EMPORION – Alfonso Velayos
Sobre la Segunda Guerra Púnica (218-201 a.C.) hay multitud de ensayos y no pocas novelas. Pero hay pocos libros en los que lo que sucede en escenarios secundarios tenga, como dirÃa Andy Warhol, sus 15 minutos de gloria. Se nos ha presentado a los protagonistas –AnÃbal, sus hermanos Asdrúbal y Magón, Escipión, Fabio Cunctator, Claudio Marcelo,…–, las batallas, los escenarios principales, pero no lugares secundarios. Por ejemplo, Iberia/Hispania. Y, pongamos que hablamos de los griegos, Emporion. Y he aquà que un autor novel, Alfonso Velayos, nos ofrece en su primera novela, autoeditada, un texto más que interesante con la polis emporitana como protagonista.
No es esta una novela que nos traslade a una batalla épica como Cannae. No veremos a AnÃbal a lomos de su elefante cruzando los Alpes. Ni escucharemos arengas en Zama. No, no va de eso Emporion. Nos situamos en el verano y el otoño del año 218 a.C. AnÃbal está camino de Italia, del mismo modo que a Emporion llegan noticias de la llegada de tropas romanas para cortarle la retirada. AntÃmaxos, estratego de la polis, duda. Y no es para menos. Massalia, la importante colonia focea del norte, es aliada de Roma, pero el norte de Iberia/Hispania, según el Tratado del Ebro, está fuera del área de influencia romana. Pero los púnicos han arrasado Arse/Sagunto y están más cerca que los romanos. ¿Qué hacer si se presenta un ejército romano? ¿Abrirles las puertas de la polis o decantarse abiertamente del lado de los púnicos? Para más inri, dos jóvenes agentes encubiertos púnicos, Aspasia y Haimón, enviados personalmente por AnÃbal, llegan a la polis. Y sólo queda esperar… ¿a los bárbaros?
Alfonso Velayos ha escrito una novela corta pero llena de sensaciones. Nos traslada a un mundo poco conocido por la novela histórica: polis como Emporion o Rhode, situadas en una zona de obligado paso. Una ciudad, sus habitantes, sus magistrados, situados entre la espada y la pared. Ciudadanos como Calcós/Akiles, el herrero local, que sufre los estragos de una enfermedad mortal y que encuentra en un retorno a la naturaleza, de manos del filósofo/rizótomos Acteón. Ciudadanos como el propio AntÃmaxos, que sabe Emporion está en un momento de crisis. ¿Qué hacer? Velayos nos transporta a un territorio hasta ahora virgen para nosotros, los lectores. Sus personajes tienen entidad, nos seducen y congeniamos con ellos. Crea un mundo en el que los tópicos habituales del género ya nos lo han mostrado todo; el autor, sin embargo, nos invita a ser pacientes, a seguir las andanzas de sus personajes. El viaje es breve, quizá demasiado. Quizá el lector esperase más de una novela que no tiene batallas ni discursos épicos. No tiene lo habitual del género. Y, sin que sirva necesariamente de precedente, este lector se lo agradece. Le agradece su honestidad y su buen pulso narrativo.
Pues estamos ante una novela sin alharacas pero que tiene alma. Y procediendo de un autor novel, con mayor mérito. El lector intuye por dónde ha tirado en el camino iniciado para construir esta novela. Agradece que no abuse en exceso de vocablos especializados. Le agradece que los diálogos construidos sean frescos y ágiles. Y que todo el texto sea ameno. Incluso sonrÃe cuando aparecen guiños que más de uno pillará a la primera –«Nuestro principal socio comercial en Roma… Es sobrino de un heleno llamado AntÃgono, banquero y consejero de los Barca» (p. 63)–.
Por ello, no me queda más que felicitar al autor por su novela, darle las gracias por el buen rato pasado con la lectura y desearle que pronto nos ofrezca más, más de sà mismo. Los lectores del género de la novela histórica que solemos hastiarnos con lo de siempre se lo agradeceremos.
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Pues por lo de pronto, el dilema de los emporiotas entre Cartago y Roma, resulta, como poco, intrigante. Habrá que tener en cuenta esta novela de Velayos.
Saludos
Vaya! El único hoplita zurdo de Emporion. A él y a su vecino en la lÃnea les van a dar hasta en el DNI.
A no ser que sea la famosa Legión Zurda Sacra de Emporion, descrita por Zonaras, claro…
Qué buena pinta, Farsalia, tomo nota. Con una reseña asà es como para no perdérsela. Es curioso el interés que el final del siglo III a. C. en Iberia/Hispania/Ispania está despertando en los autores noveles (lo digo por experiencia, jeje).
Gracias, Arturo. Tengo la reseña de tu Gerión a puntito de ser enviada. ;-)
Perdona mi ignorancia, Thersites, pero si es en serio y no va de cachondeo, explÃcanos lo de Legión Zurda Sacra de Emporion. Yoanes Zonarás si existió en el s. XII, en Bizancio, (según él mismo). En mis ociosas «cavilaciones» sobre la guerra hoplÃtica me extrañaba que nunca se hubiera puesto en práctica algo asÃ. A no ser que la superstición lo impidiese. Gracias
Hola Tasos. Perdoname. Me arrepiento. Es una broma semi-pública con Cavilius, que hace años me tomó el pelo con unos limones en las Termópilas (puedes ver la historia en https://www.hislibris.com/armas-de-grecia-y-roma-fernando-quesada/ teclea limones en búsqueda; y sus consecuencias colean en https://www.hislibris.com/foro-new/viewtopic.php?t=4740 en la página dos o tres). En efecto, Zonaras existe, y los contingentes especiales de falange existen en algunas poleis (Tebas, Cartago).
Pero la Legión Zurda Sacra es una estupidez mÃa, aunque Zonaras sà que existe (era para darle el toque erudirto, contrapartida al Dioscórides de Cavilius).
En realidad, bromeaba con lo que ocurre cuando se rota la imagen en Photoshop para dar mejor en portada y nos despistamos con los zurdos y los diestros. Porque no creo que el autor de la imagen la diseñara asÃ. A mi ha estado a punto de pasarme alguna vez.
El combatir con el escudo en la diestra es bastante incompatibnle con una lÃnea de falange clásica. Aunque no podrÃa jurar que a algún zurdo incorregible (y ya sabes cómos e trataba a los zurdos hasta hace poco) se le colocara en la trasera de la falange…
¿Ves la que has armado, Cavilius? Tus acciones malvadas tienen consecuencias todavÃa al cabo de los años…
A ver, que mi respuesta a Tasos está en moderación y si no se arregla no se va a entender dada…. SOS
Tasos, no seras Cavilius cavilando, claro…
Porque en ese caso me la he tragado dos veces…. :-(
Desmoderation-man ejerciendo.
Ya está publicada.
Este Cavi…
No, no, tranquilo. Soy otro y auténtico y advenedizo. Ya me escamaba el asunto…
Entendido, despreocúpate ;)
¡Dios mÃo, Farsalia, qué emoción! Tendré que hacer meditación zen para contener la impaciencia. SerÃa de muy mal gusto intentar sonsacarte aquÃ, en público, asà que me morderé la lengua y no lo haré. Pero ¡por las barbas de Melqart!, espero que la hayas disfrutado.
Mis felicitaciones al autor. El paladar de Farsalia no es facil; me alegro que el libro sea original en cuanto a temática y que esté correctamente planteado.
Hay un cierto resurgir en la novela histórica sobre la antigüedad en España. Mientras se mantenga la calidad, bienvenidas todas.
Thersites, lo que me he reÃdo con lo de la Legión Zurda. Parece mentira, tú mentando a la bicha (Falange Zurda quedaba un nombre demasiado «anatómico», ¿no?). Pobres hoplitas zurdos, lo que debieron sufrir para adaptarse a sus vecinos de lÃnea…
Y hablando del libro: eso de la autoedición ¿significa que será difÃcil de encontrar por los cauces comerciales habituales?
Hombre, la famosa Falange Zurda Sacra, la conozco bien. Sucede que, al parecer, no habéis leÃdo al erudito Marcelino, biógrafo tardÃo de TucÃdides hijo de Oloro. En un fragmento de su Vida de TucÃdides, seguramente copiado de la Historia de Atenas de Filocoro (s.IV-III a.C), Marcelino comenta que la Escuadra Zurda (asà la llama) se solÃa situar, como es de suponer, en el ala izquierda de la formación falangÃtica, en una disposición muy esponjada, es decir, con mucha separación entre filas y columnas; también comenta que tenÃan la particularidad de utilizar la lanza como arma defensiva (haciéndola girar con la mano a gran velocidad como si fueran aspas de molino y subiendo y bajando el brazo que la sostiene) y el escudo como arma ofensiva (bien a modo de proyectil o como arma de choque). Ya en nuestro siglo algún erudito avispado ha pretendido ver influencias de la Escuadra Zurda en las evoluciones que con sus pompones y bastones hacen los grupos de majorettes; obviamente la relación entre una y otra cosa se hace difÃcil pues las majorettes tienen un origen francés mientras que la Escuadra Zurda es griega. Estudiosos italianos, por su parte, ven más probable establecer una conexión entre la Escuadra Zurda y lo que en Italia se conoce como Squadra Azzurra, por las equivalencias detectadas en cuanto a los aspavientos con los brazos, la distribución esponjada de sus integrantes (ellos lo llaman catenaccio) y que ambas formaciones, la griega de entonces y la italiana de ahora, se dedican a zurrar al contrincante.
Y luego dice que no tiene tiempo de leer las revistas que compra.
Este es mi primer cometario en la página y voy a «estrenarme» con el comentario de este libro.
La verdad es que el tema es interesante, hay pocas novelas o libros que traten el tema de los griegos en España, sobre todo la vida en las colonias griegas de Iberia (que no eran muchas sólo se han encontrado restos de 2), la verdad es que sobre los griegos massaliotas (o los focenses occidentales) se ha escrito muy poco, de hecho éste es la primera novela de la que tengo noticia que trate el tema,debe ser por la poca presencia griega en Iberia, la mayorÃa de los libros suelen centrarse en la influencia púnica (evidentemente por su mayor presencia), asà que como es de suponer me atrae el comentario que ha hecho Farsalia y me anima a comprarla, aunque no me gusta que sea tan corta (como él comenta); a ver si la pescó por ahà en alguna librerÃa.
Es de agradecer que cada vez haya más novelas sobre la Iberia Antigua, novelas históricas de verdad, y no engendros pergueñados por periodistas que no se han leÃdo un libro sobre los pueblos prerromanos en su vida.
En fin que me ha gustado la reseña de Farsalia.
Gracias, AntÃgono. Creo recordar que la novela se vende en Barcelona en la librerÃa Altair (Gran Via, entre Balmes y Rambla Catalunya).
Genial Cavillius
No encuentro el libro en ninguna librerÃa que he preguntado.