«La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres». El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes Saavedra.

El primer tercio del siglo XIX en España fue una época de lo más turbulenta. El país salía de una guerra de independencia y acababa de echar al enemigo francés de sus fronteras. Tras ello solo quedaba, como en todas las guerras, hambre, frío y desolación. También cuentas pendientes de  ajustar y sobre todo una España dividida en dos facciones. Por un lado los que veían en la Constitución de Cádiz de 1812 una oportunidad de modernizar al país y acercarlo más al modus vivendi que existía más allá de los Pirineos. En cambio, por otro lado, estaban los que saciados de las veleidades del destino apostaban por un monarca fuerte, absoluto, que atara en corto a los que querían libertad por encima de todo. Y ganaron estos últimos. «¡Vivan las caenas!», vociferaban las masas al paso del rey Fernando VII, que nada más volver a España lo primero que hizo fue pisotear la constitución gaditana. Literalmente. Los primeros en ser represaliados fueron los afrancesados. Los que no eran apaleados en las calles y conseguían escapar no tenían más remedio que huir a otros países. Y en una segunda etapa les siguieron aquellos que no tragaron con la política veleidosa y despótica del nuevo monarca. Escritores, políticos de renombre, artistas y demás huyeron de España mermando a esta de una nómina de sabios que la hubieron hecho grande, o más grande, a esta vieja piel de toro. Al llegar a otros lugares suspiraban por volver de nuevo de su exilio, y soñaban con traer las esperanzas que albergaban en sus corazones. La novela que les traigo reúne estos sueños y nos evoca un tiempo confuso donde la pasión y la acción política se daban la mano. Con todos ustedes: El fuego de la libertad, de César Cortijo (Ediciones Evohé, 2017). 

A medio camino entre la literatura histórica y el género folletinesco, el autor nos acerca a aquellos que tuvieron que huir de las represalias del rey felón, ya fuera debido a su condición de afrancesados en 1814 o a las personas que se significaron durante el Trienio Liberal (1820 – 1823). Los destinos preferidos de estos, los que consiguieron escapar con vida, fueron Portugal, Francia e Inglaterra, y cuando llegaban a estos países se tenían que dedicar a cualquier oficio que pudieran acometer con el único fin de poder llevarse un mendrugo de pan a la boca. Es el caso, por ejemplo, de uno de los protagonistas de la novela, el coronel Manzano, que a pesar de haber sido un excelente soldado en su tiempo, de haber derrotado en más de una ocasión a los ejércitos de Napoleón,  se tenía que dedicar junto con sus hijas a confeccionar bordados para las damas inglesas. César Cortijo nos enseña cómo vivía la comunidad española en Londres y como se organizaba la red de ayuda y solidaridad entre los españoles huidos de una justicia despótica. Pero aunque hubieran sido vencidos y humillados, en los corazones de estos exiliados todavía ardía el fuego de la libertad y no paraban de unirse en grupos y sociedades secretas que pudieran derrocar en un futuro a Fernando VII y así poder volver de nuevo a sus hogares.

Este es el caso de Matilde Manzano, hijastra del anterior coronel ya mencionado, quien decide no ser un madero arrastrado por la tempestad y olvidada por el destino. Resuelve ser la dueña de su destino y no ser más una paria en tierra ajena. Se da cuenta que ha de luchar contra las injusticias y no duda en ser una campeona de la libertad. A través de sus vivencias y de las de otros protagonistas, unos famosos en la Historia y otros menos, podemos ver la actividad incansable de estos ya sea en Inglaterra o, de manera subrepticia, en España, hasta la muerte del desposta en 1833, y la vuelta de unos exiliados que se han impregnado de nuevas ideas ilustradas y que ahora con la amenaza de los carlistas traen de nuevo a España. Liberales de nuevo cuño y reaccionarios de rancio abolengo vuelven a la luchar en una tierra ahíta de muertes.

El fuego de la libertad es una brillante obra literaria en la que César Cortijo nos deleita con la ambientación histórica a la vez que nos hace vibrar con unas pasiones que amenazan con devorar a los protagonistas de la novela. Historia de España, historia con minúscula, amores, confabulaciones, sociedades secretas, y aventuras sin fin es lo que el lector se va a encontrar en esta novela. Así pues les recomiendo que se hagan con ella y descubran un tiempo, el del exilio liberal, en el que como dijo Winston Churchill: «Nunca en el ámbito del conflicto humano tantos debieron tanto a tan pocos».

Esta entrada fue enviada el miércoles, 12 d+02:00 septiembre d+02:00 2018 a las 10:02 y está archivada bajo Novela histórica. Puedes seguir las respuestas a esta entrada a través de la fuente RSS 2.0. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu propia página.