesidad de censurar a nadie.

    En fin, felicidades hislibreños, enhorabuena al organizador (Javi LR ??) que al parecer también hace de censor. Y sobre todo felicidades y gracias APR.

  17. CLIONAUTICA dice:

    Muchas felicidades por obtener esta entrevista. Son posts como estos los que alejan a los blogs de ser un mero pasatiempo y los convierten en un medio de comunicación serio y confiable.

  18. Dronne dice:

    Gran entrevista e increible su extensión, yo tambien he pasado un estupendo rato leyendola.
    Y por favor, yo soy uno de los que le pide que continue con su artículo semanal, fundamental en mis desayunos dominicales.

    Saludos

  19. Escael dice:

    Alguien sabe si publican en internet el artículo semanal?

  20. Sangón dice:

    Gracias al Sr. Pérez Reverte y a todos los que enviaron preguntas podemos acceder a una entrevista que se sale de las que se prodigan por los distintos medios escritos. Algunas preguntas y algunas respuestas son impagables. Como han comentado más arriba, por entrevistas como esta merece la pena formar parte de la familia hislibreña.

  21. Pilar Alonso dice:

    Magnífica entrevista aunque, como han apuntado otros compañeros, debería haberse editado para no repetir preguntas.

    Y es de agradecer que se haya tomado su tiempo para contestarla, que imagino que no habrá sido poco.

    En fin, que he pasado un rato magnífico y que yo también le tengo envidia a esos 25.000 libros. Del mismito estilo que Marbenes, vaya.

  22. Curistoria dice:

    Gracias, a él, por su tiempo.

    Enhorabuena, a los otros, por todo lo demás.

  23. Marbenes dice:

    Perdón, se me quedó pegada una «c» y donde dice «contradiciones» debería decir «contradicciones».

  24. Antonio dice:

    Buenas noches:

    Enhorabuena al que puso mi pregunta tal y como la formulé. ¡Y el Pérez-Reverte me ha contestado! Un lujo.

    Muchas gracias a Pérez-Reverte y al Hislibris.

    Saludos.

  25. pepe dice:

    Rosa Ribas nos contó en alguna parte que el título original de su novela era algo tan poco convencional como Prado núm. 1940 de modo que los editores sugirieron cambiarlo por El pintor de Flandes, más explícito y comercial. No será el único caso y, si bien es natural que ningún editor imponga nada a un escritor consagrado, todo el mundo ha tenido que empezar alguna vez. La pregunta a que se refiere Farsalia está motivada porque hace algunos meses vi en una librería francesa que el título del segundo libro de la saga de Alatriste, Limpieza de sangre había recibido la curiosa traducción de Les bûchers de Bocanegra. En mi pueblo mentamos a la madre continuamente, a menudo con intención cariñosa, como la que tengo yo al escribir la madre que te parió, Arturo, que entrevista más cojonuda nos has regalado. Enhorabuena a Javi y a todos los que la han hecho posible.

  26. José F. Abarca dice:

    No es tanto la entrevista -ya vi una que le hicieron en TVE hace algún tiempo- es que, como les digo a mis amigos, uno aprende leyendo a Arturo Pérez-Reverte. Juega con el idioma (casulamente, en la entrevista de TVE dijo que el castellano era el idioma más bello de todos. Y estoy de acuerdo), además de ser un as de la narrativa. Si no, recuerden La Carta Esférica: hasta en las últimas tres páginas se sabe cómo es el rollo. Y por favor, no lo comparen con Dan Brown. En el famoso (¿?) Código Da Vinci, cuando llegué a la mitad del libro ya sabía lo que iba a ocurrir después.

  27. Rogorn dice:

    En la página capitan-alatriste.com (no confundir con la oficial de APR, que es capitanalatriste todo junto) tenemos, gentileza de iCorso, sus artículos la semana antes de que salgan, normalmente el lunes o martes antes. También tenemos artículos anteriores, con comentarios de la gente del foro, y enlaces a descargas para bajárselos casi todos.

    http://www.capitan-alatriste.com/modules.php?name=Forums&file=viewforum&f=17

    En las webs de XL Semanal y la propia de APR también se ponen, pero sólo desde hace tres o cuatro años (su columna comenzó en 1993) y a la semana siguiente de aparecer en el periódico como pronto.

    También tenemos artículos y entrevistas anteriores con él, una de ellas del tipo de ‘exclusiva’ que es esta, crónicas de las veces que ha quedado con nosotros (un caballero, muy accesible, y se crea o no, tímido y cortado ante el elogio), y vídeos de diversas apariciones suyas:

    http://www.capitan-alatriste.com/modules.php?name=Forums&file=viewforum&f=2

    De nuevo gracias por este inapreciable material, y esperamos que nuestro ‘almacén’ sirva de algo a quien le interese.

  28. Akawi dice:

    Quisiera dar las gracia a Pérez-Reverte por responder a tanta pregunta, algunas más comprometidas, quizás que otras y además agradecer su ausencia de monosílabos en su constestaciones, que le hubiera resultado mucho más fácil y rápido.

    Decirle así mismo, que tiene una edad magnífica para seguir haciendo lo que más le guste y rechazar lo que se le antoje, creo que eso es un grado que nos ganamos a pulso por nuestra vida y nuestro trabajo. Esa edad en la que uno tiene experiencia y todos le escuchan y respetan, y te importa un carajo…

    Abrazos.

  29. Aretes dice:

    Desde luego, una magnífica entrevista, tanto por las preguntas (me gusta que no se hayan editado, que fueran tal y cómo se formularon) y las respuestas.
    Yo sí he cambiado la impresión que tenía del Sr. Pérez Reverte. Supongo que en una entrevista tan larga que uno contesta solo en su casa no se pueden ocultar todas las capas que todos llevamos y algo se escapa.
    Me alegra saber que el APR que firma los semanales es un personaje más.

  30. Incitatus dice:

    Pues realmente muchas gracias al señor Pérez Reverte, yo no soy un fan, pero desde luego es una entrevista bien conseguida. Si además es un fan de Tintín y de la tortilla de patatas con cebolla sube mucho en mi escalafón.

  31. Excelente entrevista.
    Enhorabuena.

  32. Nes dice:

    Hola,

    Pues me uno a las felicitaciones por la entrevista y al agradecimiento por el tiempo dedicado por el Sr. Pérez-Reverte, todo un lujo para los admiradores de su obra en los que yo me enorgullezco de encontrarme, tener este «pedacito» de él, en Hislibris, me parece maravilloso.

    Un saludo

  33. Gracias a Hislibris por hacerle llegar mi pregunta y gracias a Pérez-Reverte por contestar.

  34. Anraman dice:

    Bueno, yo no escribí ninguna pregunta porque vi tantas que pensé «no creo que conteste una entrevista tan larga» y ¡lo ha hecho!

    Esto me pasa por desconfiado… ains…

    Por cierto que viendo algunas de las repuestas está claro que no las ha contestado su secretaria, no cabe duda de que es el mismísimo Pérez-Reverte con su «buena y mala leche», que digo yo.

    En fin, enhorabuena a todos los que la han hecho posible, me lo he pasado muy bien leyéndola.

  35. AFO dice:

    Enhorabuena por la entrevista.

    Me extraña que ningún pérfido visitante le haya preguntado qué había de cierto en los rumores que afirmaban que en su etapa de reportero de guerra pagaba a dos tíos para que dispararan mientras hacía su crónica. ;-)

    Y no sé si les pasará a otros hislibreños, pero si hay que elegir de la obra de Pérez-Reverte, me quedo con la histórica, la otra no me ha «llegado» tanto. Pero para gustos colores.

    Lo dicho, felicidades por la entrevista y gracias al autor por el tiempo que ha dedicado a responder a las preguntas.

    Nuevo libro de Alatriste ¡YA!

  36. Uther dice:

    Magnífica la entrevista. Don Arturo en estado puro. Un tanto muy bueno para Hislibris, y por supuesto, muchas gracias al entrevistado por el tiempo y esfuerzo empleados en ella.

  37. Urogallo dice:

    Impresionante esfuerzo, sin duda.

    Y encima promesa gloriosa de más alatristes…no habría estado que avanzase un poco la trama del puente de los asesinos.

    Por cierto, lo que respondió a la pregunta sobre si escribiría más libros estilo sombra del aguila fué una sola frase, misteriosa y velada, como muchas de las suyas: «Mucha gente me ha hecho esa pregunta».

    Y punto.

  38. Marciana dice:

    Muchas gracias por la entrevista. Me ha resultado muy interesante y con mucha miga. Parece que no hay dudas de que es él y no otro el que contesta (aunque no pondría las manos sobre el fuego). Aunque le hice dos preguntas, ha contestado una. La contestación a mi primera pregunta era la esperable. Cualquier hombre desea que le espere la Bellucci. Con la segunda me he quedado sin saber, que le diría el señor Pérez Reverte a la librera de mi barrio. Seguro que tendría una buena respuesta. En fin, no tiene importancia. Ya he encontrado un librero que tiene los libros que a mi me gustan y no los que le gustan a la santa madre iglesia. Y además no me escupe.
    Me ha gustado ver que el señor Reverte se ha acordado de mi especie (los marcianos). No sé si para bien o para mal. Creo que más bien para mal porque ha sido hablando de políticos. Nosotros nos parecemos poco a la Bellucci. Será por eso.
    También me gustaría decirle al autor novel que su novela parece interesante. Me gusta el título que propone la editorial, si no le importa que se lo diga. Si algún día lo veo por ahí, lo compraré. Tengo ganas de saber que ocurre con el zorrón visigodo.
    Saludos.

  39. asf dice:

    Pues el señor Reverte tiene más paciencia que un santo vaya, me he cansado yo antes de leer preguntas tontas que él de responderlas.

    Un 10 para el señor escritor, como siempre.

  40. Eva dice:

    Extraordinaria entrevista. Amo a ese duro cabrón.

  41. pepe dice:

    Con vista a futuras entrevistas, tal vez el señor o la señora asf quiera hacernos llegar alguna pregunta inteligente para que la incluyamos en el cuestionario…

  42. sito dice:

    Espectacular, enhorabuena al equipo de Hislibris y a Don Arturo por su paciencia y buen humor.
    Una noche en vela por culpa de una mala noche de un bebe, pero un café, una tostada con tomate y aceite mientras leo la entrevista justo antes de comenzar a trabajar me hacen ver el día de otra manera.
    Me quedo con muchas respuestas pero esta:

    ¿No echa de menos, en algún momento, su etapa de reportero de guerra?
    No. Ese tiempo y esos reporteros ya no existen. Los mató la conexión en el directo y el teléfono móvil. Ahora es distinto, sólo hay que ver los telediarios. Por eso me fui, entre otras cosas. Lo que echo de menos es mi juventud, claro. Y lo que ésta hizo posible. Imagínese: joven, mochila, guerras a la manera de toda la vida y el mundo por delante. Ni siquiera había Sida, figúrese. Pero no. Sin duda es usted joven. No creo que se lo figure.

    Es que tiene razón, yo al menos no me lo puedo imaginar……brutal, jejeje

  43. Eneas dice:

    OLE y OLe.
    Me tiro un mes sin aportar por aquí y me encuentro la entrevista por fin.
    Me parece un detallazo que haya respondido todas esas preguntas, y además con toda su personalidad.
    Muy buen trabajo, y enhorabuena para los que se lo han currado (no todo va a ser para Don Arturo).

  44. Soldadito Pepe dice:

    Enhorabuena por este pedazo de pica en el Flandes revertiano, hislibreños. Buenísimas las preguntas y buenísimas las respuestas.

  45. gerardo ramirez dice:

    Muy buena entrevista, es un excelente escritor el señor reverte, me gustaria conseguir el libro de ojos azules pero no se si ya salio a la venta soy de guadalajara jalisco y si me gustaria saber en que libreria lo puedo encontrar gracias
    Y de nuevo muchas felicidades por la entrevista.

  46. Vorimir dice:

    Ojos Azules es un relato corto, no un libro (lo ha dicho el propio autor).

    Aquí lo tienes:

    http://ciudadeladelconde.files.wordpress.com/2007/04/arturo-perez-reverte-ojos-azules.pdf

  47. Pingback: meneame.net
  48. Armonía dice:

    Buenísima la entrevista. Todo un personaje. Brillante, enorme. Gracias por contestar.

  49. Rappa dice:

    «En cuanto a la escena veneciana a la que se refiere, celebro que le parezca buena, aunque dejo a su criterio establecer si es inventada o se basa en algo real. Uno, en su natural modestia, hace las cosas lo mejor que puede.»

    Menudo cabrón, no deja claro que es lo que hace lo mejor que puede, si escribir o j***r. Lo mejor de toda la entrevista.

  50. Auxiliadora dice:

    Ahora es que leo esta entrevista porque hasta ahora es que descubri esta pagina y precisamente la descubri por la curiosidad de saber cuantos libros tendria Arturo Perez Reverte en su biblioteca y me tope, como ya os dije, con esta pagina. La entrevista mas larga que he leido de este caballero y me ha gustado mucho, siempre es un gustazo saber de este escritor, me fascina, me encanta como escribi, como opina, como dice las cosas sin pelos en la lengua como a muchos nos gustaria y que no podemos porque no tenemos las facultades ni somos conocidos. Ojala viva muchisimos años mas y siga publicando aun muchos mas libros que nos enganchen como su novela el maestro de esgrima (enganchadora) La Tabla de Flandes (intrigante) y una de las que me hizo comerme las uñas La Reina del Sur (dovorable) Señor Perez-Reverte, mis respetos y mi admiración y a esta pagina mi enhorabuena

  51. Lucas dice:

    Que tremenda envidia le tiene Pérez-Reverte a Bolaño. Bolaño ha sobrepasado a Cortázar, Borges y muchísmos otros, digamos, escritores de verdad. Pérez-Reverte está condenado a ser escritor de «series» tipo Disneylandia, Harlequin y otras. Que tío, como lo consume la la envidia. No hay comparación posible

  52. Urogallo dice:

    ¿Quién es Bolaño?

  53. Germánico dice:

    No sé… el de «Los detectives salvajes» es el único que se me ocurre.

  54. Urogallo dice:

    Ni idea.

    Pero me agrada que Reverte reconozca que se viste un personaje cuando escribe sus artículos, algo que creo que es evidente para todos los que los lean.

    Lo que pasa que debería ir más lejos. No se, «La columna de Alatriste» o «Desde las caponeras».

  55. juanrio dice:

    Lucas, tengo la impresión de que exageras un poco. Bolaño era un buen escritor, con un par de libros muy interesantes, sobre todo Los detectives Salvajes, pero tampoco lo subas a un pedestal que luego caer desde él duele.

    Dudo que Pérez-Reverte sienta una especial envidia por nadie, vive de lo que le gusta, es un autor reconocido, tiene un gran número de incondicionales…..

  56. pepe dice:

    Los detectives salvajas tiene una primera parte bastante buena, con todo aquello de los real visceralistas y el poeta García Madero. La segunda parte, la búsqueda de Cesárea Tinajero, es sencillamente insufrible y uno acaba harto de Ulises Lima, de Arturo Belaño y (como diría Reverte ahora que estamos en su hilo) de la madre que los parió. No pude terminar el libro. Animo a Lucas a que escriba una reseña de ése o de cualquier otro para que podamos discutir amigablemente sobre las excelencias de Bolaño. Si me convence, a lo mejor me atrevo con 2666, aunque el tema no me atrae demasiado. Últimamente están publicando todo lo que tenía este hombre en los cajones, y no sé con qué resultado. ¿Has leído, Lucas, lo de la novelita lumpen?

  57. Andoni dice:

    Todo lo que puedo decir se resume en una grandísima frase recogida en la entrevista:

    El que escribe para necios encuentra siempre una numerosa audiencia

    Escritor totalmente prescindible.

  58. Eugenio Murcia Díaz dice:

    Esos dos sátrapas, tiranos y asesinos llamados Carlos I y Felipe II no me merecen ningún respeto, y si al señor Pérez Reverte le parecen admirables semejantes personajes queda retratado por ello. Manuel Azaña sí fue un gran estadista, intelectualmente mucho más preparado que esos dos idiotas coronados y con una idea de España mucho más acertada que la de los dos perros salvajes de Trento, mamporreros del catolicismo más intransigente.

  59. Antígono el Tuerto dice:

    Hombre, teniendo en cuenta que bajo Carlos V y Felipe II España era la superpotencia de Europa (y el mundo), y que bajo Azaña era poco más que un país subdesarrollado en la periferia de Europa con un nivel de vida similar al balcánico de la época (y un país despreciado por todo el Viejo Continente), creo que la comparación es un poco fuera de bolos.

  60. Pamplinas dice:

    ¡Qué manía tiene la gente de descalificar a Reverte y a sus lectores! Un escritor te podrá gustar más o menos, pero de ahí a llamar necios a sus lectores…

    A raíz de la polémica de la última polémica lo he visto muchas veces en los muros del Facebook.

  61. miguel muy cansado dice:

    una letra de una palabra de un verso de bolaño vale más que toda la miserable obra de reverte

  62. Urogallo dice:

    Y se venden casi igual de bien. ¿Verdad, agotado lector?.

  63. Antígono el Tuerto dice:

    ¿Por qué será que cada poco sale por aquí algún comentario ciscándose en Reverte?…parece que la web los atrae.

  64. Urogallo dice:

    Meten «Arturo Pérez-Reverte» cada día en google, y a veces encuentran donde dar su opinión.

  65. Antígono el Tuerto dice:

    Ahhhh, vale, aclarado el misterio de los comentarios insidiosos sobre Pérez Reverte, un Expediente X menos en mi lista ;-)

  66. Sólo quería haceros llegar un par de recomendaciones para que veáis la cosa desde otro ángulo. Una es la lectura del número de octubre de «La novela antihistórica», http://lanovelaantihistorica.wordpress.com y desde ahí el enlace a «La sombra roja», que podéis leer gratis y en formato digital yendo al archivo de 18 de octubre de esa otra página.
    La otra recomendación es la lectura de la edición de 28 de octubre de 2011 de «El espigador digital», http://elespigadordigital.wordpress.com. Meditad sobre sus contenidos antes de alabar ciertas obras que sólo valen lo que vale el respaldo -incongruente por otra parte- que les otorgan ciertas multinacionales de la industria editorial que, como se suele decir, «nos meten por los ojos» esta clase de productos
    Un saludo.

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