EL CORTO VERANO DE LA ANARQUÍA. VIDA Y MUERTE DE DURRUTI – Hans Magnus Enzensberger

Ropa interior para una muda, dos pistolas, unas gafas de sol y unos prismáticos. Eso es todo lo que dejó al morir uno de los nombres más sonoros del Siglo XX en España. Eso y su leyenda, que excede con mucho su biografía y habla de un héroe proletario, de un bandolero, de un Cristo rojo, de un Espartaco cuya controvertida muerte acrecienta el mito. Alguien profetizó que Durruti era sólo uno más entre un ejército de iguales, y que cuando él muriese, una legión de Durrutis le sustituiría. Lejos de cumplirse, la erupción anarquista en España, sin par en el mundo, fue pulverizada en apenas un año y hoy forma parte, junto al carlismo, de esas fugaces glorias hispanas que son como una mascletá: pasma tanto su ascenso como su abrupta desaparición.

El libro utiliza la historia de Durruti como guía, pero pretende ser una historia del anarquismo en España, a modo de una novela coral, en la que la Historia se asume como una ficción colectiva que se construye con muchas voces, incluso con las que mienten. El autor argumenta que le parece ésta la mejor manera de acercarse a una leyenda, y tal y cual, pero al final descubrimos en letra pequeña que todo empezó con un encargo de la TV alemana para hacer un documental, y en realidad es lo que parece. Una sucesión de entrevistas con alguna contextualización. Aún así el libro es interesante porque el tema lo es- y fácil de leer, pero lógicamente no es muy riguroso y ese estilo “collage” lo convierte más en una novela que en un libro de historia. Aceptando eso, ya digo que me parece recomendable.

La historia en cuestión comienza en 1868, cuando aparece un emisario de Bakunin por Madrid y prende la llama. Desde entonces y hasta 1936 el anarquismo liderará el movimiento obrero en España, único país del mundo donde llegó a tener un poder real, con los focos principales del campo andaluz y la Barcelona industrial y proletaria. Un movimiento difuso, sin líderes obreros ni apoyo exterior, y sin voluntad de compromiso con el sistema. No aceptaban negociaciones, ni convenios colectivos, ni prestaciones sociales ni nada que sonase a componenda: si los socialistas querían integrar a los obreros en el sistema, los anarquistas querían simplemente derribarlo. Una ideología tan inmediata como atractiva en un país de miseria, y que a veces suena a religión y a milenarismo. La explicación que de su calado en España la da Enzensberger -que a todo esto es quien pone el punto reflexivo entre tanta algarabía- y es la siguiente: a diferencia de lo que plantearon Marx y Engels, la revolución no triunfó en países avanzados, sino allí donde el capitalismo era aún superficial, extraño, y donde el obrero ni siquiera había podido alcanzar el fetichismo del consumo. Por si alguien lo dudaba, este libro está escrito en los años 70.

Una vez revisado el origen del movimiento y sus características, la cosa tiene más gracia cuando se habla de los años de la dinamita en Barcelona entre 1908 y 1909, dos mil bombas- y de los miembros del movimiento en España. Además de Durruti, están García Oliver, Ascaso y otros nombres menores que protagonizan el primer tercio de siglo con robos de bancos en Argentina y Chile, secuestros de jueces, intentos de asesinar a Alfonso XIII, asesinatos consumados del presidente Dato y el arzobispo de Zaragoza y bombas, muchas bombas. Después del ensayo de guerra civil que fue la Barcelona pistolera de esos años, y pasando por Primo de Rivera y el exilio, vendrá la República. Para Durruti había que atacar este régimen burgués antes de que se estableciese, pues la cosa seguía siendo evidente: revolución o nada. La CNT será un actor fundamental, y si en las elecciones del 33, el boicot anarquista decidió el triunfo de las derechas, su calculada indiferencia en las del 36 permitió que sus seguidores participaran en el sistema y dieran la victoria al Frente Popular, siempre según los anarquistas claro, pero con casi 2 millones de afiliados puede que tengan razón. Cuando el 19 de julio la rebelión sea sofocada en Barcelona gracias a la CNT, no estaremos ante un acto de defensa de la República, sino ante el primer paso de la ofensiva que deberá acabar en la ansiada revolución.

Pero con el éxito llegan los verdaderos problemas. Donde pudo, la revolución colectivizó las tierras, abolió el dinero y proclamó la igualdad total, pero vio las limitaciones del ideal libertario. Frente a las inasibles promesas de gloria del fascismo, y a los ininteligibles periodos transitorios de los que cautelosamente hablaba el marxismo, el anarquismo se enfrentaba a la realidad a pelo y permitía una crítica inmediata ¿participar en el poder es una traición? ¿Hay que acatar órdenes y disciplinas? ¿Hay que hacer la revolución o la guerra? Son muy crueles las ironías de los emisarios soviéticos, para los que Durruti es tan voluntarioso como infantil. Para Trotsky, quien renuncia al poder lo entrega a quien siempre lo ha tenido, y los anarquistas renunciaron a él como en Cataluña, cuando se lo regalan a Companys- y empezaron a perder. Pasado el empuje inicial, aceptaron colaborar, los que posaban bajo el cartel de “Se Busca” ocuparon carteras ministeriales, y su derrota fue aún mayor. Cada concesión en aras de la victoria contra el fascismo eliminaba un motivo que justificase la lucha, y posponía la revolución.

En la guerra hay victorias y derrotas, entrega e indisciplina, pero a medida que avanza pierden terreno y entra en escena el PCE. Cuando Durruti regresaba del frente se indignaba porque había mejores armas en las Ramblas que en el frente de Aragón, y no era casual: todos sabían que vencido el fascismo llegaría la guerra por el liderazgo del movimiento obrero. Esa lucha supuso una sucesión de derrotas para el anarquismo a costa del PCE, y aunque los ministros anarquistas llegaron a cerrar las fronteras para que no entraran Brigadas Internacionales a apoyar al comunismo, la derrota fue total. Cuando en mayo del 37 comunistas armados toman la sede de la CNT en Barcelona, ponen el punto y final, por mucho que nominalmente la CNT continuase viva.

Claro que Durruti no llegaría a ver todo eso. ¿Por qué fue a Madrid? Parece ser que para contrarrestar la influencia del PCE y los brigadistas, pero muy a su pesar. El caso es que cayó en la ciudad universitaria, y según los testigos oculares no fue una bala enemiga (como se dijo oficialmente) ni una bala comunista (como pensaron los anarquistas) ni una bala anarquista (como se insinuó) sino un puro accidente. Se tropezó y se pegó un tiro, tal cual. ¿Es esto verdad? ¿Quién miente? Lo único seguro es que el movimiento se fue desmoronando, y los sueños de crear un mundo nuevo se desvanecieron.

Somos los que hemos construido las casas y los palacios. Podemos volver a hacerlo. Estamos destinados a heredar la Tierra”. Estas palabras suenan ingenuas, pero en su día arrastraron a miles de personas de toda España. Y quien las decía era un hombre con fe ciega, el incorruptible, el puro entre los puros, capaz de sacrificarlo todo incluido vidas ajenas- por la Idea. Una vida excepcional y un movimiento único, con sus luces y sus sombras, que bien merecen recordarse.

Quizá era un santón, o quizá un gángster, pero si me preguntasen con qué personaje histórico me gustaría tomarme una caña, la verdad es que Durruti estaría en la lista. Qué tipo.

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100 comentarios en “EL CORTO VERANO DE LA ANARQUÍA. VIDA Y MUERTE DE DURRUTI – Hans Magnus Enzensberger

  1. richar dice:

    Muy bueno el post, Javier.

    Yo la verdad es que no sé si querría irme de cañas con este hombre, porque con aquello de la anarquía y demás, seguro que me tocaba a mí pagar.

    En cualquier caso, creo que la anarquía es un movimiento bastante surrealista. Y es que la anarquía sólo puede traer anarquía (entendido como algo -a mi juicio- realmente cercano al caos y la desorganización).

    Ya comentas acertadamente, que «quien renuncia al poder lo entrega a quien siempre lo ha tenido» y así es difícil que tus ideales lleguen a algo, ¿no?

    En fin, insisto en que el post es buenísimo. Gracias.

    Saludos,
    Richar.

  2. javier dice:

    Bueno, la teoría dice que la anarquía es la «máxima expresión de orden», puesto que es un orden voluntariamente aceptado, y no impuesto por coacción de ningún tipo. Pero estoy de acuerdo en que la cosa es demasiado ingenua, implanteable a cierta envergadura. Yo lo veo como un movimiento de emancipación, casi instintivo, en condiciones de desigualdad e injusticia flagrantes, y creo que la España de esos años las tenía. Otra cosa es que todo lo que se haga en nombre de principios nobles sea digamos, presentable. En realidad es como eso de «contra Franco vivíamos mejor»: como movimiento contra el poder era imparable, pero una vez en escena la cosa no chuta.

    En cualquier caso a mi lo que me alucina es el perfil de los anarquistas de principios de siglo, los «apóstoles de la Idea» que iban haciendo proselitismo por pueblos y fábricas llevando una vida de secta: no fumaban, no bebían, no jugaban, vivían con sus mujeres (sin casarse, pero siendo fieles cuando no era la norma). Hay unos carteles flipantes de la CNT en la Gran vía, en plena guerra, pidiendo el cierre de los bares, porque eran la antesala del burdel, y el obrero debía leer, formarse. Ya digo que todo suena muy ingenuo, casi entrañable ­ aunque no te olvides que de fondo están las bombas y los muertos- y muy alejado del neoanarquismo rebeldillo de carpeta y fin de semana «mucha policía-poca diversión» y esos rollos. Esta gente tenía poco que perder, y se jugaban todo a la carta de la revolución. A tumba abierta.

    ¡Gracias por las flores! Saludos

  3. Germánico dice:

    Muy interesante, Javier.

    No sé mucho de la historia del movimiento anarquista, pero me choca lo que dices sobre la importancia que tuvo el español. Al margen del que brotó en el caos de la guerra civil, ¿crees que realmente fue un movimiento sin par? A mí es que me parece que debió de haber otros más numerosos, como los rusos revolucionarios, los alemanes de Weimar o la Italia pre-fascista. Todo ello dicho con las debidas precauciones, ya que, repito, desconozco muchísimo de este asunto.

    Saludos.

  4. javier dice:

    Hola Germánico. Creo que realmente fue «sin par» en cuanto a las dimensiones y poder real de un movimiento anarquista. Claro que hay otros movimientos revolucionarios al menos tan grandes y hasta de mayor relevancia- la Rusia del 17, la Comuna de París o hasta los espartaquistas-pero en lo que toca al Anarquismo – al que en Rusia se ventilaron rápidamente los propios revolucionarios- realmente éste no caló en ningún sitio como aquí – quizá en Italia, de donde vinieron por cierto los escasos voluntarios internacionales anarquistas, pero es incomparable.- ¿ En qué otro país hubo ministros anarquistas, lo cual ya es de por sí bastante surrealista? Ten en cuenta que el anarquismo aquí no brotó al calor de la guerra civil: muy al contrario. Cuatro años después de que Fannelli viniera por aquí como enviado de la AIT, ya hubo 45.000 anarquistas en un «congreso» en Córdoba, y hablo de 1872. El número de afiliados es un tema polémico, porque al no haber cuotas es dificil calcular, pero antes de la guerra estaba por encima del millón largo, siempre por encima de la UGT. Eso podría bastar para dar una idea de su poder, teniendo en cuanta que esos dos sindicatos eran los verdadreos protagonistas en esos años, más que los partidos. Las colectivizaciones y la aplicación de parte del ideario anarquista como sistema económico, con la abolición del dinero y la puesta en marcha de fábricas dirigidas por comités, de una manera diferenciada a la los comités soviéticos, no conozco ningún otro sitio donde se hayan llevado a la práctica de una manera comparable ni en número ni en profundidad. Otra cosa serán los resultados, pero eso ya es otro tema. Realmente, pienso que se puede mantener que se puede mantener que es un caso «sin par». Y si hay algo que lo supere – ya digo que en lo que hace al anarquismo , y no a un movimento revolucionario o proletario en general- yo desde luego no lo conozco. Saludos.

  5. Germánico dice:

    Muchas gracias por tus datos, Javier. Llaman la atención, realmente.

    Saludos.

  6. nando dice:

    Muy buen post, y me dá la impresión de que es mejor que el propio libro.
    Por lo que veo es algo de encargo y con unos cuantos refritillos.

    Si hay un culpable de la desaparición completa del Anarquismo en España ese fue el P.C.E. en su versión más democrático-tolerante años 30.
    La ortodoxia radicalmente estalinista, y no olvidemos que eso era lo que pretendían los comunistas españoles a partir del 38, acabó con el anarquismo y el comunismo libertario, y que contó además con el beneplácito del socialismo revolucionario del ultrademócrata y republicano P.S.O.E.

    La verdadera izquierda idealista, mesiánica y muy poco realista estaba representada por esos sindicatos y partidos ( CNT,FAI, POUM) que el «comunismo real» exterminó de la forma más democrático-bolchevique y ese vacío nunca ha vuelto a ser rellenado por el anarquismo que como tal ocupa hoy un lugar muy marginal dentro del sindicalismo político español o, como muy bien dice Javier, ha sido apropiado por el «anarquista» de botellón, perro-flauta y vomitonas excrementicias en la plaza del 2 de Mayo.

    Realmente no existe un movimiento similar en toda Europa y como muy acertadamente dice Javier, lo que más sorprende es su acelerada caída aún siendo una ideología que contó con millones de seguidores en España.

    Yo creo que se derrumbó por su propia incapacidad ideológica para organizarse como fuerza utilizando el medio básico de toda acción política: el partido político. Porque no es lo mismo la organización de un sindicato social que la de un partido político en donde el principio de la jerarquía y del mando es algo básico y, en teoría, incuestionable.

    La renuncia expresa a cualquier jerarquización del mando y del poder, la de no intervenir en la política oficial y su ideario asimilable a cualquier movimiento milenarista ideal provocaron que fuese destruido por algo tan distinto como un partido político tan duro, ideológicamente, y jerarquizado como el PCE de la Guerra Civil.

    Yo dudo mucho de la organización política de la CNT y sin duda alguna su falta de previsión a la hora de plantearse un futuro enfrentamiento, como así fue, con sus enemigos seculares, los comunistas, para mí dejan muy a las claras el «porque» de su fracaso.

    Aunque alguien podrá decirme, y con mucha razón, que si el anarquismo español se hubiese organizado como el de un partido al uso habría dejado de ser «anarquismo» y se habría convertido en algo distinto.

    Triunfó porque su ideario era perfectamente asimilable por millones de personas que vivían en la más pura indigencia en un país que arrastraba un atraso en todos los órdenes desde hacía siglos, y porque era bastante básico y reconocible para el jornalero andaluz o el obrero barcelonés.
    Aunque también sorprende su amplia aceptación en un medio tan poco «favorable», según la teoria marxista del momento, como el urbano y fabril.

    Creo también que ese desprecio por la política, y sobre todo por la «práctica política» con sus decisiones de conveniencia y planificaciones varias, le convierten en algo más que un puro movimiento social y político.
    Ese igualitarismo comunal, esa negación del orden y del poder, que siempre fue visto como poder de dominación sobre otros hombres, el rechazo radical y abolición de la propiedad, y el concepto tan elevado de la dignidad humana hacen de él, para mí, una ideología primordial y básica.

    Es algo que ha estado presente durante milenios en el Hombre y precisamente entre los más desposeidos y desclasados.
    Para mí es muy fácil trazar una línea casi recta entre el milenarismo comunal de las primeras sectas cristianas, el igualitarismo medieval, pasando por el extremismo radical de las sectas inglesas del XVII ( lo siento pero tenía que decirlo) o el París de los tiempos de la Comuna.

    Y no me extraña que en un país tan beato y místico como España los anarquistas, los de verdad, fuesen una especie de santones y misioneros de una religión nueva. Aunque esto se explica mejor haciendo algo de liteatura.

  7. javier dice:

    Me alegro de que el post haya dado pie a estos comentarios con miga. No me atrevo yo a trazar esas líneas históricas, pero suenan plausibles y sí creo que las motivaciones del anarquismo tal y como se planteaba en la España de esos años son – afortunadamente- inherentes al ser humano, aunque alguien podrá decir que la conciencia de la dignidad humana no es universal sino cultural, y entonces quizá metemos al cristianismo por medio y tenemos un debate interesante, pero que se me hace demasiado grande.

    Además creo que, por un lado, cuando se habla del papel del PCE en la guerra no se recuerda suficientemente la depuración de anarquistas y POUM, y por otro, demasiadas veces de una manera bastante simplista se asocia «antifascista» con «republicano». Ya sé que no ocurre cuando el que habla es mínimamente serio, pero una vez más el mensaje que llega al españolito de a pie ( «Libertarias», qué película) muchas veces no aclara suficientemente que para un número importantísimo del movimiento obrero República significaba Estado, propiedad privada, jerarquías y capitalismo en mayor o menor grado, cosas por las que no estaban dispuestos a dar ni un duro.

    Pero las cosas claras: ese dogmatismo no les hace mejores, sólo inflexibles – de ahí que el PCE hablase de ellos como quintacolumnistas – y el hecho de que fueran «idealistas» no significa que el anarquismo no llegase también a convertirse en «mentira organizada», como denunciaron algunos de sus voluntaristas defensores antes de abandonarlo ( Simone Weil, de lo más interesante de este libro). Por ponerlo en perspectiva.

    Saludos

  8. clavileño dice:

    Felicidades por el post también. Sólo una pequeña pero importantísima matización. Es cierto que el partido comunista era el gran enemigo de los anarquistas dentro de la España republicana, pero no se puede afirmar sin caer en una falsedad, como hace nando, que el culpable de su exterminio fuera el PCE. Quien acabó con el anarquismo español fue la sublevación nacional-católica, y el franquismo triunfante y represor, que durante la guerra y toda la postguerra llevó a cabo una auténtica campaña de exterminio físico, político y moral de todos sus enemigos anarquistas, comunistas, socialistas, nacionalistas vascos y catalanes y republicanos.

  9. richar dice:

    Ya sé que yo sigo erre que erre, pero creo que el anarquismo no habría llegado a buen puerto en ningún caso, y es que me sigue pareciendo una auténtica quimera que no se tiene en pie. Como apunta curistoria, la victoria del franquismo acabó lo erradicó de un plumazo, pero si hubieran triunfado los republicanos, estoy convencido de que poco a poco se habría venido abajo.

    Es más, pienso que el anarquismo tiene mucho más sentido cuando es una aspiración que una realidad.

    Saludos,
    Richar.

  10. clavileño dice:

    Quede claro que por supuesto que asumo que el Partido Comunista consiguió acabar con la revolución anarquista en el transcurso de la guerra y eliminar el protagonismo que los anarquistas habían tenido durante la primera fase de la contienda. Pero la desparición definitiva y completa de este movimiento la llevaron a cabo los generales golpistas y cía.

  11. clavileño dice:

    Por cierto Richar (y sin que esto sirva de justificación de los asesinatos de anarquistas por los comunistas), que la postura revolucionaria y caótica de los anarquistas impedía la realización de auténticos planes de batalla eficaces y coordinados. Parte de la responsabilidad de que la guerra se perdiera se debe a la insistencia de éstos en llevar a cabo una revolución sin tener en cuenta que lo que se les venía encima sólo podía detenerse con ejércitos disciplinados y coordinación militar. Por eso se apoyó Negrín en los comunistas. Y de no ser por la heroica resistencia de la república, si la guerra se hubiera finiquitado en 1937, con los ejércitos franquistas más o menos intactos, es fácil suponer que Franco habría participado en la II Guerra Mundial en apoyo de los nazis y para fagocitar el Marruecos francés. ¿Qué hubiera pasado entonces? Southworth piensa que con este apoyo de la España franquista es fácil imaginarse una victoria fascista en la gran contienda…

  12. compluto dice:

    La liquidación del anarquismo español por parte de los sectores Comunistas fue uno de los muchos errores del bando Republicano. Me parece interesante comparar como supo uno y otro bando manejar a sus sectores más radicales: la República a la CNT y los Nacionales a Falange y Carlistas. Franco, que se le traía al pairo el fascismo ya que en realidad era monarquico acérrimo, supo controlar a falange y aprovechar su carga ideológica y estética (que vació de contenido). De esta manera atrajo rápidamente a sectores de la juventud burguesa tradicionalista y se garantizó el apoyo de Mussolini. En eso fue en lo poco que estuvo hábil durante la guerra.

    En el otro bando no supieron como aprovechar a una CNT que los más optimistas elevan a un millón de afiliados. Y nadie niega que no fuera complicado, porque como bien habeis dicho, República, lo que se dice República no querían. Si se alimentaba el monstruo los Comunistas sabían que se les podía ir de las manos, así que se buscaron un nuevo enemigo, por si había pocos.

    Desde una perspectiva actual el anarquismo es obviamente una caduca quimera como forma de gobierno. Lo que si son interesantes son algunos trazos, pocos eso si, pero a mi juicio válidos como forma de organización sectorial.

  13. clavileño dice:

    Sobre el anarquismo español y la revolución anarquista, lean el libro de Brenan (El laberinto español), es fundamental para este tema. Sobre la importancia, número y persistencia de este movimiento en España no se debe perder de vista la estructura de la propiedad de la tierra, la importancia del latifundio y el modo de vida del jornalero. Un paralelismo importante se puede encontrar en el caso argentino.

  14. richar dice:

    Clavileño, totalmente de acuerdo en el tema militar. Los anarquistas, dada su filosofía, eran incapaces de organizar un ejército serio y al final hubo que optar porque lo dominaran los comunistas (que tampoco es que lo hicieran demasiado bien). Aún así, en el aspecto militar, creo que la guerra fue un contínuo despropósito que mató a mucha más gente de la que debía (si es que esta frase tiene algún sentido). El bando republicano, malamente organizado y deplorablemente equipado, nunca supo aprovechar la más mínima de las ventajas que tuvo en ciertos momentos y fue gravemente perjudicado por las disputas internas de sus generales. En cuanto al ejército de Franco, su estrategia de no vencer la guerra rápidamente sino de hacerlo poco a poco, desviándose primero de Madrid y luego de Barcelona, multiplicó el número de bajas de manera abismal.

    En cuanto al juego del «Y si…» que planteas, no sé yo si la ayuda española hubiera sido suficiente para que el eje se alzara con la victoria en la IIGM. Más bien creo que no. Militarmente España no estaba (creo yo) en condiciones de aguantar un conflicto como el de la IIGM. Por cierto, ¿os imagináis el desembarco de Laredo en lugar de Normandía?

    Compluto, también de acuerdo en que el bando republicano no supo controlar bien a las fuerzas más radicales. También es verdad que debió ser más fácil en el lado franquista, formado por gran número de militares, más acostumbrados a la jerarquía.

    Por cierto, ¿qué trazos consideras válidos de la forma de organización sectorial anarquista?

    Saludos,
    Richar.

  15. compluto dice:

    Desde luego que las ideas del anarquismo referentes a libertad individual, educación, igualdad… son cuando menos atractivas. Como forma de gobierno (o ausencia de él) probablemente es inaplicable ya que el ser humano es como es y tendemos a la jerarquizacíon inconsciente. Aunque en el caso español más que anarquismo habría que hablar de anarcosindicalismo, y en aquí si que me parece aplicable: en asociaciones pequeñas de trabajadores, comunidades… de hecho a veces te encuentras por el mundo con pequeños pueblos, grupos, etc. que sin pretenderlo funcionan al modo anarquista.

    Ya nos metemos en una discusión ideológica que se escapa bastante del tema.

    Respecto a España en la IIGM intuyo que a Franco ni se le pasó por la cabeza la participación española. El ejército español habría sido barrido como el resto de potencias menores manejadas por Hitler. El ejército italiano estaba más fresco y preparado y miren como le barrieron en el norte de áfrica y Rusia. Además a Franco eso del Nazismo le parecía marciano e ideologícamente demasiado moderno para él.

  16. richar dice:

    Sí, desde luego las virtudes que mencionan suenan realmente bien. Oído cocina.

    Por cierto, gracias a todos por este post y los comentarios. Está siendo un debate realmente interesante y enriquecedor (esto suena cursi, pero es así).

    Saludos,
    Richar.

  17. javier dice:

    Creo que está claro que lo que llamamos guerra civil incluye distintos conflictos cruzados para los que el 18 de julio no fue más que el banderazo de salida. Vale que asumamos dos grandes bandos, más fácilmente definibles por un enemigo común que por su afinidad interna, pero cuando decimos que la CNT tiene parte de la responsabilidad en que la guerra se perdiese, me pregunto ¿qué guerra? ¿la de la CNT? ¿la de la República? Ya digo que no creo que fuese la misma, y si su liquidación fue un error del bando republicano, eso no haría más que confirmar el papel que desde ese bando querían que jugasen los anarquistas en todo esto: carne de cañón, manejable y utilizable para la derrota del enemigo. Los anarquistas españoles sabían lo que había pasado a sus colegas rusos a manos de los comunistas, y en esa medida su órdago no es tan disparatado como parece. Cedieron para ganar una guerra que quizá no era la suya, y cuando se quisieron dar cuenta ya estaban fuera de juego.

  18. clavileño dice:

    Bueno, mírelo desde otro punto de vista. Cuando se produce el golpe de estado en julio del 36, el poder de los comunistas es realmente irrisorio, por lo que entender la revolución anarquista, que se inicia inmediatamente después de producida la sublevación militar, como una especie de huída hacia delante en una defensa ante su posible exterminio por parte del comunismo estalinista, es bastante forzado cuando menos. Los anarquistas comienzan su revolución porque se sienten fuertes y por pura convicción ideológica y moral. Gran parte de los desmanes producidos durante los meses de la «represión caliente» y del desorden inicial son achacables a esta actitud. Para ser justos, también hay que reconocer al movimiento anarquista y su actitud valiente desde el principio de la contienda el fracaso del golpe en muchos lugares, especialmente en Barcelona.

    En cuanto al tema de «las guerras», me parece totalmente inadecuado hablar de varias guerras. Existe una sola guerra con sus dos frentes claramente diferenciados y opuestos, entre rebeldes nacionalistas y republicanos. Otra cosa es que dentro del campo republicano salieran a relucir multitud de conflictos y enfrentamientos que de ninguna manera pueden ser tildados de «guerra» so pena de edulcorar este término. Los anarquistas hacen la revolución pero también hacen la guerra pues también tienen como enemigo al fascismo, por lo que esa guerra también era la suya.

    Los futuribles no son más que eso, futuribles, y no tienen ninguna validez científica. Pero pensar que Franco en 1939, y hasta la ruptura del frente de Stalingrado por lo menos, no sólo no mantenía una alianza evidente con los regímenes que le ayudaron a ganar su guerra, sino que además no creía firmemente en su victoria, es de una gran ingenuidad. La propaganda que pretende mostrar a un Franco no muy complaciente con el fascismo y remiso de forma tajante a participar en la Guerra Mundial, es posterior y responde a los años de lavada de cara del régimen respecto a las potencias occidentales y especialmente a EEUU.

  19. clavileño dice:

    huída hacia «adelante», quería escribir

  20. clavileño dice:

    Sin mencionar que la política de «no intervención» auspiciada por Gran Bretaña y seguida por Francia y el resto de naciones democráticas, junto con el incumplimiento de este pacto por alemanes e italianos en su apoyo decidido a Franco, puso a la república en la necesidad de aceptar la ayuda soviética con lo que esto supuso de beneficios para el Partido Comunista.

  21. javier dice:

    Vaya, no creo haber dicho que la ofensiva anarquista es una huida hacia adelante ante el peligro comunista, y no lo suscribiría. Ya antes de la guerra esa ofensiva está anunciada y hasta tiene sus conatos de ser llevada a la acción, al margen del comunismo que, como bien dices, hasta que estalla la guerra y llega la ayuda soviética es una fuerza menor. Lo que digo es que una vez iniciada esa guerra, e iniciada también la revolución, el crecimiento exponencial de la influencia comunista hace que la CNT deba afrontar la lucha por el liderazgo del movimiento obrero y la posibilidad de ser depurados por los comunistas, como efectivamente ocurrió. Esa tesitura les hace decidir entre revolución o guerra, y cuando llega el momento de tomar esa decisión ya sí podemos hablar del PCE como una fuerza relevante que condiciona cualquier postura de la CNT. Eso mantengo.

    En cuanto a lo de guerra vs guerras, me remito a lo que decía: la guerra abre el melón para diferentes conflictos ­ quizá llamarlos «guerras» y decir que hay varias guerras civiles seria abusivo, como dices- y los tiros entre anarquistas y comunistas en Barcelona, con la famosa escena del edificio de la Telefónica, creo que no responden a un grupo de descontrolados sino a un verdadero conflicto, enfrentamiento o como lo quieras llamar, que acabó como acabó, es decir, con muertos. En otro sentido, al que también me refería, creo que la «guerra» tenía diferentes significados para unos y otros, y decir que era la misma guerra porque el enemigo era el mismo olvida algo fundamental, como son los objetivos de la propia lucha. Ese otro sentido, por otra parte aplicable al otro bando y a casi cualquier guerra, es el que creo que permite hablar de «guerras». Me gustaría haberte incluido unas declaraciones que aparecen en el libro en cuestión, no recuerdo si de Federica Montseny o de otro anarquista, que reflejan ese sentimiento, pero no lo tengo a mano. Lo siento, pero si te interesan mañana te las pongo.

    Gracias por tus comentarios y saludos.

  22. clavileño dice:

    Estoy completamente de acuerdo con todo lo que afirmas en este último comentario, creo que resume muy bien y de forma más equilibrada el problema de la guerra y la revolución.

    Una última aportación que creo que es de justicia: todos estos conflictos parten de una realidad inexorable, el golpe de estado llevado a cabo por los militares y el miedo y el odio provocados por la brutal represión fascista y nacional-católica. Esos eran los auténticos enemigos de toda la izquierda y el liberalismo democrático españoles. Y aunque la responsabilidad de cualquier crimen debe apuntarse primeramente a sus autores materiales, no debe olvidarse quiénes fueron los que abrieron la caja de Pandora.

    Saludos

  23. javier dice:

    Bueno, no nos demos tanto la razón que la cosa pierde gracia.

    Yo no diría que anarquistas o comunistas eran amigos del liberalismo democrático, ni que toda la izquierda pudiera considerarse en general ni liberal ni democrática (de la derecha, ni hablo, y me temo que ese era el problema, que esas dos palabras significaban algo para muy pocos) pero comparto tu cierre: es indiscutible que el baile lo abre el otro bando, como lo es que los crímenes son siempre y en primer lugar responsabilidad de quien los comete.

    Supongo que los tiros van por las teorías tipo Moa que dicen que la guerra empezó en Asturias en el 34 y esas cosas. Yo, por lo que alcanzo, comparto lo que dices: lo que llamamos guerra civil lo iniciaron los militares el 18 de julio del 36.

    Saludos

  24. clavileño dice:

    Sí, sí, por ahí iban los tiros, es que últimamente todo el mundo repite esta historieta como si fuera verdad revelada. Pero esto de que la guerra empezó en el 34 es más antiguo, ni siquiera lo inventó Pío Moa. Ya Palomino, otro hagigrafo franquista publicó en 1988 un libro titulado «La guerra civil empezó en Asturias». Y desde luego este argumento lo usaron los primeros ideólogos y juristas del franquismo.

    No he dicho, ni se me ocurriría afirmar nunca, que anarquistas y comunistas fueran amigos del liberalismo democrático. Lo que sí digo es que en 1936 todos estos tenían enfrente al mismo enemigo y luchaban (con multitud de conflictos gravísimos entre sí) juntos frente a él.

  25. richar dice:

    También soy de la opinión de que guerras hubo sólo una. Otra cosa es que dentro del bando republicano hubiera muchos conflictos, algunos de ellos como dice Javier, que incluso llegaron a los tiros (mítico el momento del edificio de Telefónica). Claro que también entre los franquistas había sus diferencias, lo que pasa es que cualquiera levantaba la voz.

    Un saludo,
    Richar.

  26. javier dice:

    Una anecdotilla: hoy llego un poco tarde porque en el Metro hay unos paros, convocados por… la CNT ¡coño, hasta me ha hecho ilusión!.

    Quería compartirlo, buenos días y saludos.

  27. richar dice:

    ¡¡Ah, qué bueno!! juas.

    Saludos,
    Richar.

  28. nando dice:

    Vaya, vaya: se os deja solos y el post se dispara por la treintena de comentarios.

    Por partes:
    Clavileño, la represión a la que fueron sometidos los anarquistas dentro de la zona republicana fue llevada a cabo por los comunistas, desconozco si algún ejército nacional fue responsable de alguna correría fugaz y sorpresiva, que haya pasado desapercibida por los historiadores, y que dio como resultado la total eliminición del anarcosindicalismo como fuerza política dentro del mal llamado bando republicano. Si es así, ilústrame porque no sé de tal operación, durante la guerra, digna del mejor grupo de comandos.
    O puede que tu argumento siga la línea tan común y habitual de culpar de todos los crimenes de la guerra al franquismo, que por cierto mató y mucho. Sinceramente no me sorprende lo que dices e intuia que alguien soltase semejante disparate pseudo-histórico.

    Cito textualmente:

    «Quede claro que por supuesto que asumo que el Partido Comunista consiguió acabar con la revolución anarquista en el transcurso de la guerra y eliminar el protagonismo que los anarquistas habían tenido durante la primera fase de la contienda. Pero la desparición definitiva y completa de este movimiento la llevaron a cabo los generales golpistas y cía. »

    Aquí hay un doble matiz muy curioso:

    1-los comunistas «acaban con la revolución anarquista» pero «la desaparición definitiva y completa de este movimiento» la llevan a cabo los nacionales.

    Y yo te pregunto: ¿ Como acabaron los comunistas con la revolución anarquista? ¿De forma consensuada, pacífica y democrática? ¿ Aceptando los anarquistas su imperdonable error de promover una revolución al margen de las necesidades reales de la guerra? ¿ Aceptando y consintiendo racionalmente el liderazgo político y moral de sus amigos y hermanos los comunistas?.
    A mí ni se me pasa por la cabeza que los comunistas españoles llegasen a importar ese modelo de cohabitación y convivencia política y cultural entre distintos grupos políticos que tan buenos y democráticos resultados le dió a Stalin y a sus colegas en la URSS. Tal vez a los anarquistas les acabaron colgando medallas los mismísimos comunistas… pero el que crea que la eliminación física e individual, como recurso de convencimiento voluntario, fue algo utilizado por el comunismo …. simplemente desconoce la historia de esta filántropica ideología.

    2- Tú dices: «Pero la desparición definitiva y completa de este movimiento la llevaron a cabo los generales golpistas y cía.»

    ¿ tenemos que entender que los nacionales fueron los responsables directos, incluso en zona republicana, de por ejemplo la reorganización del ejército rojo que tuvo resultados muy beneficiosos ( tanto físicos como políticos) para las milicias de por ejemplo el P.O.U.M. o las de la C.N.T.?

    Reorganización que no solo pretendía una estructura militar más racional de un ejército sino que también ( ¡¡¡…ay estos comunistas!!!) fue la excusa más fácil para purgar a todos aquellos que no bailaban a ritmo del pasodoble de Negrín y Stalin. Adivina a quienes «convencieron» de forma tan pacífica.
    O tal vez fue el propio Franco, o mejor todavía: el espíritu de Jose Antonio, el que decretó tal cambio en el ejército «republicano » y nosotros como que todavía no nos hemos enterado. O tal vez los comunistas que tirotearon a los anarquistas en la Telefónica de Barcelona fuesen el general Mola, Serrano Súñer y Santiago Bernabeú disfrazados de bolcheviques. Convendría «preguntar» a Orwell o directamente a Andreú Nin.

  29. richar dice:

    Joer nando, cómo vienes de atropellado.

    Creo que estás sacando un poco del tiesto el comentario de clavileño. A mi parecer, lo que él dice tiene sentido: internamente, en el bando «como-tú-dices-mal-llamado-republicano», fueron los comunistas los que fueron aplastando el movimiento anarquista, pero una vez finalizada la guerra, aún quedaban anarquistas -igual que comunistas-, que fueron perseguidos y aplastados por el ejército vencedor.

    Total, que digo yo que no es un sin sentido lo que dice clavileño, ¿no?

    Saludos,
    Richar.

    PD: nando, veo que durante su ya larga ausencia has asumido un gen del nunca bien ponderado coñá y puro.

  30. javier dice:

    Clavileño pixie-dixit:

    «Es cierto que el partido comunista era el gran enemigo de los anarquistas dentro de la España republicana, pero no se puede afirmar sin caer en una falsedad, como hace nando, que el culpable de su exterminio fuera el PCE. Quien acabó con el anarquismo español fue la sublevación nacional-católica, y el franquismo triunfante y represor (…)»

    Creo que Nando ha interpretado las palabras de Clavileño en el sentido que este queria darles. Yo al menos también lo entiendo así. No se refiere únicamente a la posguerra, y en cualquier caso lo relevante es lo que ocurrió al anarquismo hasta el 37, cuando todavía era un protagoista político. Lo que ocurra después es «lanzada a moro muerto» que se decía, jodido para los afectados, pero intrascendente políticamente hablando.

    En cualquier caso, Clavileño, por alusiones la tribuna es tuya.

    Saludos

  31. nando dice:

    … a Coñá y Puro hay que reinventarlo… como sea.

    Me dá la impresión de que empezamos a hacer distinciones entre crímenes y «crímenes». Los de los comunistas se justifican porque estaban tratando de ganar una guerra ( ¿ No es así Clavileño?) y responden a su sacrosanta y asumida defensa de la Republica democrática ( Carrillo: ¿donde estabas cuando fusilaron a unos indecentes católicos en Paracuellos? ¿ Sacando lustre al grandioso «La Democracia en América» de Alexis de Tocqueville, releyendo a Montesquieu o tomándote las medidas cranéales para el virrete lamentable del honoris Causa de la Complutense?.
    Aqui los «republicanos» son los buenos, aún cuando matan a los verdaderos izquierdistas, pero los otros, por no ser tan demócratas como Stalin, Carrillo, Lister y Largo Caballero, pues son los malos malísimos.

    El que se crea la monserga de que los «republicanos» eran todos, toditos demócratas como el abuelo de Zapatero están muy equivocados. La defensa de la democracia no existió NUNCA JAMÁS en el seno de partidos como el comunista, socialista o los anarquistas y esto se ha constituido en la mayor falacia histórica de los últimos 30 años. De ahí la torticera y naúseabunda justificación moral de unos frente a otros y de la que tanto provecho hace la izquierda hiper-progre actual…. y que ojalá algún día arda en el infierno.

    Y por mi continuamos con esta discusión.

  32. clavileño dice:

    En fin, respondo rápidamente a alguna cuestión más urgente de aclarar.

    1. Al final salió la requete-sabida artillería anti-progre con todos los tópicos manidos como el tema del abuelo de Zapatero, etc. En fin, yo discutía de historia y salió el moísmo, consistente en realizar todo tipo de malabarismos intelectuales para establecer paralelismos con las izquierdas de la actualidad; la historia como arma política de corto aliento. Veremos lo que tarda en salir ETA en esta discusión… Entenderá que no entre en este terreno pues no me interesa demasiado, la verdad.

    2. Practica usted la falacia dialéctica de la discusión con el «hombre de paja», consistente en crearse un adversario imaginado de pensamiento y posturas muy simples y absurdas, al que es fácil de contraargumentar. Nunca he entrecomillado los crímenes realizados dentro del bando republicano. Eso lo hace usted para endilgarme a mí una supuesta doble moral que no practico. Y su debate con ese ente imaginario o artificial que afirma que los nacionales asesinaban a los anarquistas con infiltraciones en el bando republicano, permita que no lo comente para evitar utilizar mi sorna más sarcástica. En la zona que los rebeldes iban conquistando se realizaba la inmediata «limpieza» (permítame que entrecomille esta expresión) de elementos enemigos, incluidos los anarquistas obviamente. Estos «nacionales» fueron los que exterminaron (en el amplio sentido de la palabra) definitivamente el movimiento anarquista. Creo que parecía claro a menos que una mala interpretación causada por ignorancia, el deseo de seguir alimentando a su hombre de paja, o mi propia incapacidad para expresarme adecuadamente, hayan causado este malentendido que le lleva a soltar toda su artillería dialéctica contra una idea literalmente absurda. En fin, le aconsejo que relea mis posts con esta nueva óptica y entenderá a lo que me refiero.

    3. Puede que su muñeco de paja afirme eso de que comunistas y anarquistas defendieron la democracia, yo no. Pero sí es verdad que lo hicieron muchos socialistas genuinamente demócratas. En el bando contrario desgraciadamente nadie luchaba por la democracia. Lamento que le moleste la verdad, pero fue así de evidente y cierta.

  33. nando dice:

    1- Su primer comentario, y perdone por haberle tuteado anteriormente, no responde a ninguna de mis preguntas que evidentemente eran bastante más que retóricas. Ante la incapacidad de aceptar una verdad histórica reconocida (lea solo un poco la historia del malogrado POUM y sobre todo sobre los verdaderos responsables de su desaparición) usted aplica una teoría del punto gordo que en definitiva exonera a unos e incomprensiblemente condena a los otros mezclando churras con merinas.

    Yo en ningún momento pongo en duda la represión que se llevó a cabo dentro del bando nacional y que evidentemente tenía como objetivo acabar con cualquier tipo de disidencia política, es más, siempre he sostenido que el franquismo se sostuvo sobre una permanente recreación de la «Victoria» practicada a partir del asesinato y su posterior legitimación antimarxista. Pero el franquismo, por pura coherencia ideológica, no podía ni sabía hacer diferencias políticas entre anarquistas, comunistas o socialistas, acabó metiendo a todos en el mismo saco para matarlos.

    Lo que me resulta completamente incomprensible es que no se acepte la eliminación política ( y física) de una «formación» política dentro de su propio ámbito geográfico, esto es la España republicana, que es donde de forma natural podía y de hecho tenía toda su fuerza y capacidad de acción a manos de unos más que dudosos compañeros de viaje. Y es ese para mí el gran crimen del comunismo: eliminar materialmente al que era el mejor soporte de las izquierdas.
    Y precisamente cuando y donde ésta disponía de una fuerza contrastada.
    Ante esto yo le vuelvo a preguntar, y ya sin ningún tipo de ironía: ¿ Quien acaba con el anarquismo en la España republicana del 37 y el 38?. ¿ Qué partido ocupa el «centro de gravedad» de las izquierdas desde entonces?.

    El anarquismo y el comunismo libertario quedan políticamente finiquitados no en el frente de Aragón ni en el Alto de los Leones sino en la Barcelona de las Ramblas y gracias a la intervención de una Unión Soviética no muy favorable a experimentos trostkistas. Y ese recuerdo perduró durante muchos años.

    2- Reconozco haber utilizado comparaciones fáciles ( abuelo de Zapatero, alusiones a Carrillo…) pero hombre quedarse solamente en eso sin cuestionarse mínimamente el papel y la evolución de, por ejemplo el partido socialista, o insisto, la suerte que corrió el POUM ( porque es el ejemplo más claro) me obliga a pensar que el conocimiento de la Historia , en su caso, es bastante selectivo.

    A mí me resultó bastante revelador comprobar como, casi 40 años después, los anarquistas tenían muy claro quien era, para ellos, el verdadero enemigo.
    Un vistazo a cualquier panfleto libertario publicado en la España de la Transición deja muy a las claras que el enemigo del momento era lo que, curiosamente, y 40 años después, se definió como la «burocracia sindical»: UGTy CCOO. Y créame, llevaban muy clavado en su corazón la traición ocurrida en la España de los años 30.
    Del franquismo,apenas se mencionaba nada y desde luego los propios anarquistas no le responsabilizaron de su desaparición… creo que por algo será.

    Y esto es así por la sencilla razón de que el crimen de los comunistas fue interpretado como algo más que la eliminación física de muchos de sus miembros sino también como la eliminación política de toda una ideología, de unos partidos, de unos sindicatos… de toda una revolución y para mayor desgracia en tiempos de guerra y luchando contra un enemigo común… en definitiva de una traición.

    3- Mis paralelismos con las izquierdas de la actualidad ( sinceramente no creo haber hecho tantos) no responden a un intento de utilizar la Historia como arma. O si no lea mi reseña sobre «La Dictadura de Franco» en este mismo Blog: ¿ Aceptaría usted mi furibunda crítica del franquismo como arma política o simplemente se puede aceptar como algo más que conveniente y apropiado porque allí el pim-pam-pum de mis comentarios fue el Caudillo y su Régimen?
    Creo que la crítica es muy fácil y políticamente correcta contra uno de los bandos y del otro parece que solo se pueden cantar loas y alabanzas.
    Yo reparto y reparto a todos, sean de derechas o de izquierdas por puro convencimiento político y moral.

  34. nando dice:

    4- No me molesta en absoluto la verdad. Y efectivamente cualquier idea de democracia era algo completamente ajeno a la derecha española.
    Demócratas socialistas me salen más bien pocos, se me ocurre Besteiro y no acabó muy bien parado dentro de su propio partido.

    Lo que me parece un error, y no lo digo por usted pues no pretendo resucitar al «hombre de paja», es plantear la Guerra como una lucha por la democracia tal y como contínuamente se está haciendo desde una historiografía completamente partidista. Mire, el uso de la historia con fines políticos se estás haciendo desde ambos lados y le digo que los dos me parecen cargantes y aburridos. Inevitablemente caen en el sempiterno recuento de muertos y aquí como en el futbol gana el que mas mata.

    Efectivamente no entrecomilló los crímenes del bando republicano; lo hice yo pensando erróneamente que usted pensaba así, y desde luego no pretendo ni es mi intención acusarle de doble moral desde aquí, si en algun momento le molestó, le pido disculpas.

  35. clavileño dice:

    En primer lugar decirle que no me puede molestar que me tutee, así que no me parece necesario que se disculpe por semejante bagatela.

    1. Insisto en que no es necesario que me invite a leer o reflexionar sobre la historia del POUM o sobre las «depuraciones» de anarquistas por parte de los comunistas. Los he condenado desde un principio, me niego a hacerlo más, aunque usted no quiera aceptarlo porque le interese seguir disparando a un blanco fácil.

    Es más, en un excelente estudio de Julio Aróstegui en el n° 50 de la revista «Ayer» de historia contemporánea, se plantea cómo Andreu Nin analizó perfectamente en 1937 el problema de los conflictos que se daban en el seno del bando republicano. Critica a anarquistas por negarse a acceder al poder y plantea la necesidad de establecer inmediatamente una dictadura del proletariado. Nin tiene claro que el problema se encuentra en la realización de un poder revolucionario.

    2. Esto enlaza con la siguiente cuestión. Confunde usted dos términos cuando me plantea su importante pregunta, ya que no es lo mismo la eliminación pura y dura del anarquismo (que la lleva a cabo definitivamente Franco) con la eliminación de la hegemonía anarquista. Son dos cosas diferentes, el Partido comunista no acabó con el movimiento anarquista aunque lo intentara, lo hicieron los golpistas. Por supuesto que sustituyó al anarquismo como fuerza hegemónica. Esto es tan elemental que me empieza a dar rubor repetirlo tanto. Por cierto, que me cuento entre los que piensan que una serie de colectivizaciones desordenadas y bastante caóticas, aceptando el poder republicano (el caso de Cataluña es paradigmático) no puede definirse, so pena de gravísima exageración, como revolución. En ningún momento los anarco-sindicalistas llegaron a hacerse con el poder político, eso hace que su «revolución» deba llevar comillas ya que nunca se hizo efectiva. Y no entienda esto como una crítica al anarquismo. Tampoco me muevo entre los admiradores de las revoluciones socialistas (sean colectivistas, leninista a lo POUM o estalinistas a lo PCE).

    3. Por supuesto que acepto su condena de la dictadura de Franco, me gustaría que usted aceptara también mi condena de todos los crímenes del comunismo, del anarquismo y del socialismo. Pero no espere de mí posturas de falsas e hipócritas equidistancias neutrales. Entre un golpe de estado llevado a cabo por militares, las clases privilegiadas y la iglesia católica para impedir cualquier tipo de reforma social y reestablecer a sangre y fuego los privilegios anteriores al 31, y un gobierno reformista que trataba, malamente si usted quiere, de representar los afanes de renovación social y el intento de modernización de una sociedad española con las características de los años 30 como era el del Frente Popular, no me encontrará nunca entre los primeros. Entre el fascismo o el nacional-catolicismo y la democracia, lo tengo muy claro. Por puro convencimiento político y moral.

  36. nando dice:

    5- Lo que dice de la Revolución de Asturias es cierto. La interpretación de Móa no es nueva y es un recurso muy fácil para legitimar el posterior alzamiento.

    Para mí la guerra empieza el 18 de julio del 36 pero tengo muy presente que ahí, en el 34, los que se rebelan contra el «régimen legítimamente constituido» son parte de las izquierdas y el nacionalismo catalán.
    Lo que no me vale es la afirmación frecuente de que ese levantamiento estaba legitimado porque gobernaban los radical-cedistas y su programa pólítico era contrario a lo planteado por los republicanos de izquierda del gobierno anterior. Y lo que es descabellado y completamente falso es considerar a la CEDA como un partido fascista. Independientemente de la implicación de la derecha con la República democrática, implicacion infinitamente nula, no hay justificación para la revuelta desde una óptica estríctamente democrática. Carrillo, hace bien poco, la justificó enarbolando el fantasma del «fascismo».
    Y yo preguto: ¿ Fascismo en España? ¿ Donde? ¿ Acaso La Falange era un peligro para la República? .

    Lo que está claro es que el precedente revolucionario quedó muy marcado en la España de derechas y no en vano su recuerdo fue muy utilizado por Franco y sus generales, que participaron el el posterior sofocamiento de la rebelión de los mineros asturianos. ¿ Pero es conveniente hablar de represión?. ¿ O actuaban los militares en defensa del orden republicano?…. ahí es donde se coge a muchos que utilizan esa doblez histórica ( y no lo digo por usted pues desconzco lo que piensa sobre ese tema.)

  37. clavileño dice:

    Por cierto, y ya que habla de forma algo gruesa y exagerada de «traición», me parece que tiene usted que reconocer, so pena de demostrar una ignorancia absoluta, o cuando menos un conocimiento bastante superficial de estos temas, que la postura más leal para con todos los gobiernos republicanos fue precisamente la del Partido Comunista, que no trató de hacer la guerra por su cuenta y se mostró como la fuerza política más eficaz en las acciones de guerra. El POUM, a pesar de su terrible y criminal descabezamiento no puede decir lo mismo. Desde el principio alentó la creación de una dictadura del proletariado de corte soviético. Los comunistas nunca se plantearon ningún tipo de revolución.

  38. clavileño dice:

    No, la CEDA no era fascista, tampoco creía en la democracia pues propugnaba el estado corporativo. Nunca apoyó a la república ya que practicaba el «posibilismo» aconsejado desde el Vaticano. Lea lo que hizo Dolfuss con socialistas y comunistas en Austria para comprender por qué las izquierdas temían a Gil Robles. Y la labor de pistolerismo callejero de la falange fue esencial en la creación de un estado de inestabilidad importante después de las elecciones de febrero del 36 especialmente. No es de extrañar que contaran para ello con la ayuda de mafiosos monárquicos como Ansaldo…

  39. clavileño dice:

    Y sí, hubo un ataque de las izquierdas al gobierno legalmente constituido en octubre del 34, pero también hubo represión (con los mismos protagonistas del 36, Franco, Goded y Yagüe) con asesinatos y torturas incluidas. Hasta encarcelaron a Azaña que desde el principio se sabía que no tuvo nada que ver con estos hechos. Esto es innegable.

  40. richar dice:

    Sólo un pequeño inciso «técnico». No sé muy bien porqué, pero a veces el sistema del blog deja algunos comentarios «pendientes de moderación» antes de publicarlos y no sé en base a qué. Lo digo porque ha ocurrido con algunos de los últimos mensajes de nando y clavileño y es posible que la conversación haya quedado un poco descolocada. Pido disculpas si por «problemas técnicos» se ha perdido un poco el hilo.

    De nuevo me reitero en mi asombro por la calidad del debate y os agradezco a todos lo enriquecedor que es para los que no conocemos a fondo estos temas. Y por encima de todo, agradeceros el respeto con que os dirigís los unos a los otros (algo difícil de ver en una internet anónima). Aunque igual con el trato de Usted os habéis pasado, ¿no? :-)

    Saludos,
    Richar.

  41. javier dice:

    Comparto lo que dice Richar, se agradece que os hayáis quitado los guantes de boxeo para sacar el florete. Han quedado algunos argumentos sin rebatir y espero que los continuéis.

    Nando, creo que es tu turno.

    Saludos.

  42. nando dice:

    A/ Ya que estamos aceptando condenas recíprocas, le reconozco vehementemente todas las suyas sean anarquistas, fascistas, comunistas, socialistas y hasta democráticas ( porque en nombre de la democracia se ha matado, se mata y se seguirá matando mucho).

    B/ Lo del POUM no es para mí un blanco fácil sino paradigmático. Por el momento nos olvidaremos de él.

    1- Saca usted un tema realmente importante y que, perdóneme, sabía que usted iba a tocar y precisamente en esos términos: el caso de la revolución en España, o precisamente de la supuesta «revolución».

    Desde hace otros tantos años la historiografía de izquierdas ( y aquí reconozco las ímprescindibles aportaciones de algunos historiadores, las de otros no las dio ningún crédito) viene cuestionando y revisando la idea de que en España no se dio dentro del bando de las izquierdas una revolución tal y como frecuéntemente se dió a conocer.
    Aqui, lógicamente, entramos en una cantidad de matices innumerables ( Javier: no sé si empezar a maldecirte por el post que has colgado… pueden salir miles de temas).

    Entiendo que usted sostiene que no hubo tal revolución por ser algo completamente marginal y circunscrito a los sectores mas radicales del anarquismo, y que además, tuvieron poco tiempo para llevarla a cabo.

    Mi postura es muy sencilla:

    1- Efectivamente no puede hablarse de revolución por el hecho básico de que la victoria de los nacionales cortó cualquier potencialidad de ese tipo. Ya sé que esto es de perogrullo pero conviene empezar por lo evidente.
    2- Sí utilizamos un modelo de desarrrollo revolucionario ( por ejemplo el soviético) evidentemente fracasó. La magnitud de tal revolución no es comparable a ese breve escarceo comunal y libertario. Y los resultados ahí están.
    La revolución no se hizo extensible al resto de la sociedad ni de los partidos políticos por razones que ya hemos discutido de pasada más arriba.
    3- Efectivamente no hay instaurado un poder revolucionario en el seno de ninguno de los gobiernos republicanos durante la guerra. Desde ahí, tal vez se podía haber caminado hacia ese objetivo. El deseo revolucionario era «propiedad», y permítame la ironía política, de los anarquistas y comunistas libertarios. Que por propia incapacidad política y por puro dogmatismo político no supieron o no quisieron llevar a cabo desde el momento en que negaban algo tan básico como la propia existencia del estado.
    Para mi las ideas son importantísmas a la hora de analizar cualquier comportamiento político y más cuando entramos en un campo tan brutalmente ideologizado como el que nos ocupa. Reconozco que es una actitud que me pierde muchas veces y a veces me puede conducir a más de un error. En ese sentido soy muy idealista.

    Pero para mí el punto de partida es prácticamente un axioma: La incapacidad total de que el anarquismo pudiese convertirse en el sujeto de un proceso revolucionario por su identificación esencial con la negación permanente del estado ( como sujeto político) y su defección sobre cualquier forma de poder y el ejercicio de este. Y ahí la Historia nos dá la razón permanentemente: jamás un proceso revolucionario no culminó con la creación de un estado revolucionario… ya sea el estadounidense, soviético y hasta el nacinalsocialista de Hitler ( que para mí en mucho aspectos es completamente revolucionario).

    4- Si hubo un partido abiertamente revolucionario, al menos durante la República, y con capacidad para promoverla fue el socialista con Largo Caballero al frente ( Prieto era una bisagra mal engrasada y Besteiro- el único por el que siento respeto- acabó en el ostracismo.)
    Y el socialismo se olvida de la revolución durante la Guerra.

    5- El partido comunista es la antítesis de la Revolución Proletaria y su forma de actuar corresponde a la propia de un partido sumido en la infame cueva del totalitarismo. No es «comunista», con toda la carga ideológica del término, sino Estalinista.

    6- Y por último le doy la razón (aunque como bien dijo Javier tampoco conviene que nos la demos mucho porque la cosa pierde gracia, aunque en nuestro caso, afortunadamente, no va ser algo muy habitual) hablar de Revolución frente a esas colectivizaciones tan paupérrimas en el Bajo Aragón es una completa exageración.

    …. pero,… pero … pero…..

  43. nando dice:

    ( se me olvidaba decirle que no esperé de usted posturas equidistantes, me dí cuenta nada más leer su primer comentario donde me acusaba de falsear la Historia, pero me temo que soy yo el que tiene que resucitar a su temido hombre de paja porque mi equidistancia, que no es tal, no es falsa ni hipócrita. Le envidio por su capacidad por poder tomar partido por uno de los bandos aunque creo, con todos mis respetos y no se ofenda, que lo hace sobre ideas muy tópicas y maniqueas… para mí la decisión ( y no me la planteo como algo tan importante) es más dificil.)

  44. javier dice:

    Sigo todo esto con mucho interés. Me parece un acierto la figura del «hombre de paja» que introduce Clavileño, y me parece especialmente útil en los debates que tratan no ya la guerra civil, sino cualquier discusión política en este país de lamentable política-fútbol en el que un par de pistas parecen bastar para adivinar el pack completo que componen las preferencias políticas, los prejuicios, la cadena de radio, el periódico y hasta los gustos cinematográficos de cada uno. Lo peor de todo es que muchas veces ese ejercicio de pereza mental al que nos hemos habituado es bastante para dar en el clavo. Tan triste como cierto.

    Digo eso porque Nando ha comenzado arremetiendo contra ese espantajo que hace de la II República un paraíso democrático respaldado por unas izquierdas, en bloque, igualmente democráticas, sin mayores distingos entre socialistas, anarquistas o comunistas, que el fascismo vino a destruir. Personalmente comparto su crítica, y también la denuncia de que ese mito se ha tomado como cierto con demasiada frecuencia en los últimos años. Ese mito también viene a decir que los crímenes cometidos por la izquierda serían cuando menos disculpables en la medida en que eran cometidos, bien en legítima defensa, bien en aras de un objetivo loable, y siempre en defensa de un República democrática que la izquierda, en bloque como decía, defendía frente al agresor. Contra ese espantajo se ha levantado Nando, con argumentos que comparto, pero me temo que en este caso la persona que está al otro lado tiene más relieve de lo que ha empezado suponiendo, afortunadamente para todos, así que espero que la discusión se centre en lo que este dice y no en lo que se supone que debería decir.

    Aunque me parece un poco exagerado, también comparto eso de que «la crítica es muy fácil y políticamente correcta contra uno de los bandos y del otro parece que solo se pueden cantar loas y alabanzas», pero creo que de todas las discusiones posibles esta es la menos interesante, por no hablar de la utiliza el pasado como arma arrojadiza y oportunista en la política de hoy.

    Dicho esto, a lo que iba: creo que de lo que decía uno y otro se desprende la poca relevancia que la democracia tenía como idea por la que morir en un tiempo en el que había que tomar partido. Pero Clavileño, por mucho hayas dejado suficientemente claro que no compartes que anarquistas y comunistas apoyaran la democracia, y por tanto, entiendo, que la guerra para una parte importantísima de la izquierda pueda calificarse en primer lugar de una lucha por la democracia, al final de todos tus argumentos, claramente expuestos y razonados, volvemos al punto de partida, pues dices: «Entre el fascismo o el nacional-catolicismo y la democracia, lo tengo muy claro» Y yo también, y me atrevería a decir que casi cualquiera que se pase por aquí, pero es que todo lo anterior prueba a mi entender que la disyuntiva no era ni mucho menos esa. Al margen de la pregunta de quiénes son fascistas, si decíamos que la CEDA no puede calificarse de tal, y que los cuatro amigos de la Falange no eran una alternativa creíble, creo que debemos comparar peras con peras, y las alternativas incluyen anarquismo, comunismo, revolución, etc., no solamente Fascismo vs. Democracia. Puedo decir que también prefiero la democracia al fascismo, al anarquismo y al país de los soviets, y quedarme tan ancho, pero ni creo que esa postura hubiera tenido muchos apoyos en esos años, ni creo tampoco que plantear las opciones en esos términos ayude a entender la época. Y lamentablemente suele ser en los términos en los que se plantea.

    Saludos.

  45. javier dice:

    Sólo un par de cosas más: la represión a raíz de lo del 34, aunque fuese protagonizada por los mismos militares que un par de años después se sublevasen, es incuestionable que se hizo en nombre de la República. Desconozco, y lo digo sin ironía, si aquello de «tiren a la barriga» es leyenda o lo llegó a decir Azaña, pero lo que es evidente es que aquí, como cuando los anarquistas se levantaron anteriormente en el Llobregat, por no hablar de Casas Viejas, la República era la que actuaba, en defensa propia, pero sin miramientos. Poner esa represión en el haber de los «militares», como si actuasen por su cuenta, olvidando que lo hacían en tanto que instrumentos de la legalidad republicana, es falso e injusto.

    En cuanto a la «traición» comunista, a mi entender ésta no se refiere tanto al Estado Republicano, que como bien dice Clavileño el PCE no atacó directamente – tampoco le interesaba hacerlo a Stalin, por otra parte- sino al movimiento obrero, a sus «compañeros de clase» por utilizar un lenguaje que hoy puede parecer anacrónico. Creo que la traición que recuerdan los anarquistas hace mención a la revolución que fue abortada por quienes podrían ser sus compañeros de fábrica y trinchera y acabaron siendo sus verdugos. Al margen de lo que ocurriera con la República, que a si interesaba a pocos, a ellos menos.

    Saludos y, por favor, continuad.

  46. clavileño dice:

    Bueno, la cosa se va complicando y los temas abiertos son muchísimos. Trataré de centrarme pues en los que me parecen más interesantes.

    1. Sobre la cuestión de la revolución anarquista, creo que puedo suscribir todo lo afirmado por nando a excepción de la simplificación en la que a mi juicio incurre cuando plantea el revolucionarismo del partido socialista durante la república anterior a la guerra. Vaya por delante que tampoco me ha extrañado su respeto mostrado únicamente por la figura del señor Besteiro. Suele ser el nombre que se cita desde la derecha como el único socialista digno de recuerdo elogioso. La razón no puede ser más clara pues el señor Besteiro se mostró siempre partidario de pactar una rendición con Franco, lo que le llevó a mantener enfrentamientos muy duros con la mayoría de sus compañeros de partidos, decididos a resistir hasta el final. Gran parte de la demonización de Negrín y de la falsa imagen de éste como marioneta del comunismo se debe a las diatribas que Besteiro le lanzaba. Su apoyo al golpe del coronel Casado se mostró un terrible error especialmente en las propias carnes del pobre Besteiro con el que los franquistas no tuvieron piedad alguna; murió encarcelado de una infección sanguínea provocada por la falta de alimentos y atención médica. Este tipo de socialistas más dóciles suelen ser de mayor agrado para la derecha, es lógico.

    El tema de las facciones socialistas durante la república y la disputada hegemonía entre Prieto y Largo Caballero me temo que es mucho más complejo de lo que afirma, y lo dejo para un post posterior.

    2. Me interesa el tema de la represión de la revolución de Asturias pues es de vital importancia para comprender muchas cuestiones de la propia guerra. Desde luego que se debe hablar de represión, y no toda debe ser achacable a las autoridades republicanas del bienio de derechas. Es un ejercicio muy revelador comparar la manera en que el general Batet contuvo y abortó la rebelión nacionalista en Barcelona, evitando un auténtico baño de sangre a pesar de la insistencia del ministro de la guerra en que aplastara la rebelión de forma contundente, y la durísima represión física planteada por las tropas traídas desde África por el general Franco para sofocar a revolución de la UHP en Asturias. El asesinato del general Batet durante la guerra por parte de los militares golpistas ha sido visto como una verdadera venganza del propio Franco por su actitud mantenida en estos días, por el historiador y fraile Hilari Raguer en una monografía realmente interesante (http://www.casadellibro.com/fichas/fichabiblio/0,1094,2900000517651,00.html?codigo=2900000517651&titulo=EL+GENERAL+BATET%3A+FRANCO+CONTRA+BATET%3A+CRONICA+DE+UNA+VENGANZA). Los desmanes realizados por los regulares y la legión, especialmente en las unidades al mando de Yagüe (el que será principal responsable de la matanza de Badajoz) fueron terroríficos. Todavía hoy se mantienen en la memoria de los asturianos figuras siniestras como el tristemente célebre comandante de la Guardia Civil Doval, que no dudó en utilizar técnicas sofisticadas de tortura a los prisioneros. Lerroux no era partidario de estas acciones, pero sus apoyos parlamentarios de la derecha presionaban para que la represión fuera de la mayor dureza. Su intento de quitar de en medio al comandante Doval bajo el pretexto de insubordinación hizo que las derechas pusieran el grito en el cielo con las consabidas consignas de que el gobierno se estaba rindiendo al comunismo internacional. Hubo entre 30 o 40.000 presos, entre ellos Azaña, que nada tuvo que ver con el asunto. Es sabido que las derechas aprovecharon estos sucesos para plantear una limpieza política de grandes dimensiones. Para otro post sería de analizar la actitud y gestión de Gil Robles al frente del ministerio de la guerra, al que accedió después de estos hechos, pues su política de ascensos y contactos con las autoridades militares dejaron atada y bien atada la estructura conspiratoria sobre la que se plantearía la sublevación. En resumen, afirmar que las derechas y los militares defendieron el sistema republicano durante la revolución de octubre, sabiendo que lo que hicieron fue añadir más tensión y aumentar la escalada del odio dentro del frágil sistema, es una exageración colosal. Si se me permite la comparación, sería como sostener la lealtad de Hitler a la república de Weimar porque utilizaba las reglas del sistema para socavarlo desde dentro.

  47. clavileño dice:

    Y sí, Javier, existía la disyuntiva democracia-fascismo en toda Europa. La II República era una democracia liberal con todas las de la ley, de hecho es la primera democracia plena de la historia de España. Por lo tanto, y aunque ésta tuviera compañeros de viaje ciertamente peligrosos durante la guerra, esta es una realidad insoslayable, aunque una «nueva» historietografía (magnífico término acuñado por el profesor Reig Tapia) trate de volver a los tópicos franquistas de la cruzada contra el comunismo. Los militares no se alzaron contra el comunismo y la revolución sino contra la democracia y el reformismo, que era quien detentaba el poder en España. Hay que decir que los militares golpistas, si en algo hicieron un trabajo impecable, fue en la eliminación física inmediata de todos aquellos que ejercían algún cargo político o municipal de esa república a la que desde el primer momento las fuerzas oligárquicas se opusieron. Se hizo imposible la reforma y se arrastró al proletariado y el campesinado hacia la revolución. EL golpe de estado que se mostraba contrarrevolucionario provocó la revolución, gran paradoja.

  48. javier dice:

    Hola de nuevo Clavileño. Antes de nada, y sin ánimo de ser moña, me gustaría decir que leo con mucho interés tus comentarios y que espero que te veamos más por estos andurriales.

    Siento volver a un punto ya comentado, pero si digo que la disyuntiva entre fascismo y democracia no era lo único sobre el mantel en el año 36, no creo que esté legitimando el golpe, y desde luego no es mi intención. Claro que la República era una democracia liberal, y personalmente pienso que fue un intento loable por adecentar el país, pero creo que los que apoyaban esa democracia liberal y que podríamos llamar moderados no eran precisamente mayoría. Digo que me parece exagerado incluir en el bando de la «democracia» a esos compañeros de viaje y que, en el caso concreto de los anarquistas, por quienes hemos empezado a hablar, no fueron «arrastrados a la revolución por la contrarrevolución» sino, que buscaban la revolución desde que se constituyó la propia República, como poco. Ni digo que Franco se levantó contra el comunismo, ni que el PSOE empezó la guerra, ni cruzadas ni gaitas. Simplemente que no creo que pueda mantenerse que todo el bando de las izquierdas viese en la guerra una lucha por la democracia. Pero no tengo una palabra como «historietografía« para definir esta versión que también hemos oído bastante, y que por atractiva que resulte, me parece que se ajusta poco a la verdad.

    Tomo nota de tu recomendación acerca del libro de Batet.

    Saludos.

  49. jose javier sanchez rodriguez dice:

    QUISIERA QUE ME ENVIARAN UN MAIL, DICIENDOME QUE ES ANARQUIA, Y SI ES BUENO O MALO SER ANARQUISTA O QUE REQUISITOS DEBO CUMPLIR PARA SER DE LA ANARQUIA

  50. compluto dice:

    Que alguien le pase a este alma de dios el mail de ‘coñá y puro’ que se lo explica en un segundo…

  51. coñá y puro dice:

    Hay una novela de García Serrano titulada «La ventana daba al río» que narra una historia de amor entre unos jovenzuelos españoles en la frontera vasca de España con Francia. Eso es lo de menos. Lo demás es que habla de unos turistas que al parecer tenían por costumbre plantarse en la ventana de un caserón francés que daba a una vaguada donde se lograba ver con cierta claridad las bofetadas que en la frontera se daban los españolísimos carlistas con los españolísimos (así les duela) gudaris. Y no faltaba el extranjerito acomodado que con tono lírico cantaba la belleza de la lucha que allí abajo, lo suficientemente lejos, se libraba. Claro Javier, que bonito era el anarquismo, a sesenta años vista, no como ahora, que todo es tan ruin y materialista, y fíjate que bonito que había unos señores que renunciaban al poder en pos de la creación de un justísimo estado donde no existieran títulos ni nombres, solo solidarios trabajadores en un proyecto común.
    Yo sinceramente, si hubera sido el personaje que tenía que soportar al turistilla adinerado, le hubiera secuestrado soltándole en plena refriega a balloneta calada entre los unos y los otros, que en ese momento se hubieran pegado por ser los primeros en trinchar a semejante pimpollo cursi-ridículo. En tu caso, y para que semejante estupiditis mítica se te quite, te recetaría diez días de Durruti-Party en tu barrio, a ver que pasa con tu casa, tu familia, tu negocio,los colegios privados donde llevas a tus hijos, tu coche y los cajeros donde sacas ese dinero tan ruin y materialista que tan poco gusta a los admiradores del negro y rojo (sin yugos, ni flechas).
    Una toma de conciencia; pero como estado un imposible, así lo vino a definir Trosky si no me equivoco. Eso era el anarquismo, Jose Javier Sánchez. Un imposible sanguinario y atroz, un tanto estúpido desde el momento en que renuncian al poder por definición, una panda de moralistas frenéticos capaces de amputarse el miembro y el alma si no cuadra con lo que la sacrosanta razón de las normas por ellos criadas les imponía (callendo así en no pocas contradicciones). Atractivo por lo atractivo que tiene lo imposible, se hable de lo que se hable, estricto hasta el integrismo. Frío. Muy frio. De ideario nulo o al menos difuso y con falta de unidad ( defectos que tanto se le hachacó al falangismo siendo con todo una ideología mucho más tangible). Un apanda de jesuitas sin hábito pero más estrictos que un monje budista. Bello, no lo niego, tan bello como el fuego provocado que a algún emperador romano sirvió de inspiración, como los volcanes en erupción, bellísimo si lo ponen en National Geographic mientras me sirvo un Torres 10 en mi cuarto con compañía femenina y el lejano rumor de la tranquilidad sonando. Claro Javier, muy bello si te toca de lejos. Muy lejos.
    Otra biografía que leí de este hombre hace un cerro de años comenzaba narrando el asesinato del obispo del que hablaste, de el y de su chófer. No dudes que hoy en día tu serías tan objetivo como los curas aquellos, es decir que resultarías tan patético como la activista verde que fué a los San Fermines en defensa de los toros y volvió a su casa con catorce cornadas.

  52. Federico dice:

    Hacía tiempo que no me paseaba yo por este frondoso jardín de discretos lectores de libros de historia, en el que brilla con luz propia mi casi compañero de aula y reciente padre ejemplar, al que yo creía absorto en el retoño y sin tiempo para la lectura y la polémica.

    Mi curiosidad por el anarquismo es relativa, tanto en la versión castiza de Durruti como en la internacional de Prokotpin, (o como se escriba, que no me voy a levantar ahora a mirarlo (Umbral)) y su pan conquistado, etcétera. En el Homenaje a Cataluña de Orwell creo que salen cosas de cuando el frente de Aragón. No obstante, la mezcla de puritanismo, fanatismo y pólvora viene en los periódicos de cada día, con distintos nombres y un aire de familia que a algunos nos parece revelador de un ADN común, que gusta de vestirse con diferentes nombres pero que siempre abriga al mismo tipo de ser humano; sumamente peligroso como vecino, por cierto y salvo más autorizada opinión.

    Pero la aparición en la página de un tipo nuevo de interlocutor ha despertado mi interés, no por el anarquismo (que supongo sigue donde solía aunque mucho más hedonista, al menos visto desde lejos) sino por lo que mis instructores progres de la remota adolescencia lectora llamarían el «metadebate», viniendo del Sartre revolucionario y tirando al Marcuse unidimensional, un suponer. O sea y en más castizo la luminosa pedagogía que representa para el espectador curioso el decir de cada quien, visto con la perspectiva que corresponda y en el seno de su circunstancia, para no olvidar a Ortega (y Gasset).

    Véase por ejemplo la escritura de ese hombre curioso que se esfuerza por aprender, que duda de sus datos, que pone en cuestión su convicciones y que ni siquiera da por absoluta y definitiva la historia familiar: no porque la considere falsa (que no podría), sino porque no la considera universal, en el sentido de que lo que le pasó a mi abuelo es lo que le pasó a todo el mundo.

    Y luego, en evidente contraste, esa otra prosa, tan reconocible, del entregado lector del diario independiente de la mañana, del que ya sabemos cuanto había que saber, después de tantos años de monopolio del discurso intelectual, político, ideológico y moral. Que otros más perspicaces y más talentudos y más pacientes se ocupen de valorar como corresponda sus aportaciones a la polémica histórica. A mí me interesa más lo que esa escritura significa en lo que no dice, en lo que con toda naturalidad da por supuesto, en las creencias invisibles que la sustentan con la tensión interna que es propia de cualquier dogma.

    Coñá y Puro le ha provocado citando a García Serrano, que seguro que está en el índice de los nombres impronunciables, y del que ya de paso tengo que repasar la entrada «paisa» en el Diccionario para un Macuto, suponiendo que venga ahí, que ya no me acuerdo.

  53. clavileño dice:

    Ya salió el Derrida de turno, pero con tufillo de censurador pedantuelo que adivina hasta el periódico que suele leer su analizado. Este tipo de «argumentos» basados en el «estudio» del «metalenguaje», «metadebates», o «análisis de las escrituras», empiezan a ser un lugar común entre aquellos que carecen de argumentos mejores, y lo que es peor, «emplean» si quiera nombrándolos, instrumentos y métodos de análisis dignísimos (escuela de Frankfurt y postestructuralismo francés en general) de la manera más pedestre. Hay que reconocer la utilidad de mantenerse en discursos «metaloquesea», pues que este tipo de «interpretaciones» se pueden aplicar a cualquier discusión sin necesidad de empaparse en ella.

    Y para no ser menos, y poniéndonos foucaltianos, podríamos concluir con la aseveración de que si bien son dignos de analizar determinados «discursos», no deja de ser interesante y revelador a su vez el estudio de algunas ausencias de discurso cualquiera.

  54. clavileño dice:

    Autocorrección: al «pues que», le sobra el «que»

  55. clavileño dice:

    Por cierto, y ya que nos hemos enfrascado en cuestiones sobre la guerra civil española, la revista electrónica que dirigen Julio Aróstegui y Esteban Canales, Hispania Nova, acaba de editar un magnífico número especial dedicado a la represión franquista y en el que se hace análisis y balance del estado actual de los movimientos por la memoria histórica. Está todavía en construcción. De momento hay acceso a veinte artículos realizados por los máximos expertos en el tema. Y faltan por incorporarse los dedicados al revisionismo histórico, que a juzgar por los profesores encargados, serán interesantísimos. Lo recomiendo vivamente. Todo un lujo. Vaya desde aquí mi enhorabuena.

    http://hispanianova.rediris.es/6/dossier.htm

  56. clavileño dice:

    Y sobre Durruti, una magnífica página:

    http://flag.blackened.net/liberty/durruti.html

  57. javier dice:

    Querido Coñá, es una pena que no hayas tenido tiempo o ganas para leer lo que aquí se ha dicho, porque habrías podido ver como en ningún momento se ha expresado nostalgia por la desaparición el anarquismo, ni se lo ha idealizado, ni se lo contrapuesto con admiración al materialismo y la ruindad que sólo tú achacas a nuestros días.

    Si te hubieras tomado esa molestia te habrías ahorrado el descubrirnos la pólvora a estas alturas, si es que de verdad querías algo más que contar esa batallita tan curiosa como poco pertinente. En fin, te diría que si hay algo que a mí me parezca «cursi-ridículo», hueco y relamido es aquello de «españolísimo», que condensa tu perorata: hacer pompa de lo obvio. Pero no cejes, que tienes tu clac y esperan impacientes tus coces.

    Me ha gustado más el nirvana de Coñá y puro: tele por cable, pibita, Torres 10 y «el lejano rumor de la tranquilidad». Hala, arriba esos meñiques y mucho cuidado con los «activistas verdes». Riau riau.

  58. desheredado dice:

    pues buueno visto lo escrito solo decir q hay un libro mejor sobre esto se llama ,durruti en la revolucion española,mas completo.y mas veridico.otra cosa el anarqusmo aun no ha desaparecido ni es un movimiento minoritario ni nostagico.haber si os documentais.viva la anarquia.

  59. desheredado dice:

    estamos en cada calle, en cada empresa, en cada lugar para luchar por la justicia la igualdad la emancipacion de la verdadera clase obrera.contra cualquier metodo explotador ya sea comunista,fascista lo que sea!no somos locos somos realistas!salud!

  60. daviz&golliat dice:

    viva el anarquismo expropiador!salud

  61. Goldman dice:

    Una vez más vemos como los mentecatos apenas saben de lo que hablan pero disfrutan enormemente al escuchar el sonido de su voz: ese tal Richard que alegremente dice: «Yo la verdad es que no sé si querría irme de cañas con este hombre, porque con aquello de la anarquía y demás, seguro que me tocaba a mí pagar»… como si ser anarquista fuese ser un gorrón. Luego usa la palabra ‘surrealista’ para definir esa ideología (supongo que cuando la pronuncie con sus amigos quedará genial ante ellos aparentando que se ha leído un libro o medio sobre ese tema tan genial); si la anarquía fuese surrealismo no sería algo digno de tomarse tan en serio (como ocurrió en el 36) sino como un experimento artístico o meramente utópico. El ilustre Javier prefiere definir el concepto como «ingenuo», lo cual es perfectamente válido hoy en día, cuando nadie es capaz de asumir ni una sola responsdabilidad seria y se prefiere la delegación total de la libertad y la política en los profesionales. Pero antes de la masacre de 1939-1975/78 ser anarquista no era ser ingenuo; confiar en el prójimo necesita de esa misma injenuidad (y de eso habla el cristianismo; incluso la ahora aburguesada palabra ‘solidaridad’). No es ingenuidad sino una verdadera voluntad de lograr algo infinitamente mejor. Lo que pasa es que es dificil asumir que las personas pueden ser libres: es mejor dejarlo en el terreno de la utópía porque lo otro supone esfuerzo, peligro, pensar, actuar, opinar tu opinión… Mola más ir directamente al cine o jugar a la videoconsola, ¿a que sí?

    En lo que se refiere al ‘caos’ y el ‘desorden’, forma parte de la venganza cultural del capitalismo democrático.

    Lo peor de todo: Richard se contenta con sus sueños más que con su vida real; es mejor el anarquismo como ‘aspiración’ que como realidad. Con semejantes ideas y opoiniones no me extraña que vivamos en un país tan patético y paleto como el nuestro, el que Franco nos dejó en herencia. ¡Es mejor una democracia pensada que vivida! ¿No?

    Por otra parte, aquellos que piensan que una victoria de los llamados ‘republicanos’ hubiese supuesto la victoria de la democracia (tal y como hoy la entendemos), y por consiguiente la lenta desaparición (por inanición) del anarquismo, no tienen ni idea de la realidad de la Guerra Civil española. Es triste, pero ya desde finales de 1936 los comunistas habían comenzado a tomar lentamente el poder, gracias sin duda al armaménto soviético (lo que significaba imposiciones políticas soviéticas para nada revolucionarias, ya que el PCE representaba la vertiente menos revolucionaria del panorama español; incluso los sociatas eran más radicales que los comunarras, que eran unos charlatantes y unos mentirosos sin escrúpulos). Imaginemos, tanto que nos gusta a los españolitos imaginar lo que no tenemos, que hubiesen ganado los ‘rojos’; imaginemos que, a pesar de todo, el PCE no se ha hecho con el poder como fue haciéndose durante la contienda; imaginemos que hay un nuevo conglomerado de partidos demócratas en el poder ‘rojo’ (por supuesto, los anarquistas habrían sido igualmente exterminados por los vencedores: eso no hace falta imaginarlo, fue una realidad ya desde 1937, antes incluso de los ‘hechos de Mayo’). Yo pienso que habrían bastantes comunistas en el poder; los vencedores estarían a su vez radicalizados por la guerra (lo que significa un Estado represivo y unificado muy eficaz, capaz de vencer a un enemigo sólido) y por su propia propaganda de guerra, la cual (ya fuese roja o blanca/azul) era bastante subjetiva y parcial. Pero es más, la victoria roja habría significado una humillación para el fascismo colaboracionista. ¿Qué nos imipide pensar, en este juego de suposiciones, que Hitler, tras conquistar en su blitzkrieg toda Francia, se hubiese parado en los Pirineos? Al fin y al cabo era terminar de empujar al precipicio a la devastada España que aún contaba con minas y algunas riquezas naturales importantes. Y por si fuera poco, además de ser un país rojo, peligroso y colaborador con la conspiración judeo-comunista internacional (como Hitler habría dicho), no hay que olvidar lo importante que es, estratégicamente, la península Ibérica. Por tanto, habríamos tenido una guerra mucho más larga, con unos partisanos/maquis (que posiblemente habrían recibido ayuda bélica, no como lo que pasó: no se ayudó en NADA -¡Viva la democracia!-) y con un regimen asesino como el de Franco o más…

    Richard supone y supone, pero creo que ha leído poco sobre el tema. No sólo le recomiendo a nuestro héroe que lea «el laberinto español» o el libro arriba reseñado, sino otros, como «el reñidero español» de Franz Borkenau; el mismo de A. Beevor: «la Guerra Civil española»; el de Jackson sobre la república y la guerra; y un sin fín de obras objetivas y claras que TE SITÚAN EN EL CONTEXTO y no en un lugar ignoto, de dónde sale el izquierdismo barato y moralista, simplón y moñas del PSOE y su memoria desmemoriada u otros insultos, como la reciente película sobre Salvador Puig Antich.

    Y no hace falta ser anarquista para, desde hoy en día, darles gran parte de razón en el conflicto. No trato de comerle la cabeza a nadie porque yo no soy un ácrata resentido con esta mierda de mundo: soy un ciudadano crítico con esta basura de humanidad y de mundo hipícrita, cínico, comodón y falso, que un día cree en la justicia social y al otro vota al PP con la misma mano con la que se limpia el culo. La democracia de hoy es una ideología para los neutros y los cobardes; la democracia de hoy es un insulto a nuestra inteligencia y quienes temen perder lo que nunca tuvieron, son sus esclavos.

    Si tenenéis algo que decir: disyouth@yahoo.es
    He dicho.

  62. Goldman dice:

    PD:
    Como dice el sagaz desheredado, el libro de Abel Paz «Durruti en la Revolución Española» es un libro muy interesante y completo sobre su vida y sobre su papel revolucionario. Está editado por la Fundación Anselmo Lorenzo, que es una de las mejores en lo que a cultura ácrata se refiere. En Virus podéis encontrar el libro de Miquel Amorós, «Los amigos de Durruti» si os interesan algunos trapos sucios (los rebeldes también podemos ser objetivos al hablar sobre la Historia). En la misma editorial Virus podréis encontrar muchos más libros sobre ésta temática.
    La guerra Civil española tiene una litaratura inmensa, y gran parte de ella escrita por los vendidos y sus simpatizantes, por lo que tiene delito el decir tantas chorradas sobre ese conflicto; sin embargo, es una prueba más de lo mal cicatrizado que está ese pasado. ¿Por qué será?

    … Porque aquí parece que no ha pasado nada…

  63. Goldman dice:

    quise decir «por los vencidos y sus simpatizantes». Lo siento.

  64. richar dice:

    ¡Saludos Goldman y bienvenido al blog!

    Como veo que la gran mayoría de tus críticas se dirigen hacia mi mentecata persona, te responderé con mi punto de vista.

    No creo que sea para sentirse ofendido mi frase sobre tomar o no cañas con Durruti, ya que como podrás imaginar, es sólo un chascarrillo, lo mismo que podría ser, por usar el primer ejemplo que me viene a la cabeza, que no cenaría con el Papa porque con eso del cristianismo seguro que intentaba convertirme. En fin, no te lo tomes tan a pecho.

    Aciertas cuando dices que apenas sé de lo que hablo (y por eso hablo poco), pero te equivocas de pleno al decir que me encanta escuchar el sonido de mi voz. De hecho, si fueras asiduo al blog, te darías cuenta de que me encanta leer y aprender de los enriquecedores comentarios de los que por aquí pululan, y muy poco intervenir, ya que como dices, y como yo mismo repito constantemente, no sé mucho de casi ninguno de los temas aquí tratados.

    Otra cosa es que no tenga derecho a opinar que el anarquismo me siga pareciendo un movimiento surrealista (y eso no tiene nada que ver con lo en serio que sea tomado o no), o que no se habría sostenido ni por asomo. Pero bueno, también es verdad que no soy ningún experto en el tema y tal vez esté equivocado. Si puedes convencerme, estaré encantado de darte la razón.

    Por último, y por no extenderme demasiado, también he de decir que te equivocas rotundamente cuando dices que me contento más con mis sueños que con mi vida real. Afortunadamente, mi vida real me es bien grata, y a los sueños les doy la importancia justa.

    En fin, de nuevo te reitero mi bienvenida al blog y esperamos disfrutar de tus comentarios más a menudo. Y si los palos no me llueven a mi sólo, pues casi que mejor :-)

  65. javier dice:

    Una de las mejores cosas de este blog es que cada cierto tiempo aparece algún sujeto presto a iluminar nuestras miserables vidas. Pegas una patada a una piedra y aparece otro «ciudadano crítico con esta basura de humanidad». Pues bienvenido Goldman, que aquí cabemos todos.

    Hombre, te diría que antes de decir que los que aquí escribimos somos mentecatos que nos sabemos de lo que hablamos, te pediría que leyeses un poco lo que se ha escrito, porque al menos te ahorrarías recomendar a Richar libros que él mismo ha leído y comentado, por ejemplo, y que además puede que no sean el mejor ejemplo de obra «objetiva y clara».

    A lo que vamos: al margen del ejercicio gratuito de historia-ficción que te marcas, de las consignas de catecismo y los cacaculopedopises, entiendo que tu opinión es que los únicos que hoy son capaces de ser hombres libres son los anarquistas. Corrígeme si me equivoco. Y como era de esperar, tú sí eres un hombre libre y puro y por ello te permites fustigar al impío. Bravo por ti, Diógenes, pero mezclar la guerra civil con la actual democracia y la cartelera de fin de semana no puede llevarnos muy lejos, así que sigo con lo que me parece rescatable.

    Mantengo que hay una dosis gigante de ingenuidad en el anarquismo anterior a la guerra, como lo hay en el mensaje del cristianismo ¿quién lo duda? Y creo que la famosa solidaridad no es más que la versión correcta de la fraternidad, que tiene un tufillo religioso (o anarquista, en efecto, aunque eso ya quede lejos para la mayoría) que la hace incómoda. No se si la comparación te ha salido de chiripa, pero se ha tratado muchas veces al anarquismo español como un movimiento religioso por su moralismo, tema que da para charlar un rato. El caso es que se puede tener voluntad de lograr algo mejor (con todo lo vago de esa palabra) y al tiempo ser un ingenuo, y al tiempo ser un criminal, por ejemplo. No veo que sean cosas excluyentes, como pareces decir.

    Y por favor, no nos hagas llamar a tu puerta. Si tienes algo que decir, hazlo en público, que aquí no nos comemos a nadie.

    Saludos

  66. Arauxo dice:

    Estimado Señor Goldman:

    Hace Ud. muy bien en golpear sin mesura a un mentecato como Richar. Primero, porque como todos sabemos, es el más pedante y arrogante de los comentaristas de Hislibris, no como Ud., todo un prodigio de humildad, modestia y, sobre todo, tolerancia y respeto. Segundo, porque Richar es un ignorante que no sabe lo que es leer un libro, a diferencia de Ud. que demuestra un gran bagaje científico y haber contrastado una enorme cantidad de fuentes del más variado espectro, a tenor de todas sus recomendaciones, “obras objetivas y claras” según su expresión, y no las porquerías que lee por ahí la gente. Tercero, porque no se puede permitir que un mentecato como Richar se tome a broma las cosas serias, hombre. Como si fuese de recibo enfocar la vida con humor… Tiene Ud. toda la razón al abroncarlo. Por eso, le recomiendo –perdone Ud. mi atrevimiento- la lectura de “El nombre de la Rosa”, porque allí se castiga con la muerte a los curiosos que gustan de leer el segundo libro de la Poética de Aristóteles, dedicado a la risa. Espero que el libro sea lo suficientemente serio para Ud… y que no decida Ud. excomulgarme de su secta.

    Cuánta razón tiene Ud. al rebelarse contra los calificativos “surrealista” e “ingenuo”. Porque la realidad demuestra, por supuesto, que su ideología no es en absoluto utópica. No hay más que echar un vistazo alrededor, para percatarse rápidamente del éxito arrollador del anarquismo en el mundo real, ese asqueroso escenario donde vegetamos los seres inferiores que jugamos a las videoconsolas. Además, es innegable que su ideología es la única, por supuesto, que se toma las cosas en serio, asume su responsabilidad y no delega la libertad y la política en los profesionales. Es Ud. mi modelo a seguir.

    Pero lo que es una Verdad con mayúsculas, querido Sr. Goldman, es la inteligente asociación que Ud. realiza –muy sutilmente, qué habilidad- entre su ideología y la capacidad para “confiar en el prójimo”, la “verdadera voluntad de lograr algo infinitamente mejor” y que “las personas pueden ser libres”. Fíjese: confianza, esfuerzo, idealismo, libertad. Me ha convencido Ud., Sr. Goldman y voy a abrazar su tolerante, emprendedora y bondadosa ideología, porque eso sí que es el anarquismo y no los asesinatos múltiples en el Liceo de Barcelona en 1893 (una veintena de muertos), en la procesión del Corpus de 1896 (8 asesinatos) o en la boda de Alfonso XIII en 1906 (24 muertes), por citar sólo algunos, o los magnicidios de Cánovas (1897) o Canalejas (1912) que todos –o al menos, los que, en el colmo de nuestra apatía, vamos al cine o leemos medio libro- recordamos. Claro que, esos, no eran anarquistas, porque como Ud. bien dice, anarquismo es sinónimo de confianza en el prójimo, libertad, “pensar” y “opinar tu opinión”.

    Señor Goldman: perdone Ud. mi ignorancia y mi estulticia, pero no he entendido nada de este párrafo: “En lo que se refiere al ‘caos’ y el ‘desorden’, forma parte de la venganza cultural del capitalismo democrático”. ¿Sería tan amable de explicármelo, de modo que una mente inferior como la mía pudiese llegar a comprenderlo? Le agradecería el esfuerzo.

    Respecto al ejercicio de ciencia ficción que Ud. desarrolla, le confieso que me he perdido entre tanta facción “roja” y tanto “fascismo colaboracionista”, por lo que intentaré leérmelo 15 veces más, a ver si me entero. Le ruego perdone mi torpeza.

    Por cierto, me alegra mucho saber que no es Ud. “un ácrata resentido con esta mierda de mundo”. Por un momento, llegué a pensar que era Ud. un misántropo, que odiaba Ud. la realidad, y que consideraba Ud. a este mundo precisamente una mierda (disculpe Ud. mi grosero lenguaje, sólo le emulo). Afortunadamente, sus propias y coherentes palabras me han sacado de mi error, ya que ahora sé que Ud. sólo es “un ciudadano crítico con esta basura de humanidad y de mundo hipócrita, cínico, comodón y falso”. Uf, qué susto, casi llegué a pensar que era Ud. un “ácrata resentido con esta mierda de mundo”.

    Un último comentario, Sr. Goldman. Ahora comprendo porqué Ud., como buen anarquista que es, no vota: teme Ud. hacerlo con la mano con la que se limpia el culo (le ruego perdone de nuevo mi grosería, pero prefiero utilizar su propio y delicado estilo, para que Ud. me comprenda), como esa gente asquerosa que vota al PP. No se preocupe, porque hay tres soluciones. La primera es lavarse las manos, emulando a Poncio Pilatos, que estaba por encima del bien y del mal, como Ud. La segunda, es votar con la mano contraria (por ejemplo, la que Ud. usa para escribir sus elegantes diatribas) que para el caso es lo mismo. Y la tercera es no asearse los bajos. Supongo que esta última es la que Ud. practica, para no mancharse como los demás españoles de “este país tan patético y paleto como el nuestro”. La duda que me surge es ¿de qué color lleva Ud. la ropa interior, Sr. Goldman?

    Atentamente,

    El neutro, cobarde y esclavo Arauxo, su seguro servidor.

  67. pepe dice:

    Creo que el Sr. Goldman ha recibido ya cumplida respuesta por parte de Javier y de Arauxo. Como no me veo capaz de mejorar lo que ellos han dicho, ahí van unos ripios para animarle a rectificar, que es de sabios, y a enviar opiniones menos airadas:

    Anarquista justiciero
    que con ira y sin recato
    me tachas de mentecato
    mencionando el agujero …
    do la espalda pierde el nombre,
    sé un poco más indulgente
    y muestrate inteligente
    pidiendo disculpas, hombre.

    Pepe.

  68. Germánico dice:

    Vaya, estás hecho un artista, Pepe.

    Saludos.

  69. pepe dice:

    Gracias, Germánico, pero el artista es Caviluis. Lo que escribió el otro día en el hilo del foro fue realmente muy emotivo.

    Pepe.

  70. cavilius dice:

    Caramba, pepe, la vida nos zarandea como a sonajeros y nos da sorpresas donde menos las esperamos. He venido a parar a este hilo por un enlace que ha puesto Ascanio en el foro, descubro que me había perdido esta serie de magníficas y al final hilarantes (Arauxo mediante) réplicas a lo dicho por un Señor de Oro, leo tu siempre acertada, que no sé de dónde las sacas, moraleja poética a lo Don Juan Manuel, y me encuentro con esta última intervención tuya aludiéndome a mí. Gracias sinceras, pepe, no sólo por el elogio que no merezco sino porque me has hecho abrir los ojos ante mí mismo, ante lo que soy ahora y lo que era cuando escribí aquello, hace apenas cuatro meses. Gracias, porque de vez en cuando viene bien que la vida nos zarandee de esta manera y nos haga mirar por el retrovisor antes de querer adelantar o tomar un cruce. No sé si se ve lo que quiero decir, suele pasar cuando se mezcla la emoción con las palabras. En fin, yo ya me entiendo.

    Gracias Aretes, por la propuesta que has hecho en el foro; gracias Ascanio, por acordarte de este hilo y abrir la puerta; gracias, richar, Goldman, javier, Arauxo, por no dejarle a pepe más salida que la poética; gracias Germánico, por el empujoncito; y gracias, pepe, por ese regreso al pasado que me has concedido.

    Saludos

  71. Baren dice:

    Yo ni siquiera había leido nada de este hilo y también he llegado vía el link de Ascanio. Ha valido la pena, pardiez!

  72. jerufa dice:

    Yo ya lo he comentado por ahí. Si alguien aqui ha sido maestro ese es richar.
    Hay que ser de hielo, paciente, y tener arrobas de diplomático para responder con ese arte semejante aluvión de insultos, faltas de respeto y prepotencias hacia su persona.
    ¡Que arte, hijo, que arte…ni que fueras andalú!
    Adió, adió.

  73. Ignacio el Argentino dice:

    Arauxo, hermano!! Tienes una pluma letal y venenosa, me parce que si no escribes un libro, desperdicias un hermoso.
    felicitaciones, me has dejado sin palabras.
    Tu ironía parece mas irlandesa que española.

  74. Ignacio el Argentino dice:

    hermoso talento, jejeje

  75. Arauxo dice:

    Querido Ignacio: usar los calificativos de «letal y venenosa» para mi pluma es uno de los piropos más hermosos que me han dirigido. Ni que hubiese salido de los labios de Ascanio, Valeria, Aretes, Cavilius o Germánico, mis grandes amigos de Hislibris que tanto me quieren y tanto cariño rezuman hacia mí por los poros de sus respectivos cuerpos. Voy a tener que añadirte a mi lista de admiradores, a ver si así consigo hacer un frente común en el que refugiarme en momentos de tribulación…

    Bueeeeeeeeeeeno, te perdono por lo del «hermoso talento», que suena bien…

    Y mi ironía es española de pura cepa, Ignacio. Porque la ironía española es muy anterior a la irlandesa. ¿Dónde si no quedan El lazarillo de Tormes, El buscón de Quevedo, el Guzmán de Alfarache o el mismísimo Quijote, hombre de Dios?

    Un saludo… coñón.

  76. marcos dice:

    de verdad ke seria buenisimo or de cañas con durruti. me presento, soy argentino y vivo en tucuman, obrero y anarkista ahsta la muerte. no veo la utopia ke dicen todos en el pensamiento de durruti, q a lo mejor es por eso ke gusta mas, sin un inalcansable fin no pelearimos mas porke estariamos ahiu. el habla del nuevo mundo ke llevamos en nuestrois corazones, hagamoslo crecer y mantengamos la fe en la revolucion. el che guevara decia ke es deber de todo revolucionario hacer la revolucion, salvandolas diferencias entre durruti y guevara, es impresindible hacer la revolucion aun a costa del orden social. sin soñar , haciendolo dia a dia.la verdad estoy volando mucho creo, pero me gusto muchisimo el libro y de seguro ke irira con durruti al fin delmundo par ver al hombre siendo elhermanodelhombre y no su lobo. en argentina tuvimos un gran luchador sindical , Agustin Tosco, ke nos dejo la enseñanza del anrkismo español como modelo de lucha…..en fin….salud y anarkia compañero

  77. Arauxo dice:

    Eso. Viva la anarquía. Mueran la ortografía y la gramática, que no son sino imposiciones de los burgueses a las clases proletarias. ¡Revolución! ¡Que cada cual escriba como le venga en gana!

  78. Epaminondas dice:

    ¿estos son los que la televisión pública llama «antifascistas» por no llamar anarcos o red skins?

    Lo digo porque antifascista tambien soy yo pero nada tengo que ver con estos sujetos.

  79. Davide dice:

    Un saludo Marcos. Puestos a reinvidicar figuras anarquistas y ya que eres argentino, yo lo hago con la figura del gallego Antonio Soto; lider de las huelgas que los trabajadores rurales de la Patagonia llevaron a cabo en los años 20 del siglo pasado y que terminaron regadas en sangre por la actuación del ejército argentino a instancias del gobierno británico. Este año se ha estrenado un documental que evoca la figura de este hombre. Tal vez tengas posibilidad de verlo. «Patagonia, utopía libertaria».
    http://www.memorialibertaria.org/spip.php?article332

  80. Federica dice:

    Anarquía ¿Para qué? Es mejor que mande el capitalismo burgués. Ahora se le llama Globalización. Espero que nuestros nietos no tengan problemas con el deteriorado Planeta.

  81. Arauxo dice:

    Con lo bien que vivíamos en el siglo V, en plena anarquía…

  82. Epaminondas dice:

    ¡oh Arauxo!, ¿recuerdas aquellas célebres Bagaudas?, ¡como nos poníamos de robar al prójimo!…

  83. Federica dice:

    Los Baugadas de hoy no son los Albertos, Botin, Mario Conde. Vera, Manolo Prado…? ¿ Son anarquistas?

  84. Epaminondas dice:

    Yo más bien diría que son aquellos que los cobijan y nutren con el bastardo fin de nutrirse ellos. Con ello se fortalecen y se enquistan en la sociedad, y por mor de entontecer a la sufrida plebe (que aun no llega al grado de ciudadanía) se perpetúan en el poder haciendo de la democracia nada más que una palabra hueca.

    Los bagaudas fueron gentes fuera del sistema, bandidos forzosos por el invivible ambiente que en occidente propagó la primera crisis del imperio. La gente de la que tu hablas no está fuera del sistema sino bien dentro, y aun más que ellos aquellos que como antes decía los cobijan.

  85. Federica dice:

    Gracias por tu respuesta. Eres muy bueno

  86. Germánico dice:

    Oye, Federica, ¿qué te parece si, como recién llegada que eres al foro, te dejas de ironías y haces un comentario razonado? No lo digo sólo por esta respuesta, sino por casi todas las que has ido dejando en diferentes hilos.

    Saludos.

  87. Educejim dice:

    Que duda cabe, Durruti, es uno de lo personajes que la Historia significa en el siglo XX. ¿Pero que sucede cuando el personaje desaparece?. Se ha dicho, Durruti no hubiera permitido esto… o lo otro… Una «organizacion» anarquista como la C.N.T.-FAI, cuando pierde a su maximo lider, pierde la mitad de su prestigio dentro del Frente Popular. Los anarquistas pasan a un segundo plano. Los estalinistas toman las riendas auspiciados por Moscú y por esos odios sin cuartel que mantienen «largocaballeristas»,»prietistas» y seguidores de Besteiro, como comparsas.

    Azaña siempre culpó a los anarquistas de la derrota de La Republica, la Historia dice que se equivoca, y mucho.

    El anarquismo que es un ideario que designa al lider como una voz, no como una voluntad de decisión, esta la ejerce la asamblea; perdió su voz, y lo perdió todo

  88. David L dice:

    Yo creo que la CNT fue víctima de sus propias decisiones, o mejor dicho, de sus propias indecisiones. Antes del estallido del golpe militar, el 18 de julio, las diferencias entre los dos sectores, o corrientes ideológicas que convivían en la CNT-FAI eran ya patentes entre sus líderes más destacados. La escisión de los Trentistas, partidarios de integrar el sindicato( al estilo de la UGT) en la estructura del Estado, frente a los partidarios más extremistas( anarquistas) que abogaban por llevar la revolución a su máxima expresión, supuso una constante duda existencial en el movimiento anarcosindicalista. La CNT-FAI perdió una ocasión de oro para implantar la revolución tras la victoria en las calles de Barcelona el 19 de julio de 1936. La Generalitat se vio impotente para hacer frente a la marea anarquista y, en cierta manera, se mostraron prisioneros de los cenetistas. Pero he aquí que de nuevo surgen las diferencias entre las dos corrientes ideológicas mencionadas anteriormente. En este caso la disyuntiva estaba entre los partidarios de una colaboración con las demás fuerzas antifascistas( catalanistas, republicanos de izquierda, etc..) o aplicar directamente la revolución eliminando el régimen existente hasta ese momento( República) y eliminando a su órgano gubernamental( Generalitat). Durruti, el protagonista de este libro, era partidario de aplicar la revolución con todas sus consecuencias. Su tesis no recibió el aval de la mayoría del sindicato y cedió ante los partidarios de la colaboración con las fuerzas burguesas antifascistas. Una ocasión así no se iba a presentar nunca más. Cedieron y lo pagaron caro, menos de un año después el partido comunista junto al PSOE y los partidos republicanos de izdas harían trizas el sueño de Durruti, de los García Oliver, Ascaso, etc…

    Un saludo.

  89. Un libertario dice:

    Buenas. Escribo para recomendaros que os bajeis del emule este documental;

    Zeitgeist – Descubre la Oculta Realidad – Subt. Spanish

    Sobre Durruti que decir, un hijo del pueblo, un heroe.

    Saludos.

  90. javito dice:

    Bueno, la teoría dice que la anarquía es la «máxima expresión de orden», puesto que es un orden voluntariamente aceptado, y no impuesto por coacción de ningún tipo. Pero estoy de acuerdo en que la cosa es demasiado ingenua, implanteable a cierta envergadura. Yo lo veo como un movimiento de emancipación, casi instintivo, en condiciones de desigualdad e injusticia flagrantes, y creo que la España de esos años las tenía. Otra cosa es que todo lo que se haga en nombre de principios nobles sea digamos, presentable. En realidad es como eso de «contra Franco vivíamos mejor»: como movimiento contra el poder era imparable, pero una vez en escena la cosa no chuta.

    En cualquier caso a mi lo que me alucina es el perfil de los anarquistas de principios de siglo, los «apóstoles de la Idea» que iban haciendo proselitismo por pueblos y fábricas llevando una vida de secta: no fumaban, no bebían, no jugaban, vivían con sus mujeres (sin casarse, pero siendo fieles cuando no era la norma). Hay unos carteles flipantes de la CNT en la Gran vía, en plena guerra, pidiendo el cierre de los bares, porque eran la antesala del burdel, y el obrero debía leer, formarse. Ya digo que todo suena muy ingenuo, casi entrañable ­ aunque no te olvides que de fondo están las bombas y los muertos- y muy alejado del neoanarquismo rebeldillo de carpeta y fin de semana «mucha policía-poca diversión» y esos rollos. Esta gente tenía poco que perder, y se jugaban todo a la carta de la revolución. A tumba abierta.

    ¡Gracias por las flores! Saludos

  91. juanrio dice:

    Que razón tienes, Javito, debía ser una gente muy especial. Y es que los idealistas de principios de siglo entendían la política de una manera muy distinta a los de ahora. También es verdad que la realidad de la clase obrera y campesina del primer tercio del siglo XX tenía que ser terrible. Acabo de leer que en 1936 en un pueblo de Córdoba la mitad de los trabajadores se encontraban en paro a consecuencia de que los patronos se negaban a darles trabajo por oposición a la Reforma Agraria. ¿Que vida podían esperar? Ahí estaban esos lideres sindícales y políticos para hacerles ver que había otros intereses más alla del horizonte de la pobreza.

  92. dani dice:

    lo sientosólo me ha dado tiempo de leer los primeros comentarios.
    sólo quiero decir una cosa…
    la anarkía es la máxima expresiond el orden… pero no e sun orden impuesto.
    mejor nos iría….
    y respecto a lo de que no le pagarán al chico las cañas….
    será algun gorrón apegado al dinero, pero que sea anarkista no quiere decir
    que no te las va a pagar….

    es que estos comentarios no hacen referencia a la realidad y me fastidian

  93. Ascanio dice:

    Pues sigue leyendo los comentarios, hombre. Te recomiendo el de richar del 27-9-06, el de Javier el 28-9-06, el de Arauxo del 2-10-06 y, por último, la bonita rima de Pepe del 4-10-06.
    Que los disfrutes.

  94. Roberto dice:

    Arauxo, demuestras el conocimiento que tienes sobre política, y tu actitud es propia de un adolescente «tocapelotas» sin ánimo de ofenderte. A aquellos que piensan que la autoridad es necesaria les puedo decir que somos la única especie animal que la necesitaría, los más avanzados y listos y a la vez ¿los más tontos?
    SALUD

  95. Germánico dice:

    Todos los animales que viven en manada tienen una jerarquía y un líder.

  96. juanrio dice:

    Preguntalé, Roberto, a cualquier animal salvaje. Los lobos, los leones, los ciervos….todos tienen un macho dominante. La autoridad es necesaria, lo que no lo és, es el autoriarismo, cosa muy distinta. Te diría que la autoridad es más necesaria que el anarquismo, generalmente mal entendido, pero éste pensamiento puede ser fruto de la edad…

  97. markus dice:

    Hola! No sé si todavía habrá alguien que lea este blog. Sólo decir que he leído el libro y que es muy interesante ver cómo era la situación en la españa de los años 30. En el colegio me contaban que la guerra civil fue cosa de dos bandos y no es verdad. La historia hay que leerla, en todas sus versiones. Y me parece muy bien que la gente opine y exprese sus puntos de vista sobre el tema. Para mi la anarquía es algo muy difícil de conseguir por un motivo: requiere un gran esfuerzo. Requiere las ganas, el tiempo, la paciencia y el arte de saber escuchar a quien no piensa como tú. Es mucho más cómodo dejar que otros decidan por ti, y es en ese momento en el que aparece el líder de turno, nada que ver con los animales salvajes. Las personas razonan y eso hace la diferencia. Y creo que eso es un problema (lo del líder). Durruti no fue ningún «jefe» ni «elegido»; puede que fuera un líder natural, que obtenía el reconocimiento de los que le conocían por el hecho de dar ejemplo en todo momento de su ideario anarquista (y empezó ya de muy jóven a buscarse la vida, delinquiendo si era necesario). Eso es muy distinto que ser jefe por la fuerza o porque te votan (sobretodo cuando los que votan no eligen personas sino a partidos, y ni siquiera leen el programa o llaman a la puerta de ninguna sede). Cuánto sea efectivo decidir todo en asambleas a veces interminables es motivo de una larga discusión. Lo que sí que creo es que el anarquismo respeta al individuo en la medida que el grupo, familia, tribu o comunidad decide por el bien de todos y no de unos cuantos. A escala nacional (de país, de comunidad autónoma, ni siquiera de algunos pueblos) podría funcionar, porque: 1)imposible dar voz a tod@s; 2)imposible conocerse tod@s (y saber las necesidades de cada uno); 3)falta de GANAS de tomar la responsabilidad a la hora de solucionar los problemas. «Vota a fulano, él te arregla el problema», fácil ¿no? Mucho más fácil que meterse uno mismo en un berenjenal. ¿Cuántos de nosotros conocemos a nuestros vecinos? ¿Cuántos de nosotros vamos a las reuniones de la escalera? ¿Cuántos de nosotros nos alegramos cuando nos proponen ser presidente de la comunidad? Si a esa escala nos da palo imaginémonos a escala regional o nacional. El tema es ¿podemos llegar a actuar día tras día, en nuestra pequeña burbuja, con estas ideas y aplicarlas en algo de lo que hacemos? ¿O preferimos pasar de historias, enchufarnos en la tele y vivir en un mundo de luz y de color? Un saludo a quien quede por ahí.

  98. marc dice:

    hola a todos,
    markus me ha parecido muy interesante lo que has dicho, de verdad, aunque no comparto ciertos detalles; en la 1a mitad del siglo XX la anarquia triunfó en algunos lugares como en Ucrania o en algunas zonas de España durante la Guerra Civil pero si que es cierto que tendrian que cambiar mucho las cosas para que en la actualidad esto volviese a ocurrir.

  99. marc dice:

    ¡Ah! por cierto alguien podria decirme donde puedo comprar este libro?¿
    Soy de Barcelona

    grácias

  100. juanrio dice:

    Marc, puedes encontrar el libro en cualquier librería, es de la Editorial Anagrama y no deberías tener ningún problema.

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