EL NAVÍO PRÍNCIPE DE ASTURIAS. TRAFALGAR – Luis Delgado Bañón

El navío Príncipe de Asturias“Siempre es triste abordar los períodos de decadencia en nuestra historia. En lo que respecta a la particular de la Real Armada, llegamos al momento más sombrío”. Estas palabras del autor en el prólogo reflejan lo que nos vamos a encontrar en esta novela: momentos clave de la desaparición de nuestra gran Real Armada, creada con gran esfuerzo personal de hombres y medios a lo largo del siglo XVIII, tras las batallas de Finisterre y Trafalgar. Y digo batallas, y no derrotas.

Pero este no es un libro de historia naval a secas. Es un trozo de historia de España relatada a través de sus protagonistas, capitanes de mar y guerra que asisten con lúcida tristeza al espectáculo de la pérdida del poderío naval español, arrastrados a una lucha que no se podía ganar por las erradas e incomprensibles decisiones de nuestros gobernantes, la incapacidad de un general francés y la incongruente dirección del general italo-español Gravina. Con secundarios de lujo como Godoy o Bonaparte, que aunque no participan directamente en el relato no abandonan jamás sus páginas, como los fantasmas de un castillo encantado. Un Godoy entregado a los franceses que amenazan con invadir la península, y un Bonaparte empeñado en la invasión de Inglaterra sin comprender que, sin el dominio previo del mar, esa empresa está avocada a un fracaso absoluto. Acabaron así entre todos con la gran escuadra combinada franco-española, armada con gran sacrificio para enfrentarse a una Gran Bretaña que no desaprovechó la oportunidad de hacerse con presa y poderío. Leer este libro es hablar de la Real Armada, pero indirectamente también de la Rendición de Basilea, del Tratado de San Ildefonso, de la Guerra de las Naranjas o de los prolegómenos de la Guerra de la Independencia. Es un libro de los que llaman a otros libros.

Muchos lectores avezados suelen dar un paso atrás ante este tipo de novela histórica, atemorizados por la jerga naval, pero éste no es un relato del estilo de Patrick O’Brian, donde cada maniobra se relata minuciosamente citando cabo, vela, verga, obenque o palo. Es el lenguaje, opino, uno de los aciertos del autor, y aunque es evidente que no dejan de emplearse expresiones y términos propios de un libro sobre la Armada Española, creo que resulta más accesible que otros autores, y el estilo marinero y a la vez arcaico utilizado en la narración es un soporte necesario e indispensable. Hay partes del relato estremecedoras, como el enfrentamiento entre comandantes españoles y franceses a bordo del buque insignia francés “Bucentaure” en vísperas de la batalla de Trafalgar.

Otro de los elementos del libro a tener en cuanta, es que los personajes son meros instrumentos de la narración. Muy pocos son fruto de la imaginación del autor , por eso los protagonistas pueden resultar a veces planos, vacuos… Pero honestamente los hechos narrados tienen ritmo propio y entidad suficiente, y la lectura engancha.

Por citar una nota negativa, creo que hay veces que el autor, cuya erudición no creo que tuviera necesidad de demostrar, se empeña en exceso en el detalle, y encaja a la fuerza en la narración o el diálogo textos que resultan forzados, aunque es verdad que son pocas estas cuñas. Por otro lado se acompaña la narración de gráficos de gran ayuda.

Aunque cada libro de la saga, protagonizada por los marinos de la familia Leñanza, es parte de una colección, puede el lector acceder a cada uno de ellos como si fuera una única y particular historia.

Para mí, una buena novela histórica. Ha suscitado otras lecturas, me ha descubierto personajes fascinantes de la historia naval española, como D. Antonio de Escaño (mucho menos conocido que Churruca, por ejemplo), y ha hecho que me sienta, otra vez, como Quevedo mirando los muros de la patria mía: “Si hay que derramar nuestra sangre por el honor de la Armada, saldremos batiendo cornetas y tambores. Pero que no intenten engañarnos o empeñar el crédito de nuestra marina en base al beneficio personal de un personaje que no ha demostrado hasta el momento merecerlo en una sola libra”.

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54 comentarios en “EL NAVÍO PRÍNCIPE DE ASTURIAS. TRAFALGAR – Luis Delgado Bañón

  1. Urogallo dice:

    Entonces, ¿Es más una novela histórica o una historía novelada?.

  2. cavilius dice:

    Estupenda reseña, Vale. Tienes razón en lo de la terminología naval, uno (o sea, yo) se pierde cuando le empiezan a hablar en idioma marinero a no ser que tenga un cierto bagaje léxico sobre el tema. Así que el hecho de que este libro no abuse de los trinquetes, las jarcias y las cangrejas, puede ser un aliciente para abordar su lectura.

    Imagino que es difícil hacer que la erudición que pueda tener un autor «fluya» a través de lo que escribe sin que parezca que quiera dárselas de listillo. Aunque no tiene por qué chocar la amenidad con la erudición, pero el equilibrio debe ser complicado de mantener.

    ¿Y dices que aparecen gráficos en la novela? ¿Como parte del contenido o explicativos, como si fueran notas aclaratorias?

    Felicidades, Vale, y a por la siguiente.

  3. sanpifer dice:

    Hay que agradecer el enorme esfuerzo de Luis Delgado Bañón (almirante español retirado) por llevar nuestra historia naval a novela (sin mentirijillas como Patrick O’Brian) manteniendo el rigor histórico (nada de navíos fantasma tipo «Antilla» de Perez Reverte). La saga abarca medio siglo de historia naval española y, según los entendidos (yo soy un humilde lector) no tiene nada que envidiar a los escritores britanicos superventas.

  4. Koenig dice:

    Buenos días.

    La verdad es que esta es una serie interesante. Concuerdo en que es un gusto encontrarse con una serie de novelas navales que trate de temas patrios. Las aventuras no tienen porqué ser menos interesantes en la marina española que en la inglesa.

    No obstante, veo un par de defectillos. En primer lugar se me ocurre que tanto el protagonista de la serie, como el principal secundario, son un tanto modernos de pensamiento. Es curioso como en demasiadas ocasiones son claramente conscientes de la decadencia de nuestra marina, cosa de la que apenas se dan cuenta sus contemporáneos. Esto por no hablar de otras actitudes que me parecería injusto desvelar a quienes no hayan leído la saga. Que algo de culebrón tiene también.

    Por otro lado temo una cierta tendencia a la repetición. La primera novela, la referente al primer Leñanza, nos presentó el dúo Leñanza-africano. Este dúo se ha repetido en las demás novelas, referentes al segundo Leñanza, y parece que ya se prepara para las novelas que contarán las aventuras del tercer Leñanza. Al menos ya han aparecido ambos personajes: el tercer Leñanza y el africano. Veremos.

    Por lo demás y a favor del escritor debo decir que no maneja mal los sentimientos y los sentimentalismos, así como los ambientes.

    Opino.

    Un saludo.

    Koenig.

  5. Valeria dice:

    Pues hola y feliz fin de semana a todos -que ya era hora-. Respondo a las preguntas. Uro, yo sí que calificaría el libro de historia novelada. Como reconoce el autor y comento en la reseña, muy pocos personajes son ficticios. E incluso aparecen en cursiva textos completos que corresponden, creo yo, a transcripciones literales de cartas o actas navales a las que supongo ha accedido el autor.

    Cavilius, en el libro aparece en la cara interior derecha de la portada un gráfico con las velas y palos de un navío, aunque a mi personalmente no me ha hecho casi falta. También existen notas a pie de página explicando algunos términos. Ahora ya sé, por ejemplo, de dónde viene eso de «largarse con viento fresco». En la terminología naval de la época, «viento fresco» era uno de los grados en la escala de la fuerza del viento. Y por último, cuando ya narra la batalla de Trafalgar, aparecen gráficos de la posición de los diferentes navíos de las dos escuadras, para que nadie se pierda.

    A mi me gusta la historia naval del s. XVIII, pero me ha resultado mucho más facil de entender la jerga en este libro. Tal vez porque sigo pensando que «barlovento» es una de las palabras más bonitas que tenemos en el diccionario español.

    Me gusta de una novela histórica que me provoque interés por los sucesos que narra, y ésto lo hace, y mucho, sobre la situación política de la España de la época, y la figura de Godoy, y aún me sale sarpullido cuando me mientan a los franceses, después de cómo nos la jugaron en la batalla de Finisterre. Los devotos incondicionales de Bonaparte deben tener mucho cuidado si osan leer este libro, que igual se les corta la digestión.

    Quién me iba a decir que iba a reseñar algo que no fuera de romanos.

  6. David L dice:

    Interesante reseña Valeria. Creo que es una buena invitación a leer esta historia novelada.

    Un saludo.

  7. Germánico de la XIII dice:

    Muy buena reseña, Valeria. Enhorabuena. ¡Vivan las chicas!

    Saludos.

  8. richar dice:

    Me uno a las felicitaciones, Valeria. Ya verás cómo una vez que empiezas a hacer reseñas, te vuelves una adicta.

    Lo cierto es que nunca me han llamado demasiado los libros navales -se me hace bola tanta terminología- como nunca me ha llamado el mar en sí, que yo soy más de pinares, pero eso no quita para que me haya gustado realmente tu reseña.

    Un saludote y bienvenida al mundo del reseñador hislibreño.

    Richar.

  9. Arauxo dice:

    Salve, Valeria.

    Y enhorabuena, mujer. ¡Hay que ver el trabajo que os cuesta a las féminas lanzaros a la piscina! ¿Será por la temperatura del agua? O tal vez los hombres seamos más que osados…

    Pero lo cierto es que, cuando os decidís, el resultado merece casi siempre la pena. Y este es el caso: buena reseña, de ágil lectura, de extensión más que apropiada (a ver si cunde el ejemplo y aprenden a ser breves otros reseñadores con nombres de músicos) e interesante por demás. Pese a que la temática tampoco me seduce demasiado (porque uno es de tierra adentro y muy, muy, muy de secano), tu reseña incita, al menos, a aproximarse físicamente al libro y a echarle un vistazo, lo que constituye todo un logro… de la autora.

    Y suscribo los comentarios anteriores respecto a la reivindicación de las esencias navales patrias. Ya está bien de tanta armada inglesa, tanto O’Brian y tanto nudo marinero… porque para Armada, la nuestra, leches, del XVIII, del XVII o incluso del XVI. Y no hace falta castigar al lector con tanto puñetero glosario especializado para escribir una novela histórica, por la Santísima Virgen del Carmen. Claro que la recreación es importante, pero cuando la cámara enfoca durante tres cuartos de hora la maroma del ancla, la novela deviene insufrible documental para lobos de mar jubilados y no hay quien puñetas la aguante… Así que menos barquitos y más historia (con minúscula y con mayúscula), como parece ser el caso y pese a las acusaciones de anacronismo mental que Koenig formula, vicio, por otra parte harto frecuente (y en muchas ocasiones disculpable)en la narrativa historica.

    Y se antoja interesante la presencia -velada, en potencia o en acto- del soberbio francés de la mano en el estómago que se creyó Magno y del prenda ese -que tuvimos que sufrir en la España del bobo de Carlos IV- que pronunciaba ambición en francés y que mancilló para siempre un apellido que hasta entonces había evocado la sangre extremeña de los conquistadores y la más antigua de los gallegos que, tras la huida del moro, repoblaron los campos baldíos de las extremaduras medievales.

    He dicho.

    Un saludo. Y, por supuesto, mi reiterada felicitación a Valeria.

    (Hay que ver la habilidad que tengo para acercar el ascua a mis sardinas cada vez que me pongo a hablar de algo de lo que no tengo ni la menor idea…)

  10. Valeria dice:

    Yo creo, Arauxo, que las chicas no tenemos problemas en tirarnos a la piscina, aún menos con la temperatura del agua -no es mi caso, al menos, que presumo de bañarme en aguas donde pocos lo hacen- simplemente tenemos muchas cosas que hacer y muy poco tiempo para hacerlo. Cuando decidí escribir la reseña fue, en primer lugar, como terapia antiestrés, y en segundo lugar por romper una lanza en favor de un tipo de novela histórica poco apreciada. Es el encanto de las causas perdidas.

    Yo no he leído otros libros de esta saga, escogí éste precisamente por el contexto histórico en el que se desarrollaba la novela, por lo que no puedo hacer comentarios a la aportación de Koenig de que tienen ciertos tics que se repiten. Sí que me gustaría decir que en este caso yo no he apreciado esa «modernez» que menciona, al menos en lo que se refiere al convencimiento de los protagonistas de la situación de su Real Armada. Eso está escrito ya en esa época , pues en la novela se transcriben informes de altos mandos sobre la situación de inutilidad en que está dejando a la Armada; es notorio que no se construyen barcos pese a tener un imperio en ultramar que requiere de buques que garanticen el transporte de los productos y riquezas de América, no se reparan los navíos, la marinería no está formada, los ascensos no siguen criterio ni de mérito ni de antigüedad…etc. Y a los que en voz alta lo decían, e incluso se atrevían a exponerlo , los desterraban o les privaban de mando (por ejemplo al general Mazarredo, que por lo visto no tenía pelos en la lengua). Los marinos españoles siempre vieron con envidia la profesionalidad de la marina británica, a pesar de que tampoco jugaran limpio en esta historia.

    Y mil gracias por vuestros comentarios.

  11. pepe dice:

    Estupenda reseña, Valeria, enhorabuena, aunque el tema no me resulta muy atractivo. Mi capacidad de soportar miradas lúcidas sobre la decadencia española causada por necios gobernantes –¡Viva el rey y muera el mal gobierno!– a pesar de contar siempre con heroicos soldados –¡Dios, qué buen vasallo si oviesse buen señor!– se encuentra ya muy mermada y la tengo que reservar para la última novela de Alatriste.

    Saludos.


    Miré los muros de la patria mía,
    si un tiempo fuertes ya desmoronados
    de la carrera de la edad cansados
    por quien caduca ya su valentía.

  12. Ascanio dice:

    Querida Valeria, muy interesante tu reseña.
    Confieso que el único libro «naval» que he leído ha sido «Capitán de mar y guerra», que no acabé porque tanta jerga naval me saturó. Así que da gusto saber que no hace falta describir con detalle tantos artilugios y trapos para hacer una buena novela.

    Sin embargo, como a Pepe, el tema no me atrae demasiado. Me gusta más la tierra firme, y eso a pesar de haber nacido en la Costa de la Luz. En fin, contradicciones que tiene una.

    Un beso.

  13. Valeria dice:

    Lo dicho. El encanto de las causas perdidas.
    También un beso para ti, Ascanio.

  14. pepe dice:

    Valeria: pese a mi mensaje anterior tengo alguna curiosidad sobre el asunto. Pérez-Reverte afirmaba en una entrevista (o quizá fueron declaraciones suyas con ocasión de la presentación de su libro Cabo Trafalgar) que, a pesar de que contábamos con buenos marinos, no teníamos tripulaciones y hubo que echar mano de los pobres desempleados que estaban en las tabernas. No sé si fue así realmente (y, de serlo, me gustaría saber si se refleja en el libro) ni qué incidencia pudo tener este hecho en el posterior desarrollo de los acontecimientos.

    Saludos.

  15. David dice:

    Sólo un dato: los marinos ingleses ascendían por sus acciones, los españoles por tiempo de servicio. Y luego estaba el botín de guerra, que en el caso británico era mucho más generoso. ¿Quién estaría más animado al combate?.

  16. Valeria dice:

    Efectivamente Pepe, en el libro se refleja que casi ninguno de los navíos españoles de la escuadra combinada tenía completa la dotación (o «equipaje», como le llamaban). Esto quiere decir que no disponían del número mínimo de hombres necesario para que los barcos funcionasen como es debido, y menos «del género de sal en sangre», en palabras textuales de uno de los personajes. Tuvo que recurrirse a la leva forzosa y acabaron formando parte de la tripulación hombres de todo tipo, incluidos penados, o gente de tierra, personas que no habían subido a un barco en su vida y que carecían del menor interés en aprender el oficio de marinero. Todo eso lo que provocaba era que las maniobras se hicieran mal o muy despacio, en el supuesto de que finalizasen con éxito. Y hablamos de navíos que debían aprovechar vientos y mareas. La leva forzosa supuso, además, un número inmenso de deserciones cuando la escuadra se encontraba resguardada en el puerto de Cádiz. Y por último, la dotación así conseguida no tenía experiencia artillera: disparaban mal y tarde. Por cada disparo de los nuestros, los ingleses nos calzaban tres.
    Claro que por lo visto los gabachos no andaban mucho mejor.

    Y además de lo que dice David, las pagas no llegaban, y muchos oficiales tenían que poner de su peculio para lonas, cabos…

  17. richar dice:

    Al hilo de lo que comentáis me vienen a la cabeza un par de datos que leí en otro libro -que reseñaré en breve- sobre los tercios en el mar.

    Por lo que cuenta, los tercios, que a priori eran considerados una fuerza terrestre, se manejaban la mar de bien a bordo de los barcos, tanto en combates navales (léase Lepanto) o en operaciones anfibias -no recuerdo nombres de desembarcos pero en el libro se citaban unos cuantos-. Parece que al fin y al cabo contaba más la pasta de la que estaban hechos estos soldados que del medio en el que les tocara pelear.

    El otro dato que me sorprendió totalmente fue el saber que en la época -al menos en los siglos XVI y XVII si no recuerdo mal- era prácticamente imposible hundir un barco a cañonazos. Esto es, los cañones estaban muy bien para causar metralla de astillas, volar alguna cabeza y generar bastante caos, pero no eran demasiado útiles para mandar a pique a un barco. Se mencionaba algún ejemplo de barco con algo así como doscientos agujeros de bala de cañón que flotaba tan ricamente.

    En fin, cosas curiosas.

    Saludos,
    Richar.

  18. sanpifer dice:

    Uy cuantas cosas;

    ==>> Vamos a ver; lo de la marinería inglesa es una verdad a medias. Gran Bretaña disponía de una amplísima flota mercante a la cual meter mano forzosa en caso de necesidad de «marinos profesionales», si bien, el marino británico sufría grandes agravios por parte de la oficialidad, de forma que en 1797, poco antes de Trafalgar, un motín se propagó por toda la flota británica y la dejó casi inoperante, aunque afectó bastante menos a la escuadra de Nelson (que era bastante tolerante)…..
    Pero si alguien cree que la marina española era incapaz, que repase las batallas navales de la época y diga cuantas veces la marina francesa venció a la británica….

    ==>> Lo de hundir un buque a cañonazos…. depende de si los impactos alcanzaban cerca de la línea de flotación. El tema es que la técnica naval (y las bombas de achique) habían avanzado mucho desde la época de los galeones. Si no, que alguien explique por qué se hundieron tantos galeones por tormentas y tan pocos buques en combate naval a cañonazos……

    ==>> Los «tercios navales» no eran tercios propiamente dichos. Eran infantería con armas de fuego, aunque siempre se hace el simil de que infantería española=tercios. De la misma forma que no existieron «legiones romanas navales» aunque las trirremes si combatieron con tropas a bordo….

    Para ampliar detalles la pagina de «todo a babor» y su excelente foro….

  19. richar dice:

    Saludos sanpifer,

    en el libro que leí esto, de Julio Albi de la Cuesta, dedica todo un capítulo a los tercios en el mar, y si no recuerdo mal -aunque es cierto que cada vez tengo peor la sesera- expone bastantes ejemplos de tercios como tales embarcados.

    Es más si no recuerdo mal, incluso estuvieron en el desastre de la Armada invencible, ¿puede ser?

    Y desde luego el autor los denomina como tercios, no como infantería embarcada. Es decir, que antes y después de la acción marítima que fuera, seguían constituyen un tercio como tal.

    Un saludo,
    Richar.

  20. sanpifer dice:

    Sí recuerdo ese capítulo de Julio Albi en «De Pavia a Rocroi» pero mi opinion es que lo de los tercios navales es más una expresión que un hecho; Tercio de Napoles, Tercio viejo de Castilla… pero sigo sin ver lo de Tercio naval.
    De hecho podría asegurar que los Tercios, por ejemplo, nunca combatieron en América, y en la Península sólo una vez (las Alpujarras?)… de todas formas repasaré el libro de Albi.

  21. richar dice:

    Buf, yo de memoria ando aún peor -y eso que leí el libro hace medio mes-, así que menudo debate.

    Lo del tercio naval, no creo que fuera el caso. Es decir, no se designó nunca uno como tal, como sí los hubo de Nápoles, Sicilia, etc, pero sí que éstos (o algunos de ellos) estuvieron embarcados en operaciones navales, de ahí que usara la expresión de «tercios navales», no para nombrar a un tercio, sino para definir una situación.

    En la Península estuvieron como dices en Granada, y ya no recuerdo si en algún otro conflicto (bueno, en Portugal, que también es la Península) y en América… vaya, ahora ya no recuerdo tampoco pero no me suena.

    Un saludo,
    Richar.

  22. Vara dice:

    Saludos y felicitaciones a Richar por el blog.
    Al hilo de la discusión sobre los tercios navales, hay una reseña histórica breve pero interesante sobre la Infantería de Marina, fundada en 1537, en la página oficial de la Armada, donde aparecen los primeros Tercios asignados a las distintas escuadras; por otro lado, en aquella época, la diferencia entre los Tercios de la Armada y los restantes, no creo que fuese más que la aclimatación al medio, porque las batallas navales seguían un patrón muy similar a las terrestres, independientemente de que se asignaran unidades «terrestres» a las naves para completar su dotación de guerra.
    En cuanto a las levas forzosas que se hace mención en varios post, las hacían todas las naciones, hay están las detestadas «press gangs» inglesas que se llevaban por la fuerza, sobre todo en pueblos costeros, a quien se les cruzase por delante sin atenerse a nada, lo que quizás si se realizaba mejor en los navíos ingleses era la asimilación de esa gente forzada a embarcar, ya que los barcos pasaban grandes periodos de tiempo en la mar, mientras que los españoles era al contrario, por lo que no llegaban a formarse.
    por último, no estoy de acuerdo en lo escrito por David de que los marinos ingleses ascendiesen sólo por méritos, pues era más importante la antiguedad en el servicio, sin olvidar el status solcial que abría muchas puertas en las designaciones.

  23. richar dice:

    Saludos Vara y bienvenido al blog.

    Gracias por tus comentarios (sobre todo porque parte de ellos me dan la razón.. je je…) y por tus elogios.

    Esperamos seguir leyendo tus aportaciones a menudo.

    Un saludo,
    Richar.

  24. David dice:

    Lo de los méritos fue algo que leí por ahí hace tiempo. Pero seguro que llevas razón. Lo cierto, es que no estoy muy puesto en el asunto. Se agradece el comentario Vara.

  25. José María dice:

    Bueno, es la primera vez que me atrevo a dejar un comentario y no se será de utilidad ante tanta erudición. Lo cierto es que yo ya he leído la saga completa, pues empecé por el número seis – la fragata princesa – y después le encarqué a mi libero la colección completa. Cierto es que soy navegante , aficionado a la historia naval y a la de nuestra armada. Ya había leído novelas inglesas sobre la materia (Patrick O’Brian, Alexander Kent…) y creo que D. Luis Delgado Bañón aporta conocimiento marinero y verosimilitud histórica, cualidades de las que esos autores adolecen.

    Os recomiendo toda la saga a pesar de algunas reiteraciones como forma de evasión y conocimiento de los logros y pesares – qu de todo hay – de nuestra gloriosa armada.

  26. Valeria dice:

    Bienvenido, José María. Me alegra contar en esta tripulación con otro apasionado de los barcos. Y si encima eres navegante…. pues sólo se me ocurre preguntarte ¿Necesitas grumete para alguna travesía?
    Bromas aparte, cualquier comentario tiene aquí un hueco. Los eruditos, y los que no lo somos. Hace poco leía en una página web sobre literatura una especie de eslógan que decía «¿Eres lector? ¡Eres crítico!», o algo parecido. En esas estamos. Leermos, luego existimos para hislibris. Yo empecé la saga de Delgado Bañón por este libro que se reseña porque la batalla de Trafalgar, por razones que desconozco, siempre ha ejercido sobre mí una gran atracción. Pero no he leído la serie completa, ni mucho menos, así que te animo a que me recomientes tus novelas favoritas.
    Encantada de tenerte por estos mares.

  27. Valeria dice:

    Y pido perdón por algunas erratas que se me han colado en la intervención anterior.

  28. Arauxo dice:

    No te preocupes, Jose María. Algunos no hemos leído nada pero participamos en todas las tertulias…

  29. Valeria dice:

    Eso, algunos sólo fotocopian incunables.

  30. Arauxo dice:

    No, incunables, no, mujer, manuscritos. Qué más quisieran las gentes del siglo XIII que haber tenido ya una imprenta…

  31. Pedro Román Colomer dice:

    Debemos reconocer que con el paso de los años están surgiendo trabajos que situan la verdad histórica en su justo termino. Es de agradecer que en la mayoría de los casos, se pueda contrarestar con los pliegos originales depositados en los diferentes archivos españoles a las novelas de aventuras a las que nos tienen acostumbrados los autores británicos. Es de agradecer que se estudien y se situen los hechos tal y como sucedieron, y que los publicitemos, pues nunca es tarde para recuperar el orgullo que corre aun por nuestras venas de sentirnos españoles, como en aquellos tiempos en los que ser español era simbolo de valentia y honor, de coraje.
    Hemos pasado una eternidad lamentandonos de nosotros mismos con las historias que nos han contado unos y otros; pero lo cierto es que los españoles hicimos soñar a todo el orbe con el descubrimiento de tantas nuevas tierras, dibujandolas en el nuevo mapa y nombrando las costas de toda america y parte de oceanía. Mantubimos el mayor imperio terrenal que ha existido durante cuatrocientos años; y eso solo se consiguen con victorias, con muchas victorias.
    Aplaudo las novelas historicas rigurosas aunque sean endulzadas con misterios y suposiciones del autor cuando proceda. Lo cierto es que espero una explosión de estudios que situen como el tiempo hace con nosotros, a cada cual en su sitio. Prometo leer todo lo que llegue a mis manos de las aventuras de los descubrimientos de los marinos españoles, me encanta.
    Saludos a todos

  32. Valeria dice:

    Bienvenido, Pedro. Y por favor, acuérdate de nosotros cuando inicies esa singladura lectora que veo que te has decidido a acometer: anímate a comentar o recomendar libros. Así, entre todos, nos vamos descubriendo libros e Historia, que es de lo que se trata. Espero que tengamos la oportunidad de leerte otras veces por estas páginas.
    Un saludo.

  33. Joaquin dice:

    Que pena haber encontrado este foro ahora. Soy ex-marino (vivir y trabajar en el interior me impide navegar) y vuestros comentarios me apasionan. Me he empapado de libros naúticos, la terminología la tengo asimilada, pero leer comentarios tan amenos e interesantes compensa el descubrimiento. No he leido ningún libro de la saga, pero después de hoy no tardaré en hacerlo. He leido casi toda la saga de O`Brien (bueno…), nada de Kent (no me atrae), y bastantes libros sobre el tema. Dar títulos y autores me parece una descortesía hacia D. Luis Delgado, más aún cuando no conozco su obra. Os agradezco todo lo escrito. Un abrazo para todos.

  34. Javi_LR dice:

    Nunca es tarde si la dicha es buena. ¡Bienvenido, Joaquín! Si te quedas navegando por las procelosas aguas de Hislibris, descubrirás a grandes amantes del mar.

    Un saludo.

  35. Valeria dice:

    Bienvenido, Joaquín. Se acaba de reseñar en Hislibris una novela buenísima que te recomiendo (además de ésta de Bañón): «Bajo bandera enemiga». Por cierto, Bañón acaba de publicar un libro llamado «La fragata Andorinha».

  36. Joaquin dice:

    Si de historia se trata acabo de leer un libro muy ameno, de escasamente 200 páginas «La última Ola». En el se relata el bombardeo de Valparaiso y el asedio del Callao por parte de la Armada Española. A mi parecer es interesante. El texto es fluido y el vocabulario muy asequible a los profanos. Durante el verano pretendo leer más libros y compartir mi experiencia con vosotros.

  37. Valeria dice:

    Gracias por la información. Yo voy a necesitar el doble de vacaciones para leer todo lo que me propongo.

  38. luis dice:

    He leído varias de las novelas de Luis Delgado de la Saga Marinera Española y me parecen acertados los comentarios que se vierten aquí sobre sus libros. El estilo, diferente, un tanto arcaico, choca al princípio, pero al final resulta una delicia. Acabo de leer la fragata Proserpina y no puedo decir más que soy un incondicional de Delgado cuanto más lo leo.
    Puede ser que en determinadas cosas que aparecen en los textos haya algo de reiterativo en las generaciones de Leñanzas. Sin duda, al autor le cuesta trabajo desprenderse de sus personajes. Yo también me he acostumbrado a ellos.
    En cuanto a Arturo Pérez-Reverte, no sé si por mi afición a la naútica y mi
    relativo buen manejo de la palabrería marinera, tengo que decir que la novela Cabo Trafalgar creo que es la que más me ha gustado de todas cuantas he leído de él. Le ha salido redonda. Me encantan los dos.
    Un saludo a todos y hasta pronto.

  39. joaquin dice:

    Luis, con todos mis respetos. Si quieres leer un buen libro sobre Trafalgar no dejes de leer el editado en Edhasa y escrito por Jose Luis Corral. El tamaño puede engañar, su lectura es amena y muy didáctica, realmente entiendes lo ocurrido en ese momento y vives la situación como si estuvieras a bordo de un navío de la flota combinada. Tal vez sea un entusiasta de José Luis Corral. Me gustaría en caso de que lo leyeras me dieras tu opinión, tanto a favor como criticando mi gusto. Un abrazo.

  40. Pintaius dice:

    Siento discrepar Joaquín, pero a pesar de ser lector de José Luis Corral (o precisamente por ello), y también bastante aficionado a la novela naval, mi opinión es que su «Trafalgar» es bastante decepcionante desde el punto de vista de la descripción de la batalla en sí misma, así como en el empleo de la terminología naútica. Cuando lo leí hace años tuve la sensación de que para escribir de algunos temas no es suficiente con documentarse bien, se necesita otro tipo de «conocimiento», y sinceramente, creo que Corral no lo posee en este ámbito, aunque sin duda sí en otros en los que es reputado especialista, y en los que se nota. Además, a pesar de darle título al libro, la batalla y sus prolegómenos apenas abarcan una parte del libro, desarrollándose el resto en otros escenarios. Creo que Corral quería hacer una trilogía sobre el período (junto con «Independencia» y «El rey felón»), para lo cual eligió tres momentos estelares en los que colocar a su guardia de corps Faria, y por ello la narración estrictamente naval sólo supone un trasfondo necesario.
    Sin haber leído aún este volumen de Luis Delgado (voy por el de «La fragata Princesa»), del que espero lo mejor tras la reseña de Valeria y la experiencia de los volúmenes anteriores, creo que además del mencionado «Cabo Trafalgar» de Reverte (otro de mis autores favoritos), al que hay que encuadrar bajo el enfoque que el propio APR ha señalado en diversas ocasiones y no tenerlo por otra cosa, para conocer el punto de vista de un protagonista en primera persona de la batalla, es preciso siempre leer el «Trafalgar» de Benito Pérez Galdós, al que creo que APR debe mucho en su propia obra (y si no compárense, por ejemplo, la junta de oficiales hispano-franceses previa a la batalla, en la que se exponen los diversos argumentos por parte de unos y otros, y en las que casi se llega a las manos o algo peor). Saludos

  41. luis dice:

    Joaquín, gracias de nuevo y olvidaba decirte que te recomiendo las obras de Delgado, no te arrepentirás de leerle. En cuanto a otros autores, del otro lado, como O´Brian, he leído a B. Cornwell y me parece muy correcto y bastante respetuoso con la historia. No sé si estaré equivocado, que de ser así no me importa se me corrija, pero es lo que he sacado de Sharpe en Trafalgar. Un saludo.

  42. Valeria dice:

    ¿Hay una novela de Sharpe centrada en Trafalgar? Le echaré un vistazo.

  43. luis dice:

    Si. Se llama Sharpe en Trafalgar y es realmente buena. No temas encontrarte con la versión parcial que identifica a O´Brian. Cornwell es bastante mejor por donde lo mires. Y no deja de ser una visión de Trafalgar desde la otra orilla.
    Ánimo y buena proa.

  44. luis dice:

    Otra cosa, Valeria: olvidaba señalar algo que me parece importante sobre lo que he podido leer de la batalla de Trafalgar. Cuanto he leído es bueno, el de Pérez-Reverte quizás algo peculiar aunque troquelado por la genialidad del autor, el de Cornwell, al que ya me he referido con anterioridad, el de los Episodios de B.Pérez Galdós, imprescindible, y el que me parece el número uno es el de Delgado. En cualquier caso, Trafalgar, por su contenido, siempre despierta mi interés. Soy naútico por vocación.
    Un saludo.

  45. Valeria dice:

    Gracias por los comentarios, Luis.

  46. Valeria dice:

    Pues hace unos días me he leído mi primer libro sobre Sharpe (Sharpe en Trafalgar) y la verdad es que me he llevado una sorpresa con el libro. No esperaba gran cosa de esta serie (me imaginaba que nada tendría que ver con el Cornwell de «Crónicas del Señor de la Guerra»), y aunque la batalla ocupa una parte muy pequeña del libro he de reconocer que el autor se desenvuelve muy bien en la narración del combate naval.

    Eso sí… por la imagen que me había hecho del fusilero y de la serie en general, nunca se me hubiera pasado por la cabeza a Sharpe coladito por una tía hasta los extremos que en la novela se cuentan. Tanto tipo duro, y al final , como dice Serrat…. en el fondo son unos sentimentales, que se graban en la piel, a la reina del burdel, y se la llevan puesta a recorrer los mares…

  47. luis dice:

    Claro que sí, Valeria. Y se la llevan puesta a recorrer los mares…Faltaría más. Sharpe es un romántico, qué duda cabe. Es una pura contradicción, como cualquier persona inteligente y cabal, pues la naturaleza nunca ponderó el desequilibrio entre las fuerzas que radican en el corazón y el cerebro. Sharpe es capaz de juzgar y ejecutar, como de amar a una dama casi a distancia…Y lo de inteligente, cabal…Es también algo muy relativo. La historia nos ofrece cantidad de genios desprovistos de cualquier atisbo de racionalidad. Me alegra el hecho de que te haya gustado la novela de Cornwell. Un saludo y hasta pronto.

  48. Javier Monteagudo dice:

    Valeria excelenta reseña siento no poder leer eta novela todavía.
    Yo empece tarde a conocer a este autor que es una maravilla.
    Conoce la historia naval española del siglo XVIII. Su vocabulario marítimo es riquísimo quizás echo en falta mas terminología náutica aunque se le perdona. Los personajes muy buenos se nota la evolución de la familia Leñanza que son los personajes ficticios y los personajes históricos una delicia y las descripciones de los personajes muy buenas. Por último son libros entretenidos de leer.

  49. luis dice:

    Hola, Javier. Créeme, sería una pena que lo dejaras en el olvido. Es el mejor relato sobre Trafalgar que he leído (Y he leído unos cuantos.). La reseña de Valeria traza perfectamente un esbozo de lo que puedes esperar del libro y no exagera lo más mínimo en sus calificaciones. Yo lo leí hace tiempo y lo tengo en cartera para una segunda vuelta.
    No dejes de leerlo, más aún si te gusta la historia y la naútica, como deduzco.
    Ya nos contarás. Un saludo.
    Luis.

  50. Javier Monteagudo dice:

    Luís ten por seguro que este libro cuando lo saque la editorial noray lo leeré. Como ya he dicho luís es muy bueno sobre todo es fiel a la historia de la armada española en el siglo XVIII.
    Yo el primer libro que leí de Luís fue: «La Corbeta Mosca», me encanto y segui con «El Cañonero Estrago», «La Fragata Proserpina», La Fragata Andorinha», «El Queche Hiena» y «El Navío Asia».
    Después Noray comenzó a reeditar los primeros volúmenes que en su día publicó Aglaya aumentandolos tanto en el texto como en la ilustración y entonces lei: «La Galera Santa Bárbara» y ahora estoy leyendo «La Cañonera 23».
    Espero con ansias la publicación de «El Bergantín Potrillo» a punto de salir a la venta.
    Una lástima que no haya autores británicos de su talla que el rigor histórico todos ellos a lo mejor me equivocó pero según luís el aspecto histórico se lo pasan por el forro ya que yo rumio desde hace tiempo leer una saga marinera británica pero me niego a leer alguna y que sea no más una saga entretida para pasar el rato.
    Quizás sea muy exigente pero es mi opinión.

  51. ARIODANTE dice:

    ¡¡¡Ya lo he acabadoooo!!! ¡¡¡Qué gran libro, qué grande!! Y qué bien te ajustas en la reseña a lo que es el libro. Es el menos novelesco de la saga, pero el más profundamente histórico y llega al alma.

  52. Valeria dice:

    Me alegra que te haya gustado, Ario. Para mí sigue siendo uno de los mejores libros de Luis, aunque la saga avanza y he leído otras novelas que me han encantado. Pero esta es especial.

  53. ARIODANTE dice:

    ¡Y tan especial! Me ha parecido un libro magnífico.

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