EL PAÍS DE LOS CUENTACUENTOS – Dario Fo

EL PAÍS DE LOS CUENTACUENTOS - Dario FoEl País de los Cuentacuentos no tiene leyes ni fronteras; no hay aduanas en las que declarar lo que transportamos; el guardia de tráfico no podrá sancionarnos por dar un giro indebido, por circular demasiado deprisa o detenernos a contemplar el paisaje. El País de los Cuentacuentos es el país de la infancia, de la infancia de Dario Fo, pero también de la nuestra. Ese lugar que nos abrió la mente a disfrutar del sol y de la lluvia, de los juegos y las conversaciones es nuestro lugar secreto, rodeados de un ardoroso auditorio tan Peterpanesco como nosotros mismos, allí hallamos nuestro refugio más íntimo.

Fo nos cuenta, a veces bajito, a veces entre grandes y sonoras carcajadas, cómo transcurrió su niñez en el norte de Italia. Nos dice cuáles fueron las cosas que forjaron su vida, las que le empujaron a convertirse en autor teatral, actor y director; un gran agitador de conciencias con su obra.

Conocemos de su mano al magnífico universo que conforma su familia; su padre, ferroviario, jefe de estación, veterano de la Gran Guerra, que abomina del régimen fascista y de su obsesión por llevar a Italia hacia una guerra colonial absurda. Nos cuenta de la ternura de su madre, que mantiene en equilibrio su vida; de las locuras que hacía de niño, cuando, inconsciente, probaba los límites de su atrevimiento y conjuraba, con esa valentía que nos da la ignorancia, el peligro en que ponía su propia existencia en busca de demostrar a los demás lo que era capaz de hacer, a veces sin saber muy bien cómo.

Así revive su infancia en un tiempo difícil, donde nos muestra la tragedia de los anarquistas italianos, que tras tener que escapar a la «neutral» Suiza, deben abandonar también ésta perseguidos por el brazo incansable del fascismo imperante en su patria.

Pero, sobre todo, descubrimos, en base a grandes y pequeñas anécdotas, el virtuosismo como narrador que tiene el autor. Fo hace que sonriamos cuando nos describe la aventura que vivió durante el entierro de su padre, en medio de un caso típico de comedia neorrealista italiana; y, sobre todo, el Bistrín, su abuelo, agricultor, formador de hombres y conciencias, que con sentido común y su esfuerzo personal, hace la vida más fácil a quienes le rodean y colma de cariño a todos, especialmente a su nieto. ¿Quién no quisiera montarse en su carro? Acompañarle al mercado subido en lo alto, feliz como un gorrión en una mañana cálida de comienzo de primavera y vestido con los vívidos colores de sus frutas y verduras, con el tamaño único de sus hortalizas; escucharle bromear con las mujeres del campo, a quienes regala sus cosechas y sus palabras. Qué gran envidia da el pequeño Dario, armado con su inocencia y acompañado por la voz de los dioses y los ojos de un sátiro sublime y sutil.

Leyendo este gran libro, por momentos tuve la impresión de que Dario Fo, todo un premio Nobel de Literatura en 1997, se sentaba junto a mí en el sillón y me decía, con cálida voz, «te he contado alguna vez…»

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38 comentarios en “EL PAÍS DE LOS CUENTACUENTOS – Dario Fo

  1. pepe dice:

    Excelente reseña, Juanrio. No he leído nada de Darío Fo, pero me gustan mucho las novelas de iniciación. Quizá la que guardo en mi memoria con más cariño sea El camino, de Miguel Delibes, porque fue una de mis primeras lecturas. Después he leído otras novelas de infancias y adolescencias, Dickens, Stevenson, Soyinka…¡Italo Calvino! (apunte: tengo que volver a leer El barón rampante, obra maestra y maravillosa reivindicación de la rebeldía) y no recuerdo ninguna que me haya disgustado. La última, ha sido El señor Pip, de Lloyd Jones.
    Felicitaciones de nuevo por la reseña.

  2. Aretes dice:

    Entrañable reseña, juanrio. Yo no sé porqué no te prodigas más.

    Lo que más me suele atraer de un libro son los personajes y los que tú describes parecen más que apetecibles, aunque la época no sea de mis preferidas.

    Me quedan unas dudas entre el primer párrafo y el resto: ¿es la realidad vivida por un niño o la misma vista por él? ¿se narra en presente o como recuerdos del autor?

  3. juanrio dice:

    Veo que compartimos un gusto más, Pepe, a mi también me gusta mucho este tipo de novelas, donde el personaje se va haciendo como persona. De Fo he visto representada una obra de teatro, Muerte accidental de un anarquista, no había leído nada hasta ahora, ni siquiera se lo que tiene publicado en España. El barón rampante la leímos en la tertulia de la que he hablado otras veces y me pareció eso, la rebeldía, la ruptura…comentamos que Pipi Calzaslargas debía tener al barón como una de sus lecturas.

    Aretes, el libro son los recuerdos de la infancia del autor. El dice que lo que se vive a los siete años nos marca para toda la vida, es la base sobre la que nos formamos, puede que tenga razón.

    Los personajes, su familia y amigos, son para enamorarse de ellos, para querer compartir una parte de nuestras vidas con ellos.

    Y en cuanto a prodigarme…es que las cosas que leo no cuadran mucho aquí, pero me esforzaré.

    Gracias

  4. pepe dice:

    Una de las novelas (recientes) de adolescencia de la que guardo un recuerdo especialmente bueno es El viento de la luna, de Antonio Muñoz Molina. Creo que ya hablé en una ocasión de ella, e incluso copié un párrafo que me parece muy emotivo, uno de los más hermosos que he leído nunca. No recuerdo sin embargo en que hilo lo puse…

  5. Rodrigo dice:

    Es la palabra: “entrañable”. Sin duda. Y el libro resulta muy, pero que muy atractivo gracias al arte del reseñador. En mi caso, el contexto me lo vuelve doblemente apetecible así que me lo apunto.

    De Darío Fo leí La muerte accidental de un anarquista, en una edición mexicana de muy malas trazas pero a fin de cuentas meritoria: la obra es impactante. Posiblemente lo sea aún más en las tablas.

    No recuerdo haber leído muchos libros del género, ahora mismo se me vienen a la memoria El sendero de los nidos de araña, de I. Calvino; Los verdes años, de A. J. Cronin; Retrato del artista cachorro, de Dylan Thomas (el título es obviamente un eco del muy famoso de J. Joyce).

    Saludos.

  6. ARIODANTE dice:

    Enhorabuena, Juanri, ¡qué texto más bonito has escrito! Cierto, como muy bien dice Aretes, deberías prodigarte más. No he leído nada de Fo, pero por lo que dices, debe ser un libro delicioso.

  7. jerufa dice:

    Muy bella reseña, juanrio.
    Reconozo que han sido los comentarios de los compis los que me han hecho leerte. (Perdóname)
    Le echaré un vistazo. Sobre todo, me intriga la forma en que esté escrito.
    Tiene pinta de cautivador.
    Felicidades de nuevo.

  8. Akawi dice:

    Juanrio recibe también mis felicitaciones. Una reseña bien narrada para un libro que, por lo que cuentas, debe ser muy interesante y completo.
    Gracias chico y no tardes en volver.

  9. Valeria dice:

    Yo también he leído El sendero de los nidos de araña y El barón rampante. Además de sorprenderme por esta coincidencia lectora con los demás comentariastas, creo que si esta novela tiene esa mezcla de la osadía de la inocencia ynarrativa vibrante, es un argumento más a favor de la obra reseñada. ¿Has leído alguna de ellas, Juanrio? ¿Crees que tienen elementos comunes las citadas por Pepe o Rodri y la de Fo? Gracias, Juanrio.

  10. pepe dice:

    Valeria, princesa, siempre he sabido que tienes un notable buen gusto para la literatura y no es sorprendente que hayas leído y disfrutado a Italo Calvino. Más difícil de explicar, teniendo en cuenta la premisa anterior, es la afición que le profesas a Frank Yerby que, por decirlo de un modo suave, es un escritor francamente horroroso.

  11. Akawi dice:

    ¡Pero bueno! ¿En qué quedamos, es o no es bueno F.Yerby? Sr.Pepe

    Perdona Juanrio pues esto no tiene nada que ver con tu reseña.

  12. pepe dice:

    Akawi, reina de Mursiya, el comentario anterior era un guiño a Valeria, no pretendía abrir una discusión cuyo lugar tampoco sería éste. Sobre la calidad literaria de Frank Yerby no pienso decir nada, que luego me voy a casa con la impresión de que soy un cascarrabias y un gruñón. (Entra en el hilo de La risa del diablo, lee los comentarios -con un poco de paciencia, porque son bastantes- y juzga por ti misma).

    Para congraciarme con Valeria, que ha ignorado mi pulla con elegancia,
    voy a incluir unas líneas de un cuento con tema de infancia escrito por un paisano suyo:

    Pero los momentos más fascinantes de la escuela eran cuando el maestro hablaba de los bichos. Las arañas de agua inventaban el submarino. Las hormigas cuidaban de un ganado que daba leche con azúcar y cultivaban hongos. Había un pájaro en Australia que pintaba de colores su nido con una especie de óleo que fabricaba con pigmentos vegetales. Nunca me olvidaré. Se llamaba tilonorrinco.

  13. Urogallo dice:

    Pepe siempre tan discreto, mesurado y equivocado. Simplemente no recibiste el sacramento Yerbiano con la adecuada predisposición de espiritu.

    Pero no estoy aquí para hablar de Yerby, si no de la reseña. Mira que yo no tengo siquiera muy claro quién es Dario Fo ( Me suena, como me suenan otros nombres que se repiten), pero no puedo ser indiferente a una historia de tema italiano, y mucho menos a una ambientada en una época tan interesante.

    Italia siempre sería interesante, pero en esa época, y presentada por Juanrío, más todavía.

  14. Rodrigo dice:

    El barón rampante, magnífico libro.

    Aaaah, si fuese la ocasión y el lugar y si tuviese tiempo, Javi podría decirnos muchas cosas y muy cautivadoras sobre aquella estupenda tríada de Calvino, completada por El vizconde demediado y El caballero inexistente. ;-)

    (Ejem. Perdón por el desvío, Juanrio.)

    1. Javi_LR dice:

      Para Italo Calvino siempre, siempre tengo tiempo. Me parece un genio amable, un crítico tierno, un escritor juntador de palabras y de ideas acerca de lo humano, de sus inquietudes y misterios. Un escritor que se «supera» (ya conocéis esa «palabra») sólo porque se lee. Si el libro que nos trae Juanrio se asemeja a la producción de Calvino, sin duda merece la pena, por no hablar de la propia opinión del reseñador, tan afín en muchos casos.

  15. Rodrigo dice:

    Ya me parecía que…

    Tratándose de juntar palabras, tú eres maestro.

    1. Javi_LR dice:

      Muchas gracias, Rodrigo, pero como no sea por juntar las vuestras en Hislibris…

  16. Valeria dice:

    Pepe, no te he ignorado, corazón, es que no te había leído. Te diré que de Yerbi me ha gustado mucho «La canción de la cabra». De ahí a profesarle afición, creo que hay un amplio trecho. Del resto de obras de este autor que en mi anárquica adolescencia lectora he leído de él….. apenas recuerdo nada. Pero si tenemos en cuenta que a buen hambre no hay pan duro, y hubo años en mi vida en que la necesidad lectora me llevó, incluso, a leer a Sven Hassel o Marcial Lafuente Estefanía, supongo que siempre podrás tratarme con la condescendencia debida a quien ha tenido un aprendizaje difícil, o incluso, aplicarme la atenuante de trastorno mental transitorio.

  17. juanrio dice:

    Buenas tardes a todos y gracias por vuestras palabras, he tenido problemas hoy y no he podido contestaros debidamente. Allá voy…

    Pepe ¿Es buena El viento de la luna? Muñoz Molina era uno de mis autores favoritos, pero empezo a desinflarse y ya no me encontré con ganas de leer ese viento. Como conozco tu buen gusto, le daré una nueva oportunidad.

    Rodrigo, yo no he leído ninguno de los libros que citas, y sin embargo si he leído el retrato de Joyce, del que si guardo muy buen recuerdo, no como de su Ulises…

    Ario, Jerufa y Akawi, no dudéis que es cautivador, entrañable…uno desearía haber vivido esa infancia, o quizá es sólo un deseo mío. De verdad que es un libro que merece la pena leerse. La época en que lo sitúa es lo de menos, no tiene más importancia que la de ser el telón de fondo de la vida del autor y su relación con su familia y amigos.

    He leído El Barón rampante, y la relación que le encuentro con ésta es como mucho de fondo, las historias son distintas, aunque personalmente me ha gustado más el libro de Fo.

    Vuelvo con Pepe ¿el autor gallego es Rivas? me parece recordar ese texto de La lengua de las mariposas…una maravilla de cuentos y de película.

    Gracias, Javi, esa impresión que tienes de Calvino es la que guardo yo, aunque no he leído tantas novelas suyas como tu…

    Uro, la época y el país son apasionantes…

    Gracias, amigos.

  18. Rodrigo dice:

    Pues me ganas, Juanrio, porque ni del Ulises (más bien, de mis intentos de leer la novela) ni de Retrato del artista adolescente conservo un grato recuerdo.

  19. jerufa dice:

    ¿Me ha parecido leer «puya» con elle?
    Ya sé que esto no tiene nada que ver con vuestros interesantes comentarios, era para picar a pepe que está mayó.
    Condió, que juega el Barça.

  20. pepe dice:

    Jerufa, amigo mio, nadie está libre de pecado, y todos podemos cometer una falta de ortografía de vez en cuando. Sin embargo, no es éste el caso. Existen dos palabras diferentes, puya y pulla, cuyos significados paso a referir seguidamente. La primera designa la punta acerada que tienen las varas de los picadores y, en general, se aplica a cualquier cosa de punta afilada. La segunda tiene más acepciones: palabra o dicho obsceno, dicho con que indirectamente se humilla a alguien y, finalmente, expresión aguda y picante dicha con prontitud. Un diccionario de uso te puede decir, resumiendo, que una pulla es un dicho agudo o irónico que tiene intención de picar a alguien. Por ejemplo, dado que casi todos los que hemos intervenido en este hilo hemos alabado a Italo Calvino y su Barón rampante, podríamos decir no sin razón que somos un auditorio baronrampantesco, y estaríamos lanzando una pulla, (cosa que no es mi intención, ya que está dicho sólo a modo de ejempo y con fines meramente didácticos).

  21. pepe dice:

    Juanrio, torero, me reafirmo en que El viento de la luna es una hemosa novela. Es cierto que Muñoz Molina es muy desigual, y que al lado de novelas memorables como Ardor guerrero tiene otras muy aburridas como El invierno en Lisboa, pero ésta que te digo es de lo mejor que he leído en los últimos años.

  22. juanrio dice:

    Gracias, maestro, me haré con ella. De Muñoz Molina mi favorita es El jinete polaco y efectivamente El invierno…es flojita, pero disculpable; peor me ha parecido lo último que ha escrito en prensa y sus Ventanas de Nueva York o Sefarad…

  23. Clío dice:

    Evocadora reseña Juanrio, no he leido nada de Darío Fo, ni de algunos de los autores que nombrais, sí que recuerdo con placer la lectura del: Retrato de un artista adolescente de Joyce, o quizás sea que me trae recuerdos de mi fase estudiantil, o será que estos dias de lluvia me ponen especialmente nostálgica…..

  24. juanrio dice:

    Clío, si lees éste libro sentirás de lleno la nostalgia; nostalgia de ser niña, de ser joven, de ser impetuosa y de volar…de eso va este libro. Y encima Fo además de literato, lo cuenta en el libro, estudio arte y pinta….

  25. ARIODANTE dice:

    Mmmm….¡qué bonito lo dices, Juanri! Eso de que le entren a una ganas de volar…¡a mi me encantaría salir volando, a veces!

  26. jerufa dice:

    Vale, tiraré mi diccionario nuevo. ¡Mira que no poner puya con elle!
    Seguid, por favor.
    Fdo: Un inculto.

  27. juanrio dice:

    Visto lo visto, al diccionario de Jerufa, también…Aunque sólo sea con la imaginación, que bonito es volar…

  28. Libros dice:

    ¡Qué bella reseña! Va link en mi próximo Lo mejor de la quincena.

  29. juanrio dice:

    Muchas gracias, me alegra de que te haya gustado. Ya he visitado el blog, muy interesante, me pasaré a menudo a visitaros.

  30. pepe dice:

    Este verano hemos estado de crucero por el Báltico: Helsinki, San Petersburgo, Tallín, Gdansk (la antigua Danzig), Estocolmo, Copenhague. ¿Qué ha sido lo mejor? Bueno, para llegar a Estocolmo hay que navegar al menos tres horas sorteando decenas de pequeñas islas (el archipiélago de Estocolmo tiene 24.000). A la salida, por la tarde, es lo mismo, pero con acompañamiento de gaviotas. El barco es muy alto, tiene 12 pisos y las puedes ver volar a tu lado. Más que volar, planear. Durante largos segundos el ave permanece quieta contra el viento, a un par de metros escasos de donde tú estás (conviene situarse en un costado del barco, no en la popa ni en la proa) y tienes la sensación de que tú estás volando también con ella. Es una sensación maravillosa y creo que ha sido lo mejor del viaje. Ahora que Juanrio hablaba de volar, me he acordado de ello.

  31. pepe dice:

    Otra cosa más sobre gaviotas: me gusta mucho la portada del libro de Fo.
    Y sobre cultura: afortunadamente, el dominio de las (a veces muy sutiles) reglas de la gramática y la ortografía no tiene una relación tan directa con la cultura como algunos creen. Por otro lado, muchas personas cultas e inteligentes (dos cualidades que atesora Jerufa) sufren de vez en cuando despistes gramaticales, ortográficos o de estilo que no son acordes con su nivel cultural. No hay que darle ninguna importancia. Gracias a eso hay un buen número de profesionales que se ganan honradamente su pan: los correctores ortotipográficos y los correctores de estilo. Las editoriales que prescinden de ellos suelen sacar ediciones poco cuidadas que, a veces, son de lectura poco agradable.

  32. akawi dice:

    El invierno en Lisboa, lo leí hace años y ni fu, ni fa.

    Pepe el crucero que has hecho era el que yo tenía ganas de enganchar este año, pero mi hija ya está harta de barcos, además está la crisis, veremos si al año que viene tengo más suerte y más pasta.
    Cuéntanos qué tal son esas ciudades, cuando tengas un ratito.

    Por otro lado, sobre los lapsus lingüíticos estoy totalmente de acuerdo contigo. El mes pasado leí un libro que narraba hechos del siglo XIII y entre sus descripciones de las vestimentas escribía la palabra «Tergal», hablé con el autor-@ y reconoció el error.
    Pero sinceramente le achaco la culpa más a la editorial, por no repasar el testo.

    Abrazos

  33. pepe dice:

    Akawi: hacer un crucero es una forma muy agradable de viajar. Este año ha sido la primera vez, y debo reconocer que fui sólo por dar gusto a mi mujer, que puso mucho empeño. Me acuerdo ahora de un vecino que cambió la cocina y su mujer, que había elegido el embaldosado, mientras me enseñaba cómo había quedado, me decía muy ufana que su marido le había dado gusto a ella en el suelo… A mi siempre me ha parecido una forma demasiado burguesa de viajar, eso del crucero. Pero, joder, que diferencia hay de llegar a una ciudad en barco (o irse de ella) a hacerlo en avión, y desplazarse de un lado a otro en autobus, moviendo maletas, a hacerlo en la piscina del barco, leyendo a Cunqueiro. El año que viene intentaremos hacer otro por el mediterráneo: Nápoles, Venecia, Dubrovnik (antes Ragusa) alguna isla griega, alguna ciudad turca (antes griega)… a ver si os animais alguno a venir. Siempre he dicho que Hislibris tenía que organizar algún viaje, pero como aquí no pinto nada porque no me gustan ni los griegos, ni los romanos, ni las hazañas bélicas, ni Frank Yerby, pues así nos va…

  34. juanrio dice:

    Ay, Pepe, hubo un día en que hablamos del viaje perfecto para los hislibreños, y algún día lo haremos. Pero como somos gente compleja, pero sin complejos, tendremos que buscar la razón para el viaje, que no el destino…que importa el destino hacia el que nos dirigimos, si lo que cuenta es el viaje, la ruta….

  35. Urogallo dice:

    Menos si vamos en Barco, que me mareo.

  36. Ascanio dice:

    Empezamos con un cuento sobre la niñez, seguimos con las pullas, y acabamos con los cruceros.
    Sí señor, eso es Hislibris en estado puro.
    Juanrio, qué libro más interesante me has descubierto y qué reseña más tierna has hecho.
    Yo, que soy más ignorante que jerufa (que ya es decir…) reconozco que no he leído nada de Dario Fo.
    En cambio sí he leído algo de Muñoz Molina, Plenilunio que me pareció bastante sórdida y escabrosa, y Ventanas sobre Manhattan, que ni fu ni fa. Tengo en casa El jinete polaco, pero no lo he leído.
    Por supuesto, El camino de Delibes también lo leí hace muchos años, como le pasó a Pepe; fue lectura obligada en el colegio. Y creo que voy a tener que leer El barón rampante para no parecer lo que soy, una marciana.

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