EL ZORRO. COMIENZA LA LEYENDA – Isabel Allende

“Si tú quieres matar a ese hombre yo puedo enseñarte cómo moverte, cómo pensar, cómo vengarte con honor, y vivir para celebrarlo».

El viento de la noche arranca un suspiro y arrastra pequeñas nubes de polvo más allá de los cactus del camino. Un coyote emite su lastimero cantar a la luna y le responde el siseo de una culebra entre peñas. El jornalero, que después de venir de la siembra y cenar le gusta fumarse un cigarro en el poyo de la chabola, no se inmuta por los sonidos de la noche californiana, pero sí aguza el oído al oír a lo lejos el tronar de varios caballos. ¿Será él? Se vuelve a su choza y asoma la cabeza por el ventanuco para ver mejor y que no le vean a él. Entre las penumbras lo presiente, en su negro caballo Tornado, y en su lomo la inconfundible figura del héroe de aquellos parajes: ¡EL ZORRO!… musita entre dientes. Detrás vienen persiguiéndole los guardias del gobernador, pero él no se preocupa pues sabe que nunca lo prenderán. Él es el mito y la esencia de esa tierra española y además, piensa con tranquilidad, a una leyenda nunca se la puede atrapar.

Desde que era pequeño he sido una persona que se ha dejado fascinar por las novelas de aventuras, de folletines rocambolescos y gestas de héroes de capa y espada. Y una de esas figuras que han poblado mi imaginación ha sido la de Don Diego de la Vega, alias el Zorro. Aunque no lo crean siempre lo preferí al personaje de José Mallorquí, don César de Echagüe, alias El Coyote, tal vez porque este último no usaba espada y era menos romántico que el primero. Así que cuando supe, hace años, que la autora chilena Isabel Allende sacaba un libro titulado El Zorro, comienza la leyenda por un lado tuve una alegría inmensa ya que podía volver a sumergirme en el mundo californiano tan añorado por mí, pero a la vez sentí algo de temor pues una autora a la que yo catalogaba como exclusivamente romántica ¿sabría encontrar la esencia del personaje y la capacidad de recrear su mundo sin caer en la mojigatería? Y, pardiez, que tras leerlo se me disiparon las dudas de un plumazo, pues no solo me encontré con una novela de aventuras de esas que te enganchan y te dejan sin resuello, sino que a la vez pude adentrarme en aquel mundo decimonónico.

La novela recrea la biografía ficticia del personaje del Zorro (don Diego de la Vega) desde su nacimiento hasta que consigue fama eterna. Tal vez, gran parte de ustedes conozcan a este personaje por la película de Antonio Banderas, Anthony Hopkins y Catherine Zeta-Jones (¡Dios mío, que guapa estaba en ese film) titulada La Mascara del Zorro en el que un nuevo espadachín sustituye al anterior. Pues bien, la novela que nos traemos entre manos nos retrotrae a los principios, a la edad primigenia de la espada. Don Diego es hijo de un soldado asturiano, don Alejandro de la Vega, destinado en aquellas colonias californianas que todavía, a finales del XVIII, son españolas. Allí conoce a la india Toypurnia y del eterno amor que surge entre ambos nace la leyenda de aquellas tierras. Desde el principio Diego es un demonio de chiquillo pero pronto, bajo la supervisión del Padre Mendoza, su abuela la india Lechuza Blanca y su mejor amigo, el mudo y pícaro Bernardo, se da cuenta de que tiene dotes de mando y que le encanta luchar a favor de los oprimidos. A partir de ahí comienza el fascinante viaje que le llevará primero a enfrentarse a su archienemigo Rafael Moncada en aquella California que muy pronto ya no pertenecerá a la corona española; para después pasar  a una España ocupada por las tropas napoleónicas, donde aprenderá esgrima con el enigmático maestro Escalante a la vez que trucos de ladrón con unos gitanos, y a ser ágil como un zorro entre los mástiles del barco pirata de Jean Lefitte; y finalmente se adentrará en los ritos de iniciación más secretos en el mundo de la espada y prepararse de esta manera para el enfrentamiento final allá en las Américas contra su Némesis… Rafael Moncada.

Como verán, un cóctel explosivo y subyugante para cualquier amante de las novelas de aventuras ambientadas en épocas históricas. Y es que uno de los puntos a favor de este libro es que no es una novelita más de aventuras sin ningún fondo. Isabel Allende sabe fusionar en cada parte del libro el entorno histórico con las vivencias del protagonista. Nos enseña cómo era el mundo de la Alta California, la vida en aquellos reductos numantinos de las misiones españolas, ancladas en un mar de enemigos peligrosos que en un momento podían dar fuego a la iglesia y matar a los misioneros de manera inmisericorde. Haciendo con ello que aquellos monjes, en su mayoría, fueran no solo religiosos en las fronteras del imperio, sino auténticos guardianes de la fe y de su grey. También, a través de los ojos de don Diego de la Vega, podemos observar cómo era Europa y la España ocupada por las tropas napoleónicas, y cuáles eran los abusos que hacían los soldados franceses entre la población. El Zorro es un personaje dividido entre dos mundos, el de su casta y la indígena, y esa mezcla es lo que lo hace interesante pues en su corazón se forja un código de honor a prueba de cualquier espada traicionera. Así que por ello, con ese espíritu libre, sabio y ecuánime, no duda en llevar su “código” hacía donde lo necesite el menesteroso, sea en el Nuevo mundo como en el Viejo. Don Diego aprende de uno y otro lado convirtiéndose en un ser letal contra el mal. Un ser anclado entre dos concepciones de entender la vida, cogiendo la sabiduría de su padre, sus enseñanzas de cómo era ser un buen soldado español, y la sabiduría de un antiguo pueblo indígena.

El Zorro. Comienza la leyenda tiene un ritmo muy rápido que atrapa al lector desde el principio, y descubre a la vez a una autora que se aleja de los supuestos clichés rosas que tuviera en lecturas pasadas. Aventura, riesgo, historia… una novela a la que no le falta nada. Bueno sí que tuviera una segunda parte. Se lee muy bien y no deja en ningún momento que caiga en descripciones agotadoras. Esta novela la leí hace tiempo, y ahora que la reseño, pues lo merece, he de reconocer que me están dando ganas de releerla de nuevo y volver a descubrir en el brillo de una espada la sonrisa picara del justiciero de la Vega, sus amores eternos y sus fascinantes aventuras por medio mundo. Así que, terminando, les animo a vivir las hazañas de este mito de la literatura y el cine, y descubran que más allá de la capa y antifaz negro, hubo un hombre de verdad… una leyenda llamada El Zorro.

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Isabel Allende, El Zorro. Comienza la leyenda. Barcelona, Plaza & Janés, 2005, 381 páginas.

     

2 comentarios en “EL ZORRO. COMIENZA LA LEYENDA – Isabel Allende

  1. Urogallo de la Vega dice:

    Este libro me sorprendió mucho en su momento.

    No era precisamente lo que esperaba de la autora.

  2. Ángeles Pavía Mañes dice:

    Oye, pues sí que sorprende, sí. No le hice caso por lo mismo, esperaba un folletín rosa, no una novela de aventuras. Ganas me dan de echarle un tiento. Todavía tengo por el pueblo algún ejemplar de los libros que se publicaron en España, y que leía en mi infancia. Es un personaje al que le tengo mucho cariño.

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