ENSAYO BIOLÓGICO SOBRE ENRIQUE IV DE CASTILLA Y SU TIEMPO – Gregorio Marañón

El libro no es reciente (Marañón lo escribió en 1930), ni lo es tampoco la edición (la que poseo, perteneciente a la Colección Austral de Espasa Calpe, es de 1941), pero la cuestión que se dilucida nunca perderá vigencia pues atañe a las raíces de nuestra historia moderna y ha sido y será tema de apasionadas controversias. ¿Era Juana, conocida por el apodo de «la Beltraneja», hija legítima de Enrique IV? De serlo, hubiera tenido derecho al trono de Castilla y, en tal caso, la que lo ocupó, Isabel «la Católica», lo habría obtenido por usurpación.

Enrique IV fue apodado en su tiempo por sus adversarios «el Impotente», no tanto por no haber tenido descendencia de su primera esposa, Blanca de Navarra, como por ser de dominio público la dejación que hacía de sus obligaciones conyugales. Por eso, cuando su segunda esposa, Juana de Portugal, dio a luz una niña, ésta fue atribuida a una supuesta relación adúltera de la reina con uno de los privados del monarca, don Beltrán de la Cueva; de ahí que se motejase a la princesa como la Beltraneja.

Cuando doña Juana, casada luego con el rey de Portugal Alfonso V, falleció en el país vecino, se supone que fue enterrada en el Convento de Santa Clara de Coimbra, mas sus restos no han sido encontrados nunca y no han podido someterse a pruebas demostrativas de su filiación regia, por lo que se mantiene en entredicho la paternidad de Enrique IV, más aún habida cuenta de las contradicciones del propio rey que reconoció a su hermanastra Isabel como heredera del trono por el pacto de los Toros de Guisando y dos años después hizo otro tanto a favor de su supuesta hija doña Juana.

Marañón, desde su óptica médica, realiza un estudio de la personalidad somática y psíquica del monarca para concluir que posiblemente no padeciera una impotencia absoluta y que no cabe descartar su paternidad, si bien se trataría de un individuo adoleciente de una «displasia eunucoide ligada a la acromegalia y a la homosexualidad».

Cinco siglos después de la muerte del rey castellano no se pude decir de él mucho más. La duda y la especulación siguen presentes.

     

9 comentarios en “ENSAYO BIOLÓGICO SOBRE ENRIQUE IV DE CASTILLA Y SU TIEMPO – Gregorio Marañón

  1. coñá y puro dice:

    De Gregorio Marañón no he leído más que un relato corto que aparecía en un volumen huérfano de una colección muy bien cuidada y con no menos de cuarenta años que andaba por mi casa y que se llamaba «Folletín de novedades» sin duda producto de la partición de una herencia que hace que se repartan los libros de una biblioteca sin ninguna coherencia (costumbre muy española arraigada sin duda en la españolísima mala leche). Me gustó aunque no me entusiasmó, al igual que algún poema aislado que he leído por ahí, lo que no sabía es que también le dió por la historia, desde luego hay gente que o tienen tres cerebros o de un día sacan tres. Intentaré leer el libro porque tiene que ser interesante y la frase de «displasia eunucoide ligada a la acromegalia y a la homosexualidad» me la pienso aprender de memoria para soltarsela al árbitro la próxima vez que vaya al fútbol y nos roben el partido, que no veas lo que luce.

  2. javier dice:

    ¿Dónde estabas Coñá? Me congratula que hayas aparcado el Magno y vuelvas a tu segunda casa. A propósito de la faceta histórica de Marañón, y por lo que yo sé, ésta incluye también un estudio de Antonio Pérez, aunque desconozco si lo remata con un diagnóstico tan abracadabrante como el de Enrique IV.

    Anthos, apuesto a que lo conoces ¿alguna truculencia digna de mención en el secretario de Felipe II, o la cosa no va por ahí? La cosa homosexual reaparece también, al menos, en su famoso estudio de Don Juan y el donjuanismo. Ya nos dirás.

  3. Germánico dice:

    Yo he leído de él «Tiberio, historia de un resentimiento» (Espasa), estudio psicológico del ambiguo emperador romano. Y, aunque quizás históricamente no pueda probarse casi ninguna de sus apreciaciones subjetivas sobre el César (como es lógico, por otra parte), la verdad es que lo que sugiere es muy interesante y tiene su base.

    Saludos. A Coñá también.

  4. richar dice:

    Gracias Anthos por este regalo… lo que me he podido reir con la displasia eunucoide… uf.

    En fin, hoy me voy a la cama con una sonrisa.

    Saludos,
    Richar.

  5. nando dice:

    ¿Alguien se ha leido el perfil psicológico que trazó sobre el Conde Duque de Olivares?… ¿ ayuda a entender por que Flandes merecía una guerra tan larga y cruenta?

  6. Anthos dice:

    En efecto, Javier, Antonio Pérez. El hombre, el drama, la época constituye un agudo retrato del manido personaje y de aquellos con los que estuvo vinculado: Felipe II, a quien oficiaba como secretario, y la Princesa de Éboli, a quien beneficiaba como amante. Quizás quien resulte peor parado en la incisiva semblanza que de todos ellos realiza Marañón sea el serenísimo monarca: le libera de la sospecha de amoríos con la de Éboli, pero le enjuicia severamente cuando dice, refiriéndose a las cartas que escribía, que parecen las de <un niño bueno pero no muy inteligente>, o cuando lo presenta como <el débil con poder>. No está mal como desmitificación del Habsburgo.

    Marañón, endocrinólogo por su especialización médica, psicólogo por el permanente trato con los pacientes, e historiador por la afición que siempre cultivó, abordó el género biográfico con profusión poniendo de manifiesto en sus personajes rasgos normalmente insospechados o simplemente no advertidos. De ahí la precisión de los subtítulos de sus obras y la originalidad de sus puntos de vista: la sexualidad donjuanesca en Don Juan. Ensayo sobre el origen de su leyenda, el rencor en Tiberio. Historia de un resentimiento al que se ha referido Germánico, o el que acaba de mencionar Nando El Conde Duque de Olivares. La pasión de mandar.

    Por cierto, sí leí hace tiempo este último ensayo que he vuelto a sacar de lo profundo de una estantería con intención de releerlo de nuevo. Es una edición de 1953, también de la Colección Austral, cuya encuadernación en rústica acusa de tal manera el paso del tiempo que temo que se me deshaga entre las manos. Si esto no sucede, tal vez cualquier día haga una reseña de la obra en comparación con el Conde-Duque de Olivares de John H. Elliot que también tengo por ahí.

  7. nando dice:

    Pues hazla que tendremos muchas cosas que discutir.
    Reformación y Reputación… los grandes proyectos del Conde Duque y el fracaso de su política global.

  8. BERENGARIO dice:

    ENRIQUE IV ESTÁ ENTERRADO EN GUADALUPE(CÁCERES).EN UNA OCASIÓN, SACARON EL CRÁNEO DEL REY AL ALTAR, Y GREGORIO MARAÑÓN, QUISO ANALIZARLO.PARECE SER, QUE DE MADRID, VINO LA ÓRDEN DE NO DEJARLO INVESTIGAR Y TAPAR EL ASUNTO.¿SABE ALGUIEN SOBRE ESTE TEMA ALGO?. OTRO TEMA: LOS RESTOS DE COLÓN QUE SE SUPONEN EN SEVILLA, ME INFORMARON QUE NO EXISTEN, QUE EL ARCÓN ESTÁ VACÍO.¿SABE ALGUIEN SOBRE ESTE ASUNTO ALGO?. OS AGRADECERÍA VUESTRA INFORMACIÓN.

  9. Abadmitrado dice:

    Enrique IV esta enterrado en el Real Monasterio de Guadalupe(Cáceres),que desgraciadamente pertenece a la Diocesis de Toledo por la gracia del Primado de España algun dia si esto no se remedia la Iglesia (Curia),pedira perdon.Bueno a lo que voy Si la Beltraneja era realmente hija del valido D.Juan de la Cueva y no del Rey,hagamos un estudio del ADN del Rey y de lo que que de de la Beltraneja ya que los restos de Juana se pierden en el Monasterio del Carmen de Coimbra.Esto es fascinante y si la usurpadora fuera la «Catolica» que expulso a judios y moriscos.

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