ENEMIGOS DE ESPARTA – Sebastián Roa

Considero a Sebastián Roa como uno de los novelistas históricos a tener en cuenta en el panorama nacional actual. Sus anteriores novelas han tenido como escenario la época medieval, afrontando con buen pulso un periodo histórico de interés para el lector del género. Siempre ha tratado con respeto la historicidad, los personajes y la ambientación. En su nueva novela, da una vuelta de tuerca al periodo en el que sitúa a sus protagonistas, viajando a la Grecia del siglo IV a.C. No hace falta comentar la gran cantidad de mediocres novelas que en los últimos años han planteado como tema principal de sus páginas la Grecia Antigua, ya sea en su periodo del Bronce, pleno de historias dedicadas a Troya, el periodo clásico, con las guerras médicas y del Peloponeso como nexo de unión, o el periodo macedónico, con Alejandro Magno como casi único protagonista. Sin embargo, el autor no ha defraudado con su elección, acercándose a un tiempo difuso pero importante y que sirve de puente entre el final del periodo clásico y el comienzo del macedónico. Me refiero a los años en los que la decadencia de Esparta, tras su gran victoria ante Atenas, da paso a la plenitud de otra gran polis griega, Tebas. 

Roa sumerge al lector, a lo largo de más de quinientas páginas, en los dieciocho años que van desde el 379 a.C. hasta el 362 a.C., en los que la capital de Beocia y sus líderes pretenden asumir, con plenitud militar, su independencia de Esparta. Lo hace de la mano de Prómaco, un peltasta tracio con sangre tebana en sus venas. Por un asunto de amores, huye de Tracia con la intención de enrolarse como mercenario en el mejor ejército del momento, el que ha hecho invencible a Esparta. Sin embargo, su destino se trastoca, poniéndole, con miras a su búsqueda de venganza, bajo las órdenes de Pelópidas y Epaminondas, líderes en ciernes de una rebelión por recuperar la libertad y democracia de Tebas, frente al poder oligarca y tiránico de los aliados y amigos de Esparta. Este sueño los llevará sin remedio al enfrentamiento directo con la hasta entonces invencible polis griega.

Sin entrar en someros detalles, me gustaría comentar un poco la impresiones que me ha generado la lectura de esta novela. Ante todo referir cómo trasluce del texto el esfuerzo y loable resultado del autor por trasladar al lector, de la manera más fidedigna y creíble posible, al periodo histórico al que se enfrenta. La ambientación, los simbolismos, la filosofía y el pensamiento, así como las costumbres, además de la panoplia militar y la descripción de batallas, están manejados con naturalidad, conocimiento y cierto respeto histórico. Roa se acerca al periodo del engrandecimiento de Tebas planteando una premisa histórica clara: la lucha de una ciudad sojuzgada por Esparta con ansias de recuperar su libertad y asumir cierto orden democrático, frente al poder de facto de los espartanos, quienes dominan de la mano de oligarquías y amigos gran número de ciudades griegas. Y todo ello se produce bajo la mirada expectante de una Atenas siempre atenta a los acontecimientos. El autor, entremezcla personajes de ficción, como es el caso del protagonista Prómaco o las bellas Veleka y Agarista,  con otras figuras históricas. Unos, son los ya mentados líderes tebanos Pelópidas y Emapaminondas, en mi  opinión los auténticos protagonistas de la novela. Otros, más secundarios, son Platón, Ifíctrates y Cabrias de Atenas, Filipo de Macedonia, Alejandro de Feras, Cleómbotro y Agelisao de Esparta. Con todos ellos nos embarcamos de la mano de Roa en una historia apasionante. Las batallas, siempre punto fuerte en sus novelas, juegan un factor clave. Especialmente la naval de Naxos y las dos importantísimas de Leuctra y Mantinea, protagonizadas por el famoso Batallón Sagrado. No olvidemos tampoco los numerosos y muy interesantes duelos dialécticos que sazonan sus páginas, especialmente los intercambiados entre los dos líderes tebanos y otro ciudadano de Tebas llamado Menéclidas, así como los cortos pero interesantes comentarios filosóficos aportados por Platón.

Aun con todo lo dicho anteriormente, tengo un pero al desarrollo de la narrativa de la novela, en especial en lo que respecta a la participación e intervención del protagonista Prómaco. Conforme comencé la lectura, iba desarrollándose la historia alrededor del mercenario tracio con cierta fluidez pero también, creo, con cierta artificialidad para introducirlo en la trama. Me explico. A lo largo de la primera mitad del libro me pareció vislumbrar cierto afán por situar a Prómaco en la historia con cierto intervencionismo artificioso y desde mi punto de vista algo forzado. Todo ello está diseñado para situarlo en el entorno cercano de los dos líderes tebanos históricos. Esta situación rebuscada lo sitúa en una inexplicable posición de omnipresencia en los momentos iniciales de la rebelión tebana. Las escenas en las que el joven guerrero aconseja militarmente a avezados oficiales atenienses o tebanos mediante susurros al oído me crearon tanto recelo como incomprensión. Sin embargo, cuando me encuentro a mitad del libro, para mi sorpresa y tranquilidad, Prómaco pasa a un acertado segundo plano, adoptando más un papel de narrador sin intervención excesiva en el liderazgo de Pelópidas y Epaminondas, quienes toman, a partir de ese momento, mayor protagonismo. Es como si la idea inicial de situar al tracio en el foco principal de la historia se diera de una manera un tanto forzada y cuando el autor ha conseguido localizarlo donde quería, lo traslada a una situación más lógica, en un segundo plano, asumiendo su posición y origen real, con la idea de contar con más naturalidad los hechos históricos que rodearon este periodo. Aun así, doy por hecho que nos encontramos con una novela histórica y no un ensayo, por lo que el autor puede hacer intervenir a sus protagonistas de ficción donde y como le apetezca.

En definitiva, una novela que, en mi opinión, va de menos a más. Presenta la historia personal del protagonista como un hilo conductor dirigido a hilvanar la narración novelesca de la historia de la Tebas de aquel periodo, a la que vislumbro como el pilar principal sobre el que gira la novela. Por el contrario, debo reconocer que la trama romántica de Prómaco, aunque sea el hilo conductor y la causa de su participación en la revuelta tebana, me deja más bien frío y la encuentro descontextualizada a lo largo y ancho de la extensión de la novela, a excepción de en su parte inicial y en su conclusión. La personalidad de Prómaco no termina de cuajar en comparación a los protagonistas con base histórica, con los que da la sensación de que el autor ha trabajado con más comodidad o por lo menos así lo entendí tras terminar la lectura. Esto me lleva a concluir que esta vez Roa, sin quizás pretenderlo, ha dotado a algunos de los personajes históricos de la novela con más entidad dramática que a los de ficción. Con todo, buen hacer del autor en su esfuerzo por acercar al lector a  un periodo histórico fascinante, para el que ha demostrado haberse preparado concienzudamente, como queda anotado en la bibliografía que presenta al final de la novela.

     

39 comentarios en “ENEMIGOS DE ESPARTA – Sebastián Roa

  1. Vorimir dice:

    Pues yo llevo doscientas páginas y me está gustando. Es la tercera novela que leo del autor y puedo decir que es mi favorita de las tres con diferencia. Habrá que ver como sigue, pero ahora funciona bastante bien.
    Y en cuanto al protagonista… bueno, al menos intenta buscarle una explicación y un hilo conductor. Hay una novela clásica de Nicholas Guild titulada «La daga espartana» (entretenida y ya está, pero cuyo argumento hace aguas por todas partes)ambientada en la misma época y con una linea argumental parecida donde el protagonista es un hilota que tienen una resistencia y unos reflejos sobre humanos y se rebela contra los espartanos a los que mata como si fueran masillas. Y casi que es él quién les dice a los tebanos como recuperar Tebas y con qué tácticas vencer en campo abierto a los espartanos, así que al menos Promaco no me resulta tan cargante aunque tenga sus clichés y sus cosas.

    1. Iñigo dice:

      Te entiendo… Y me parece estupendo tu comentario sobre la novela de Guild… que por otra parte no he leído.

  2. Vorimir dice:

    PD: El formato de la reseña se ha ido y no es el normal.

  3. Iñigo dice:

    Mira Vori, precisamente ese factor que comentas es lo que me sacó de la lectura en repetidas ocasiones, especialmente en la primera parte del libro. Sin embargo, como comento, a partir de su segunda mitad, Prómaco pierde cierta visibilidad y la lectura se hace más realista, más convincente, en base y gracias a los protagonistas históricos. De todas maneras, me pasó algo parecido con El Macedonio de Guild… Filipo funciona como un superdotado y aparece con un bajo nivel de realismo… Algo parecido sucede con El Conde Belisario de Graves… Son buena novelas, pero el planteamiento de este tipo de personajes me estorba, por poco realista y más construidos para loa de los protagonistas más cercanos a una figuras agraciadas de ciencia infusa que impresas por lo que, en mi opinión, debería se un más coherente sentido humanizador y desmitificador. Y con todo esto no digo que sean malas novelas, ni las que he comentado, ni la de Roa, todo lo contrario. Reconozco su mérito y su capacidad narrativa. Básicamente es una opinión basada en mi propio gusto como lector.

  4. Farsalia dice:

    A ver qué vamos a decir de El conde Belisario, que no me entere yo. :P

    Las novelas de Roa me dan pereza, mucha pereza…

    1. Iñigo dice:

      Particularmente El Conde Belisario no la encuentro entre las mejores novelas de Graves… Me cargó un tanto el personaje ;-P

      1. Javi_LR dice:

        Jo, pues a mi juicio, Íñigo, y literariamente hablando, es la mejor construida de Graves. Disfruté más con otras por otras cuestiones, pero Belisario…

      2. Iñigo dice:

        Ya sabes… raruno que es uno ;-)
        De todas maneras me refiero sobre todo al tratamiento del protagonista no a la narrativa y a la estructura de la novela, Javi.

      3. Javi_LR dice:

        Pero entiendo, Íñigo, que allí el personaje no es un don Nadie que pasaba por allí y adquiere ascendencia y protagonismo de una manera incoherente o poco verosímil (no he leído la novela de Sebastián, pero es lo que criticáis en ella).

      4. Vorimir dice:

        Belisario for ever, después de El vellocino es mi novela favorita de Graves.

      5. Iñigo dice:

        No, pero Belisario en la tesitura remarcada por Graves me parece totalmente inverosímil.

      6. Javi_LR dice:

        Íñigo, ¿recuerdas los personajes de Waltari? Todo les pasaba a ellos, pero resultaban tremendamente verosímiles por una cuestión básica. Eran personajes fatalistas. La fatalidad, o destino o predestinación, tan griega, bien jugada (los personajes tienen que tener grandeza y el fatum estar muy presente), es muy potente. Esta manera de narrar está próxima a la tragedia, por eso Waltari solía comenzar sus novelas por el final, con la técnica del anciano que rememora, por lo cual conoce los finales y los puede ir adelantado al lector. Un personaje histórico como Belisario también posee ese «don». Conocemos su historia vital. Tampoco hemos de extrañarnos por todo lo que le pasa, porque es un hombre de destino y, además, sabemos de su grandeza y su vida.

        En resumen: lo que más choca con este tipo de personajes es cuando o bien no tienen grandeza suficiente o bien solo leemos al narrador, no creyéndole (asunto que la tercera persona subjetiva suele eliminar), o no sabemos que sucedió así.

      7. iñigo dice:

        Ohhhhh, pero me encantan los personajes creados por Waltari!!!, nada que ver.

      8. casandro dice:

        Perdón, pero no acabo de entender lo inverosímil del personaje de Belisario

      9. Iñigo dice:

        Me refiero a su perfil novelesco. No me lo creí cuado leí el libro… Cosas mías.

    2. Balbo dice:

      Coincido contigo Farsalia. Empecé a leerla y me pareció muy clicheada (Prómaco, for example). No me gustó y acabé abandonándola. Roa es un autor que me gusta. Las trilogía almohade me encantó (sobre todo El ejercito de Dios) pero para mi desgracia creo que en este último libro patina un poco.

      Es mi opinión, claro

      1. Iñigo dice:

        Creo que Farsalia no la ha leído…

    3. Vorimir dice:

      Los gatos es que son muy vagos y perezosos. Yo puedo decir que como entretenimiento cumple y ya con eso me doy por satisfecho aunque no pase de ahí.

      1. Farsalia dice:

        Miaaaaaaaaaau, los gatos son caprichosos y también exigentes con su tiempo. :-P

  5. Akawi dice:

    Me compré la novela de Roa hace unos días y espero leerla pronto. Me encanta cómo escribe Sebastián Roa y espero que esta última tampoco me defraude. Agradezco tu reseña Íñigo. Un abrazo a todos.

    1. Iñigo dice:

      Disfrútala… un gustazo verte por aquí, maja.

  6. Vorimir dice:

    Pelópidas y Epaminondas eran unos inútiles, menos mal que Protos en «La daga espartana» y aquí Prómaco estaban para sacar de su experiencias y mentes preclaras la idea de la falange oblicua para poder hacer frente a los espartanos. La verdad es que esto me ha hecho perder interés y ahora entiendo a Iñigo. La cosa es que temía que pasara eso pero me decía: «No, al final será Epaminondas». En fin, iba bien pero patinazo gordo para mi gusto.

  7. Iñigo dice:

    Exacto Vori… Por ahí iban los tiros, lo que pasa es que yo lo intuí desde el principio de la novela, sobre todo desde el primer enfrentamiento con los espartanos en la colina.

  8. Ángeles Pavía Mañes dice:

    Coincido plenamente con Balbo. Y mira que yo he sido siempre fan total de Roa, pero esta novela no me la creo, no me entra y no he podido pasar de la mitad. Una pena. Quizá yo, que soy tan lectora de personajes, me encuentre con unos que no me van, no me los creo. Y por desgracia es la tercera novela histórica que me saca a patadas de la lectura por que los personajes me resultan muy poco creíbles en general.

  9. Forestry dice:

    Primero, gracias Iñigo por la reseña!

    La verdad es que estoy de acuerdo con todos los comentarios sobre que algunos protagonistas parecen más bien Superman (pero no todos, al menos en esta novela van muriendo personajes, en otras ni eso)….salvando esto, que entiendo que a mucha gente ya le hace parar de leer (no fue mi caso), a mí me interesaba la historia que había detrás.

    Por lo que la novela me ha gustado por su contenido de lo que tenía que contar y la narrativa era fluida como nos tiene acostumbrado Roa (Tengo la trilogía de la loba en la estantería pendiente de leer). Muy diferente al libro de Negrete (uno de mis autores preferidos) pero que en la del Espartano no me gustó mucho, la encontré muy larga, repetitiva, pesada de leer. Pero en esta de Roa, pese a lo de algunos personajes, ver el proceso por el que Esparta dejó de ser la polis dominante me ha parecido una parte de la historia griega poco explotada a nivel de novela. Sin ir más lejos, La Isla de las sombras, de Juan Luis Gomar, me pareció un pedazo de novela, tengo ganas de ver alguna novela más suya. Al final tampoco hay que olvidar que Esparta necesitó unos cuantos siglos creo para someter a Mesenia, no siempre fue invencible ni mucho menos.

    El Macedonio se comenta por aquí que también hay un Superman de personaje, la leí, y puede ser, pero es que Filipo no era un personaje normal tampoco, esa novela me pareció muy buena y bien escrita, tal vez con un final algo cortado, pero cubre un período oscuro eclipsado por Alejandro posteriormente que me pareció muy interesante.

    Bueno, gracias Iñigo de nuevo!
    Salud a todos!

    1. Iñigo dice:

      Agradecido por tus comentarios. La verdad es que la base histórica de la novela, ese periodo para mí apasionante, con sus personajes históricos, es lo mejor del libro. Roa enmarca muy bien los hechos, en su narrativa ágil y fluida, además de demostrar que se lo ha preparado a conciencia a nivel histórico, como nos tiene acostumbrados. Como puedes comprobar yo no suspendí su lectura, en parte gracias al desarrollo de la novela a partir de su segunda mitad, tal como he comentado en la reseña. Hay que agradecer mucho el buen manejo del novelista de los personajes de Epaminondas y Pelópidas. En realidad los dos insignes tebanos se bastan para llenar una buena novela y realmente son quienes le dan le dan vida y cierta entidad. Si fuese solo por Prómaco, en mi opinión, esta novela cojearía sin remedio.

      1. Vorimir dice:

        Al final la he retomado y no me queda mucho para terminarla, es verdad que es entretenida pero con un poco menos de protagonista resuelvotodoslosproblemas habría sido mejor.

      2. Iñigo dice:

        Bueno pues ya contarás por aquí tus impresiones definitivas cuando la acabes.

      3. Vorimir dice:

        Lo vuelvo a tener en stand by por motivos laborales pero no creo que cambie mucho de opinión.

      4. Iñigo dice:

        Lo que ya no se es si la terminarás… a este paso! :-) :-P

  10. Forestry dice:

    La verdad es que sí, con un Prómaco menos Superman, y menos protagonista la novela sería redonda, pero también es cierto que alguien tenía que quedar para contarlo…ánimo Voromir si la tienes a tiro remátala cuando el cuerpo te deje.

    1. Blackdolphin dice:

      Simplemente para avisar por si alguien le interesa que sale en bolsillo el 9 de Mayo a 6’95€…

      Hasta otra…

  11. Vorimir dice:

    Terminada. Al final mejora y deja mejor sabor de boca que su irregular primera mitad. Aprobarla la apruebo y tiene alguna parte bastante buena. Lástima que tenga otras cuantas que le sobran pero el balance al menos me es positivo.

    1. Iñigo dice:

      Veo entonces que coincidimos.

      1. Vorimir dice:

        Eso parece. Me ha venido bien retomar la lectura después de dejarla en barbecho y olvidar un poco lo anterior.

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