Santiago Mazarro ha publicado este año su segunda novela, tras ganar hace unos años el Premio Hislibris a Mejor Escritor Novel por su acertadísima Senderos salvajes. Ya entonces, este madrileño periodista y guionista, planteó en su libro, de manera inteligente y atrevida, una trama ambientada en un lugar y un siglo poco desarrollado por la actual, masificada, extensa y, en general, mediocre novela histórica escrita en nuestro país. Esa bocanada de aire fresco que hizo de su novela una de las propuestas más interesantes del género hace un par de años, se repite en su nueva historia publicada de nuevo por Ediciones Pàmies.

En este caso, el autor nos traslada al periodo entre 1738 y 1740, años englobados en la llamada Guerra del Asiento, popularmente conocida como Guerra de la Oreja de Jenkins, que enfrentó a Gran Bretaña y España, especialmente en el área del Caribe. La trama se sitúa en el territorio español de La Florida, particularmente en el puesto fortificado de San Agustín y el cercano Fuerte Mosé. Este territorio español lindaba al norte con Georgia y Carolina, territorios británicos esclavistas y con importantes plantaciones en desarrollo. La política española de aquellos años, ofrecía a los esclavos huidos a Florida, siempre que se hicieran cristianos, la libertad y la posibilidad de residir en el Fuerte Mosé con plenitud de poderes e incluso con la capacidad de poder organizar y pertenecer a su propia guarnición. Es en este curioso y para mi desconocido contexto histórico, en el que Santiago Mazarro, infatigable investigador de esta época, ha construido una novela en base a personajes y hechos reales, enclavada en aquel periodo en que los británicos realizaron una serie de ataques a las posesiones españolas en Florida y el papel representado por aquellos esclavos libres.

Como he comentado anteriormente, el autor construye su novela en base a hechos y personajes históricos. Entre ellos, son especialmente reseñables el gobernador de San Agustín, D. Manuel de Montiano, el arquitecto y oficial de ingenieros, Antonio Arredondo, Juan León Fandiño, contrabandista y corsario al servicio de España, además de posible instigador de los hechos que originaron la Guerra de la Oreja de Jenkins, el coronel John Mullryne, propietario de la plantación donde suceden algunos de los hechos de la novela, o D. James Oglethorpe, fundador y gobernador de Georgia, entre otros. Paralelamente a estos protagonistas históricos, en base a otros personajes menos conocidos conforme al estudio de los eventos acaecidos, Mazarro perfila a sus protagonistas principales, Teresa, hija del gobernador Montiano, y Samuel, un esclavo huido y establecido en Mosé como soldado de la guarnición. Será a través de ellos y de las aventuras que corren durante esos dos años, como el novelista nos enfrenta a los hechos que se sucedieron en aquel lejano territorio español, con las especial característica de la situación de los esclavos huidos de tierras de Georgia y Carolina, y la compleja guerra localizada pero no menos sangrienta, que tuvo lugar en los alrededores de San Agustín.

Como es natural, Santiago Mazarro incluye en su narración diferentes historias de amistad, amor, fidelidad y traición, que surtirán a la trama principal del aliciente suficiente para mantener y atrapar al lector en la lectura de esta peculiar e interesante novela histórica. La novela resulta altamente interesante por el contexto histórico en el que se presenta, desconocido para la gran mayoría de lectores del género. Además acierta en su capacidad de entroncar a personajes históricos con otros de ficción en un inteligente trabajo de ambientación histórica y de construcción de personajes. Todo ello está realizado con buen pulso y equilibrio dramático, en la construcción de una historia que si a primera vista podría parecer increíble, juega con la seguridad de mostrar al lector una de esas realidades históricas tan desconocidas de nuestra historia nacional. Y ese es precisamente el punto fuerte del trabajo de este escritor. Todo lo demás se basa en una escritura cercana y ágil para el lector. Ese equilibrio entre lo histórico y la ficción novelesca funciona bien, y es la base de su trabajo de principio a fin de la novela. Lo consigue interrelacionando una historia de amor imposible, con la historia de una guerra lejana en las exóticas tierras de Florida. Quizás pueda achacársele cierto problema de ritmo en alguno de los tramos intermedios de la novela pero, con todo, tenemos ante nosotros a un escritor que aporta un soplo de aire fresco en la novela histórica actual, que nos saca de tan manidos temas como la Roma imperial o la Grecia Clásica y Macedónica, los conquistadores del Nuevo Mundo o los dimes y diretes de la corte Imperial Española… Aires nuevos por favor, aires nuevos.

Santiago Mazarro, El fuerte de la Florida. Ediciones Pàmies, 2022, 416 pp.